Tumgik
slippingheavens · 5 years
Text
Tumblr media
Los lobos tienen un buen sentido de la orientación y la caza. Pueden cazar exitosamente incluso en medio de la noche más oscura, por sí mismos, sin ayuda de algún otro lobo de su manada.
También depende del tipo de lobo, claro, pero la mayor parte del tiempo, son muy territoriales y fuertes, enfocados. Así que, recibir 'ayuda' con alguna presa que representa algo inferior, significa que el lobo ni siquiera se considera como un candidato fuerte para guiar a la manada.
Para eso están los alfa.
Un alfa se reconoce porque tiene fuerza y determinación, porque su voz es fuerte y clara en la mente colectiva y porque sus mandatos se obedecen sin importar qué. Es el protector y guía.
Lo curioso de los lobos alfa es que cuando están cazando, pierden concentración en los alrededores, incluso si su sentido olfativo percibe más de un olor al tiempo. La presa los domina. (¿O quizá es porque simplemente escondí todo rastro que pudiera dejar para así observarlo más de cerca?)
Este lobo es grande y gris, tiene ojos dorados y una mandíbula tan fuerte y dientes afilados que desgarran en segundos. Sin embargo, en su cabeza, solo hay pensamientos erráticos de cacería, ejercicio y soledad. El lobo no tiene manada alguna a la cual acudir, y duerme en la cabaña abandonada en medio del claro congelado, quizá para resguardarse de las noches más violentas en la montaña.
Lo sé porque yo me estaba quedando allí, pero noté su olor. Este lobo huele a flores frescas, y deja todo lleno de nieve y sangre cada vez que caza.
La lucha por el territorio no era necesaria, pudimos haber coexistido, de no haber sido por una manada que llegó y atacó la cabaña y al lobo gris. Posiblemente, problemas de territorio. (Un lobo solitario estaba condenado al abandono y a la muerte) Y así fue como el lobo gris quedó tirado en medio del claro, agonizando, esperando una muerte lenta y segura.
No es mi naturaleza el tener compasión, pero la lamida que el lobo me dejó en la mano fue suficiente. Un apretón a las heridas y éstas dejaron de sangrar. El lobo de levantó y en su mente pude escuchar un aullido (posible agradecimiento) y se fue, huyó corriendo hasta perderse en medio del bosque, no sin antes darse vuelta y verme con esos ojos dorados, advirtiendo que nos volveríamos a ver.
Y vaya que sí.
Ese lobo volvería a mí. 
0 notes
slippingheavens · 5 years
Text
Tumblr media
There is a dying wolf on the snow. I can smell him from afar, even though I'm a few miles away. I can sense his heart beating slowly, his mind racing but then shutting down to the most simple and only thought he keeps repeating like a broken record. And I know is a him because he, keeps thinking about someone, constantly. I reach down and between the snowy woods I see his footprints engraved on the snow, weak. Probably this wolf has been agonizing for days now. What makes me actually curious is the fact that this wolf smells like lavander. And I remember that one time, I used to smell wolves constantly (due to our nature) and they always smelled like woods and dirt. But not this one. This one particularly, smells sweet, but also, like flowers. Flowers of death. When I finally see the wolf, he is small and white. Almost camouflaged with the snow. I may have stepped on him if it wasn't for his paws and the red mark on his neck. The wolf is almost gone, no thoughts whatsoever more than just the memory of someone he loved. When I take the snow out of the way, everything gets tinted with scarlet red, so deep and shiny that it looks like the perfect dying scenario from a movie. Blood pours out over and over and I see that he was bitten. Two tiny marks tell me that something fed upon him. And then, the wolf opens his eyes and looks at mine and thinks about that person, that beloved one and I see it on my head. He is me. And then the wolf, dies.
0 notes
slippingheavens · 5 years
Text
Tumblr media
Permítame un segundo para admirarlo desde las sombras y llenarme de su silencio. Sé que en algún momento hablamos del abandono y la soledad, y siento mucho si causé alguna discordia en su alma, pero era la mejor solución a dichoso problema. Necesito un instante para tirar en el bosque mis más vacías promesas y acariciar los árboles como si acariciara sus gruesos cabellos. Imagino un vacío en su interior, un hoyo negro recién hecho. Y lamento mucho si fui yo, culpable con pala en mano y ojos rojos admirando desde la distancia, pero había que cavar para llegar al otro lado. El olor de las hojas frescas y el frío de la noche me dice que es la sorpresa más triste que se haya encontrado su alma alguna vez, y aunque no quisiera llenarme de preocupación por su bienestar, sí debo admitir que una parte de mí, la más humana quizá, se preocupa un poco por lo que ha de ocurrir. Porque si bien quedamos en no llenarnos de odio, sé que este frío inusual es producto de un alma rota, y no quisiera que su vida terminara pronto. Entiendo perfectamente el territorio en el que me encuentro, y el hecho de que ahora no esté guardando guía en el bosque me dice, que además de una ausencia y decepción, probablemente se encuentre llorando la pérdida como quien llora a un fallecido. El desespero nos llena de desilusiones y lágrimas, pero créame cuando le digo que serán pasajeras porque no hay fidelidad que dure mil años, excepto en las criaturas fantásticas. Irónico que usted sea una de ellas. Quisiera expresar una gran disculpa desde el plano del silencio y también decir que le miro sin verle realmente, que siento esas súplicas a la luna y que le siento llorar en sus aullidos profundos. Que el bosque negro le cobijará como una madre a su hijo, arrullándolo para dormir en su seno mientras yo miro y miro y miro y no dejo de mirar porque es lo único que puedo hacer ahora. ¿Podrá alguna vez perdonar a este tonto? ¿Podrá alguna vez, volver a ser fiel a otro amo? Porque de todo corazón frío y resguardado, espero de verdad que sí. No quisiera venir a este bosque nuevamente y saber que el guardián ahora es nutriente de la tierra, abandonado a su suerte. ¿Podría por favor no aullar al viento? ¿Podría por favor... simplemente... existir sin mí? Es lo único que le pido al guardián del gran bosque, aquel bosque que alguna vez nos cobijó mutuamente. Cuando prometíamos ser uno en medio de tantas especies.
