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#Noomajía
jgmail · 2 years
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Las enseñanzas secretas de todas las épocas de Manly Palmer Hall
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Por Michael Kumpmann
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 El libro más importante del masón Manly Palmer Hall (una persona muy masculina, pues la etimologiza de su nombre proviene de la palabra “Male”) fue The Secret Teachings of All Ages, publicado en 1928. Como el mismo título sugiere, este libro describe las enseñanzas religiosas de los antiguos griegos, egipcios y judíos, así como la masonería. Es por esa razón que tiene una estructura muy similar, tanto en su tema como en su estructura, a los libros escritos por tradicionalistas como Guénon y Evola, siendo de este modo compatible con las ideas de la Cuarta Teoría Política. Sin embargo, a diferencia de los libros de Evola, este se centra en las enseñanzas concretas de algunas personas o grupos, no en los sistemas y reglas sociales que ellos conllevan, siendo, de este modo, más cercano a las enseñanzas de Miguel Serrano.
 Al igual que este último, Hall se inspiró en la teosofía, problema que se nota mucho más adelante. Si bien grandes partes del libro están muy bien investigadas, otras muestran la tendencia de la teosofía a inventar historias con un trasfondo fantasiosa alrededor de ritos reales. Sin embargo, si uno está familiarizado con los escritos teosóficos y sus tópicos, es muy fácil separar la verdad de las “tonterías” que dicen. La regla más simple para diferenciar esto es la siguiente: cuando los teósofos comienzan a hablar de supuestos artefactos provenientes de imperios perdidos, la Atlántida o teorías que suenan demasiado a los guiones de Indiana Jones, lo mejor es aplicar el escepticismo y la duda. Uno de los temas principales del libro son las matemáticas y el simbolismo numérico. Este libro también contiene una explicación muy completa de la filosofía de Pitágoras y su conexión con Platón, la Cábala y el antiguo Egipto. Podríamos decir que esta es la cúspide del libro. No obstante, Evola también planteó la cuestión de que el simbolismo de estas escuelas de pensamiento también lo podemos encontrar en otros contextos, como las iniciaciones de la casta guerrera en la antigua Macedonia. Por lo tanto, es recomendable completar este libro con los escritos de Evola sobre la Metafísica de la guerra y el Misterio del Grial.
 Los temas del principio solar masculino sagrado y del principio lunar femenino sagrado son explorados de forma extensa aquí, aunque no son ninguna novedad para aquello que estén familiarizados con La metafísica del sexo de Evola, quien los explica de forma bastante interesante. Aquellos que han leído las obras de Alexander Dugin sobre la Noomajía también verán como Manly P. Hall llama a menudo la atención sobre figuras griegas como Hécate y Dionisio, arquetipos religiosos que también se encuentran en las enseñanzas gnósticas. Hall considera que la humanidad es un eslabón intermedio entre el mundo patriarcal celestial (representado por Apolo) y el mundo material (simbolizado por los Titanes), pues el hombre puede ir en ambas direcciones.
 La Cábala (que dentro de la masonería es representada como una escalera) es descrita con un lado luminoso y un lado oscuro que está prohibido (la Cábala Qlipótica). Se dice que la Cábala Qlipótica conduce a la oscuridad, al alejamiento de Dios y a la perdición del alma, privando al hombre de toda humanidad. La diferencia entre la Cábala de la Luz y la Cábala de la Oscuridad se encuentra en su clasificación de las 4 partes principales de la mismas. En la Cábala de la Luz, el orden divino y los mandamientos se colocan en primer lugar, mientras que en la Cábala Qlipótica el éxito material es considerado como el principio más alto [1]. Es la dicotomía entre Dionisio y Adonis, Dugin considera a este último como un gemelo oscuro del primero. Quizás esto explique la diferencia entre los masones tradicionalistas y los masones modernos considerados como los creadores de la Modernidad occidental e impulsores de la Revolución Francesa, etc. Como ha demostrado Kerry Bolton, este conflicto se extendía incluso a los individuos dentro de las logias, siendo muy diciente el caso de Joséphin Péladan que quería luchar contra las influencias de la Revolución Francesa y terminó por entrar a una logia controlada por Stanislas de Guaita (quien exportó la masonería a Rusia), el abate Boullan y un miembro de la familia Rothschild [2]. Es debido a la naturaleza dual y dionisíaca de la masonería que se impuso la regla de que los ateos no podían hacer parte de las logias. El francmasón debe buscar el Logos de Apolo a través de una religión abierta como el cristianismo para no convertirse en un Adonis materialista.
 René Guénon sostenía que el Logos de Dionisio era la religión del “tercer estado”, ya que la masonería tenía su origen en los gremios medievales (véase el libro de Guénon sobre la masonería). La palabra gremio (Gilde) se considera que proviene de una antigua palabra alemana que significaba “borrachera”, lo que encaja perfectamente con el origen dionisiaco de la masonería. Resulta interesante que Manly P. Hall remonte los ritos masónicos y la leyenda de Hiram, que fue asesinado y vuelto a la vida, como un arquetipo de Dionisio (muchas otras cosas que no se mencionan en este libro también encajan perfectamente con la tesis del Logos de Dionisio, como, por ejemplo, el simbolismo de los pilares Jachin y Boaz, que simbolizan la luna y el sol, y, por lo tanto, el matrimonio químico y la “santa pareja divina”). Dugin considera que el maestro masónico Hiram representa el alma humana y el alma del masón como un arquetipo de Dionisio. La muerte de Hiram es descrita como una muerte espiritual que privó al Maestro (y por extensión el alma del hombre) de la capacidad de ver las cosas correctamente, sentir correctamente y pensar correctamente. Esta muerte espiritual provocó el aprisionamiento del hombre en el mundo material y se supone que la formación del francmasón es una cura a este problema, conduciendo a un renacimiento de Hiram. El motivo del asesinato de Hiram fue el materialismo, ya que sus asesinos querían robarle los secretos divinos. El asesinato de Hiram recuerda el ataque de los titanes a los dioses en el mito de Dionisio, el cual causó la separación del hombre de lo sagrado y su acercamiento a la materia y a los titanes de los cuales debe liberarse. Hiram no es un dios en sí mismo, pero es el portador del conocimiento secreto, de la “palabra divina” (que alude al nombre secreto de Dios, un conocimiento que, según la Cábala, estaba reservado sólo a los más altos sacerdotes de los antiguos judíos). Otro elemento positivo del libro, que lo diferencia de los libros de Albert Pike, es que Manly P. Hall no glorifica la Modernidad ni la Revolución Francesa, sino que permanece claramente comprometido con el mundo de la tradición. Hall incluso señala como Pike descubrió aspectos interesantes de la tradición. Por ello, el trabajo de Hall es muy útil para los masones más tradicional o de Nueva Derecha, como los que pertenecen a la Grande Loge Nationale Française (que coopera con la Nueva Derecha francesa y citan explícitamente a Guénon y Evola) [3]. Este libro también está mucho mejor estructurado que los libros de Pike. Desgraciadamente, como muchos otros libros que tratan estos temas, solo se limita a la ética y al simbolismo, dejando de lado la práctica. No obstante, es una lectura recomendada.
 Notas:
 [1] El sucesor británico de Crowley, Kenneth Grant, especuló que la Cábala Qlipótica era un remanente de un orden matriarcal desaparecido. Esto encaja con el Logos de Cibeles.
[2] https://counter-currents.com/2018/10/josephin-peladan-the-occult-war-against-liberal-decadence/
[3] https://counter-currents.com/2012/11/freemasons-against-the-modern-world/
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jgmail · 2 years
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Segunda reunión del Círculo Rébellion Aix-Marseille: la pregunta por el eurasianismo
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Por Rébellion
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 La segunda reunión del Círculo Rébellion Aix-Marseille se ha llevado a cabo y ha versado sobre el eurasianismo y sus principales ejes temáticos. El eurasianismo es una doctrina que nacida entre las élites intelectuales y políticas del Imperio ruso que se hicieron la siguiente pregunta a todo lo largo del siglo XIX: ¿Es Rusia un país europeo o asiático? Los eurasiáticos (Nikolái Trubetskói, Petr Savitski, etc.) respondieron a esta pregunta a principios del siglo XX de la siguiente manera: ni lo uno ni lo otro, Rusia es un país euroasiático. Según los eurasiáticos Rusia debía rechazar el proceso de occidentalización forzada y abrazar la Tradición en un sentido no reaccionario. Además, Rusia tampoco podía ser considerada un Estado-nación, ya que esto provocaría movimientos separatistas, y debía abrazar una cierta forma de anticapitalismo. Los eurasiáticos también revalorizaron el elemento turaniano dentro de Rusia, considerando que la unidad territorial y civilizatoria de su inmenso territorio fue creada por Gengis Kan y sus descendientes, produciéndose cierta simbiosis entre los diferentes pueblos de su Imperio. Un ejemplo de esto lo encontramos en la elección del príncipe Alexander Nevski que eligió luchar contra los Caballeros Teutónicos y aliarse con los mongoles.
 El eurasianismo volvió a suscitar interés con el colapso de la URSS. El historiador Lev Gumiliov intentó hacer una síntesis entre el eurasianismo clásico y sus propias teorías sobre el ciclo de crecimiento y colapso de los imperios y los pueblos. El filósofo Alexander Dugin ha retomado estos conceptos y los de otros autores popularizando términos como multipolaridad, Noomajía, etnosociología, topogénesis, Sujeto Radical y Cuarta Teoría Política (una teoría que busca superar el callejón sin salida al que nos han llevado las ideologías políticas del siglo XX: el liberalismo, el fascismo y el comunismo). Dugin ha retomado algunas de las intuiciones de pensadores como Fernand Braudel (la gramática de las civilizaciones) y Samuel Huntington (El choque de civilizaciones) con la intención de analizar la hegemonía estadounidense actual después del colapso de la bipolaridad, cuando Estados Unidos y la URSS se repartieron el mundo desde 1945. Dugin sostiene que de la unipolaridad estadounidense debe ser reemplazada por una nueva forma de organización del mundo que girará alrededor de los Grandes Espacios civilizacionales. Estas ideas han sido retomadas por políticos rusos como el presidente del Partido Comunista de Rusia Guennadi Ziugáno y Serguéi Naryshkin. Por otro lado, las teorías euroasiáticas han tenido cierta influencia en los medios políticos y militares de los países exsoviéticos: Nursultán Nazarbáyev, el primer presidente de Kazajistán, fundó en Astana la Universidad Nacional Euroasiática Lev Gumiliov; mientras tanto, el expresidente de Kirguistán Askar Akáyev (derrocado en 2005 por una revolución de colores) y el general ruso retirado Alexander Vladimirov intentaron aplicar las teorías de Gumiliov a la geopolítica.
 El eurasianismo es una doctrina nacida en Rusia que buscó responder la pregunta sobre su propia identidad, lo que sin duda ha contribuido a retrasar su difusión en el extranjero. La posición proturca de muchos eurasianistas también plantea varios interrogantes, especialmente en lo referente a Turquía y Azerbaiyán, países que promocionan redes mafiosas turcas en Europa o la invasión de Chipre y la ocupación del Norte de este país por parte de Turquía, la guerra de Nagorno-Karabaj contra los armenios, además de los acuerdos que estos países tienen con Estados Unidos y el Reino Unido... Dugin ha intentado establecer relaciones con personalidades y movimientos susceptibles de adherirse a las tesis eurasiáticas a lo largo de todos estos años, intentando difundir la idea de que la unión de Eurasia es la única manera de defender la Tradición en contra del atlantismo y el liberalismo. El país europeo donde más han arraigado las ideas eurasiáticas ha sido Italia: Maurizio Murelli (director de la editorial AGA, traduce regularmente los libros de Alexander Dugin) junto a Claudio Mutti (editor y director de la revista Eurasia) y Carlo Terracciano (que solía ser colaborador de Murelli) son las figuras más conocidas del eurasianismo italiano volcado hacia el Mediterráneo. Mientras tanto, la editorial Anteo publica regularmente textos de análisis geopolíticos sobre Eurasia, además el laboratorio de ideas CeSEM no sólo habla de la multipolaridad, sino que también organiza encuentros y cursos de formación en línea sobre estos temas. Cabe destacar el papel del medio de comunicación Idee&Azione, rama italiana del Movimiento Eurasiático Internacional de Dugin (1) que traduce sus textos sobre geopolítica al italiano y organiza regularmente podcasts sobre los mismos. En Bélgica, el eurasianismo se confunde con el europeísmo proalemán y los diversos intentos de este país de aliarse con Rusia. Jean Thiriart abogaba por la creación de una alianza entre Europa y la URSS, mientras que Robert Steuckers (mucho más europeísta, aunque toma en cuenta Asia y Oriente Medio) defiende la unificación de los pueblos europeos, siendo al mismo tiempo un prolífico traductor de artículos y entrevistas a varios idiomas.
 Durante la jornada se planteó el lugar que ocupa Francia y, en general, Europa en la articulación de estos espacios civilizatorios con tal de construir una gran unión euroasiática. El eurasianismo ha suscitado muy poco interés en Francia debido a varias razones, especialmente por la epopeya histórica nacional de haber creado el primer Estado-nación del mundo, el férreo republicanismo, la enorme distancia geográfica que nos separa de Rusia y, más globalmente, de Asia, hace que los franceses manifiesten poco interés por esos temas. La editorial Ars Magna ha traducido varios libros de Alexander Dugin a nuestro idioma y ha vuelto a publicar los textos de Jean Thiriart. Por otro lado, Yohann Sparfell ha intentado construir una Cuarta Teoría Política desde una perspectiva francesa con su concepto de Res Publica Europae. Sin embargo, ha sido el escritor rumano francófono Jean Parvoulesco quien mejor ha abordado en Francia la necesidad de elaborar una teoría euroasiática refundada en la Tradición, incluso defendiendo la creación de un Gran Imperio Euroasiático y un Gran Gaullismo. Por su parte, Laurent James ve en Rusia y en la idea de la Tercera Roma una forma de que Europa vuelva a abrazar sus raíces cristianas. No obstante, es imposible sostener que haya surgido alguna clase de movimiento mediático o político eurasiático en Francia y todos los intentos que se han hecho fracasaron rápidamente. Paradójicamente, ha sido Francia donde surgió el primer intento de cooperación euroasiática desde un punto de vista geopolítico con la efímera constitución de un eje París-Berlín-Moscú representado por Chirac, Schröder y Putin en 2003 contra la invasión estadounidense de Irak.
 Ahora bien, existen intelectuales y políticos fuera de Europa y Rusia interesados en el eurasianismo, en especial en Turquía donde existe incluso el Vatan Partisi, dirigido por Dogu Perincek, que se encuentra actualmente en prisión. Este partido político se opone a la intervención de Ankara en Siria y ha apoyado la invasión rusa de Ucrania. También ha lanzado campañas a favor de la salida de Turquía de la OTAN y el establecimiento de una alianza con Rusia y China. El eurasianismo turco sigue siendo una corriente marginal debido al neo-otomanismo de Erdogan y el panturquismo de los nacionalistas turcos.
 Resulta urgente pensar en una alternativa factual a la hegemonía liberal-libertaria promocionada por la talasocracia estadounidense. El modelo del Estado-nación (westfaliano) se encuentra en crisis, víctima de la globalización, su propio centralismo jacobino y las múltiples reivindicaciones regionalistas. ¿Es acaso viable crear una unión supranacional e incluso imperial (no imperialista) que defienda la aspiración de los diferentes pueblos que rechazan el modelo hegemónico anglosajón? La necesidad de formar cuadros y élites capaces de poner en práctica un proyecto euroasiático antiliberal y arraigado en la Tradición parece indispensable, pero este debe estar ligado primero a un cambio interno en nosotros mismos. El primer paso es deshacerse de la estreches del nacionalismo pequeñoburgués y abrir nuestras perspectivas a una unión mucho más amplia tomando en cuenta la importancia de las civilizaciones como algo fundamental. La elaboración de una Cuarta Teoría Política adaptada al contexto de cada individuo y comunidad es otro reto que debemos abordar. Además, es necesario oponerse al discurso materialista y desarraigado de las élites actuales que siguen acríticamente la doxa liberal anglosajona como un dogma incuestionable.
 Notas:
  1. http://med.org.ru/article/1915
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jgmail · 4 years
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POLITICA AETERNA Y EL FIN DEL GLOBALISMO
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Por Mestek Lamine
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 Entrevista de Alexander Dugin a la política de Kesh (Argelia)
 - ¡Bienvenido y gracias por aceptar la invitación, profesor Alexander Dugin!
 - ¡Salam alaykum!
 El Globalismo sin respuesta
- ¿Está la pandemia del Coronavirus dando forma al nuevo orden internacional como lo hizo la pandemia de la peste negra en el siglo XIV?
