Tumgik
Text
¿De verdad?
Hace mucho tiempo, tanto que realmente ya no recuerdo cuanto, salía con un tipo. Él, en ese entonces, aún seguía estudiando y yo estaba trabajando para poder juntar plata y armar mi propio negocio. -Lo cierto es que lo que partió siendo un trabajo bastante entretenido, terminó por ser lo que sepultara la amistad que yo creía que tenía con quien era mi jefe en ese momento. La realidad es que una vez que se vio con un poco de plata en el bolsillo, afloró su complejo de superioridad, dejando expuesta su naturaleza carente de educación- Pero bueno, el asunto acá es otro. Salía con este chico y todo bien al principio. Por diversos motivos externos a mí, según su explicación pobretona, dejamos de salir e incluso de hablar.
¿por qué me acuerdo de eso en este momento?
A mi me gustaba mucho ese tipo. Por harto tiempo lo mantuve en mis pensamientos y todos los días cuando yo llegaba al trabajo, él cruzaba la calle cuando el semáforo daba el rojo. -Fuiste bien como la mierda, siendo bien honesto-
Con el tiempo retomamos la conversación y un par de veces tuvimos una recaída. Claro que nunca pasó a mayores porque siempre tuviste esa nefasta costumbre de cuestionarlo todo y de dudar. Todos los fines de semana, mientras estabas con quien fuera tu pareja en ese momento, me escribías a las 4 de la mañana diciéndome que ya se había ido y que querías verme y todo el show de borracho caliente de fin de semana. Fue tanto lo que me hinchaste las pelotas con esos mensajitos nocturnos que terminaste por cansarme y hacer que perdiera la poca paciencia que iba quedando y las pocas ganas de volver a verte. Tanto así, que me propuse darte una lección y hacer que entendieras por la fuerza de que no estaba bien que me buscaras cuando ya "estabas libre". Durante varios fines de semana, a la misma hora que tu lo hacías cuando el cerraba la puerta por afuera, tapicé tu bandeja de entrada con mensajes tipo: "¿ya se fue tu pareja?", "estoy afuera de tu casa", "quiero verte", y así, un montón más. Hasta que un día me contestaste que estabas con él y que había visto uno de los mensajes en la pantalla de tu teléfono. Ese mismo día entendiste que yo no estaba para tus impulsos sexuales a las 4 de la mañana.
Me acordé de esto, porque hace como un mes, comenzaste a salir con un chico que yo también conozco y que me cachurié antes que tú y que a ambos los tengo en mis redes sociales. Ciertamente silenciados porque me tienen más que saturado con sus publicaciones en simultáneo. Tanta mamonería junta y tanto romanticismo para la exposición, me agota.
Tal vez con él si te resulte eso del compromiso y puedas tener una relación normal sin tener que estarle escribiendo a otro a las 4 de la mañana cuando el haya cerrado la puerta por afuera. Tal vez te resulte eso que tanto decías querer cuando salíamos... Y tal vez, esta vez, aprendas a no jugar con el resto y tener un poco más de responsabilidad afectiva y de paso, un poco más de respeto con la vida, tiempo y emociones de las otras personas.
-Ahora, personalmente creo que eso nació muerto-
0 notes
Text
Y tuve mal ojo.
Yo creo que todos nos hemos equivocado y de manera muy rotunda, más de una vez cuando se trata de "elegir" a quienes nos queremos cachurear. El asunto en cuestión es que yo soy especialista en equivocarme cuando me fijo en alguien.
No sé, como que en ese momento mi mente fuera víctima de alguna posesión y pareciera que una entidad como la misma "madre Teresa de Calcuta" se apoderara de mis actos y me encomendara la tarea de sanar todos los putos traumas del hombre en cuestión. Olvidando que yo NO tengo que ponerme en segundo lugar porque claramente no tengo por qué cargar con problemas ajenos ni jugar al psicólogo después de pescarme al hombre en el intermedio del cigarro.
¿a todos nos ha pasado, supongo? No creo ser el único pobre y triste mortal que cae en ese mecanismo de manipulación autoimpuesta que te hace sentir que eres necesario en la vida de la otra persona solo porque te convences de ser capaz de reconocer sus problemas y de paso te crees con las capacidades necesarias para recomponer al personaje, jurando que se va a quedar contigo y que no se va a ir de tu lado una vez que esté operativo emocionalmente de nuevo.
Si hago un recuento rápido de cuantas veces me he equivocado, serían tantas que terminaría por convertirme en monje y consagrar mi vida al celibato y tal vez, me decida de una buena vez a estudiar psicología, digo, al menos para recibir una paga por dedicarle tanto tiempo al pelotudo de turno, ¿no?
0 notes
Text
Es casado, ahí no me meto.
Hace ya varios meses, en uno de los tantos paseos con mi perro, pasé por afuera de una consulta veterinaria. En ese lugar trabajan 2 médicos veterinarios, un hombre y una mujer. El asunto es que el hombrecillo en cuestión es bastante guapo. De todo mi gusto te diré.
En algún momento pensé: "ojalá que en un próximo control u atención médica, sea el quien esté atendiendo y así, al menos, saber su nombre. Sin embargo de todas las veces que he ido, ya sea a comprar medicamentos, alimentos o para atención médica de mi perro, nunca ha estado el. Pese a lo anterior, cada vez que nos vemos nos saludamos, cordialmente, nada personal ni con saludo de mano, un simple "hola", es más que suficiente y ese sería el contacto que tenemos.
Bueno, hace unos días pasaba por afuera de este lugar con una amiga y le dije: "ese hombrecillo es de todo mi gusto y estoy seguro que juega en mi equipo".
Incluso nos devolvimos para que ella lo viera porque aunque le comenté, no lo vio.
Curiosamente, ahora cada vez que voy al supermercado me lo encuentro, ya sea cerrando el local o comprando alguna cosa en el supermercado que está próximo a la consulta.
