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escutijulieta · 4 years
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El agua pega fuerte. Muy fuerte. Cómo si estuviese saltando en alguno de tus timpanos con una risa cínica.
Es un caudal insistente que no da tregua y sigue saltando en una zona tan sencible que de pronto te aturde.
Es una sensación confusa que roza de muy cerca a la demencia. Porque las gotas solo están golpeando sobre una carpa azul y gris plata en la que te estás refugiando del diluvio.
Torrencialmente caen del cielo el llanto de muchos, la angustia de cientos, la bronca de los estafados, la tristeza de los pobres que se inundan de indiferencia, la furia de los mutilados por alguna injusticias. Lloran muchos y no paran de llorar.
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En el concierto estallan truenos que le partirían el alma a cualquier ser vivo. Resuenan a lo lejos mostrando el rugido de sus ecos dando lugar a un show de miedos macabros. Están copando cada rincón del cielo mostrando el poder de la naturaleza en las sierras chicas de Córdoba.
Como víctimas caen los aflijidos que ya no soportan tanto dolor en el cuerpo. Y así, en una misma noche y en un mismo lugar, la tormenta muestra presencia, enojo y corporalidad.
Mientras tanto, en tu carpa sigue la misma historia y se cuelan algunas gotas que pegan en tu frente como si la concienc hablase recordando tu protagonismo en cada acto de cobardía dentro de un mundo para pocos.
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escutijulieta · 4 years
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Más derechos para las pibas
El 16 de Marzo de 2019 abrió una puerta en la que empezaron a entrar todas las demandas amontonadas, pidiendo ser no solo vistas si no también validadas y respondidas.
Esa puerta jamás pudo cerrarse, porque ahí estaban las pibas, los sueños y las conquistas del movimiento feminista.
Ese día se creo la Liga Profesional de Fútbol Femenino coordinada por AFA y los equipos de Primera A.
Sin embargo, luego de los anuncios gloriosos y promesas inconclusas que quedaron en el limbo discursivo, hubo una gran falencia por parte de los creadores y cabecillas. ¿Mujeres embarazadas? ¿Qué es eso?
En primer instancia ni sé las nombró, por ende no hubo una reglamentación en materia legal de las trabajadoras que quedasen embarazadas. Ajá machito! El patriarcado te ganó otro partido.
Pero bueno.. esa vulneración quedó en el tintero de muches, y "el olvido" duro algunos meses.
Hace unos días AFA comunico la resolución 5717 publicada en el boletín oficial titulada "Régimen de la relación de trabajo de la futbolista profesional", donde se reglamenta y explícitan los derechos de las jugadoras embarazadas.
¿Qué incluye el régimen? "La futbolista conservará su empleo y el club continuará abonándole la misma suma equivalente a la remuneración pactada, hasta la fecha del certificado médico que habilite el reinicio de la actividad, aun en el caso que el contrato se hubiere extinguido" asegura el comunicado.
Además, indica que las jugadoras deberán firmar en la previa de cada partido una declaración de no embarazo.
Por otro lado, una vez presentado el certificado médico con la fecha del embarazo, las jugadoras quedarán excentas de poder entrenar o jugar.
Así mismo, si el certificado médico con el alta es con fecha posterior al vencimiento del contrato, la AFA deberá regular la apertura del mismo y brindarle veinte días hábiles adicionales que permitan la incorporación al club de preferencia.
Por último, en caso de despido sin causa, el club será el responsable de pagarle a la jugadora la indemnización especial, junto a la indemnización por antigüedad, por omisión de preaviso, entre otros conceptos.
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escutijulieta · 5 years
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La escuelita de fútbol femenino de Juniors jugó el primer partido preeliminar de la Liga Cordobesa.
El pasado sábado, las niñas de Juniors pisaron la cancha principal, tiraron al arco, corrieron el andaribel, ocuparon los vestuarios, armaron la charla técnica allí y también salieron por el túnel. Disputaron la identidad deportiva e institucional entendiendo que el derecho les corresponde a todes.
El crecimiento de los espacios de desarrollo para infancias en materia de fútbol es un fenómeno visible que se viene gestando paulatinamente a largo de varias ciudades.
Mientras los grandes clubes de Córdoba deciden implementar el desarrollo de sus escuelitas femeninas, estos procesos también se suscitan en el interior de los barrios populares. Enmarcadas en una amplia variedad de recursos, fuertemente inequitativos y contextos divergentes. Así, en la ciudad podemos reconocer al menos más de 25 escuelitas en funcionamiento.
Si bien cada institución deportiva adquiere una impronta propia en cuanto a objetivos u horizontes, nadie puede negar que en varias oportunidades estos espacios se gestan solo como vidrieras de un tema emergente. Proceso visible que se materializa en negaciones concretas por parte de los clubes: espacios, indumentaria, acompañamiento, involucramiento, promoción de sentimiento de pertenencia, invisibilización de los cuerpos técnicos, precarización laboral, etc.
Tal panorama abre el juego a desarrollar estratégicamente decisiones de visibilización para crear caminos que sean posibilitadores de otros sentidos, que rompan con la indiferencia institucional e impulsen la disputa de espacios y derechos.
Un resultado claro de este proceso es lo que sucedió el pasado sábado por la mañana en el Club General Paz Junior, ubicado en Arenales 529. Institución que cuenta desde el 2018 con escuelita para infancias y juventudes, el cual fue gestado por profes jugadoras de la primera división. El espacio viene creciendo de forma exponencial en cuanto a matrícula, encuentros disputados, entrenamientos y desarrollos. Sin embargo arbitrariamente se les niega el reconocimiento, el espacio, la inclusión, la gestión y las instalaciones (al igual que a la primera división del femenino).
En contrapartida, el compromiso del cuerpo técnico ha vislumbrado formas de quebrantar, poco a poco, ese paquete de impedimentos.
Por lo que las niñas de la escuelita pudieron jugar el primer partido preliminar a la primera división del fútbol femenino de Liga Cordobesa.
Y lo hicieron ahí, en el barrio, en el club, en la cancha grande, a lo grande, en las tribunas y en los vestuarios, en la alegría de los colores y la identidad deportiva. Salieron al césped, todas juntas, y se sacaron la foto estando intercaladas. Traían papeles en sus manos, y al levantarlos las letras formaban un contundente mensaje: otro fútbol es posible. Como eran más jugadoras que carteles disponibles, también organizaron un presente para entregarle a la terna arbitral (compuesta en su totalidad por mujeres).