 Es difícil hacer una profecía porque la historia está abierta. Lo que es seguro es que la situación pandémica ha cambiado las principales reglas de la estructura del mundo porque considero que es el mayor fracaso de la globalización, del globalismo, porque cuando algo grave le pasó a la humanidad a escala global, no a una escala nacional, con su economía nacional o un problema con algún régimen político o alguna sociedad, sino cuando la humanidad fue atacada por la amenaza omnipresente de una pandemia, el sistema global que estaba tan orgulloso de resolver todos los problemas a escala global ha fracasado totalmente, y la única solución que todos aceptaron – las democracias, las semidemocracias, las no democracias - todos tenían una sola solución para cerrar las fronteras, volver a los Estados nacionales, aislarse. Fue una especie de reacción natural y los globalistas a escala global no propusieron nada en absoluto que, en mi opinión, resulta ser el fin del mundo global y la emergencia del nuevo mundo multipolar.
 No es solo el nacionalismo, sino revisión del Estado actual teniendo en cuenta que la unipolaridad esencialmente ha fallado en el momento en que realmente necesitábamos una respuesta global y no había respuesta en absoluto, por lo que todos intentan salvarse a sí mismos con sus propias herramientas. Los propios medios para que eso signifique el fin de la confianza y las instituciones globales para que sea un gran fracaso, el fin de la globalización y el nuevo mundo, el mundo multipolar emergente.
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¿Por qué Platón?
- Mucha gente me ha contactado y me ha culpado de elegir este libro como título [Platonismo político: la filosofía de la política], me culpan de haber elegido este libro, quieren libros sobre geopolítica, la Cuarta Teoría Política, el Eurasianismo, pero durante mi lectura, una frase me llegó como una iluminación. Dice que cualquiera que no conozca o no comprenda a Platón no puede saber ni comprender nada. Platón es el creador de la filosofía, la teología, la ciencia y la política. ¿Podría explicar más esto a nuestra audiencia, por favor?
Por ejemplo, comencemos con la política. Cuando empezamos a estudiar política, en primer lugar, necesitamos entender qué es y cuál fue la filosofía sobre la que se construyó uno u otro sistema político, el pensamiento político, la doctrina política. Cuando consideramos la tradición política europea, occidental, necesitamos llegar a las raíces. Y todo o tal vez casi todo empieza en Occidente con Platón. Entonces, Platón fue el primero y el más importante y sigue siendo el principal filósofo de Occidente. Es el primer y principal filósofo político de Occidente. Occidente basándose en los fundamentos de la filosofía de Platón ha ampliado su comprensión de qué es la realidad, qué es el hombre, qué es la estructura política, qué es la jerarquía, qué es el Estado sobre casi toda la humanidad, por lo que necesitamos al menos saber que, tenemos todo el derecho a saber cuál es la esencia o el origen del modo occidental de pensamiento político y filosófico.
 Pero no solo Occidente fue influenciado por Platón y todo tipo de platonismo político a partir de su discípulo un poco hereje Aristóteles, sino también por la tradición neoplatónica que ha definido casi toda la teología del mundo cristiano. Plotino en diferentes formas ha influido en casi todo el pensamiento religioso en Occidente. No solo en Occidente, porque el pensamiento islámico estuvo bajo gran influencia de Platón y Aristóteles. Algunos textos de Aristóteles eran de hecho los textos de los neoplatónicos, pero eso es lo mismo.
 Entonces, cuando, por ejemplo, Ibn Sina o Al-Farabi han hablado de Aristóteles, se han referido a neoplatónicos como Proclo o Plotino o los libros de Porfirio. El pensamiento platónico ha entrado en la zona de civilización mediterránea, occidental e islámica y preislámica hasta cierto nivel y esa fue una de las principales fuentes de cualquier forma de filosofía política. Cuando tratamos de deconstruir la filosofía política moderna, entendemos qué tan lejos está del pensamiento filosófico de Platón, pero sin embargo debemos hacer la comparación, porque si no entendemos cuál fue el punto de partida, no entenderemos cuál es el punto final, no captaremos el significado del proceso político y filosófico en Occidente y fuera de Occidente. Entonces, sigo pensando que Platón es esencial. He escrito más de 60 libros sobre diferentes temas: la Cuarta Teoría Política, geopolítica, Noomajía (de eso hablaremos quizás más adelante), pero considero que para tratar con Occidente en el estado actual, en el pasado, en la historia, estamos obligados a aprender a Platón, así como todas las formas de influencia directa e indirecta (neoplatónicos, Aristóteles) de esta gran mente.
 Estudios de Aristóteles sobre el gobierno. La democracia como lo peor.
- ¿Por qué Aristóteles veía la democracia como una forma peyorativa de gobierno (junto con la tiranía y la oligarquía)?
 La idea principal en la "Política", el libro de Aristóteles, es que hay tres tipos de gobierno político: el gobierno de uno solo, el gobierno de unos pocos y el gobierno de muchos. Esa es la estructura principal de su pensamiento, y la regla de uno puede ser buena o mala. Cuando hay una persona calificada (que es la monarquía), el monarca es la persona que sigue la ética, la moral, la idea del bien y la justicia y gobierna de acuerdo con la filosofía de la justicia. Él está totalmente dedicado a la verdad, así que esa es la regla de quien es justo. Cuando existe el gobierno de alguien que no es justo, eso se llama tiranía y esa es una mala forma de gobierno de uno solo. Entonces, el tirano es un gobernante incondicional, no respeta la justicia, la verdad, Dios, la moral y el bien de la gente. Es un gobernante individualista, y el verdadero monarca es un gobernante colectivista, sacrifica su gobierno por el bien de todos.
 En el segundo nivel de esta estructura está el gobierno de unos pocos. Los pocos pueden ser buenos y pocos, los elegidos, los educados, los portadores de la cultural, que tienen propósitos idealistas. Así, Aristóteles llama a unos pocos calificados "aristocracia" y ese es un buen nombre. Cuando los pocos no están calificados, cuando son codiciosos, cuando son individualistas, cuando no piensan en la gente y en el bien de todos cuando son inmorales, eso se llama oligarquía. Lo mismo en este nivel si existe el dominio de las personas de buenas intenciones que intentan continuar con sus tradiciones, que pertenecen a la ciudad, que pertenecen a la sociedad concreta con una historia, con una identidad, por eso se llama el gobierno de los muchos, pero muchos calificados, por los ciudadanos, por las personas con genealogía, y todos saben quiénes fueron sus padres, son participantes a gran escala de la comunidad. Eso se llama la πολιτεία. Pero cuando existe la forma de gobierno de la turba, de la gente sin ningún tipo de identidad, la gente tomada sin razón de diferentes sociedades y que es juntada, sin ningún tipo de lógica, sin identidad, la gente que representa nada más que individuos puros, ese es el peor tipo de gobierno que Aristóteles llama democracia.
 Y, según Aristóteles, cuando el país es grande, es mejor cuando el gobernante es uno solo, porque necesita unificarse. Cuando el país es de escala media, el gobierno de unos pocos, calificados o no calificados, es posible, y cuando el país es pequeño (por ejemplo, un pueblo o una ciudad pequeña), puede haber una especie de gobierno de muchos: los muchos buenos que son la πολιτεία o los muchos malos, así que lo que tenemos ahora es la regla global de los peores, creo, así que Aristóteles tenía toda la razón.
 Codicia contra ἐπιστροφή
- Respecto al modernismo, muchos autores declaran que asistimos al declive de Occidente por el auge del nihilismo, como decía Spengler, como decía Nietzsche, y que la Modernidad no es progreso, sino retroceso, como decía Rene Guénon. ¿Podría explicar más esta idea, por favor?
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La idea principal es que debemos evaluar la naturaleza real de la Modernidad para profundizar en lo que significa la Modernidad. Cuando consideramos cómo comenzó la Modernidad, cuál era el lema principal de la Modernidad, se encontraba en ella una idea muy importante: destruir la trascendencia, destruir la verticalidad, destronar a Dios, afirmar en lugar de los valores trascendentales de la eternidad, del alma, del espíritu, de la jerarquía, de lo sagrado, para afirmar principios totalmente opuestos, totalmente contrarios. En lugar de Dios - el hombre, en lugar del cielo - la tierra, en lugar de verticalidad – la horizontalidad, en lugar del espíritu – la materia, en lugar de lo sagrado – lo profano. Esa fue la idea principal de la Modernidad. Entonces la Modernidad fue nihilista desde el principio. Ahora ha vuelto a ser, a aparecer como nihilismo. La Modernidad es un nihilismo puro desde el principio. Eso fue una especie de destrucción de la comprensión tradicional de lo que era la naturaleza y el ser de la realidad, y esta fue reemplazado por cierta codicia material. El inicio de la Modernidad coincide con el inicio del capitalismo y la destrucción de la sociedad tradicional basada en valores espirituales. Cuando llegó la Modernidad, se sustituyeron también todas las medidas. Entonces, si, por ejemplo, la sociedad tradicional se midió por la eternidad, entonces Dios es eterno, y las relaciones del hombre con este Dios eterno fueron la medida principal de cómo se debe considerar al hombre y todo lo que le concierne. Cuando destruimos la fe en Dios, destruimos la eternidad, destruimos la relación del hombre con la fuente trascendental de nuestra vida, destruimos el alma y hemos introducido en la Modernidad un sistema de valores totalmente opuesto. Empezamos a medir los valores, las cosas con el tiempo, con el devenir, con la materialidad, con el pragmatismo, con la utilidad y esa es la enorme decadencia y retroceso de la dignidad humana. Ahora nos acercamos al último momento de esta decadencia, de esta regresión, porque el crecimiento de la materialidad, del confort va acompañado de una pérdida progresiva de nuestra identidad, y hoy en la actualidad, el liberalismo está en la vanguardia de esta regresión, de esta degeneración.
 El liberalismo es una ideología de la degeneración radical de la humanidad y los liberales intentan reemplazar la familia tradicional por identidades sexuales opcionales, y tratan de destruir a los hombres y mujeres, y el último paso será la destrucción de la humanidad a favor de los cyborgs, de la inteligencia artificial. Entonces, ese es un gran reemplazo del ser humano que en la sociedad tradicional se basa en las relaciones con Dios reemplazado por algo totalmente material, y eso es la destrucción de la humanidad. No podía ser otra cosa que retroceder, y todo el crecimiento material, es el crecimiento de la gran burbuja, es la mentira del Anticristo que intenta imponerse a la humanidad y hacer creer a la humanidad que es algo grande, perfecto, excelente, que hay progreso.
 Pero el significado real de la palabra progreso en griego que es πρόοδος en filosofía, es salir de la fuente y estar cada vez más lejos de la fuente (origen). Eso es una especie de decadencia. El origen del significado de la palabra progreso es el deterioro progresivo. Y la regresión es todo lo contrario, la regresión es regresar atrás, es regresar a la fuente, y en el mundo moderno los significados cambian totalmente, entonces pensamos que el progreso es bueno, pero es malo, y pensamos que la regresión es mala, pero eso es bueno. Vivimos en una sociedad totalmente al revés, valores al revés y esa es la esencia de la Modernidad. Rene Guénon lo explica bellamente en sus escritos, así como Martin Heidegger quien afirmó que la Modernidad se basa en el olvido del ser.
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El corazón: convertir el veneno en medicina
- ¿Cuál es la estrategia de Julius Evola para cabalgar el tigre de la Modernidad?
 En su último libro que se llama “Cabarlgar el tigre”, el tradicionalista italiano al que admiro mucho y considero mi maestro espiritual, ha sugerido no intentar oponerse a la Modernidad desde el punto de vista conservador, sino adentrarse en la Modernidad para transformar el veneno en medicina. esa es una sugerencia muy interesante porque Evola ha señalado que el conservadurismo siempre está perdiendo. Los conservadores siempre defienden el ayer contra el hoy y el mañana y están perdiendo posiciones porque lo que defendieron ayer ya se fue hoy. Entonces, están obligados a defender lo que les queda y esa es una posición pasiva, reaccionaria.
 Hay un tipo de movimiento y de vida que se identifica erróneamente con el progreso que es una lógica incorrecta y los conservadores también intentan apoyar esta lógica equivocada diciendo "oh no, todavía no, por favor, demórense un poco, no a esta velocidad", esa es la principal diferencia político entre conservadores y progresistas, se trata de la velocidad y no de la esencia del tiempo, de la civilización, y debemos, como sugirió Evola, detener esta práctica reaccionaria y atacar la Modernidad, para involucrarnos en la Modernidad, deconstruir la Modernidad y demostrar el nihilismo que hay en su interior, no ocuparse de lo artificial y lo secundario, aspectos superficiales de la Modernidad sino tratarse de meter en el núcleo, en el corazón. Necesitamos golpear el corazón de la Modernidad y eso es algo especial, no un aspecto práctico, social o económico.
 La Modernidad tiene un misterio y necesitamos meternos dentro de la Modernidad para llegar al misterio, el corazón de la Modernidad y matarlo, destruirlo, hacerlo explotar, no solo quedando fuera de ella y criticando lo que está pasando, el mundo se está volviendo loco y así sucesivamente: tenemos que estar comprometidos en la lucha radical con la Modernidad y tenemos que superarla, y para hacer eso necesitamos, dejar que de alguna manera la Modernidad entre dentro de nosotros para transformarla en nuestro sangre y nuestra alma.
 Así que esa es la guerra, no se trata solo de constatar la crisis del mundo moderno como es el nombre del libro de Guénon, es la revolución contra el mundo moderno y ese es el nombre de la obra principal de Julius Evola. Necesitamos atacar, no solo debemos defender lo que estamos perdiendo cada vez más, necesitamos atacar y destruir y hacer estallar este mundo moderno.
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Los Tres Logoi y el historial humano
- ¿Qué es Noomajía? ¿Es la batalla entre Apolo, Dionisos y Cibeles la batalla entre la Tradición y lo Contemporáneo?
 En algunos aspectos sí, pero lo importante… La Noomajía que es el nombre de una serie de mis libros, he escrito 24 tomos, volúmenes suficientemente grandes dedicados a diferentes civilizaciones, entonces mi idea es que en todo tipo de civilizaciones hay tres tipos de paradigmas dominantes. Entonces, en un tiempo, en una época y una edad, en una sociedad pudo dominar el logos de Apolo que es la espiritualidad pura, la tradición ascética que intenta llegar al cielo, para hacer de la vida terrena una imagen del reino celestial. Esa es la organización de todos los valores, todos los sistemas de valores en la trascendencia.
 Hay otro, el segundo logos, y ese es el logos de Dionisio. En términos de Nietzsche eran dos formas opuestas, pero en mi opinión Dioniso no era el verdadero oponente de Apolo, esa era una sociedad diferente, seguro, diferente inmanente, extática, basada en la paradoja, comprometida con la vida misma, no en la trascendencia, sino en la lógica de la vida espiritual y material que se encuentra entre la pura espiritualidad y la pura materialidad. Entonces, eso es logos inmanente sin materialismo.
 Y existe, y ese es el punto principal de la Noomajía, el tercer Logos y ese es el elemento nuevo - el tercer logos que se identifica como el logos de Cibeles, de la diosa-madre, y que es la comprensión materialista de la realidad. Según él, todo viene de abajo hacia arriba, de la tierra, de la materia, la madre mujer y todo tipo de formas pragmáticas que es un materialismo puro, diferente al idealismo y al logos dionisíaco.
 Estos tres Logoi (logoi en griego que es el plural de logos), representan el tipo de sociedad, de sistema político, estructura filosófica, de cultura y podríamos encontrar estos tres Logoi en todas las culturas y entre todos los pueblos sin excepción.
 En la historia de diferentes pueblos existen períodos en los que un Logos domina sobre los demás, por lo que no existe una ley común de estos Logoi. Aparecen, luchan entre sí, hacen alianzas, dominan una época y se destronan en la otra, pero siguen ahí -en todo tipo de sociedades- tradicionales y modernas, pequeñas y grandes, arcaicas o muy desarrolladas y sofisticadas.
 Pero tienes razón sobre el Logos de la Modernidad occidental. Según mi análisis noológico, análisis basado en la Noomajía, la civilización occidental moderna (la materialista) es la civilización de Cibeles, es la Modernidad. Las raíces de esta civilización de la Gran Madre se pueden encontrar en tiempos muy antiguos antes de los griegos: en Anatolia, podemos encontrar algunas figuras femeninas y algunas formas materiales de civilización en la civilización cusita en el noroeste de África. Entonces lo podemos encontrar en otras culturas: en la cultura malaya o en alguna parte del continente euroasiático. Estoy de acuerdo, vivimos en la era del Logos materialista de Cibeles, pero eso es la Modernidad. Hemos perdido las dimensiones apolínea y dionisíaca con la Modernidad, pero además esta Modernidad de alguna manera existió siempre, es una Modernidad muy antigua se podría decir. Esa fue también la idea de Evola quien declaró en su libro “Cabalgar el tigre” que la Tradición y la Modernidad son dos tipos de civilización.