El gran "pero" en esta historia, es que la última vez lo vi con su pareja en el supermercado, comprando cosas en conjunto, por lo que asumo que viven juntos. -Ciertamente puedo estar completamente equivocado y solo son roomies compartiendo un espacio, com también puede ser muy heterosexual y sea su hermano, cosa que dudo, y aunque también me equivoco, no puedo estar tan errado si todas las señales apuntan a lo contrario-
El asunto es sencillo y claro, si está en pareja, entonces no tengo nada más que hacer ahí. No hay nada peor que ser el tercero y también, no existe peor sentimiento que ser a quien le ponen los cuernos, yo lo viví, por lo que no quiero ser el motivo por el que otra persona sienta lo mismo que yo experimenté por culpa de un maricón traicionero y carente de responsabilidad afectiva.
2 notes · View notes
Text
A veces me acuerdo de ti
A veces me acuerdo de ti, con esas cosas que acostumbraba hablar contigo y que ya no las hablo con nadie más.
A ratos me acuerdo de todas las cosas que compartimos estando solos. En tu balcón, en la cama, en el auto... En todos los lugares en los que alguna vez caminamos juntos.
Todavía hay algunos de esos lugares a los que no he querido volver, lugares que recorrimos juntos.
A veces me acuerdo de ti, con algunas de esas cosas que me traje del paseo al sur, ese paseo que hicimos por carretera. Cosas que por mucho tiempo las tuve guardadas en una caja mientras se acababa el duelo que trajo tu traición. Hoy, algunas de esas cosas las uso frecuentemente, y es que ya, el recuerdo de tu paso por mi historia, ya no duele de la misma forma.
A veces me aparecen fotos tuyas en mi time line de las redes sociales, y aunque reconozco que cuando aparecen, algo en mi se aprieta visceralmente. Me dan ganas de preguntarte como estás, sigo queriendo saber que pasa con tu vida, sigo queriendo que estés bien, pero también sé que yo no te importo un carajo, -Creo que nunca te importé realmente-, y hasta ahí llegan mis ganas de hacer el intento de hablarte.
El mundo es un pañuelo, diminuto, tanto así que supe de los mensajes que le mandaste por interno en redes sociales a uno de mis amigos, mensajes que no voy a repetir, pero que fueron lo suficientemente explícitos para poder darme cuenta de quien eres realmente. Cuando supe del contenido de esos mensajes, una pena negra azotó mi espalda y sobre la misma, llegó el alivio de la realidad.
Saber quien eras realmente, fue como un anestésico que me sacó de ese estado cataléptico que estaba habitando mi cuerpo.
Si.
A veces me acuerdo de ti...
0 notes
Text
Y nos tocó despedirnos.
Fuiste mi amor platónico por tanto tiempo, que pensé que eso era algo que nunca iba a pasar... 
Nos conocimos gracias a una aplicación, tinder para ser más específico, pero nos habíamos visto muchas veces antes en la calle, en el supermercado, incluso en la oficina de mi papá, sin embargo nunca habíamos hablado.
Cuando hicimos match en la aplicación, nos juntamos y fue una decepción super grande, no parabas de hablar de ti y finalmente me aburriste y me fui de tu casa al poquito rato de haber llegado. 
Seguimos hablando y nos vimos un par de veces más. Tiramos, regaloneamos, fumamos una cosita y hablamos muchas cosas. 
Siempre quise conocerte, siempre quise todo. Y lo tuve. 
El viernes pasado, fue la última vez que nos veríamos en tu casa, porque te cambiaste de ciudad y viniste a buscar tus últimas cosas antes de entregarle la casa a los nuevos arrendatarios. 
A pesar de que formalmente no teníamos nada más que un par de citas esporádicas y uno que otro mensaje por whatsapp, no me gustó tener que despedirme de ti.
Curiosamente, te tengo cariño. Y de verdad espero que todo eso por lo que decidiste irte del pueblo, te resulte y que valga la pena el esfuerzo. 
1 note · View note
Text
Si no te vas a tomar la sopa, no la calientes.
Todos conocemos al menos uno, si es que no son más, de este tipo de personajes. Esos que siempre están tentando con fotos explícitas en el buzón  de las redes sociales, o mensajitos calientes al WhatsApp, entre otras tantas formas, cuando están en plan masturbatorio nocturno. 
De la nada suena la campanilla que alerta que X usuario te mandó una foto por mensaje interno, y cuando dice “foto”, todos sabemos que es de esas efímeras que se borran luego de ser vistas, (porque si no fuera una foto homoerótica, diría X usuario te mandó un mensaje), con nada más ni nada menos que un pene erecto medio baboso por el “precum” del juego manual previo, o un culo a medio depilar que busca ser follado violentamente. 
Pues bien, ¿qué pasa ahora posterior a los mensajes calientes que te mandaron? 
Obvio, uno responde con alguna reacción rápida, propio de Instagram, ¿no?, y esperas, siendo exagerado porque normalmente es menos, un par de minutos y llega otro mensaje. A veces con una invitación a que lo vayas a ver y tengan sexo desenfrenado en el sofá. Otras. con invitaciones para que le hagas las de kiko y kako, como dice el refrán. 
Y todo esto, ¿para qué? 
Para que quede en nada. El pelotudo solo está buscando estimulación momentánea para poder terminar de correrse la paja, mientras que alguien le alimenta el ego y le dice cosas tipo: “que grande tu verga”, o preguntas tipo “¿te la puedo chupar?, o la frase/pregunta que termina por hacer que el pajero de mierda deje de hablar, “¿cuando nos juntamos?”. 
Hasta ahí llegó la calentura y la valentía del maricón de mierda que te manda fotos y videos explícitos de su verga erecta, porque nunca tuvo la intención de juntarse contigo, solo buscaba satisfacer sus necesidades sexuales del momento y ya. 
Un par de días después, -como fue mi caso-, te encuentras con el pajero en la calle, te saluda cobardemente, de forma cortante y como si estuviera avergonzado de lo que hizo. O peor aun, arrepentido de haberte mandado todas esas imágenes donde su anatomía queda expuesta, para terminar mandándote otro mensaje cuando llega a su casa, con otra foto de mierda con el subtexto, “se me puso dura cuando te vi”. 
Abúrrete. En serio. Abúrrete. 
Personalmente, me importa la nada misma que te baje la vergüenza o el arrepentimiento barato. Con mayor razón me acerco y te saludo. 
