escribir ahora se me presenta como algo extraño, como algo lejano. Es curioso que suceda esto ahora, cuando se suponía que a estas alturas debería estar en otro nivel de la escritura. Si lo pienso no es del todo cierto, porque, sí estoy en otro nivel, en ese nivel cerquita al nivel cero.
Redundancias, pocas ideas, divagación y frustración. Quisiera encontrar un hilo coherente, porque razones tengo suficientes, pero no ideas, o bueno, ideas sí, pero todas se presentan como entrecortadas, como espumita dulceamarga. Como un espacio lleno/vacío; sí, un poco de contradicciones que finalmente son lo que soy.
Podría escribir sobre cómo se sienten las nubes cuando estoy triste, y contrastarlo con cómo se sienten las nubes cuando estoy feliz, o bueno, no feliz, sino quizá más bien en un destello de plenitud. Pero no sé, ¿cuáles son las palabras que materializarían dicha sensación? ¿por qué afirmaría estar completamente triste, pero en cuanto a la plenitud apenas sentir un destello?
Un destello es algo breve, o quizá algo corto, y ahora que he acabado de googlear esa palabra, encuentro que: “indicio o porción muy pequeña de alguna cualidad que aparece en ciertos momentos en alguien o algo que carece normalmente de ella” ¿carezco de plenitud? La plenitud de por sí es un destello en cualquier individuo, me digo ahora para tranquilizarme. Una vez más la búsqueda rápida en google me ha salvado la vida, como cuando en clase virtual el profesor hace una pregunta y no tengo la más mínima idea. Googleo. “Lo siento profe, esto no me dejaba activar el micrófono”. Procedo a leer el primer resultado con tono de conocedora del tema. Fingidora. Debería admitir que no sé nada y ya, no me costaría tanto esfuerzo.
¿Por qué fingir tanto? cuál es el fin. mas caras con máscaras más caras. me gustan más las máscaras físicas, las reales, las que cubren el rostro, y sin embargo, me obligo a utilizar máscaras metafóricas. ¿y si escribir en tumblr no es más que una muestra de esa manía de querer fingir?
¡meh! ya llegó mi mamá a hablarle bonito al perro y de paso a distraerme, como siempre, esto queda sin concluir.
Yo no me siento sola, me siento abandonada, que es peor y que significa una soledad trágica, recorrida de odios, no una soledad creadora, rilkeana. En suma, me doy asco. Cada vez que hablo y sonrío y soy cordial y afable, me doy asco porque sé que lo hago para defenderme: simulo bondad, para que no me castiguen ni abandonen, para que me quieran y me ayuden, etc. Pero me desprecio y me repugno y sólo amaré al ser que me ame como soy, callada y de hielo, hecha de silencio y de dolor. Y cuando no precise ser otra ni fingir más, o al menos fingir muy poco, entonces habrá llegado la paz, el amor, la dulzura. Toda esta farsa me rompe el ser, me desarticula, me pierde y me enloquece. Hay que aceptar el abandono y la soledad.
(Miércoles, 30 de diciembre. Diarios, de Alejandra Pizarnik)
Ordené que trajeran mi caballo del establo. El sirviente no entendió mis órdenes. Así que fui al establo yo mismo, le puse silla a mi caballo y lo monté. A la distancia escuché el sonido de una trompeta y le pregunté al sirviente qué significaba. Él no sabía nada ni escuchó nada. En el portal me detuvo y preguntó:
-¿Adónde va el patrón?
-No lo sé -le dije- simplemente fuera de aquí, simplemente fuera de aquí. Fuera de aquí, nada más, es la única manera en que puedo alcanzar mi meta.
-¿Así que usted conoce su meta? -preguntó.
-Sí -repliqué- te lo acabo de decir. Fuera de aquí, esa es mi meta.
¿por qué a veces el corazón bombea tan rápido la sangre?
como pidiendo salida del encierro del pecho. como gritando auxilio para que alguien lo libere
en efecto, a veces logra soltarse, sobretodo en los días que no hay comida. coge fuerza para escaparse. se pone un traje blanco inmovilizador y parece un maniático
el corazón loco y hastido sale rodando por el hueco de la boca. mientras profiere gritos ahogados y llanto desesperado. como un bebé; un humano nuevo que siente por primera vez el frío, el abandono prístino del vientre protector.
el corazón al escaparse siente un frío similar al de salir de casa sin chaqueta. un frío similar al de calentar a medias el café -un café tibio es más frío que un café frío-. un frío similar al de un encendedor que ya no funciona.
un encendedor que no funciona y una caja nueva de cigarrillos a las cinco de la mañana en un parque de Tunja.
un encendedor sin gas. un cigarro sin fuego. un pecho sin corazón.