 No necesariamente la Modernidad viene después de la Tradición, por lo que podríamos imaginar el Logos de Cibeles antes que el Logos de Apolo y después de este. Su combinación en diferentes culturas, sociedades y las historias de diferentes personas son bastante diferentes y no podemos declarar que exista una ley universal. En algunas situaciones la Modernidad sigue a la Tradición, la Modernidad entendida como Modernidad degradada capitalista materialista occidental y en otras situaciones la Modernidad podría ir antes que la Tradición.
 Entonces, esa es una elección abierta frente a la cultura, de la civilización, y esa es la elección que estamos haciendo, todos la estamos haciendo. Podríamos defender a Apolo contra Cibeles, podríamos promover los valores de Dioniso dentro de la civilización de Apolo y eso hace que la cultura, la historia y la civilización sean realmente ricas en significados, porque no hay solo una lectura de la cultura sino tres lecturas simultáneas de la estructura semántica de la misma cultura.
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Orígenes sagrados de la geopolítica
- ¿Es cierto que la geopolítica no es una ciencia sagrada como dicen muchos filósofos occidentales actuales?
En primer lugar, si consideramos la geopolítica desde el principio, desde Halford Mackinder que ha introducido los principios fundamentales del análisis geopolítico, consideró el enfrentamiento y la posición de la civilización del Mar representada en su momento por el Imperio Británico frente a la civilización de la Tierra representada en ese momento por el Imperio Ruso como la guerra de principios de dos tipos de civilizaciones. El mismo Mackinder ha identificado los mismos principios en Atenas y Esparta, en Cartago y Roma. No se trata de cómo se organizó la política internacional desde el punto de vista del interés nacional de los diferentes países, cómo establecer, defender y promover las hegemonías locales o globales, la geopolítica no se trata de eso, se aplica, a aspectos técnicos.
 La verdadera geopolítica es el acercamiento a esta dualidad de civilización y esta idea, esta intuición de fue desarrollada en Alemania por Haushofer, pero sobre todo por quien escribió su famoso texto sobre la Tierra y Mar (Carl Schmitt) donde ha explicado el profundo significado filosófico metafísico de lo que es la civilización del Mar y lo que es la civilización de la Tierra, estos dos principios fundamentales de la geopolítica. Según Schmitt la civilización del Mar es algo profano, moderno, capitalista, es el mercado, es el intercambio, la compra y la venta y eso es siempre un elemento móvil de la naturaleza. El Mar es siempre agitación y eso es una especie de progreso o Modernidad.
 La civilización de la Tierra: Roma, Esparta o la Rusia tradicional, Alemania, Japón, según Carl Schmitt, es la forma de una sociedad tradicional fija, y esa es la defensa de la tierra según Schmitt, la defensa de la eternidad contra el mar que representa el tiempo o el devenir.
 Por eso la geopolítica y los principales autores de esta ciencia se basaron y siguen basándose en la base sagrada porque estos luchan entre la eternidad y el tiempo que es casi lo mismo que la lucha entre Tradición y Modernidad, progreso y retroceso en todos los sentidos.
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Ese es el tipo de proyección del tradicionalismo en el nivel de la geografía de las relaciones internacionales y cuando aplicamos estos principios geopolíticos al análisis de la situación moderna de la caída de la Unión Soviética, del esfuerzo por crear un mundo unipolar o instaurar un momento unipolar después de la caída de la Unión Soviética con la dominación occidental o la globalización que intenta declarar el fin de la historia con Fukuyama con quien he discutido algunos de estos temas.
 Esto lo podemos interpretar muy fácilmente con la geopolítica porque el progreso del mar, del atlantismo, de Occidente, de Estados Unidos o mejor del globalismo que es precisamente esta destrucción de todos los valores eternos, los últimos valores, es la civilización antirreligiosa la que está atacando a todo el resto que todavía está vinculado a algún nivel tradicional superior de valores. En este análisis geopolítico podemos tomar en consideración las profundas orientaciones civilizatorias de diferentes bloques, campos, y creo que es realmente un instrumento muy útil de análisis político y de análisis de lo que está sucediendo en el mundo moderno visto desde el punto de vista también de la Sagrada Tradición.
 África y el conocimiento antiguo
- ¿Crees que tenemos que reconocer que Platón y todos los filósofos griegos aprendieron de la sabiduría africana como la egipcia?
 Creo que la civilización de la antigua Grecia fue parte de la civilización mediterránea, cuando no solo la sociedad griega jugó un papel principal en la promoción de la sabiduría. Cuando Platón quería enfatizar un punto, acentuar, evaluar la autoridad de sus dichos, de su teoría, afirmaba que esta no es una idea griega, sino algo mucho más profundo: esa era una idea egipcia, ese era el conocimiento de algunas civilizaciones africanas o, por ejemplo, algunas ideas sobre teorías tomadas, por ejemplo, de la antigua Persia. Según Platón, el primer filósofo no fue un filósofo griego, sino Zoroastro, y en muchos de sus diálogos y charlas socráticas se plantea la cuestión del conocimiento antiguo y la tradición antigua, que los sacerdotes egipcios eran los guardianes. Si estudiamos estas tradiciones, también van a las raíces de la civilización semítica, civilización muy antigua de Oriente Medio, de Egipto y de otras partes de África.
 En dos volúmenes que he dedicado a las civilizaciones africanas en mi Noomajía, he descubierto cuán rica es y era la cultura africana, y es solo una caricatura progresista racista muy liberal la que nos muestra a África como tribus salvajes subdesarrolladas. África es la cuna de una teoría increíblemente rica, de formas de pensamientos, de tradiciones muy antiguas y fue importante para marcar el respeto y la credibilidad de citar algunos conocimientos provenientes de fuera del Mediterráneo en las costas africanas.
 Entonces, creo, esto era con Platón y solo los llamados capitalistas democráticos liberales colonialistas durante la expansión occidental han pervertido esta imagen prestigiosa de la antigua cultura africana y la antigua civilización africana. Necesitamos restaurar este prestigio, no necesitamos disculparnos, los rusos no han hecho demasiada injusticia a África, al contrario, pero sin embargo todos debemos reconocer el enorme valor de la civilización africana y la tradición africana a partir de Platón hasta la actualidad y nuestros días.
 Dar a luz a una estrella danzante
- ¿Qué alternativa ves desde que declaraste que la filosofía griega se ha construida en torno a un Logos se ha agotado hoy por completo? ¿Es el caos el nuevo Logos?
 No exactamente. Creo que es un poco más complicado. Creo que estamos viviendo en la civilización cuando los fundamentos griegos y clásicos antiguos de la filosofía son totalmente destruidos y pervertidos por la Modernidad. Entonces, prefiero el Logos griego, pero no tenemos más el Logos griegos, tenemos hoy la confusión, tenemos el Logos de Cibeles, tenemos el materialismo y tenemos la destrucción y la degeneración total, pero cuando tratamos de superar la crisis actual, deberíamos no mirar ni mirar solo al pasado y aferrarnos al resto de este vestigio de ruinas del glorioso pasado que hemos perdido.
 Necesitamos participar y traer ante nosotros el nuevo comienzo que es el concepto de Heidegger. He escrito el libro sobre Heidegger traducido al inglés que se llama “Martin Heidegger, la filosofía del nuevo comienzo”. Entonces, este nuevo comienzo o el nacimiento del nuevo Logos no podría ser solo la restauración de los restos mecánicos y las ruinas de los Logoi anteriores.
 Necesitamos dar a luz al Logos, y para llegar al Logos debemos atravesar el caos. El caos no es confusión, el caos es un vacío creativo, el significado del término “caos” en el griego antiguo era la distancia entre la tierra y el cielo y ese era el vacío, la zona, el espacio para ser llenado por el Logos para ser precisos.
 El caos no debería reemplazar al Logos, en absoluto, pero Nietzsche ha dicho que solo aquellos que traen el caos en su alma podrían dar a luz a una estrella danzante. La estrella danzante es la imagen del nuevo Logos. No debemos restaurar el Logos antiguo, pero necesitamos dar a luz el nuevo Logos y prefiero que sea el Logos de Apolo y el Logos de Dionisio. Pero no somos arqueólogos, no somos asistentes de museo, deberíamos ser verdaderos creadores de la nueva forma de vida, la nueva forma del futuro y para dar vida real al nuevo Logos, debemos pasar por la experiencia del caos que es una especie de prueba muy importante, la prueba de nuestra credibilidad en el nivel metafísico. Así que necesitamos comenzar una civilización totalmente nueva y se acerca a su final lógico y muy triste.
 No solo debemos lamentar el tesoro que hemos perdido, debemos restaurar desde lo más profundo de nuestra alma la grandeza del nuevo amanecer, del nuevo día y del nuevo comienzo.
 Pregunta de Youcef Tahraoui: ¿habría un “post-posmodernismo” después de la escalada de la pandemia?
 El posmodernismo no es solo una tendencia de la cultura y la filosofía, el posmodernismo es la época de la civilización que viene después de la Modernidad. Esto es muy serio. El posmodernismo es la destrucción total de la destrucción, es un elemento dialéctico, pero el posmodernismo no es un nuevo comienzo, es el final real de la Modernidad sin un nuevo comienzo. Entonces, el posmodernismo comenzó antes de la pandemia, estamos dejando la pandemia en una situación posmoderna porque la interpretación de la pandemia en los medios de comunicación y la cultura en la política, la economía es puramente posmoderna, según tengo entendido.
Pero después de la pandemia el posmodernismo no desaparecerá. Me temo que será cada vez más radical y la única forma de acabar con el posmodernismo es cortar las raíces de toda la Modernidad y destruir esta civilización occidental moderna como un giro equivocado en la historia humana. Necesitamos reconocer que la Modernidad estaba mal y los posmodernistas de alguna manera nos llevan a esta conclusión, pero aun permaneciendo siempre del lado de la Modernidad. Los posmodernistas deploran que la Modernidad estuviera mal y fuera nihilista y hay que cortar eso, para decir “tienes razón, por favor, detente, no más Modernidad, no más Posmodernidad, tienes razón, has destruido todo lo que has tocado, ahora por favor salgan del planeta: los liberales, occidente, los modernos, los globalistas - salgan de la humanidad, por favor, déjenos en paz e iremos más lejos sin ustedes, sin Modernidad y fuera de la Posmodernidad, y la pandemia lleva nosotros a esta inevitable conclusión. Quizás acelera el tiempo”.
 Pregunta de Bouchenak Ahmed Ismail: Creo que el prof. Dugin está de acuerdo con la idea de que la geopolítica no es una ciencia, sino un instrumento útil para analizar hechos políticos.
 Sí, creo que ese criterio de la ciencia es demasiado vago para aplicarlo a otras cosas. Mucha gente insiste en que la sociología no es la ciencia, por lo que, en esa comprensión estricta de la ciencia, la ciencia podría aplicarse solo a las ciencias naturales, y, en mi opinión siendo un tradicionalista, desafío que se basan en la verdad. En mi opinión, esta ciencia moderna no es ciencia en absoluto, y no tengo ninguna razón para insistir en que la geopolítica es la ciencia, pero es muy útil, estoy de acuerdo, porque gracias a la geopolítica pudimos comprender la naturaleza real de muchos hechos que son reales, más que una ciencia, no es menos que una ciencia, es más que una ciencia, es geopolítica.
 Pregunta de Mohamed Amine Souyad: Según usted, ¿cuál es la razón detrás del apoyo sin precedentes de muchas potencias occidentales a fenómenos como la homosexualidad y las comunidades LGBT, el feminismo y la igualdad total entre hombres y mujeres, el laicismo y el ateísmo en todo el mundo? ¿Es el precio de la Modernidad que todos deberían pagar o está dirigido a fines políticos específicos? ¿Crees que la geo-economía ha reemplazado a la geopolítica como oficio?
 Empiezo por el último punto: no creo que la geo-economía haya reemplazado a la geopolítica. La geopolítica es mucho más válida como método, porque la geo-economía no explica nada, los valores semánticos de la geo-economía son muy pobres y creo que el valor hermenéutico de la geopolítica es muy alto. Ese es un método muy importante.
 En lo que respecta al apoyo de muchas potencias occidentales al movimiento LGBT, la homosexualidad, el feminismo, etc., es una cuestión muy seria, no es solo una casualidad, es la lógica del liberalismo. El liberalismo es una ideología cuya esencia, cuya naturaleza es la promoción del individuo, liberando así al individuo de todo tipo y forma de identidad colectiva. El liberalismo intenta desgarrar, sacar individualmente a cualquier tipo de identidad colectiva. Eso comenzó con el protestantismo, con el individualismo protestante, luego con el cosmopolitismo contra la identidad colectiva nacional, contra los estamentos tradicionales que fue la base del capitalismo, y ahora estamos llegando a las dos últimas formas de identidad colectiva de las que los individuos liberales deberían ser liberados. Esta es la identidad sexual, que es una identidad colectiva: hay hombres y mujeres, y según los liberales, no hay hombres y mujeres, hay individuos y ellos podían elegir su sexo como quisieran, entonces ellos, como antes, serán capaces de elegir su confesión, su iglesia, sus naciones, su profesión, etc.
 Esa es la lógica de la destrucción de la identidad colectiva, y el último paso para promover esta ideología del liberalismo será la destrucción de la identidad humana, porque ser humano es también una identidad colectiva. Eso es el posthumanismo.
 No se trata de algo casual, superficial y accidental: es la lógica principal del liberalismo y el liberalismo es la ideología dominante. Como tal, impone sus axiomas profundos, sus reglas, su verdad, su supuesta verdad que es pura mentira. La lógica del liberalismo es liberar al individuo de todo tipo de identidad colectiva y eso desde el principio es el giro satánico equivocado de la sociedad.
 De modo que el liberalismo está absolutamente equivocado y la democracia liberal es la peor forma de sistema político y sistema de riqueza política. Hoy se vuelven totalitarios, no solo suplicando o exigiendo tolerancia, sino imponiéndonos su ideología con todos los medios, incluyendo bombas, revoluciones de colores y presión política, económica. Esa es la forma puramente totalitaria del liberalismo y su idea es liberar al individuo de todos los aspectos no individuales, incluso liberar al individuo de la humanidad que será la agenda política del mañana, y eso es el posthumanismo que ya está llegando.
 Pregunta de Nora Fernane: de acuerdo con todo lo que ha explicado antes, ¿espera que no haya giro hacia los pensamientos y valores políticos occidentales que están surgiendo? ¿Qué debemos cortar de todo lo occidental?
Mi sugerencia es no abandonar Occidente, sino abandonar la Modernidad, porque creo que el Occidente moderno se basa en la negación, en la destrucción de sus propios principios. El Occidente moderno es un anti-Occidente. Sugiero salir de la Modernidad, la occidental y la no occidental también. Necesitamos volver o más bien reafirmar los principios eternos en todos los países. El Occidente moderno se ha convertido en veneno; es el liberalismo tóxico, sobre todo. La globalización, el capitalismo, son los nombres de un veneno tóxico que mata. Esto es una pandemia. El liberalismo es un fenómeno pandémico y tenemos que deshacernos de él, alejarnos de la Modernidad y la Posmodernidad, pero no de Occidente.
 Podríamos salvar el principio profundo de los países occidentales, de la cultura, el Occidente clásico, pero para la población árabe en todos los países árabes para un país islámico, en mi humilde opinión, ustedes deben volver a sí mismos, a ser árabes, a su identidad musulmana que es una gran cultura. Occidente ha dicho “oh, eso está desactualizado, eso es ingenuo” y así sucesivamente. Protesto con vehemencia, considero a la cultura árabe islámica como la cultura más grande, espiritual, muy rica en filosofía, en valores, con una estética. No creo que solo necesitemos destruir o rechazar, necesitamos afirmar, necesitamos construir, necesitamos restaurar y necesitamos hacer un nuevo nacimiento de nuestra propia cultura, de la cultura árabe en su caso, la cultura islámica, la cultura cristiana, la cultura rusa en mi caso, también la cultura europea.
 El problema no es Occidente; el problema es la Modernidad occidental, la Modernidad está mal. Quizás los occidentales, la cultura occidental sean las primeras víctimas de lo que ellos mismos han hecho. Se han destruido ante todo a sí mismos, han pervertido su propia identidad, y cuando eso empezó, empezaron inmediatamente a envenenar al otro con el colonialismo y con la misma Modernidad. Así que creo que debemos defender nuestra dignidad como pueblo antiguo y grande y gran civilización sin pensar que somos los mejores y aceptar al otro como socio del diálogo cultural, pero rechazando enérgicamente el monopolio de los globalistas, el Occidente liberal, y el monopolio de la verdad. No hay monopolio de la verdad, solo Dios tiene ese monopolio, porque él es la verdad y no es codicioso, da su don a todos, es misericordioso, es muy sincero, el es Dios, y no tiene nada. Él, se revela, crea el mundo y ese es el gesto del don, y debemos estar muy agradecidos por el don de la vida, del ser que tenemos de Dios, y devolver este don precioso en nuestras oraciones. Por eso abogo firmemente por volver a la Sagrada Tradición, a la tradición religiosa.