Yo no me arrepiento ni me cohibo cuando me encuentro con algún hombrecillo que haya cachureado previamente, ni que me haya visto la verga. Para nada. No tengo ese problema ni ese conflicto moral absurdo por disfrutar de mi sexualidad como corresponde, obvio, de manera responsable porque sin gorrito no hay fiesta. Sé lo que hago y también se que lo hago de manera consciente, no bajo un impulso calentón barato de media noche cuando despierto y estoy duro. 
Entonces, resumiendo, usted no sea ese maricón promedio que anda calentando la sopa y no se la toma. Con eso, lo único que logra, es que quien esté del otro lado del teléfono, simplemente pierda el interés y termine por cansarse de tanto webeo y, también, lo reemplace por alguien con quien si se junte, aunque sea a una tarde de masturbación y toqueteos mutuos. 
No tengo tiempo, paciencia ni ganas de andar persiguiendo a un maricón que se cree diva, cuando la realidad es que para lo único que le alcanza, es para ser  quien le lleve las maletas, y con la ropa sucia. Para nada más.
Abúrrete. 
4 notes · View notes
No te quiere cerca, entiende.
Hoy quiero hablar acerca de un tipo de hombre (?) en particular, ese que todos hemos tenido en nuestro sistema alguna vez, incluso más de una vez... Ese weón que se sabe rico, que sabe que te interesa y por lo mismo el pelotudo se hace el interesante, a tal punto que te llega a hacer sentir que no te quiere cerca ni por siacaso con su indiferencia premeditada. Ese tipo de weones por los que más de una vez nos hemos quedado hasta la hora del pico en la noche pensando en él y tratando de encontrar el lado pa acercarnos de nuevo, porque... duros y porfiados para el concurso. 
Pues bien, yo no soy la excepción a la regla, asique hoy les voy a hablar de ese weón. De ese infeliz de mierda que lo único que hace cuando habla conmigo es quejarse, tirar mala onda y solo ver el lado negativo de las cosas, porque cuando lees sus post en redes sociales, con el resto, lo que menos hace es quejarse o hablar cosas negativas. En algún momento pensé que era porque teníamos confianza, digo, porque uno cuando está en confianza con alguien se siente con la libertad de manifestar todo, -o casi todo, porque yo manifiesto la mitad de las weás que pienso porque si dijera todo lo que pasa por mi cabeza, probablemente esta manga de maricones arribistas estaría reuniendo firmas para internarme-, esa libertad de andar bajón sin miedo a que te critiquen. Pero no, queridos lectores, no era por eso. Luego de estudiarlo un buen rato, llegué a la conclusión de que ese es su mecanismo para hacer que te vayas de su lado, ese es su mecanismo para hacer que paulatinamente vayas perdiendo interés en él, porque no tiene la valentía suficiente de decirte que no le interesas y que solo te habla cuando está aburrido o necesita que alguien le levante el ego. -¿Cachai a que tipo de “hombre” me refiero, cierto?- 
Estos últimos meses, en mi afán de volver a creer que esto de las relaciones es factible y que no voy a morir solo en un asilo mientras una weona encargada de cuidarme se va robando lo poco y ná que logré tener en mi vida, estuve hablando con un hombrecillo que conocí por redes sociales, que no fue ni por grindr, tinder, ni niuna de esas weás, específicamente fue por twitter. Al principio todo bien, diálogo fluido, super interesante, un montón de cosas en común y etc. Luego la fluidez en el diálogo fue variando y terminé siendo yo quien hablaba y él quien contestaba... luego de un buen rato. 
Hoy me aburrí. Me cansé y decidí que esto no tiene pies ni cabeza y que no voy a seguir alimentándole el ego a un pelotudo de mierda otra vez, suficiente con “el episodio” ese, con el que tanto me costó volver a pararme luego de su paso por mi historia. Hoy cerré la conversación con una bellísima frase en inglés, que creo que representaba al máximo todo esto, “what ever” acompañado de un “have a good night”. Me respondió algo, no sé que porque ni siquiera abrí el mensaje. Esta vez, no esperé una respuesta como todas las veces anteriores... Esta vez cerré la puerta por afuera y simplemente me fui... Y es que ha sido suficiente. 
pd: quéjate todo lo que quieras, tira toda la mala onda que quieras, pero no me hables nuevamente. Lograste lo que te propusiste que fue hacer que quiera alejarme de ti, asique felicitaciones, objetivo logrado. Te ganaste una puta estrellita amarilla, pero entubatela pa que te dejes de webiar.- 
2 notes · View notes
No me sorprende.
Hace mucho tiempo que no andaba por estos lados y es que mi computador murió de repente, curiosamente casi al mismo tiempo que mi televisor, -Algo que resultó sumamente beneficioso para mi, porque cambiaron varios hábitos en mi rutina, entre esos la hora en que normalmente me iba a dormir-
El asunto es que hoy quiero comentar algo que todos sabemos, pero que tal vez necesitamos que alguien más lo mencione para hacernos conscientes de eso. 
Bueno, volviendo a la primera oración que escribí, hace tanto que no andaba por acá que tengo varios temas en el tintero, como por ejemplo, lo que “necesitamos” ver, saber o reafirmar, para poder volver a ponernos en el lugar que merecemos estar y que cedimos por una mala experiencia. 
Hace un buen rato, hablando con un amigo, (bastante rato a decir verdad, tal vez más de un año, pero como había estado funcionando solo con mi ipad, no tenía ganas de escribir desde ahí por lo que no había puesto esto en palabras antes),  tu nombre salió disparado de mis labios entre medio de los habituales insultos que utilizo para describirte. Mi amigo no tenía idea de tu paso por mi vida, tal vez porque decidí mantenerlo en reserva hasta que pasara a ser algo más sustentable en el tiempo, cosa que claramente no pasó. 
