Tumgik
kiro-anarka · 4 years
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Frente a este acuerdo, surgen las fundadas preocupaciones palestinas en cuanto al retroceso que este tipo de acuerdos implicaría para la causa palestina. Para los palestinos, esto es simplemente un acuerdo económico militar orquestado por Trump para beneficiar a Israel y su política colonial expansionista y a la estabilidad y continuidad de los regímenes petroleros y monarquías feudales de la región.
La información emitida por los medios pronorteamericanos y afines a Israel, tratan de mostrar que los palestinos rechazamos la paz y el acercamiento “pacifico” entre los países de la región. Sin embargo, omiten “intencionalmente” mencionar los verdaderos motivos que generan las preocupaciones palestinas.
Es parte del Plan de “Paz” de Trump
Para los palestinos, este acuerdo no es para lograr paz. Es simplemente un avance más en el Plan de Trump denominado el “Acuerdo del Siglo”, diseñado secretamente por los norteamericanos e israelíes a medida y beneficio de Israel y su política expansionista sin considerar en lo más mínimo la legalidad internacional sobre el conflicto y menos los anhelos palestinos de vivir en libertad. Caber recordar que parte fundamental del Plan de Trump es la integración completa de Israel al mundo árabe y en especial a los países petroleros. ¡Es lo que hoy sucede!
Mientras que el mundo entero rechazaba el “acuerdo del Siglo” de Trump, por carecer del mínimo sentido de la justicia, las monarquías del Golfo y dictaduras de la región celebraban una conferencia en Bahréin para implementar la parte económica del plan de Trump.
Es solo un acuerdo político, económico, militar y estratégico
El acuerdo no avanza en el sentido de dar solución al conflicto. Es simplemente un acuerdo que ayuda a los Jeques gobernantes de los Emiratos para seguir contando con la protección de Estados Unidos y un enorme beneficio económico, militar, estratégico y mediático para Israel. El acuerdo no se refiere en lo más mínimo a la ocupación militar israelí, tampoco se refiere a que Israel debiera respetar la legalidad internacional y los derechos humanos de los palestinos. En forma engañosa y para justificar “burdamente” el acuerdo, el Jeque de los Emiratos Árabes dice que el acuerdo en parte a cambio de que Israel no anexe los territorios palestinos, que es absolutamente falso, ya que el propio Netanyahu se encargó de darle una bofetada a su nuevo socio diciéndole que la anexión va y que solo se 'posterga' pero no 'renuncia' a anexiones de territorios palestinos. A su vez, el embajador de EEUU en Israel David Friedman ha declarado que, por ahora, la anexión solo se aplaza, no se paraliza.
Fortalece la ilegalidad israelí
Otro aspecto para considerar es el fortalecimiento de la posición israelí en la región para que se acabe con la idea y la convicción de los pueblos del Medio Oriente que la Causa Palestina es la Causa Central de los árabes y hacer perder apoyo a las demandas palestinas. Excelente estrategia es la normalización de relaciones de Israel con las dictaduras de la región que se inició formalmente con Egipto y Jordania y ahora con los Emiratos Árabes. Aparte de las estrechas relaciones con Arabia Saudita, Bahréin, Omán y otras monarquías feudales, pero con enormes riquezas y petróleo que es algo atractivo y fundamental para los negocios israelíes.
Luz verde para las políticas opresivas y colonialistas
Mientras se anunciaba el acuerdo israelí-emiratí, Israel se encontraba bombardeando la Franja de Gaza, demoliendo viviendas palestinas en Jerusalén ocupada y arrestando a jóvenes y niños palestinos. Todo esto no fue relevante para los Jeques emiratíes. No obstante, para Israel es una importante señal: las agresiones israelíes y la horrible opresión y violaciones a los derechos humanos, no son actos que puedan “molestar” a los regímenes árabes y por ende es una clara luz verde para continuar con su política colonialista y opresiva en contra de los palestinos.
Simplemente, es un acuerdo perjudicial para el logro de una paz justa basada en la legalidad y el derecho internacional. Es un acuerdo entre Israel, “Violador Crónico de los Derechos Humanos” como Amnistía Internacional lo describe y monarquías dictatoriales y feudales que se sostienen gracias a la protección de Estados Unidos y un acuerdo empujado por Trump, que precisamente, no es sinónimo de paz.
Los palestinos, seguiremos con nuestra lucha por la libertad, la independencia y el retorno de los refugiados, a pesar de los obstáculos y las maniobras externas.
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kiro-anarka · 4 years
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Derrame 2020
Durante la reunión que tuvieron lxs representantes del agro con la Vicepresidenta, surgió una pregunta central: qué impacto tendrá esta política de exportaciones en el mercado interno, un tema delicado para el proyecto kirchnerista, que tuvo al consumo como uno de los motores indiscutidos para su economía y crecimiento en los 12 años de gobierno. Un modelo que dista mucho del acuerdo de producción en feedlot que acompaña China.
Por fuera del monocultivo extensivo en el campo, que financiaba la balanza comercial en su momento gracias al boom de los commodities, la gestión de lxs Kirchner se basó en una producción destinada al mercado interno, lo que permitió un desarrollo incipiente para sectores industriales y para la inversión de capital, tanto extranjero como nacional.
La propuesta del Consejo Agroindustrial no encaja con esa mirada del crecimiento con inclusión. Si prometen la creación de puestos de trabajo, hay un dato muy relevante que no fue nunca puesto sobre la mesa, ¿este incremento de exportaciones se va a sostener por un aumento equivalente de la producción o implica un desvío mayor de lo que se produce al exterior? Es una pregunta central para comprender qué va a pasar con el consumo, ya que las medidas totalmente exportadoras afectan los precios internos a la suba. En un país donde el precio de los alimentos es alto y en el cual una gran parte de la población requiere de ingresos estatales para llegar a fin de mes, puede tornarse muy complejo agravar esa situación.
La propuesta criolla
Por el otro carril, se presenta una propuesta nacional, con foco en la inversión pública, en vistas de emplear a la mayoría de lxs trabajadorxs que se encuentran en situaciones vulnerables. Con la generación de trabajo para una proporción más elevada de la población, este plan recoge uno de los principales planteos que hizo Alberto al asumir la presidencia: la recuperación del país en base al salario, por ende, al consumo.
La dicotomía entre las propuestas no está presente en lo público/privado ni en exportaciones/consumo, sino en las prioridades que implican cada una. La lógica del plan exportador está centrada en la tradicional idea del derrame, en mejorar el rinde que tiene el campo, ese llamado motor de la economía nacional, para que, de sus excedentes, se genere el crecimiento con la centralidad en el sector privado. La mirada criolla invierte esa relación, crecer de la mano de ampliar derechos, de integrar a la sociedad, la parte principal es el sector público y el rinde es ahora el del salario.
Es posible que ambas experiencias puedan convivir en el plan del gobierno, pero sería a base de modificar sus fines estratégicos; la cuestión de fondo es la soberanía, la independencia económica de Argentina, la salida por las exportaciones implica someterse a las idas y vueltas de los países que nos compran. Ahí donde se juntan los intereses de los movimientos sociales con la CGT y con un sector de la iglesia, todxs coinciden en que una economía ligada a la dinámica del comercio internacional no es sustentable y, por eso, proponen otro contrato social.
La que pone la firma
El Frente de Todos es un espacio que nace para constituir un nuevo pacto social en la Argentina, pero no es lo mismo hacia cuáles actores está dirigida: la patria contratista, a quienes la oposición apoyaría, o el empresariado con intereses nacionales. Faltaría confirmar cuál es el que interesa a la mirada criolla.
El acuerdo de la deuda tiene una importancia clave en este tema por dos razones, en primer lugar, porque era un tapón para el debate político, existe un antes y un después del arreglo con los acreedores. En segundo lugar, porque habilita la discusión que le sigue: ¿qué se va a hacer con los fondos de los que se dispone ahora? Ahora, lo que importa es ver a dónde irán a parar.
En medio, está el kirchnerismo, que, sin lugar a dudas, forma parte del polo izquierdo de la coalición gobernante, y llama la atención que el anuncio del resto de ese polo de un plan de gobierno se hizo sin representantes del cristinismo. El politólogo Pablo Touzon, en una entrevista realizada por Diego Genoud, opina que el kirchnerismo rechaza el acuerdo con la patria contratista, pero que no termina de tener en claro qué alternativa es la que propone y, en esta situación, se revela que no se ha definido del todo.
Desde el kirchnerismo, exploran posibilidades, Máximo Kirchner entabla diálogo con los empresarios que acompañaron a Alberto en el día de la independencia, pero la última palabra la tiene Cristina, que sigue esperando para inclinarse por la propuesta hecha por los movimientos sociales. Quizás tenga escondida una respuesta que logre sorprender a todxs. No es magia y la elección es entre apostar a una salida a la antigua, ya ensayada por varias gestiones peronistas, o una salida nueva con el protagonismo de los movimientos populares.
En el trasfondo, se decide si efectivamente volvieron mejores o solamente volvieron.
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kiro-anarka · 4 years
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El pasado jueves 6 de agosto a la madrugada, la Policía de la Provincia asesinó a un joven de 17 años en la ciudad de Córdoba. Su nombre era Valentino Blas, iba en auto junto a cuatro amigues con les que había salido a un bar a comer pizza y tomar unas cervezas. A la vuelta, se cruzaron con un control policial que supuestamente les dio la señal para que se detuvieran. Les jóvenes siguieron su recorrido y, en consecuencia, los policías comenzaron a disparar. Blas iba sentado en la parte trasera del auto cuando una de las numerosas balas que tiraron con sus armas reglamentarias -serían más de diez- atravesó el vidrio y le dio por la espalda. El conductor del auto lo llevó a un hospital privado de Nueva Córdoba donde le negaron la atención. Minutos después, Blas falleció en el mismo lugar donde recibió la bala, en el asiento trasero del auto del papá de un compañero del colegio al que asistía. Blas estaba en el último año de la escuela.
Blas es otra víctima de la violencia policial. La quinta en Córdoba desde que comenzó la cuarentena por la pandemia. La última fue un mes atrás, en un barrio periférico y tradicional de Córdoba. Su nombre era José Antonio Ávila y era vendedor ambulante. Tenía sólo 35 años y dos hijos. Así como sucede con tantos otros, no hubo repercusión mediática sobre este caso.
Escribo esta nota desde una posición que considero necesario aclarar. Soy antropóloga e investigadora integrante del Núcleo de Antropología de la Violencia, Muerte y Política del Museo de Antropología de Córdoba. En mi tesis de licenciatura, investigué el proceso judicial iniciado por el asesinato de un joven de 17 años, habitante de un barrio periférico de la ciudad de Córdoba en el año 2014. Su nombre era Fernando, pero, en el barrio, le decían “El Güeré”. Más de un lector sabrá de quién estoy escribiendo. Una madrugada, salió con su primo en moto a comprar una coca y, al regresar a su casa, un móvil policial, aparentemente, los quiso detener. Como no pararon, los policías comenzaron a disparar. Las balas alcanzaron a ambos, pero solo una de ellas fue letal. El Güeré murió en brazos de su primo.
A pesar de que la Policía buscó instaurar la versión del enfrentamiento policial -al igual que con Blas, a Güeré le plantaron un arma para simular la existencia de fuego cruzado- para justificar que habían disparado en legítima defensa, el Güeré se convirtió en un símbolo contra el abuso policial y el gatillo fácil en barrio Los Cortaderos. Güeré trabajaba en los cortaderos de ladrillos y quería ser locutor de radio.
Este proceso judicial fue paradigmático en el campo de las muertes llamadas de “Gatillo Fácil” por la amplia difusión mediática que culminó con la condena a cadena perpetua de los policías involucrados. En las movilizaciones sociales de demanda por justicia, en los discursos públicos y en las audiencias judiciales, los familiares debieron defender y limpiar la reputación del joven que fue cuestionada por su pertenencia de clase, tanto por los principales medios de comunicación como por funcionarios del poder judicial. De este modo, a través de la implementación de diversas estrategias, debieron sostener que “no estaba haciendo nada” y, por lo tanto, era una “víctima inocente”.
Lo que me interesaba de aquella investigación era dar cuenta de que la judicialización de un caso no depende sólo de los aspectos normativos y legales, sino de condiciones sociales, económicas, culturales y políticas que rodean a una muerte por violencia institucional. Poder dar cuenta de la selectividad mediática que había tenido esta muerte, en detrimento de tantas otras, me permitía exponer cómo el sistema de clasificaciones morales permea incluso las actuaciones que se pretenden neutrales y, de este modo, legitima y legaliza no solo los asesinatos perpetuados por funcionarios policiales, sino cierto tipo de víctimas de esta violencia.
En estos días, el asesinato de Blas conmueve a la provincia. Las redes sociales se llenaron de publicaciones atravesadas por el dolor y el desconsuelo. Familiares, amigues y profesores demandaron justicia y denunciaron el accionar policial. Esta muerte movilizó lo que, hasta ahora, ninguno de los casos de los llamados “gatillo fácil” había logrado: al conjunto de la clase media reclamando por la impunidad policial y la violencia estatal legitimada. La repercusión mediática fue tal que, en tres días, se logró lo que sucede sólo cuando hay presión política: la remoción de las autoridades de la Dirección General de Seguridad Capital de la Policía de la Provincia de Córdoba.
Al contextualizar culturalmente las muertes por violencia policial, es importante aclarar que, en cuanto un joven se convierte en “víctima de gatillo fácil”, inmediatamente, recaen sobre éste acusaciones sociales porque “algo habrá hecho”. Esto es así porque, generalmente, se señala a los jóvenes como únicos responsables del incremento en la violencia delictiva y la llamada “inseguridad” creciente en Córdoba. De este modo, las construcciones morales en torno al supuesto merecimiento de la muerte de ciertos jóvenes en manos de la Policía se debe leer a la luz de un contexto específico, en la medida en que la cuestión de la inseguridad se debate entre ciudadanos que “no cometen delitos y, por lo tanto, son portadores de derechos” y los “otros”, portadores y productores de “inseguridad”.
La mayoría de estas muertes son justificadas por las fuerzas de seguridad alegando “enfrentamientos” y apelando a la figura de “legítima defensa”. En muchos casos, las víctimas no estaban realizando ninguna acción delictiva al momento del asesinato y, sin embargo, se pone en cuestión la inocencia debido a su pertenencia de clase. En contraposición a lo que ocurrió con Güeré, sobre Blas, no hubo juicio moral por su pertenencia de clase ni se puso en duda su inocencia.
