donde-descansar

[donde-descansar]

Me he distanciado tanto de todo,

Y durante tanto tiempo,

Que ya no puedo diferenciar un árbol de un bosque.

¡¿QUÉ SÉ YO SOBRE CUÁNTO TIEMPO HA PASADO!?

Si ni siquiera sé si estuve ahí cuando sucedió...

Y ahora que lo pienso con detenimiento,

La verdad es que lo dudo,

Dudo haber estado, como tal, presente.

Y que no lo tomen personal,

Pues saben que dudo de todo.

Mas esa supuesta ofensa

Sería en realidad sinónimo de soberbia,

Una vez más, para sorpresa de nadie.

Y mira lo lejos que hemos llegado

Gracias a ese – no tan condenado – pecado.

Tómate un momento, dicen,

Pero uno no muy grande,

Uno que quepa, sin derramarse, en tus dos manos.

Porque no podemos permitirnos el lujo,

De desperdiciar menudo tesoro.

Semejante riqueza irremplazable, inmutable una vez que te percatas de su existencia.

Una vez que escuchas su risa siempre burlona.

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Aún hay mucho sobre ti que intento evitar

Por ejemplo reír en voz alta sin pena

Los ojos achinaditos al sonreir

El vino

Las luces sobre el agua

Los fuegos artificiales

La magia

Las cajitas musicales

Los besos en la espalda

Los lunares, o al menos memorizarlos

O nombrarlos en secreto.

Los techos de madera

Y contar los ojos dibujados en ella

Escribir.

Y es triste porque, aunque no estuvieras físicamente ahí conmigo, yo disfrutaba y pensaba en ti al momento. Te imaginaba ahí. Algunas de esas cosas, objetivamente hablando, no tienen absolutamente nada que ver contigo, pero desde aquí no puedo evitar que vengas como un pensamiento casi intrusivo, trayendo contigo un no tan suave oleaje de nostalgia y de muy dolorosos "qué hubiera pasado si...", Y llego siempre a la misma conclusión de que nos habríamos evitado tantas mentiras...

Ahora sí que "hay algunos que dicen que todos los caminos conducen a Roma",

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Extraño aquella intimidad casi artística que tuvimos, y me quedé pensando en que estábamos destinadas a ser desde que nació el futuro. La promesa de que fuéramos estuvo siempre ahí, y fuimos. Y fuimos tanto que nos rompimos. Y probablemente aún somos, aunque ya no nos veamos, aunque ya ni siquiera nos sepamos.

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Cuando escucho o pienso la palabra "quédate", lo primero que viene a mi mente es tu nombre. Y justo ahora, haciendo memoria, estoy recordando la última vez quise gritarla, y mira qué curioso –o quizá no tanto–, lo primero que viene a mi mente es tu nombre.

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Bebí de tus palabras cual si fueran vino

Pero nunca vino el tiempo que nos prometimos.

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Esta espera me tiene en el suelo, sin fuerzas ni ganas. Y aunque ya encuentro absurdo explicarnos - o por lo menos intentarlo - llegan a mí como vientos helados, restos de besos y de tiempos que no lograron envejecer.

Sigo tratando, te juro que sigo tratando, y aunque ya no me queman las manos ni los labios por buscarte, aún te recuerdo cada vez que miro al cielo, y pienso qué habría sido de nosotras si no hubiera sido por el desastre que nos volvimos. Cuántas mentiras nos habríamos ahorrado. Cuántos fríos. Cuántos intentos de olvido. Cuántas distancias. Cuántas lunas. Perdí la cuenta si es que alguna vez la llevé.

No sé si te acuerdes de que siempre me quedaba mirando mis manos... Bueno, eso no ha cambiado, aún lo sigo haciendo, pero ahora veo las tuyas. ¡Ja! Miro mis manos y veo las tuyas, ¡vaya puta pesadilla que es no poder olvidar!

Así que escribo. Cuando veo tus manos en las mías, mejor escribo. Cuando te pienso porque miré al cielo mejor escribo. Y te extraño, pero así por lo menos conmigo ya no finjo. Y como ya casi nadie pregunta, pues ya no miento. Se siente cierto alivio.

De vez en cuando termino lo que escribo. Otras veces, como esta, me quedo a medio camino y empiezo de nuevo. Así como con el esfuerzo de olvidarnos.

-

Me da mucha risa el tren anterior (lo llamo así porque no se me ocurre otra forma, suena muy gracioso decir "texto", como si deveras. Es más una sucesión de párrafos que bien podrían ser vagones), porque lo escribí en momentos diferentes del día. Lo primero fue por ahí de las 3 de la tarde, lo siguiente como a las 7 (que nunca sé si son de la tarde o ya de la noche), entonces todo empezó muy "formal" o qué sé yo, y luego seguí como si, después de mucho tiempo, de verdad te estuviera contando algo... ahora pararé de nuevo, y no sé cuándo volveré a empezar.

-

¿Pero cómo iba a pedirte yo que te quedaras?

¿Con qué voz? ¿Con qué espacio? ¿Con qué fuerza? Si tenía la garganta vacía, el pecho roto y los ojos ahogados. Tenía la manos temblorosas y los colores más tristes que nunca vi.

