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[mysofg]

Cada vez tengo más ganas de verte, cada vez me gustas más.

Con solo escuchar tu voz, tu risa. Quiero estar contigo.

[mysofg]

Solo son putas ideas. El está ocupado, probablemente no esté molesto. Solo son ideas, y eso es todo. Si es que se molesto, no es tu puto problema.

[mysofg]

Recorrer tus brazos con mis dedos; mis manos en tus piernas, en tu cabello.

Ver cómo tus labios se tornan más rojos, al igual que tus nudillos.

Tu mirada.

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Odio

Nunca había tenido insomnio por estrés. Llevo tres messes sin saber que es lo que me pasa. Las únicas veces que me sentí tranquila fue cuando no tenía clases.. ¿por qué me genera tanto estrés la escuela?

[mysofg]

Amo tu voz, amo tu, todo tú. Hasta el momento no he sido capaz de encontrarte una sola imperfección. Quiero tenerte, Dios. Todo es tan perfecto.

[mysofg]

que ganas de verte.

Esa noche tenía tantas ganas de estar contigo y tenerte cerca. Nunca me había sentido como esa noche. Quería mirarte y tocarte. Pensar que tal vez llegué a generar una “dependencia” me da miedo.

No lo creo, pero esa noche sentí que te necesitaba. Y me dio miedo. No hemos hablado tanto realmente, ¿y ya creo necesitarte?

[mysofg]

Aquí va una pequeña lista de lo que no me gusta de mí. Es para mejorarlo o aprender a quererlo. Ser consciente de ambas partes (lo que me gusta y lo que no), me permite amar más lo que ya amo y comenzar a amar lo que no, o comenzar a cambiarlo.

- No me gusta que sea demasiado tímida. Esto me limita mucho; me limita a ayudar, a decir lo que pienso, a sentir lo que quiero sentir; básicamente a hacer lo que quiero hacer.

- No me gusta sobre pensar cada cosa; aferrarme a ese evento negativo que sucedió, o pensar en cada posible consecuencia de una acción. Esto me lleva a tener miedo y no tomar riesgos.

- Que me de miedo fracasar, ser rechazada. No me gusta que tema hacer el ridículo. Pero en situaciones tan mínimas; como el hablar en clase y que la maestra no me escuche o el decir la respuesta incorrecta. No importa, y tengo que meterme eso a la cabeza. Y que me rechacen… tanto miedo de ser juzgada.

- Que me preocupe mucho lo que los demás piensen. Odio, lo odio. Causa que me esconda, que esconda quien soy. Sofía, ¿por qué esconderte cuando eres tan increíble? Deja que los demás lo vean. Si haces el ridículo, si fracasas, ¿qué?, ¿acaso se va a terminar el mundo? No, tu vida no va acabar porque no sepas cómo moverle a esa máquina en el gym. Quien se quiera reír, que se ría. Quien quiera juzgar, que juzgue. Esas personas, ¿quienes son?, ni siquiera te conocen. Lo más probable es que buenas personas no sean y siéntete bien de que no eres como ellas.

- Que siempre intente, de cierta forma, sentirme superior en cuanto al dolor. Se que suena mal, pero es esta necesidad de pensar que yo la pase peor, que a mi me dolió más, o que yo si supe como controlar esa emoción. Supongo que es algo extraño pero es algo que aprendí a aceptar hace poco. Según mi psicólogo viene de ese trauma de rechazo. Quiero destacar en lo mínimo por ello. Aún lo estoy tratando de descifrar.

- Que me de miedo socializar. Igual, miedo al rechazo. Ahh, Sofía aviéntate. Háblale a esa persona. Se que titubeó al hablar de los nervios, a veces se me seca la boca, pienso mucho en lo que diré a continuación, pero así no debe ser. Di lo primero que se te venga a la mente, que piensen lo que quieran pensar. Una vez así lo hiciste y la hiciste reír. No es tan malo, ¿vez?