Del otro lado del alambrado, sobre las tribunas blancas y azules del club Juniors, estaba la familia, alentando y bancando un proceso de reivindicación en contra de las formas absurdas de gestión institucional y deportiva.
Luego de varias gestiones con el órgano de reglamentación (la Liga Cordobesa de Fútbol), el cuerpo técnico logró sentar un precedente histórico. Cabe destacar que el club no estuvo al tanto de la jornada ya que, posiblemente hubiese puesto trabas. Por lo cual, ese mismo día los dirigentes se enteraron y ya todo estaba sucediendo como para encontrar alguna excusa de oposición.
Y la escuelita no solo ganó una conquista significativa para sí, si no que además compartieron el espacio de visibilización con la escuelita de fútbol Arcoiris. Espacio de formación y desarrollo situado en las sierras chicas de Córdoba con sólo un mes de creación.
Así, las pibas viajaron a compartir una jornada de goce y disfrute, de jugar en una cancha profesional, y todas juntas habitaron los privilegios que solo están reservados para los varones.
Son estos sucesos los que nos permiten entender la necesidad de la disputa, la negación de derechos frente a sujetes que dejaron la sumisión en las generaciones anteriores y que hoy son protagonistas de un proceso de transformación social.
Las infancias y las juventudes vienen a marcar un camino distinto. Porque saben, escuchan o les cuentan que las cosas están cambiando, que la lucha se alzó por una profesionalización y que el derecho les corresponde a todes por igual.
El crecimiento de los espacios de desarrollo para infancias en materia de fútbol es un fenómeno visible que se viene gestando paulatinamente a largo de varias ciudades.
Mientras los grandes clubes de Córdoba deciden implementar el desarrollo de sus escuelitas femeninas, estos procesos también se suscitan en el interior de los barrios populares. Enmarcadas en una amplia variedad de recursos, fuertemente inequitativos y contextos divergentes. Así, en la ciudad podemos reconocer al menos más de 25 escuelitas en funcionamiento.
Si bien cada institución deportiva adquiere una impronta propia en cuanto a objetivos u horizontes, nadie puede negar que en varias oportunidades estos espacios se gestan solo como vidrieras de un tema emergente. Proceso visible que se materializa en negaciones concretas por parte de los clubes: espacios, indumentaria, acompañamiento, involucramiento, promoción de sentimiento de pertenencia, invisibilización de los cuerpos técnicos, precarización laboral, etc.
Tal panorama abre el juego a desarrollar estratégicamente decisiones de visibilización para crear caminos que sean posibilitadores de otros sentidos, que rompan con la indiferencia institucional e impulsen la disputa de espacios y derechos.
Un resultado claro de este proceso es lo que sucedió el pasado sábado por la mañana en el Club General Paz Junior, ubicado en Arenales 529. Institución que cuenta desde el 2018 con escuelita para infancias y juventudes, el cual fue gestado por profes jugadoras de la primera división. El espacio viene creciendo de forma exponencial en cuanto a matrícula, encuentros disputados, entrenamientos y desarrollos. Sin embargo arbitrariamente se les niega el reconocimiento, el espacio, la inclusión, la gestión y las instalaciones (al igual que a la primera división del femenino).
En contrapartida, el compromiso del cuerpo técnico ha vislumbrado formas de quebrantar, poco a poco, ese paquete de impedimentos.
Por lo que las niñas de la escuelita pudieron jugar el primer partido preliminar a la primera división del fútbol femenino de Liga Cordobesa.
Y lo hicieron ahí, en el barrio, en el club, en la cancha grande, a lo grande, en las tribunas y en los vestuarios, en la alegría de los colores y la identidad deportiva. Salieron al césped, todas juntas, y se sacaron la foto estando intercaladas. Traían papeles en sus manos, y al levantarlos las letras formaban un contundente mensaje: otro fútbol es posible. Como eran más jugadoras que carteles disponibles, también organizaron un presente para entregarle a la terna arbitral (compuesta en su totalidad por mujeres).
Del otro lado del alambrado, sobre las tribunas blancas y azules del club Juniors, estaba la familia, alentando y bancando un proceso de reivindicación en contra de las formas absurdas de gestión institucional y deportiva.
Luego de varias gestiones con el órgano de reglamentación (la Liga Cordobesa de Fútbol), el cuerpo técnico logró sentar un precedente histórico. Cabe destacar que el club no estuvo al tanto de la jornada ya que, posiblemente hubiese puesto trabas. Por lo cual, ese mismo día los dirigentes se enteraron y ya todo estaba sucediendo como para encontrar alguna excusa de oposición.
Y la escuelita no solo ganó una conquista significativa para sí, si no que además compartieron el espacio de visibilización con la escuelita de fútbol Arcoiris. Espacio de formación y desarrollo situado en las sierras chicas de Córdoba con sólo un mes de creación.
Así, las pibas viajaron a compartir una jornada de goce y disfrute, de jugar en una cancha profesional, y todas juntas habitaron los privilegios que solo están reservados para los varones.
Son estos sucesos los que nos permiten entender la necesidad de la disputa, la negación de derechos frente a sujetes que dejaron la sumisión en las generaciones anteriores y que hoy son protagonistas de un proceso de transformación social.
Las infancias y las juventudes vienen a marcar un camino distinto. Porque saben, escuchan o les cuentan que las cosas están cambiando, que la lucha se alzó por una profesionalización y que el derecho les corresponde a todes por igual.
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escutijulieta · 5 years
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9 de enero de 2019
Decidiste finalizar una comunicación inconclusa. Me rebalsa la boca y el corazón de palabras.Que feo es querer hablar y no poder hacerlo! Estoy aturdida de conversar conmigo misma. La distancia es aguda, cada día más. Cuesta desandar conflictos solo con un celular en la mano. Tecnología, que mediocre sos!Mientras mis tetas apuntan a un hecho de chapa, cierro los ojos e imagino el único momento que deseo en el plano de la realidad: verte, vernos, verme. Esfuerzo los párpados para que no se cierren. Tal vez por arte de magia llega tu mensaje, llega con amor, cae pesado de cariño, liviano de compresión, suave de abrazos. Cae en la imaginación pero no en la pantalla. Tecnología, que mediocre sos! Comienzo a dormitar, no puedo resistir el cansancio en el cuerpo y la tristeza en la piel. Solo nosotras podria despegarme de esta superficie que me encuentra a mal traer. Nosotras, lo todo bien en este mundo.