El caso Blas es un ejemplo de excepcionalidad mediática y selectividad política por lo que cabe preguntarse: ¿Por qué esta muerte devino en un caso mediático a diferencia de todas las otras muertes por violencia policial en Córdoba? ¿Cómo una muerte ocasionada por la policía deviene un caso mediático y una causa política?
En este sentido, me parece fundamental denunciar, visibilizar y colocar en el debate público las diferenciaciones en el tratamiento social que tienen las muertes ocasionadas por las fuerzas de seguridad del Estado cuando la víctima es aquella persona “que no merecía morir así” porque “no estaba haciendo nada”. Es necesario, entonces, pensar y darle importancia a los procesos de moralización y construcción social de las víctimas en tanto constituyen y dan sentido al accionar mediático, político y judicial
La repercusión mediática de esta muerte confirma lo que venimos afirmando desde ámbitos académicos y políticos: la represión, el hostigamiento y la violencia policial son prácticas legítimas en cuanto son dirigidas a los sectores sociales empobrecidos. La clase social termina determinando siempre el “merecimiento” del accionar represivo de la policía, ya que “no haber hecho nada” no es motivo suficiente para tornar una muerte en causa social. Así, la violencia policial es legítima y legal cuando actúa sobre determinados cuerpos que son constituidos como matables.
Asimismo, este caso trae a la escena política la disputa en torno a las representaciones y significados del “gatillo fácil” como práctica y como modo de designar estas muertes. Desde algunos medios de comunicación locales, se sostiene que éste no es un caso de gatillo fácil porque no hay sospecha real de delito e, incluso, el propio abogado defensor de la familia de Blas sostuvo lo mismo argumentando que Blas no participó de ningún hecho delictivo. Como describí arriba, Güeré Pellico tampoco.
Estos argumentos contribuyen a reproducir la diferenciación entre víctimas, ya que no existe tal distinción legal que modifique la posible condena a los policías procesados por esta muerte. En última instancia, es una distinción moral. Además, invisibiliza los numerosos casos de jóvenes asesinados por la Policía en situaciones en las que no estaban delinquiendo ni estaban poniendo en riesgo la vida de ningún policía y que ni periodistas ni abogados ni funcionarios judiciales dudaron en llamarlos casos de “gatillo fácil”.
Siguiendo esta línea argumentativa, el “gatillo fácil” como categoría política y como práctica está atravesada por marcadores de clase que, al tiempo que denomina una acción, la legitima en tanto su blanco de acción son, como decía arriba, “los otros”, configurándolos como cuerpos matables. Se presenta como una excepción y no como una práctica cotidiana y rutinaria de la acción policial. Este debate me parece crucial, ya que considero una deuda que las organizaciones sociales se deben para con el campo de los derechos humanos. Si para determinados sectores de la sociedad no es lo mismo un gatillo fácil que un homicidio policial, cabe preguntarse si las disputas sobre esta categoría no colocan en cuestión el “merecimiento” social de morir en manos de la Policía.
Mi intención no es cuestionar la sensibilización ni movilización social que surgió a partir de esta muerte. Mi intención es invitar a la reflexión, a pensar qué discursos sociales reproducimos cuando colocamos la atención en una sola muerte y no en tantas otras. ¿Qué características requiere una muerte en manos de la policía para que reclamemos impunidad policial?
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kiro-anarka · 4 years
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Nuestra es la konvixión!! Indestructibles nuestros deseos e Infinitos los motivos y razones para kontinuar en esta guerra a muerte kontra el estado, la kárcel y el kapital.
Hace 21 dias despertamos kon la noticia golpeando en nuestras karas. Eran detenidxs Mónica y Francisco. Esta vez akusadxs de ser lxs autores directxs de diversos ataques explosivos en Santiago el último año. Klaramente la ofensiva permanente del Estado a través de sus aparatos represivos, su entramado jurídico penitenciario y su prensa servil y empresarial dibuja la karicatura sobre nuestrxs hermanxs komo lxs perfectxs kulpables para kienes se espera todo el rigor de la ley del dominio.
La decisión del poder es el kastigo ejemplifikador ke buska servir de eskarmiento y de paso eliminar la resistencia ofensiva komo práctica insurrexional de ataque a lo existente. Nuestrxs kompañerxs hoy se enfrentan a una dura pelea. El poder en bloque haciendo uso de sus herramientas adelanta duras kondenas. Nuestras palabras nacidas de una larga resistencia a la estadía forzada en el encierro buscan señalar certezas y konvixiones. Una de ellas es la justeza de nuestro accionar rebelde e insurrecto.
Otra es ke la lucha por la destrucción de la sociedad carcelaria es una necesidad imperativa. De urgencia vital en estos tiempos de control, represión y muerte.
El enemigo desplegado en todo el territorio actúa kon todxs sus esbirrxs en la kalle y en esta confrontación inevitable hoy nuestrxs kompañerxs aparecen komo lxs destinatarixs inevitables de todo el peso de la ley mientras pasan a formar parte de este contingente de kompañerxs ke navegamos en éste sombrío paisaje del encierro en un kontexto de permanente e interminable konflictividad.
La guerra social se hace sentido común y necesidad a través de la legítimidad de la violencia multiforme komo práctica liberadora de rebelión, pero también va pariendo presxs, fugitivxs, huidxs y muertxs. Esta es la realidad del konflicto. Lo ke no podemos nunka olvidar: vendrán más y más kompas perseguidxs, kaidxs, fugadxs pero del mismo modo habrán kompañerxs pasando a la ofensiva, dándole kontinuidad a esta lucha por la libertad, por la tierra, en kontra del kapital y de todo akello ke nos impide vivir.
Desde esta celda en dónde mis pensamientos vuelan hacia las ke hoy les toka habitar les abrazo kompañerxs en este nuevo trayecto kuesta arriba ke de seguro sabremos transitar.
Monika, Francisco y todxs lxs presxs de la guerra social, de la Revuelta y de la liberación mapuche a la kalle!!
Mientras exista miseria habrá rebelión !!
Marcelo Villarroel Sepúlveda Prisionero libertario Cas. Santiago de Chile. 14 agosto 2020
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kiro-anarka · 4 years
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Por Pedro Casas, miembro de la Asamblea Republicana de Carabanchel
El descrédito en que Juan Carlos de Borbón ha sumido a la institución que representó durante 39 años, es de tal magnitud que el debate sobre el futuro de la monarquía está abierto de par en par. Hay quienes consideran que al tratarse de una institución divina, los humanos poco tenemos que opinar al respecto (rey por la gracia de Dios, como el Caudillo). A estas alturas de la historia realmente suena a chiste, aunque no les falte cierta coherencia a quienes sostienen tales tesis, porque desde el punto de vista humano, la monarquía es insostenible. Otros comentaristas menos divinos han creado la teoría de la conspiración, afirmando que todo obedece a una conspiración chavista-podemita, cuyo origen se encuentra en aquella famosa frase de Juan Carlos a Hugo Chávez "Por qué no te callas" en una cumbre iberoamericana. Según ellos, Chávez habría organizado desde aquel momento su venganza, regando de dinero a las jóvenes promesas podemitas, que ahora estarían encabezando la conspiración contra la monarquía, forzando la fuga de Juan Carlos. La ficción da para estas cosas. Ojalá que la izquierda tuviera ese poder. Por otro lado, las y los comentaristas del sistema, esos que nunca se sabe si son monárquicos o republicanos, que se apuntan al pragmatismo de lo útil que ha sido la institución desde su conversión al parlamentarismo vigilado que tenemos en España, critican y lamentan profundamente los desmanes de Juan Carlos, pero se afanan, más que el propio Felipe VI, en separar al padre del hijo, o a la persona de la institución. Merece la pena detenerse un poco en estos argumentos, dado que el propio gobierno (o una parte de él) se ha abonado a esta tesis. Empezando por el propio presidente del Gobierno, que sostiene que hay que separar la institución (monarquía) de la persona que la ostenta. Pues dígame cómo hacemos esto, en una institución que es propiedad de la persona que la ostenta, sin posibilidad de arrebatársela, que dispone de ella a su antojo y que la deja en herencia a su hijo o hija. Y compara la monarquía nada menos que con el sistema de partidos, en el sentido de que si alguien es corrupto, no por ello el sistema es corrupto. Veamos. En España hay demasiada corrupción, y desde luego algo falla en el sistema que tanta corrupción produce, con mecanismos que la favorecen, o débiles frenos que no la evitan. El sistema puede aparecer corrompido, aunque no corrupto per se, porque en cualquier caso las urnas pueden dejar fuera a las personas o partidos que se aprovechan de su cargo para robar al pueblo. Esa es la gran diferencia con la monarquía; si el monarca es corrupto, implica necesariamente la institución que preside y posee, sin posibilidad de cambio, pues no existe mecanismo de cambio democrático al margen de la voluntad del soberano (que para eso lo es). La vicepresidenta primera del Gobierno nos ha desconcertado al afirmar que Juan Carlos se ha marchado de España en un viaje privado, del que no tiene que dar más explicaciones a la sociedad. Entonces, ¿por qué nos enteramos por un comunicado de la Casa Real? Juan Carlos se ha marchado muchas veces de este país sin que nos enterásemos que lo había hecho, incluso siendo rey con mando en plaza. Si ha tenido que ser la Casa Real quien lo informe, es porque "Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España". En este caso no se ha ido de "cacería", sino por ‘prestar un servicio a los españoles, las instituciones y el rey’; no resulta desorbitado que quienes somos los ‘beneficiarios’ de sus servicios queramos saber dónde se ha marchado y en qué condiciones. Porque, además, como dice la canción, sigue siendo Rey, por decisión del Gobierno (del anterior que le otorgó tal título, y del actual que no lo destituye). Estas teorías lo que pretenden es alejar el debate sobre la propia institución, en horas más que bajas. A muchos representantes de los poderes empresariales, financieros, judiciales, eclesiásticos, militares, etc. les ha ido muy bien con este régimen bajo el que han hecho negocios pingües, y ostentado su poderío. No es de extrañar, por lo tanto, que los comentaristas de los grandes medios de comunicación en manos de aquellos poderes, se apunten a dicha tesis, ya que así defienden un status quo que evite una inestabilidad que podría poner en peligro ciertos privilegios de aquellos propietarios. Exhiben un pragmatismo descarnado, sin entrar al trapo de por qué tenemos que soportar una institución que es la antítesis de la democracia. La Monarquía forma parte de la historia de las desigualdades e injusticias. No existe razón democrática ni de los derechos humanos que justifique mantener una institución así, y ha llegado el momento de plantearlo abiertamente, de frente. El pueblo español es temeroso, pues las dos experiencias republicanas acabaron con golpes militares (la segunda con guerra civil y dictadura sanguinaria como complemento). Es normal que tenga miedo de que la historia se vuelva a repetir. En los hogares de las nuevas generaciones de jóvenes no se ha sufrido ni la guerra ni los años de posguerra, y sólo en algunos casos los últimos años de la dictadura (no siempre los más abiertos, precisamente). Son ahora mayoría quienes no votaron la constitución del 78, y por ello exigen su derecho a decidir la forma de Estado de su país, como quieren decidir sobre otras muchas cuestiones que afectan a su vida política y social. Son por lo tanto ellas y ellos quienes están creando la base social que apoya mayoritariamente la necesidad de realizar un referéndum en el que se decida la forma de Estado, y ello contribuye a que en el arco parlamentario sean cada vez más las fuerzas que defenderían tal celebración. A ver si las fuerzas de izquierda institucionales, que en teoría nunca han renunciado a sus planteamientos republicanos, dejan de escudarse en el ‘no toca’, y se ponen sin descanso a la tarea; y las otras organizaciones que nunca dejaron la bandera, intentan superar un sectarismo estéril, buscando espacios de confluencia amplios que miren hacia el futuro. Este proceso está en marcha, no parece haber dique que lo frene, pues es la propia monarquía la que hace aguas por muchos de sus muros. Las características del sistema que lo sustituya estarán influidas por la correlación de fuerzas que se vayan configurando por parte de los sectores que lo impulsen; de ahí la gran importancia de dejar de ser espectadores del desmoronamiento, y pasar a ser parte activa del derribo y del necesario proceso constituyente que se abrirá a continuación.
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kiro-anarka · 4 years
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Cuando la Humanidad extermina a los animales, malo. Pero es peor cuando los esclaviza –para matarlos antes o después- porque los embrutece por generaciones sin cuento. Y también los enferma físicamente para que nos transmitan sus zoonosis a cambio de las antroponosis que los humanos les hemos inoculado. Para mayor inri, los milicos antiguos y modernos sufren crisis esporádicas de imaginación animalista. En esos arrebatos, experimentan la mejor manera para que los brutos irracionales les ayuden a matar a los otros brutos racionales –léase, el Enemigo. Lo han intentado con todos, desde las aparentemente inofensivas aves migratorias que se utilizan en las guerras bacteriológicas hasta los mayores paquidermos que se usaron en las guerras antiguas. Por estúpidos aterrorizados y por sumisos babeantes, los caballos y los perros han sido mutados en armas preferenciales pero incluso en estos casos obvios de abuso animal –con independencia de género-, ha habido estrepitosos fracasos. Ejemplo: los perros bomba anti-tanques de la IIWW; tras miles de horas de entrenamiento, o los mataban los tanquistas antes de que se metieran bajo la panza del blindado, o se confundían y volvían con sus entrenadores con la relojería y el contacto a punta de caramelo.
Los ‘mayores paquidermos’ –los elefantes-, son muy atractivos para la niñez. En la madrileña Casa de Fieras del Retiro, siempre hubo un elefante solitario. Yo conocí al último, el famosísimo Perico, a quien dábamos cacahuetes porque, en materia gastronómica, creíamos que los monos omnívoros y los elefantes herbívoros sólo se diferenciaban por su tamaño -¿de los manjares o de los animales? Años después, mejoré mi formación en Proboscidia gracias a la lectura de Salambó (Flaubert), tremebunda novelota orientalizante que rezuma vaharadas de incienso, pachuli y lavanda destilada con comino. Salambó es heredera de Tanit/Lilith, la diosa del bozo. Como in illo tempore yo no tenía ni asomo de bozo, supuse que su iracundia divina nacía de la elusiva víscera del bozo que, por magia simpática, debía estar cerca del no menos elusivo hígado -como todos los niños sabíamos, cuévano itinerante de los malos humores.