- Que quiera tener el control de todo. Que me preocupe no saber cómo saldrán las cosas y por ende trato de controlarlo como pueda. Me preocupa que no salga bien, y creo que sólo las cosas a mi manera, lo harán. Es un problema, sí. Me causa más estrés del que trato aliviar. Estoy trabajando en ello, trato de aceptar que no tengo el control de todo, y que la verdad esto no es tan malo. Lo único de lo que tengo control es de lo que yo hago, y es lo que vale. En lo que tengo control es cómo reacciono ante esta situación descontrolada, y eso es lo que realmente me ayudará a aliviar el estrés. Levantarme y no tener planeado paso por paso mi día, me ha traído calma. Hay que encontrar un equilibrio. Esto no significa que no pueda planear alguna meta, o algún plan. Es solo comprender que no puedo tener control sobre las cosas que no están en mis manos. Esta bien organizarse, planear. Pero también suéltate un poquito. Organízate cuando llegue el momento de hacerlo, no la semana anterior. Veras la calma.

- Que no sea paciente. Siempre quiero que todo sea automático. Soy perseverante en ciertas cosas, pero hay otras en las que soy demasiado impaciente. Tengo también que entender que todo conlleva un proceso, que las cosas se dan poco a poquito. A veces simplemente fluyen, otras requieren esfuerzo pero que al final dará fruto. Pero hay que ser paciente para ello, y créeme que valdrá la pena. No todo saldrá a la perfección a la primera.

- Que no se como dar consuelo físico. Cuando mi sobrina pequeña corrió a mi para darle consuelo porque se encontraba llorando, no sabía que hacer. Esto no lo tengo para nada descifrado. No se como actuar ante una persona que se encuentra en lágrimas frente a mío, mucho menos un niño. Ella solo se sentó en mis piernas y yo le agarraba los hombros, le acariciaba o le acomoda el cabello, pero se tranquilizó muy rápido. Le preste mi celular y se distrajo un rato. Pero me pasa incluso con adultos. Generalmente suelo escuchar, tratar de comprender. Dar palabras de aliento, pero no muchas. Principalmente escucho y les hago saber que estoy escuchando.

- No se como lidiar con niños y eso me molesta porque he pensado en ser madre, y ¿cómo seré madre si no se lidiar con ellos?, también creo que influye el hecho de que son niños ajenos. Creo que ese es el punto más importante. Cuando son niños ajenos, no los conozco entonces no se que hacer. Es como acercarte a un desconocido a tratar de darle consuelo. Creo que es más fácil en adultos o gente de mi edad porque comprendo más, pero ¿en un niño? ¿Qué hago?, ¿cómo consuelas a un pequeño? No se, pero creo que incluso con los niños me cierro mucho porque me da miedo cometer un error, y más porque son ajenos. Pero a veces pienso: “son niños, es fácil de cierta forma hablarles, distraerlos, abrazarlos”, pero no se muy bien porque me cuesta tanto.

- Que me de miedo manejar, o los nuevos cambios. El manejar me ha costado mucho porque creo que representa bastante todo a lo que le tengo miedo. El miedo a lo que otros piensen, el miedo a equivocarme, es tratar de ser la mejor siempre en todo, el tratar de complacer a los demás. Siempre creo que le debo algo a otros cuando hacen algo bueno por mi. ¿Me diste el pase?, ahora creo que te lo debo. Tratare de manejar lo mejor por ti. No se muy bien por qué esa idea, ¿por qué creo que le debo algo? Pero sí, me da miedo lo desconocido y lo odio. Por eso me cuesta manejar también. Pero pienso, “no mires atrás”, “estás aún perfeccionándolo, no nacemos sabiendo”, “es un proceso, ya llevas gran parte de este”, “has mejorado; antes no podías dar una vuelta y ahora son problema. Sabes controlar muy bien el freno.” Trato de pensar positivo. He sido más capaz, he tenido más confianza en lo que hago. Necesito manejar para ser más libre.

- Que sea insegura de mi misma.