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escutijulieta · 5 years
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El fútbol feminista escribe la historia
De pronto una mañana, con la historia fresca sobre los hombros, te despertas y le mandas un mensaje a tus conocides: feliz día!
Entonces entendés que el presente es algo que construimos entre todes, todo el tiempo.
Un 21 de Agosto de 1971 en el estadio Azteca, las pioneras del fútbol argentino arrebataban un triunfo agónico frente a los ojos de todes. Fue un 4-1 frente a Inglaterra que representó la lucha contra toda materialización de la invisibilidad.
Viajaron sin botines, ni entrenador, ni un plantel completo, ni camiseta oficial (llevaron una cedida por un gremio del país). Y nada de eso las hizo pequeñas porque ni la más cruel vulnerabilidad de sus derechos apasiguó la pasión y el amor por la redonda, por el equipo, por las compañeras.
Entonces la historia empezó a contarse poco a poco. Y sus protagonistas salieron de las calles, de los barrios y de las canchas para darle vida a emociones que guardaron durante años al fondo del patio. Vivencias que construyeron sus subjetividades, identidades y placeres.
Paso mucho entre aquel tiempo y este. Los medios miraron para otro lado y lo siguen haciendo. Ni hablar de los espacios de poder y toma de decisiones. Pero les actores sociales se fundieron en un abrazo de un gol que escarba entre los dientes y busca más historias, más protragonistas, más negadas del machismo.
Y mientras tanto, les pibis te copan una plaza o una tribuna o cualquier espacio público y te plantan un grito de furia disidente.
Hoy podemos hablar de fútbol feminista, y reconocernos como militantes de una causa que nos infla de emoción porque el coraje de las pioneras lo hizo todo posible.
Podemos nombrarnos como sujetes de derecho en un espacio pensado históricamente por hombres porque estamos soñando con los derechos en las manos. Y les que dicen que el fútbol no es para pibis, que lo expliquen bien porque nada de eso es cierto.
Estamos usurpandote la canchita macho!
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escutijulieta · 5 years
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El otro lado del clásico femenino en Córdoba
El finde semana pasado se jugó el clásico cordobés del fútbol femenino de primera división.
En el predio Amadeo Nuccetelli, Belgrano y Talleres disputaron un partido a pura energía, pasión y hambre por los tres puntos.
Una vez más, el femenino en Córdoba demostró que tanto en la cancha como en las tribunas las lógicas expresivas están cambiando.
Días previos al encuentro, el Encuentro de Mujeres Albiazules (EMA) se encargó de difundir en sus canales digitales un protocolo de aguante saludable. Un aguante respetuoso y contrario a todas las secuencias discriminatorias del lenguaje.
Hinchar por un equipo desde el nuevo paradigma es aferrarse a las diversidades que lo constituyen y transpirar cada situación de peligro. Es morderse los labios sin violentar a les rivales mientras las gargantas agitan. Es entender que los orígenes culturales nada tienen que ver con los antagonismos y las agresividades.
Porque a eso nos lo enseñaron, lo vimos en la pantalla grande, lo imitan las infancias y lo resignifican las juventudes.
Luego de dos tiempos intensos, jugadas de riesgo y lujos en cada una de las áreas, el partido finalizo con victoria para las piratas por 3-1.
Paralelamente, el partido se emitía por vivo en un canal de YouTube. Y los machos coparon el chat pero no la tribuna. Se sentaron en la comodidad de una conexión a internet y bajo la figura del anonimato mostraron una vez más la reticencia a un fútbol distinto.
Y los machos se ofendian unos a otros retomando resultados de antaño que, a simple vista, eran un fusil directo a la moral.
Pero las pibas seguían impulsando la redonda de punta a punta sintiendo el fervor de les que estaban del otro lado del alambrado.
Porque hay un movimiento de transformación que entiende nuevas formas de concebir las rivalidades, las hinchadas, las canciones y los afectos a las instituciones deportivas.
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escutijulieta · 5 years
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Los medios y sus hábitos repugnantes
Los Juegos Panamericanos empezaron hace ya unos días. La tele y los diarios muestran el desarrollo de decenas de competiciones. Desfilan resultados, que luego decantan en supersticiones por adquirir una medalla. También se muestran los fracasos deportivos, y las vidas estrellas.
Mientras tanto, el movimiento feminista futbolero en Argentina está comiéndose las uñas cada vez que las pibas jugan.
La TV pública asume su responsabilidad (por ley) de transmitir los eventos por la pantalla grande ya que son "reconocidos" como contenido de interés social.
Pero en el afán de comunicar las masculinidades primordiales, como tradicionalmente ha sido, las pibas la seguimos pasando mal.
Queremos verla a Mariana convertir de tiro libre, queremos abrazarnos de alegría cuando Aldana despeja todo peligro. Queremos empujar junto a Vanina cada pelota que sopla nuestro arco. Y, entre medio, los canales cortan la emisión y ponen básquet, si, básquet. Básquet 3 vs 3 o básquet 6 vs 6. O cualquier otra disciplina que coincida en el tiempo.
Y las pibas seguimos pagando los costos más elevados. Y estamos hartas.
Queremos verla a Yamila correr por el andaribel y hacer piruetas con su cuerpo. Queremos mirar las expresiones de Yael cuando tiene el panorama de frente para definir pero prefiere compartir el sacrificio con otra compañera. Queremos rechinar los dientes cuando Agustina sale a cortar con lo justo y lo necesario.
Entonces la emisión sigue pausada, invisibilizada, negada, oculta. Y nos duele tanto que estamos furiosas.
Queremos verla a Mariana convertir de tiro libre, queremos abrazarnos de alegría cuando Aldana despeja todo peligro. Queremos empujar junto a Vanina cada pelota que sopla nuestro arco. Y, entre medio, los canales cortan la emisión y ponen básquet, si, básquet. Básquet 3 vs 3 o básquet 6 vs 6. O cualquier otra disciplina que coincida en el tiempo.
Y las pibas seguimos pagando los costos más elevados. Y estamos hartas.