Una de las primeras imágenes de Salambó no es precisamente heroica: Hannon (Aníbal) irrumpe en escena quejándose de la opresión extranjera… y de la carestía de la vida: “Ayer mismo, por un bañero y cuatro pinches de cocina, di más dinero que en otras ocasiones por un par de elefantes”… Y continúa con abundantes referencias a esos paquidermos: “Aquellos animales eran el orgullo de las grandes familias púnicas. Habían llevado a los abuelos, triunfado en las guerras, se les veneraba como favoritos del Sol… eran los vencedores de Régulo; el pueblo les quería; debía tratarse con esmero a aquellos antiguos amigos… Hannon, hizo refundir las planchas de cobre que cubrían su pecho, dorar sus colmillos, ensanchar sus torres y cortar las piezas de la mejor púrpura para las gualdrapas bordadas con franjas preciosas…. En seguida retembló el suelo, y los barbaros vieron avanzar en una sola línea todos los elefantes de Cartago, con sus colmillos dorados, las orejas pintadas de azul, cubiertos de bronce y balanceando sobre sus formidables torres de cuero en las que había tres arqueros con el arco tendido.”
Paginas adelante, Flaubert se deleita en las boucheries causadas por los colmillúos orejudos:
“Apenas si los soldados pudieron defenderse. Los elefantes atravesaron aquella masa de hombres y los espolones de su pretal la dividían, los puñales de sus colmillos la removían como rejas de arado; cortaban, rajaban, partían con las hoces de sus trompas; las torres, líneas de cohortes, semejaban volcanes móviles. Los terribles animales al cruzar el llano, trazaban nuevos surcos… Pasaban a través de las falanges, como los jabalíes por el monte bajo; arrancaban las estacas del campamento con sus trompas. Lo atravesaron de un extremo a otro derribando las tiendas con el pecho… Los espolones, como proas de navío, hendían las cohortes. Con sus trompas ahogaban los hombres, o levantándolos del suelo los entregaban a Ios soldados de las torres; con sus colmillos les despanzurraban, les lanzaban al aire, y entrañas palpitantes pendían de aquellos como los rollos de cuerdas cuelgan de los mástiles.”
Pero, como predica la canción, todo tiene su final / nada dura para siempre. Los elefantes no son invencibles. Son inestables y asustadizos –de ahí el chiste del monstruo encaramado a un taburete porque ha visto a un ratón. A veces, hasta unas simples teas les enloquecen:
“Los elefantes salieron. Pero los mercenarios, provistos de teas tomadas en los muros, avanzaban por la llanura rodeados de llamas y las enormes bestias asustadas corrían a precipitarse al golfo, donde se mataban unas a otras pugnando por huir y se ahogaban bajo el peso de sus corazas”.
Y, si enloquecen, suelen dar media vuelta y arremeter contra sus propias tropas:
“Los elefantes, asustados por aquellas llamas huyeron. El terreno estaba en pendiente allí y los cartagineses al ver la luz de aquellos animales, les echaron jabalinas que acabaron de irritarles, y con sus colmillos y bajo sus pies aplastaban a los cartagineses, les ahogaban, les destrozaban.”
En tal caso, los cornacs o mahouts [indios en la traducción de Flaubert], los caballeros o jinetes de elefantes, sólo pueden ejecutar medidas extremas:
“Irritados por las heridas retrocedieron; entonces, los indios cogieron el escoplo y el martillo [ankush, diríamos hoy] y aplicando aquél sobre la nuca dieron un gran golpe. Los enormes animales cayeron unos sobre otros. En aquel montón de cadáveres y de armaduras un elefante monstruoso llamado Furor de Baal, cogido por la pata entre cadenas, gritó desesperadamente hasta la noche, pues tenía una flecha en un ojo.”
Como lustros después pude colegir, Flaubert atinaba en el grueso de sus datos bélico-etnográficos. Dicho de otro modo, no estuve mal informado sobre Cartago y sus elefantes de guerra. Aun así, con el tiempo lo contrasté con algunos (pocos) artículos científicos.
Por uno dellos, me enteré de lo pésimamente que se había entendido una de las mayores ‘hazañas bélicas’ que diseñó Aníbal durante la II Guerra Púnica: el cruce del Ródano. Los Clásicos romanos nos contaron que Aníbal cruzó ese río subiendo a sus elefantes –más de 37 en esos momentos- en unas balsas o almadías con la mala fortuna de que algunas zozobraron ahogándose sus mahouts. Pero los elefantes salvaron los 800 mts. del vado pisando el fondo y esnorqueleando con su trompa. No me pregunten si el Ródano tiene vados donde el agua cubre menos de 3 o 4 mts. porque la anécdota es visualmente digna de Jólibu pero toda se viene abajo cuando nos enteramos de que los elefantes son buenísimos nadadores. Por ende, las almadías eran innecesarias –de hecho, los elefantes cruzaron a nado el Ródano cargando con hombres e impedimenta.
La imagen que más fama popular dio a Aníbal es su archiconocida travesía de los Alpes. Una proeza inaudita que le incrustó en la Historia con letras criselefantinas –nunca mejor dicho aunque eso de elefantina no tenga nada que ver con nuestros amados probóscides. El gran Polibio nos enseñó que los soldados cartagineses –en realidad, de una docena de etnias y naciones-, tardaron tres días en limpiar el paso para los elefantes. Desgraciadamente para el Clásico, fue al revés, fueron las bestias quienes abrieron camino. Et pour cause, porque calculan el paso con sus trompas y son tan seguros como las cabras montesas. No por despeñamiento sino por inanición, a los Alpes sobrevivieron pocos –y sólo uno sobrevivió a la travesía ‘menor’ de los Apeninos.
Durante los 17 años que Aníbal ocupó Italia/Roma, quizá hubieran sido un arma de destrucción de cosechas porque pastan día y noche. Pero, al volver precipitadamente Aníbal a Cartago, los elefantes de refresco fracasaron estrepitosamente y es que, en la final y decisiva batalla de Zama (202 ane; ver collage arriba), se asustaron del griterío de los legionarios romanos, enloquecieron y dieron media vuelta contra los cartagineses. Algunos creen que eran jóvenes elefantes sin entrenar (ver Edwards, Jacob (2001) “The Irony of Hannibal’s Elephants”, en Latomus, http://www.jstor.org/stable/41542312
Como, por muy científicos que parezcan, es imprescindible cotejar cien veces los artículos, me apliqué esa máxima yéndome a dos autores que citan al anterior pero para rebatirlo y polemizar con él. Estos estudiosos, identifican la subespecie que Aníbal llevó a Roma: fue el elefante ‘africano’ (Loxodonta cyclotis) o elefante de selva –no de sabana-, que todavía existía en el norte de África y que es de menor tamaño que el elefante propiamente africano subsahariano y también menor que el elefante hindú –pero alguno de estos últimos llegó a los Alpes, como el coloso de nombre Surus, el Sirio.
Charles y Rhodan hacen un extensor recuento de las guerras más notorias en las que se usaron elefantes –hubo ejércitos que, dícese, contaron con 6.000 dellos-. De su paper, incluso se puede sospechar que Alejandro el Magno no pasó más allá del río Indo porque fue derrotado por miles de elefantes hindúes. También añaden que los orejudos nunca fueron absolutamente determinantes pues, desde Pirro –el de las dudosas victorias-, se sabe que unos defensores experimentados pueden hacerles frente. Asimismo, rebaten que los elefantes de Aníbal le fueran de alguna utilidad en aquella guerra de tierra quemada -arrasando los cultivos romanos- que duró 17 años puesto que, coincidiendo con Edwards, sólo un ejemplar sobrevivió al primer invierno itálico.
Finalmente, calculan que los cartagineses emplearon en la batalla de Zama a unos 80 elefantes –¿entrenados o bisoños?-. Pero, para ese día, los romanos habían aprendido a combatirlos -¿enseñanzas pírricas?-. De ahí que, con alaridos y con el estruendoso sonido de trompetas y cuernos (tubae cornuaque), provocaran la estampida antes citada (ver Charles, Michael B. y Rhodan, Peter (2007) “Magister Elephantorvm: A Reappraisal of Hannibal’s Use of Elephants” en The Classical World, http://www.jstor.org/stable/25434049
En lo que atañe a Hispania, el incidente del asedio a Numancia ilustra sobre la psicología y los pánicos masivos de los elefantes:
“Tras la “batalla de la vulcanalia” el 23 de Agosto del 153 a.C., donde los romanos sufrieron una imponente derrota, el cónsul Nobilior se encuentra acampado en las cercanías de Numancia a la espera de refuerzos. Los recibirá del norte de África gracias al númida Masinisa: trescientos jinetes de caballería númida [seudo-cartaginesa] y diez elefantes, animal nunca visto en las tierras de la Celtiberia. El cónsul intenta de nuevo la conquista de Numancia.
Nobilior dispone a su ejército en las cercanías de la ciudad ocultando con mamparas a los elefantes en la retaguardia. Los numantinos salen de su ciudad para presentar batalla, cuando esta se inicia los romanos abren filas dejando al descubierto los enormes animales, que se lanzan contra los numantinos, causándoles una enorme sorpresa, los numantinos presos del terror y espantados sus caballos huyen a refugiarse en su ciudad mientras el ejército romano se acerca a las murallas de Numancia.
Entonces surge lo inesperado: un elefante es alcanzado por una piedra lanzada desde las murallas, el animal lanza un espantoso bramido y dando media vuelta arrolla a los soldados romanos que encuentra a su paso. El pánico se trasmite al resto de los elefantes que imitan al primero y cargan contra los romanos. Los numantinos se arrojan sobre los romanos al ver el desorden causado por los elefantes, matando a 4.000 romanos y a los elefantes. La derrota romana es total. A Nobilior solamente le quedaban 10.000 hombres, por lo que se vio obligado a abandonar Numancia” (blog Tierra Quemada. Asociación Cultural Celtibérica)
Pa’ lo que me queda de estar en este convento, me cago dentro
Los elefantes se han utilizado en la guerra contemporánea hasta casi la actualidad aunque ahora se les esclaviza sólo a efectos laborales, de turismo y como atracción de ceremonias religiosas. Pero, como están domados individualmente pero no domesticados como especie, el mahout lleva siempre su arma letal: el ankush –anathotti en India-, equivalente al arma corta que llevan los milicos oficiales -inútil contra el enemigo pero efectiva contra los soldaditos que intenten darse la vuelta.
Y siguen siendo un pretexto para empuñar las armas regias. El rey Juan Carlos I (campechano y/o emérito) es el paradigma de esta psicopatía arcaizante. Es lo que tiene haber practicado desde su remota infancia con armas cortas y largas. Fruto de esta ‘familiaridad’, el 29.III.1956 -Jueves Santo-, se le escapó un tiro cuya bala impactó en la frente de su hermano pequeño Alfonso Cristino Teresa Ángelo Francisco de Asís y Todos los Santos de Borbón y Borbón quien sólo tenía 14 años pero ya contaba con una nutrida experiencia cinegética como atestiguaron el diario monárquico de turno y las cabras montesas de Guadarrama. A partir de aquella señalada fecha, el rey de Hispania continuó guerreando contra cuanto bicho se le pusiera en las gónadas. Hito señalado en este conflicto racional/irracional, fue el ursicidio o fusilamiento del drogado y emborrachado oso Mitrofán, (año 2006) quién sabe si perpetrado para vengar a aquel rey godo al que se previno “Espabila Favila que viene el oso”. Pero la apoteosis de esta guerra asimétrica entre el rey y los otros irracionales llegó en abril del 2012 cuando uno de los contendientes se vió obligado a pronunciar la tan ensayada como absurda frase “Lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir” (¿equivocado en qué y qué es lo que no ocurrirá?), una sentencia que no pasará al bronce porque, dada su ambigüedad, fue una escandalosa declaración de guerra contra el pueblo español y ese tipo de soflamas tiende a ser engavetado por los cortesanos.
El caso es que, en aquella Botswana de caza enlatada para magnates, los elefantes, herederos de una milenaria manía de esclavizamiento y guerrerismo ajeno, murieron (físicamente) matando (simbólicamente) Se enfrentaron heroica y anónimamente a las escopetas pavonadas y blasonadas de un rey y murieron pero con las pezuñas puestas, como los Loxodonta de Aníbal. No podrá decirse lo mismo de sus cazadores.
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kiro-anarka · 4 years
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Hoy los hombres viejos de toda la vida en España vuelven a pulular por las calles y a protagonizar muchas tertulias televisivas, y a disparar contra la juventud desde las magistraturas, y a apalear a los disidentes desde las furgonetas, y a asustar con sus sotanas y a provocar con sus pechos hinchados de banderas y yugos y flechas de siempre... hoy los hombres viejos viven un verdeo efímero y creen, una vez más, que podrían vencer a la democracia, a la vida, a la libertad. Traen un truco tan viejo como ellos: llamarnos "totalitarios", acusarnos de no ser humanos, tener la piel roja, tridente, rabo puntiagudo y cuernos.
Los de un poco más arriba (los que manejan el dinero) les dan cuerda, euros y cobertura mediática a manta. Ninguno de ellos leerá jamás este poema espléndido, definitivo, de Miguel Hernández. Da igual. Nosotros sí. Y así sabremos mejor de qué va la cosa.
No suscribo la opción por las armas contra el fascismo de Miguel Hernández, pero qué duda cabe que este poema satírico contiene un espíritu de justicia social, de verdadera igualdad entre los hombres, de denuncia de la miseria humana de los hombres viejos, que sí comparto.
La España antigua, casposa, retrógrada, debe reflexionar y, apartándose de sus profundos miedos (cultivados por instituciones milenarias), ha de abrirse a un presente de libertades, tolerancia,  de liberación femenina, de multiculturalismo y progreso en justicia.
Tenemos este poema de Miguel Hernández para saber perfectamente lo que está pasando hoy en España, y tenemos los recuerdos de su vida para reconocer la dignidad humana: https://littera.es/el-hombre-acecha-de-miguel-hernandez/.