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Estoy emocionada, me siento capaz de lograr lo que quiero lograr. Puedo visualizarme cumpliendo mi meta; mis metas. Ese sentimiento que me arrastra hacia ellas. Ese sentimiento, que no se vaya.

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Mi pasado, mi pasado me duele. Mi pasado no me define, pero me ha convertido en lo que ahora soy. Me duele y a la vez me da gusto. Tantas cosas que pudieron haber sido diferentes. Tanto dolor que pudo haber sido evitado. ¿Qué sería o quién sería yo si no hubiera pasado por lo que pase? A veces me lo pregunto… ¿estudiará otra carrera?, ¿sería más feliz?, ¿más capaz?, ¿más querida?

Pero pienso… ¿me gusta la gente que me rodea al día de hoy? Sí, ¿me gusta quien soy? En gran parte, si. ¿Me gusta lo que estoy haciendo? Sí, ¿entonces por qué pensar en lo que pudo haber sido? Pudo incluso haber llegado a ser peor. Tal vez pude haber llegado a ser arrogante, egoísta; rodeada de gente tóxica. Lo que tengo no es poco, no es malo; es suficiente. Es suficiente y es lo que necesito. Además, puedo mejorar, esto no es el fin de todo.

¿Qué me gusta de mi? Sofía, dime todo lo que amas de ti. Escríbeme una lista.

- Soy consciente de mis emociones y de las de otros.

- Soy amable, respetuosa, bondadosa.

- Soy leal, honesta, soy directa.

- Soy afectiva. No me da miedo mostrar lo mucho que amo.

- Soy consciente de lo que hago, acepto las consecuencias de mis actos. Aunque me cueste.

- Soy responsable, organizada. Perseverante.

- Soy confiable. Con una mente abierta; nunca te voy a juzgar. Siempre querré lo mejor para ti.

- Soy tolerante.

- Soy capaz de pedir perdón, de dejar ir. No guardo rencor, no tengo odio.

- Soy inteligente; si lo soy. Soy inteligente.

- Soy muy buena para escuchar a otros, y buena aconsejándoles.

- Siento, y mucho. Sentir mucho me ha hecho más fuerte.

- Soy cuidadosa, cautelosa, concienzuda.

- Soy asertiva. Soy buena escogiendo a mis amistades.

- Soy divertida. Me gusta hacer reír a los demás.

- Soy ingeniosa a mi modo.

- Soy introvertida. Aunque a veces lo odie, me ha traído cosas buenas. Me gusta estar sola, me gusta saber estarlo.

- Soy capaz de hacer lo que sea que me proponga.

- Soy constante en lo que hago.

- Siempre trato de hacer sentir a los otros incluidos, importantes; que lo que dicen es escuchado. Siempre pongo mi atención en aquellos que suelen ser ignorados.

- Soy capaz de hablar las cosas; siempre trataré de resolver un problema con otros a través del habla.

- Siempre intentaré ayudar aunque no me corresponda.

- Buscare la manera de hacer lo que tenga que hacer.

- Tengo confianza en mis capacidades (la mayoría del tiempo).

- Nunca haría sentir mal a alguien intencionalmente. Nunca saldrá de mi boca un comentario de odio hacia otro, nunca haré de menos a otros.

- Siempre trato de ver el mejor lado de las personas. Siempre busco lo mejor de ellas. Aunque a veces puede ser contraproducente, siempre intento ponerme en sus zapatos.