Queremos verla a Yamila correr por el andaribel y hacer piruetas con su cuerpo. Queremos mirar las expresiones de Yael cuando tiene el panorama de frente para definir pero prefiere compartir el sacrificio con otra compañera. Queremos rechinar los dientes cuando Agustina sale a cortar con lo justo y lo necesario.
Entonces la emisión sigue pausada, invisibilizada, negada, oculta. Y nos duele tanto que estamos furiosas.
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escutijulieta · 5 years
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Momentos del corazón
La canchita, el barrio, las pibas. Un encuentro fabuloso mientras la redonda va y viene por los andaribeles que marcan los límites de cal.
Se dividen las pecheras, esas que acumulan transpiración de otres y entonces adquieren un olor que ningún jabón de lavar podría absorber.
Elijen los tres palos que cada equipo defenderá y se lanzan a correr, con más pasión y amor que habilidades técnicas.
Porque las pibas están habitando un espacio que históricamente fue pensando por y para hombres y se le paran al patriarcado con los botines puestos. Y eso les llena el pecho de orgullo y convicción de que otro fútbol es posible.
Sale del arco, juega con la defensa. Sobra la confianza en una jugada donde los reproches no pudieron llegar.
Ella recibe de espaldas al arco contrario y la pisa. Acomoda su cuerpo mientras siente la presión de la marca. Levanta la mirada, da el pase en la misma línea y el ataque se embarca por el lateral izquierdo.
Todas corren detrás de una emoción que no se desangra por marcar un gol. Porque el máximo placer de aquella tarde rojiza en el medio de la ciudad de Córdoba fue encontrarse en el tiempo del empoderamiento.
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escutijulieta · 5 years
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Vuelo directo al profesionalismo
Dulce Tortolo, ex arquera del plantel femenino del Club Atlético Belgrano, fue convocada para defender los tres palos Boca Juniors. Hace unos días, arribó a Buenos Aires con sus botines al hombro y un bolso lleno de emociones.
De jugar en la Liga Cordobesa de Fútbol, asumida como plenamente amateur por su presidente, a disputar la Primera División del femenino de AFA. Este salto significativo excede lo meramente deportivo en su carrera profesional. Dulce tiene un rol protagónico en la cancha escasamente visible y valorado. Mucho se habla de la preocupación que la defensa tiene por derribar posibles invasiones. O del medio campo, un sistema cuasi perfecto que sostiene el engranaje de contención y junto al ataque avanzan para inflar la red. “A mi puesto lo definiría como la base del equipo” dice. Y refuerza así la hipotesis de que desde el arco se tiene una vista panorámica y organizativa de todo el equipo. Es consciente, también, de que el puesto de arquera representa un paquete de responsabilidades significativas. “Nadie se acuerda cuando un volante o un delantero pierde la pelota” pero sí recuerdan el nombre de quien recibe los goles. Además, ella es una jugadora que redobla la apuesta y desafía la adrenalina de los penales desde el otro frente. “Me encanta patear penales, principalmente el primer penal” aclara. Indagar sobre sus vivencias experimentadas debajo de los tres palos abrió un sinfín de emociones y reflexiones. En el arco es importante tener actitud, personalidad y nunca bajar los brazos. Hay que saber gambetear las adversidades y desarrollar aptitudes que permitan mantener un equilibrio, más que nada cuando el resto del equipo cuestiona las deciones que devienen en un gol en contra. Dulce no nació sabiendo que quería ser arquera ni copó siempre el mismo lugar en la cancha. Juega al fútbol desde chica, desde la infancia. Ocupó el puesto de defensora y también de volante por fuera. Llegó convocada a AFA en 2013 y allí le ofrecieron comenzar a desarrollar sus habilidades con los guantes puestos.
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Su base formativa como deportista del fútbol radica en Belgrano. “Es un club que te da todo para que triunfes” dice con certeza y orgullo. En el tránsito de defender estos colores, entendió que “podía dar más” de sí misma y que no dependía de una voluntad externa. Extraña mucho a sus perros, reitera mientras retoma el hilo conductor.   Una de sus certezas mas firmes se asocia al grado de exigencia que se requiere para aumentar la profesionalidad como trabajadora del deporte. “Creo que es necesario mi paso por Buenos Aires para poder tener un roce más exigente en mi formación” afirma convencida. Sin embargo, esta decisión fue un proceso difícil de encarar. Porque detrás de sus objetivos y sueños enmarcados en el fútbol, hay una familia, hay amigos, están sus perros, sus orígenes. Todo esto quedó estático en Córdoba. Hoy Dulce vive a dos cuadras de la Bombonera, junto a Yamila Rodríguez y Micaela Cabrera, ambas jugadoras del plantel femenino de Boca. Allí, la recibieron de la mejor manera y se siente muy conforme con todo lo que el mundo azulgrana le ofrece. Esto, funciona como de gran colchón para amortiguar las emociones que representa el desapego de los afectos. “Es muy lindo que valoren tu trabajo y que tu única preocupación sea entrenar” reconoce.
En relación al contexto emergente de un fútbol femenino profesional (que por el momento sólo alcanza a la Primera División de AFA) Dulce reconoce que hay derechos por garantizar y deberes que cumplir. “El esfuerzo, el sacrificio, el estudiar, trabajar y entrenar para poder llegar a un club es un camino muy difícil” reflexiona.
Hoy, está a días de firmar su primer contrato profesional y convertirse así en la única jugadora cordobesa que pondrá el gancho para entrar formalmente a un proceso de equidad que ya nadie puede negar. “Hay que ser capaz de luchar contra la sociedad, contra lo que la gente dice, y seguir avanzando por lo que cada persona quiere” concluye. 
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escutijulieta · 5 years
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Las pibas del interior también sueñan con AFA
La participación del seleccionado femenino en Francia 2019 abrió el escenario a repensar sobre las posibilidades reales que las jugadoras del interior tienen de ser convocadas por AFA.
De las 23 jugadoras que conformaron el plantel mundialista, sólo tres juegan en equipos del interior y una de ellas está actualmente como condición libre. Así, es notable considerar que la visibilización y valoración de las jugadoras del interior está sumamente fragmentada respecto de las que juegan en Buenos Aires.
Es oportuno recordar que el anuncio de un fútbol profesional emitido por AFA sólo incluye en su abanico de reconocimientos a los clubes que conforman la Primera A. Es decir, todos pertenecientes a la capital del país.
