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PEQUEÑA AMBIENTACIÓN: 

Prisioneros o estudiantes, en los últimos días y horas ambos términos terminaron siendo casi iguales, unidos por la realidad que los encierra hasta el momento. Una gama de diferentes voces comienzan a subir  bajar por el ambiente, se habla de que todos deben comenzar a mover sus pies en los terrenos peligrosos directo al gimnasio, ¿recuerdas de qué son testigos aquellas enormes paredes? Una clase de reflejo reconfortando una vez más. Más noticias: la lluvia se ha detenido, una vez que pongas pie afuera, no existirá peligro de ser objetivo final de las gotas, el problema, querido odiado, es que salir quizá no sea tan fácil como todos esperamos. 

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#*

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—¡Chad! --Caminó hacia él, notablemente escandalizada. —¿Qué te sucede? —Murmuró al negar con la cabeza —Lo único que harás es empeorar las cosas, ¿no lo ves? —Reprochó sin percatarse de la situación del muchacho, no eran cercanos como para que lo supiera y de todos modos, no lo entendería. Ella estaba demasiado asustada y añadiéndole los gritos desesperados de Chad tampoco ayudaba a mejorar su situación. 

Había llegado ya al borde de la locura. Estar encerrado en ese espantoso establecimiento le tenía los nervios de punta. No había comido, no había dormido. No podría decirse que estaba al punto del quiebre, él ya se había quebrado hacía horas. Desde que comenzó a escuchar la voz en su cabeza y la de Athenas. Y pasos. Y conversaciones que no tenían más lugar que en su mismísima mente. Las horas pasaban tan lento como las cucarachas que logró ver en el baño de chicos. Aquello le llevó a salir a explorar. Cosa que no habría hecho si hubiese estado cuerdo del todo. Estaba nervioso, no tenía miedo de su entorno y si llegaba a conseguirse a alguien de la sociedad se ofrecería como tributo. —¡¡Me ofrezco como tributo, perras!! —Gritó a todo pulmón conforme pasaba una de sus manos por la helada pared a su derecha. —Mi nombre es Chadniss Everton y me ofrezco como tributo. ¡¿VAN A VENIR POR MÍ?! ¡No les tengo miedo!

#c: chad #'chadniss' jajajaja no lo supero #perdón por lo cortito ;_;

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Sybille volvía de la sala de maestros con un cargamento de provisiones, ensaladas y botellas de agua purificada descansaban en sus brazos y no podía haber otra cosa en ese momento que le alegrara más. No es que el hecho de estar encerrada en las penumbras le pusiera feliz, pero encontrar aquellas cosas mejoró un poco la situación. Tarareó (para al menos así sentirse acompañada) cuando la voz masculina con mucho más fuerza que la suya retumbó en sus oídos, el susto provocó que su andar se perturbara y soltara una de las botellas que traía consigo. Se limitó a ver como ésta rodaba hasta llegar a la silueta contraria, expulsando un suspiro cuando paró. --Buenas noticias --Musitó, pintando una pequeña sonrisa en sus labios. --Al menos no morirás, por hambre no. ¿Quieres una? 

¡Por Dios!

 Gritó desesperado a la persona que le acababa de preguntar si se encontraba bien. A juzgar por su cara cualquier pensaría que no lo estaba, pero eran las horas de sueño perdidas que lo tenían así, además del hecho de estar encerrado en un lugar como ese. — Vamos… ¿Nos van a dejar morir de hambre aquí?  

#c: mike #me siento re stalker con mike pero vi éste y no sabía si contestarlo y dejé el anterior y -suspira- #hola de nuevo :B

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Mía, repitió internamente. Bien, no era que se alegrara en exceso de ver a la morena, pero la prefería sobre un psicópata con sed de venganza. El miedo que había acarreado pronto se desvanecía al estar en contacto con alguien conocido, encaminándose de poco al encuentro con la muchacha. Cuando logró visualizarla hasta podría jurar que una sonrisa se alzó en sus comisuras. --¿Qué es lo que haces aquí? --Paseó sus inquietos ojos por el lugar hecho ya pedazos. --¿No es un sitio un poco terrorífico para que estés sola? --Esa en realidad también era  una buena pregunta para ella.