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I
Nacen puestos de gafas, y una piel de levita,
y una perilla obscena de culo de bellota,
y calvos, y caducos. Y nunca se les quita
la joroba que dentro del alma les explota.
Pedos con barbacana, ceremoniosos pedos,
de su senil niñez de polvo enlevitado,
pasan a la edad plena con polvo entre los dedos,
sonando a sepultura y oliendo a antepasado.
Parecen candeleros infelices, escobas
desplumadas, retiesas, con toga, con bonete:
una congregación de gallardas jorobas
con callos y verrugas al borde del retrete.
Con callos y verrugas, y coles y misales,
la dignidad del asno se rebela en la enjalma,
mirando estos cochinos tan espirituales
con callos y verrugas en la extensión del alma.
Alma verrugicida, callicida la vuestra.
Habéis nacido tiesos como los monigotes,
y vivís de puntillas, levantando la diestra
para cornamentar la voz y los bigotes.
Saludáis con el ano, no arrugáis nunca el traje,
disimuláis los cuernos con laureles de lata.
No paráis en la tierra, siempre vais de viaje
por un país de luna maquinal, mentecata.
Nacéis inventariados, morís previa promesa
de que seréis cubiertos de estatuas y coronas.
Vais como procesados por el sol, que procesa
aquello que señala delito en las personas.
Os alimenta el aire sangriento de un juzgado,
de un presidio siniestro de abogados y jueces.
Y concedéis los pedos por audiencia de un lado,
mientras del otro lado jodéis, meáis a veces.
Herís, crucificáis con ojos compasivos,
cadáveres de todas las horas y los días:
autos de poca fe, pasto de los archivos,
habláis desde los púlpitos de muchas tonterías.
Nunca tenga que ver yo con estos doctores,
estas enciclopedias ahumadas, aplastantes.
Nunca de estos filósofos me ataquen los humores,
porque sus agudezas me resultan laxantes.
Porque se ponen huecos igual que las gallinas
para eructar sandeces creyéndose profundos:
porque para pensar entran en las letrinas,
en abismos rellenos de folios moribundos.
Sentenciosas tinajas vacías, pero hinchadas,
se repliegan sus frentes igual que acordeones,
y ascienden y descienden, tortugas preocupadas,
y el corazón les late por no sé qué rincones.
No se han hecho para estos boñigos los barbechos,
no se han hecho para estos gusanos las manzanas.
Sólo hay chocolateras y sillones deshechos
para estas incoherencias reumáticas y canas.
Retretes de elegancia, cagan correctamente:
hijos de puta ansiosos de politiquerías,
publicidad y bombo, se corrigen la frente
y preparan el gesto de las fotografías.
Temblad, hijos de puta, por vuestra puta suerte,
que unos soldados de alma patética deciden:
ellos son los que tratan la verdadera muerte,
ellos la verdadera, la ruda vida piden.
La vida es otra cosa, sucios señores míos,
más clara, menos turbia de folios, de oficinas.
Nadan radiantemente sus cuerpos en los ríos
y no usan esa cara de múltiples esquinas.
Nunca fuisteis muchachos, y queréis que persista
un mundo aparatoso de cartón estirado,
por donde el cartón vaya paticojo y turista,
rey entre maniquíes de pulso congelado.
Venís de la Edad Media donde no habéis nacido,
porque no sois del tiempo presente ni el ausente.
Os mata una verdad en el caduco nido:
la que impone la vida del siempre adolescente.
Yo soy viejo: tan viejo, que el primer hombre late
dentro de mis vividos y veintisiete años,
porque combato al tiempo y el tiempo me combate.
A vosotros, vencidos, os trata como a extraños.
II
Trapos, calcomanías, defunciones, objetos,
muladares de todo, tinajas, oquedades,
lápidas, catafalcos, legajos, mamotretos,
inscripciones, sudarios, menudencias, ruindades.
Polvo, palabrería, carcoma y escritura,
cornisas; orinales que quieren ser severos,
y se llevan la barba de goma a la cintura,
y duermen rodeados de siglos y sombreros.
Vilmente descosidos, pálidos de avaricia,
lo que más les preocupa de todo es el bolsillo.
Gotosos, desastrosos, malvados, la injusticia
se viste de acta en ellos con papel amarillo.
Los veréis adheridos a varios ministerios,
a varias oficinas por el ocio amuebladas.
Con el sexo en la boca canosa, van muy serios,
trucosos, maniobreros, persiguiendo embajadas.
Los veréis sumergidos entre trastos y coños
internacionalmente pagados, conocidos:
pasear por Ginebra los cojones bisoños
con cara de inventores mortalmente aburridos.
Son los que recomiendan y los recomendados.
La recomendación es un procedimiento.
Por recomendación agonizan sentados
donde la muerte cómoda pone su ayuntamiento.
Cuando van a acostarse, se quitan la careta,
el disfraz cotidiano, la diaria postura.
Ante su sordidez se nubla la peseta,
se agota en su paciencia la estatua más segura.
A veces de la mala digestión de estos cuervos
que quieren imponernos su vejez, su idioma,
que quieren que seamos lenguas esclava, siervos,
dependen muchas vidas con signo de paloma.
A veces son marquesas íntimas de ambiciones,
insaciables de joyas, relumbronas de trato:
fracasadas de título, caballares de acciones,
relinchan por llevar el mundo en el zapato.
Putonas de importancia, miden bien la sonrisa
con la categoría que quien las trata encierra:
políticas jetudas, desgastan la camisa
jodiendo mientras hablan del drama de la guerra.
Se cae de viejo el mundo con tal matalotaje.
hijos de la rutina bisoja y contrahecha,
valoran a los hombres por el precio del traje,
cagan, y donde cagan colocan una fecha.
Van del hotel al banco, del hotel al paseo
con una cornamenta notable de aire insulso.
Es humillar al prójimo su más noble deseo
y el esfuerzo mayor lo hacen meando a pulso.
Hemos de destrozaros en vuestras legaciones,
en vuestros escenarios, en vuestras diplomacias.
Con ametralladoras cálidas y canciones
os ametrallaremos, prehistóricas desgracias.
Porque, sabed: llevamos mucha verdad metida
dentro del corazón, sangrando por la boca:
y os vencerá la férrea juventud de la vida,
pues para tanta fuerza tanta maldad es poca.
La juventud, motores, ímpetus a raudales,
contra vosotros, viejos exhombres, plena llueve:
mueve unánimemente sus músculos frutales,
sus máquinas de abril contra vosotros mueve.
Viejos exhombres viejos: ni viejos tan siquiera.
La vejez es un don que cederá mi frente,
y a vuestro lado es joven como la primavera.
Sois la decrepitud andante y maloliente.
Sois mis enemiguitos: los del mundo que siento
rodar sobre mi pecho más claro cada día.
Y con un soplo sólo de mi caliente aliento,
con este solo soplo dicté vuestra agonía.
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kiro-anarka · 4 years
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Óscar Montero nació en la Sierra Nevada de Santa Marta al norte de Colombia, el hogar de cuatro tribus indígenas ancestrales: kankuamos, koguis, arhuacos y wiwas. Él es kankuamo pero, por la violencia y persecución a líderes sociales, no pisa su tierra hace 15 años. Su vida está dedicada a llevar un mensaje de paz en nombre de su pueblo y de todos los pueblos indígenas del país. Politólogo de la Universidad Nacional tiene en la cabeza la realidad de estos pueblos como pocos. Aquí su testimonio.
Oscar David Montero de la Rosa, mi nombre. Indígena kankuamo, mi origen. Nacido y criado en la Sierra, en la comunidad chemesquemena, que está entre tres departamentos: Magdalena, Cesar y Guajira.
Mi pueblo vive al suroriente de la Sierra, con el río Guatapurí a sus pies. Tengo 32 años y una hija que es la luz de mis ojos. Ella tiene doble nacionalidad indígena: de padre kankuamo y madre nasa, el pueblo ancestral indígena que habita en el Cauca.
En la Sierra hay 12 comunidades en total y 36 cuencas hidrográficas. Las comunidades ancestrales tenemos nuestras organizaciones y dinámicas culturales, políticas, judiciales y territoriales propias.
Para nosotros, el territorio es sagrado y estamos unidos a él desde que nacemos, porque cuando nuestras madres dan a luz entierran nuestros ombligos en la tierra. Así, la fuerza de la Sierra está siempre con nosotros y nosotros siempre estamos con ella.
La violencia contra los pueblos indígenas ha sido implacable. El pueblo kankuamo en especial ha sufrido el mayor genocidio indígena estructural y cultural en la historia del país. Hoy, tenemos población kankuama en varias ciudades como Bogotá, Valledupar, Santa Marta, Riohacha y Barranquilla.
Vivimos por fuera de nuestro territorio ancestral. Somos más de 450 kankuamos asesinados a lo largo de muchos años y por diferentes tipos de violencias: la de las FARC-EP, la de la fuerza pública y la del Estado. Este genocidio no termina. Nuestra memoria es un tejido que se escribe con sangre y muestra nuestra resistencia.
Desde 1942 comenzó esta violencia. Nos tildaron de “salvajes” y exterminaron nuestras formas de vida para conformar “América”. Luego vinieron otros discursos que nos aniquilaron. La Colonización, La Independencia, La República y ahora el “Bicentenario”.
Nosotros vivimos en lugares estratégicos que son la puerta de entrada al Cesar y a Valledupar. Además, nuestro territorio siempre está en disputa. Un ejemplo actual es el del río Guatapurí donde quieren construir la represa besotes.
Cuando llegó la violencia guerrillera buscaron desarticular y partir el tejido social kankuamo.Las guerrillas involucraron a muchos miembros de manera forzada. Los unieron a sus filas. Luego llegaron los paramilitares, hicieron lo mismo, y quedamos en una disputa compleja en la que nos matábamos entre nosotros.
Yo conozco la violencia desde niño cuando éramos usados como escudos humanos en enfrentamientos de la guerrilla en nuestro territorio. Lo viví. Lastimosamente lo sigo viviendo. Mi hija tiene en su cabeza el mundo indígena, su capacidad de percibir, y a cada rato me dice que no quiere que me pase nada.
En 2005, mi padre fue asesinado por los paras dirigidos por Jorge 40 y Alias 39 que se encargaban del Bloque Norte del Caribe en Colombia. En esa zona hacían y deshacían. Él era un líder indígena kankuamo y docente en la Sierra.
A mi padre lo mataron porque, en esa época, asesinaron en la Sierra a Consuelo Araujo Noguera. Ella fue ministra de Cultura y esposa del ex procurador general Edgardo Maya. En su asesinato, hubo diferentes versiones y una decía que quienes la habían asesinado eran indígenas kankuamo, guerrilleros, de apellidos Arias y Montero. Por eso, asesinaron a todos los Arias y Montero kankuamo.
En versiones libres de los paras, personas implicadas en el caso afirmaron, en versión libre en la Fiscalía, que él fue ejecutado porque decían que era guerrillero y como venganza política.
Dentro de mis investigaciones pude demostrar que Hernando Molina Araujo, ex gobernador del Cesar, ordenó el asesinato de mi padre. Logramos que la Corte Panamericana diera orden de captura contra él por ser el autor intelectual del crimen. Pero en 2019 salió en las noticias que el señor Araujo quedó libre de culpa.
Escapar para dialogar
Después del asesinato de mi padre, me fui de la Sierra por amenazas a Valledupar. Ahí comencé a tomar su liderazgo, empiezo a abrirme a otros espacios para buscar justicia por su muerte y no dejar su caso en la impunidad.
Ingreso a la Universidad Nacional y me gradúo como politólogo. Mientras estudiaba iba medianamente al territorio en vacaciones, iba avanzando en la denuncia del asesinato y logré que su caso fuera uno de los casos de violencia hacia un kankuamo ocn más avances en materia de justicia y verdad. Sin embargo, como le dije, en 2019 eso se fue al suelo por corrupción .
Sin tregua
Hoy la situación en la que nos encontramos los pueblos indígenas es, sin lugar a dudas, una crisis humanitaria, además de sanitaria por la Covid-19.
Esta crisis humanitaria de la que hablo se repite, como ya le dije, en ciclos. Nosotros lo llamamos Genocidio por las cifras. Si hablamos de los líderes sociales indígenas desde la firma del Acuerdo de Paz a la fecha, ya van más de 250 líderes indígenas asesinados, principalmente que hacían parte de la guardia indígena, autoridades, médicos tradicionales y todos los que tienen algún tipo de reconocimiento o cargo dentro de las estructuras organizativas de sus pueblos.
Las principales razones que hemos identificado para estos asesinatos son: primero, seguir protegiendo el territorio. Eso nos cuesta la vida porque son territorios donde pasa todo. Territorios del conflicto armado, territorios del narcotráfico, territorios de la militarización, territorios de la explotación natural. Segundo, el control territorial. Tercero, los recursos naturales. Cuarto, porque somos férreos en la construcción de paz. Nosotros consideramos que somos actores de paz desde siempre porque la paz es el camino y el diálogo que hay que seguir buscando. Eso no le gusta a todo el mundo y nos asesinan por eso.
Un Acuerdo invisible
Desde que se firmó el Acuerdo de Paz, hemos sido reiterativos en que no mejoró nada. Todo sigue igual. Hubo un receso tal vez, una tensa calma de seis meses, pero la violencia siguió después de eso y más complicada de lo que pensábamos.
Para nosotros la paz territorial no ha llegado.
De las 115 tribus indígenas que habitamos el país, 70 tenemos un riesgo inminente de desaparecer, 39 ya han sido reconocidas como casos críticos por la Corte Constitucional mediante el auto 004 de 2009 y 31 pueblos tiene menos de 500 habitantes en el mundo.
Si quiere le hablo por regiones. En Nariño los awá, por oponerse a la sustitución forzada de cultivos, han tenido más de ocho líderes asesinados en lo que va de este año. En el Cauca los nasa, la tribu más afectada por el asesinato de líderes, ya lleva 63 asesinatos y contando. Ahí matan sobre todo a los miembros de la guardia indígena, una institución milenaria para nosotros. Le puedo decir, incluso, que hace dos fines de semana asesinaron a dos jóvenes indígenas, ¿por qué? no se sabe. Tenían 20 y 23 años. El modus operandi fue el de siempre: en la noche, por encapuchados que llegaron en autos de alto cilindraje. En La Guajira , aunque no sean líderes, ya van más de 5000 niños wayuu muertos por el olvido del estado. En el Chocó, los embera vieron morir hace un mes a una niña en medio del conflicto, de enfrentamientos entre las autodefensas gaitanistas y el ELN, ahí en medio de la comunidad, después de la noticia atroz de la violación de una niña embera por parte de siete, siete militares del batallón San Mateo. En Aguaclara , en Pizarro en el Baudó, mataron al gobernador indígena. Un líder joven de 24 años…y así, uno recorre el país y ve muertes.
