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Dos años.

Vaya, estamos otra vez aquí, las cosas que son del destino simplemente pasan ¿no? Nosotros nos conocimos y luego nunca más nos separamos, hasta hoy en día no lo hemos hecho.

Y es que a lo largo de mi vida he conocido personas que me dejan siempre una lección de vida a veces sin siquiera querer hacerlo y eso trato de ejercer día con día en mi vida porque creo que al final lo que le das al universo te lo regresa. Y ahora veo que toda esa gente que conocí y que no supo valorar cada pequeño detalle que tenía, cada lágrima que tuve que llorar y todo lo malo, el universo se encargó de convertirlo en material bonito y de dárselo a una persona que me hiciera sentir completa, en paz y tranquila : Darien.

Luego de años pude conocer y encontrar a mi otra mitad, la persona que me hace cada detalle después de DOS AÑOS juntos, aún me sorprende con flores, el desayuno, haciendo chistes cuando estoy triste. Y siento que voy a llorar porque de verdad me siento muy afortunada de haberlo conocido y que sea siempre mi apoyo incondicional, la persona que mueve cielo mar y tierra por hacerme sonreír cuando estoy triste, por defenderme cuando alguien hace algo contra mi, por abrazarme cuando siento que voy a caer.

Creo que no hay nada más bonito que despertar a tu lado con el calor de tu pecho y escuchar esa voz adormilada que tanto me encanta, me siento tan tranquila porque al final todo en lo que creía: lo bueno se te regresa, el hilo rojo, tu otra mitad, el amor de tu vida, algún día todo valdrá la pena. El universo me mostró que es real y que todo eso lo tengo junto a mi esposo.

Hoy que estamos cumpliendo dos años juntos si me hago una película en mi mente sobre nuestros viajes, nuestras citas, nuestros chistes, nuestros momentos más lindos, nuestra boda e incluso las noches sin dormir por querer satisfacer al otro, me es tan lindo, completo.

Al final, pude crear mi propia versión del cielo junto a ti, y a estas alturas separarme de ti ya no es una idea, ni una opción, sería robarle las alas a un ángel y dejarlo caer sin protección alguna. Lo único que me ha quedado claro en estos años es que nunca va a ser suficiente el tiempo qué paso con él, no me canso de amarlo y mientras más años estemos juntos para mi será lo mejor del mundo porque me gusta mucho ser amada por él y amarlo con cada latido de mi corazón.

Creo que esto es lo más cursi, pero es de lo más bonito poder sentir amor. Amor bonito, amor correspondido y más bonito poder encontrar a alguien en te haga sentir así, sentir tanto por él y justo por ello se me haría un error no explotar de amor de vez en cuando y mencionarles a los demás lo mucho que lo amo.

Felices dos meses, esposo hermoso. No puedo sentirme más afortunada de todo lo que hemos escrito juntos hasta el momento, gracias por siempre ser tu.

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Cerrar mis ojitos y pensar en el pasado, todo lo que hemos recorrido los dos juntitos. Cada proceso de nuestra relación y que ahora nos tiene aquí en prosperidad, en un camino sin piedritas y quizás en algún futuro tengamos alguna pero ¿eso nos va a detener?

Nunca, y lo sé porque hemos tenido piedritas y ninguna ha sido lo suficiente como para separar a un amor puro como el de nosotros ni siquiera en las películas. En las películas románticas, incluso lo más malo nunca suele ser impedimento para amar y amar con locura casi tanto como lo que yo te amo a ti.

Nosotros no somos una pareja ficticia, somos reales y me encanta poder decir que tengo un año y medio a lado de mi esposo. Mencionar que supe elegir muy bien a mi compañero de vida y que no hay día en el que no me felicite por eso, por haberte conocido y por cuidarnos tanto bien como para seguir escribiendo una historia de smor preciosa luego de año y medio.

Te amo a sobre manera, te amo solo como tú y yo sabemos... para los demás el amor que nos tenemos será tan difícil de encontrar y eso me hace sentir aún más afortunada, yo te encontré y te tengo aquí. Gracias por elegirme, por estar aquí.

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Leyendo apenas un poco de lo que había hecho para ti en este blog me tiene complemente conmovida. Hoy no escribo por cumplir 100 días contigo. Hoy son 561 días.

561 días desde que estuvimos escribiendo una historia bonita, aquella en la que ahora no quiero salir y de la que sé que si algún día salgo saldré a la mitad no solo porque tú eres mi mitad, salida a tres porque una parte de mi se quedaría contigo y estoy segura de que una parte de ti se quedaría a acompañarme.

No me gusta la idea de pensar que nuestra historia tiene fin, y sé que no tendrá fin. Estamos escribiendo la historia más bonita sobre la tierra en estos tiempos tan difíciles, amándonos cada día un poco más, besándonos en cada rincón del mundo, cuidandonos y cuidando a nuestra chiquita Ani.