El punto es que mi amigo me leyó un par de mensajes que le habías enviado por redes sociales, la sorpresa fue mayúscula al enterarme de tus impulsos cinematográficos de carácter homoerótico que lo involucraban en tus planes, junto con otras peticiones que le manifestabas por escrito. -Que curioso como se desató tu sexualidad después de que yo me tuviera que bancar tu “timidez” en la cama.-
Bueno, luego de enterarme de la existencia de esos mensajes, más otras cosas que fui desenredando de la madeja virtual de las redes sociales, entendí  un montón de cosas, desde lo cínico que fuiste, pedazo de mierda, hasta lo pervertido que son tus fetiches, - no me mal interpreten, todos tenemos fetiches, fantasías y morbos, ciertamente, pero al menos yo, no ando por la vida jugando a dos bandos, ni a “3″, cuando decido estar con alguien, con una sola persona, no se si me explico- Por que lo querías hacer con mi amigo, también lo hacías con “ellos”. 
Lo bueno de haberme enterado, o confirmado en algunos casos, es que estaba en lo correcto y lo que “pasó” entre nosotros, simplemente era algo más que estaba en tu lista de “cosas que quiero hacer sin responsabilidad afectiva”. 
-Algo muy característico en ti, por lo que recuerdo-
Suficiente por hoy. 
0 notes
Me he acorado demasiado de ti ultimamente y de los lugares en los que fui más feliz a tu lado.
Ciertamente no estoy reabriendo el caso policial asociado a ti, ni tampoco buscando pistas o culpables que me lleven a entender tus crimenes. Simplemente creo que estoy viendo este episodio con otros ojos. Con los ojos del entendimiento y del perdón, tal vez. -No. Creo que perdón es demasiado grande en este caso. Todavía no alcanzo el nirvana cuando tu nombre aparece en mi cabeza, asique no. Definitivamente no es perdón lo que se asocia a este momento iluminado de mi existencia-
Ayer recordaba lo rico que era despertar a tu lado. Ciertamente no porque despertaras perfecto, radianate, oliendo a tu perfume y peinado como para enfrentarte a la vida de nuevo, no. Sino que porque lo primero que veía era tu sonrisa y lo primero que tocaba era tu pecho. Eso, era perfecto y me bastaba para andar contentito el resto del día.
Todo tiene un final, eso es lógico. Pero en este caso, ahora, me pregunto si “el principio” era necesario. Tal vez nunca debí hablarte. Nunca debí escribirte el primer mensaje privado, ni debí dedicarte tanto tiempo. A veces me pregunto, aunque se la respuesta y es no, si en algún momento me quisiste, obvio que nunca como yo te quise porque eso es imposible, pero con que fuera honesto, me bastaba. Me lo pregunté por mucho tiempo. Fue tema recurrente en cada momento de soledad dolorosa que tuve después de que te fuiste. -Y me lo preguntaba porque si fuiste capaz de mentirme cuando te pregunté si estabas con alguien más, sabiendo que la respuesta era que si, me lo negaste. Entonces, ¿por qué debería creerte cuando me dijiste que me querías?
Tranquilo que no te estoy culpando ni condenando al infierno por tu falta de honestidad... Simplemente estoy tratando de entender ahora, en frío, todo lo que no pude entender antes y que tanto daño generó en mi sistema.
En este momento suena en mi ipod mientras escribo esto, “Don’t you remember”, de Adele. ¿Te acuerdas cuantas veces te obligué a escuchar “Hello” con el mar como postal de fondo reflejado en la ventana del piloto mientras tu manejabas? No necesito la respuesta, sé que no quieres acordarte... Pero yo si me acuerdo, no porque estuviera obsesionado con esa canción exclusivamente, sino que porque tengo un video en alguna de mis carpetas de dropbox del momento posterior a que te quejaras porque ya era la tercera vez seguida que le daba play a esa canción. En ese momento sonaba un cover de “Hero” mientras te daba un beso en la mejilla y se escucha tu voz y tu risa y mirabas a la cámara. -Si. Esos detalles son los que archivo en mi retina y mi memoria emotiva, aunque para ti no tengan validez alguna-
Bueno. Suficiente.
Necesitaba liberar este pensamiento antes de que se convierta en algo tormentoso nuevamente, porque sigue siendo un ciclo no resuelto, pese al tiempo que ha pasado... Culpo exclusivamente a mi personalidad obsesiva y mis pensamientos intrusivos que nunca he podido controlar.
1 note · View note
Y el refrán tenía razón.
Hace un tiempo leí en una de esas clásicas publicaciones tipo “hoy me siento iluminado y comparto esta frase por instagram” que decía algo así como:
“si realmente quieres conocer a alguien, fíjate como te trata cuando ya no te necesita”.
Y claro, obvio, lo asocié inmediatamente contigo, estúpido y sensual esqueleto que habita en mi clóset.
Cuando, y abro comillas, “estábamos juntos”, cierro comillas, eras el weón más presente del planeta. Eras ese weón al que llamaba en horario “de oficina” y podía escuchar por horas, literalmente, tu voz y respiración del otro lado del teléfono. Eras ese weón con el que yo podía dormir sabiendo que nada importaba, porque estabas a mi lado. Y, tú, sabiendo que de mi solo existía una fe ciega y una confianza inquebrantable en ti.
-fuck! Estaba tan equivocado-
Obvio que no seré como la pobre, triste y despechada “Carrie Bradshaw” de “Sex and the city”, con su fallida boda y su egoísta artículo en las páginas de “Vogue NY”. No. Seré un poco más objetivo, y claro, más aterrizado, eso si partimos de la base que solo puedo optar a un “AUC” indecente y a la tutela de un perro en mi país. Yo, maravilloso pelotudo de mierda, siempre pensé en 2, y creo que ese fue el error más grande, el asumir que remábamos para el mismo lado sin darme cuenta de que yo iba en un kayak y tu en una de esas weás en las que vas de pie, impulsado por el viento. Siempre me preocupé por verte sonrerír, por verte feliz... Y obvio, nuncs fuiste feliz a mi lado, ahora puedo verlo con claridad, ahora entiendo por qué dicidiste hacerme a un lado, y aunque no te justifico ni perdono tu actuar, creo entenderte. Y la cosa es simple:
“La única estabilidad que tu tenías, eran las lucas en tu cuenta corriente, y niuna weá más”.
Yo siempre supe lo que quería, también lo que esperaba, pero nunca supe que no lo obtendría de ti... O nunca quise verlo.
