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americxnauror · 2 years
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Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore | 2022
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americxnauror · 2 years
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I adore them! ❤
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americxnauror · 2 years
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Meeting the cast of Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore!
📸 Cr: @carmenvalentina Instagram
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americxnauror · 2 years
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"Fantastic Beasts The Secrets of Dumbledore" - London Premiere -
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americxnauror · 2 years
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📸 Cr: @petransellge IG Story via @theRED61 on Twitter
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americxnauror · 2 years
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americxnauror · 2 years
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𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍'𝐒 𝐋𝐀𝐍𝐃𝐒. ⠀⠀           
𝑆𝑡𝑟𝑎𝑛𝑔𝑒𝑠𝑡 𝑡ℎ𝑖𝑛𝑔𝑠.
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ Durante días, Tina había estado intentando hacerse con algo en concreto. Lo que no sospechaba es que las leyes mágicas que tanto había seguido a pies juntillas antes de que Newt llegase a Nueva York, se habían transformado en un obstáculo considerable para todo lo que tenía en mente. ㅤ ⠀ Tuvo que alejarse de su país y viajar a Rumania para encontrarse con alguien en especial. Había oído hablar de un conjunto de magos y brujas que estaban bajo las órdenes de alguien que siempre se había considerado más loco que otra cosa para todos aquellos que no comprendían su profesión. Pese a intentarlo, pese a ver la belleza majestuosa de muchas de las criaturas, no podía evitar que algunas como las que estaba a punto de ver, hiciesen que le temblasen los huesos porque carecía de la intuición que sí poseía el mago del que estaba enamorada. Ella solo aprendía, poco a poco, lo que él había podido enseñarla y, por el momento, no tenía nada que ver con enfrentarse a ningún dragón. ㅤ ⠀ En medio de las montañas, un bosque se veía ligeramente arrasado por el fuego en una de las zonas donde ella estaba caminando. Respiró intentando estar relajada, pero sin ninguna posibilidad de lograrlo cuando, de fondo, algunas llamas empezaban a brillar en medio de la noche. ㅤ ⠀ —Tranquila, Tina. Tranquila —susurró para sí mientras se aferraba al mango de su varita escondida en el bolsillo de su abrigo en un desesperado intento por sentirse más segura. No sabía si el hechizo protego la ayudaría contra tales seres, pero imaginaba que los encantamientos servirían para algo, ¿cómo se enfrentaban sino todos sus cuidadores a ellos? ㅤ ⠀ Finalmente, llegó a una esplanada. Sus ojos se posaron sobre la inmensa figura entre las rocas. Había oído poco sobre los dragones, pero ese sí sabía reconocerlo: El colacuerno húngaro. Había escuchado hablar de él, lo había visto, de hecho, en una de sus misiones. Su majestuosidad estaba solo reñida con el pavor que provocaba que sus ojos se centrasen en uno. Allí, quieto, dueño de todo lo que había a su alrededor, parecía estar dispuesto a ser manso mientras no se diese cuenta de que una invitada había llegado. De vez en cuando, quizá por su naturaleza salvaje, soltaba fuego que deslumbraba y aterrorizaba a partes iguales. Tan poderoso como mortal, tan hermoso como letal. ㅤ ⠀ —¿Es usted la señorita Goldstein? —preguntó un hombre a unos metros de ella, con el pelo blanco cubierto de cenizas y la ausencia de un ojo arrancado por unas zarpas. ㅤ ⠀ —La misma. ㅤ ⠀ —Ya pensaba que se había perdido. Venga, venga... —Como si tal cosa, se dio media vuelta con varita en alto para protegerse de aquello que pudiese llegar a hacer el animal destructor. ㅤ ⠀ —¿Está seguro...? ㅤ ⠀ —¡Claro! Ginevra es mansa como una corderita cuando se la conoce. —Justo en ese instante, la dragona lanzó una poderosa llama de fuego dejando a Tina estupefacta—. Pero tiene un genio de mil demonios, para qué le voy a mentir. —Se rio mientras ella no podía evitar estremecerse ante la idea de terminar como en una barbacoa. ㅤ ⠀ Caminaron alejándose de la dragona que solo le dedicó una mirada insignificante a la bruja como si no fuese lo bastante importante como para enfrentarse a ella. ㅤ ⠀ —¿Sabe? Cuando se puso en contacto conmigo pensé que estaba completamente loca. Pero... después de contarme porqué lo que quiere —expresó con una sonrisa antes de mostrarle un cofre a la bruja donde descansaba aquello que había estado buscando—. No hago estas concesiones, jamás, solo por... en fin, ya sabe. ㅤ ⠀ Después de haber visto al dragón, Tina había empezado a pensar si todo eso era buena idea, pero solo tuvo que imaginarse una sola cosa para saber que sí. Sonrió encantada y se inclinó sobre el cofre. ㅤ ⠀ —Rompemos todos los esquemas por quien queremos, ¿eh? —susurró más para sí que para ser escuchada, pero al fin, había podido ver lo que había ido a buscar.