 - ¿Cómo volver a las raíces de nuestra civilización dentro de esta dura guerra contra el Islam y nuestros valores?
 El mundo entero está ahora en una dura guerra contra nuestras identidades porque los liberales y globalistas y las potencias hegemónicas de Occidente nos han declarado la guerra a todos. Creo que, estando aislados, árabes, musulmanes, rusos, europeos que sufren por esto, por los globalistas: los africanos, gente de la India, de China o de América Latina, estamos indefensos, no podemos ganar porque estar aislados los hace más poderosos. Necesitamos unir nuestros esfuerzos, no deberíamos tratar de imponerles los valores rusos, los valores islámicos sobre nosotros, tratar de volver a nuestro caso a nuestros valores, como China. Necesitamos reconocer todas las identidades, identidades sagradas y el derecho de todas las personas a restaurar su soberanía civilizacional y esa es la lógica principal de la política multipolar, la lógica principal del eurasianismo.
 No puedes permitirte esto solo, deberíamos estar juntos, deberíamos ayudarnos unos a otros y estar juntos, permanecer juntos, defender diferentes identidades, podemos ganar esta guerra, porque en Rusia tenemos la misma guerra, hay cada vez más presión contra Rusia, hay guerra declarada contra la Iglesia ortodoxa, contra la Ortodoxia rusa, contra nuestros valores, los globalistas nos atacan dentro y fuera así como en su sociedad. La única solución es tomar, mantener nuestra fe en Dios y en nuestros pueblos, en nuestra cultura y traer a la gente que se defiende de este globalismo, permanecer unidos que es el punto principal.
 No necesitamos apoyar a los mismos que nosotros, no solo debemos ayudar a las personas que comparten totalmente nuestra opinión, y necesitamos entender a los demás. Los musulmanes deben comprender y hacer amigos cristianos: los cristianos, musulmanes, hindúes, chinos, africanos, latinoamericanos y occidentales que, como ya he dicho, son la mayoría de las víctimas del globalismo. Necesitamos destruir el globalismo, necesitamos destruir estas élites fanáticas maníacas internacionales que intentan a cualquier precio imponer sus valores totalitarios radicales, sus poderes económicos, sus monopolios, su sistema de valores y cultura, sus tecnologías. Debemos destruirlos y para hacerlo debemos permanecer juntos. Esa es mi opinión.
 - ¿Qué consejo le puedes dar quizás a Argelia para construir una gran nación?
 No puedo dar consejos; no soy globalista, así que puedo hacer algunas sugerencias. Creo que deben decidir por sí mismos, debes evaluar su libertad, su soberanía, su independencia y su profunda identidad de árabe y también tuareg, su identidad bereber que también está presente en Argelia. Eso es la riqueza, la diferencia es riqueza y es un tesoro. Les sugiero que estén abiertos a la verdad y se mantengan fuertes contra toda la falsedad y hagamos juntos que Argelia vuelva a ser grande. Viven en un gran país, y deben estar orgulloso de ser argelino y deben hacer todo lo posible para que su hermosa tierra sea aún más hermosa y próspera.
 - ¡Gracias, profesor Alexander Dugin, por responder a todas las preguntas!
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No somos nosotros quienes creamos la idea rusa, sino que es ella la que nos crea
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Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 Esta entrevista fue publicada en el número 8 de la revista Cultura y apareció el 26 de octubre del 2021.
 – Hoy vamos a hablar de la idea rusa y queremos saber cómo esta ópera. ¿Acaso cada país o nación tiene su propia idea: los filipinos, los brasileños, los kenianos?
 – Podemos decir que los países que tienen una idea propia son casi siempre los países que crean imperios o que son capaces de unir grandes espacios y al mismo tiempo dan nacimiento a formas de pensamiento estridentes, brillantes y profundas. No todos los países o pueblos tienen una idea. Por ejemplo, los judíos no tuvieron un Estado por casi dos mil años, pero siempre ha existido una idea judía. Toda civilización tiene su propia idea. La idea rusa es antes que nada la idea de toda una civilización. Existen muchas menos civilizaciones que países. A veces sucede que las grandes civilizaciones poseen ideas pequeñas, mientras que las pequeñas naciones poseen ideas grandes.
 Por otra parte, existe una idea brasileña que está ligada a una cierta refracción de la idea portuguesa: el sebastianismo o la saudade sobre la cual escribieron paginas maravillosas poetas como Fernando Pessoa y Teixeira de Pescoaes... No existe una idea keniana hasta donde sé, pero si existe una idea africana: las diferentes civilizaciones africanas llevan en su interior, por así decirlo, los gérmenes de esta idea. En mis libros sobre la Noomajía explore todas las ideas que existen en las diferentes civilizaciones y pueblos alrededor del mundo.
 Considero que es inapropiado medir la importancia de una idea basándonos en el PIB o en el nivel de desarrollo tecnológico de una civilización, como si tener un iPhone o crear una inteligencia artificial fuera el objetivo de todos los pueblos. Tener una idea artificial implica no tener una idea verdadera... Un iPhone no es una idea y esta última no puede ser sustituida por un conjunto de capacidades técnicas. Normalmente, las ideas que se esconden detrás de una enorme cantidad de invenciones técnicas son generalmente insignificantes y débiles. La idea es extremadamente sutil, delicada y sublime, ya que ciertos temas deben ser discutidos eligiendo con cuidado tanto nuestras palabras como nuestra entonación. Por lo tanto, cuando pronunciamos palabras como “idea” o “Dios”, “muerte”, “bondad” y “belleza” resulta necesario que nos recojamos interiormente y hablemos con cuidado.
 – ¿Acaso las ideas de las civilizaciones se diferencian en cuanto a su escala y plenitud?
 – Creo que las ideas difieren en cuanto a su belleza. La magnitud de una idea depende de cuanta belleza o bondad expresa. La idea rusa es bella, buena y verdadera. Tiene una especie de estética y metafísica que no tiene nada que ver con el utilitarismo, ya que el pueblo ruso no es pragmático ni individualista. Los rusos no buscan sobrevivir por sobrevivir, por lo que la idea que nos mueve está llena de vitalidad y no es para nada una cosa forzada o abstracta, sino que es la sangre que fluye por nuestras venas. Es esto lo que hace que seamos rusos y no un pasaporte o ciertos rasgos físicos.
 Cuando le preguntamos a alguien “¿lleva usted por dentro la idea rusa?”, es posible que empecemos una conversación sobre la historia, la cultura y nuestra realidad interior. Hablaremos de los antiguos eslavos, de sus costumbres, rituales, sus conexiones con otros pueblos; después abordaremos los cambios que sufrió la estatalidad rusa liderada por los Varegos, lo que significó la conversión de los príncipes de Kiev al cristianismo y los avatares de la idea rusa cuando se produjo la destrucción de estos principados: no olvidemos que el autor de El cantar de las huestes de Igor hace un llamado a todos los príncipes rusos a que se unan para enfrentar la amenaza de los cumanos. Estas advertencias no fueron escuchadas y como resultado Rusia fue conquistada por los mongoles. No obstante, resulta difícil decir si la idea rusa se perdió o pervivió durante ese periodo. Hubo eslavos que no fueron dominados mongoles y otros simplemente desaparecieron. Cualquiera que allá sido el resultado de todo esto, lo cierto es que surgieron pueblos eslavos que posteriormente fueron muy exitosos.
 Logramos independizarnos de la Horda de Oro durante el siglo XV y proclamamos el nacimiento del Reino de Moscú en el siglo XVI. Posteriormente, la idea rusa se vistió de púrpura y Moscú se convirtió en la Tercera Roma. Sin embargo, caímos en la terrible Época de los Problemas y solo fuimos capaces de superar este obstáculo con la llegada de los Romanov. Y a pesar de haber logrado superar semejantes pruebas, vino el cisma eclesiástico que dividió a nuestro pueblo para siempre, lo que sin duda se constituyó en una verdadera tragedia. Fue a partir de ese momento que Rusia adquirió un carácter esquizofrénico y comenzó una lucha interna que dura hasta ahora: Moscú contra San Petersburgo, la Ortodoxia contra los Viejos Creyentes, los eslavófilos contra los occidentalistas...
 Fue así como la idea rusa entró en una etapa de enfermedad: los eslavófilos trataron de sanar esta herida con la intención de restaurar la unidad perdida durante la época de Pedro el Grande, mientras que los occidentalistas clamaban que Rusia no necesitaba esta idea.
 Cuando entramos en el siglo XX, parecía que los eslavófilos estaban triunfando y apareció una idea filosófica y religiosa rusa inspirada por la eslavófila durante la Edad de Plata.
 No obstante, sobrevino la tragedia: los bolcheviques se hicieron con el poder e impusieron una ideología que no era ni occidentalista ni eslavófila y pareció que habían liquidado la idea rusa. Sin embargo, una parte importante del pueblo ruso reconoció que el comunismo era una forma de expresión de la idea rusa.
 El desplome de la Unión Soviética vino acompañado con la imposición del liberalismo prooccidental que era totalmente incompatible con la idea rusa. Los acontecimientos de 1991 llevaron a una ideología “no rusa” al poder y esta afirmaba que todo lo ruso – tanto lo que está a la derecha como lo que está a la izquierda, es decir, tanto lo rojo como lo blanco – está mal, no existe una civilización rusa particular y, por lo tanto, ¡no existe la idea rusa! Durante la década de 1990 nuestros lideres se burlaban de todo lo que fuera ruso.
 Ahora bien, Putin llegó al poder a comienzos de la década del 2000 y reconoció que se había tomado el camino equivocado y que se debía ser realista. Y aunque nuestra élite siguió burlándose de la idea rusa, el pueblo comenzó a levantar la voz y dijo que esta era una necesidad vital... Y esta idea se ha manifestado cada vez más vivamente en el pueblo: durante el 2008 en el Cáucaso, en Crimea, en el Donbass, durante la Primavera Rusa, nuestra intervención en Siria y el nuevo conflicto que se está gestando contra Occidente. La idea rusa nos está dando señales de que sigue viva a pesar de encontrarse enferma y abandonada.
 Pero debemos tener en cuenta lo siguiente: no podemos identificar la idea rusa con la población. Cuando le preguntamos a la población qué es la idea rusa, simplemente oiremos un murmullo indescifrable donde alguien quiere tener pensión mucho más grande o siente un dolor en sus muelas... Sin embargo, si observamos a las personas como algo que está más allá de la población, entonces seremos capaces de llegar a una conclusión totalmente diferente. ¿Qué es el pueblo y qué es la población? Podemos encontrar ambas realidades en la misma persona, por lo que podemos decir que son dos caras diferentes de nuestro ser: una de ellas es profunda y genuina, mientras que la otra es superficial y momentánea. La población se conforma con una serie de beneficios sociales como tener una carrera, entretenimiento o ascensos. Pero el pueblo es algo muy diferente: es impulsado por principios inmateriales. Es el pueblo quien dice categóricamente que no quiere seguir viviendo bajo el liberalismo que la élite le impone.
 Una vez que ponemos todo esto junto nos damos cuenta de lo fascinante que es la historia de la idea rusa y cómo ha sido capaz de vivir a través de las generaciones. No somos nosotros quienes creamos la idea rusa, sino que es ella quien nos crea. Es esta idea que atraviesa la historia la que crea un pueblo con todas sus paradojas, sus problemas, sus tragedias, guerras, sufrimientos, logros y victorias.
 – ¿Es posible que existan algunos otros elementos que sean indispensables para poder hablar de la idea rusa – quizás, la experiencia –, además de la belleza de la que usted nos ha hablado?
 – Una idea o está viva o muerta. Si para que una idea exista es necesario que este conectada todo el tiempo como una aspiradora o un ordenador, entonces nos encontramos frente a algo falso. Platón decía que las ideas o se elevan o mueren. La idea es lo que nos crea: es nuestra lengua, cultura, sufrimiento, pecado, derecho, errores y elecciones. Somos una parte orgánica de esa idea.
 Cuando los liberales dicen que esta idea no existe, simplemente la asesinan: no podemos ser neutrales en este sentido. No se trata de una adivinanza: o la idea es o no es. Por lo que resulta sumamente importante decir “¡Sí!”, ya que se trata de un acto espiritual. Si decimos “¡Sí!” a la idea rusa, entonces esta existe y ella nos responde a su vez con un “¡Sí!”. Después, sigue el pueblo... y, finalmente, la población...
 – ¿Podemos decir que la idea rusa es algo monolítico o existen muchas variaciones de ella?
 – No creo que exista una sola persona que pueda afirmar que tiene el monopolio de la idea rusa. Lo que realmente importa es reconocer que esta existe: habrá quienes afirman que tiene una existencia autónoma y otros que simplemente reconocerán que es una construcción (y que ella depende de cómo la construyamos). Ahora bien, la idea rusa existe y encontramos muchas variantes de ella en nuestra historia. Sin embargo, si consideramos que la idea rusa es solo un producto de nuestra creatividad intelectual, es decir, algo secundario y que representa una superestructura organizada que encubre una realidad material, entonces la idea rusa no es más que un simulacro.
 Pero si sostenemos que la idea rusa existe, entonces el pueblo también existe, ya que la idea rusa es nuestra alma. Por supuesto, esta tiene muchas versiones. Las personas que encarnan la idea rusa constituyen el pueblo y cada uno de ellos responde a la pregunta de qué es la idea rusa con distintas fórmulas, pero usando un mismo tono. Se trata de las diferentes formas en que los rusos conciben la idea rusa. Dostoievski nos presenta un excelente ejemplo de esto en Los hermanos Karamazov. Cada hermano y cada personaje de esa novela encarna una versión distinta de la idea rusa: incluso Smerdiakov tiene un atisbo, aunque distorsionado, de la idea rusa. Dostoievski era un escritor tan ruso que fue incapaz de hacer un retrato de algo que no fuera ruso. Todo aquello que escribía se convertía en parte del alma rusa. Y eso lo vemos cuando creaba personajes dementes y granujas que expresan a su manera la santidad y el pecado ruso. Se podría decir que presenciamos tanto el amor como la maldad rusa, una especie de música donde se transmite la idea rusa.
 Lamentablemente, mis conocidos, Yuri Mamleyev y Eduard Limonov, ambos ahora fallecidos, emigraron en su juventud a Occidente pensando que el comunismo de la URSS era insoportable y, por lo tanto, era mejor vivir donde si existe la libertad y de ese modo poder escribir tranquilamente. Una vez que llegaron allá se dieron cuenta que Rusia, sin importar que estuviera gobernada por los comunistas, que tanto les desagradaban, era su destino y que Occidente les era totalmente ajeno. Por lo que existe algo que está mucho más allá del gobierno que existe aquí. Rusia constituye la esencia tanto de Mamleyev como de Limonov, de usted, de mí o de cualquier otro ruso. No importa si somos ortodoxos fundamentalistas o laicos agnósticos, el alma rusa habita tanto dentro del santo como del pecador y de allí proviene nuestra unidad.
 Los liberales no tienen idea de lo que es el alma rusa porque su filosofía sostiene que el individuo es la medida de todas las cosas. La ideología liberal parte del principio de que el individuo debe estar aislado de toda influencia externa y despojado de todo vínculo con respecto a cualquier identidad colectiva. Primero la Reforma Protestante liberó a los individuos de todo vinculo colectivo, luego vino la Revolución Francesa que nos liberó de los estamentos medievales y nos convirtió en burgueses. Después se nos liberó de las fronteras nacionales a través del cosmopolitismo y hoy se nos quiere liberar de cualquier identidad sexual. Es imposible decir que el liberalismo es compatible con la idea rusa. Lo mismo sucede con respecto al comunismo y el nacionalismo, pero la contradicción es muy abierta con respecto al liberalismo.
 Sin duda podemos decir que los nacionalistas rusos defienden una versión distorsionada de la idea rusa: solo tenemos que leer a Lev Gumilev para darnos cuenta de que Rusia siempre ha sido un Estado multiétnico. Nunca hemos sido eslavos puros, pues hemos incorporado elementos túrquicos, fino-úgricos y de otras etnias. Defender una forma de nacionalismo ruso resulta tan artificial como defender una versión liberal de la idea rusa.
 También resulta bastante dudoso unir la idea rusa al comunismo y unificar la justicia social con el ideal de una sociedad plenamente comunista. Creo que esas ideas resultan intelectualmente débiles, pero no podemos negar que existe una conexión entre el período soviético y la idea rusa. No obstante, la expresión de la idea rusa durante este periodo comunista es prueba de la fuerza de nuestra alma que fue capaz de diluir el marxismo, el internacionalismo y el materialismo rusofóbicos que impulsaban al comunismo.
 Una vez que hemos descartado las tres versiones de la Modernidad (el liberalismo, el comunismo y el nacionalismo), por fin nos libramos de toda la basura que ha invadido Rusia y podemos encontrar sin dificultad la idea rusa que nace del amor sincero por el pueblo ruso y que proviene de una lectura cuidadosa de nuestra historia. La idea rusa no coincide totalmente ni con el eurasianismo, los eslavófilos o la Ortodoxia, pero hace a un lado todo lo que le resulta ajeno.