>Una voz conocida logró aligerar el olaje de malas vibras que se esparcían por las extremidades de una asustadiza morena. Elevó su tono de voz con el fin de ser oída claramente, buscando disminuir el temor de la muchacha. — ¿Sybille? — interrogó luego de aclarar su garganta, tal vez la compañía de la joven ayudaría a recibir el trascurso de las horas de manera más calma. — Soy yo, Mía. ¿Dónde estás?

#c: mía #me dio pajita poner las letritas #hola mar o/

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auden-devilliers ha respondido a tu publicación:Iba a abrir un starter pero hay como ochenta mil y...

APÚRATE FERNANDA

por presionarme te quedas sin pizza

#ooc #auden-devilliers

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Iba a abrir un starter pero hay como ochenta mil y bueeno, ya no. Se quedan sin comer. \o/

#ooc #paciencia mientras se carga mi gh

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*

#sybille espera que mueran por hambre #ah no #iré a comer y un par de cosillas más y regreso a abrir algo y contestar lo que quedó pendiente #ooc

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#pl

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Un suspiro de alivio abandonó su cuerpo, una sonrisa que estaba forzada debido a las circunstancias brotó en su rostro, pero que en cualquier otra planteada seguramente sería bastante amigable. Aceptó los brazos de Mike envolviéndola en un abrazo, se quedó ahí un instante esperando que aquella insignificante muestra le diera algún consuelo, y para evitar llorar terminó por separarse del contrario. —Lo mismo digo, siempre es bueno ver a viejos amigos, ¿no? —Alzó las cejas, armonizando sus facciones que ya no detonaban (o al menos no tanto) horror. —Y... ¿te has encontrado con alguien más? Quizá fuimos contados los genios que cayeron en esta trampa. —Apretó los labios, llevando una de sus manos a la frente —No me sorprendería si sucediera, eh. 

Back to the university...

¡Una voz femenina bastante familiar, tenía que ser! Mike agradeció para sus adentros, dando la vuelta y encontrándose con la reconocida figura de su amiga Sybille. — ¡Sí! Oh, gracias al cielo…  —Exclamó, acercándose a la joven y envolviéndola en sus brazos. Tanto tiempo sin verla, y el solo encontrarla allí con las facciones bañadas en miedo le hacía querer eso: abrazarla por un buen rato. — ¿Cómo estás? Tanto t-tiempo sin verte. Lástima que no podía ser de otra forma. —Suspiró, separándose solo lo suficiente para poder verla y sonreírle de una manera un tanto forzada. 

#c: mike #entonces que quede cortito #me inspiración la chupó el diablo ah #bien bien y tú?

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Si tan solo hace un par de horas le hubieran dicho que regresaría al lugar dónde una vez se sintió segura y después, como en picada, vivió el infierno mismo probablemente reiría. ¡Sí, sumamente gracioso! Ahora esos pensamientos se los llevaba el viento, lo gracioso se había ido para deformarse en algo cruel y espantoso. En ese momento prefería estar en cualquier lugar que ahí, completamente bañada, asustada y un sinfín más de emociones negativas. Caminó entre escombros para situarse en los vestidores, era una misión suicida si se pensaba con detenimiento: Volviendo a la escena del crimen. Sin embargo poco podía hacer para retractarse, ya estaba allí y el camino de regreso resultaba igual de aterrador que quedarse. Apenas empujó la puerta un ruido llenó la habitación, lo que alertó a la americana y los latidos se aceleraron. Incapaz de retroceder o adentrarse más, aclaró su garganta y elevó el tono de su voz — ¿Quién anda aquí? —Llamó, buscando con la vista algún objeto para defenderse en caso de que las circunstancias lo pidieran. — ¿Hola? S-si esto es una mala pasada es mejor que salgas ya. No caeré —Advirtió, con el miedo filtrándose en sus palabras. 

El fantasma de la pasada ilusión universitaria rondaba por los alrededores, otorgando una sensación lúgubre a cada paso y exhalación dada. La temperatura parecía disminuir gracias al tétrico ambiente, acompañada por el dejo de humedad que había regalado el clima a sus prendas de vestir; por no decir que el cuerpo de Mía se hallaba empapado completamente. Gracia le causaba el hecho de sentir temor dentro de aquel lugar que apodaba mentalmente como hogar, mas ¿que podía hacer? Quedarse fija en una posición no se presentaba como opción viable, por lo que se dirigió al único lugar que su mente logró recordar: los vestuarios de la piscina. Siguiendo la lógica y con un poco de suerte de su lado, tal vez habría quedado una toalla olvidada con la cual secarse el cabello y la blusa; encerrada en el edificio no tenía nada que perder. Una suave melodía comenzó a escaparse por sus labios en el intento de no sentirse en soledad y de que el miedo no controlase sus pensamientos, a pesar de que aquello fuera un labor imposible de concretar, por más propósitos de distraerse que tuviese. Detuvo la canción en un suspiro al abrir el último casillero y descubrir que no había ningún paño restante con el que secarse. — Oh, joder. —  Descansó la cabeza en la estructura metálica a sus espaldas, realizando un sonoro estruendo como consecuencia.