0 notes
slippingheavens · 5 years
Text
Tumblr media
(i)
Na Jaemin.
Touch like a feather. Whenever I think about (it) I see an angel and (his) large wings tickling me on my face. They are white and comfy, they feel like a cloud. I hear (his) singing and I suddenly fall asleep, because angels are supposed to watch you on your dreams. So I just sleep and let the sounds to take me away while (he) watches over me.
I can hear (him) singing too. His voice is like a soft piano playing in the background, like this white noise coming from within and you just explode in thousands millions even, tiny little pieces and you dissolve and become into dust and from the dust you transform and dissipate.
In my dream I fly and the angel kisses my face and my temple and smiles all the time and his black eyes watch me carefully and I feel naked and exposed. And I feel numb because the angel keeps staring and I can't tear my eyes off (him). And his smile is so blinding that I feel like crying. Is this -the happiness- you're supposed to feel when you know what love is? or is this just the sadness you feel when you realize that this is just a dream within a dream and that very soon you'll wake up, alone?
(ii) Mornings. The city is waking up slowly and I stand by the shadows, watching the sun rising. But what intrigues me the most is the way his face lights up whenever the first touches caress his skin. He looks like glowing. And I wonder, where does this come from? This constant idea of perfection, of romanticizing a moment of the day or a space or a person. Probably -I think- is due to the love I feel inside whenever I see him, or how much I enjoy when he sleeps because he looks so peaceful, so quiet, so calm. I want to touch his face and want to hug him tightly against my chest and make him hear how I feel. I want him to read every single gesture of my face and to hear every sound of my heart and to touch me deeply. It feels like a space, like morning on the woods or mornings in the sky, like shining rays of light and thunders of a grey sky, like the rain on a sad day but feeling extremely happy and sensitive. But then, he feels my eyes on his face and he wakes up and smiles and I feel that thingy you feel in your tummy. Because there's nothing I love more than the morning smiles. If I feel this happy, why I feel like crying? Why I feel this huge emptiness consumming me whole. Swallowing me until I fall in the depths of my own sorrow and probably regrets, wishing that those mornings of coffee and sun reach me here? The sad departure of a memory feels like in a movie. First the happiness then the hugs, probably some kisses and then everything stops and it freezes in time and while in the background there's a soft piano playing, suddenly the music gets louder and sadder and the memory remains and it soon vanishes while small feathers move around and the last thing you see is the way they look at each other and then, in that moment, you know, that was true love but no more. And everything goes black and there are no more cozy mornings. Everything is dark now. Cloudy and cold. (And you are alone and you have to hold that lump, that strong lump on your throat. And the bed is empty and you just fall asleep and have -luckily- no more dreams).
0 notes
slippingheavens · 6 years
Text
Pieces.
Tumblr media
Piezas de mí, piezas de ti.
Ahora mismo podrás estar en mil pedazos, desencajado, doliente, dividido.
Encerrado y asustado.
¿Has visto alguna vez, esas escenas donde las personas que se quieren están riendo y se observan mutuamente, luego se acarician en silencio como si no importara nada más en el mundo?
Pienso en eso constantemente. Una cinta que se repite en mi cabeza. Escenas de dos o tres segundos donde nos miramos a los ojos, nos entendemos, sonreímos, posiblemente nos besamos, y luego nos abrazamos. 
Siempre me gustó la diferencia de alturas entre nosotros. Así que te imagino a gusto entre mis brazos. Tus ojos viéndome fijo y tu sonrisa amplia pero no una cualquiera. Es de esas que guardas solo para quién ‘quieres’, de esas en las que muestras toda una preciosa fila de dientes, una que te arruga los ojos y te hace suspirar.
Y la escena sigue. 
Ahora duermes. Descansas mientras el sol te acaricia la piel hasta anochecer y te despiertas solo en una habitación vacía y con un pequeño gato como el más vivo recuerdo de que esa película llena de felicidad -simple- fue demasiado real.