 Por lo que si vamos más allá de las ideologías políticas occidentales (el liberalismo, el comunismo y el nacionalismo) descubrimos la enorme riqueza del pensamiento ortodoxo ruso, la tradición bizantina, nuestra ontología holística (integral), una filosofía religiosa rusa que no se puede reducir a los eslavófilos, la Edad de Oro de Pushkin, Dostoievski y Tolstoi.
 La Edad de Plata fue un momento donde floreció la idea rusa. Ninguno de los genios de la Edad de Plata – Merezhkovski, Tsvetaeva, Rozanov, Sergei Bulgakov, Florensky y otros – puede ser clasificado como liberal, comunista o nacionalista. Más bien debemos ver en ellos a los descubridores y exploradores de un continente enteramente ruso. Es una lástima que todos estos autores sean ignorados hoy día. ¿Por qué son ignorados? Porque solo nos dedicamos a hablar sobre la economía o si la Unión Soviética fue buena o mala. Pero eso no es lo importante... Cuando nos dedicamos a discurrir frenéticamente sobre temas sin importancia, terminamos por descuidar todo lo demás.
 Por ejemplo, el eurasianismo no es una teoría dogmática o un canon, sino simplemente una invitación a pensar las cosas desde un punto de vista distinto y desarrollar una forma de pensamiento eslavo. Nuestra misión debería ser permitirle a la sociedad que explore una vez más estos caminos que fueron dejados a un lado: los eslavófilos, los eurasiáticos, los filósofos religiosos rusos, Dostoievski o incluso los controvertidos, pero no menos importantes, Tolstoi o la Edad de Plata han quedado abandonados... Sin embargo, ¿dónde están los Tolstoi rusos? Lo único que encontramos hoy en día son partidarios de la IA, dueños de iPhones 12 o periodistas que despotrican en sus canales sobre temas que no entienden en absoluto. Solo cuando seamos capaces de desmantelar las ideologías políticas imperialistas y hegemónicas occidentales que nos fueron impuestas desde el exterior, entenderemos lo grandioso que es el pensamiento ruso.
 – ¿Acaso la idea rusa puede existir bajo cualquier sistema estatal?
 – Eso no debe preguntársele a la idea rusa, sino al sistema, ya que es este último el que determina su actitud hacia ella. Por ejemplo, cuando el sistema dice que está abierto a la idea rusa, entonces podrá encarnarla mejor. O puede cerrarse frente a ella y expulsarla lejos de sí. Claro, eso no implica que la idea rusa desaparezca, pero el sistema se opondrá a ella. También puede suceder que el sistema diga: Yo soy la idea rusa, y entonces perderá de vista lo importante y no será más que una parodia o un simulacro de la misma. Es un problema bastante sutil. El sistema político no siempre coincide con el pueblo...
 La idea rusa, como todos los seres vivos, cambia. No ha dejado de existir, a pesar de que ya no la veamos en ninguna parte y cuando pretendemos arreglarla, creamos una efigie o una ilusión de la misma. Durante la época de Pedro el Grande, el Estado ruso dejo de ser ruso. No obstante, cuando parecía que se iba a occidentalizar por completo y destruir todo lo ruso, volvió a asumir una identidad rusa durante el siglo XIX hasta llegar finalmente a los últimos zares que al parecer iban a seguir un camino muy diferente. Es más, incluso la Unión Soviética, que es lo más antirruso que pudo existir, fue un espacio donde florecieron elementos rusos como el colectivismo, la falta de individualismo, el heroísmo, el deseo de crear un gran Estado, la justicia social y el rechazo hacia Occidente... Todos esos eran rasgos rusos. Mientras tanto, Occidente nos dice: ustedes los rusos deben ser como nosotros y no pueden ser diferentes. Pero nosotros los rusos siempre nos hemos caracterizado por rechazar todo lo occidental. Casi perdemos nuestra alma... aunque logramos encontrarla nuevamente después.
 De todas maneras, es necesario reconocer que el sistema estatal que imperaba durante la década de 1990 era abiertamente rusófobo, antirruso... Y era enemigo de la idea rusa y del pueblo ruso. Putin nunca cambio este régimen, pero cambió su contenido y sus puntos de referencia. Todo sigue igual, aunque ahora el Estado es mucho más abierto hacia la idea rusa. Sin embargo, no es lo suficientemente abierto al mundo ruso y falta bastante en ese sentido...
 – No obstante, parece que todo lo que ha sido creado por el Estado no es más que un simulacro.
 – Sin duda. El Estado es una imitación de la idea rusa: solo tenemos que observar con cuidado las características fisiológicas de los que rigen el Estado ruso. ¿Existe en ellos una idea rusa? ¡Basta con mirar sus retratos! Esta élite mezquina está condenada a desaparecer y su vida será bastante corta, mientras que la idea rusa seguirá existiendo por mucho tiempo. Por lo tanto, el pueblo puede percibir este sistema de una manera diferente y reinterpretar el simulacro actual del mismo modo en que reinterpreto el comunismo. Por supuesto, estamos frente a una falsificación y ese es un malentendido del patriotismo ruso actual, pero no debemos apelar a la neutralidad ni tampoco creer que estamos frente a una nada que no puede ser transformada. El pueblo ruso duerme en las profundidades de nuestras entrañas. Es este pueblo el que reacciona de vez en cuando frente a ciertos acontecimientos como Crimea es nuestra, la Primavera Rusa o el mundo ruso. Es allí cuando el pueblo escucha una voz por completo diferente a la de los funcionarios públicos, que solo se dedican a resolver los problemas técnicos del día a día. Así que el sistema estatal que existe ahora no es por completo un simulacro. Hegel llamó a este fenómeno la astucia de la razón: las personas creen que actúan según su propia lógica, pero en realidad siguen una lógica desconocida. La idea rusa es una realidad amplia que va más allá de lo que pensamos y hemos visto que es la idea rusa la que termina utilizando al simulacro y no al revés.
 – En su libro sobre geopolítica, dice que Rusia es una especie de “colección de imperios”. ¿Cree que ese objetivo sea viable si, como dice Jordis von Lochhausen, “pensamos en términos de milenios y continentes enteros”?
 – Un imperio es una forma de organización supranacional muchos territorios. Y la Unión Europea es, en cierto sentido, un imperio. La Unión Soviética también fue un imperio y lo mismo pasa con los Estados Unidos y China, porque no podemos decir que sean Estados-nacionales. El imperio, como unión supranacional de diferentes pueblos, es una forma de organización extraordinaria. Por otra parte, el imperio es lo contrario del imperialismo, porque el imperialismo es la imposición de un único modelo a escala mundial, mientras que el imperio es una creación donde los elementos más heterogéneos pueden convivir, ya sean estos étnicos, religiosos, sociales, culturales, etc… El Imperio unifica y armoniza mundos enteros... El destino de Rusia es ser un Imperio, pero un imperio nuevo: democrático, policéntrico, multipolar, que no pretende ser único y que permite la existencia de otros imperios: el chino, el islámico, el europeo, el africano, el latinoamericano...
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jgmail · 3 years
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El Logos de América del Norte: un llamado a la juventud estadounidense
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Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 La entrada en inglés de Wikipedia de Alexander Dugin dice que es un “analista político y geo-estratega ruso conocido por sus ideas fascistas”. Dugin es llamado de muchas formas, a veces lo denominan como “el filósofo más peligroso del mundo”, “el cerebro de Putin” o una especie de Rasputín moderno cuyo libro Los fundamentos de la geopolítica, publicado en 1997, es considerado como la piedra angular de la geopolítica euroasiática, hasta el punto de que se ha convertido en una lectura obligatoria para los oficiales del ejército ruso. Sin embargo, el epíteto de fascista no cuadra en ningún lugar. De hecho, el libro de Dugin La cuarta teoría política, publicado en el 2009, dice que es necesario superar las tres ideologías políticas de la Modernidad: el comunismo, el fascismo y el liberalismo. Dugin considera que su filosofía es antifascista, antirracista y profundamente antiliberal.
 Esta disonancia entre las obras de Dugin y Wikipedia sin duda demuestran la falsedad de esta última (además de que refuerza las quejas que ha hecho el mismo fundador de Wikipedia de que ese sitio web ha perdido toda neutralidad, por lo que nosotros en Countere preferimos usar la Everipedia basada en cadenas de bloques). Dugin defiende la multipolaridad tanto en un sentido geopolítico como metafísico: no solo existe la "verdad" occidental, sino también la verdad rusa, la verdad africana, etc. Pero eso no significa que la verdad no exista. La física nos enseña que la velocidad de un tren en Japón es diferente si dependiendo de si medimos su recorrido desde la Tierra o desde Marte. Es posible hacer mediciones correctas en ambos planetas: la verdad absoluta depende del marco de referencia.
 Aunque todo esto suena muy razonable – y sin duda tanto la derecha como la izquierda estadounidense pueden estás de acuerdo con esos argumentos – resulta que las teorías de Dugin se vuelven muy problemáticas cuando las ponemos en práctica. Son, por así decirlo, la justificación metafísica de la intervención rusa en Siria: Dugin dice esta intervención deja claro que Estados Unidos no es el “jefe del mundo”.
 Podemos decir que Dugin ha creado un marco filosófico que justifica el antiamericanismo en todo el mundo. Él hace un llamado a que todas las sociedades rechacen el individualismo occidental, redescubran sus particularidades étnicas y confíen en las verdades que tienen sus civilizaciones. La izquierda y la derecha estadounidenses tampoco aceptan que Dugin considere que el “progreso” – entendido ya sea como promoción de la democracia o los derechos LGBTQ – es una forma de racismo dirigido en contra de sociedades que rechazan tales ideas, especialmente porque el progreso niega la naturaleza cíclica de la vida y las civilizaciones, lo que es una terrible falta de respeto a los ancestros de una sociedad.
 Todo esto da miedo. Existe un muy genial documental de Dugin llamado The Wolf in the Moonlight (El lobo a la luz de la luna), el cual es una entrevista muy larga a este filósofo que sucede en medio de las estepas barridas por el viento o en las ceremonias conmemorativas de su tierra natal. El resto del trabajo periodístico occidental no es otra cosa que reacciones histéricas y condenas que buscan imponer nuestro paradigma político, mientras que todo el constantemente se cuestionan las relaciones de Dugin con Putin (vale la pena decir que Dugin insiste en que nunca ha sido asesor de Putin, pero éste último ha seguido al pie de la letra, durante las últimas dos décadas, las ideas de Dugin). La entrevista de Dugin con la BBC acabó en una discusión vacía donde los entrevistadores sostienen que los medios de comunicación occidentales, a diferencia de lo que sucede en otras partes del mundo, tratan de decir la verdad (y si ustedes creen eso, entonces están en el sitio web equivocado).
 Countere Magazine decidió adoptar un enfoque muy diferente y por eso queremos hablar directamente con este hombre para que sean nuestros lectores quienes juzguen su filosofía. Le hemos preguntado a Dugin cuál es su visión del futuro, si cree que Occidente está condenado a la decadencia y también sobre el volumen número 24 de su magnum opus. También envió un mensaje para los jóvenes de Estados Unidos. Espero que lo disfruten.
 Esta entrevista ha sido editada con el fin de que sea más clara.
 Zachary Emmanuel
 Zachary Emmanuel: ¿Cree que en un mundo multipolar existe espacio para una civilización liberal e individualista como la occidental? ¿O cree que el liberalismo está destinado a ser parte del basurero de la historia, como aconteció con el fascismo y el comunismo?
 Alexander Dugin: Antes que nada, pienso que el mundo multipolar debe ser considerado como algo realista. No es un concepto utópico. No se trata de un sueño rosa donde la gente vive pacífica y amistosamente sin conocer los conflictos o las disputas. La multipolaridad significa antes que nada que las decisiones globales ya no serán tomadas solamente por Occidente sino por múltiples polos.
 La multipolaridad tendrá sin duda muchas contradicciones, conflictos y oposiciones, pero estas serán de una naturaleza diferente a la que ha impuesto la hegemonía occidental que hoy es representada por el liberalismo de izquierda, el cual considera que sus principios son universales. La unipolaridad cada vez está más ligada al liberalismo de izquierda hasta el punto de que todo el que desafía las ideas de los LGBT, BLM, el “progreso”, la “tecnología” y el “desarrollo científico” es considerado un nazi, un comunista, etc.
 El orden hegemónico global y unipolar debe ser reemplazado por un mundo multipolar realista con diferentes clases de ideologías y valores. China seguirá los valores de los chinos, África seguirá los valores de los africanos, el mundo musulmán los valores de los musulmanes, los Europa los valores de los europeos. Si te vuelves ruso, y en ese caso serás bienvenido, podemos decir que compartiremos una misma tradición, una sociedad conservadora, una monarquía y un sistema autoritario tanto para lo bueno como para lo malo. Pero respondiendo a tu pregunta, puedo decir que la civilización norteamericana o europea puede seguir siendo una democracia liberal capitalista: esa decisión deben tomarla ustedes siguiendo sus propios valores.
 No existe una verdad universal dentro del mundo multipolar. Tal cosa no existe. Las civilizaciones pueden proponer algún principio como universal, pero estos principios no pueden imponerse. Nadie puede convertirse en el juez universal de todos los demás. Ese es el sentido profundo de la multipolaridad. No se trata de un ideal, sino de un imperativo necesario en estos tiempos en que vivimos.
 ZI: Al parecer tanto los estadounidenses como los rusos creemos que los valores de nuestra sociedad son los mejores, pero el tratar de imponerlos o convertirlos en algo universal va en contra de la naturaleza.
 AD: Sí. No obstante, es algo comprensible. Cuando uno cree y enaltece sinceramente los valores de su sociedad, no puede aceptar que ellos sean relativos. Es algo normal; tal vez sea muy ingenuo, pero es normal. Lo único que podemos hacer es darnos cuenta de que existen sociedades con otra clase de valores. Podemos seguir considerando nuestros valores como los mejores, pero es necesario aceptar que el Otro piensa de una forma muy distinta. Eso es la multipolaridad.
 Podemos seguir considerando nuestra verdad como absoluta. Pero no debemos negarle la capacidad al Otro de tener su verdad absoluta. La verdad del Otro no es mejor o peor que la nuestra. Cuando los liberales, o al menos los verdaderos liberales, son capaces de aceptar que el Otro tiene su propia verdad, entonces creo que es posible entablar un dialogo: hablar con ellos, intercambiar ideas, etc… Sin embargo, cuando ellos te exigen que debes ser un liberal, o de lo contrario serás considerado un nazi, o un comunista, o un putinista, o terrorista musulmán, por lo que debes ser destruido y aniquilado en nombre de la libertad, pienso que estamos lidiando con algo muy diferente.
 El problema con la unipolaridad estadounidense y occidental es que son incapaces de aceptar que el Otro tiene derecho a ser “un Otro”. El Occidente de Biden y el Partido Demócrata quiere imponer las ideas de apenas la mitad de la población estadounidense como un patrón universal. Eso es una deformación total de las ideas liberales, por lo que debemos hablar de un nuevo tipo de totalitarismo.
 Desde un punto de vista teológico, uno puede pensar que los valores estadounidenses son los mejores, pero creer que se deben imponer como absolutos a todo el mundo es jugar el papel de Dios. Fácilmente podemos preguntarnos la relación que tiene Dios con la Cuarta Teoría Política y la multipolaridad.
 Es algo muy importante, pues la relación que cada pueblo tiene con los Dioses no depende de un único Dios, sino de la cultura o la sociedad. No porque Dios sea diferente en sí, sino porque la cultura o la sociedad son muy diferentes.
 Esto lo podemos aplicar a los rusos, ya que consideramos que nuestra civilización cristiana ortodoxa – con su iglesia, religión, sociedad, historia, tradición – es universal. Estamos convencidos de que tenemos la razón, de que poseemos la verdad absoluta, pero admitimos que existen otras culturas que siguen su propio camino hacia la verdad. Y no buscamos imponer nuestra verdad absoluta sobre otros. No es ni una forma de relativismo o universalismo sino una forma de equilibrio.
 Solo podemos insistir en que todos tienen derecho a ser diferentes.
 El Otro ha seguido un camino muy distinto al nuestro. Es posible que la meta o el objetivo coincidan, aunque quizás eso tampoco suceda. Sin embargo, mientras no alcancemos ese objetivo resulta imposible decir si existe un solo Dios o no, o si ese Dios es el nuestro o no. Podemos afirmar estas ideas desde el principio, pero debemos demostrarlas. Y eso no lo conseguimos simplemente convenciendo a los demás: antes que nada, es necesario realizar esa fe dentro de nosotros mismos. Por lo que es necesario convertirnos en santos, ser verdaderos cristianos y no simples principiantes.