#c: mía

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No podía estar ocurriendo, no otra vez. Volvía, como si fuera un sueño, al lugar de sus pesadillas ese último mes, una total lástima que al pellizcarse no pudiera despertar, era tan real, era verdad. Tomó una bocanada de aire para que transitara por todo su organismo y le permitiera pensar con claridad, pero cada paso que daba sólo aumentaba su ya gigante miedo al alrededor. Volteó, abriendo los ojos con sorpresa cuando la imagen se reveló frente a ella. —¿Qué? ¡No! Y,yo... solo soy yo. —Alzó ambas manos, achicando sus orbes chocolate hacia el contrario. —¿Mike? 

Back to the university...

Volver a sus antiguos establecimientos educativos era, sencillamente, una tortura para la imaginación. El tan solo pensar en como habían quedado las áreas en el lugar le causaba escalofríos, y lo estaba viviendo, observando con sus claros ojos el desastre causado aquél día. Caminaba con sigilo por uno de los pasillos de la Universidad, uno de los que daba hacia el gimnasio. Las yemas de sus dedos recorrían la pared mientras pasaba, los mensajes pintados en varios lugares ya le estaban causando un dolor y terror inimaginables. Cualquier pensamiento se esfumó de su mente cuando escuchó un ruido detrás de él, y sencillamente bajó la vista con lentitud, su labio infeior temblando con ligereza mientras se detenía en seco.— S-si me vas a matar, hazlo, me lo merezco. Sino… —Tragó saliva, tratando de mantener la calma. — ¿Quién es?

#uy salió súper súper mal #pero la intención cuenta no? #¡holaaaa! #c: mike

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Val estudia portugués y le hacemos BULIM por eso je hola Fer

¿PERO POR QUÉ? Está lindo, casi es español pero con acento rarito. Hola Clo <3

LE DEBES A ROMAN. ah.

Uhm, mejor estudio. Si me aprendo los meses y los días me dejan comer en clase... ah, pero yo ya te contesté macarena, desde ayer. Irresponsable.

#ooc #fer spameando ~~

[s-ybille]

me puse a estudiar portugués pero creo que es una misión suicida porque no me aprendo nada. y me dieron muchas ganas de rolear!!!! creo que vienen cuando tengo que huir de algo. en fin, iba a abrir pero me di cuenta que hay muchos abiertos y eso, me pongo a contestarlos \o/

#ooc #me encanta perder el tiempo vieron?

[s-ybille]

Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal, negando con las manos al decir: —No he dicho que lo harías, solamente soy un poco propensa a asustarme. Sí, lo hago con facilidad. —Explicó, después de todas las pequeñas bromas de la sociedad no podría resultar extraño su comportamiento. Suavizó sus facciones en una sonrisa hacia el otro, tampoco quería, aunque fuera un extraño, verse expuesta. —Siento si lo di a entender. No fue la intención,  ¿sabes? —Tapó con una de sus muñecas la risa que le amenazaba, negando con la cabeza. —No lo sé, no me pongo a pensar detenidamente en la imagen física de un malhechor. —Humedeció los labios, no vio el fin de la mirada que le dedicaron, o quizá lo ignoró por completo. —¿Cómo fue que te robaron?, ¿estás bien o te han hecho algún daño? Lo siento mucho, las sombras de la ciudad no son de fiar muchas veces. —Y lo sabía más que bien, su vecindario no era el más seguro de la zona, tampoco el más insegura si sobreentendió, simplemente sabía que la situación no era la mejor. —¿Puedo hacer otra cosa por ti?, ¿llamar a un oficial o…? —Se interrumpió, ladeando el rostro —¿Yo? Pensé que esto se trataba de ti. Bien, soy Sybille, ¿un placer? No creo que lo sea para ti, en estas condiciones… ya lo sabes. ¿Quién eres tú?