Ahora hago parte de la Organización Nacional Indígena de Colombia-Onic, y desde ahí he liderado muchos procesos en escenarios políticos, de paz y territoriales. Fui el coordinador del Informe Nacional de Memoria Histórica de los Pueblos Indígenas en Colombia.
Lamentablemente, la situación actual de los pueblos indígenas es tremenda. Desplazados, masacrados, asesinados. Por eso proponemos un diálogo intercultural.
Pedimos que cesen las expresiones racistas y xenófobas contra nosotros. En una conversación con el ministerio de las TIC con indígenas del Cauca, los funcionarios del estado se referían a nosotros como “esos hijueputas indios siempre pidiendo”. Nosotros pedimos una construcción real de un estado pluricultural, de un estado social de derecho.
"Estamos muy preocupados"
El Gobierno Nacional no nos ha dado ningún tipo de garantías para que estemos tranquilos y podamos salvaguardar la vida.
Firman todo tipo de decretos y no hay implementación. Lo que más nos duele es que se busca justificar la muerte de los líderes indígenas.
En su instalación del 20 de julio, el presidente dijo que hubo una reducción del asesinato de líderes sociales. Decir eso es buscar la forma de invisibilizar la crisis humanitaria que vive el país.
Ahora en medio de la pandemia, el racismo sigue y vemos las afectaciones a la madre tierra. En la Sierra, donde habita el pueblo kogui, hay dragas, "catapilas", excavando y contaminando lagunas sagradas en los territorios. ¿Cómo entra esto a la Sierra en medio de la pandemia si no es con permiso de las autoridades nacionales?
El Gobierno, además, ha hecho consultas virtuales, pero siguen afectando la democracia de nuestros pueblos. En la escala de derechos estamos en el puesto más bajo. No tenemos puestos de salud, ni protección de los territorios. Con la guardia indígena y las autoridades indígenas hemos tratado de salvaguardar nuestro territorio con controles en los puestos de entrada, pero no es suficiente. La pandemia sólo agiliza el exterminio de nuestros pueblos.
Al gobierno le pedimos esto: Que nos permita vivir tranquilamente en nuestros territorios; Que cumpla lo acordado con los pueblos indígenas en el marco de la Constitución; Que se cumpla el capítulo étnico del Acuerdo de Paz y el de sustitución de cultivos; Que se generen decretos efectivos; Que se pare el asesinato de los pueblos indígenas y sus líderes en Colombia.
Óscar Montero trabaja incansablemente por las comunidades indígenas del país. Busca que se respeten cuatro principios ancestrales: mantener unidad, fortalecer cultura, tener autonomía y mantener sus territorios. Hoy, sigue con su activismo en materia de derechos humanos desde la Onic y de denuncia en la Mesa de Pueblos Indígenas, máximo interlocutor entre el Gobierno Nacional y los pueblos indígenas en Colombia. Quiere volver a su territorio, sagrado para las tribus indígenas del país, y que su hija no viva la violencia que sigue persiguiendo a las distintas etnias del país.
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kiro-anarka · 4 years
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Son las dos de la tarde del viernes y un grupo de mujeres vestidas de negro atraviesa en fila india la Plaza de Mayo. Llevan sus pañuelos verdes atados al cuello y sus barbijos blancos escritos.
La frase: Aborto Legal Ya.
Una de ellas encabeza la fila con un gran ramo de perejil, las que le siguen, portan carteles:
“La deuda es con nosotras”
“Aborto legal ya”
“Abortar con perejil no es cuento”.
Llegan a la reja que separa la Casa Rosada de Plaza de Mayo y se colocan una al lado de la otra. Manteniendo distancia entre sí, levantan los carteles con un grito: “¡Aborto lega ya!”.
El ramo de perejil queda junto a la reja, y a su lado los carteles. Con los pañuelos verdes en alto las mujeres vuelven a cruzar la plaza.
No es cuento
Una semana después de que Senado de la Nación votara a favor del aborto clandestino, Elizabeth, una mujer de 34 años, murió en el Hospital Magdalena Villegas de Martínez, de Pacheco, luego de ser trasladada desde el Hospital Manuel Belgrano, de San Martín, por una infección generalizada producto de un aborto clandestino: la joven había llegado con un tallo de perejil en el cuello del útero. Los profesionales de la salud confirmaron que había llegado “con un cuadro grave de septicemia posaborto” y que tuvieron que derivarla a Pacheco porque en San Martín no había camas de terapia intensiva.
Murió menos de 24 horas después. Elizabeth tenía una hija de dos años.
Esa misma semana otra mujer murió: Romina, 30 años, 4 hijes.
La inseguridad de la clandestinidad no es cuento.
El riesgo de contraer hemorragias, infecciones, lesiones, traumatismos, y hasta el riesgo de muerte por un aborto inseguro –definido por la Organización Mundial de la Salud como un aborto realizado por personas que carecen de las habilidades necesarias o en un ambiente que no cumple los mínimos estándares médicos-  es de cien a mil veces mayor que si se realizase en un ámbito seguro.
Al menos diez mujeres murieron desde que el aborto no fue ley. El Estado es responsable por esa situación.
Aborto legal es salud
Mientras se dejaba en Plaza de Mayo el ramo de perejil, desde la Quinta de Olivos el Presidente emitía un discurso en el que decía estar obsesionado con la salud de los argentinos y argentinas.
Desde que se declaró al Covid-19 como pandemia mundial, la salud pública y la mirada sanitarista están en auge, aunque los abortos no salieron de la clandestinidad y al menos dos mujeres murieron por esa causa durante el aislamiento.
En la apertura de las sesiones legislativas el 1° de marzo, el Presidente  anunció que “dentro de los próximos diez días” presentaría un proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Sin embargo, aún no hay novedades en el Congreso del proyecto que el Poder Ejecutivo dice ya tener redactado. En los últimos días desde el gobierno se dejó trascender que no se sabe si se enviará el proyecto ese año. Alberto Fernández declaró: «Lo voy a mandar en cuanto pueda».
En Argentina, cada año, se producen entre 350.000 y 500.000 abortos.
1300 por día.
54 cada hora. Todos son clandestinos, porque para este tema no hay ley. Entre los años 2005 y 2015 se produjeron, según datos publicados por el Ministerio de Salud, en promedio 53.878 egresos hospitalarios anuales por aborto en establecimientos públicos.
La cifra ascendería a más de 70.000 sumando al sector privado. «La legalización conllevaría una reducción de un 98 por ciento de estas internaciones en hospitales», publicó en un informe el Grupo de Estudios sobre Derechos Sexuales y Reproductivos.
Está comprobado: cuando hay escenarios de legalización se llega antes a la práctica, lo que reduce casi en su totalidad internaciones y complicaciones. Esas complicaciones, derivadas de abortos inseguros, siguen siendo en nuestro país la primera causa de muerte materna desde los años 80.
Desde el regreso de la democracia más de 3040 mujeres murieron a causa de abortos clandestinos.
Sin una legislación que garantice derechos, en medio de una crisis económica, social y sanitaria, la urgencia se vuelve emergencia. Por eso el reclamo, la acción, y una planta de perejil como dato del presente, junto a las rejas de la Casa Rosada.
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kiro-anarka · 4 years
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Baixo um céu cinzento celebrou-se, como cada 12 de agosto, a homenagem em que o Movemento Galego ao Socialismo lembra a figura de Moncho Reboiras na sua freguesia natal de Imo (Dodro).
Assassinado pola polícia dum regime franquista agonizante, Moncho Reboiras deixou-nos o exemplo de militante político até as suas últimas consequências, e também a vigência das suas ideias de liberaçom e a necessidade de contar com organizaçons fortes em todos os âmbitos que articulassem o movimento nacional e popular.
Polo MGS tomou a palavra Noa Presas, membro da sua Mesa Nacional e Deputada do BNG no Parlamento Galego, quem alertou dos câmbios nas nosas vidas que provocou o Coronavirus e da aceleraçom da chegada da nova crise do capitalismo que precarizará ainda mais as condiçons materiais de vida da classe trabalhadora.
Ademais, destacou o histórico resultado do BNG nas passadas eleiçons galegas, mas recomendou colhê-lo com cautela, humildade e responsabilidade, num contexto de alta volatilidade eleitoral, da necessária reactivaçom organizativa e da consolidaçom dos sinais de identidade históricos do soberanismo .
Para finalizar, anunciou a convocatória da 3ª Assembleia Nacional do MGS, num contexto extraordinário, coa necessidade da reconstruçom do espaço político, fazendo autocrítica dos erros, valorizando os acertos e abrindo umha nova etapa histórica adaptada às condiçons de 2020.
A continuaçom intervéu Lucía Freire, membro da Mesa Nacional do MGS e da Executiva Confederal da CIG lembrando as consequências económicas, laborais e sociais da atual crise do Coronavirus que estamos a padecer. Explicou como as chamadas “crises económicas” nom som mais que processos cíclicos que o capitalismo precisa para acrescentar os processos de concentraçom da riqueza.
Freire indicou que as receitas que se tomárom em 2008, que acenturárom a precarizaçom e o empobrecimento das classes populares, nom podem ser as que se tomem atualmente. Porém, vemos que se toma o mesmo caminho: os ERTES, os ERES, a desregulaçom dos horaários, a repressom… som políticas úteis para o capital mas ruinosas para a classe trabalhadora.
Rematou recordando que só coa mobilizaçom é a organizaçom poderemos vencer um capitalismo senil e decadente, em ofensiva para arrebatar-lhe o pouco que lhes queda ás despossuidas.
Por último falárom também Xoám Bautista, Responsável Local e Concelheiro do BNG de Dodro, e Pilar Casás, pola Mesa Nacional de Isca! Xoám recordou que temos que conhecer o passado para saber a onde queremos ir no futuro. O nacionalismo sempre o tivo claro, um país que produza e que aproveite as suas potencialidades. Essas potencialidades que sempre tivo em conta Moncho Reboiras na sua açom política.
Pilar reflexionou sobre a mocidade precarizada nesta crise, sendo umha das principais esquecidas, por exemplo, no âmbito do ensino, que minguou em gram medida a qualidade do mesmo (chegando ao extremo de estudantes sem acesso a aulas online), todo isso co agravante da pésima gestom da Xunta. Sinalou que os dados falam dumha alta percentagem de desemprego juvenil, e todo isso sem contar a mocidade emigrada. Para finalizar, recordou o trabalho e a dedicaçom de Moncho Reboiras para construir umha República Galega onde nom tenha cabida nengumha opressom.
A homenagem contou coa atuaçom musical da arzuá MJ Pérez, que interpretou vários temas do seu repertório. O ato concluiu coa interpretaçom da Internacional, o Hino Nacional e coa entrega dumha coroa de flores na tomba de Reboiras.
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kiro-anarka · 4 years
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El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han decido este viernes por unanimidad el impulso de 11 medidas «de obligado cumplimiento» contra el Covid-19, como las restricciones para fumar en la calle o el de discotecas, bares de copas o salas de baile. Un acuerdo que el presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Florentino Pérez Raya, ha tildado de «una grandísima noticia y van totalmente en consonancia con lo que llevamos semanas pidiendo».
También ha trasladado su preocupación, y la de toda la profesión, por “el avance sin control de la pandemia”, que está resultando en un nuevo aumento de la presión asistencial en hospitales y UCI. “Fuimos uno de los países con el confinamiento más estricto y que consiguió mejores resultados en estos meses, pero ahora estamos viendo que algo vuelve a fallar”, ha señalado Pérez Raya antes de poner de manifiesto su temor respecto al personal sanitario: “Esta situación pone en riesgo a nuestros profesionales sanitarios, exhaustos tras una primera ola que les dejará secuelas de por vida; el sistema sanitario y, dentro de él, sus activos humanos no podrán soportar la carga asistencial de hace unos meses”.
Por todo, ha considerado que «el número de contagiados se ha disparado en los últimos días y era de recibo tomar decisiones drásticas que ayudasen a la contención de la pandemia». En el caso del ocio nocturno, «siempre hemos sostenido que era uno de los grandes problemas a los que nos enfrentábamos», ha asegurado.. Como profesionales sanitarios, «nos genera preocupación la apertura de discotecas y locales nocturnos, porque el ambiente puede ser propicio para que las personas bajen la guardia».
En cuanto a la prohibición de fumar, Pérez Raya ha recordado que este mismo viernes «hemos expresado nuestra enhorabuena a los gobiernos de Galicia y Canarias y, ahora, aplaudimos la decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez porque existen evidencias de que el SARS-CoV-2 se propaga con mayor facilidad con el humo del tabaco y su prohibición reducirá esta transmisión».
En cualquier caso, celebra que son medidas necesarias, «pero no debemos dejar de observar y analizar cómo evoluciona la situación«. «El virus sigue con nosotros y no podemos bajar la guardia», insiste el presidente del CGE, quien incide en que «la población debe estar informada y debe ser responsable». Por ello, «no deben olvidar, bajo ningún concepto, las tres premisas para frenar la pandemia: mascarilla, distancia física y lavado frecuente de manos».
Asimismo, ante el recrudecimiento de la pandemia considera imprescindible que desde las autonomías se pongan todas las medidas necesarias y se realicen las contrataciones oportunas para poder hacer frente a la nueva situación que se avecina. “Los enfermeros, médicos, auxiliares, celadores, personal de limpieza… están agotados y, ahora más que nunca, las instituciones deben materializar en hechos todos los aplausos que se escuchaban cada tarde desde los balcones. Pero no sólo las autoridades sanitarias deben poner todo de su parte, también debe hacerlo la población. Demostrar que esos aplausos eran de verdad supone cumplir con las recomendaciones sanitarias. La mascarilla, la distancia física y la higiene de manos son los tres puntos imprescindibles que debemos cumplir no sólo en la calle, sino en las reuniones con familiares y amigos, bares, restaurantes…”, ha explicado.
