“Y era indudable que el Señor Dios se deleitaba en él, pero es que el Señor Dios no le importaba nada hacerse pequeño. La gente pensaba que el Señor Dios era muy grande, pero estaban completamente equivocados. Evidentemente, el Señor Dios podía adoptar cualquier tamaño que a él se le ocurriera. «Si no pudiera ser pequeño, ¿Podría saber acaso cómo es ser una mariposa?»”