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americxnauror · 2 years
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Eddie on what Newt has learned from Dumbledore over the years: “I feel like sort of Dumbledore’s caught Newt out of his shell a little bit. Newt’s someone that is most happy in his own company or the company of creatures. He’s an introvert …Gentle nudges and occasionally a shove…Dumbledore’s kind of made him engage and entrusted him with stuff, so he sort of I think in this film he sort of asks Newt to step up to being a leader, and what I love is that Newt does it but in like most Newty ways possible. Since he’s not quite sure how to be a leader but just sort of vomited his way through it.”
Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore cast Q&A with Tom Felton
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americxnauror · 2 years
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JUDE LAW, MADS MIKKELSEN, EDDIE REDMAYNE ━ “Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore” London Photocall (March 29, 2022)
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americxnauror · 2 years
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𝐀𝐅𝐓𝐄𝐑 𝐏𝐀𝐑𝐈𝐒.⠀⠀              
𝐻𝑢𝑟𝑡𝑠 𝑙𝑖𝑘𝑒 ℎ𝑒𝑙𝑙
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ 𝑸ueenie. Aquello era todo lo que podía pensar en el instante en que el fuego azul de Grindelwald transformado en dragones terroríficos que había amenazado con destruir la ciudad de París se había extinguido. La sensación de vacío, de haberlo perdido todo, era parte de todos. Lo sabía. No había una sola persona de todas las que nos habían quedado defendiendo el lugar que no hubiese perdido algo. ㅤ ⠀ Había visto muchas cosas en su vida, pero nunca había podido comprobar el poder de persuasión tan grande que poseía aquel mago tenebroso. Grindelwald había llegado con las manos abiertas, la sonrisa afable, su carisma desgarrador y había ido arrancando uno a uno todos los pedazos que había podido de las vidas que aún luchaban en su contra. ㅤ ⠀ Leta, Credence, Queenie... Su querida Queenie. Escuchó los jadeos del Kama a su lado. Todos habían sufrido al realizar el Finite Incantatem, pero la crueldad era mucho mayor que esa. Si tan solo con un hechizo creado por un mago como él, un grupo de al menos diez había tenido complicado destruirlo, ¿qué esperanzas había? ¿Cuántos hombres se necesitarían para apresar a aquel dueño de vidas ajenas ahora? ㅤ ⠀ Se dio media vuelta alejándose de allí. Había visto a Nagini, la maledictus que Kama había salvado y que tenían detrás, pero ella necesitaba estar sola en ese instante. Conforme se iba alejando un poco de aquel círculo infernal, su varita tembló entre los dedos demostrándole que poco a poco estaba quedándose sin fuerzas cuando la soledad la envolvía. ㅤ ⠀ Queenie. De nuevo fue lo único que apareció en su mente, desestabilizándola. ¿Qué había pasado para que su hermana acabase de ese modo? Pensó en su última conversación, en cómo había intentado ponerse en contacto con ella de nuevo por aquella postal que nunca fue respondida. Se había sentido perdida y vulnerable durante todo ese tiempo. Había querido ser la voz de la razón, hacerle entender que ella estaba en peligro, que no podía verse con Jacob por su propia seguridad. Comprendía que hubiese creído que solo había actuado así porque había creído a Newt prometido con otra, pero realmente se había preocupado por su seguridad. ¡Podía haber terminado en cualquier prisión! ㅤ ⠀ Se sentó en el primer lugar que encontró. Pensó en ellas de pequeñas, en como ambas habían estado siempre juntas y cómo había podido entenderla hasta el momento en que su amor por Jacob había nublado su juicio. Ella quería lo que cualquier otra persona podía desear, había sido muy feliz viéndola tan enamorada de él, pero ¡estaba prohibido! ¿Cómo quería que se quedase de brazos cruzados sin decir una sola palabra cuando podían