 Solo cuando hayamos alcanzado esta meta, y únicamente contemplando las cosas desde allí, podremos hacer un juicio sobre el Otro. Es mejor juzgarnos a nosotros mismos y no al Otro, porque cuanto más nos acercamos a Dios sentimos menos deseo de juzgar al Otro. Mientras más cerca de Dios estamos, nos hacemos menos agresivos y poseemos una menor voluntad de poder. Es necesario tener esto en cuenta, pues únicamente si cumplimos los principios de nuestra religión entonces seremos capaces de llegar a una conclusión universal. Solo así podemos juzgar las cosas y no a partir de nuestras ideas modernas.
 Por el contrario, no podemos decir que el liberalismo defiende a su Dios. Ellos defienden el relativismo puro, que no es otra cosa que una actitud nihilista. Una sociedad puede ser nihilista, pero esto es algo que deben decidir ustedes. Cada uno decide si desea seguir el camino que lo conduzca ante Dios o ante el diablo. Nuestra única exigencia es que todos tienen derecho a ser diferentes.
 Los estadounidenses pueden considerar que su sociedad es perfecta y eso lo puede decir su presidente. No obstante, pienso que la mitad de los Estados Unidos rechaza el liberalismo actual porque considera que es antiliberal: quiere imponer a los Otros sus propios puntos de vista. El liberalismo parte de la aceptación de las diferencias, pero el liberalismo de izquierdas de hoy no acepta que existan diferencias: quiere imponernos sus ideas. Quiere cambiar nuestro lenguaje y nosotros lo rechazamos. Se trata de una forma de totalitarismo muy peligroso y debemos luchar contra él.
 ZI: Existen quienes dicen que el liberalismo estaba condenado desde el principio, mientras que otros temen el efecto corrosivo que tiene la tecnología sobre la democracia. ¿Cuál piensa usted que fue el error más grave que cometió el liberalismo?
 AD: He intentado rastrear las raíces históricas del liberalismo hasta llegar a sus orígenes y mientras más investigo me doy cuenta de que el liberalismo desde el principio – o incluso antes – partía de una concepción metafísica equivocada.
 Por ejemplo, Duns Escoto (un fraile franciscano considerado como uno de los más importantes filósofos y teólogos de la Edad Media) afirmaba que la materia era lo más universal. Además, el individuo era el pináculo y el punto espiritual más alto, siendo el principio del que parte todo lo demás. Esto es llamado en latín como la haecceitas. Dios creo individuos y no ideas o especies.
 Es lo opuesto a las ideas de Tomás de Aquino, Platón y Aristóteles. Platón y Aristóteles partían de que la espiritualidad estaba en el género de las especies, es decir, lo más general o la idea universal. La materia únicamente separa las cosas y es la influencia que tiene sobre las ideas lo que hace que nazca la individualidad. El individuo es el nivel más bajo de todos.
 Descendemos hacia el individuo, pero no ascendemos a partir de él. Por esa razón rechazo el liberalismo desde una perspectiva metafísica.
 Por lo tanto, podemos decir que se ha producido una especie de invención metafísica que – antes del liberalismo y el capitalismo – había destruido la cosmología, la ontología y la antropología clásicas. El liberalismo tiene su origen en este individualismo: todo es materia y lo que está por encima de la materia no es otra cosa que el individuo, lo individual, y no la humanidad
 Así que el liberalismo postmoderno no es sino la culminación de este proceso. Esa es la razón por la cual rechazo el liberalismo, pero si ustedes piensan lo contrario, entonces no insistiré en mis argumentos. Al menos así es como pienso la historia del liberalismo y la comparo con la tradición ortodoxa cristiana, la filosofía rusa, el socialismo ruso, y veo por qué razones lo hemos rechazado siempre. Rechazamos esas ideas en el pasado [en la Edad Media con la Iglesia], en la época soviética y continuamos rechazando a Joe Biden, Kamala Harris, el globalismo, el Great Reset, el capitalismo y el liberalismo. Eso se debe a que nuestra ideología expresa una otredad irreductible.
 Consideramos que la realidad intelectual, espiritual e interior es lo más importante. No la realidad externa. Descendemos hasta el individuo y no ascendemos a partir de él. Por esa razón rechazamos el liberalismo desde una perspectiva metafísica. Sin embargo, cuando estudiamos todas las diferentes etapas del liberalismo, podemos decir que el primer liberalismo es más normal que el actual o al menos más humano. El liberalismo actual es una deformación total del mismo: la disolución de todos los errores que existían dentro de la filosofía liberal.
 ZI: ¿Piensa que la civilización occidental retornará a una forma anterior de liberalismo o, por el contrario, nos dirigimos ineludiblemente hacia la autodestrucción?
 AD: Si analizamos el camino que ha seguido Occidente, en especial el mundo anglosajón, desde Duns Escoto y la orden franciscana hasta Joe Biden y su visión totalitaria y globalista de un liberalismo posthumano, creo que nos encontramos ante un panorama impactante. La verdad es que el desarrollo de su lógica interna fue muy coherente, por lo que podemos decir que fue un proceso que siguió un camino consecuente.
 Quizás todo esto se debió a que la humanidad occidental hizo un pacto con el liberalismo, con el individualismo, y por esa razón podemos observar que su desarrolló histórico fue bastante lógico. Este camino siempre siguió una única dirección, aunque en algunas ocasiones se dudó de seguir ese destino. Trump es un ejemplo de cómo ha habido momentos de vacilación; el creciente rechazo de Europa frente a la presión de los Estados Unidos es otro ejemplo y lo mismo pasa con el populismo. Sin embargo, podemos decir que este proceso es comparable a cuando caemos por una cascada: una vez que caes por ella lo único que puedes hacer para frenar la caída es agarrarte de donde puedas mientras que el agua sigue precipitándose hace abajo donde vemos un pozo ardiente.
 Pienso que el destino de Occidente era llegar hasta este punto. No obstante, creo en la libertad del hombre. Si el hombre dice “¡No!” al destino que ha elegido, entonces es posible cambiar las cosas. Si somos firmes y decimos: “¡No a Biden! ¡Largo de aquí! ¡Tampoco queremos a los liberales! ¡Fuera de nuestra sociedad! ¡Fuera BLM y todos sus intelectuales inorgánicos, ya que estamos orgullosos de ser estadounidenses y queremos ser una nación y un pueblo!”, entonces es posible cambiar el destino. Claro, tenemos que darnos cuenta de que es una decisión muy importante: esto va más a allá de elegir un gobernante con tal de decidir si habrá o no aborto. Es algo mucho más complicado, pues lo que tenemos que hacer es invertir la lógica del tiempo.
 Todo ello es posible, aunque no es que sea algo fácil: todo esto es extremadamente complicado. Y lo peor es que tenemos a la muerte a la vuelta de la esquina: la muerte será el destino de Occidente una vez que se imponga el posthumanismo. Una vez que el ser humano desaparezca todo estará perdido. Por eso creo firmemente en que la sociedad estadounidense tiene el derecho de decir “No” a todo esto.
 ZI: Para que eso ocurra será necesario que los estadounidenses redescubramos nuestra propia etnia y el origen de nuestro pueblo, porque a estas alturas somos incapaces de saber si debemos estar orgullosos de nuestro país o de nuestros vecinos.
 AD: Pienso que Estados Unidos no puede ser considerado un etnos. Tampoco es un pueblo y menos una nación. Estados Unidos fue creado desde el comienzo como una sociedad civil que estaba basada en el individualismo. Todas sus instituciones fueron construidas alrededor del individualismo, tanto la Constitución como la Revolución Americana parten de ese principio; en ese sentido, creo que es erróneo considerar que la historia de los Estados Unidos fue hecha por un etnos, un pueblo, una religión o una nación como sucedía en Europa. Ustedes nacieron desde cero y fueron concebidos como una especie de sociedad civil futura creada artificialmente. Y esta idea excluía desde el comienzo cualquier tipo de identidad colectiva.
 Sin embargo, los estadounidenses eran y siguen siendo humanos, así que era imposible para ustedes hacer realidad esa [visión posthumana] en su momento. De allí que conservaran lazos con lo Otro, pero lo que ustedes crearon fue un simulacro de comunidad y de identidad nacional. El individualismo sobre el cual fue fundado la sociedad estadounidense erosionó poco a poco los cimientos de este simulacro hasta llegar al punto en que se encuentran hoy. En el futuro será considerado un discurso de odio el defender una identidad colectiva estadounidense. De hecho, la corrección política ya hace tal cosa imposible.
 Estados Unidos ha sido desde el principio una especie de post-pueblo, es decir, una sociedad civil post-étnica que solo existe a partir del cambiante consenso de sus individuos y ello hace inviable la posibilidad de que surja una etnia. No obstante, es buen punto de partida para destruir cualquier tipo de solidaridad.
 La actual división que hoy afronta la sociedad norteamericana es resultado de todo esto. El individualismo divide, pero jamás une. Si se quiere crear una etnia o un pueblo se tiene que dar un giro de 180 grados en su historia.
 Este giro a veces se produce en las guerras, los desastres y las revoluciones. La historia rusa está llena de esa clase de giros. Durante todas nuestras guerras, desastres y revoluciones siempre nos preguntamos “¿Quiénes somos? ¿Qué nos une? ¿Qué nos divide?”. Nuestra identidad ha sido creada por todos estos sucesos históricos.
 En Estados Unidos no ha acontecido algo parecido. Lo más parecido a eso ha sido la Guerra Civil, pero incluso el [resultado de esa guerra] continua inconcluso hasta el día de hoy. La división que llevó a esa guerra sigue existiendo, empezando por el sistema bipartidista o las luchas entre blancos y negros, etc.
 La situación de Estados Unidos es bastante crítica en estos momentos, pues no sabemos cómo recuperar la unidad del pueblo estadounidense. Todos los signos que ahora vemos parecen indicar que la sociedad estadounidense está cada vez más dividida, por lo que resulta imposible soñar con la creación de un pueblo, una nación o una etnia. Quizás esto sea lo mejor, ya que tal pregunta sería imposible si los estadounidenses dejan de ser humanos.
 ZI: ¿Ha escuchado de Bronze Age Mindset escrito por Bronze Age Pervert (1)?
 AD: He oído hablar de eso, pero no se mucho del tema.
 ZI: Muy bien. En el documental El lobo a la luz de la luna usted habla de que está a punto de terminar su obra maestra. ¿De qué trata este magnum opus y por qué la considera su obra más importante?
 AD: Es una obra que consta de 24 volúmenes, siendo algunos de ellos muy largos. Esta obra tiene más de 1000 páginas. Es mi obra más importante porque he reunido todas mis ideas en ella. Es el resumen de toda mi filosofía y la forma en que analizo las civilizaciones humanas.
 A toda gran civilización le he dedicado un volumen exclusivo. Mi objetivo era demostrar que toda sociedad tiene su propia idea del tiempo, del espacio, de la naturaleza y del destino: la humanidad es una sumatoria de todos estos mundos. Así que podemos decir que no existe una única humanidad, un solo mundo, una sola historia o un destino único; existen muchas humanidades, muchos mundos, muchas historias y muchas culturas.
 Es por esa razón que es imposible crear una jerarquía entre las civilizaciones: por ejemplo, no podemos afirmar que una “sociedad arcaica” evolucionará hasta convertirse en una “sociedad bárbara” y entonces esta “sociedad bárbara” se convertirá en una “civilización”. Estas ideas eran muy comunes en el siglo XIX y hoy siguen siendo defendidas por los autores universalistas y materialistas: ellos piensan que solo existe una única humanidad que atraviesa diferentes etapas hasta llegar a la misma meta.
 Yo niego tal cosa y trato de demostrar en todos estos 24 volúmenes el carácter cíclico e independiente que siguen todas las civilizaciones. Existen muchas humanidades y cada humanidad atraviesa por un ciclo diferente, viviendo en condiciones diferentes y siguiendo una lógica interna diferente. Por ejemplo, he descubierto que los hindúes tienen una comprensión totalmente diferente del tiempo. Los chinos conciben la naturaleza, la cultura y la sociedad de un modo completamente distinto al nuestro. Por eso pienso que para llevar a cabo un diálogo entre todas las civilizaciones es necesario estudiar cada una de ellas de forma cuidadosa.
 Debemos abandonar nuestra identidad a la hora de estudiar una civilización y despojarnos de nuestras ideas sobre el hombre, la mujer, la física, el cosmos, la religión, la sociedad y la familia, y también es necesario hacer a un lado nuestra concepción del mundo y nuestros prejuicios universalistas. Esto no solo se aplica a los estadounidenses, sino también a los rusos. Por ejemplo, estudiando a los pueblos africanos me di cuenta que ellos no tenían nada que ver con el mundo ruso, bizantino, euroasiático y monárquico. No obstante, el prerrequisito para comprenderlos era abandonar las opiniones y juicios que tenía sobre el continente africano. De lo contrario, hubiera sido imposible comprenderlos.
 El método que he empleado en mis libros lo he denominado como “el estudio de los tres Logos”. Este método sigue más o menos la distinción nietzscheana de apolíneo y dionisiaco, pero he descubierto que ella tiene sus limitaciones. Fue por eso que introduje un tercer Logos al que denominé el Logos de Cibeles o de la “Gran Madre”. He sido capaz de identificar estos tres Logos en todas las civilizaciones, aunque es imposible afirmar con toda seguridad que “tal civilización es del Logos de Apolo, tal otra sigue el Logos de Dionisio y esta otra pertenece al Logos de Cibeles”. Lo más probable es que en una civilización prevalezca un Logos mientras que en su cultura prevalece otro.
 Aplicando esta metodología a la civilización norteamericana llegue a conclusiones muy interesantes. Por ejemplo, me di cuenta que el pensamiento norteamericano es muy diferente al europeo, ya que ustedes tienen un paradigma muy particular: el pragmatismo. Y el pragmatismo es completamente opuesto al utilitarismo.
 El pensamiento pragmático norteamericano parte del hecho de que existe una apertura total entre el sujeto y el objeto. Por lo tanto, se trata de un encuentro entre un sujeto completamente libre con un objeto completamente libre y en este marco no existen prescripciones normativas. Es bastante divertido. Me gusta mucho el pragmatismo y de hecho explica tanto lo mejor como lo peor de la civilización estadounidense.
 La civilización [norteamericana] es totalmente diferente a la civilización latinoamericana o sudamericana. El explorar cada una de estas civilizaciones fue para mí una especie de viaje metafísico, una verdadera prueba en la medida en que atravesaba diferentes mundos. Esto es lo que me ha permitido crear un mapa para sustentar la multipolaridad.
 Pero este proyecto no se reduce a los 24 volúmenes que he escrito: es antes que nada una invitación a profundizar en mi trabajo. Los rusos deben abordar esto desde Rusia, los euroasiáticos desde Eurasia, los africanos desde África: cada uno debe interpretar las cosas desde diferentes perspectivas. Este proyecto no es otra cosa que un intento de descifrar la multiplicidad y la dignidad de toda sociedad, ya sea pequeña o grande, “arcaica” o “desarrollada”.
 Mi trabajo ha resonado en América Latina, allí han aceptado mi invitación y han empezado a enriquecer mis esbozos sobre el Logos latinoamericano. [Los académicos] de África, en países como el Chad, Benín y el Sáhara Occidental tomaron estas ideas sobre el Logos africano con tal de corregir y precisar mis ideas. La metodología que he creado está siendo estudiada en China, en Oceanía o el mundo islámico.
 Las conferencias introductorias a estos 24 volúmenes han sido publicadas en varios idiomas. Por lo que supongo que aparecerá en algún momento la traducción al inglés y eso sería muy importante, no tanto por lo que ello implica para mi sino para el estudio de cada civilización y de todos los demás.
 ZI: Lo último tiene que ver con mi última pregunta. ¿Qué mensaje quiere enviarle a los jóvenes de Estados Unidos?
 AD: Primero quisiera citar estas palabras que usaba mucho Martin Heidegger al citar a Hölderlin: “Allí donde existe un gran riesgo, también es donde nace la verdadera salvación”. El peligro más extremo nos conduce a la verdadera salvación.
 La juventud estadounidense es la que corre más peligros en estos momentos, ya que su país casi se encuentra al borde del abismo. En parte es culpa suya, por lo que no son únicamente víctimas, sino también responsables por lo que sucede. Por lo tanto, deben asumir esta situación y darse cuenta de que han estado caminando hacia su perdición. Quizás es por eso que serán los primeros en caer al abismo que hoy se está abriendo bajo sus pies. Pero el caer o no depende de ustedes.
 Estamos enfrentando una situación muy grave, por lo que es inútil simplemente decir que todo se trata de una élite pervertida, del Pizzagate, los reptilianos o una conspiración. Nietzsche alguna vez escribió que “Dios ha muerto. Nosotros lo hemos matado. Ustedes y yo”. La civilización europea tiene que asumir la responsabilidad por este asesinato de Dios. Es su civilización y deben asumir lo que hicieron. Y nosotros asumiremos lo que hizo nuestra civilización.