Sin embargo, la necesidad de un fútbol federal es inminente dentro de este contexto. Ya que en pos de fomentar el desarrollo de la disciplina, las jugadoras del interior deben ocupar el mismo protagonismo y ser receptora de similares oportunidades que aquellas que juegan en Buenos Aires.
En este sentido es que festejamos la noticia que arribó a Córdoba hace unos días. Dos jugadoras de la Liga Cordobesa de Fútbol fueron convocadas para el seleccionado sub 20 de Carlos Borello. Ellas son Catalina Primo, jugadora del Club Atlético Talleres y Milagros Mina, jugadora del Club Atlético Instituto Central Córdoba.
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No es la primera vez que desde AFA levantan la mano para que Catalina se sume a las filas del seleccionado. En 2018 jugó el Sudamericano sub 20 en Ecuador. Allí, las pibas no pudieron clasificar a cuartos de final, quedando apagadas sus ilusiones en la primera vuelta.
Pero la convocatoria no cayó del cielo. Su esfuerzo fue sumamente extenso para llegar a vestir la celeste y blanca por primera vez. Tuvo que afrontar dos días de pruebas en Río Cuarto en septiembre de 2017.
Luego de esas jornadas determinantes, fue convocada para comenzar a entrenar en los predios de Ezeiza. Así, en noviembre de ese año participó de la gira en Paraguay donde las pibas perdieron sus dos primeros encuentros. Recuerda claramente los resultados. “Fue 5-3 el primero y 2-1 el segundo” dice Catalina.
El proceso de entrenamiento continuó de forma prolongada y sus días se desarrollaban lejos de sus afectos. “Viajaba algunos fines de semana a Córdoba para visitar a mi familia” recuerda.
Para las pibas del interior el esfuerzo por llegar a jugar en la selección tiene múltiples efectos y connotaciones. No sólo deben desarrollar herramientas para lograr la visibilización de sus habilidades si no que, además, cuando son convocadas, emprenden instancias de entrenamiento y formación en la lejanía de sus cotidianeidades.
Posteriormente, llegó el Sudamericano y luego los juegos Odesur que se jugaron en Bolivia, donde no fue citada.
“Me tomé muy sorpresivamente esta convocatoria, porque hubo un torneo donde no fui convocada, y esto me pone muy contenta” afirma. Dicen que el tren pasa solo una vez, pero ella entiende que en su carrera está siendo protagonista de una segunda oportunidad. “Seguramente sea gracias al esfuerzo y la perseverancia” dice Catalina.
De las 26 convocadas por Borrello, sólo serán seleccionadas 23 jugadoras para el próximo torneo. En este sentido, ella es consciente de la importancia de demostrar su potencial, sus ganas y sus habilidades con la redonda desde el primer momento que vuelva a pisar las instalaciones de AFA.
Ser una de las dos jugadoras convocadas de Córdoba representa conformar una “hiper minoría” ya que la balanza inclina su peso hacia jugadoras de capital. En este sentido, Catalina entiende que esta inequidad existe porque se desconocen en gran parte los procesos formativos de las jugadoras del interior.
“Es importante que se pueda ver que estamos a la misma altura porque se trabaja de igual manera independientemente de que nuestros esfuerzos sean invisibilizados” concluye.
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escutijulieta · 5 years
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El día que Somos Nosotras conoció a una jugadora profesional
Al lado del anillo de circunvalación en dirección este de la ciudad de Córdoba se encuentra el ex centro clandestino Campo de la Ribera. En la actualidad es un espacio resignificado por el Ministerio de Justicia de la provincia de Córdoba.
Entre medio de las clases populares que habían el territorio, nació la escuelita Somos Nosotras. Formada por las infancias y juventudes del barrio autopercibidas como mujeres.
Junto a la organización feminista Abriendo la cancha en articulación con el sitio, sábado tras sábado las pibas se encuentran a patear la pelota, adquirir técnicas de juego y fundamentalmente a desarrollar nuevos dispositivos para relacionarse entre ellas y con el mundo que habitan día a día.
El fútbol en La Ribera es una excusa perfecta para tejer una red desde la perspectiva de derechos y así promover el desarrollo de una disciplina deportiva en la que es urgente que la mujeres tomen protagonismo.
Días atrás, las niñas y jóvenes recibieron la visita inesperada de Amancay Urbani.
Amancay es ex jugadora del Club Atlético Belgrano y actualmente se desempeña como profesional del fútbol en el exterior. Además, formó parte de múltiples convocatorias en el seleccionado femenino de AFA.
Frente al asombro de percibir su presencia física, las pibas se avasallaron a destruir sus propias incertidumbres y tomaron la postura de una conciencia participativa. Preguntaron, rieron, soñaron e indagaron sobre sus experiencias y la forma de construir el camino para subirse al barco de las trabajadoras del deporte. Se sacaron fotos y estiraron sus remeras para que Amancay desparrame tinta en algún espacio de las telas.
Fuera de las leyes de las masculinidades y las idolatrías asociadas a jugadores, hay un mundo de nuevas representaciones.
Las pibas empiezan a tener referentas con quienes sentirse identificadas y la transformación simbólica se torna inminente.
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escutijulieta · 5 years
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Ver el mundial en el trabajo
La selección se jugaba su segundo encuentro de la primer fase. Desde hace tiempo sabía que el trabajo copaba el mismo horario de la transmisión. Busque las mil formas para disfrutarlo: giré la pantalla para que la cámara df la oficina no me capte, baje el volumen, pedí a los compañeras que me anticipen la llegada de la jefa.
Me emocioné sin poder gritar ni saltar, tampoco abrazarme con las compañeras de lucha. A pesar de eso, las tuve dentro mío en cada segundo del partido. Recordé sus rostros y sus voces. Entendí que también el porqué de mí desencantamiento del fútbol de varones.
Ver el partido en el trabajo fue una odisea divertida y energizante. Esconderme para acceder a eso tan deseado: ver a las pibas que están en Francia dando cátedra por la lucha de nuestros derechos.
Mientras, diseñaba una placa gráfica para anticiparle a la comunidad de la institución que se avecina la Copa América 2019. Si. La de los varones. La que se juega en Brasil creo.
Impotencia junto a orgullo, dos de las emociones más sentidas hoy.
Aguanten las pibas!
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escutijulieta · 5 years
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El mundial y la brecha de las que quedaron en el camino
Cuántas pibas habrán pasado por el seleccionado argentino de fútbol femenino?