Volviendo a la idea del encabezado... Ya no te soy útil. Ya no necesitas que te llame para saber como estuvo tu día. Ya no necesitas que te edite las fotos que subías a instagram. Ya no necesitas que te ordene la maleta para irnos el fin de semana a la playa, ni necesitas que te recuerde llamar a tus papás para saludarlos. Consecuencia: Nunca más volví a saber de ti, porque era yo quien te buscaba. Sé que estás vivo, no tengo certeza de donde estás ahora, tampoco me interesa, pero sé que estás vivo. Ha pasado mucho tiempo desde que me bajé de tu auto la última vez que te vi en persona, y nunca más me hablaste. Nunca más necesitaste de mi memoria ni de mi toc patológico con los detalles, para que te acordaras de hacer algún trámite.
Ya no me necesitaste nunca más...
Y está bien. Es como deben ser las cosas. ¿Pudieron ser de otra forma? Absolutamente no. Así debía ser, y ya.
(No, queridos lectores, no me terapié pa procesar esta mierda. No. Simplemente me apego a mis principios de vida, los que yo elegí, y uno de ellos es precisamente el entender y aceptar que lo que pasó, es lo único que podría haber pasado. A veces cuesta entenderlo, o aceptarlo, pero a larga te das cuenta de que es más fácil así).
Y como yo no soy Carrie Bradshaw, no me reencontraré contigo mientras alguna de mis amigas rompe fuente y tu tienes que llevarla a la clínica, y tampoco tendremos una humilde ceremonia civil, (odio referirme a algo como “humilde”), ni un almuerzo austero con los más cercanos. Simplemente la vida seguirá pasando a nuestro alrededor.
Pd: Si antes creía conocerte, después de todo este tiempo, ya no tengo dudas por aclarar que te involucren.
4 notes · View notes
Tu no te hiciste cargo.
“Si tu lo hiciste, entonces responde por ello, si no lo haces tu, alguien más lo hará por ti. (Aunque no sea justo).”
Cuando decidiste meterte con ese weón, estando conmigo, nunca te detuviste a pensar las repercusiones que eso podría tener. Actuaste de acuerdo a lo que tu considerabas como algo correcto, de acuerdo a lo que te convenía. Y, ok, está bien. Obvio, siempre que no haya daños a terceros, que en este caso los hubo, y quien resultó dañado fui yo.
Pero... No consideraste algo importante, algo de lo que hablamos en algún momento, cuando nos estábamos conociendo y tu me preguntaste por mis relaciones anteriores y por qué llevaba tanto tiempo soltero. ¿Te acuerdas? No. No necesito esa respuesta, porque tu te acuerdas solo de lo que te conviene y yo me acuerdo de absolutamente todo, incluso de lo que vestías la primera vez que yo mismo te quité la ropa.
Pues bien, te hago un remember:
Antes de conocerte llevaba casi 2 años sin siquiera haber salido con alguien, y que mi último intento de relación fue doloroso, no porque me cagara como tu lo hiciste, sino que por otros motivos que no voy a mencionar acá, ya que no son míos, aunque me involucren. Y te dije, además, que a mi no se me olvida absolutamente nada, y que cuando se me atraviesa algo, se convierte en una obsesión y llego hasta el fondo del asunto con tal de obtener una respuesta, eso pasó en mi última relación y no fue linda la respuesta. En este caso, en nuestro caso, la última vez que hablamos yo me prometí a mi mismo que nunca más volvería a buscarte, tu ya no tienes ninguna respuesta que yo necesite o quiera. Quien tiene las respuestas es el hijo de puta con el que se te ocurrió meterte, y te aseguro que no tuve piedad ni mesura con tal de destruirlo y verlo en el suelo. Creeme, fue maravilloso ver su cara de puto deprimido intentando suplir tu ausencia una vez que te fuiste, paseando su perro por los mismos lugares por los que caminaba contigo.
Fue maravilloso utilizarlo como “sujeto de estudio y pruebas científicas vengativas”. Me tomé el tiempo de desarmar su círculo social y dejarlo solo, hundido en su depresión y frustración por no poder estar contigo. (No. No voy a revelar como, pero lo hice. Eso será un “secreto profesional”). Ni siquiera lo lamento, el hizo algo parecido conmigo cuando se metió al medio, asique, ojo por ojo... Pero no me bastó solo con dejarlo tuerto.
-Oye, maricón fétido, tanto publicar weás en las redes sociales es regalar acceso a nuestra privacidad, aunque no sea por instagram, facebook o twitter-
Han pasado casi 3 años de este episodio de mierda, y si bien estoy escribiendo esto es para que no se les olvide, todo lo que le haces a alguien más, es algo de lo que debes hacerte cargo, si no lo haces tu, alguien más tendrá que hacerlo... Y este fue el caso.
Tu te fuiste, te metiste con otro y pensaste que no pasaría nada. No, weón. A ti no te pasó nada porque te quiero, pero a ese maricón fétido, si depende de mi, le metería los pies hasta los tobillos en baldes con cemento, lo dejaría secar y lo tiraría al mar. Pero no me voy a ir preso solo por la satisfacción de verlo expirar la última burbúja de oxigeno contaminado saliendo de su boca y nariz, me bastó con cagarle la vida un ratito. (Sin daños físicos, obvio).
¿Ya viste? Alguien más tuvo que hacerse cargo por lo que tu hiciste.
0 notes
(Replantearse)
Tómate un minuto, o dos, y lee esto:
Hay gente que vino al mundo para nunca echar raíces en la tierra. Para nunca comprometerse y para estar constantemente cambiando su rumbo. (Y está bien. Tal vez les resulta cómodo. Tal vez les falta la valentía necesaria para tomar decisiones que sean capaces de mantener en el tiempo, y está bien, es válido).
Otros seres buscan ese compromiso. Buscan echar raíces y establecerse. Toman una decisión y son capaces de dar la vida por ella. (Y está bien, es válido).
Y también existen otros seres, (en los que me incluyo), que son una mezcla de ambas cosas… Que alcanzaron esa mezcla como una consecuencia de experiencias previas. Que sí quieren establecerse, pero teniendo la opción de cambiar de rumbo en el trayecto. Que buscan ser fieles a sus convicciones, y fieles a lo que los mueve desde adentro.