Jóvenes
Desde la organización colegial han querido hacer un llamamiento también a los más jóvenes para que sean responsables no solo por ellos, sino por sus padres, sus madres y sus abuelos y abuelas, que, por desgracia, son los más perjudicados en toda esta pandemia. “Estamos viendo un aumento claro de positivos en personas más jóvenes, pero también observamos en las calles como esto es consecuencia de la relajación y la dejadez. No llevan la mascarilla puesta, ignoran el distanciamiento o, incluso, celebran botellones multitudinarios como los que hemos podido ver en los medios de comunicación. Hay que luchar contra estos comportamientos, formando e informando a la sociedad de todo lo que nos jugamos”, ha constatado Pérez Raya.
Nadie es inmune, la media de edad de los casos que están ingresando en los hospitales y las UCI ha bajado respecto al a primera ola de pandemia y refleja que se han relajado las medidas de protección en las personas con edades comprendidas entre 20 y 50 años, por ese motivo, para las enfermeras “es clave que todos cumplamos las medidas de prevención que se sabe son esenciales (distancia social 1,5 metros, uso de mascarilla e higiene de manos) y extremar las precauciones”.
Economía
Para las enfermeras, hay que controlar esta tendencia porque, además de ser un caos para la sanidad y la salud pública, también lo es y será para la economía del país. “Una parte importantísima de la economía española viene del turismo y si estos visitantes no se sienten seguros, no vendrán. Además, los efectos de un segundo confinamiento serían demoledores, por eso es necesario no tener que llegar a ello. En definitiva, parar este escandaloso aumento es vital para que la economía de nuestro país vuelva a resurgir”, ha planteado.
Enfermería escolar
Por último, el presidente de la institución enfermera ha querido recordar uno de los retos a los que se enfrenta la sociedad en los próximos meses, la apertura de colegios, y ha recalcado la necesidad de contar con enfermeras escolares en todos los centros para detectar y prevenir posibles casos de coronavirus. “Actualmente sólo hay un documento de los ministerios de Sanidad y Educación, pero cada autonomía lo está adaptando a su forma de ver. En septiembre, cuando los más pequeños vuelvan al cole, existirán 17 normas con las medidas a adoptar. Entendemos que esta situación debería ser consensuada y aprobada por todos. Además, insistimos en la necesidad de que se regule la obligatoriedad de que existan enfermeras escolares en todos los colegios. Son una figura esencial para la prevención y la promoción de la salud, por lo que en momentos de pandemia como este se hace aún más latente su necesidad”, concluye Florentino Pérez Raya.
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kiro-anarka · 4 years
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Pablo Hásel, primer artista español que irá a prisión por su opinión des...
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kiro-anarka · 4 years
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El rapero está cerca de ir a la cárcel por criticar a la monarquía y denunciar la violencia de las fuerzas de seguridad a través de sus canciones y redes sociales. «Lo único que puede evitarlo es que haya mucha solidaridad porque las sentencias ya son firmes».
El rapero Pablo Hásel se convertirá en el primer artista en ir a prisión en España en democracia por criticar a la monarquía y denunciar actos de violencia de las fuerzas de seguridad a través de sus canciones y Twitter, salvo un giro de último momento en pleno escándalo por las revelaciones de corrupción del rey Juan Carlos de Borbón.
Por escribir en Twitter cosas como «el mafioso del Borbón de fiesta con la monarquía saudí, entre quienes financian el ISIS queda todo», «La policía siembra racismo y recoge rabia ¿A quien le sorprende?» o «Ningún Guardia Civil pagó por los 16 inmigrantes asesinados a balazos de goma», Hásel acumula más de cuatro años de pena sumando cárcel y multa.
«Lo único que puede evitar mi ingreso a prisión es que haya mucha solidaridad porque las sentencias ya son firmes», explicó el rapero en entrevista con Telam en Lérida (provincia catalana en el nordeste español), su ciudad natal en la que pasa los que pueden ser sus últimos días u horas en libertad.
Hásel, de 31 años, es uno de los 15 artistas españoles que en los últimos años fueron víctimas de censura en España, donde el anterior Gobierno conservador de Mariano Rajoy endureció las leyes y avaló una aplicación dura del Código Penal para intimidar a la disidencia política en un contexto de creciente malestar social.
Otro rapero español conocido con el nombre artístico de Valtonyc se fugó hace dos años a Bélgica cuando el Tribunal Supremo español hizo firme una condena similar de tres años y medio de cárcel en su contra, y la Justicia belga hasta el momento rechaza extraditarlo.
Pero Hásel decidió que no huirá de la Justicia y tampoco se entregará: «Creo que el estado español pagará un precio más alto si me encarcela que si me exilio», dice.
«Para ellos, encarcelar a un artista también supone un problema porque se ponen a muchas personas en contra y porque se quitan esa careta democrática que tienen», añade este joven comunista para quien la cárcel «no es el fin de nada, sino otra trinchera de lucha».
El rapero que se atrevió a llamar «mafioso» al rey emérito Juan Carlos I será enviado a la cárcel precisamente en un momento en el que la monarquía española vuelve a estar en el ojo del huracán por sospechas fundadas de corrupción contra el ex monarca que llevaron a la Justicia española a abrir una investigación preliminar en su contra.
«Es muy llamativo que quienes destaparon la mayoría de los casos de corrupción de la monarquía son medios extranjeros (…) pero ahora aquí ya no lo pueden ocultar», subraya el Hásel sobre el escándalo de supuestas coimas recibidas por Juan Carlos Borbón de la dinastía saudita.
No obstante, lamenta que aunque se demuestre que lo que él y otros raperos dicen es cierto, ellos son los condenados: «Es propio de una inquisición, es el mundo al revés».
En su canción ‘Juan Carlos el Bobón’, Hásel lanza palabras como balas:»Qué legitimidad tiene el heredero de Franco que en juergas y putas nuestra pasta (dinero) está tirando. Se ríe de su impunidad en un chalé de Suiza, imagínalo borracho diciendo qué buena es mi hija», rapea.
«Muchos artistas me dicen que piensan lo mismo que yo o parecido, pero no lo dicen porque no quieren acabar en prisión. En parte, el Estado español consigue lo que quiere que es imponer la autocensura», argumenta el artista, quien lleva tatuado en el brazo «la palabra es un arma».
Hace seis años Pablo Rivadulla -nombre real de Hásel- se convirtió en el primer rapero condenado por su opinión contra la monarquía y por defender la lucha de organizaciones antifascistas contra la dictadura franquista, como los vascos de ETA y las Grapo.
«Yo nunca he apoyado acciones que atenten contra inocentes», aclara Hásel, quien defiende la «resistencia», sin descartar la violencia, frente a un estado opresor.
«Cada vez que escribo soy consciente de los riesgos, pero no estoy dispuesto a permitir que me dicten lo que puedo decir y lo que no, porque creo que ganarían ellos», reflexiona el rapero, avalado en las sentencias por un juez discrepante que defienden su derecho a la libre expresión.
A pesar de que el actual Ejecutivo español está en manos de una coalición progresista que se comprometió a cambiar las leyes que dieron lugar a sentencias como la de Hásel -y a que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenció contra España por limitan la libertad de expresión-, su ingreso a prisión se consumará sin que suponga un escándalo.
El rapero de espíritu rebelde cree, no obstante, que tarde o temprano la sociedad española comprenderá que su caso pone de relieve «una falta de libertades que afecta a todos, menos a los fascistas y sus colaboradores».
Cuando las leyes protegen más a un rey que a la libertad de expresión
El Código Penal español protege de manera especial al rey en materia de injurias y calumnias, una anomalía en Europa que llevó a España a ser en 2018 el primer país del mundo en número de músicos encarcelados o con sentencias condenatorias por las letras de sus canciones, como es el caso de Pablo Hásel.
«La libertad de criticar a la monarquía no existe», aseguró Hásel, quien padece en carne propia las consecuencias de la persecución de un delito penal que organismos europeos e internacionales consideran que no debe existir en democracia.
«Creo que no hay libertad de expresión directamente porque es físicamente imposible que a todas las personas que contamos lo que hace la monarquía, o los cuerpos policiales nos condenen a prisión. Pero, como no pueden encerrar a todos, basta con que exista esa posibilidad para saber que no tienes esa libertad», argumenta el rapero sentenciado a más de cuatro años de cárcel y multa por injurias al rey y a las fuerzas de seguridad.
Muchos en España creen que él y otros raperos fueron condenados por la llamada «Ley Mordaza» aprobada en 2015 por el Gobierno de Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (PP), que buscaba impedir protestas.
Sin embargo, a los 15 raperos condenados en los últimos años se les aplica el antiguo Código Penal, que no solo apoyó el PP sino también el PSOE (Partido Socialista), que actualmente gobierna en coalición con la fuerza de izquierda Unidas Podemos (UP).
«Cuando Pedro Sánchez estaba en la oposición escribió un tuit diciendo que no era propio de una democracia encarcelar a un rapero. Ahora que está en la presidencia del Gobierno no hizo nada para cambiarlo», se queja el rapero, al que apoya una plataforma que pide por su «libertad» y «amnistía».
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ya dejó claro a España que proteger de manera especial al jefe de Estado, es decir al rey, en materia de injurias y calumnias es contrario al espíritu del Convenio Europeo de Derechos Humanos, según una sentencia que avaló a Arnaldo Otegi, histórico dirigente del independentismo vasco, quien llamó a Juan Carlos de Borbón «jefe de los torturadores».
Por su parte, el Comité de Derechos Humanos de la ONU expresó su «preocupación» por la existencia de delitos que protegen banderas, símbolos e instituciones del Estado de la crítica o difamación.
La organización internacional Freemuse, dedicada a la defensa de la libertad de expresión artística, publicó en 2018 su primer informe sobre estas cuestión, en el que situó a España a la cabeza de los Estados con más músicos encarcelados o con sentencias condenatorias por las letras de sus canciones, 15 en total.
«Ni siquiera en países como Estados Unidos, con (Donald) Trump en la Presidencia se condene a prisión a raperos con letras mucho más explícitas», subraya Hásel.
Francia despenalizó las injurias al jefe de Estado en 2013 tras una sentencia condenatoria de Europa. En cambio, en noviembre de 2016, el Congreso de los Diputados de España rechazó despenalizar las injurias a la Corona, con el voto de PP, PSOE y los liberales de Ciudadanos.
El uso de las redes sociales y el clima político disparó hace dos años la persecución de este delito, que ahora vuelve a estar en el foco a raíz de que la justicia suiza y española investigan al ex monarca Juan Carlos de Borbón por corrupción.
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kiro-anarka · 4 years
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El rapero está cerca de ir a la cárcel por criticar a la monarquía y denunciar la violencia de las fuerzas de seguridad a través de sus canciones y redes sociales. «Lo único que puede evitarlo es que haya mucha solidaridad porque las sentencias ya son firmes».
El rapero Pablo Hásel se convertirá en el primer artista en ir a prisión en España en democracia por criticar a la monarquía y denunciar actos de violencia de las fuerzas de seguridad a través de sus canciones y Twitter, salvo un giro de último momento en pleno escándalo por las revelaciones de corrupción del rey Juan Carlos de Borbón.
Por escribir en Twitter cosas como «el mafioso del Borbón de fiesta con la monarquía saudí, entre quienes financian el ISIS queda todo», «La policía siembra racismo y recoge rabia ¿A quien le sorprende?» o «Ningún Guardia Civil pagó por los 16 inmigrantes asesinados a balazos de goma», Hásel acumula más de cuatro años de pena sumando cárcel y multa.
«Lo único que puede evitar mi ingreso a prisión es que haya mucha solidaridad porque las sentencias ya son firmes», explicó el rapero en entrevista con Telam en Lérida (provincia catalana en el nordeste español), su ciudad natal en la que pasa los que pueden ser sus últimos días u horas en libertad.
Hásel, de 31 años, es uno de los 15 artistas españoles que en los últimos años fueron víctimas de censura en España, donde el anterior Gobierno conservador de Mariano Rajoy endureció las leyes y avaló una aplicación dura del Código Penal para intimidar a la disidencia política en un contexto de creciente malestar social.
Otro rapero español conocido con el nombre artístico de Valtonyc se fugó hace dos años a Bélgica cuando el Tribunal Supremo español hizo firme una condena similar de tres años y medio de cárcel en su contra, y la Justicia belga hasta el momento rechaza extraditarlo.
Pero Hásel decidió que no huirá de la Justicia y tampoco se entregará: «Creo que el estado español pagará un precio más alto si me encarcela que si me exilio», dice.
«Para ellos, encarcelar a un artista también supone un problema porque se ponen a muchas personas en contra y porque se quitan esa careta democrática que tienen», añade este joven comunista para quien la cárcel «no es el fin de nada, sino otra trinchera de lucha».
El rapero que se atrevió a llamar «mafioso» al rey emérito Juan Carlos I será enviado a la cárcel precisamente en un momento en el que la monarquía española vuelve a estar en el ojo del huracán por sospechas fundadas de corrupción contra el ex monarca que llevaron a la Justicia española a abrir una investigación preliminar en su contra.
«Es muy llamativo que quienes destaparon la mayoría de los casos de corrupción de la monarquía son medios extranjeros (…) pero ahora aquí ya no lo pueden ocultar», subraya el Hásel sobre el escándalo de supuestas coimas recibidas por Juan Carlos Borbón de la dinastía saudita.
No obstante, lamenta que aunque se demuestre que lo que él y otros raperos dicen es cierto, ellos son los condenados: «Es propio de una inquisición, es el mundo al revés».
En su canción ‘Juan Carlos el Bobón’, Hásel lanza palabras como balas:»Qué legitimidad tiene el heredero de Franco que en juergas y putas nuestra pasta (dinero) está tirando. Se ríe de su impunidad en un chalé de Suiza, imagínalo borracho diciendo qué buena es mi hija», rapea.
«Muchos artistas me dicen que piensan lo mismo que yo o parecido, pero no lo dicen porque no quieren acabar en prisión. En parte, el Estado español consigue lo que quiere que es imponer la autocensura», argumenta el artista, quien lleva tatuado en el brazo «la palabra es un arma».
