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oncevsonce · 3 years
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De los planteles más completos que ha tenido un club
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Squad 2016/17
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oncevsonce · 3 years
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¡¿Cómo no vas a quererlo al enano?!
El Neymar vs Messi que se nos viene el sábado.
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oncevsonce · 3 years
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Minuto 93
Hace un par de horas, se confirmó lo que viene manejándose toda esta temporada: Sergio Ramos se va del Real Madrid.
Entendiendo que toda la información que tenemos los aficionados hasta ahora son especulaciones o filtraciones y que no tenemos veracidad de ello, todo parece indicar que fue una cuestión contractual, dinero y/o duración del mismo. Partiendo de aquí, creo que podemos hablar que es una decisión acertada, porque Ramos no podía exigir después del año que tuvo y porque un club (y especialmente, el Real Madrid) tiene que empezar a pensar estas decisiones con especial cuidado ante un defensa con 35 años encima, se llame como se llame.
Que quede claro, nada de esto quita lo grande que ha sido en el equipo. Mucho se ha cuestionado al Real Madrid por dejar ir a sus leyendas y, ojo, hay que cuestionar la forma, mas no el fondo. Es decir, que si en su momento Iker se fue, fue porque su nivel ya no daba para el Real Madrid y no por llamarse Iker Casillas se le tenía que permitir retirarse en el Real Madrid. Estos equipos son lo que son precisamente por ese tipo de cosas, son (mucho) más grandes que cualquier jugador, entrenador o directivo. Y acá siempre tiene que ganar el equipo. Si bien Ramos no necesariamente cae en este supuesto porque, estando bien físicamente, seguiría siendo alguien importante en el campo, el proyecto está claro: hay que renovar poco a poco a esa generación que tanto nos dio y de la que ya cada vez quedan menos. Ramos se jugó el pulso contra el equipo en busca de más dinero, en un momento en que las arcas parecen estar un poco menos llenas y ante lo cual el club se plantó, ahí Ramos decidió no ceder. Y es totalmente válido, ni el club le debe ni él le queda a deber al club. Y eso no implica que el club sea malagredecido con sus jugadores, ni que por haber dado tanto, el club deba ceder ante sus exigencias.
Sería tonto no agradecer todo lo que hizo por la camiseta blanca. Un tipo que era raro no verlo en los 11s ideales de la temporada durante los últimos 10 años. Un tipo que, siendo defensa, marcó más de 100 goles y rescató muchos puntos (y títulos) para el Real Madrid debido a su determinación y capacidad. Al que se le pueden reprochar muchas expulsiones pero que era parte de jugar como juega él, con una intensidad constante. No existe defensa más imponente en los últimos años que él, un tipo que sabía jugársela sin pesarle escenario alguno. Al que los rivales no se querían topar, ni en el área propia ni la contraria. Un líder en la etapa más gloriosa de los últimos años del equipo, el capitán de un equipo de leyenda, que no le pesó el puesto que había dejado un histórico como Casillas. Un tipo que ganó todo y que las 4 Champions hablan por sí mismas. Un tipo que siempre dio la cara y que por eso se le agradece infinitamente.
Me acuerdo mucho de este momento, el equipo era un desastre y los de siempre lo sacaban a flote
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A donde sea que vaya, competirá. Se demostrará que sigue en condiciones y que, desgraciadamente, esto terminó por temas extra cancha.
Gracias, Sergio. Por uno de los goles que más he gritado en mi vida.
Gracias, capitán.
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oncevsonce · 3 years
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Yo no sé si Kroos y Modric sean amigos fuera de la cancha pero dentro de ella se entienden como si llevaran jugando 20 años juntos. Hoy contra el Atalanta dieron otra cátedra de cómo jugar al futbol. Mascherano decía que para él el futbol era un sufrimiento y teniendo en cuenta esto, Kroos debe ser la antitesis del argentino, ya que no pasa un partido sufriendo, aunque se le presione, su equipo pierda o no tenga la pelota. Kroos flota y siempre encuentra el tiempo y el espacio y en esa ecuación, Modric es un constante factor que ayuda a crear esta armonía. Y lo más increíble es que llevan mínimo 5 años jugando a este nivel cada partido, contra el rival que sea. Por eso se habló tanto de que estaban acabados después del mundial por tener un mes malo, porque nos han acostumbrado a rozar la perfección.