- Me gusta que me guste la actividad física. Que me guste pintar, la psicología, la criminología, la fotografía; que me guste escribir, conocer gente, bailar; que me guste escuchar música de todo tipo, vestir de diferentes maneras, que me guste maquillarme; que me guste pasar tiempo con mis amistades; que tenga a las amistades que tengo; me gusta que sea organizada y limpia; que sea siempre lo mejor en lo que hago. Me gusta que siempre tengo metas a largo plazo, que me gusta ahorrar el dinero y siempre pienso bien en que gastarlo, y que cuando lo gasto nunca me arrepiento (aunque haya comprado lo mas inútil). Me gusta que lo material no sea lo más importante para mí. Me gusta que sea capaz de amar con todo mi ser, que sea capaz de comprender. Me gusta que me encanten las calcetas de colores, los stickers, dormir con mi suéter, quitarme las calcetas debajo de las sábanas. Me gusta que me guste mi perfume. Básicamente me gusta que me gusten las cosas que me gustan…

- Físicamente, amo mi sonrisa. Me gusta el color y el largo de mi cabello; me gustan mis piernas, mis hombros, mis manos, mi espalda, mi cintura. Me gustan mis ojos, mi nariz, mis labios. Lo lisa que es mi piel, lo blanca que es. Lo roja que se pone con el sol, o cuando lloro. La manera en que mis mejillas se sonrojan. Me gustan mis cejas, mis piercings, mi tatuaje.

Bueno, gracias necesitaba esto…

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De nuevo inicio semana. Tengo miedo de volver a tener insomnio. Esta semana fueron pocos los días que lo presente.. tal vez la escuela si es un factor de estrés, ¿por qué?

Últimamente me he sentido presionada. Siento que hago poco, que debería de hacer más. Tengo miedo de terminar trabajando, simplemente trabajando. ¿Donde está el cambio?, ¿esos libros que tanto quiero escribir?, ¿ese impacto que quiero tener?, ¿ese consultorio?, ¿suena muy loco que quiera a trabajar en el FBI?

Me llega ese estrés, ese estrés del futuro. Tengo miedo de no estar haciendo lo suficiente. Quiero irme de intercambio, aprovechar la universidad. Estoy en una buenísima escuela, de las mejores de Nuevo León, ¿y solo voy a mis clases?, ¿solo hago mis tareas y obtengo buenas notas? ¿Donde está lo demás?, participar en alguna causa, estar en actividades sociales. Conocer más allá.

Esta presión de que tengo que trabajar ya, tengo que conocer el mundo laboral antes de iniciar mis prácticas, tengo que manejar, tengo que ser más activa. Tengo una meta allá, por aquí, por acá.

Quiero cumplir mi meta en el gym, mi meta en lo académico, mi meta en mi vida social, en mi vida amorosa. Tengo tanto que quiero seguir ¿y que estoy haciendo?, estoy viendo la televisión en mi cama. Viendo TikTok.

Me puse a pensar… esta persona que conocí, tantas cosas ha realizado. Yo no se andar en bicicleta, no se jugar ajedrez, no se muchos deportes. ¿Cual es mi pasión en la vida? ¿Solo mi carrera? ¿Qué es lo que quiero hacer a futuro? Ahora me siento triste por ello. ¿Qué he hecho en estos casi 19 años de vida?, aún no es tarde… aún no es tarde para conocer. Yo lo sé, pero ahora parece más complicado. Quiero llorar de la desesperación.

No se que hacer, quisiera saber que hacer. Poder ver mi futuro para saber que es lo que tengo que hacer. Pero se que es imposible, y de eso se trata vivir; lo desconocido.

No quiero tener la vida arreglada (o tal vez un poco), solo quiero saber que es lo que debo de hacer. ¿Está bien que aún no tenga en claro mis metas?, ¿que holgazanee?

¿Más enfocada en mi vida social que en mi futuro?, tengo miedo de perder ese enfoque. No lo sé. No se a donde ir.

Esa presión de tener que crecer. Tengo que aprender a manejar, tengo que aprender a ser yo misma, tengo que aprender a trabajar, tengo que aprender a amar, aprender a relacionarme, aprender a conocer. Tengo y quiero salir de esto. ¿Pero por qué cuesta tanto? ¿Por qué cuesta tanto aprender? O más bien, ¿intentarlo? Quiero salir de mi cama y sentir, sentir que estoy viviendo.