Ok. Luego de esa “introducción”, hablaré por mi:
Yo quiero establecerme. Quiero poder decidir proyectando un futuro de la mano de lo que me haga feliz. Y quiero tener otras áreas de mi vida más resueltas y estables. Quiero despertar a los 70 años, si es que llego a esa edad, y repasar mentalmente mi vida, y sentir que hice todo, o la mayoría al menos, de las cosas que quise hacer.
¿Por qué planteo esto?
Porque las cosas cambian. Porque no todo está en tus manos. Porque mañana, las circunstancias pueden llevarte a tener que cambiar tu norte y tendrás que saber adaptarte.
Mi vida cambió radicalmente. Dio un giro en 180º y me dejó expuesto a una realidad cruda. Dura. Violenta tal vez, y un poco inexplicable. (Los detalles están de más).
Ese cambio me hace ver las cosas desde una vereda diferente. Sin ser protagonista, aunque se trate de mi vida. Me hace, cada día, tener que pensar todo más veces, intentando encontrar una solución para lo que yo veo como un problema, que no necesariamente es mío, pero que me afecta. La necesidad de establecerme, o de proyectar algo, no solo obedece a algo obvio en el sentido de que es ley de vida el “armar tu vida”, valga la redundancia. También obedece a que estoy cansado de tantos cambios, y tan seguidos. Ya no me importa si conozco a alguien o si sigo siendo “el último soltero del grupo”, weá que me importa una mierda si cada día me doy cuenta de que mi círculo se achica más y cabe en una mano. No me importa si los demás “armaron su vida”, si estoy viendo lo miserables que se sienten consigo mismos y de lo incapaces que son de tomar una decisión arriesgada en la que su felicidad es el premio mayor. 
Me planteo, y replanteo miles de veces, sobretodo cada vez que estoy “conociendo a alguien”, si realmente quiero estar con alguien. Mis experiencias no han sido buenas, (obvio, el error es mío por ser tan pelotudo y entregar-(me) tanto a una weá que desde el primer momento, se veía como “improcedente”), y que su costo ha sido demasiado alto en múltiples aspectos. ¿Tengo ganas de esa misma mierda de nuevo? (I don’t give a shit if u don’t wanna read this “private aspects of my self”).
Me planteo si quiero seguir aquí.
Haciendo lo mismo.
Viviendo lo mismo…
Sintiendo lo mismo...
Últimamente he visto tantas weás, que mi “fe en la humanidad” se fue a la mierda. (Nunca he sido bueno fingiendo, por lo que ya ni siquiera hago el intento de poner carita de Ronald McDonald, si lo que me nace es poner cara de “me importa un pico”).
Me decepcioné de ti. Me decepcioné de él. Me decepcioné de ella.
Y también me decepcioné a mi mismo y de mi mismo. (y eso pesa mucho más que lo anterior).
Sumé a mi existencia la compañía de una perrita. (en este momento duerme a mi lado, mientras escribo esta nota), y creo que ha sido una decisión bastante interesante y positiva. Disfruto enormemente de su mirada inquieta y del sonido de sus uñas a media noche cuando camina por la casa. Me encanta que me despierte cada día moviendo su cola mientras salta a los pies de la cama en señal de alerta por el comienzo de un nuevo día. (Tal vez es esa la forma en la que comienzo a enraizarme… )
Resté de mi existencia la dependencia emocional, tan tóxica y nociva que en algún momento generé con ciertas figuras. (Fue un poco como rehabilitarme, pasando por todas las putas etapas de un adicto. Desde los síndromes de abstinencia hasta las etapas de la euforia más dura, y es que el tiempo que les dedicaba era demasiado). Pero se siente más liviano el equipaje sin tener que seguir escuchando sus dramas pasionales ni sus cuestionamientos de quinceañera incapaz de decidir de que color quiere su vestido. Se siente más liviano el equipaje ahora que las prioridades tiene el orden que deben tener.Y se siente más liviano, ahora que no tengo que escuchar tus putas peleas maritales con ese mismo pelotudo que te ha cagado una y mil veces y que sigues perdonando, desde que instauramos el “día del café, pero sin él”, ya no soportaba ni una sola salida más con sus comentarios inapropiados ni con sus interrupciones que JAMÁS venían al caso con lo que estábamos conversando, amigo, ¿por qué no reconoces que le tienes miedo a la soledad y que él es tu premio de consuelo y que te da pánico quedarte soltero y por eso sigues aguantando todas las mierdas que a él se le ocurren y que a ti te las hace?
Desde que comencé a usar lentes, (metafóricamente hablando, aunque si me mandaron a usar lentes ópticos), veo las cosa con mayor claridad. Veo lo que antes sabía que estaba en alguna parte detrás del bosque de las ilusiones.
No sé si la vida es más bonita... Pero de todas maneras es más llevadera, ahora que lo que me hacía ir más lento, mostró su real faceta y fui capaz de cortar sus eslabones. 
0 notes
Etapas.
¿Te quiere más que lo yo te quise? ¿Te hace más feliz de lo que yo te hacía?  ¿Sabe como te gustan las putas aceitunas? Acá ya da lo mismo si te quiere más, si te hace más feliz, o si sabe tus mañas con la comida. También da lo mismo si eres feliz a su lado, o simplemente te acomoda. 
Da lo mismo si te manda un mensaje de buenos días, como lo hacía yo, o no.
Da lo mismo todo. 
Ya no me importa si volviste con el, o si estás soltero y puteando por las redes sociales. Me importa un carajo.
Entonces... ¿Por qué inicio este texto con esas preguntas?
Porque luego de que decidieras gorrearme con ese hijo de puta y de que lo llevaras a comer al mismo puto restaurante al que fuimos juntos, (pelotudo poco ingenioso), y de que tapizaras las redes sociales con su sonrisa de maricón enfermo, y luego de que yo tocara fondo sintiéndome culpable por no haber sido suficiente para ti, entendí que no valió la pena el esfuerzo ni tampoco el cuestionarme ni una mierda de este episodio. 