arrebatarle a mi hermana por el amor? ㅤ ⠀ Respiró profundo. Las últimas palabras que se habían dirigido habían sido dolorosas, las más dolorosas de todas las que se habían dicho. Todo por ellos, por hombres que en cualquier momento podrían dejar de quererlas o hacerlas sufrir. Todo por pensar diferente con respecto al amor, por Queenie tan entregada y Tina tan temerosa. Porque no dejaba de ser esa hermana mayor que luchaba por ella. ¿En qué momento se había alejado tanto su camino como para terminar en los polos opuestos de una misma historia que colapsaría en una guerra imposible de parar? ㅤ ⠀ Lloró. Lloró en silencio, sola, como se había sentido todos esos meses en los que ni Newt, ni Jacob ni Queenie habían estado en su vida. Un corazón roto, destruido que se había obligado a ponerse sus mejores ropas para que nadie viese cuál era su sufrimiento real, para que nadie pudiese comprender las marcas dejadas por la vida, porque todos escogiesen algo más allá de sí misma, algo mejor, algo que brillaba con más fuerza que el amor incondicional que podía prometer. ㅤ ⠀ A cada lágrimas, el dolor en su pecho aumentaba y su deseo por sollozar sin ponerse límites, sin obligarse al silencio, iba aumentando. Necesitaba llegar hasta ella, necesitaba que despertase. ¿Por qué no veía que Grindelwald la estaba usando? No tenía ninguna clase de seguridad, no había demasiadas posibilidades que le diesen la razón. Sabía de sobra que Grindelwald quería derrocar a los no-majs hasta transformarles en poco más que animales de granja explotados. Quería la supremacía y esa supremacía solo podía conseguirse de una forma: matando a todo aquel que no fuese alguien superior, a alguien que no fuese mago. ㅤ ⠀ Se estremeció de los pies a la cabeza, descubrió la inmensidad del dolor que había estado guardando durante demasiado tiempo. No podía permitirse perder a alguien más y parecía que iba a perderlo todo a pasos agigantados. Su vida no podía tener momentos felices, se iban derrumbando con el pasar de las horas. Una tirita puesta entre Newt y ella, una declaración de amor que solo ella entendía y dejaba escapar entre los dedos a la única persona que siempre había estado a su lado. ㅤ ⠀ —Queenie —susurró tapándose el rostro con las manos y conteniendo un grito visceral que poco a poco se transformaría en determinación. Ahora solo podía hacer una cosa, encontrarla y enfrentarse a Grindelwald antes o después pese a que su vida fuese el precio a pagar. Quizá así y solo así, Queenie lograría comprender que era el enemigo cuando la viese perecer.
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americxnauror · 2 years
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𝐖𝐇𝐎 𝐈𝐒 𝐓𝐈𝐍𝐀?.               
𝐹𝑎𝑛𝑡𝑎𝑠𝑡𝑖𝑐 𝑏𝑒𝑎𝑠𝑡𝑠 𝑛𝑒𝑤 𝑒𝑑𝑖𝑡𝑖𝑜𝑛.
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ 𝑬l correo había llegado y con él la suscripción de la revista Spellbound a la que Queenie había pagado una considerable cantidad anual para estar al día de todas las noticias importantes dentro del mundo mágico. Para Tina siempre habían sido solo cotilleos, pero pese a todo, solía leerlas incluso aunque no me sintiese atraída. ¿Qué diablos tenían los detalles de los escarceos amorosos que parecían encantarnos a todos poco, mucho o regular? Fuese como fuese, lo recogí observando la portada. ¿Newt? Rodó los ojos recordando la última vez que le había visto en la portada de aquella revista. El supuesto matrimonio con Leta que le había destruido por dentro y había hecho que las cartas dejasen de ser respondidas por su parte. ¿Cómo iba a hacerlo cuando todo había terminado sin que hubiese dicho una palabra de todo aquello? En París, aquel malentendido había logrado subsanarse, pero no pudo evitar preguntarse qué diablos podían haberse inventado ahora. ¿Habían decidido escribir sobre un embarazo de Bunty o algo así? La sola idea, por irónica que fuese, logró hacerle sentir náuseas. ⠀⠀⠀⠀Abrió la revista tras rozar con los dedos las imágenes de la portada. Siempre salía guapísimo y eso no hacía mucho más fácil mantenerse serena. ⠀⠀⠀⠀En medio de la revista, casi en primera plana, estaba escrito un titular que no logró comprender. ⠀⠀⠀⠀¿𝕼𝖚𝖎𝖊́𝖓 𝖊𝖘 𝕿𝖎𝖓𝖆? ⠀⠀⠀⠀La bruja se sentó en la silla más cercana que encontró dejando el resto del correo sobre la mesa. Se inclinó sobre la misma y empezó a leer el artículo. ⠀⠀⠀⠀❝𝐸𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑚𝑎́𝑔𝑖𝑐𝑜 𝑠𝑒 ℎ𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑚𝑎𝑔𝑖𝑧𝑜𝑜́𝑙𝑜𝑔𝑜 𝑚𝑎́𝑠 𝑞𝑢𝑒𝑟𝑖𝑑𝑜. 