Hace seis años Pablo Rivadulla -nombre real de Hásel- se convirtió en el primer rapero condenado por su opinión contra la monarquía y por defender la lucha de organizaciones antifascistas contra la dictadura franquista, como los vascos de ETA y las Grapo.
«Yo nunca he apoyado acciones que atenten contra inocentes», aclara Hásel, quien defiende la «resistencia», sin descartar la violencia, frente a un estado opresor.
«Cada vez que escribo soy consciente de los riesgos, pero no estoy dispuesto a permitir que me dicten lo que puedo decir y lo que no, porque creo que ganarían ellos», reflexiona el rapero, avalado en las sentencias por un juez discrepante que defienden su derecho a la libre expresión.
A pesar de que el actual Ejecutivo español está en manos de una coalición progresista que se comprometió a cambiar las leyes que dieron lugar a sentencias como la de Hásel -y a que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos sentenció contra España por limitan la libertad de expresión-, su ingreso a prisión se consumará sin que suponga un escándalo.
El rapero de espíritu rebelde cree, no obstante, que tarde o temprano la sociedad española comprenderá que su caso pone de relieve «una falta de libertades que afecta a todos, menos a los fascistas y sus colaboradores».
Cuando las leyes protegen más a un rey que a la libertad de expresión
El Código Penal español protege de manera especial al rey en materia de injurias y calumnias, una anomalía en Europa que llevó a España a ser en 2018 el primer país del mundo en número de músicos encarcelados o con sentencias condenatorias por las letras de sus canciones, como es el caso de Pablo Hásel.
«La libertad de criticar a la monarquía no existe», aseguró Hásel, quien padece en carne propia las consecuencias de la persecución de un delito penal que organismos europeos e internacionales consideran que no debe existir en democracia.
«Creo que no hay libertad de expresión directamente porque es físicamente imposible que a todas las personas que contamos lo que hace la monarquía, o los cuerpos policiales nos condenen a prisión. Pero, como no pueden encerrar a todos, basta con que exista esa posibilidad para saber que no tienes esa libertad», argumenta el rapero sentenciado a más de cuatro años de cárcel y multa por injurias al rey y a las fuerzas de seguridad.
Muchos en España creen que él y otros raperos fueron condenados por la llamada «Ley Mordaza» aprobada en 2015 por el Gobierno de Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (PP), que buscaba impedir protestas.
Sin embargo, a los 15 raperos condenados en los últimos años se les aplica el antiguo Código Penal, que no solo apoyó el PP sino también el PSOE (Partido Socialista), que actualmente gobierna en coalición con la fuerza de izquierda Unidas Podemos (UP).
«Cuando Pedro Sánchez estaba en la oposición escribió un tuit diciendo que no era propio de una democracia encarcelar a un rapero. Ahora que está en la presidencia del Gobierno no hizo nada para cambiarlo», se queja el rapero, al que apoya una plataforma que pide por su «libertad» y «amnistía».
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ya dejó claro a España que proteger de manera especial al jefe de Estado, es decir al rey, en materia de injurias y calumnias es contrario al espíritu del Convenio Europeo de Derechos Humanos, según una sentencia que avaló a Arnaldo Otegi, histórico dirigente del independentismo vasco, quien llamó a Juan Carlos de Borbón «jefe de los torturadores».
Por su parte, el Comité de Derechos Humanos de la ONU expresó su «preocupación» por la existencia de delitos que protegen banderas, símbolos e instituciones del Estado de la crítica o difamación.
La organización internacional Freemuse, dedicada a la defensa de la libertad de expresión artística, publicó en 2018 su primer informe sobre estas cuestión, en el que situó a España a la cabeza de los Estados con más músicos encarcelados o con sentencias condenatorias por las letras de sus canciones, 15 en total.
«Ni siquiera en países como Estados Unidos, con (Donald) Trump en la Presidencia se condene a prisión a raperos con letras mucho más explícitas», subraya Hásel.
Francia despenalizó las injurias al jefe de Estado en 2013 tras una sentencia condenatoria de Europa. En cambio, en noviembre de 2016, el Congreso de los Diputados de España rechazó despenalizar las injurias a la Corona, con el voto de PP, PSOE y los liberales de Ciudadanos.
El uso de las redes sociales y el clima político disparó hace dos años la persecución de este delito, que ahora vuelve a estar en el foco a raíz de que la justicia suiza y española investigan al ex monarca Juan Carlos de Borbón por corrupción.
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kiro-anarka · 4 years
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Vivimos las primeras etapas de un cambio civilizatorio de grandes proporciones. En este proceso, viviremos la quiebra del capitalismo global, un alza de los conflictos por el control de los recursos, una fuerte reconfiguración del Estado o una “re-ruralización” social. Este colapso de la civilización industrial es inevitable.
Pero esta inevitabilidad no significa que el futuro esté escrito. Dentro del campo de posibilidades físicas que tengamos, la reconfiguración de los ecosistemas y las sociedades humanas dependerá en gran medida de lo que hagamos ahora. Es más, el colapso brindará oportunidades inéditas para la articulación de sociedades más justas, solidarias y sostenibles. Por ejemplo, un sistema energético basado en fuentes de acceso más universal (las renovables), una tecnología más apropiable (más sencilla), sociedades más fácilmente gestionables democráticamente (más locales y de menor tamaño) o un tejido social más denso (la supervivencia pasará por el colectivo). Estas oportunidades serán más cuanta menos degradación social y ambiental se produzca. En este sentido, cuanto antes se pongan en marcha medidas acordes con los nuevos contextos, mayores serán las posibilidades de limitar esta degradación.
Con estas premisas, el objetivo de comunicar el colapso no es realizar un ejercicio de amargura prospectiva, ni un análisis complejo del contexto –aunque ambos factores deban cumplir un papel– sino que las sociedades puedan organizarse para aprovechar las oportunidades y sortear los riesgos que nos brinda el final del metabolismo industrial.
¿Cómo comunicar el colapso a personas conscientes de la situación?
Quienes conocen los escenarios más factibles del cambio climático y de la restricción energética y material, el posible auge de nuevos fascismos, o el probable incremento de la población en condiciones de miseria, temen esos escenarios. No habría que alimentar más ese miedo, sino buscar estados de ánimo que nos sirvan de pértiga para saltarlo. Uno fundamental es la esperanza. Eso es justo lo que proyectan lemas como “sí se puede” y “otro mundo es posible”. La esperanza no se construye sobre la nada, sino que requiere de razones sobre las que sostenerse. Y las hay, pues el colapso abrirá oportunidades a sociedades más vivibles.
Sin embargo, la esperanza habría que transmitirla con realismo. Por ejemplo, comunicar que las renovables son la solución a la situación climática y energética sin cambiar a fondo nuestro orden socioeconómico no es cierto. En este sentido, es probable que el movimiento ecologista haya dado excesivas esperanzas de que el sistema actual podía seguir su curso con “simplemente” aplicar un paquete de políticas climáticas, energéticas o de conservación de la biodiversidad.
Las luchas impulsadas por los movimientos sociales deben tener beneficios perceptibles y sostenibles para quienes participen en ellas y la alegría tiene que ser uno de ellos. Además, en la medida en que nos moviliza más el refuerzo positivo que el negativo, este es un elemento que cobra especial relevancia. Una de las cosas que más alegría y placer nos causa es la interrelación con otras personas para construir algo. Otro motivo que puede alegrarnos es el desmoronamiento de un orden basado en el sufrimiento social y la destrucción ambiental: el final del capitalismo global es una buena noticia.
Además de la esperanza y la alegría, también debería estar la responsabilidad, pues conocer los posibles escenarios futuros es saber que las políticas que se adopten ahora marcarán cuántas personas sobrevivan y su calidad de vida. Para reforzar esa responsabilidad habría que transmitir la relevancia de la acción. En primer lugar, porque es con nuestras prácticas cotidianas como nos construimos como personas distintas. También porque en un entorno muy cambiante quienes se hayan organizado tendrán una importante capacidad de influencia. Finalmente, porque los mundos a los que nos iremos acercando serán cada vez más locales y por lo tanto más influenciables por nuestras acciones.
Si la primera idea tiene que ver con las emociones que movilizamos, la segunda es con el tipo de análisis que realizamos, que debe ser riguroso. El colapso es una disminución drástica de la complejidad de manera que surja una estructura radicalmente distinta. No es un cambio de régimen, no es una ocupación, tampoco es una crisis. Esta marcado por un descenso en la población, la especialización social (diferenciación social, especialización laboral), las interconexiones (comercio, penetración de los órganos de poder), y la cantidad de información que contiene y fluye por el sistema (acceso al conocimiento, arte, intercambio de información). El colapso no es un hecho súbito, sino un proceso que durará muchas décadas. Este es un problema de primer orden, pues actuamos cuando vemos el peligro inminente, pero no si este sucede poco a poco. Por todo ello es importante denominar al colapso por su nombre.
Otro análisis importante es que, aunque el medio ambiente está en el centro de las causas del colapso, no es su única dimensión. También son fundamentales los elementos económicos, culturales y políticos. Pero considerar la multidimensionalidad de factores que concurren en el colapso no significa darles a todos la misma importancia. Así, la capacidad del ecologismo social para analizar el momento actual desde la complejidad, pero dando gran relevancia a los límites ambientales, es un ejemplo a seguir.
Trabajar desde una visión sistémica es una estrategia adecuada para comunicarse con personas que ya son conscientes de la crisis civilizatoria porque es un pensamiento que ya tienen entrenado. Además, esta estrategia ha demostrado ser movilizadora. Una muestra fue la impresionante resonancia que alcanzaron Los límites del crecimiento, un análisis sistémico.
¿Cómo comunicar el colapso a quienes no son conscientes de él pero quieren saber?
En gran medida, mucho de lo dicho anteriormente se puede aplicar a este grupo, por lo que nos centramos en varios elementos extra.
En lo que concierne a las emociones, es importante sumar el miedo, pues es una emoción que motiva a las personas a no continuar por las sendas más peligrosas. Cuanto menos miedo al colapso tengan las sociedades, más profundo será. En ese sentido, mensajes complacientes con la pervivencia del sistema actual o que pongan “excesivamente” en duda el colapso serían contraproducentes.
Otra razón para no sortear el miedo que causa la comunicación de la prospectiva dura que tenemos por delante es que los cambios necesarios y deseables en la transición civilizatoria requieren de poblaciones maduras. Por ello, no podemos tratar a las personas como si fuesen infantes y no pudiesen hacerse cargo de sus vidas. Si vamos a necesitar lo mejor del ser humano, pongamos altas expectativas en él y mostrémoslo con nuestros actos.
A estas razones para usar el miedo podemos sumar que, para actuar, el ser humano necesita conocer el límite a partir del cual la inacción o la acción incorrecta tiene consecuencias negativas. De este modo, no solo habría que comunicar los aspectos potencialmente peligrosos de los escenarios por venir, sino hacer un esfuerzo por señalar los límites, los umbrales de no retorno. Aunque esto es especialmente difícil, ya que la crisis sistémica que vivimos tiene unos límites inaprensibles, hacer mucha incidencia, por ejemplo, en el aumento de 1,5ºC como límite de seguridad climática es importante.
Un último argumento para usar el miedo es que es una herramienta que se ha utilizado con profusión en numerosas campañas exitosas. Por ejemplo, probablemente el libro más influyente del ecologismo ha sido La primavera silenciosa, que transmitía las perniciosas consecuencias del uso de los pesticidas. Otro texto muy influyente fue el ya nombrado Los límites del crecimiento, que también planteaba un mensaje muy duro. Fuera del ecologismo, también hay numerosos ejemplos, como la lucha contra el tabaquismo.
Esto implica que no deberíamos llamar al cáncer, gripe. Estamos viviendo el colapso de la civilización industrial, no una crisis más, ni una transición como la solemos entender (algo “tranquilo” y más o menos pilotado). Tenemos que llamar a las cosas por su nombre. Igual con algunos sectores sociales el término “colapso” no es el más adecuado, pero no puede ser sustituido por giros que quiten importancia a los desafíos que enfrentamos. Esto no significa regodearse en lo doloroso, es más, resulta clave comunicar desde la empatía.
Sin embargo, el miedo es un potente sentimiento desmovilizador, pues suele inducir a buscar la seguridad en la ausencia de cambios. Además, una sociedad miedosa es insegura de sí misma, por lo que rinde muy por debajo de sus posibilidades. En ella, se bloquea la visión de partes de la realidad especialmente molestas, pero fundamentales para afrontar los problemas. Así, solo las sociedades que consigan controlar el miedo serán capaces de encarar de forma emancipadora el futuro, las otras correrán el riesgo de buscar tablas de salvación en opciones autoritarias.
Por ello, el miedo debe superarse y esto solo se hace en colectivo. Para sacudirse el miedo, resulta imprescindible construir un camino con desafíos asumibles, riesgos afrontables psicológicamente, y en el que las sociedades vean las ventajas y la factibilidad de los cambios. También usar esa pértiga en forma de esperanza y alegría que nombramos. A las estrategias ya expuestas para construir la esperanza, habría que sumar otra de especial importancia para este grupo: que para que sea creíble, tiene que encarnarse y vivirse.
La última idea es la importancia de articular la comunicación desde el hacer más que desde el decir. Los entornos en los que nos movemos construyen nuestro sistema de valores. Cambiando nuestras formas de actuar, cambiamos nuestras formas de pensar. Así, los cambios personales y sociales solo se van a dar si las personas participan en entornos que gratifiquen valores emancipadores. Por ello, más clave que los discursos que articulamos son las prácticas que promovemos. Además, relacionarnos a través de las prácticas y no de los discursos diluye las barreras que nos ponemos ante ideologías ajenas.
Para esta construcción de visiones alternativas, será importante que existan muchos entes comunicadores distintos con mensajes parecidos. Esto permitirá sortear la voluntariedad de la escucha. Conseguir esos emisores diferenciados pasa por que distintos grupos sociales sean intermediarios de nuestra comunicación y la traduzcan. Que otras personas hagan suyo el mensaje, dándole sus propios matices y énfasis. Desde esta perspectiva, podría ser más estratégico comunicar a un público cercano, que tiene predisposición a escucharnos y maneja nuestros mismos códigos, y que este sea el que comunique posteriormente a otros sectores.
Este texto es un resumen de mi contribución al libro Humanidades ambientales, coordinado por José Albelda, José María Parreño y J. M. Marrero Henríquez.