Que respire no significa que esté viviendo. La vida se me puede ir de un momento a otro, así nada más. En un segundo puede mi corazón dejar de latir. ¿Estaré satisfecha con mi vida?, no. Lo he pensado desde que tengo 14 años… ya pasaron cinco años y sigo pensando lo mismo. ¿Qué hago?, ¿a donde voy?, ¿a quien sigo?, ¿por donde comienzo?

¿Aprender a estacionarme?, ¿aprender algún idioma?, ¿aprender a qué?

Quiero, no sé, salir, salir de aquí. Pero me cuesta pararme de mi cama. Me cuesta tener ganas. Necesito correr, correr hasta salir de aquí. Esos 20 minutos en la caminadora no son suficientes para sentir que estoy escapando de ello.

Y aquí va, toda la presión. Esta es toda la presión; esto y más. ¿Será esto lo que no me deja dormir por las noches? Y ¿por qué puedo dormir cuando es de madrugada?, ¿por que estos días no tuve insomnio?, ¿por qué los domingos siempre lo tengo?, ¿es la escuela un recordatorio de mi futuro?

¿Qué debo de hacer para estar más tranquila?, ¿cumplir con esas “metas” me hará estarlo?

¿Qué fue de toda esa ira?, ¿de ese dolor? Pfff

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He mejorado, me he logrado ver a mi misma frente al espejo. He logrado soltarme poco a poco de esas cadenas que tanto veía sobre mis muñecas, sobre mi garganta y piernas.

Poco a poco me he soltado, me he sentido más yo. He sentido lo que es no tener miedos, lo que es ser “libre”. Sentir el aire en mi rostro y respirarlo; sentir como cada partícula de él entra hacia mis pulmones.

Levantarme y solo llevar mi día acabo. Pensar que no tengo el control y que esta bien.

La felicidad que sentí cuando él me felicitó; me hizo notar que he cambiado. Que puedo, literalmente, tomar el volante y dar esa vuelta sin ningún miedo. Puedo cambiar de carril sin pensarlo más de dos veces, cambiar de ruta sin miedo a lo desconocido.

Pff, literalmente un automóvil es la representación de todos mis miedos e inseguridades. Miedo al cambio, la inseguridad que me causa lo que otros piensen, miedo a lo desconocido, miedo a equivocarme, mi necesidad de ser perfecta en todo lo que hago, la presión que siento de otros.

Y lo repito, ¡que chingue a toda su puta madre! Quisiera poder sacar esas ideas de mi cabeza y quemarlas, una por una. Ver cómo desaparecen frente a mis ojos, entrar en cuenta de lo insignificantes que realmente son.

Toma el puto volante y ve directo hacia donde necesites llegar. Sin miedos, sin dudas.

Y corre Sofía, corre hasta que puedas sacarlo de tu ser. Toda esa frustración se va con cada paso que das; con cada gota de sudor que recorre tu frente. Se que repites en tu cabeza cada una de esas ideas, no lo sueltes; toma ese coraje, embrasse it. Es tuyo, y aún es parte de ti, pero no eres tú.

Pero déjalo ir, necesito que tomes un puto lápiz y papel, y escribe absolutamente todo. Tus miedos, inseguridades, dolores. Y quiero que los quemes uno por uno. Ve como es tan insignificante que puede borrarse y desaparecer con un poco de fuego.

No digo que menosprecies tu dolor, te digo que entres en cuenta de que esas ideas no son reales. Esas ideas que te limitan y no te dejan vivir. Ese pensamiento de que tal vez no deberías de comer, o provocarte el vomito. Esas ideas, ¿que son esas ideas? A veces me decepciono de mi misma, pero se que soy humana. Siento, lloro, sufro.

Sigo con mi vida, preocupante, ¿no? Aunque debo de decir que también admirable. Sigues con tu vida cargando tanto peso sobre tu espalda. Recuerdo haberme visualizado así de niña: me imaginaba con grandes sacos sobre mi espalda, y buscaba la forma de deshacerme de ellos. Solo pensaba en que podía hablarlo y así tal vez desaparecerían.