𝐸𝑙 𝑓𝑎𝑛𝑡𝑎́𝑠𝑡𝑖𝑐𝑜 𝑁𝑒𝑤𝑡 𝑆𝑐𝑎𝑚𝑎𝑛𝑑𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 ℎ𝑎 𝑙𝑜𝑔𝑟𝑎𝑑𝑜 𝑚𝑖𝑙𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑣𝑒𝑛𝑡𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑟𝑒𝑑𝑒𝑑𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜, ℎ𝑎 𝑠𝑎𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑢𝑛𝑎 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑎 𝑒𝑑𝑖𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑑𝑒𝑑𝑖𝑐𝑎𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎. ❛𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑇𝑖𝑛𝑎❜. 𝑆𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒 𝑦 𝑐𝑜𝑛𝑐𝑖𝑠𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑙 𝑚𝑢𝑛𝑑𝑜 𝑎ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑠𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑔𝑢𝑛𝑡𝑎, ¿𝑞𝑢𝑖𝑒́𝑛 𝑒𝑠 𝑙𝑎 𝑓𝑎𝑚𝑜𝑠𝑎 𝑇𝑖𝑛𝑎? ¿𝐸𝑠 𝑙𝑎 𝑑𝑢𝑒𝑛̃𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑆𝑐𝑎𝑚𝑎𝑛𝑑𝑒𝑟? [...]❞. ⠀⠀⠀⠀No podía creer lo que estaba leyendo. ¿En serio? ¿Aquello era real? Se sonrojó hasta las orejas en unos instantes y dejó caer la revista antes de mirar un paquete en la mesa que tenía las dimensiones de un libro. Lo abrió sabiendo lo que era. Había pedido que le mandasen la siguiente edición tan pronto como saliese y allí estaba. Lo abrió rasgando el papel y rozó la portada con los dedos. Después, al abrirla,  descubrió que Spellbound no se había confundido en aquella ocasión. Pudo leerlo con sus propios ojos. ⠀⠀⠀⠀❝ 𝑃𝑎𝑟𝑎 𝑇𝑖𝑛𝑎.❞ ⠀⠀⠀⠀Sonrió por instinto, antes de esconder su rostro entre sus manos. Después de todo lo vivido con él, de lo que había pasado antes de su última misión, aquellas palabras le habían dado más de lo que cualquiera podía entender. Se secó las lágrimas y supo que tenía que hacer algo más. Tenía que ir a verle, de forma inmediata.
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americxnauror · 2 years
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𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍𝐈𝐄
𝐶𝑟𝑒𝑑𝑒𝑛𝑐𝑒 𝑤𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑤𝑎𝑦𝑠 𝑡𝘩𝑒 𝑘𝑒𝑦 II.
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ 𝑬l dolor se deslizaba por su brazo lentamente trastocando el sistema nervioso. La sangre era considerable, pero la idea tenía peor pinta de la que debería tener. Había hecho todo lo posible con un hechizo sanador, pero si algo había en el mundo mago, al igual en el mundo no-maj, era una considerable diferencia entre lo que podía hacer uno mismo para cuidarse y lo que otros podían hacer por él. De no ser así, no existirían los sanadores ni los hospitales igualmente en aquel universo que siempre se aseguraban de hacernos creer que era tan diferente que jamás podía tener una comunión perfecta. ⠀⠀⠀⠀Cerró los ojos en busca de algo de tranquilidad pese a que resultaba prácticamente imposible. Sabía que tenía que olvidarse del dolor para lograr que aquel hechizo hiciese el efecto que ella necesitaba, pero dudaba poder lograrlo. ⠀⠀⠀⠀Había tenido suerte al poder escapar de allí. Pensó en qué hubiese ocurrido de no haberlo conseguido y la idea le resultó tan angustiosa que optó por no pensar en ello. No quería que Queenie tuviese que enfrentarse a la idea de su pérdida como ella lo estaba haciendo. La única diferencia es que sabía que su hermana estaba viva aunque fuese en el bando equivocado, a sus ojos. De aquel modo en que se había imaginado los