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Su sonrisa.

La conocí hace 5 años, era su superior, en una breve explicación me miro abriéndose paso entre sus compañeras y me hizo una pregunta, ¿Qué significa eso?, puse cuidado a su pregunta mientras no dejaba de pensar y de admirar lo hermosa que es su sonrisa, desde ese día, literal comencé a soñar despierto con esa hermosa sonrisa que dibuja dos huequillos en sus cachetes mientras sus dientes y labios hacen la combinación perfecta que junto con sus ojos brillantes hacen de su rostro una inigualable figura artística.

Por cuestiones de la vida nos alejamos demasiado, pero siempre que veía una foto de ella pensaba en cómo sería mi vida junto a ella, nada fácil, porque es hermosa y los demás estarán como buitres buscando poder tener su cuarto de hora para poder enamorarla.

La vi un par de veces a lo lejos, hablamos pero fue solo cuestión de 5 minutos. Hasta hace un mes más o menos que vino a la ciudad donde trabajo, siempre fui un fiel seguidor a sus publicaciones y fotos en redes sociales, que aunque mi día fuera gris, negro o un poco nublado, si ella ponía en redes sociales una foto con su sonrisa, alegraba mis días, generando un bienestar en mi ser, que aunque esa sonrisa no sea por mi o para mí, siempre hacia más lindo mi día. Pude charlar mucho tiempo con ella ese día en el que vino, cada vez que sonreía, me sentía el ser vivo más afortunado al saber que esa hermosa sonrisa que tanto veía en fotos era generada por las bobadas que le decía. Llego la noche y solo tenía en mi mente el generar alguna excusa para poder estar a su lado, y así fue. Salimos un grupo de amigos, todos estaban con su pareja, menos nosotros dos, ese día no me dejo sentar de todo lo que bailamos, no soy un buen bailarín, pero no se puede desperdiciar esa oportunidad tan grande como lo es el estar junto a ella. Al finalizar la noche terminamos durmiendo en la misma habitación, pero en diferentes camas, me senté en la cama y voltee a mirarla, pensando en que no habría mejor oportunidad para confesarle todo lo que siento por ella, pero es en esos momentos en que el pensamiento se divide entre decirle y que sea mutuo, o decirle y que se vaya al piso el terreno ganado. Opte por seguir en silencio y sin hacer mucho ruido le dije, “ten linda noche, descansa”. Al otro día la despedida fue una hermosa y contundente sonrisa que cerraba ese bello acercamiento. Hoy solo veo sus fotos y pienso: si Jessica supiera el poder que tiene su sonrisa, sería la dueña del mundo, porque si logra cambiar mi ánimo aun en el peor de los días, podrá cambiar y mejorar hasta la vida del más desdichado.