Sé que quiero amar a mi Aly por el resto de mi vida.

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Cien días puede ser una pequeña cifra pero, ha sido la mejor y creo que tú también lo crees. Nuestros primeros cien días de novios han estado llenos de tantas cosas, nuevas emociones y conocimientos.

Estoy tan agradecida de aprender cosas nuevas de tu mano, de poder viajar, de poder ir incluso a la esquina estando de tu mano. Ir por la vida contigo, esto podría ser tedioso y muy empalagoso para cualquiera pero no lo es para ti, contigo no tengo miedo de ser lo más dulce posible; lo más divertida, boba e incluso ahora sé que puedo ser pervertida.

Y sabes, no me da miedo. Siempre he sido una chica con miedos pero, ahora no lo siento más, y quizás esos miedos atacan de vez en cuando pero he estado trabajando en ello y tú me has ayudado como nunca en todo esto. En superar las sombras dentro de mi, todos mis demonios. Y no tengo más que agradecerte por estos cien días juntos, bueno como pareja. Porque ahora estamos solo a un par de semanas para cumplir doscientos días de conocernos, nos está volando el tiempo pero no es lo más importante, lo importante es que estoy contigo y tú estás aquí.

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Pequeña nota importante:

Este blog se lee de abajo para arriba. Muchas gracias, guapo. ;)

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Sin título.

Se conocieron una tarde de Mayo, pero fue como si hubiese sido el primer día del resto de su vida. Y allá en aquel rincón, su existencia pasaba desapercibida para el mundo, ambos se pisaban los pies y lo único inexistente era la tristeza.

Algo bonito comenzó a enraizarse, algo tan fuere que ni siquiera las cadenas podrían encarcelar ni alguna fuerza que pudiese romper aquel lazo. Y ella, pensó, que por fin su mirada perdida había encontrado el punto infinito al que la dirigía cuando los demás pensaban que veía a la nada.

Las tardes se hicieron eternas cuando los dos podían estar solos, riéndose a carcajadas, mirándose en silencio y los nervios de verse eran como su primera vez. Jamás rompieron las primeras veces. Pasar juntos era su pasatiempo favorito y más allá de serlo, juraría que era era una necesidad, un vicio que sus labios se buscasen con esa necesidad que tiene un alcoholico con la bebida.

Se conocieron de pies a cabeza, de mar a infierno y de viento a marea. Cualquiera que hubiese estado en su lugar hubiese tenido miedo de la altura en la que se encontraban, porque déjame decirte que no tenían una relación que se mirase todos los días, más bien, era de aquellas que pasaban cada cierta década y marcan a donde la vida los llevase.

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V.

Acuérdate de mí en un año, cuando se cumplan los 365 días más juntos, porque yo le estaré dando mil vueltas. Una eternidad.

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Milenio.

Que bonito es amarse, sin excusas ni pretextos. Abrazando la calamidad del otro, aferrándose a su mal tiempo. Soportando la tormenta a su lado, bailando desde la mala hierba que crece desde su caja torácica. Viviendo una vida sin principios ni moral, sin prejuicios ni ataduras que rompan lo que nos unió desde el principio. Confesándose humanos al momento de tropezar mil ciento cuarenta con la misma canción que lo llevó a sus cinco minutos de compenetración total. Quedarse hasta la madrugada entre conversaciones profundas y de la vez que cada uno tocó fondo. Hay ciertas cosas que pasan cada milenio, también hay ciertas personas que pasan cada época. Puedes pasarte la vida esperándolas por mucho y, de repente, aparecen de la noche a la mañana de una noche de soledades descompuestas. No tienes el porque a la mano, pero tienes el Me quedaría a tu lado para siempre en la punta de la lengua. Sentirse como se sienten los segundos que marcan y se recordarán toda la vida. Atarse de corazón y de tiempo completo. Decirse con la mirada lo que aún el lector no ha leído en su libro favorito, lo que aún la poesía no ha hecho con las musas. Encarcelarse con la mirada y, así transcurra el tiempo, estarás en una sella en la que escribirás mucho y por mucho tiempo.

A veces pasa que, cuando no estás buscando las cosas, no es que no lleguen, sino que esperan por ti en algún rincón de esta soledad infinita de miradas perdidas y voces rosas. Quererte y después quierele. Sonreírse en las madrugadas por encontrar mensajes y ser el primero en decir: buenos días. Y créeme no es lo que escribes es quien lo manda lo que te compone la vida.

No conocer de límite porque el amor no sabe de velocidades ni frenos. Se quiere de un día para otro, a veces es una mirada lo que te delata; otras veces la sonrisa, el temblar de las piernas, la voz nerviosa cuando se acerca demasiado.

Se quiere de un día para otro. El amor es una libertad preciosa; un cielo azul el cual surcar siempre; una montaña en la qué haces alpinismo y alguien te detiene en la caída, es algo de la cual escribes toda tu vida sobre alguien qué pasa una vez cada milenio.

