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destruiryaniquilar · 5 days
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Tomemos, a título de ejemplo, la concepción de la sociedad y el hombre subyacente en el gran estudio de Durkheim acerca del suicidio. Se trata, en lo fundamental, de la perspectiva de un artista, tanto como la de un hombre de ciencia. El trasfondo, los detalles y la caracterización se combinan en una imagen total iconística por su captación de un orden social completo. ¿Cómo logró Durkheim esta idea rectora? De algo podemos estar seguros: no la encontró examinando las estadísticas vitales de Europa, como hubie- ra sucedido si se aplicara a la ciencia la fábula de la cigüe- ña; tampoco Darwin extrajo la idea de la selección natural de sus observaciones durante el viaje del Beagle. La idea, así como el argumento y las conclusiones de El suicidio ya estaban en su mente antes de examinar las estadísticas. ¿De dónde, pues, la obtuvo? Sólo cabe especular al respecto. Pudo haber arribado a ella en sus lecturas de Tocqueville, quien a su vez tal vez la dedujo de Lamennais, quien es posible que la tomara de Bonald o Chateaubriand. O quizá provino de alguna experiencia personal: de algún recordado fragmento del Talmud, de una intuición nacida de su propia soledad y marginalidad, una migaja de experiencia parisiense. ¿Quién puede saberlo? Pero una cosa es cierta: la fe- cunda combinación de ideas que hay detrás de El suicidio— de la cual seguimos extrayendo provecho en nuestras empresas científicas— se alcanzó de una forma más afín con los procedimientos de un artista que con los del procesador de datos, el lógico o el tecnólogo.
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destruiryaniquilar · 8 days
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destruiryaniquilar · 8 days
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Afternoon Angels
Photography by Laura Marie Cieplik Art Direction by Arthur Morisset
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destruiryaniquilar · 16 days
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"[...] en la segunda mitad del siglo XX la juventud se estableció como un grupo etario eximido de obligaciones productivas. Los adolescentes disponían de más tiempo de ocio que los adultos; un tiempo absuelto de responsabilidades y necesidades, entendido como un ámbito de elecciones libres. Pero la del ocio es “una libertad relativa” (Clarke, 1993: 273), en tanto se conforma dentro de una estructura predefinida, y la supuesta autonomía del conjunto de decisiones que le dan sentido queda restringida a la oferta de opciones disponibles. No sólo de mercancías: los espacios, los horarios e incluso los comportamientos relacionales entre sujetos están también acotados y reglamentados. En este simulacro de libertad del ocio juvenil se articula el simulacro de subversión subcultural: la performativización de un cierto desencaje. 
La potencia seductora de lo subcultural reside justamente en la promesa de esta performance de la otredad: en la oportunidad de habitar un descuadre reversible —uno puede desentenderse del grupo subcultural cuando le venga en gana— y elástico —un sujeto puede  participar en distintas subculturas a lo largo del tiempo—. Aun así, la ligera dislocación de La Cultura que implica la subcultura alberga una capacidad parcialmente desestabilizadora que no debería menospreciarse. En tanto aproximación al margen, la experiencia subcultural deja una traza tras su vivencia; un poso de consciencia, quizá no revolucionario, pero sí crítico. Es un glitch, un error no permanente del sistema que, al menos, revela su imperfección."
Tres apuntes sobre subcultura
Oriol Rosell
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destruiryaniquilar · 18 days
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destruiryaniquilar · 18 days
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Siouxsie dancing during a gig with The Banshees at De Montfort Hall, Leicester, in 1980, as captured by Mike “Dawkeye” Dawkins.
(via & via)
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destruiryaniquilar · 19 days
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destruiryaniquilar · 19 days
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"Un arte sin sentimientos personales o relaciones sociales está destinado a parecer árido y carente de vida al cabo de poco. La libertad que confiere es la libertad de un sepulcro hermosamente construido y perfectamente sellado."
Marshall Berman
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destruiryaniquilar · 21 days
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destruiryaniquilar · 29 days
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Devil or angel? Nick Cave back in his indecisive days with The Birthday Party in the early-’80s:  
“Hell” photo by Wayne O'Farrell during their New Year’s Eve gig at St Kilda Seaview Ballroom in Melbourne, Australia, on Dec. 31, 1980.
“Heaven” photo by Alison Lea during a series of gigs at Tivoli Hotel in Adelaide on 25th January 1981.