 Es desde este punto de vista que debemos partir y, por lo tanto, debemos hacernos responsables por el nihilismo que ha producido una cultura liberal e individualista radical. Aquí no estamos descargando la culpa sobre alguien sino repensando nuestro destino. Si su destino es ese, entonces es necesario ser conscientes de él. Ya casi estamos llegando a la meta.
 Ahora bien, si no están de acuerdo en seguir este camino – si consideran que el Viejo Joe, los LGBT+, el globalismo y la tecnociencia les son ajenos –, entonces debemos enfrentar el martirio como lo hicieron los viejos cristianos. No se trata de una lucha fácil y tampoco se va resolver con simplemente arreglar “un poco” los problemas que tiene la sociedad. Antes que nada, debéis alzaros contra vosotros mismos.
 Ustedes han llegado antes que nadie a la meta, por lo que entraron dentro de la oscuridad antes que todos nosotros. Así que debéis decir: "La noche está llegando a su fin y pronto veremos el sol”.
 Pero eso depende de ustedes. La sociedad norteamericana tiene una gran responsabilidad que enfrentar, y esa responsabilidad es mucho mayor que la de otras sociedades. Por lo que podéis decirle al resto de la humanidad: ser o no ser.
 Es difícil esperar algo de las generaciones más viejas. Han hecho todo lo que pudieron. Será la juventud norteamericana la que traiga este cambio y de un giro en la historia. Eso implica volver a las raíces, es decir, al Logos, a su Logos norteamericano. Es algo muy difícil y peligroso, pero ese es su destino. Es su deber redescubrir su Logos, reafirmarlo y cuidarlo.
 Ese sería mi humilde llamado a la juventud norteamericana.
 Notas del Traductor:
 1. Bronze Age Pervert es el seudónimo de un autor de internet que auto-público el libro Bronze Age Mindset a través de Amazon Publishing en junio de 2018. Se trata de una “exhortación” de 77 capítulos escrita intencionalmente con una mala pobre que mezcla la filosofía nietzscheana con críticas a la sociedad moderna. Bronze Age Pervert declaró explícitamente que Bronze Age Mindset no es un manifiesto político y que fue escrito con “la intención de provocar risas”.
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jgmail · 4 years
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NUESTRA GUERRA EPISTEMOLÓGICA (actualización)
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Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 Un amigo académico italiano me envió unas notas extremadamente importantes sobre cómo el sistema educativo global aplica la censura, el desplazamiento y la cultura de la cancelación en el campo filosófico.
 Aquí está el contenido de sus muy precisas observaciones. En el sistema globalista científico y educativo moderno (es decir, que afecta tanto a los países de Occidente como a los países del Oriente), las siguientes tendencias se pueden rastrear sin ambigüedades en las últimas tres décadas y están cobrando gran impulso:
 ·         Censurar (denunciar, cancelar) a Hegel a favor de la promoción de Schopenhauer;
·         Censurar (denunciar, cancelar) la lingüística científico-histórica (F. de Saussure, J. Devoto) y promover la lingüística analítica (Russell, Chomsky, Kim);
·   ��     La subordinación de la filosofía a una disciplina que surgió no hace mucho, la psicología individual, con su enfoque analítico y una estricta censura (desplazamiento, anulación) de todo lo que va más allá de su alcance;
·         Censurar (denunciar, cancelar) el platonismo político;
·         Censurar (denunciar, cancelar) el empirismo y el dominio absoluto del racionalismo;
·         Censurar todo tipo de idealismo e historicismo que estarán sujetos a una dura prueba editorial;
·         Censurar (denunciar, cancelar) la semiótica, la epistemología y la imposición de la filosofía analítica y sus epistemologías psicológicas a partir de ellas, hacerlas inéditas para el ámbito humano;
·         Censurar (denunciar, cancelar) la lógica dialéctica y la promoción exclusiva de la lógica biunívoca;
·         Marginación y exclusión de cualquier apelación a la sociología positiva (Fraser, Weber, Durkheim, Simmel, De Martino, Eliade) y promoción agresiva de la medicalización, de la psicologización del pensamiento (en el centro de la cual está el individuo puro);
·         La única ciencia reconocida del hombre permitida por el sistema es la "antropología cultural" (a-estructural y a-histórica);
·         Censurar (denunciar, cancelar) y desmantelar todo estructuralismo, historicismo y negar cualquier fenomenología del pensamiento y su dependencia de los aspectos históricos y sociales.
·         El avance de la epistemología de la psicología analítica a-histórica y a-estructural: una filosofía editada en esta línea está obligada a subordinarse como una sirvienta (como en la Edad Media la filosofía era considerada un “sirvienta de la teología” - philosophia ancilla theologiae);
·         Censurar (denunciar, cancelar) la fenomenología;
·         Censurar (denunciar, cancelar) la correspondencia entre la evolución del pensamiento y la historia del arte, por un lado, y las diferentes culturas y sus geografías, teniendo en cuenta su formación, por el otro;
·         Imposición radical autoritaria de modelos basados ​​en la psicologización a-histórica y a-estructural en todas las formas de cultura y sociedad con la filosofía subordinada como su sirvienta, junto a un exilio totalitario y censura estricta de todos los disidentes y deslegitimación inmediata de cualquier punto de vista alternativo (enfoque puramente totalitario);
·         Censurar (denunciar, cancelar) todas las posibles correlaciones entre ideas, historias, estructuras sociales, espacios geográficos y temporalidad histórica (sólo se puede permitir en casos excepcionales si el concepto de individuo está en el centro dentro de este marco de la filosofía analítica).
 Ésta es una descripción increíblemente precisa de la esencia totalitaria de la epistemología liberal globalista. Reconozco en esta lista - por supuesto en la parte censurada - todos mis libros, conferencias, textos, cursos y conferencias. En más de 60 libros que he escrito, he defendido y desarrollado consistentemente:
 ·         El "idealismo" tradicionalista - hiper-idealismo que culmina en la teoría del Sujeto Radical;
·         El platonismo político y todas sus posibles aplicaciones;
·         El estructuralismo de todo tipo y género (desde Saussure, propiamente dicho, Trubetskoy y Jacobson hasta Lévi-Strauss, Ricoeur, Dumézil e incluso Foucault y Lacan);
·         La independencia de la filosofía de la psicología pervertida individualista y materialista (incluyendo la analítica, bi-conductista y cognitivista) con la defensa paralela de la psicología fenomenológica y la psicología de las profundidades (con especial atención a Gilbert Durand);
·         La semiótica y la semántica (V. Propp, A. Greimas)
·         La sociología de Durkheim, Simmel, Scheler y Sombart (con un enfoque particular en Louis Dumont y un énfasis en la sociología de la imaginación y la etnosociología);
·         La lógica dialéctica basada en un enfoque retórico de la conciencia;
·         La fenomenología aplicada a la más amplia gama posible de campos y temas científicos: culturas, pueblos, sociedades, civilizaciones; análisis comparativo (anti-jerárquico) de las civilizaciones, reconociendo el pluralismo de sus ontologías, "espacios" y temporalidades.
 También quiero enfatizar la necesidad de:
 ·         La defensa radical y el escrutinio de Heidegger (a quien odia la episteme globalista contemporánea);
·         Una reevaluación positiva adecuada de Aristóteles, leída principalmente en una perspectiva fenomenológica (la cancelación de Aristóteles comenzó en los albores de los tiempos modernos, fue renovada por Popper y hoy se supone que está siendo completada);
·         La protección de todo tipo de neoplatonismo desde Plotino y Proclo hasta los Dionisos Areopagita, Juan Escoto Eriugena, Dietrich von Freiberg, Eckhart y otros místicos renacentistas, Paracelso, Boehme y la filosofía religiosa rusa (sofiología - Soloviev, Florensky, Bulgakov);
·         La geopolítica euroasiática (la naturaleza primordial de la estructura es el elemento de la Tierra en la interpretación de C. Schmitt y teniendo en cuenta su influencia en el estructuralismo de N.S. Trubetskoy);
·         La rehabilitación de las teologías y religiones sagradas tradicionales, incluida la confianza absoluta en sus epistemologías contra el ateísmo y el materialismo.
 Naturalmente, rechazo categóricamente la filosofía analítica y el positivismo racional y considero el materialismo, el individualismo y su enfoque analítico de la conciencia como formas de una enfermedad mental. Al mismo tiempo, descarto la filosofía analítica como un malentendido, si hablamos de algo "obligatorio", con libre consideración, algo que proviene del pragmatismo americano, con su total indiferencia ante la prescripción tanto del sujeto como del objeto, puede resultar como algo divertido. En general, todo lo que sea opcional y esté libre del totalitarismo globalista y la hegemonía epistemológica de los liberales puede ser digno de investigación. Incluso, Dios me perdone, Russell.
 Son estos temas los que son objeto de la censura globalista - en relación con las escuelas, teorías, métodos, direcciones, orientaciones a las que están dedicadas casi todas mis obras - todos los volúmenes de Noomajía, todas las obras filosóficas, libros y libros de texto sobre sociología, estudios culturales, antropología, etnología y política. Resulta que tomé prestado de forma natural, ¡sin querer! - en este conflicto epistemológico, no sólo una de estas posiciones, sino una posición que une en sí misma, en cierto sentido, todo lo que se opone al paradigma epistemológico de la globalización liberal.
 Creo que esto es suficiente para entender por qué los diseñadores y agentes de esta censura epistemológica me llaman "el filósofo más peligroso del mundo". Y esto explica a la perfección todas las formas de anulación, denuncia, censura, satanización, marginación, caricaturización, criminalización en mi contra, con las que llevo más de 30 años lidiando.
 Amazon se niega a distribuir mis libros. Youtube no muestra mis videos. Twitter no transmite mis comentarios. Incluso Google me negó el derecho a usar el correo, que es el derecho de miles de millones de personas. Y, en general, todo esto me lo merezco: estoy del otro lado de las barricadas, y en el punto desde donde se ve toda la estructura de nuestra línea de defensa: desde la teología, el idealismo, la metafísica, el tradicionalismo hasta la sociología, la antropología, la fenomenología, el estructuralismo, el existencialismo, el psicoanálisis y la deconstrucción. Es, en cierto sentido, el puesto de mando de nuestro ejército epistemológico que libra una lucha mortal contra el mundo moderno. En este punto, no estoy solo. Pero no somos tantos de este lado. Casi nadie. Pero todavía algunos, sí es que los hay. Y esto solo inspira esperanza. Sí, aunque solo sea uno, no puedes retirarte. No es digno de un ser con un pensamiento libre el rendirse ante la presión de una mentira totalitaria. No importa lo poderosa que sea. No perdimos ante el totalitarismo soviético. También derrotaremos al totalitarismo liberal.
 Eso es la guerra epistemológica.
Los globalistas definitivamente perderán. Su sistema educativo debe ser completamente derrocado y destruido. Promueven un veneno mental puro. Es curioso que podamos reconocer fácilmente todas las mismas cosas no solo en Occidente, sino también en Rusia e incluso en China. Esta es una verdadera estructura de ocupación mental. Nuestras universidades, institutos e incluso escuelas están ocupadas por un enemigo ideológico, por portadores conscientes y, con frecuencia, inconscientes de la ideología totalitaria intolerante más severa.
Alguien actúa deliberadamente, promoviendo la filosofía analítica y denunciando a todos los disidentes, acusándolos de cualquier cosa, desde el esencialismo hasta el "fascismo" (esto afecta a los muy estúpidos). Las feministas liberales han añadido a esto la "masculinidad tóxica" que se encuentra en todas partes, mientras que los pervertidos luchan contra la "homofobia". Pero los representantes conscientes de la Gestapo liberal son minoría. Muchos más científicos y educadores se están saturando gradualmente con el veneno de esta estructura epistemológica totalitaria, a través de subvenciones, invitaciones indirectas, conferencias, publicaciones, etc.
Y al resto, y sobre todo los desafortunados estudiantes y escolares, se les saturo con esto defecto, como si nada más pudiera ser verdad.
 Pero no basta con criticar la realidad del terror liberal que nos rodea. Debemos rebelarnos, resistir, combatir y luchar por cada milímetro de espacio epistemológico. Nuestra soberanía epistemológica depende de ello.
 De qué sirve defender la soberanía de la forma, si perdemos la soberanía del contenido, es decir, perdemos la identidad, el espíritu, la cultura, la conciencia, la razón, dejándolos a merced de los fanáticos liberales globalistas.
 Debemos librar nuestra guerra epistemológica. Y el librarla ya es una victoria.
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EL EJE ARQUEOFUTURISTA DE ALEKSANDR DUGIN, DE PLATÓN A HEIDEGGER
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Por Luca Siniscalco
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 El joven filósofo Luca Siniscalco explica el pensamiento del filosofo ruso de la Cuarta Teoría Política. Explica también el pensamiento político y filosófico de uno de los intelectuales más originales de la escena eurasianismo, Aleksandr Dugin según un posible eje "arqueofuturista": este es el objetivo del diálogo con Luca Siniscalco, uno de los traductores en Italia de la obra del pensador moscovita.
 Luca Siniscalco, de la Cuarta Teoría Política al Platonismo político. Dugin va más allá de las corrientes actuales del pensamiento político-filosófico. ¿Cuál es su perspectiva?
 Toda la especulación filosófico-política duginiana es un valiente intento de desentrañar los escenarios hermenéuticos, simbólicos y narratológicos inéditos a través de los cuales comprender - y orientarse demiúrgicamente – en un nuevo horizonte comunitario de significado y destino.
 Si la Cuarta Teoría Política representa un patio abierto para la elaboración de una doctrina y práctica política capaz de ir más allá de las tres grandes narrativas ideológicas del siglo XX (liberalismo, comunismo, nazi-fascismo) según un eje arqueofuturista que conecta instancias tradicionales con escenarios posmodernos, el platonismo político constituye una fórmula para re-tematizar la estructura política en un sentido axial, tradicional y organicista, a través de un esfuerzo revolucionario-conservador dirigido a repensar la estructura global a partir de una "topografía vertical" y una "política trascendente" de la vida total del hombre del nuevo milenio.
 ¿Dónde se encuentran estas especulaciones?
La conexión entre las dos perspectivas surge claramente en el ensayo La teoría existencial de la sociedad (publicado en Platonismo político), donde Dugin reivindica la conexión entre la Cuarta Teoría Política y el redescubrimiento del vínculo vital que existe entre la esfera de Sagrado, conexión que surge del corazón palpitante del platonismo: “En la Cuarta Teoría Política, el pueblo decide tener a Dios, y es el mismo Dasein quien toma esta decisión, el Dasein como pueblo (Volk). Y si en los campos metafísico, filosófico y sociológico, la Cuarta Teoría Política resulta ser revolucionaria (revolución conservadora), también debería serlo en el contexto de la religión. Así, la fe del pueblo despertado a la historia es la fe de quien se atreve a creer en el Dios vivo, en el Selbst de Dios, en Dios como antítesis de su simulacro institucionalizado, el Gran Inquisidor”.
 ¿En qué consiste la referencia a una reelaboración del platonismo?
 El ensayo Platonismo político contiene en sí mismo numerosos escritos, que profundizan en cuestiones muy heterogéneas entre ellos. El rasgo de unión que sin embargo permite unificar coherentemente las reflexiones de Dugin es el reconocimiento, dentro de la filosofía platónica, de un núcleo arquetípico: la "unidad fundamental de las estructuras del conocimiento, la sociedad y el cosmos". A diferencia de la fragmentación reduccionista y analítica de la realidad promovida por la modernidad racionalista y liberal, el horizonte especulativo platónico sanciona, con el rigor metodológico de la filosofía dialéctica, la verdad hermética del Unus Mundus: hombre y naturaleza, alma y mundo, microcosmos y macrocosmos, que son un reflejo el uno del otro, al igual que la teoría y la práctica, la psique y la política, el individuo y la comunidad. El platonismo político identifica en la estructura jerárquica, vertical, organicista y metafísicamente orientada de la política al instrumento por excelencia - bien arraigado en la tradición indoeuropea - para lograr la trascendencia en la inmanencia haciendo el cielo en la tierra, ya que "el hombre es un anillo en la cadena de los dioses. Está tendido entre los dos orígenes (nachala) y realiza por sí mismo, con su existencia, el traspaso de uno a otro, como un demiurgo, un dios (...). Crea el orden del cosmos, organiza las copias y disuelve los fenómenos en la contemplación de las ideas”. Asimismo, “la República - Politeia - es un corte transversal del cosmos (la República de las almas, en el platónico Crisipo) (…). La República (Platonopolis) se organiza de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo (poiesis/noesis). Fija la verdad revelada por los filósofos del derecho; el impulso se delega en los guardianes, mientras que los artesanos encarnan la orientación en la producción de cosas empíricas. Los filósofos crean la República de forma demiúrgica. El Alma del Mundo se encuentra precisamente en el centro de la República. Este es el oro del ser. Es la concentración noética del intercambio dinámico entre el mundo de las ideas y el mundo de las cosas”. El platonismo político -es esta intuición la que hace del ensayo duginiano no un mero ejercicio filológico, sino una propuesta paradigmática concreta, inmersa en la facticidad del mundo de la vida- es una forma original de la Política que, mutatis mutandis, siempre puede reactivarse. Y esto sobre todo porque sigue la idea de platonismo que se aclara en Noomajía. Revuelta contra el mundo posmoderno, no se trata simplemente de entender el corpus platónico, sino una forma arquetípica del Logos apolíneo que, en la milenaria Guerra de los Logos (la Noomajía de hecho), se manifiesta también en las civilizaciones que nunca tuvieron contacto directo con Platón. Gran parte de la cultura griega, romana, iraní, india, eslava es, según Dugin, apolínea y, en este sentido, políticamente platónica. De ahí la riqueza de un horizonte mítico-simbólico al que los futuros estudios metapolíticos deben mirar con vivo interés.