acontecimientos, sería un adiós para siempre y eso era mucho más difícil de poder gestionar. ⠀⠀⠀⠀También pensó en Newt. Le imaginó tranquilo, con sus criaturas, sonriente y feliz como había estado antes de conocerla o, al menos, eso era lo que ella creía. Se pasó la mano por la cara y después, se sentó en el primer sitio que encontró. El suelo mismo. No tenía demasiadas fuerzas. Solo podía pensar en el dolor taladrándola de un extremo a otro de su anatomía. Necesitaba ayuda. Sabía que el díctamo haría lo que correspondía y ahora se lamentaba de no llevarlo en un bolsillo extensible o algo por el estilo. Debía ser uno de los kit de primeros auxilios para aurores que jamás se habían fabricado. Con ironía creyó que podía haber sido una idea millonaria la que se le acababa de ocurrir. ⠀⠀⠀⠀El dolor la hizo ceder unos instantes a un mundo que no parecía estar ni en lo terrenal ni en el mundo de los sueños, un ligero limbo que esperaba alejar cuando fuese necesario. ⠀⠀⠀⠀Se mantuvo en silencia, había estado asegurándose de que nadie la hubiese seguido a pesar del tiempo transcurrido y, ahora, solo intentaba recordar un maldito conjuro que el dolor estaba borrando de su mente. ⠀⠀⠀⠀Era para fabricar un traslador, eso sí podía hacerlo y llevarla lejos de allí ya que la posibilidad de desaparecerse ella sola con el brazo en esas condiciones se le hacía más que imposible. Por suerte, el traslador no funcionaba igual, no era el mismo hechizo y tenía muchos menos riesgos. ⠀⠀⠀⠀Recordaba que debía tener un permiso del Ministerio, pero por primera vez le importó menos qué podía costarle en su trabajo que su propia vida. ⠀⠀⠀⠀—𝘈𝘤𝘤𝘪𝘰, 𝘤𝘦𝘯𝘪𝘤𝘦𝘳𝘰 —dijo elevando la varita a lo primero que encontró con la mirada. Tras unos instantes, pronunció el hechizo correspondiente—. 𝘗𝘰𝘳𝘵𝘶𝘴. —El objeto en cuestión se iluminó en una luz azul y pudo respirar algo más tranquila mientras lo dejaba en el suelo esperando que surtiese efecto. ⠀⠀⠀⠀En unos segundos más estaría allí donde sabía que estaría más a salvo, con Newt. El único que ahora podía ayudarla.
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americxnauror · 2 years
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𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍𝐈𝐄. ⠀⠀           
𝑃𝑒𝑜𝑝𝑙𝑒 𝑜𝑏𝑙𝑖𝑣𝑖𝑎𝑡𝑒𝑑 II.
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ Guardó silencio. En medio de la oscuridad solo podía escucharse la música en la distancia. Desaparecer de allí hubiese sido el peor de los suicidios. Muchos magos la habían visto en medio de la fiesta así que no tenía más remedio que continuar en ella. Demostraría una falsa inocencia que le haría ganarse, al menos, el beneficio de la duda que no obtendría si ya no estuviese en el lugar. ⠀⠀⠀⠀Intentó recordar lo que habían hablado delante de ella. Sabían que el pacto de sangre estaba en las manos de Dumbledore y también había un topo entre los aurores del Ministerio. No sabía qué habrían hecho con él o ella, pero estaba claro que alguno podía estar como espía y contábamos con la mala suerte de que Queenie no pudiese ayudar con su don al principal bando contrario a la brutalidad por el bien mayor de Grindelwald que escondía una crueldad propia de ese mundo no-maj que estaba en el candor de una nueva guerra mundial. ⠀⠀⠀⠀Se dio cuenta de la ironía. Ellos tendrían guerra y los no-majs también. No eran tan diferentes como Grindelwald decía. Pensó en Jacob en esos instantes y supo que la única persona que estaría sufriendo un dolor parecido al suyo, sería él. El temor de no volver a verla... Aquel no-maj se había ganado sus respetos en muchas ocasiones y aunque no siempre les había hablado bien a los dos, debido a aquel malentendido y el miedo a que pudiesen destruir la vida de su hermana, le apreciaba. Tenía que hacerlo por ambos. Había que sacar a Queenie de esas garras que le habían mentido. ⠀⠀⠀⠀Se colocó el antifaz mejor y por instinto, frotó el brazo que había sido herido en su misión