(via, via & via)
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destruiryaniquilar · 1 month
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Rare last photo of Dead-Boy Stiv Bators being escorted to his final resting place in Paris, 1990.
The frontman of The Dead Boys & The Lords Of The New Church met his end when he was hit by a taxi while crossing a street in Paris, but left the hospital before seeing a doctor, assuming he was not injured, and eventually died from internal bleeding in his sleep later than night. His girlfriend Caroline followed Bators’ wishes to be cremated and his ashes to be spread over Jim Morrison’s grave in Paris -except for an amount to be snorted by the close friends who would attend the funeral.
(via)
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destruiryaniquilar · 1 month
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lucio fontana, making a hole, 1966
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destruiryaniquilar · 1 month
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destruiryaniquilar · 1 month
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"Casi el único autor de la pasada década que ha dicho algo sustancial sobre la modernidad es Michel Foucault. Y lo que dice es una serie interminable y atormentada de variaciones sobre los temas weberianos de la jaula de hierro y las nulidades humanas cuyas almas están moldeadas para adaptarse a los barrotes. Foucault está obsesionado por las prisiones, los hospitales, los asilos, por las que Erving Goffman ha llamado las «instituciones totales». Sin embargo, a diferencia de Goffman, Foucault niega la posibilidad de cualquier clase de libertad, ya sea fuera de estas instituciones o entre sus intersticios. Las totalidades de Foucault absorben todas las facetas de la vida moderna. Foucault desarrolla estos temas con una inflexibilidad obsesiva y, de hecho, con rasgos sádicos, imponiendo sus ideas a sus lectores como barrotes de hierro, haciendo que cada dialéctica penetre en nuestra carne como una nueva vuelta de tornillo. Foucault reserva su desprecio más feroz para las personas que imaginan que la humanidad moderna tiene la posibilidad de ser libre. ¿Creemos sentir un acceso espontáneo de deseo sexual? Simplemente somos movidos «por las modernas tecnologías del poder que toman la vida como su objeto», somos arrastrados por el «dispositivo de sexualidad que el poder organiza en su apoderamiento de los cuerpos, sumaterialidad, sus fuerzas, sus energías, sus sensaciones y sus placeres». ¿Actuamos políticamente, derrocamos tiranías, hacemos revoluciones, creamos constituciones con el fin de establecer y proteger los derechos humanos? Mera «regresión de lo jurídico», porque, desde la época feudal las constituciones y los códigos son únicamente «las formas que tornan aceptable un poder esencialmente normalizador». ¿Usamos nuestros cerebros para desenmascarar la opresión, lo que Foucault aparentemente intenta hacer? Mejor dejarlo, porque todas las formas de investigación sobre la condición humana «no hacen sino remitir a los individuos de una instancia disciplinaria a otra» realzando, con ello, el triunfal «discurso del poder». Cualquier crítica suena a vacío, pues los propios críticos están en la «máquina panóptica, dominados por sus efectos de poder que prolongamos nosotros mismos, ya que somos uno de sus engranajes» .Después de haber estado sometidos a esto durante cierto tiempo, nos damos cuenta de que en el mundo de Foucault no hay libertad porque su lenguaje forma un tejido sin costuras, una jaula mucho más hermética de lo que Weber llegara a soñar, y dentro de la cual no puede brotar la vida. El misterio es por qué tantos intelectuales de hoy en día quieren, al parecer, asfixiarse en la jaula con él. La respuesta es, sospecho, que Foucault ofrece a una generación de refugiados de los sesenta una coartada histórica mundial para explicar el sentimiento de pasividad e importancia que se apoderó de tantos de nosotros en los setenta. Es inútil tratar de resistir a las opresiones e injusticias de la vida moderna, puesto que hasta nuestros sueños de libertad no hacen sino añadir más eslabones a nuestras cadenas; no obstante, una vez que comprendemos la total inutilidad de todo, podemos por lo menos relajarnos."
Todo lo sólido se desvanece en el aire.
Marshall Berman
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destruiryaniquilar · 1 month
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destruiryaniquilar · 1 month
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“dyke” photographed by catherine opie, 1993
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destruiryaniquilar · 1 month
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Jean-Michel Basquiat and Liza Minnelli during a Christmas Eve Party at Halston’s home in New York City on December 24, 1983.
Photos by Andy Warhol
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