Con el tiempo ese peso se fue acumulando. Ya ni siquiera se que tantos sacos tendré sobre mi espalda, ya ni siquiera puedo sentirlos. Cuando era niña hasta podía sentir que me costaba respirar del peso que cargaba; ahora ni siquiera se muy bien que es lo que estoy cargando.

Pobre, desde pequeña cargando con tanto encima. Se que ese peso no se fue.. aún cargo con ese dolor. Constantemente pienso en que ojalá yo misma hubiera sido mi hermana pequeña; la habría protegido como mi propia hija.

Sofía chiquita, tan inocente y tan lastimada. Esas sonrisas que muchas veces fueron lagrimas. Como olvidar cuando no podía recostarme boca arriba por el dolor que tenía en mi espalda baja y en mis piernas; recuerdo haber llorado en silencio durante la noche porque me dolían esos golpes. Y nadie me cuido. ¿Qué podía hacer yo? Simplemente seguir siendo una niña. Una niña que amaba a sus papás, amaba jugar con sus muñecas; amaba a sus hermanos, y le encantaba hablar con sus amigos.

Te cuido ahora; hago lo que puedo. No te puedo culpar por la manera en que intentaste protegerte, no puedo culparte por las secuelas que eso ha dejado en el presente, y simplemente porque no fue tu culpa, mi niña. Hiciste lo que pudiste hacer, lo que estaba en tus pequeñas manos.

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Entonces…

¿Por qué tengo miedo de que me veas distinto?, ¿por qué me importa lo que pienses? ¿Quiero mantenerte porque eres lo único seguro que tengo?

Creo que conocerte me permitirá conocerme. Quiero conocerte porque quiero conocerme más. No se si sea algo positivo o no, pero supongo que es algo válido ¿no?

No me parece mala idea. Prepararme para cuando realmente sea en serio. Pero tal vez es eso, esa presión. La primera persona con la que salgo, con la que tengo ese interés constante. Puede que me aferre a ello, pero hay veces que quiero correr y alejarme, ¿por qué?

Porque temo al cambio, y ser tu pareja significaría un gran cambio. Conocer a tu familia, tu a la mía, cambiar mi entorno: las personas con las que hablo, mi interacción con los demás. Cuando te conocí me di cuenta de que no sería difícil dejar eso de lado, pero ahora que tengo poca atención de ti, estoy buscando esa atención de otros. Tantos que me hablan, me buscan. Y tu solo me contestas con pocas palabras, me dejas en visto, o cuando te hablo sobre algo, no sabes ni siquiera que responderme. Creo que no le tomo tanta importancia porque se que en persona eres distinto, pero aún así, puedo notar que no eres muy expresivo con las palabras.

¿Y que si dejamos de salir?, la verdad podría venirme bien un respiro. Un descanso de todo esto. Soy una persona de pasar su tiempo consigo misma, prefiero estar sola. Recuerdo que cuando te lo dije mostraste un poco de disgusto. Supongo que pensaste que no querría salir mucho por eso, y tienes razón.

La otra semana probablemente salgamos hasta el otro viernes, sábado… domingo tal vez. Podría ser un miércoles. Pero no lo sé. ¿Me estoy adelantando? Efectivamente.

Tus chistes tontos, que la verdad me dan un poco de “cringe” al escucharlos (por eso no me rio)..

Me hiciste cambiar un poco la perspectiva de lo que hago a diario, ya sabes, constantemente me rodeo de cierta negatividad en mi entorno. El contenido que consumo, a veces la música que escucho. Me di cuenta que podría cambiar eso, podría cambiar un poco mi perspectiva; lo que me rodea. Por eso te dije que creo que eres positivo, porque tu manera de ser, de ver las cosas, es más “brillante” por así decirlo. Con más vida, ilusión. Me pareces más feliz de lo que yo soy.