anterior. Aún el miedo se transformaba en un dolor punzante como aquel. ⠀⠀⠀⠀Cerró los ojos recordándose que nada tenía porqué salir mal en esa ocasión. Por eso, cuadrando los hombros y sabiendo que estaba sola, caminó con paso decidido rumbo a la fiesta. Nada debería haber cambiado, pero todo lo había hecho. No había una sola alma, solo la veela, esperándola en medio de la pista de baile como si estuviese dispuesta a bailar un tango a solas. Sus ojos puestos en cada paso de los tacones de una Tina decidida a fingí ese papel de ignorante que había aprendido a perfeccionar con el paso de los años aunque ni que decir tiene que no lo era. ⠀⠀⠀⠀—Temo que se ha perdido el espectáculo, señorita Goldstein —murmuró con una sonrisa que no le llegaba a los ojos. ⠀⠀⠀⠀—Si se refiere a las bailarinas, fue exquisito. Lo vi durante un largo rato. ⠀⠀⠀⠀La veela dejó escapar una pequeña carcajada mientras colocaba la varita entre sus dos palmas, jugando con ella, guiándola en pequeños círculos mientras Tina se aferraba a la suya propia con bastante más disimulo. ⠀⠀⠀⠀—Nos preguntábamos cuando aparecería. No es de buena hermana mayor dejar que se quede con los malos tanto tiempo —se burló dando un paso hacia la bruja—. ¿No cree? ⠀⠀⠀⠀—¿Qué le habéis hecho? —El pánico en la voz de Tina fue imposible de ocultar. Pensar que su hermana pudiese estar sufriendo alguna clase de tortura era una tortura en sí misma para ella. ⠀⠀⠀⠀—Nada... Aún. —Tina apretó la mandíbula por instinto con aquella última palabra—. Grindelwald ve muy valiosas sus capacidades —explicó con determinada sorna—. Sabe diferenciar bien quién sirve a la causa y quien no. ⠀⠀⠀⠀—Pero ha sido incapaz de ver que Grindelwald la está mintiendo, como a todos. ⠀⠀⠀⠀Los ojos de ambas brujas se encontraron durante unos instantes, como si la distancia no existiese entre ellas. ⠀⠀⠀⠀—Oh, pese a todo, no conoce a su hermana tan bien como cree. ⠀⠀⠀⠀Se sintió insultada. Era igual que si con una frase hubiese podido escupir en la belleza de tan buenos recuerdos, de tener a Queenie como pilar para todo, un motivo para luchar desde que tenía »« uso de memoria. ⠀⠀⠀⠀—Créame, sé muy bien quién es Queenie Goldstein. Pero hay algo que usted no sabe —dijo mientras una sonrisa aparecía en sus labios. ⠀⠀⠀⠀—¿Ah, si? ¿Y qué es? Sorpréndame. ⠀⠀⠀⠀—Quién es Porpentina Esther Goldstein —dijo apretando la varita entre sus dedos antes de lanzar el primer hechizo. Quería desarmarla para evitarse cualquier batalla. Tina no era una auror al uso. La mayoría tenían el Avada Kedavra escapando de sus labios con una velocidad pasmosa y aunque ella veía su profesión de modo diferente lo que la incluía entre los demás aurores, no podía negar que Newt tenía parte de razón en aquellos que abrazaban aquella profesión. ⠀⠀⠀⠀Hechizos y maldiciones, contrahechizos, barreras por todas partes para evitar la destrucción de la vida. Aquella bruja era poderosa, pero no lo bastante rápida en varias ocasiones y eso era lo que también debía ser analizado por un auror, saber dónde estaban los puntos débiles, encontrar la ventaja, incluso, sobre la forma de batalla del contrario. ⠀⠀⠀⠀Sus hechizos terminaron por chocar en creando un hilo brillante entre ambas. Aquello era lo más parecido a un pulso no-maj entre magos. La fortaleza se medía conforme los hechizos iban ganando terreno. Igual que una cuerda tirada por dos equipos con el nudo en el medio. ⠀⠀⠀⠀La rabia de cómo había hablado tan a la ligera sobre su hermana, le estaba dando una considerable ventaja y pronto, aquella batalla terminó con su varita llegando con rapidez hasta las manos de la auror. ⠀⠀⠀⠀—Grindelwald es imparable. No hay forma de evitar esta guerra —dijo mientras Tina caminaba hacia ella. Movió su varita y terminó por aparecer una cuerda mágica alrededor de sus muñecas. ⠀⠀⠀⠀—Puede ser, pero al menos, tú no pelearás en ella —aseguró y agarrándola del brazo, se desapareció antes de que otros brujos llegasen en su ayuda.
⠀⠀⠀⠀Algunos aurores acudieron enseguida mientras felicitaban a Tina por su captura en aquel piso franco en medio de Austria. Tina, se quedó observando por la ventana dejando que otros se encargasen del interrogatorio. Las palabras de la bruja aún estaban condicionando su mente, como un eco imposible de apagar. ⠀⠀⠀⠀"No hay forma de evitar la guerra", una guerra que tendría connotaciones mundiales. Pensó en Queenie, en si tendría que enfrentarse a ella, en Jacob, en todas las criaturas y, por supuesto, en Newt. La idea de que algo les pasase atenazaba su garganta y amenazaba su pecho con el dolor. Prefería alejarse de ellos por su bien a perderles. Jamás se perdonaría que muriesen en aquella horrible causa. ⠀⠀⠀⠀Durante unos segundos se imaginó un mundo sin cualquiera de ellos y la sensación fue más agónica. Pero en el instante que pensó en un mundo sin Newt... ⠀⠀⠀⠀Puso la frente contra el frío cristal y tragó con dificultad. Si eso ocurriese sabía que no podría volver a amar. Aquella guerra se podía llevar toda su felicidad y no había forma de que ella no tomase partido en ella. Incluso aunque no estuviese conforme con los métodos de los altos mandos. Solo quedaba pelear por la victoria.
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americxnauror · 2 years
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𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐈 𝐒𝐀𝐖 𝐘𝐎𝐔. ⠀⠀⠀⠀
𝑊𝘩𝑦 𝑐𝑎𝑛'𝑡 𝐼 𝑒𝑎𝑡 𝑎 𝘩𝑜𝑡𝑑𝑜𝑔?
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ 𝑻ras su descenso en el MACUSA, Tina había mantenido un perfil bajo. Obligada a recluirse e ignorando el hecho de que ese maltrato sin precedentes debía haber mantenido a esa cruel mujer en la cárcel, todo lo que le quedaba era el escándalo de haber sido la causante de ese gran lío. La caza de brujas era algo que no se había extinguido nunca y jamás lo haría. Pero la sed de aquella mujer, había logrado llamar la atención a demasiadas personas. Ese secreto que debíamos mantener los magos, estaba siendo aún más pesado mientras algunos la creyesen y no la tildasen, erróneamente, de una persona fuera de sus cabales. ㅤ ⠀ Sin embargo, Tina tenía un gran sentido de la responsabilidad. Desde que había conocido a Credence, había notado una extraña conexión empática con él. Le quería proteger, como le había pasado con Queenie cuando ambas se habían quedado huérfanas. ㅤ ⠀ Por eso, aquel día, como tantos otros después de su degradación, había ido a uno de esos mítines improvisados que daba Barebone, una mujer que tenía reflejada la maldad del mismo diablo en el rostro. Sus ojos se habían puesto en aquel puesto de comida rápida. Un perrito caliente, su verdadera perdición y aprovechando que era su hora de la comida en el MACUSA, tenía la posibilidad de estar en cualquier parte de la ciudad pese a que le habían aconsejado, de forma encarecida, que no estuviese cerca de esas personas. ㅤ ⠀ Sus ojos se fijaron en él, en Credence, que agachado y encogido como siempre, su rostro triste y demacrado, demostraba el horrible estrago de un mal consumiéndole. La agonía de ser odiado por la mujer que había aceptado adoptarle y que no conocía la bondad. Su corazón se encogió. Verle así le dolía demasiado. No quería ni podía permitirse que alguien le destruyese, pero no daba ningún paso hacia delante porque su trabajo era su vida y si volvía a intervenir conocía las consecuencias. ㅤ ⠀ Con el estómago rugiéndole, se llevó el perrito caliente a la boca frente a las escalerillas del banco. Era un lugar estratégico para ser escuchados por muchas personas porque, al igual que los bancos de los magos, tenían mucho más tráfico que muchos otros lugares. ㅤ ⠀ Justo en ese instante, sintió que algo chocaba contra su espalda. Miró hacia atrás y descubrió un rostro lleno de pecas mirándole y pidiéndole perdón con un acento imposible de esconder. Inglés. Entrecerró los ojos al verle. No solía gustarle que le interrumpiesen comiendo, pero había determinados instintos que siempre se despertaban cuando se trataba de las personas. Sabía que ese hombre era mago. ¿Por qué? Puro instinto. Los magos se reconocían entre ellos de alguna forma, pero cuando un auror ha sido entrenado para distinguir la diferencia, pocas personas solían alejarse de ese instinto que parecía tener. ㅤ ㅤ ⠀ Mantuvo la atención en él, de soslayo, porque no solía fiarse de nadie. Había aprendido a hacerlo desde pequeña, desde ese instante en que el resto de su familia había decidido no ayudarlas, sino que se habían transformado en unas huérfanas que habían tenido que apañárselas lo mejor posible con la muerte de sus padres. ¿Quién podía fiarse del resto del mundo cuando tantas veces había sido traicionado y más en una época tan importante como el comienzo de la vida? ㅤ ⠀ Posó los ojos después de Barebone. Rodó los ojos en un momento, pero después se alejó de su mirada, fingiendo que no estaba pendiente de aquel discurso mientras leía el panfleto en sus manos. Sabía que estaba jugando con fuego, que siempre lo hacía cuando se acercaba allí, pero debía hacerlo, sentía que tenía que saber si Credence seguía bien, dentro de lo posible. ㅤ ⠀ —Disculpe —dijo alguien a su espalda y notó que volvían a empujarla mientras sus ojos se habían puesto en ese exquisito perrito caliente que no había podido degustar bien del todo por culpa del otro hombre. Aún más molesta que antes, miró al hombrecillo que con una maleta caminaba hacia el banco—. Perdón, voy al banco. ㅤ ⠀ Se tropezó y aunque no era una de esas personas que solía alegrarse de las desgracias ajenas, no pudo evitar pensar que eso había sido el karma o algo parecido por no permitirle degustar su comida tranquilamente. ㅤ ⠀ Precisamente, la causante de ese tropiezo había sido la maleta del primero que la había molestado en su degustación particular. Alzó las cejas y se dio cuenta que, ese hombre, era alguien digno de estar en el lugar menos indicado para todo el mundo. Por alguna extraña razón, no pudo evitar contemplarle durante unos instantes, pero no fue ella la única cuando la mujer salemita comenzó a hablar. ㅤ ⠀ —Usted, amigo —dijo señalándole. ㅤ ⠀ Tina permaneció atenta a las acciones del nombrado. Su cabello de forma extraña e indescriptible, ese abrigo azul característico sobre los grises de todos los demás, la piel demasiado pálida incluso para esa época del año y un rostro anguloso. Era un hombre particular y difícil de olvidar. ㅤ ⠀ —¿Qué le ha traído a nuestra reunión? ㅤ ⠀ Aquello era un festival, sin duda. De entre todos aquellos no-majs había escogido al único que no podía decirle lo que quería oír. Aquella mujer tenía olfato, desde luego, pero no en el sentido que ella pensaba. ㅤ ⠀ —Solo pasaba por aquí —dijo en medio de un montón de personas mirándole. Su voz resultaba particularmente diferente y había algo de gracia en ese acento inglés. ㅤ ⠀ —¿Es usted un buscador? —insistió Barebone—. ¿Un buscador en post de la verdad? ㅤ ⠀ Tuvo que controlar una carcajada porque, sin duda, esa verdad que ella buscaba e intentaba iluminar al mundo con ella, era algo que ya debía saber aquel hombre al que le podía ver ahora poco más que el cogote por dónde me había situado. Dio un nuevo bocado al perrito y se mantuvo algo más alejada, al margen, pensando de ese modo que así pasaría más desapercibida. ㅤ ⠀ —Soy más bien un cazador —respondió y eso logró que las alertas de Tina se activasen. ¿Cazador? ¿Qué respuesta era esa? ㅤ ⠀ —Escuchen mis palabras. Hagan caso a mis advertencias. Y ríanse si se atreven. —El tono amenazador de aquella mujer podía llegar a helar los huesos de quien no la viese como el ser que era—. Las brujas viven entre nosotros. ㅤ ⠀ Su mirada la encontró y volvió a esconderse detrás del libreto y de un hombre que era algo más alto que ella. No podía permitirse que, por algún intercambio de miradas, ella pudiese recordarle. ㅤ ⠀ —Tenemos que luchar juntos por el bien de nuestros hijos. Por el bien del mañana. ¿Qué tiene que decir, amigo? —dijo preguntando a ese hombre. ㅤ ⠀ Entonces, ocurrió. Algo había pasado. Tina no podía saber qué, pero cuando su primera respuesta fue mirar a su maleta, lo supo. Había algo extraño sucediendo ante ella. Sus instintos de auror habían saltado por los aires y dado una vuelta de campana gritándole que ese hombre escondía algo más que solo magia. Se quedó callado demasiado tiempo, mirando algo, algo que no pudo Tina llegar a ver. Una simple disculpa y salió corriendo. Ese comportamiento sospechoso y su subida por las escaleras casi a brincos fue lo único que necesitó la exauror para abrirse paso entre la gente y seguirle. Nunca fallaba en esas cosas y sabía que allí estaba ocurriendo algo que podía llegar a provocar un caos. La acción llamaba de nuevo, solo esperaba que aquel hombre no supiese una gran amenaza. ㅤ ⠀ Miró con algo de pena su perrito caliente. No había podido terminárselo. Subió las escaleras del banco tras despedirse de él con tristeza. En aquella ciudad, uno no podía llegar a comerse un perrito caliente a gusto. Menudo panorama.
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americxnauror · 2 years
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𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐍𝐆 𝐅𝐎𝐑 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍𝐈