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Nada más lejos de ser un seguidors de las teorías de conspiración. Pero 3000 arquitectos e ingenieros no pueden estar TAN equivocados.

Hasta hoy muchos creen que el atentado al WTC o “9/11“ fue un ataque terrorista. Esta charla es el más sólido argumento en contra. Richard Gage (arquitecto), apoyado por +3000 profesionales de Architects & Engineers for 9/11 Truth explica, con método científico puro y duro, cada inconsistencia en la versión oficial y por qué es necesaria una investigación independiente al Gobierno de USA.

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Ayer nos quedamos solos con Raimundo (7 años) y nos pusimos a jugar a poner canciones en Spotify que nos gustan, una él, una yo. Partimos con “Shotgun”, por supuesto, que es su canción de la temporada, la que puede escuchar mil veces, así como le pasó el año pasado con “Shape of you”. Las dos primeras líneas de la canción (“Homegrown alligator, see you later / Gotta hit the road, gotta hit the road”) me sirvieron de excusa para mostrarle a Bill Haley (“See you later, alligator”) y Ray Charles (se llama Ray, como tú): “Hit the road, Jack”. Pasamos de eso a Queen (“Another one bites the dust” y “We will rock you”), luego él me mostró una chistosa versión de Bob Esponja de “I wanna rock” de Twisted Sister (ya conocía la original y no quería escucharla), saltamos a “A million dreams”, la de la pelicula de Hugh Jackman, que por alguna razón también tiene pegada, y luego me mostró dos temas buenísimos del soundtrack de “Spider-Man: Into the Spider-Verse”: “What’s up danger”, y este, “Sunflower”. Vimos la película juntos, y me dijo que las buscó luego para volver a escuchar la música (que yo no recordaba o no le presté atención), y ahora me las presentó. Nada más que decir. Cuando la vida te sorprende, te alegras, pero cuando el hijo te sorprende quieres hacer una fiesta.

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Lots of sunshine on offer

Regent’s Park. Miércoles 14 de noviembre. 10 am. Hace días que tenía la fantasía de que podía ir a Regent’s Park y ponerme a escribir sentado en una banca. Ayer no hacía frío, y lo intenté. Fallé. Me senté con un café en la mano pero los parques no son para escribir. Son para perder el tiempo y leer diario y descansar. O admirar. Ayer fue particularmente bello. No había casi nadie paseando. La luz matinal del parque parece de atardecer. Y la sensación de estar viviendo algo que me causará nostalgia muy pronto está todo el rato.

Caminar con un café debe estar entre mis placeres más pequeños y comunes. Este ha sido un noviembre particularmente cálido en noviembre, con temperaturas que todavía no bajan a un dígito. Hablar del clima, claro, es hablar de Londres, porque Londres es eso: su cielo y su clima. Su luz. 

Cuando venía de vuelta (ya que no podía escribir, y quería escribir, me apuré en boicotear mi paseo y me fui lo más rápido que pude al departamento) había unos estudiantes de cine intentando hacer una tarea con una cámara de cine, parados en un puente grabando sobre el agua. Por la calle venían cuatro cincuentones en sus bicicletas haciendo lo que parecía una rutina o un paseo previamente coordinado, todos con chaquetas reflectantes, y la felicidad de serntirse lo suficientemente libres o dueños de su vida como para estar en una bicicleta un miércoles de noviembre a las 10 de la mañana. 

Miré a los estudiantes, miré a los ciclistas, y sentí que todos éramos muy afortunados.