Espero algún día poder decírtelo, aunque tendrá que ser de frente, y no soy mucho de decirlo directamente. Soy más de escribirlo, pero por ti intentaré decírtelo, como lo he estado haciendo. Se que debería decírtelo; decirte que me gustaría más esa comunicación por texto, pero se que apenas nos estamos conociendo, así que espero decírtelo más adelante; creo que comprenderás. Pero solo son cosas que noto por el momento, aún falta mucho por ver uno del otro.

[mysofg]

Te conocí, y la primera vez que te vi me pareciste increíble. Me gusto tu sonrisa, tus ojos; tus gestos, tu manera de hablar, tu risa.

Te conocí nuevamente, nuevamente, y nuevamente. Sigo conociéndote aún, pero no lo sé. No se por qué me cuesta alejarme de ti, cuando antes era lo de siempre; cuando ha sido lo de siempre.

No tengo miedo, absolutamente nada de miedo. Quiero estar contigo, verte, sentir tus manos y caricias por mis brazos. Pero, y es que ¿por qué hay un “pero”?

Simplemente “pero”, no sé. Puedo notar que no eres muy expresivo, me pregunto cómo serías si te contara mis penas, mis dolores y mis sufrimientos; mis miedos y mis inseguridades. Quisiera escucharte hablar de los tuyos.

Quisiera pedirte un abrazo. Aún me falta conocerte nuevamente, se que es un proceso y que ambos fluiremos. Pero es extraño, supongo que aún no me gustas y probablemente sea lo mismo para ti. Pero no lo sé, el tiempo que pasamos esas pocas veces, las conversaciones, el contacto… ¿y ni siquiera se que es lo que siento?

Al principio estaba encantada, y después lo sentí como si no fuera la gran cosa. Yo que sonreía al hablar, al ver tus mensajes. Ahora ya no me siento emocionada. Pero cuando te veo… cuando te vi esperándome afuera del restaurante, o cuando te vi llegar ese día en el cine. Cuando caminamos y nuestros brazos rozan, cuando me miras fijamente, cuando puedo ver el cafe de tus ojos perfectamente. Allí es cuando pienso “Dios mío, me encantas”. Pero después durante la semana, no hablamos mucho por mensaje, no te veo por algunos días, y ¿a donde se va esa idea?

¿En serio sólo será viéndote?, no podremos vernos siempre. Pero también pienso, ¿cómo le hacían las parejas de antes cuando no tenían celulares?, ¿realmente es necesario tener contacto por mensaje?

Para mi sí, sí. Y no quiero cambiarlo. Pero me doy cuenta, digo se que nos seguimos conociendo pero me gustaría a veces decirte, no se, que te quiero. ¿Es apresurado? Te lo dije y no respondiste. Te digo un cumplido directamente y puedo notar que te pones un poco nervioso, pero también que no sabes que decir de vuelta. Presiento que no eres mucho de palabras. ¿Es algo malo?, puede llegar a serlo.

Quiero seguir conociéndote, de eso no tengo duda. Pero no se por qué, se que me atraes de cierta forma, pero ¿qué cambio?, ¿por qué no siento que el sentimiento sea tan fuerte?

Hay algunas cosas que he notado que no me gustan del todo, pero quiero seguir conociéndote. Algo tienes que quiero seguir. Desde la primera vez que te vi hace un año, ¡hace un año!

Y aquí estoy de nuevo, escribiendo sobre otro hombre. No se por qué creo que no terminaré con el corazón roto. Creo que esto tendrá un final diferente, pero no estoy segura de sí será bueno o no. Solo que esta historia será diferente al resto, algo percibo en mí que es diferente a lo usual.

Esperando a ver un mensaje…

Pero, a fin de cuentas fue él quien tuvo iniciativa en todo momento. Ambos somos dos inexpertos, esa es también la realidad. Puedo notar lo poco que sabemos al respecto. Me pregunto si el pensara en eso, si pensara en mí, en lo que hago, o lo que pienso. ¿Pensara en lo que pasó el domingo? ¿O el lunes? ¿La primera vez que nos conocimos?

También me pregunto, ¿qué le dirá a sus amigos?, ¿a sus hermanos? Que al parecer ya saben de mi.

Me pregunto si inconscientemente sentiré algún tipo de presión de mi entorno, una parte de mi que quiere que funcione, cuando antes era la contrario. Pero no lo creo, supongo que me falta conocerlo nuevamente.

Además, estoy acostumbrada a que todo sea instantáneo, que todo se de a los dos días de conocernos. Y es justamente lo que no quiero, pero creo que ya me acostumbre demasiado. Ahora me cuestiono todo, me cuestiono cada cosa.

Ayer me puse a pensar: ¿y si no le hablo?, ¿que hará? No lo sé, supongo que no mucho. Pero no se si quiero descubrirlo. A parte de que es una actitud inmadura, creo que no quiero perder a esta persona. Me doy cuenta de ello. No quiero perder a esta persona… ¿por qué será?

¿Será que simplemente quiero vivir algo distinto?, ¿acaso estoy aburrida? No lo creo.

¿Entonces?

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Contigo no se sintió de esa manera, y es por eso que estoy tan obsesionada.

Contigo la conversación fluyó, y yo fluí con ella. No sentí que dijera las cosas incorrectas, sentí que podía ser yo misma. Me sentí bien conmigo misma y contigo.

Pero ya no se como acercarme, ¿qué tal si ya olvidaste? O tal vez no fue tan especial. Tal vez para ti solo fue una interacción cualquiera, y yo aquí haciéndome mil ideas. Quiero hablar contigo de nuevo, pero en persona. Algo que nunca me había pasado, pues siempre prefiero mantener todo a distancia. Contigo fue diferente, cuando me fui ya quería volverte a ver. Y estoy dispuesta a “tomar el riesgo”.

Ya hablé de ti con mis amigas y amigos, ya publique sobre ti en este espacio y te pienso a diario. Podré sonar demasiado intensa, tal vez son mis problemas hablando… tal vez busco obsesionarme para olvidarme de lo que sucede en mi cabeza. Pero por más que pienso en esa posibilidad, nada me quita el sentimiento que sentí, las miradas y lo mucho que me encanto tu sonrisa. Quede completamente flechada, y eso si que no fue causa de mis problemas.

Ya te había visto, en la fiesta del año pasado, y desde ese momento me generaste interés. Pero fue hasta ahora que pude conocerte y me sentí diferente. Al principio pude haber estado un poco más reservada, pero después todo fluyó tan perfectamente. No hay manera de que esto no es lo que sienta, ¿o sí?

A la vez no me quito la idea de la cabeza de que tal vez solo quiero dejar de pensar en todo lo demás por pensar en ti… odio esto.

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El titubeo al hablar, la garganta seca, la voz que se me va…

La cantidad de veces que pienso en que decir en un momento, la mirada de la otra persona que me presiona a ser diferente. Las sonrisas, la confusión, las cejas alzadas o los ojos entre cerrados.

La voz que escucho y retumba en mi ser, las tonterías que salen de mí boca al intentar hablar. Los nervios que se sienten desde mis pies hasta mis pulmones.

La necesidad de parecer tranquila, de hablar sin repetir las mismas palabras o equivocarme al decirlas.

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Si estuviera cerca de la muerte me sentiría tranquila, y me querría aferrar a la vida. Y ese sentimiento de aferrarme a ella, ojalá que se quede por un buen rato.

Que llore porque quiero seguir viviendo y si es que vivo, recordar y sentir que mi vida vale más y aprovecharla cada segundo porque hubo un momento en donde casi se me iba.

Hay tantas cosas por apreciar y siento que no las veo. No las puedo ver, mucho menos en momentos dd estrés. Quiero dejar de tener miedo.

[mysofg]

Me has protegido tanto, ¿para que? Me proteges del mundo cuando realmente debí de haber sido protegida de mi propio hogar.