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#Ziegler Németh Ferenc pintor húngaro a los 26 años se convirtió en “pintor”. Aceptó que el destino le había marcado el camino difícil. No op
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¿Historias cortas para no dormir y así no tener pesadillas?
Dejando atrás la tranquilidad de la hasta entonces habitual forma de vida cívica, a los 26 años se convirtió en “pintor”. Aceptó que el destino le había marcado el camino difícil. No optó por la formación pública durante unos años. Se condenó a sí mismo al aprendizaje eterno.
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En 1997 comienza a familiarizarse con los misterios de la pintura, de la mano de los pintores István Maszlik y luego Róbert Gayer-Móricz. Fue una experiencia decisiva para él cuando conoció al pintor ganador del Premio Munkácsy János Bozsó en la colonia de artistas de Tiszakécske en 1998. Sus palabras de aliento aún hoy resuenan en sus oídos: “Pintar, pintar, pintar”. Entre 2000 y 2003 continuó sus estudios en la Escuela Libre de Arte de Kecskemét con András Bruncsák y Péter Gyenes. En 2003, bajo la dirección de István Szappanos, se familiariza con los misterios de la técnica del dibujo y la acuarela. En 2002 conoce al pintor Tamás Mág. Quedó muy impresionado por su ejemplo humano y artístico. Hasta el día de hoy, admira su uso del color, la pincelada brillante y las soluciones técnicas. En el verano de 2011, asistió al Campamento Creativo Internacional Naval dirigido por Matteo Massagrande. Él cree que la experiencia que ganó con el maestro lo hizo pensar y cambió fundamentalmente su actitud hacia la pintura. En 2013 conoció al artista Attila Meszlényi. En sus obras, lo que más le gustaba era mostrar su relación con la naturaleza. Hablan mucho con Attila, analizan imágenes. Sus consejos y advertencias útiles serán de gran ayuda para su trabajo. Agradece que sus amigos artistas lo hayan apoyado hasta el día de hoy en un camino lleno de dulces luchas. Entre los grandes pintores húngaros, p. Estudia las obras de Károly Ferenczy y László Mednyánszky. Suele adentrarse en la pintura de Alfred Sisley y John Singert Sargent, entre otros. También admite que “una naturaleza en sí misma revela un creador inteligente…” El tema principal es la representación del paisaje húngaro.
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Dejando atrás la tranquilidad de la hasta entonces habitual forma de vida cívica, a los 26 años se convirtió en “pintor”. Aceptó que el destino le había marcado el camino difícil. No optó por la formación pública durante unos años. Se condenó a sí mismo al aprendizaje eterno.
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En 1997 comienza a familiarizarse con los misterios de la pintura, de la mano de los pintores István Maszlik y luego Róbert Gayer-Móricz. Fue una experiencia decisiva para él cuando conoció al pintor ganador del Premio Munkácsy János Bozsó en la colonia de artistas de Tiszakécske en 1998. Sus palabras de aliento aún hoy resuenan en sus oídos: “Pintar, pintar, pintar”. Entre 2000 y 2003 continuó sus estudios en la Escuela Libre de Arte de Kecskemét con András Bruncsák y Péter Gyenes. En 2003, bajo la dirección de István Szappanos, se familiariza con los misterios de la técnica del dibujo y la acuarela. En 2002 conoce al pintor Tamás Mág. Quedó muy impresionado por su ejemplo humano y artístico. Hasta el día de hoy, admira su uso del color, la pincelada brillante y las soluciones técnicas. En el verano de 2011, asistió al Campamento Creativo Internacional Naval dirigido por Matteo Massagrande. Él cree que la experiencia que ganó con el maestro lo hizo pensar y cambió fundamentalmente su actitud hacia la pintura. En 2013 conoció al artista Attila Meszlényi. En sus obras, lo que más le gustaba era mostrar su relación con la naturaleza. Hablan mucho con Attila, analizan imágenes. Sus consejos y advertencias útiles serán de gran ayuda para su trabajo. Agradece que sus amigos artistas lo hayan apoyado hasta el día de hoy en un camino lleno de dulces luchas. Entre los grandes pintores húngaros, p. Estudia las obras de Károly Ferenczy y László Mednyánszky. Suele adentrarse en la pintura de Alfred Sisley y John Singert Sargent, entre otros. También admite que “una naturaleza en sí misma revela un creador inteligente…” El tema principal es la representación del paisaje húngaro.
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Dejando atrás la tranquilidad de la hasta entonces habitual forma de vida cívica, a los 26 años se convirtió en “pintor”. Aceptó que el destino le había marcado el camino difícil. No optó por la formación pública durante unos años. Se condenó a sí mismo al aprendizaje eterno.