Cuántas de ellas habrán soñado con jugar un mundial? Cuántas no entenderán jamás el motivo por el que no han vuelto a ser convocadas? Cuántas serán las que amanecieron con el sol de los predios de AFA? Cuántas son las que llegaron curtidas por un recorrido asqueado de machismos? Cuántas. Quienes. Donde estan. Cómo son sus rostros. Sus manos. Sus voces. Sus botines.
En Argentina las pibas que juegan no viven del fútbol, viven del calor de la pelota. De la relación milímetrica entre ella, y ella. De ese no sé qué que el resto mundo entiende solo cuando se trata de varones.
Hoy, mientras prenden la tele o la radio, ven a 23 guerreras que llegaron a la cima. Están en Francia defendiendo la lucha por la necesidad de un fútbol profesional.
Quedaron muchas historias de este lado del charco. Historias que prenden la mecha y reviven al ver por la pantalla grande la existencia de decisiones políticas que bancan, realmente bancan, condiciones deportivas dignas.
Entonces se enciende la luz de aquellos días dolorosos. Cuando pasaron una y otra vez por la cancha principal del club de turno y sus accesos estaban llenos de candados.
Comúnmente las pibas en Argentina juegan en canchas auxiliares, prestadas o alquiladas. Son ajenas y extrañas al privilegio de transpirar dentro de esa porción de tierra.
Así es que cuando corajudamente las dirigencias deciden de forma inusual ofrecerles el espacio, montan un show mediático que les pula la chapa: se muestran como instituciones interesadas en la equidad.
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Esta es la historia anónima de una piba que jugó al lado de la capitana de nuestra selección. También inflo el arco en giras internacionales. Gambeteo a más de una con su juego bonito. Se abrazo decena de veces junto a sus compañeras llevando el logo de AFA en el pecho.
La experiencia en la selección femenina le dejo cicatrices para entender el mundo, su mundo: la propia identidad como jugadora de fútbol.
Cuenta que esos años sirvieron para dimensionar que esta disciplina no puede progresar sin el apoyo de las dirigencias. Y que para ello, hay que insistir visibilizando la negación de los derechos vulnerados.
Ella sabe que la mano viene dura en Argentina. Que acá las pibas no pueden vivir como trabajadoras de este deporte. Por lo que necesariamente cargan sus rutinas de otras obligaciones sosteniendo un ritmo de vida acelerado: trabajar de forma remunerada junto a un trabajo deportivo precarizado.
Grita encubierta porque hay manejos que prefiere no desafiar. Porque la inequidad se ve en procesos amplios y palpables pero también adquiere formas encubiertas que se esconden de la luz. Las pibas pagan costos muy caros cuando expresan sus verdades con nombre y apellido.
Por lo pronto, ella quiere que las escuchen. Que las vean. Porque están acá y están movilizadas. Necesitan que se les reconozca el mismo merecimiento de los varones de jugar en la cancha principal entre una infinidad de cosas.
Ella levanta el tubo y tira un mensaje concreto: las dirigencias y los clubes deben interpretar genuinamente el avance de un proceso que ya nadie puede frenar en Argentina.
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escutijulieta · 5 years
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Una revolución a la educación machista
En el 2012 se fundó el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis. Una institución revolucionaria que nace con el objetivo de contrarrestar la expulsión y discriminación que la escuela tradicional ha ejercido históricamente hacia las personas Trans, Travestis, Transexuales y Transgénero. ¿Su orientación? Diversidad de género, diversidad sexual y diversidad cultural.  
En el año 2016, mas de 130 estudiantes formaban parte del proceso de escolarización del Mocha. Se trata de una escuela secundaria pública y gratuita ubicada en el barrio de Chacharita, Buenos Aires.
Cuenta con un plan de estudios de tres años, en donde los y las egresadas obtienen el título oficial de "Bachiller Perito Auxiliar en Desarrollo de las Comunidades". Además, dispone de la articulación necesaria para todas aquellas personas que precisen finalizar sus estudios primarios.
Con la figura icónica a la cabeza de Sarmiento travestido, luciendo una peluca rubia, labios rosas y pómulos repletos de rubor, el Mocha discute la representación simbólica de las personas trans en el ámbito educativo. Así, instaura un nuevo sentido transformador en la conciencia social.
Retoman la figura de Sarmiento con la memoria implícita en sus esfuerzos orientados por anudar la imposición de una cultura homogeneizada en manos de la modernidad.
Así, Domingo Faustino Sarmiento, en su obra Educación Popular del año 1849 aseguraba que las naciones debían prepararse para hacer uso de los derechos que ya no le pertenecen a tal o cual clase, si no simplemente a la condición de persona.
¿Podría alguien discutir que el Mocha levanta esa y otras tantas banderas con hambre de derechos y libertades? Seguramente no, aunque a más de uno o una le parezca descabellante la creación de una escuela para la comunidad trans. Sin embargo, la institución resiste a toda opinión machista y clasista con una red de fundamentos que, materializados en la praxis cotidiana institucional, reivindican una batalla histórica del acceso a la educación.
¿Ahora bien, por qué el bachillerato lleva ese nombre? ¿En honor a quién? La Mocha Celis era una mujer trans tucumana. Que como tantas otras trans víctimas de una coyuntura económica y social insostenible, tuvo que trasladar sus sueños, su cuerpo y sus miedos a la gran ciudad de buenos aires. Trabajaba en la zona de Flores y allí, se desenvolvió una historia de represión policial incesante. El sargento Álvarez, perteneciente a la comisaria 50 de Flores, se obsesionó con ella y desarrolló un dispositivo de acoso y violencia constante.
“Un día estaba la Mocha en la calle, ella era un semáforo: divina, morocha, con vestido rojo y cartera dorada, y nosotros nos escondimos debajo de un auto porque queríamos ver qué es lo que el tipo le decía y cómo se defendía Mocha. El tipo ese día no la lleva detenida, pero le grita antes de irse: “¡Ya vas a ver, puto de mierda, vos vas a terminar con tres tiros!”. Y eso lo escuchamos varias” (Lohana Berkins. “Por qué la escuela se llama Mocha Celis”. Página 12, 18 de noviembre de 2011).
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Mocha no sabía leer ni escribir. “Cuando llegábamos a las comisarías detenidas, ella siempre me pedía a mí que le leyera” (Lohana Berkins).