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kiro-anarka · 4 years
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El carbón es, en el sur de Polonia, mucho más que un mineral. Se trata de una identidad, una historia colectiva y un orgullo en esa región europea, donde miles de mineros bajan cada día a las profundidades del suelo para extraer el combustible que más calienta los hogares de Silesia y Malopolskie. El carbón allí es barato y popular, pero todo tiene su precio. En 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó las 50 ciudades con peor calidad del aire del mundo. De ellas, 33 eran polacas, y entre todas destacó Cracovia. La presencia en cantidades críticas de las partículas PM10 y PM2,5 –muy contaminantes al inhalarse y que no se perciben a simple vista–, pasaba de puntillas en la política del país. Ocho años después, y todavía en una condición crítica, quienes pasean por las calles de Cracovia pueden verificar diariamente la calidad del aire que respiran a través de pantallas y medidores instalados en el espacio público.
“Ha sido un proceso lento de sensibilización, pero se ha convertido en el gran tema del presente y el futuro, tanto para la sociedad civil como para los políticos. Incluidos aquellos que al principio negaban el cambio climático”, dice Magdalena Kozlowska, directora de proyectos de Krakow Smog Alert, una de las entidades que nació en la ciudad para combatir la emergencia climática. Fue precisamente en Cracovia, la capital de la región de Malopolskie, donde empezó a tejerse una red de activistas para concienciar y revertir una situación que llegó a niveles insostenibles.
“Estamos situados en un valle, en una planicie donde no corren los vientos, así que el aire se queda estancado y produce unos niveles de calidad muy pobres. Justo las regiones vecinas, de donde proviene la mayor parte de la contaminación, son zonas rurales dedicadas a la minería y, claro, todas las calderas funcionan con carbón”, explica Kozlowska. Desde su despacho cerca del río Vístula, la activista recuerda los inicios de Krakow Smog Alert. “En 2012 la situación era particularmente crítica. Casi cada día en invierno, por el uso diario de las calderas y calefacciones, se excedían los límites de partículas recomendados por la Unión Europea”. Fue entonces cuando surgió el movimiento, al que se sumaron gentes de diversas trayectorias, muchas de ellas sin una relación directa con estudios o formación previa sobre temas climáticos o ambientales. “Éramos ciudadanos preocupados, en general, por la salud global de nuestras ciudades. Nos juntamos para empezar a dar a conocer una realidad de la que se tenía poca información”, recuerda.
Como toda lucha perseverante, los frutos acabaron por llegar. En 2016, el 68% de la contaminación del aire en la antigua capital polaca provenía del uso de carbón en los sistemas de calentamiento de las casas. Desde el pasado verano, Cracovia ha prohibido este tipo de calderas y calefacciones. Con ayudas y subsidios, los han comenzado a reemplazar por sistemas menos agresivos con el medio ambiente. Una victoria en toda regla. La escena típica de miles de hileras de humo suspendidas entre las iglesias y castillos de la ciudad ya no se verá más. Aun así, Magdalena Kozlowska admite que es un proceso lento y costoso. “Hemos conseguido sacar del mercado las calderas de carbón e imponer mayores controles de calidad en las nuevas, pero si no lo hacen en los municipios colindantes, ¿de qué sirve? Por eso es tan importante seguir con nuestro activismo. El aire y su calidad son una cuestión de salud global”, insiste. Hasta 47.000 personas mueren de forma prematura en Polonia por la exposición a la contaminación del aire, según la OMS. La Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA) también ha constatado que Polonia registra los niveles más altos de partículas nocivas en el aire de Europa, solo superada por Bulgaria. Las concentraciones extremas de PM10 y PM2,5 siempre se detectan en febrero, cuando casi triplican los estándares europeos establecidos. Es el momento más frío del año, cuando más se usan los combustibles fósiles, pero también se quema más madera y basura.
Marcel Mazur, experto del Centro de Alergología Clínica y Ambiental de Cracovia, confirma que las alergias y problemas respiratorios en la región han crecido hasta el 50% respecto al resto del país. “Las personas con asma y otras patologías respiratorias sufren síntomas y crisis que antes solo aparecían en primavera. Si rebajamos los niveles de exposición a los que estamos sometidos sobre la polución del aire, descenderán los niveles de enfermedades alérgicas y respiratorias”, apunta el doctor Mazur. Entre las partículas suspendidas en el aire, debido a la quema del carbón, también se encuentra el benzopireno, una sustancia altamente cancerígena.
El ‘smog’ y el emblema de la minería
Cuando uno alza la vista más allá de la trama urbana, el horizonte se dibuja como una llanura rural con un perfil moldeado por las chimeneas. La región de Silesia está repleta de espigadas torres que humean sin parar. Son el estandarte de las minas y las centrales eléctricas, el 90% de las cuales funcionan con carbón. Al atardecer, la zona se inunda de un humo nebuloso, que se condensa en las áreas más pobladas. Este fenómeno, conocido como smog –de la contracción en inglés de smoke, humo, y fog, niebla–, se esparce como un mantel de vapor que oculta los edificios.
En Beirún, en el corazón de esta zona de Polonia, se explota desde hace 50 años la mina más grande de Europa. Se llama Piast, y desde su entrada, Radoslaw Wojnar señala los edificios donde se crió, separados por una pequeña carretera del complejo minero que hoy en día es su lugar de trabajo. Al igual que su padre y sus cuatro abuelos, desde hace una década es minero, un trabajo que para muchos es un patrimonio sentimental polaco. Solo en esta región, más de 70.000 personas trabajan hoy en las plantas mineras, todas ellas dedicadas al carbón. Hasta 3.500 lo hacen en Piast.
“Era mi única salida profesional. En el país había mucho paro, así que si hacía los estudios técnicos de bachillerato de minería, tendría una plaza asegurada en la mina para toda la vida”, relata Wojnar. Amante del esquí y de los deportes de invierno, es consciente de que su trabajo es el mismo que provoca el cambio climático que lo deja sin una de las cosas que más le gusta: la nieve.
No es casualidad que el primer presidente después de la etapa comunista en Polonia, Lech Walesa, fuera un antiguo líder del sindicato Solidarność, que une a todos los trabajadores del carbón. Desde entonces, el papel del sector industrial minero se mantiene como una de las bases del poder en el país. No tanto por su valor económico, puesto que solo representa el 0,4% de su PIB. Su fuerte historia nacional, la capacidad de generar empleo o el discurso del autoabastecimiento energético hacen de la minería un sector estratégico para todos los gobiernos, que tienen en propiedad a las empresas, pese a que estas actúan en el mercado libre. Pero su vida cada vez es más corta, tanto por la devaluación del carbón polaco como por su incidencia en la pérdida de salud global y su contribución al cambio climático. “Se comenta que en Piast nos quedan unos 10 años de explotación del carbón. En Silesia somos conscientes de que la minería está llegando a su final”, reconoce Wojnar mientras apura una cerveza. Al subirse de nuevo al coche, se sacude los zapatos para limpiarlos de la mezcla de barro y carbón. “Esto no puede ser bueno”, murmura mientras niega con la cabeza.
Que se celebre la conferencia de Naciones Unidas COP 24 sobre la emergencia climática en tu ciudad puede ser un motivo de esperanza, y la demostración de que es posible dar pasos hacia adelante. Ocurrió en 2018. Para Patryk Bialas, concejal de Katowice, la cumbre “sirvió para dejar en evidencia que los políticos en Polonia solo hablan, no actúan”. En su despacho del Centro Tecnológico Europeo, el medidor sobre la calidad del aire marca unos niveles de 75 µg/m3 de PM2,5, una tasa que triplica las recomendaciones diarios marcados por la OMS.
Bialas, curtido en el activismo de base de Katowice Smog Alert, asegura que durante años no hubo estándares en Polonia por lo que respecta a las emisiones de estos sistemas de calefacción. En Katowice, cada persona inhala al año el equivalente a 2.500 cigarrillos, lo que supone 600 muertes prematuras. Bialas aboga por una transición verde que se adecúe a todas las capas de la sociedad, “una reconversión estratégica de toda la zona que vaya más allá de la prohibición y que incluya a los mineros, que están preparados para el cambio pero sin perspectivas porque los gobiernos no les dan posibilidades”. El activista considera que, para la población más joven, bajar a la mina ya no es una opción de futuro. “Solamente hace falta ver lo vacías que están las aulas de las escuelas técnicas. A nadie le puede interesar bajar a 700 metros y trabajar casi ocho horas, cuando en nada van a cerrar los yacimientos”, señala.
El concejal recuerda que el primer día que se acercó a la mina para reunirse con los trabajadores, pasó miedo. “Cuando llegué, me señalaban diciendo: ‘Mira, el que nos quiere dejar sin trabajo’”, relata. Su intención, como la del Movimiento Climático de Silesia del que forma parte, es acabar con la extracción de carbón y que todo el sector minero pase a ser clave en el desarrollo de energías renovables. “Mi abuelo era minero, tengo un gran respeto por todos ellos y por eso sé que tienen las habilidades necesarias para adaptarse a esos cambios”, afirma. “¿Qué tipo de habilidades tienen? ¿Son electricistas? Sí, lo son. ¿Son fontaneros? También. ¿Y carpinteros? Por supuesto”, sostiene Bialas con vehemencia.
En esa lucha a favor de la salud y la calidad del aire, toda Polonia debe implicarse y tener claro que el reto supone un cambio importante para todos sus ciudadanos y ciudadanas. Desde el corazón minero de Europa, ya sueñan con un futuro sin carbón. Por eso, el concejal tiene claro que en esta transición hacia las energías verdes, los políticos deben favorecer el acceso a toda la población, y no solamente a los más ricos. Su conclusión es clara: “Dicen que el carbón es nuestro oro, el oro polaco. Pero si es oro, debería ser guardado, no quemado. Porque es la forma más estúpida de perder un tesoro”.
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kiro-anarka · 4 years
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Gabino Egusquiza Abad nació en Portugalete (Vizcaya), tenía 61 años en 1936. Era un experto maquinista con una dilatada carrera en la construcción naval. Llevaba 20 años en Cádiz, donde el financiero Horacio Echevarrieta Maruri le había enviado para estudiar las instalaciones del astillero que pensaba comprar. Viudo, con 2 hijos, relacionado con la vida comercial e industrial local, era persona de ideas moderadas. En la primavera de 1936, las sociedades obreras y profesionales de Cádiz se asociaron a CNT o UGT. Gabino, vicepresidente de la Sociedad de Maquinistas Navales, entró en la UGT.
El verano de 1936 la entonces factoría Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz fue militarizada, sus más caracterizados militantes obreros perseguidos y, en algunos casos, asesinados. Había quienes tenían cuentas pendientes con Egusquiza. La Delegación de Orden Público de Sevilla pidió su detención y traslado a Sevilla, porque los falangistas y jefes de talleres Lucio Aldaniz Gogeascoa y Pedro Sorriguieta habían sido despedidos acusados de fabricar clandestinamente armas. La denuncia era también contra otros 3 trabajadores del astillero: el cajero Rodrigo Vázquez Panadero, el maestro fundidor Anselmo Soria Almazán y el maestro electricista José Díaz Díaz, secretario de la UGT. Tanto a Díaz como a Egusquiza se les acusaba de participar en la huelga que, entre abril y mayo de 1936, había originado la incautación provisional por el gobierno del astillero. Echevarrieta estaba asfixiado económicamente y quería cerrarlo. Egusquiza fue nombrado por el gobierno director de la factoría.
Gabino Egusquiza se reincorporó al astillero el 28 de julio, cuando volvió a reabrirse tras el golpe. Fue detenido en octubre y trasladado a la comisaría de la calle de Jesús del Gran Poder de Sevilla, desde donde el capitán franquista Díaz Criado ejercía el terror practicando matanzas sin cuento. Egusquiza no negó su pertenencia a la UGT y rechazó alguna animadversión contra los falangistas Aldamiz y Sorriguieta. También negó que hubiera pertenecido al comité de huelga. El jefe de la guardia civil de Cádiz le acusó de recaudador del Socorro Rojo Internacional, propagandista del Comité Antifascista local, y colaborador del Frente Popular.
En noviembre de 1936, Egusquiza, Díaz, Soria y Vázquez fueron devueltos a Cádiz. En Marzo se puso en marcha la justicia que iba a mantener el terror de los bandos de guerra aplicados los meses anteriores. Comenzaron las falsas declaraciones de los fascistas: “durante la huelga puño en alto gritaba ¡UHP, UHP!”. El falangista Lucio Aldamiz aseguró que Egusquiza estaba complicado en la huelga de la factoría, ya en Vizcaya “militaba en la política de izquierda”.
El juez militar Martínez de Salazar consideró a Egusquiza “integrante del total movimiento subversivo marxista”. La esposa de Pedro Soraguieta aseguró que Egusquiza era “el principal protagonista de las huelgas revolucionarias”, que “perseguía a su marido”, y que era “ hombre de ideas peligrosas”. Otros acusadores le tildaron de izquierdista, de levantar el puño el 1º de Mayo, de formar parte de un plan revolucionario con componentes masónicos. Egusquiza lo negó todo, el papel durante la huelga, no era izquierdista, era buen español y católico. El fiscal mantuvo la acusación de “adhesión a la rebelión”.
La policía golpista gaditana consideraba a Egusquiza “buena persona”, no podía “sospecharse de simpatizante con las ideas marxistas”. Conocidos suyos identificados con los golpistas, aseguraron a jueces y jefes fascistas que era una “persona moral”, “honorable”, no sospechoso “de ideas avanzadas”, “nunca había participado en actos violentos”. Sin embargo la sentencia consideró que Egusquiza había sido ejecutor e inductor de un delito de rebelión contra el gobierno legítimo de la España Nazional. Le condenaron a muerte. Egusquiza se negó a firmar la notificación. El 17 de Mayo de 1937 un piquete de guardias civiles le fusiló en el foso de la Puerta de Tierra junto a otros 5 condenados, Heliodoro López Domínguez, Manuel Sánchez Ruiz, Francisco López Peñaranda, Cesáreo López Corredera, y Francisco Vega González. Le incautaron un piso y un terreno en Cádiz, y su casa de Portugalete, donde se instaló la Guardia Civil. Fue sancionado con 7.500 pesetas, que tuvieron que pagar sus herederos.
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