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IV.

Acuérdate de mí en cinco meses, cuando sonrías de nuevo.

Acuérdate de mí en cinco meses, cuando el sol salga de nuevo, porque tú empezarás a brillarme.

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Una herida que supera recuerdos.

Es el tipo de chico que corre y huye de cualquier primera vez, pero qué ocaso trae bajo la sonrisa, tiene la magia de los atardeceres, la cura de los puntos finales, el temperamento de un leon enjaulado, la jungla en su pecho izquierdo.

Mira que es precioso por donde lo mires, a veces tímido y te regala una sonrisa otras es salvaje y baila en un beso en la pista que le ha visto cae.

Es un chico aeropuerto:

te lleva a donde quieras ir,

tras la tormenta, es hogar;

tras la caída, es suelo,

pero también es alas.

Alas.

Alas fuertes y resistentes, capaces de surcar el cielo cuando está gris.

Él es la herida de la que tanto hablan: lo he visto enloquecer, sonrojarse, perderse en el laberinto, caer al pozo, mirar las estrellas como quien mira lo más hermoso.

Allí estaba él, en el punto intermedio de dejarlo todo o empezar desde cero. De mirar todo lo que ha vivido o ver más allá del olvido.

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III.

Acuérdate de mí en un mes, cuando algún recuerdo te saque una sonrisa, porque yo también estaré sonriendo recordando cómo lucías con aquella sonrisa.

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Chico revolucionario.

Es un chico entrañable, de esos que recuerdas a pesar del tiempo y que sigues queriendo a pesar de todo. Es mortal e inmortal por el lado por el que lo sientas, hace de un desastre el más bonito de los paisajes y no querer salir de él jamás.

De vez en cuando, irrompible; otras veces, más roto que nunca. Y cuando reía, el sol nacía desde dentro y alumbraba a todo aquel que, tras haber pasado por el laberinto de su vida, encuentra la única salida en su boca.

Irrepetible como los momentos que te marcan para siempre, indescriptible como los sentimientos que te hace sentir, inimaginable como hasta dónde puedes llegar en la vida cuando le pones más empeño que excusas a los sueños.

Tenía en la cabeza los pájaros a las 6 a.m, vivía en una inagotable tormenta con la cual bailaba y viajaba cuando besaba a la misma velocidad con la que te arrolla un tren.

Él es la única Roma que aún permanece en pie, el chico revolucionario de todo mi jodido mundo, el que puso boca arriba, el que compuso el rompecabezas, pero también el quien lo destrozó. Porque si algo era: es ruinas. No había escapatoria una vez dentro.

Yo no sabría como decirle que me había cambiado pero para bien, porque cuando estaba lejos sólo pensaba en poder volver. Ya perdí la cuenta de las veces que me perdí en sus brazos y ni idea de cómo salir luego.

No hay forma de salir completa de ciertas historias, porque quieres estar en ellas, y la suya, no era la excepción.

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II.

Acuérdate de mi mañana, cuando no hayamos hablado en un día, porque para mí será el primer día del resto de mi vida y, quizá, sean las horas más imposibles.

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Para ilógicos, él.

Es un chico ilógico; carece de sentido y lleva como bandera sus ruinas.

Te lleva a ver el mar con vistas a su mirada, lleva las brújulas enredadas en el pelo y las flores clavadas en el pecho izquierdo.

Si vieran como se desenreda la vida, te quedarías a contemplarlo como un atardecer, porque si algo tiene son esos pequeños destellos de magia que te hacen querer ser maga todas las noches. Y el truco es verlo sonreír mientras cae, en esos segundos donde no piensa en nada, sino en alguien.

No sé cómo pueden existir chicos como él, que son la causa perdida de un imposible, que son la estrella fugaz de la que el cielo ha pasado buscando, que son la antítesis de lo normal y lo formal, que son la primavera descompuesta. Es que... es precioso sin intentar parecerlo.

Se ruboriza y es precioso, o cuando lo hacen sonreír con cualquier tontería. Es la curva más bonita de la que tanto hablo Bob, por la cual estarías dispuesta a morir una y otra, y otra vez.

Sabiendo qué hay trenes que jamás vuelven: te arriesgarías el pellejo, la vida, el alma, por detenerlo de ida. Es él el tren que solo pasa una vez en la vida, y lo sabes.

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I.

Acuérdate de mí en unas horas; cuando estés triste por cualquier cosa, porque yo estaré volcando mi mundo por encontrarte.

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FECHAS.

Por todos esos momentos numéricos que, a simple vista, parecen simples números, pero en el fondo llevan una historia que contar. Por esas fechas que llevamos ancladas, caladas, tatuadas, aferradas en el pecho izquierdo.

Fechas son más que simples números de calendario; son risas, miradas, fotografías, recuerdos, gente, tiempo, olores, sensaciones, sentimientos, abrazos.