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En 1997 comienza a familiarizarse con los misterios de la pintura, de la mano de los pintores István Maszlik y luego Róbert Gayer-Móricz. Fue una experiencia decisiva para él cuando conoció al pintor ganador del Premio Munkácsy János Bozsó en la colonia de artistas de Tiszakécske en 1998. Sus palabras de aliento aún hoy resuenan en sus oídos: “Pintar, pintar, pintar”. Entre 2000 y 2003 continuó sus estudios en la Escuela Libre de Arte de Kecskemét con András Bruncsák y Péter Gyenes. En 2003, bajo la dirección de István Szappanos, se familiariza con los misterios de la técnica del dibujo y la acuarela. En 2002 conoce al pintor Tamás Mág. Quedó muy impresionado por su ejemplo humano y artístico. Hasta el día de hoy, admira su uso del color, la pincelada brillante y las soluciones técnicas. En el verano de 2011, asistió al Campamento Creativo Internacional Naval dirigido por Matteo Massagrande. Él cree que la experiencia que ganó con el maestro lo hizo pensar y cambió fundamentalmente su actitud hacia la pintura. En 2013 conoció al artista Attila Meszlényi. En sus obras, lo que más le gustaba era mostrar su relación con la naturaleza. Hablan mucho con Attila, analizan imágenes. Sus consejos y advertencias útiles serán de gran ayuda para su trabajo. Agradece que sus amigos artistas lo hayan apoyado hasta el día de hoy en un camino lleno de dulces luchas. Entre los grandes pintores húngaros, p. Estudia las obras de Károly Ferenczy y László Mednyánszky. Suele adentrarse en la pintura de Alfred Sisley y John Singert Sargent, entre otros. También admite que “una naturaleza en sí misma revela un creador inteligente…” El tema principal es la representación del paisaje húngaro.
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Dejando atrás la tranquilidad de la hasta entonces habitual forma de vida cívica, a los 26 años se convirtió en “pintor”. Aceptó que el destino le había marcado el camino difícil. No optó por la formación pública durante unos años. Se condenó a sí mismo al aprendizaje eterno.
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En 1997 comienza a familiarizarse con los misterios de la pintura, de la mano de los pintores István Maszlik y luego Róbert Gayer-Móricz. Fue una experiencia decisiva para él cuando conoció al pintor ganador del Premio Munkácsy János Bozsó en la colonia de artistas de Tiszakécske en 1998. Sus palabras de aliento aún hoy resuenan en sus oídos: “Pintar, pintar, pintar”. Entre 2000 y 2003 continuó sus estudios en la Escuela Libre de Arte de Kecskemét con András Bruncsák y Péter Gyenes. En 2003, bajo la dirección de István Szappanos, se familiariza con los misterios de la técnica del dibujo y la acuarela. En 2002 conoce al pintor Tamás Mág. Quedó muy impresionado por su ejemplo humano y artístico. Hasta el día de hoy, admira su uso del color, la pincelada brillante y las soluciones técnicas. En el verano de 2011, asistió al Campamento Creativo Internacional Naval dirigido por Matteo Massagrande. Él cree que la experiencia que ganó con el maestro lo hizo pensar y cambió fundamentalmente su actitud hacia la pintura. En 2013 conoció al artista Attila Meszlényi. En sus obras, lo que más le gustaba era mostrar su relación con la naturaleza. Hablan mucho con Attila, analizan imágenes. Sus consejos y advertencias útiles serán de gran ayuda para su trabajo. Agradece que sus amigos artistas lo hayan apoyado hasta el día de hoy en un camino lleno de dulces luchas. Entre los grandes pintores húngaros, p. Estudia las obras de Károly Ferenczy y László Mednyánszky. Suele adentrarse en la pintura de Alfred Sisley y John Singert Sargent, entre otros. También admite que “una naturaleza en sí misma revela un creador inteligente…” El tema principal es la representación del paisaje húngaro.
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En 1997 comienza a familiarizarse con los misterios de la pintura, de la mano de los pintores István Maszlik y luego Róbert Gayer-Móricz. Fue una experiencia decisiva para él cuando conoció al pintor ganador del Premio Munkácsy János Bozsó en la colonia de artistas de Tiszakécske en 1998. Sus palabras de aliento aún hoy resuenan en sus oídos: “Pintar, pintar, pintar”. Entre 2000 y 2003 continuó sus estudios en la Escuela Libre de Arte de Kecskemét con András Bruncsák y Péter Gyenes. En 2003, bajo la dirección de István Szappanos, se familiariza con los misterios de la técnica del dibujo y la acuarela. En 2002 conoce al pintor Tamás Mág. Quedó muy impresionado por su ejemplo humano y artístico. Hasta el día de hoy, admira su uso del color, la pincelada brillante y las soluciones técnicas. En el verano de 2011, asistió al Campamento Creativo Internacional Naval dirigido por Matteo Massagrande. Él cree que la experiencia que ganó con el maestro lo hizo pensar y cambió fundamentalmente su actitud hacia la pintura. En 2013 conoció al artista Attila Meszlényi. En sus obras, lo que más le gustaba era mostrar su relación con la naturaleza. Hablan mucho con Attila, analizan imágenes. Sus consejos y advertencias útiles serán de gran ayuda para su trabajo. Agradece que sus amigos artistas lo hayan apoyado hasta el día de hoy en un camino lleno de dulces luchas. Entre los grandes pintores húngaros, p. Estudia las obras de Károly Ferenczy y László Mednyánszky. Suele adentrarse en la pintura de Alfred Sisley y John Singert Sargent, entre otros. También admite que “una naturaleza en sí misma revela un creador inteligente…” El tema principal es la representación del paisaje húngaro.
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