Es obvio, que ni en 100 vidas más alcanzaría a quererte como yo te quise. Es obvio, que ni en 100 vidas más sería capaz de hacerte feliz, ni remotamente cercano a como yo lo hacía. 
¿Por qué? Porque no existe en el mundo, ni en el universo, ningún otro hombre capaz de hacer lo que yo hacía. No existe otro hombre en el mundo, capaz de amarte como yo lo hice. 
No, queridos lectores, no soy el mejor partido, ni el soltero más codiciado. 
Simplemente soy ese weón con el que trapeaste el piso por un rato, que se dio el trabajo de estudiar cada puta mierda que te gustaba, aunque a mi me importaran un coco, para entender lo que pensabas. 
Soy ese weón que dejaste a un lado cuando dejó de serte útil, y que te dio la fuerza suficiente de asumirte como gay... No, en realidad como maricón de clóset, porque el gay se asume y no se anda escondiendo por temor a perder su estabilidad laboral. 
Soy ese weón con el que jugaste y que no supiste valorar. 
Y soy ese weón, que a pesar de todo el daño que YO PERMITÍ que me hicieras, te sigue deseando cosas buenas. 
Pelotudo de mierda! Nunca valoraste una mierda de todo lo que hice para saber quien chucha eras ni que weás te gustaban y que lograban hacerte sonreír. Puta que fuiste como la mierda weón. Oye, imbécil, estuve casi 7 meses del otro lado del teléfono acompañándote, porque yo tenía mi vida casi armada y tu rebotabas de país en país escapando de tus fantasmas de mierda y de tus grilletes autoimpuestos. (Sí, sé que he dicho un montón de veces la palabra mierda, y serán muchas más porque aún no termino). Nunca valoraste eso. 
¿Te pedí alguna vez, maricón de clóset, que publicaras una foto conmigo? ¿Te pedí que asumieras que estábamos juntos? - otra mentira más que solo yo creía como algo real- ¿Te pedí que anunciaras al mundo que era yo el que te tenía tan feliz? 
Nunca. Ni una puta vez, wn.  Respeté tu cagá de espacio porque yo creía que era lo correcto. 
Obvio que nunca fue correcto. Yo te partía la raja entre cuatro paredes y tu me negabas en público. (Sí, rico hacerte bolsa en una cama cómoda, pero triste salir del departamento y tener que fingir que éramos amiguitos ultra héteros comprando cervezas en el supermercado y una weá para arreglar el baño en el homecenter, que al subir al auto te la ponía dura con solo rozarte el paquete.)
No, weón de mierda, no era justo, ni era grato pasar por eso. Pero, uno como es weón y cree que esa era la forma correcta de quererte, lo permitía. 
-Oye, maravilloso pelotudo, métete tu doble estándar de macho alpha pasivo, en la misma parte que entraba mi artefacto-
Ha pasado mucho tiempo desde este episodio, y claramente ya no tiene la relevancia que en algún momento tuvo... 
Entonces, ¿por qué escribo esto?
Para que a ti, lector... Si estás pasando por una situación así, no lo permitas. Vales más que un paquetito a medio depilar y una salida a comer a un buen restaurante. Si el pelotudo por el que te la estás jugando no valora lo que haces, aunque te nazca, priorízate wn. 
Amores... Vendrán muchos más. Pero tu vida y el tiempo que estás dedicando, solo es una vez.  Déjalo que juegue al hetero con sus amiguitos en el partido de fútbol del domingo, pero si está contigo, mínimo que asuma que están saliendo,  pero como algo más que amiguitos que se juntan a jugar playstation y a tomar cerveza. 
Si le gusta que lo partas, o si te gusta que te partan, entonces que también le guste asumirlo.
pd: es super válido pasar por todas las etapas post-”me cagó el weón”, pero no puede ser un duelo eterno, ni tampoco algo repetitivo. Querer, amar a alguien, no tiene restricciones, ni necesita de una cortina oscura tapando para que no se vea que el beso no es fraternal, sino que ultra caliente. 
2 notes · View notes
Queridos/as lectores:
Cree una página en #Facebook donde publico pequeñas notas de mi vida cotidiana, y uno que otro texto que pude haber publicado acá.
La página se llama
“Versátil y Bipolar”
, en caso de que quieran ver esas publicaciones ;)
1 note · View note
Y en mi cabeza, mientras te miraba, pensaba:
“Es la última vez que te veré. Es la última vez que sentiré tu pérfume. Es la última vez que sentiré la textura de tu piel... No puedo creer que me estoy despidiendo de ti... A pesar de que no quiero soltarte”.
Sabes? Si de mi dependía, habría despertado a tu lado el resto de mi vida.
Habría visto como el color de tu pelo cambiaba de color con el tiempo, volviéndose aún más gris.
Habría visto como se marcaban, aún más, las arrugas del borde de tus párpados, las mismas que aparecían cuando sonreías.
Y habría cuidado de ti cada puto día de mi vida, como lo hice desde el minuto uno, una vez que me diste tu número de teléfono y te mandaba el primer mensaje de buenos días con el texto: “acuérdate de tomar desayuno llegando a la oficina, te quiero”. (Nunca pensaste que yo “programaba” el puto despertador para hacer eso. Yo no me levanto ni despierto a las 6 am. Trabajo en mi casa, no marco con el dedo!)
Pero no... Tu optaste por irte de mi lado. Optaste por mentirme. Optaste por deshacerte de mi, de forma cobarde y cínica. Maricón de mierda. Nunca me quisiste, ni siquiera un poco. ¿Para qué mierda dedicaste tanto tiempo en alimentar una mentira?
A mi no me importaba si te trasladaban a Tailandia, a Nicaragua o al Polo Norte. Yo me iba contigo, y sin pensarlo.
Tú! Maricón... Pelotudo de mierda! Me fui contigo a recorrer Chile solo por verte sonreír cada mañana. Weón... Ni siquiera valoraste eso. Odio viajar! Odio estar encerrado en un auto y me fui contigo a la mierda del mundo, ida y vuelta. ¿Por qué? ¿Para qué? Si nunca tuviste intenciones honestas conmigo, ¿para qué hiciste toda esta weá? ¿Tan ocioso estabas que me metiste en esta mierda? ¿No te bastó con tener la cagá en tu cabeza, que tuviste que hacer lo mismo con la mía? Egoísta. La plata no puede reparar el daño que tu generaste. Las emociones no se pueden comprar...