Guardé esa foto hace años, acabando la semifinal de Champions contra el Atlético de Madrid porque, a pesar de que Cristiano cargaba con el peso en ese equipo e Isco desatascó con un gol a su equipo que caía en un bache, cuando el campo empezó a arder, todos buscaron a Kroos y Modric. Fueron el sostén contra un equipo tan molesto y físico como aquel Atleti, en un partido que fácil pudo terminar diferente. Bajo una fuerte lluvia y constante asedio colchonero. Y Kroos tan tranquilo que ni se despeina, qué hijo de puta.
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oncevsonce · 4 years
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La pareja de centrales del Real Madrid
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oncevsonce · 5 years
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Una excusa para ser feliz
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oncevsonce · 5 years
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El 9
Yo quería ser nueve, porque veía a Ronaldo. Porque sentía que tenía el físico y la potencia, porque me gustaba su gambeta. Porque el pique en corto era de las cosas que mejor hacía. Me pasaba viéndolo e intentando sus jugadas y movimientos para ser como él.
Yo quería ser nueve y la primera posición que jugué fue de volante por derecha, por la técnica y que encaraba bastante bien. Me faltaba velocidad, tenía el pique en corto pero no en largo y no centraba muy bien.
Yo quería ser nueve y pedí que me pusieran de 10. Si, lo pedí, como si la posición se pidiera. Porque tenía buen pie y creatividad. Mi idea era hacerla de media punta y, eventualmente, terminar en punta.
Yo quería ser nueve y me pusieron de contención. De segundo contención, a un lado del 5. Porque tenía la doble función: recuperaba y distribuía. Tenía buen físico pero tenía que correr demasiado para mi gusto.
Yo quería ser nueve y me volví central, para correr menos. Porque el buen pie me daba para salir jugando en todas y el oficio defensivo me lo fue dando el tiempo. Teniendo baja estatura para ser central, el juego aéreo lo manejaba bastante bien, lo cual me salvaba un poco.
Pero yo quería ser nueve.
Y me tocó marcarlos. Y fue tanta mi devoción al nueve que lo conocía, que sabía como se movía, que entendía sus fintas. Que tal vez ese dejo de envidia me hacía querer amargarles el día. Y en ningún otro lado he potencializado tanto mis habilidades.
Yo quería ser nueve y terminé de último hombre. Y me queda. Me paseé por todo el campo y encontré mi lugar hasta el fondo.
Y todo por un nueve que algún día vi.
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oncevsonce · 5 years
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El 5
El día de ayer me despedía de un amigo por la tarde, me había invitado a ver los cuartos de final de un torneo de futbol local en el que participo. "De una vez dime, ¿si vas a ir?" conociendo mi constante costumbre de no salir o de terminar cancelando los planes a último momento, "para ver futbol no te fallo" - contesté sinceramente, ya que si, si me invitan a ver 10 partidos, 10 partidos veo. Puntual llegué a la cita. Sin saber de la sorpresa que me esperaba. No tarde nada en notarlo, en el equipo que usaba (convenientemente) el uniforme de local de River jugaba un 5, con la 8 en la espalda. Un tipo que, si me hubieran preguntado, hubiera dicho que era argentino, se veía canchero. Extremadamente cómodo en la cancha. Trotón, de buen pie. Sobrio y discreto pero que siempre estaba. Un tipo que no parecía acelerar nunca y que siempre llegaba a todas las jugadas, al atacar estaba al borde del área para patear o redirigir el ataque, en defensa siempre en el centro de la jugada, cortando el pase y metiendo la pierna fuerte para, después, volver a hacer jugar a su equipo. Un tipo que en todas la pidió, señalando con su indice hacia abajo, al pie, como debe de ser. Que solo jugó en largo como recurso, no como escape porque en todas, su pase en corto y raso por el verde era mejor. Que en todas regreso el balón mejor de como lo recibió y su equipo lo sabía, socio de todos, quien levantara la cabeza lo veía acercarse, claro, apuntándose el pie. Jugaba contra un equipo que corría y corría