Un día la Mocha desapareció. La buscaron por cada rincón de la zona. Apareció asesinada en el hospital Penna.
En honor a su crudo devenir en una sociedad argentina colmada hasta el hartazgo de discriminación, violencia y negación de derechos para con el colectivo trans, el bachillerato adoptó su nombre abriendo la pelea de una necesidad imperante: la existencia de una educación con perspectiva de género.
¿Querés escuchar las voces de los protagonistas? ¿Conocer sus rostros, sus historias, sus futuros condicionados, y sus sueños? ¿Te imaginas sus pieles y sus cicatrices? Buscá en el mar de la red digital el documental “Mocha”, filmado por sus estudiantes, docentes y en compañía de su director. 
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escutijulieta · 5 years
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Personaje 2
Entre la masa de jóvenes se difumina una presencia alteradora.
Será por su camisa floreada color verde musgo entremezclado con un rosa pálido cual rostro famélico.
Usa anteojos de marco negro y grosor significativo. Sobre ellos apoya la mano izquierda mientras piensa todo aquello que la derecha plasma en una hoja imposible de ver.
Escatima las miradas fijas hacia el pizarrón como si algo sucediese en el plano de la mirada angular con perdpectiva descendente.
Se torna familiar la composición de los elementos en su rostro: faccion angustiante entre la mixtura de la naturalidad que emana su avaricia al sonreír.
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escutijulieta · 5 years
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El amor político
Aquella mañana postergamos el despertador entre dos o tres veces, como de costumbre.
Se nos hizo carne el hábito de programar algunos minutos de fiaca porque decidimos resistirnos a saltar de la cama al primer ringtone perturbador del día.
El living estaba frío pese a la presencia de luz natural que pegaba en el balcón.
Sobre los platos sucios lucia un desfile de moscas que no atravesaban los límites del olfato en la comida.
Entonces, antes que nada, puse el agua en la pava. Primero enjuagar el mate y después lavarse los dientes. Una vez garantizado ese momento, me digne a visitarte.
Seguías desparramada en la cama. Con una tos que hace días te invadió y aún no logramos erradicar, pese a los consejos de la medicina formal provistos por tu mamá.
Mí escena no presento variantes ni alteraciones vibrantes, aunque cuanto me hubiese gustado! De casa al trabajo, del trabajo a casa.
Mientras se colaba una ola de frío por los pantalones cortos que ese día vestí, recibí tu mensaje. Ya era de noche.
Preferías que fuera a la facultad donde estudias, militas y transitas la juventud después de cenar. Ibas a estar ocupada, escrutando los votos de la mesa que te fue asignada.
Aún no termino de comprender cual fue la modificación electoral que caracterizó las elecciones de ese día, pero se que algo había cambiado en la forma de elegir democráticamente los representantes de la Universidad Nacional de Córdoba.
Recuerdo que me pediste que te llevase una gaseosa. Sin embargo cuando nos encontramos ya estaba tibia. Igual me agradeciste y la disfrutaste.
La jornada se hizo larga y pesada encima de tus hombros y bajo tus pequeños pies.
Por suerte habías llevado abrigo y papel higiénico suficiente para expulsar sin pausa toda la flema que producía tu cuerpo.
Pasaste junto a otras personas por mí lado, y ahí fue cuando entendí que habían perdido el centro de estudiantes. Bastó con un guiño cabizbajo de tu boca para expresarme con solo un gesto los resultados que se avecinaban.
Esa noche solo fui un cuerpo deambulante detrás de tu sombra.
Te vi llorar de impotencia mientras se colaban por tu piel la ideologías de vida que te llevaron a militar en ese espacio político.
Pensabas en voz alta analizando el panorama y la razón de por qué los votos resultaron tan desproporcionados.
En la grupalidad, gritaron por una universidad libre, gratuíta, y feminista. Una universidad transformadora de la realidad que levantase las banderas de la justicia social.
Esperaron juntos el momento donde se materializaba el fin de un ciclo: firmar las actas y pactar las fechas para la transferencia de los espacios.
Mientras eso sucedía, mí cuerpo comenzaba a sentir las secuelas del cansancio. Decidí caminar para que la espera sea liviana.
Entonces, comencé a leer todas los flyers pegados en los espacios dispuestos para difundir actividades. Claramente poco comprendí de las propuestas formativas, pero fue una linda resolución de digerir el tiempo. Así, entre el caminar, el observar las aulas cerradas y oscuras, y seguir leyendo todo lo que con lenguaje escrito cruzaban mis ojos, me encontré con la boleta con la cual ese día se votaba.
Fue en ese momento en que mí corazón pego un temblor interno, replicando adrenalina en cada esquina de las extremidades.
Estaba tu nombre. Tu nombre y tu apellido rodeado de otros. Otras identidades. Otras personas. Otros.
Los cuales se tornaron borrosos por un momento. Mí mirada enfocó la visión en la porción de esa lista que ocupaban tus iniciales.
Esa noche entendí con mayor claridad quien sos en el mundo y que viniste a disputar.
Logré, observando tu forma de transitar aquella derrota que desmoró tu sensibilidad por tan solo un momento, dimensionar la inmensidad significativa que conforma tu identidad.