La última vez que hablamos por teléfono, antes de vernos cara a cara, me dijiste “parece que te estuviéras despidiendo”. Si. Me estaba despidiendo. No puedes pretender, pelotudo, que me quede eternamente a tu lado, si era obvio que yo ya no te servía. Acuérdate, maricón mentiroso, que ya estabas con él.
Obvio que me estaba despidiendo. Obvio que tenía que cortar el lazo afectivo, antes de enfrentarme a ti, y decirte todo lo que pensaba.
Imbécil. Maricón... Tuve que pedirte un abrazo antes de irme. ¿Por qué? Porque yo te quería, y necesitaba cerrar esta weá, sin dejar cosas pendientes a mi haber.
Todavía me duele. Y veo tu traición en cada abrazo que alguien me da. Siento tu traición y tu mentira, en cada “primer” beso que me doy con alguien que esté conociendo.
Espero que vivas algo parecido, que experimentes algo parecido... Así aprenderás a no jugar con la gente, ni con los sentimientos del resto.
Y espero que en una de las tantas vueltas que da la vida, te enfrentes cara a cara en el espejo del baño al salir de la ducha, con el daño que me hiciste, y seas capaz de reconocerlo.
Yo te quiero. Aunque escriba con rabia. Aunque escriba con la pena aflorando por mis poros... Yo te quiero.
7 notes · View notes
Sorpresas agradables
Hoy, en mi afán por negarme a asumir que vivo en un pueblo de mierda, donde nada de lo que necesito existe, (hablando de cosas materiales, esta vez), me fui a cachurear las librerías buscando un puto timbre de goma con su respectiva tinta, (No entiendo por qué mierda se llaman “librerías” si no venden libros, sino que venden artículos de oficina y papelería), timbre que por lo demás viene con un logo predefinido, nada muy extravagante, el que por supuesto, no encontré.
Me fui del lugar, una vez más, decepcionado y odiando al pueblo, con ganas de sentarme a fumar un pito y olvidarme por un rato que estoy atascado en esta miseria socio-cultural.
Me fui a comprar cigarros, y volví a comprar un papel. Obvio, no era el que yo quería, porque, sorpresa, no había lo que buscaba. Y antes de entrar a la librería, un chico muy guapo, me mira y me sonríe, y me dice “tienes que ir a x lugar, ellos tienen de los timbres que buscas”.
Quedé en shock. Primero, porque alguien me ofreció dos cosas: una sonrisa de lo más amigable, y dos, me ayudó. (El chico estaba en la caja, momentos antes, pagando unas cosas cuando yo pregunté por el timbre).
Tenía manos cálidas. Lo noté cuando se despidió y me tocó el brazo. Pero, como yo estoy en esta etapa de negación absoluta y juro que todos los posibles candidatos guapos harán la misma mierda que el maravilloso pelotudo al que tanto amé, no atiné a nada. Ni siquiera a preguntarle su nombre.
Así pués, guapete amistoso de sonrisa amable, barba perfectamente perfilada y manos cálidas, si llegas a leer esto, la próxima vez que nos veamos, porque el pueblo es diminuto, vamos a tomar un café a uno de mis lugares favoritos, yo te invito y conversamos un poco y me cuentas de ti, porque de mi, cada día me atrevo a hablar menos. (Irónico, isn’t it? Estoy escribiendo weás de mi vida, pero cierro la puerta a lo más íntimo de mis registros).
Parece que aún quedan seres de alma bonita.
Puede ser que sea “la devuelta de mano del día”, porque minutos antes, ayudé a una señora a usar su tarjeta y pagar en una tienda comercial, ya que la pelotuda de la cajera, no es capaz de ponerse en el lugar de un adulto mayor. Estúpida, todos vamos al mismo lugar, qué te cuesta un minuto de amabilidad?
Por ahora, decidí que mandaré a hacer el puto timbre y se acabó el webeo de andar buscando weás que no voy a encontrar.
2 notes · View notes
Prefiero seguir soltero.
Yo no soy perfecto, y tampoco espero que tú lo seas...
De verdad que he tratado de “reincertarme” al ruedo y conocer gente. (Hombres, por supuesto. No me interesa jugar al macho ultra hétero ni perder mi tiempo fingiendo que me interesa como te queda el nuevo corte de pelo ni tampoco tus zapatos. Amigas tengo. Y me basta con ellas).
He conocido mucha gente. He salido con un par de chicos, pero no pasamos de la segunda cita. -obvio. Grindr, tinder y happn han ayudado bastante, sobre todo como primer filtro-.
Y no pasa de la segunda cita, porque no me cabe en la cabeza que no te guste el café. -yo creo que no hay mejor manera de conocer a alguien, que conversando un café y saber si le gusta amargo o fuerte. Eso dice mucho de ti. Tanto o más que si te gustan o no, los animales y las plantas-.
No pasa de la segunda cita, porque me supera tu gramática y ortografía. Simplemente detesto que reemplaces la “q” por la “k”. Odio que me saludes con un “ola”, si ni siquiera estamos cerca del mar, como para preocuparme por un posible tsunami.
No pasa de la segunda cita, porque no tengo ganas de estar hablando eternamente de mi. Una cita implica 2, o más, personas. (Dependiendo de tus preferencias, ¿se entiende? Ja ja). Por lo que es necesario que también hables tú.
Y entre tantas otras razones, no pasa de la segunda cita, porque no voy a competir por atención, con tu teléfono.
Yo no soy perfecto, y tampoco espero que tú lo seas. Pero al menos tengo la decencia de dejar el teléfono en silencio cuando estoy contigo.
Puedo transar muchas cosas, pero lo que no quiero, es tener que descifrar qué mierda estás tratando de decir, cuando “escribes” por whatsapp con tus abreviaciones que nadie entiende, y con tu inexistente uso de puntuación, o comas, entre una oración y la otra.
Yo no soy perfecto... Pero busco un símil, no un pseudo diamante en bruto, al que tenga que pulir.
0 notes