mucho, en cuanto recibía le caían uno o dos a presionar, él parecía no enterarse y jugaba con la naturalidad de quien se sabe mejor. Al acercarse al área, fintaba con la cadera para enganchar y pegarle, pisaba y escondía bien el balón, metía y acomodaba el cuerpo como pocos. Desarrollé una extraña obsesión con este tipo al grado que mi mirada instintivamente lo buscaba a él y juro que durante todo el partido nunca lo vi perder la vertical, más recto que un lápiz cuando tenía la pelota y cuando no, cuando iba al choque, cuando competía por aire y, sobre todo, cuando la acariciaba. Un tipo que no hablaba pero a todos se les acercaba casi sin verlos y les daba una palmada, con eso decía todo. Que para lo único que gritó fue para pedir agua a la banca. Había encontrado un tipo que reunía todas las características que a mi me gusta ver en un jugador, lo que hoy veo en jugadores de nivel profesional como Guido Rodríguez, en Parejo, en Saúl...lo tenía él, un tipo jugando en un torneo sin mayor trascendencia.  Su equipo empató y el partido terminó en penales. Curiosamente, él fue el único que falló de su equipo. Bajó la cabeza un segundo, para recibir el fallo, para después levantarse y comenzar a animar, él a los demás a pesar de ser él quien acababa de equivocarse, porque entiende al colectivo. 
Su equipo ganó 4-3 en penales (me parece) y ahí terminaba mi particular historia con él. O no. El lunes me enfrento a él en la semifinal.
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oncevsonce · 5 years
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El mejor equipo del mundo
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Para mi, este es el mejor equipo de futbol que he visto. Y antes de que pase más tiempo y olvide más detalles, explicaré por qué.
4-2-3-1. Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo; Alonso, Khedira; Di María, Ozil, Ronaldo; Benzema. Con variantes como Coentrao, Albiol y lo último de Carvalho, el inicio de Varane; Lass, Granero, Kaká, la ilusión que me trajo Sahin; Higuaín y Callejón.
El equipo con más vértigo que me ha tocado ver. El que no podías frenar a la contra, que tenía una transición defensa-ataque veloz. También el uniforme más bonito que he visto sobre un terreno de juego; elegante, como siempre debe verse el Madrid. Aquel en el cual coexistían Benzema e Higuaín, el francés para la Champions y el Argentino para los torneos locales. Aquel en el cual Sahin llegó para darle descanso a Alonso y no jugó, al contrario, Xabi jugaba todo porque sin él el equipo sufría. Aquel en el que el fútbol era cuestión de Xabi, Di María y Ozil. En el que se notaba que Di María tenía mucho de creativo y no de extremo. El de la mejor temporada en la vida de Ozil, donde llenó a Cristiano de asistencias como si llevara toda la vida jugando con él. Aquel en el que se notaba el amor a la camiseta de jugadores como Arbeloa, Granero y Callejón, canteranos con caminos similares y que demostraban querer la oportunidad. Aquel donde Marcelo y Coentrao se repartían la banda, Marcelo cuando se necesitaba atacar, Coentrao con más marca, aquel donde Coentrao jugaba y jugaba muy bien. Este equipo venía de, por fin, ganarle algo al Barca: la Copa del Rey. Gracias a Mou, el equipo encontró una autoestima y entendió que podía competirle al Barcelona, con sus armas y estilo. Pero ya no se intimidaba ante el equipo de Pep. Este año se ganó la Liga, la número 32, en San Mamés. Una liga trabajadísima. En la cual se dieron golpes durísimos en casa del Sevilla, del Valencia, del Atlético de Madrid, goleadas con autoridad. Esta es la liga del taco de Ronaldo en Vallecas, con aquel uniforme rojo. El espuelazo al Málaga. El 1-0 al Getafe con gol de Ramos, tan complicado. Fue la liga de los golazos de Cristiano, que no entendía de distancias; recibía y pateaba. Misiles como al Osasuna, al Atlético de Madrid, al Sevilla, donde todo salía y cada rebote caía a sus pies. Los pocos pero todos golazos de Kaká. Las asistencias imposibles con el exterior del “Fideo”. Aquella temporada donde Karim empezaba a demostrar que era un 9 con mucha clase y demasiada técnica individual, como con aquel gol contra el Osasuna. La Liga del record de goles.