Era la lluvia cayendo de alguna nube oscura en una noche larga. De esa que no sabes que existe hasta que la escuchas llorar (caer). Y caí. Mira si caí que me rompí la voz. Y así toda quebrada, ¿A qué te pedía que te quedaras? Porque creo que conozco de eso. Creo saber que voces quebradas pueden llegar a cortar. Y mira con qué filo que a veces atraviesan, mas yo no queria hacerlo así.

Pero no adiviné que, el vacío y el silencio podrían hacer sangrar tus colores como a un dedo una hoja de papel.

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Y me pregunté de qué serviría entonces escribirte si no ibas a entenderlo.

Si únicamente ibas a usarlo como madera para que siguiera ardiendo tu fuego.

Porque aunque ya no desborda, yo aún traigo tu mar atado a los ojos, pero ahora más tranquilo, ya casi sin oleaje.

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Cuánto tiempo llevará esa gota de agua en el aire, y cuánto está lágrima en mi silencio que creo que ya no rompe nadie, y cuántos miedos este beso en los labios del desaire. Y cuántos versos este carbón ardiente que a veces prendo para quemarte.

Y en vez del peso de tu mano tibia, me llegan gotas de cera hirviendo. Pero esta triste ,imberbe y masoquista sonríe siempre ante el rojo vivo del desconcierto. Busca consuelo en el carboncillo y en un pedazo de árbol muerto, busca tus ojos en el exilio y se pierde aún más en su frío de adentro.

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Amor, quiero decirte que estoy perdiendo la paciencia.

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Cerraste las puertas y las ventanas, y aquí dentro queda cada vez menos aire.

Me visitan a veces aquellas tardes de ventisca, con las hojas cayendo de los árboles, atoradas entre tu cabello. El viento era tan fuerte que fácilmente esa hojas pudieron haber sido planetas. Saturnos en tu cabello.

Allá todo eran risas, versos y besos. Manos que se encontraban de vez en cuando, dejando salir miradas nerviosas y contentas.

Cada atardecer sobre tu cama era sangre derramada. Una guerra perdida y ganada. Una luna más era una menos. Una mano de las mías acariciando reflejos.

Allá todo eran risas, versos y besos, y nosotras el agua cuando cae del cielo.

¿Notas los parches en este escrito? ¿Puedes ver que está remendado? Tiene partes que no son suyas, como tú y como yo.

A veces siento que te has quedado conmigo, sin embargo no estás aquí.

Una vez más, y cada vez menos... el sentido se aleja de mi.

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Rastros de aquello que insinuaba —o rezaba— que yo encontraba arte incluso en tus silencios y en tu ausencia semidesnuda. Pero luego, cuando tu ausencia empezó a ser plena, yo dejé de encontrar arte incluso en la canción, en los versos y en las pinturas. En aquel entonces parecía que lo divino fue solo algo que alguna vez se soñó.

Y hoy ya solo mi recuerdo te está esperando. Ya no es ni siquiera el fantasma. De eso ya ni rastro. Ya ni rastro de tu voz, ni de tu sombra, ni de tu frío; ya no digamos de tu calor.

Ya no hay ni quien los busque, salvo algún desconocido ocasional que de pronto olvida que ya no es quien fue.

[donde-descansar]

Pensé que talvez yo hacía que te sintieras siempre triste y eso es lo que me hace sentir un muy ligero atisbo de alegría por el hecho de que ya no estés.

Las cosas parecen más sencillas por allá y eso me pone contenta por ti.

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Todo lo que sucede es únicamente real en ese instante. No antes, porque solo es especulación, ni después porque, para entonces, será solo nostalgia.

[donde-descansar]

¿Qué diferencia hay ahora entre mi amor por ti y el que siento por la luna?

[donde-descansar]

Han pasado muchos años, y en este tiempo he hecho de todo para alejarte y a la vez sentirte cerca.

Pero tú has hecho bien en deshacerte de este desastre. Colisión de dos astros.

[donde-descansar]

Haces bien en desacerte de este desastre,

Colisión de dos astros

Deshazme el amor, desgaste, devasto.

Es basto el gasto mas todo se cierra

No quiere ni espera esfera libera.

Me toma del cuello no puedo ni hablar,

Ni hablar, mujer, me clavaste el puñal.

[donde-descansar]

Te vas de nuevo y a mí no me quedan mas que pedacitos de palabras escondidas.

Ya no quieren terminar mis versos. Resultan en súplicas a medias, en besos atorados. Retrasados por la rabia, el dolor y el cansancio. Todo mezclado.

No quieren ya ser susurros, quieren que te grite. Salir entre sollozos desgarrados.

"¡Quédate! ¡Quédate, por favor, quédate! No vuelvas a irte... quédate."

Y yo me voy con esas palabras. Una a una.

Veo desaparecer mis manos, siento mis ojos derretirse, el corazón se vuelve un hueco, se quema y vuelan sus cenizas. Y ya ni eso queda.

Ya ni eso queda, y yo me vuelvo toda esperanza, me vuelvo toda tristeza.

Y nada me agarra al mundo. Fui como fue tu recuerdo. Yo ya no siento el cuerpo fuera de nuestra historia.

Dejaste a este silencio haciéndose preguntas, y tú ya no regresas, ya nunca regresas. Ya no puedes quedarte.