 ¿Cuánto afecta el pensamiento de Dugin al debate ruso?
 Pregunta insidiosa. Como le ocurre a cualquier pensador de alto rango, no es nada fácil establecer hasta qué punto la visión duginiana afecta la autoconciencia cultural, política y existencial de un pueblo, el ruso en este caso. La posteridad juzgará eso.
 A menudo se le describe como cercano al presidente Putin...
Ciertamente, un examen lúcido de la cuestión debe ignorar la esclerotización a la que a menudo se reduce la información, tanto italiana como internacional, sobre el tema. Dugin no es un intelectual "orgánico" para la clase dominante rusa, ni el "Rasputin del Kremlin" o la "eminencia gris de Putin", ya que ha sido parcialmente definido. Igualmente erróneo, sin embargo, sería considerar completamente irrelevante el pensamiento de un autor conocido internacionalmente, traducido a decenas de idiomas, que en Rusia ejerció una importante carrera como profesor en la Academia Militar, en la década de los noventa, ocupó el cargo de Catedrático de Sociología en la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú y sigue siendo protagonista de importantes debates públicos sobre temas culturales y de actualidad. Lo cierto es que la discusión del pensamiento de Dugin concierne principalmente, en Rusia como en el resto del mundo, a sus reflexiones sobre la actualidad política y sobre cuestiones geopolíticas (multipolarismo, relaciones internacionales) y filosófico-políticas (Cuarta Teoría Política). Mucho más restringido es el debate sobre su obra de tipo metahistórico, metafísico y ontológico, sobre el que quizás, según informa el propio profesor, el estudio más interesante de ella está comenzando en Italia, probablemente sobre la base de una cierta tradición antigua y del arraigado interés por los autores tradicionales (principalmente Julius Evola) y por el pensamiento metapolítico de orientación revolucionario-conservador.
 ¿Quiénes son los autores del panteón del pensador ruso?
 Son numerosos y extremadamente heterogéneos. La gran fuerza y ​​originalidad de la obra de Dugin, así como algunas contradicciones (algunas aparentes, otras quizás insolubles) de su sistema, derivan de esta inteligente apertura, sin prejuicios, a la pluralidad de formas del pensamiento humano. Creo que es posible identificar cinco líneas culturales principales con las que el trabajo de Dugin conecta explícitamente de manera crítica en el campo filosófico-especulativo.
 ¿Cuáles?
 El Pensamiento de la Tradición o Tradicionalismo Integral (Guénon, Evola y, en la interpretación duginiana, Eliade); el esoterismo occidental, mediado por la experiencia del Círculo Yuzhinsky (con Mamleev, Golovin y Dzhemal); Nietzsche y la revolución conservadora (Heidegger, Jünger, Niekisch, Schmitt); el posmodernismo francés (Deleuze y Guattari, Lacan, Baudrillard, Foucault); la teología ortodoxa y la conexión con el eurasianismo anti-occidental (Leont'ev, Danilevski, Alexeiev, Gumilev).
A estos se suman, además de los clásicos de la geopolítica, los autores de las escuelas de etnología rusa, sociología alemana, antropología cultural estadounidense y sociología y antropología estructural francesa (sobre todo Širokogorov, Weber, Tönnies, Sombart, Boas, Durkheim, Lévi-Strauss, Durand), de los cuales él toma prestados muchos de los conceptos subyacentes a su modelo “etnosociológico” (que está destinado a un próximo volumen para la editorial de Aga).
 Dugin en Occidente: ¿con que se puede asociar en la crítica del globalismo? ¿Cuáles son sus peculiaridades?
 El rechazo revolucionario-conservador a la "planetarización" globalista (Heidegger) sigue en Dugin una lógica no dicotómica y en ocasiones vanguardista, dado el interés del autor por la posmodernidad, las últimas tendencias de la cultura pop, las cuestiones tecnológicas (cibernética, virtualidad, posthumanismo, realismo especulativo) y los “mitos modernos”, que el mundo conservador a menudo ha tratado superficialmente o simplemente pasado por alto, debido a su miopía intelectual. En este sentido, el antimodernismo duginiano apela a un Origen metafísico que no se sitúa en el pasado histórico, sino en el poder transfigurador de la mirada que el individuo y las civilizaciones proyectan sobre el mundo, y que siempre, en el aquí y ahora, puede renovarse y transfigurarse metamórficamente.
 En el plano de la doctrina del Estado, Dugin rechaza la globalización liberal y capitalista, pero también las opciones soberanistas en un sentido nacionalista y chovinista - que él concibe como el resultado último de la política moderna - y vuelve a proponer la idea tradicional de Imperio, en correlación con el concepto de "Civilización" (Huntington). El Imperio, según el filósofo ruso, "se distingue del Estado nación por tres rasgos principales: la existencia de una misión histórica o metahistórica (sagrada) que supera ampliamente el simple juego de intereses pragmáticos (...); la preservación de enclaves étnicos con sus peculiaridades lingüísticas, religiosas e incluso jurídicas (…); y finalmente el control de un gran espacio" (en el sentido schmittiano del término). Una figura premoderna, por tanto, que es protagonista de los desarrollos multipolares de la geopolítica posmoderna.
 Por esta poderosa carga sintética de carácter metafísico y tradicional, que recientemente ha encontrado un compendio teórico, también en Italia, en la citada Noomajía. Rebelión contra el mundo posmoderno, y por la postura filosófica antiliberal, antimaterialista y antirreduccionista que lo distingue, en mi opinión el pensamiento de Dugin encuentra armonía y resonancia en Occidente, con todas las distinciones del caso, sólo en las obras de su brillante, erudito y polígrafo amigo francés Alain de Benoist y el visionario - pero muy olvidado - Jean Parvulesco, el cantor de la "Estrella del Imperio Invisible", para usar una definición del propio Dugin.
 El volumen Platonismo político contiene un interesante diálogo entre Dugin y Henry-Lévy. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de los dos pensadores?
 El 21 de septiembre de 2019, el Instituto Nexus de Ámsterdam celebró su 25 aniversario con un simposio público titulado La montaña mágica revisitada: cultivar el espíritu humano en tiempos de desesperación: cultivar el espíritu humano en tiempos del desánimo, a raíz de la novela de Thomas Mann La montaña mágica. El Simposio se abrió con el citado duelo intelectual, presentado como la reinterpretación del siglo XXI de los famosos debates entre Settembrini y Naphta en la novela de Mann.
 Las cuestiones filosóficas y geopolíticas discutidas por los pensadores, que han surgido en los medios de comunicación como emblemas de dos facciones antitéticas: el liberal progresista políticamente correcto Henry-Lévy frente al tradicionalista antiliberal políticamente incorrecto Dugin, son numerosas, y ciertamente no podemos resumirlas aquí. Sin embargo, en el corazón del desacuerdo entre las dos cosmovisiones, quizás originado antes de sus respectivas posiciones en la esfera política e internacional (sobre la que se ha jugado gran parte del debate), está la interpretación de la cuestión del nihilismo, sobre la que me gustaría hablar brevemente. Dugin y Henry-Lévy, de hecho, se acusaron respectivamente de nihilismo, el "invitado inquietante" de Occidente.
 El nihilismo es un tema recurrente en la especulación filosófica del siglo XX y luego en la modernidad...
 Dugin toma explícitamente la idea de la obra de Friedrich Nietzsche y demuestra que conoce el carácter de las dos caras del fenómeno, tal como lo abordó el filósofo Zaratustra y posteriormente la retomó Martin Heidegger; hay un nihilismo pasivo y activo: el primero coincide con la pérdida de la fe en los valores tradicionales y en la verdad metafísica; el segundo "dice sí" al ocaso del mundo pasado y, reconociendo en sí mismo la fuente del mundo futuro, lo funda como legislador del sentido según la voluntad de poder. El sistema liberal global representa, según Dugin, sobre la base de la escuela revolucionaria-conservadora, la inversión sociopolítica del nihilismo, con la desintegración total, en Occidente, de la Europa tradicional.
 ¿El filósofo francés?
 Henry-Lévy, por otro lado, parece usar el concepto de nihilismo de acuerdo con un significado más común y popular: nihilista es el individuo oscuro y sulfuroso que no quiere nada: muerte, estasis, maldad, por lo tanto, lo opuesto al progreso y a la libertad democrática utópica. De ello se desprende que para el intelectual francés son nihilistas no los habitantes del espíritu moderno (como en la tradición filosófica postnietzscheana), sino Dugin, los euroasiáticos y los conservadores, los enemigos de la "sociedad abierta", por citar a Popper. De hecho, Henry-Lévy afirma, con gran patetismo, pero con poca precisión filosófica, que “la mejor definición del nihilismo (…) es Rusia, con sus veinticuatro millones de muertos durante la Gran Guerra Patria. Es Europa, ocupada por el nazismo. Y son los judíos, mi pueblo, casi exterminados, reducidos a la nada por los peores nihilistas de todos los tiempos. Sí, hay una definición clara de nihilismo, y es: los que han cometido estos crímenes. Y esta gente, estos nazis no vinieron del cielo. Surgieron de ideólogos. De Carl Schmitt. De Spengler. De Steward Chamberlain. De Karl Haushofer. Toda la gente que, lamento tener que señalar, le gusta, que cita y de cuyas palabras se inspira. Por eso, cuando digo que eres nihilista, cuando digo que Putin es nihilista, cuando digo que en Moscú hay un clima de nihilismo malsano, que provoca, entre otras cosas, muertes reales - Anna Politkovskaya, Boris Nemtsov, y muchos otros, asesinados en Moscú o Londres, lo digo en serio. Quiero decir que, ay, en esta gran civilización rusa de hoy, en la gran Rusia, sopla un viento oscuro, negro, de nihilismo en el verdadero sentido del término, que es un sentido nazi y fascista”.
 ¿Cómo responde Dugin?
 Dugin recoge efectivamente la acusación del adversario invirtiendo los términos de la pregunta: admite explícitamente que es un nihilista, pero solo por su rechazo de la "universalidad de los valores occidentales modernos" y el prejuicio "de que la única forma de interpretar la libertad está representado por la libertad individual, y que la única forma de interpretar los derechos humanos es proyectar una versión moderna, occidental e individualista de lo que significa ser humano en otras culturas”. El nihilismo de Dugin es el nihilismo activo que deconstruye los dogmas de los solones de la modernidad para construir nuevas tablas de valores, según principios inspirados en la claridad apolínea del platonismo político. Además, al especificar qué es lo moderno en su totalidad lo que es propiamente nihilista, en un sentido teórico, que incluye los regímenes mencionados por Henry-Lévy, pero también la sociedad liberal contemporánea, Dugin muestra una comprensión mucho más radical del Zeitgeist contemporáneo a nosotros, revelando un pensamiento tan lúcido como excéntrico.
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jgmail · 4 years
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FILOSOFÍA NEGRA DE CIBELES
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Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 Este es un extracto de la serie de libros de Alexander Dugin Noomajía: guerras de la mente. El tema es el logos negro de Cibeles, interpretado como una enseñanza filosófica. Su serie también analiza el Logos luminoso de Apolo y el Logos oscuro de Dionisio.
 Veinte principios de la filosofía negra
 1. En la base de todo está la materia, hule, silva, 'madera', espacio, khora, la nodriza (de Timeo), la materia primera.
 2. La materia, entendida en sentido amplio máximo (en cada género de manera lógica, mitológica, filosófica, teológica, religiosa, ritual y simbólicamente) es idéntica al ser e imbuye de ser a todos los fenómenos que surgen de ella.
 3. La materia posee poder creativo y puede crear a partir de sí misma formas corporales y corrientes de vida. El ser de la materia se transforma en vida y en construcciones eidéticas. La materia es la creadora de todo.
 4. El mundo es material, creado a partir de la materia y regresando a ella. (La materia) es el alfa y el omega de la existencia.
 5. Las cosas se desarrollan, comenzando desde lo más material y conducen a formas más eidéticas hasta el pneuma (el espíritu) y el intelecto. Pero el intelecto (conciencia) no es otra cosa que una multitud de materia autónomo coordinada en un proceso.
 6. El tiempo es material, lineal e infinito. Fluye en una y la misma dirección, pero este flujo no tiene ningún objetivo. Fluye como el Titán Océano, siempre en una dirección, pero nunca alcanza una meta. No tiene meta. La materia se desarrolla y progresa, pero siempre permanece en sí misma, mientras cambia constantemente.
 7. La materialidad del espíritu es el secreto más alto del verdadero conocimiento. Todas las formas tienen un denominador común: el caos atónico. Apelar a él permite morir y resucitar, lograr transformaciones y transubstanciaciones. El espíritu es una consecuencia. Siempre es relativo. Sólo la materia es absoluta, y esa es la verdadera gnosis, que libera al conocedor de la opresión de las operaciones diferenciales.
 8. Todo es su propio opuesto. Las diferencias nunca son absolutas, por lo que la transición al bando opuesto, la traición y las transgresiones son operaciones básicas del Logos Negro. Eufemismo radical, antífrasis.
 9. Todo cambia constantemente y permanece en sí mismo constantemente. Las formas cambian, las eidosis. La materialidad permanece igual. Los elementos se transforman uno en otro, pero conservan una conexión con la base ontológica original, la materia misma. Los cambios (especialmente el movimiento) tienen solo una causa, pero no un objetivo.
 10. La materia es cuantitativa, cantidad. Solo existe lo Múltiple; lo Uno puede surgir como producto del juego de lo Múltiple y puede desaparecer con la misma facilidad. La cantidad es anterior a la calidad.
 11. La prioridad de la cantidad (lo Múltiple) se expresa en el hecho de que originalmente solo existen átomos. Entre ellos está el vacío. Esta atomización es necesaria para que lo múltiple sea muchísimo (y no uno, si admitimos la indivisibilidad de la materia).
 12. Todos los cuerpos y también las almas y los espíritus constan de átomos. Están compuestos de átomos y se descomponen en átomos, algunos más rápidamente, otros más lentamente.
 13. Su materialidad hace que todas las cosas sean iguales. Todos son polvo y vanidad.
 14. Las cosas y las entidades se atacan constantemente entre sí en una batalla por la materia (como el valor más alto). Todos intentan destrozar a todos, dividiéndolos en cantidades. [Todo se descompone en átomos para volver a combinarse].
 15. La posesión - comida, riquezas, cosas, recursos - es el significado y la meta del ser. La materia lucha con la materia por la materia. […]
 16. Adorar lo material, estudiar lo material, someter a lo material, [etc] a las personas, creadas por lo material y para lo material, alabando eternamente la materia por su materialidad y participación en los [ciclos materiales].
 17. Todo lo que existe como algo (y no como nada) evoca una sonrisa. Todo es gracioso, ya que la forma, la cosa, presentándose como forma y cosa, olvida su materialidad, mostrándose lo más importante como su opuesto, y eso es gracioso. […] Los estúpidos son más inteligentes que los inteligentes. Lo feo es más bello que lo bello. La materia monstruosa es más preciosa que la perfecta.
18. Lo que está más cerca de la materia (y no más lejos de ella) es más real. […]
 19. Entre el mundo de los cuerpos materiales y la materia misma hay infinitos mundos. Están llenos de vida oscura y poderosa. Lo informe, lo incompleto, lo imperfecto y lo desfigurado es más poderoso, grande, más fuerte y formado ontológicamente que lo completo y acabado.
 20. La materialidad es lo que es obvio en todo lo presente. Todo lo que existe es material. Pero a la materia misma le encanta esconderse. Siempre es un nivel más bajo. ¡Busquemos la materia!
 Los veinte puntos de Dugin sobre la filosofía del Logos Negro hablan a menudo de la materia, como se puede ver. Dice que también podríamos haber hablado de la naturaleza. A la naturaleza le encanta esconderse y se esconde detrás de un velo. Cuando intentamos develar la naturaleza, corremos un riesgo fundamental en la filosofía. Cibeles mata / castra a sus amantes, aquellos que intentan acercarse demasiado a ella.
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