Un equipo que no ganó la Champions porque lo echó el Bayern. Partido en el que Iker arañó un milagro más en su existir. Donde Ozil demostró su magia. Pero que, al final, no alcanzó; sin embargo, esa Champions demostró mucho orden, sobre todo atrás, y un hambre enorme de los delanteros. También, dejó el contragolpe de manual por excelencia, contra el Ajax, un placer servido a primera intención.
Pero como todo equipo grande, necesitaba partidos grandes. Y tuvo 2, ambos contra el Barcelona de Pep. El primero, en cuartos de Copa del Rey. La ida la pierde 1-2 en casa y tenía que ir por el resultado en Camp Nou. Ese partido. El primer partido en mucho tiempo donde el Madrid fue mejor, donde el Barca terminó pidiendo la hora, antes de que llegara la remontada. Donde, en la primera jugada del partido, Higuaín mostró lo que siempre le ha faltado: temple. Aquella vez, Ozil jugó pegado a la banda derecha por la titularidad de Kaká, y lo hizo bárbaro. Recuerdo a Abidal perdido, siempre interiorizando para cubrirle el perfil, Mesut tiró de repertorio para salir por dentro y fuera constantemente, cada que enganchaba se encontraba con Busquets y siempre terminaba desacomodándole. Ese quiebre a Busquets y el larguero lo sigo escuchando de aquel casi golazo de Ozil. Donde el Madrid se fue al descanso perdiendo 2-0 pero nunca bajó los brazos porque, después de mucho tiempo, se sabía mejor que el rival. En el que la visión de Ozil marcó el camino y encontró a Ronaldo, Ronaldo sentó a Pinto y marcó. Benzema exhibió a Puyol y dejó al Barca tocado. Aunque no pudo ser, creo que faltó tiempo, nada más. El partido donde empezaron las dudas de Pep y las certezas, sobre todo, de Ronaldo.
Y llegó EL partido. A falta de 5 fechas, contra el Barca y en Camp Nou. Por la Liga. El Madrid llegaba líder pero el Barca apuntaba a recortar distancias ganando en Camp Nou y, así, dejar un tramo final de Liga tenso para el Madrid. El Madrid pegó primero, con Khedira tras error de Puyol. Esto sacó al mejor Barca, aquel que monopolizaba la posesión y encerraba al rival. El Madrid, a su modo, aguantó la embestida, con una tapada providencial de Casillas a Xavi, el Madrid ganaba hasta al descanso. El Barca apuraba y se sentía inevitable la remontada, como normalmente sucedía, era cuestión de tiempo. Y después de una jugada accidentada a más no poder, empató Alexis con 20 minutos por jugarse. Y salieron los fantasmas y la Liga coqueteaba con el Barcelona. Y a todos nos temblaron las piernas, a todos menos a uno. Porque un instante después, Ronaldo marcó. El famoso gol del “Calma, que aquí estoy yo”. La culminación del trabajo que se sabía posible pero que ante semejante monstruo parecía siempre ser insuficiente. El empate valía y se consiguió la victoria más importante, se celebró como tal. Se venció al coloso y en su casa. Jornadas después, el equipo se coronaría en San Mames.
Con Cristiano como estandarte, con Xabi y Casillas como líderes, con cantera, con personalidad, con mucha velocidad y aún más fútbol. Ese fue el mejor equipo en la historia del fútbol.