Inevitablemente sonrió en un gesto de ternura: ¿Tan mala pinta traía encima? Todas las personas que habían sido víctima de su presencia habían reaccionado bastante similar, sin embargo, la castaña presente había sido un poco más amable, su miedo sólo se reflejó en su mirada, no en sus palabras— Sí, claro que me serviría. —respondió, y hasta un poco de culpa sintió al arrebatarle los cinco dólares a la muchacha, pero no desistió a su objetivo. Nunca lo haría— No voy a robarte, uh… Tranquila. —y acababa de hacerlo, irónicamente, y de una forma casi caballerosa— Aunque es entendible si lo piensas, no sé, no creo que los ladrones sean tan atractivos. —bromeó, guardando el dinero en uno de sus bolsillos, ya llevaba bastante juntado y podía percibirlo; su adicción se encontraba perfectamente a salvo por esa semana, sin tener que preocuparse por la paga de su trabajo. ¿A qué había llegado? ¿Robar por droga? Patético— ¿Cómo te llamas? Prometo devolverte el favor. —una brillante dentadura se asomó en sus labios, dando indicios que de indigente o hurtador no tenía rastros. No sin antes recorrer a la americana con su mirada, fugazmente, de pies a cabeza: Aprobada. 

#c: roman #ignoremos que sale de rubia #*la muerde*

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La americana volvía de cubrir su turno, contaba los días para que aquel sufrimiento acabara y no tenerlo que experimentar jamás. No más latas, no más uniformes asquerosos y por sobre todas las cosas, no hacer más algo que realmente no quería. Acomodó la correa de su bolso en su andar cuando un brazo desconocido la tomó por sorpresa, su primera reacción fue forcejear hasta liberarse del agarre, le había pillado desprevenida y sin mentir, era bastante paranoica. Escuchó las siguientes palabras con el ceño fruncido, como si interiormente meditara la solución a los problemas del muchacho. —Eh… yo. —Carraspeó, tanteando uno de los bolsillos más pequeños del accesorio, sacando un billete de cinco dólares. —¿Te serviría? —Comentó al mostrarlo. Su mano temblaba ligeramente, ¡y ella que creía que su destino sería similar al del contrario! No podía evitar que en su mente rondaran esos pensamientos, muy a pesar de la historia contada. —No creo poder ayudar más.

La vida en Italia era, sin duda, muy diferente a la de Estados Unidos, el acento europeo era difícil de cubrir con el inglés, y un francés fácilmente podría notar que mentía con respecto a su nacionalidad, sin embargo, no le importaba; no en el estado que se encontraba. Las pupilas dilatadas, y una burlesca sonrisa trazada en sus labios (un tanto resecos por la euforia expresada hace unos momentos), su cabello desordenado cubría parte de sus bien definidas facciones, lo peinó hacia atrás en un descuido casual; mientras observaba sus alrededores con una inquietante actitud— Hey. —sostuvo por el brazo al primer transeúnte que divisó, un tanto aturdido por las ilícitas sustancias ingeridas hace algunas horas, logró pronunciar— Acaban, uh, acaban de asaltarme. ¿Puedes prestarme dinero o teléfono para llamar? Si es lo primero… Juro que voy a depositarlo a tu cuenta mañana mismo, me salvarías la vida. —juntó las palmas de sus manos, para acompañar la actuación; era creíble, más que otras veces. 

#c: roman #HOLA MACARENA

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En realidad no soy muy fanática de Jim Carrey --Respondió, dejando de leer la sinopsis de una de las películas del género y volviéndola a dejar en su lugar. Soltó un suspiro, para pasar su atención a los títulos mencionadas por la chica, reconociéndola en el instante. --¿Frozen ya te aburrió, Addie? --Embozó una amistosa sonrisa, humedeciendo sus labios como siguiente acto. --Aunque veamos, si aceptas sugerencias me gusta más Liar Liar y Yes Man. ¿Las has visto? Podrías echarles un vistazo.

Muy bien, ¿Cual escogerías? ¿Bruce Almighty o Mr. Popper’s Penguins? Necesito ver una película d-de Jim Carrey con urgencia. —Expresó a la persona situada a su lado en la sección de películas de comedia. La castaña no era una persona acostumbrada a alquilar películas que no fuesen animadas, y la verdad es que no le haría nada mal un poco de ayuda a la hora de seleccionar. —Aunque tam-mbién escucho recomendaciones, eh. Tú dime.

#c: addie