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escutijulieta · 5 years
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Las jugadoras no sólo juegan, también luchan, sienten y sueñan
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La pelota rueda en Córdoba de la mano de los 29 equipos que conforman el torneo reclasificatorio de fútbol femenino. Las cuatro zonas vienen palo a palo, en donde ya se perfilan algunos equipos fieles aspirantes a conformar la Primera A. A medida que pasan las fechas, se comprueba una de las hipótesis mas discutidas: la diferencia de recursos recae en una diferencia deportiva. Los equipos sostenidos por presupuesto, cuerpo técnico, espacios de entrenamiento y decisiones políticas e institucionales son quienes obtienen mejores resultados en cada cotejo. Así mismo, todos los planteles son protagonistas de la instancia de cambio que los atraviesa. La Liga Cordobesa de Fútbol decretó para el 2019 una nueva forma de organizar la competición. Se destaca la independencia deportiva respecto al masculino e inferiores, incorporación de terna arbitral completa, autogestión económica y un carácter no obligatorio en la presentación de un equipo femenino para los clubes. Dentro de un contexto donde las instituciones deportivas junto a la Liga Cordobesa de Fútbol son quienes deciden el devenir de la disciplina en Córdoba, las jugadoras no sólo juegan y entrenan, también hablan, sienten, sueñan y expresan las relaciones entre sus experiencias de vida y el presente del fútbol femenino. En este sentido, Romina, jugadora de Defensores Central Córdoba, compartió emociones grupales y también se animó a dar testimonio desde lo individual. Remarcó lo emocionante que fue para ellas jugar el primer partido de la liga. Ya que es la primera vez que el club presenta un plantel femenino en la competición. “Era nuestro debut, nuestro primer partido en la liga, para todas es un mundo nuevo” afirmó. Cuando fue consultada por las sensaciones del nuevo reglamento consideró que la la actual modalidad “es muy buena” ya que ahora estarán en Primera A o Primera B en función de los resultados de ellas, y no condicionadas por el rendimiento del masculino como era previamente. Defensores Central de Córdoba compone la zona “D” junto a otros 7 equipos. Cada fecha, concurren al estadio que la Liga define y allí se disputan los 4 partidos juntos. “Te llevas tú termo o tú coca y te podes quedar todo el día a ver la jornada de fútbol” reflexionaba Romina. Por lo cual, las formas de visibilización se amplían. “Queremos dar lo mejor para acompañar este nuevo comienzo del fútbol femenino” concluyó. Otra de las protagonistas que puso en palabras sus sentires es Antonela, jugadora del club Las Palmas, equipo que forma parte de la Zona “C”. Al iniciar su relato, se emocionó. Recuerda cuando de niña jugaba a la pelota con los varones del barrio, y que, cada tanto, tenía que escaparse de su casa para poder hacerlo. “Antes si eras mujer y jugabas al fútbol, eso era mal visto”. Haciendo una línea temporal de aquella parte al presente, entiende que todos los avances y progresos conforman procesos significantes y valiosos. “Antes las voces no se escuchaban, ahora sí”.  Para ella, algo muy trascendente y potente fueron la seguidilla de reclamos que la selección argentina de fútbol femenino organizó frente a AFA, exigiendo condiciones dignas tanto deportivas como laborales. Que ahora existan múltiples posibilidades de jugar en diversos territorios es una conquista que se dio “gracias a otras mujeres”, aseguró Antonela. Anclando su perspectiva al nuevo torneo en córdoba, afirmó que las jugadoras ahora se sienten mas seguras porque hay terna arbitral completa. “Ahora nos sentimos mas igual a los varones”. También, remarcó la positividad de compartir una jornada completa con varios equipos, conocerse, registrarse y respetarse. En otra parte de la cancha se ubica Débora, jugadora del Club Atlético General Paz Juniors. Para ella, las cosas vienen de mal en peor. La no obligatoriedad del fútbol es un nuevo retroceso que decanta en la necesidad de acoplar esfuerzos para que el femenino no desaparezca. “Nos van soltando la mano. Es una lucha constante. Para seguir existiendo hay que pagar por todo ahora” se lamentó.  En este sentido, toca un tema sensible y latente: el déficit económico. “Al no ser obligatorio muchos clubes ya no asumen los costos”. Entonces, surge otro fantasma. El femenino no es un deporte convocante en nuestra ciudad. Por ende, no logra sustentarse en su totalidad de la venta de entradas. Así, es que cada plantel debe reajustar los aportes e idear formas para abonar el déficit que cada jornada deja como huella. Sin embargo, Débora está segura, convencida y decidida. “Nos estamos organizando. Retrocedimos mucho con esta modalidad, pero vamos a seguir pechando para no desaparecer” afirma. “Vinimos para quedarnos.  Queremos nuevamente la reserva en los equipos, que los clubes apoyen y presten la cancha para jugar de local y que las autoridades nos escuchen, nos vean, nos brinden un espacio para entrenar”. Detrás de la vieja terminal de ómnibus de la ciudad de Córdoba y en dirección sureste se encuentra el histórico barrio Villa El Libertador. Allí, el Atlético M.E.D.E.A Club tiene su sede. Tamara es jugadora de la institución y hace una lectura contextualizada del presente del femenino. “En lo personal creo que es una prueba piloto que le vamos a tener que tener paciencia” indicó en consideración al nuevo torneo. Anhela que, luego de la etapa reclasificatoria, se lleve a cabo un balance para aplicar las medidas más oportunas en la disciplina. También, en concordancia con el testimonio del resto de las jugadoras consultadas, remarcó la importancia de ser independientes del fútbol masculino. Sin embargo, para ella, la no obligatoriedad es un aspecto negativo que devino de una medida errónea llevada a cabo por conjunto de jugadoras. Luego de ese momento, “la liga decidió lo mas fácil” indica Tamara. En este sentido, refiere a la presentación de un petitorio de demandas que se le entregó a la Liga. El cual exigía igualdad de condiciones respeto a los varones en aspectos básicos: indumentaria, terna arbitral, reserva y 45’ de partido. Luego de este suceso, Emeterio Farias, presidente de la Liga, indicó que el fútbol dejaría de ser obligatorio ya que de esa forma se garantizaría la independencia que las jugadoras “exigían”. Por lo cual, la solución para garantizar una suma de derechos negados hasta el momento fue continuar en el territorio de la invisibilización. Aumentando así aún más la brecha de género que separa las condiciones entre las mujeres y los hombres practicantes de la misma disciplina en la ciudad. “Para exigir debemos buscar entre todos una mejor posición para el fútbol femenino de Córdoba” concluyó Tamara. Haciendo referencia a la necesidad de un trabajo articulado entre los clubes, las jugadoras y la Liga Cordobesa de Fútbol. Dentro del contexto coyuntural de AFA en donde el fútbol femenino es ya profesional para los equipos de la Primera A, Córdoba no queda exenta del debate. El presente del fútbol en la ciudad discute todas aquellas posiciones de privilegio que establecen matrimonios eternos entre géneros y deportes. También, debate y disputa las estructuras de poder impermeables que perduran en el tiempo. Hay revueltas en cada barrio, en cada cancha y en cada partido. Pese a que algunos clubes están con la alerta prendida mientras que otros no son participes del proceso, hay una sumatoria de fuerzas y cuerpos que pelea, por la misma causa. Anhelando un mayor involucramiento de los planteles, los cuerpos técnicos, las hinchadas y los clubes para conquistar la paridad que les fue arrebatada desde siempre.  
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