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oncevsonce · 5 years
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Me hubiera encantado
Me hubiera encantado ser futbolista, por mi padre. Me hubiera encantado debutar y buscar a mi padre entre la gente, porque seguro y donde fuera, él hubiera estado. Me hubiera encantado marcar mi primer gol y dedicárselo, porque nadie en el mundo lo hubiera apreciado como él. Me hubiera encantado hablar con él después de los partidos, para explicarle lo que pasó, qué hice bien y mal, aunque él ya lo supiera. Me hubiera encantado una camiseta mía en su amplia colección porque, para él, la mía sería la más valiosa a pesar de los nombres en la espalda de las demás. Me hubiera encantado hablarle, para contarle de mi futuro, de que me voy a otro equipo. Me hubiera encantado ser futbolista, por mi hermano. Porque a él no le interesa tanto el futbol. Porque a pesar de que le encanta, por mi se hubiera enfermado de futbol. Porque estaría orgulloso de mi. Porque no usaría mi camiseta, la guardaría como tesoro. Porque se lo debería a él, cada balón. Porque los primeros pasos fueron juntos. Y porque se volvería un verdadero hincha, pero nada más mío. Me hubiera encantado ser futbolista, por mi madre. Porque mamá no podría ni ver los partidos, pero lloraría cada minuto. Porque la angustia le ganaría con cada golpe, cada derrota, cada caída, pero el corazón se le llenaría con cada gol, cada victoria, cada acierto por mínimo que fuera. Porque el día del retiro, mamá lloraría más que yo, de orgullo. Porque siempre me levantaría de cada golpe por ella, porque ella merece más de lo que siempre doy. Me hubiera encantado darles un campeonato, de donde fuera, con quien fuera. Que juro que lo celebraría más por ellos que por mi. Porque a mi no me interesa, si me mato es por ellos. Y si gano, es para ellos. Me hubiera encantado ser futbolista, por mi. Porque es mi sueño. Porque me hormiguean las piernas antes de que empiece cada partido, sea la reta con mis amigos o aquella semifinal que nunca se me va a olvidar. Porque tengo que brincar antes de que empiece un partido, porque mis piernas gritán de emoción. Porque no entiendo mi vida sin futbol, incluso antes de enfermarme de él. Porque me ha enseñado tanto de mi y de la vida, porque gracias a él crecí y me convertí en muchas cosas. Porque me ayudo a quererme y me ha salvado más veces de las que me atrevo a decir. Porque es lo más. Porque soy el mejor aficionado. Debo decirlo, me queda bien. Me queda bien estar frente al televisor y ver, analizar, gritar y vivir el partido de este lado. Porque es lo que me tocó y lo vivo como tal. Como si fuera yo quien está frente a mi, tirándose al suelo para trabar aquel balón, con la misma intensidad. Porque de otra forma, no se puede vivir. Porque (habrá que preguntarles a mis papás) estoy seguro que cuando nací, mi primer grito fue de gol. Me hubiera encantado jugar un descenso. Vivirlo, sufrirlo. Salvarnos. Caer y quedarme, regresar. Me hubiera encantado jugar con mi selección, saltar al campo con la verde por primera vez. Jugar un mundial. Llorar con el himno, como mi papá. Vivir cada segundo que se tiene en cancha. Matarse por el balón, por el compañero, por el escudo, por la afición. Por el simple hecho de que así entiendo el fútbol. Por respeto al contrario. Me hubiera encantado tanto ver a la gente gritar. Porque recuerdo cada partido que jugué y vi por televisión, con marcador y anotadores casi siempre, y no porque tenga buena memoria, si no por el impacto que dejan todos y cada uno de ellos.
Me hubiera encantado ser futbolista, por el fútbol mismo. Porque lo hubiera defendido. Porque habría dignificado la profesión. Porque le pagaría todo lo que me ha dado. Porque lo habría dado todo.
Porque el fútbol es como la vida, pero mejor. ¡Cómo me hubiera encantado!.
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