Y te contemplas aturdido y desganado, partido a la mitad.
Ahora, mientras tú te metes bajo las mantas y te pones a llorar, afuera de tu ventana me paseo yo, admirando desde lejos, la oscuridad de la estancia. Y la película sigue, es algo que no se detiene. Un engranaje en mi cabeza, ¿sabes? Sigue rodando y rodando, avanzando hasta que la escena más importante, la de felicidad sublime, finalmente se quema. Desaparece.
Y no queda más que un silencio y una ausencia. La película solo queda viva (ahora) como un recuerdo doloroso en tu cabeza (y quizá en la mía). Te duermes nuevamente, porque ahora ya no quieres comer y solo te levantas para alimentar al gato y sigues durmiendo, hecho un ovillo entre las mantas. Y suspiras, porque la cama aún tiene mi aroma y lo detestas, porque te duele el pecho y tu propia película sigue tan viva, que te quema.
Y no comprendes. Y lo odias. Odias el dolor que te causa. 
¿Pero entiendes siquiera el por qué de esto?
¿El por qué dos universos ahora existen desde lejos?
¿El por qué te evito y te detesto?
Por una sola y única vez, te estoy mirando sin mirarte realmente. Te estoy hablando sin que me escuches. Te recuerdo aunque prácticamente sucediste ayer. Pienso, si hubiera seguido así y te hubiese perdonado, hoy quizá estaría, ardiendo en rencor. Porque es más grande el daño, que las ganas de perdón.
Y a veces quisiera poder decirte que te perdono, pero no es un sentimiento que albergue muy pronto. 
Por el momento, en mi película, te arrodillas e imploras perdón, pero luego la escena salta a ese pedazo insufrible donde me revelas tu condición, la falla que nos quebró.
Y ardo como mil soles. Y si bien no lloro ni te sueño, si te odio un poco más, si te repudio un tantito, y te suspiro en silencio.
Pero me felicito también, por haber sido egoísta. Porque quien perdona tan fácil una mentira, es ciertamente, un desdichado sin saberlo.
(Y prefiero mil veces doler brevemente, que quedarme toda la vida pegado a algo que me recordará por siempre una traición. Porque hay seres apegados y dependientes, pero muy para tu mala suerte, ese no soy yo).
0 notes
slippingheavens · 6 years
Text
Tumblr media
Our favorite place in the entire world. 
0 notes
slippingheavens · 6 years
Text
Blue.
Tumblr media
Él era azul.
No como un príncipe.
En realidad, nunca entendí por qué los príncipes ‘son azules’. Nunca estuve en apuros ni necesité ser rescatado (creo yo). Sin embargo, él era tan azul como una fresca mañana o como un cálido atardecer.
Era tan azul como el cielo, matizado y suave, algodonado con varios tintes de rubor, con el sol menguante acariciándole las mejillas. Era pastel. Sí. No era un azul oscuro ni tampoco uno marino. Era como un azul celeste. Sí.
Me hacía sentir fresco y renovado, me hacía querer dormir en las tardes cuando se abrazaba a mí o se recargaba en mi regazo. Cuando cerraba los ojos y respiraba tan suavecito, yo siempre quería besarlo y de paso, morirme en sus labios. 
A veces su azul era intenso como el de una llama, tan caliente que me quemaba. Me desesperaba, me sacaba de quicio pero luego se fundía hasta que volvía a tornarse pálido, casi degradado. 
Con él, logré volar.
Y es casi ridículo. El imaginar que el amor te hace flotar, pero en realidad, así fue. Sentía todas esas pendejas mariposas en mi estómago, eran multicolor y variaban en tamaño. Amanecía y me sentía elevarme hasta el cielo y acariciarle los cabellos. Toqué los confines del universo, me picaban los dedos cuando nos escapábamos al cine y nos besábamos a escondidas o nos tomábamos de las manos en la oscuridad del teatro.
Nuestras peleas eran cosas ridículas. ‘Me entendiste mal, no, tú a mí’. Pero nunca perdía su color. Siempre fue cálido, fresco y cariñoso. Muy pocas veces era azul oscuro con nubes grises como una tarde lluviosa y torrencial. Eran  contadas las ocasiones en las que tuviera que apaciguar su mal humor porque en realidad era casi inexistente. No perdía sus estribos y a veces tenía un sentido del humor demasiado inocente. Eso me derretía.
Sin embargo, supongo que como toda historia, siempre hay un final. 
Probablemente, sí fuimos como esos cuentos de hadas pero en vez de tener un final feliz, acabó con cielos oscuros y tormentosos. Porque el príncipe azul que conocí, al final nunca fue real, nunca fue tan azul como lo imaginé ni tampoco tan suave ni algodonado pues tras nubes de esponjoso color, existía una lluvia malsana a punto de caer.
Se volvió oscuro y frío, lleno de fallas y malos matices, tantos que la pintura idílica que construimos, simplemente... se dañó.
Ahora observo el cielo y pienso, ¿será el azul de alguien más?
0 notes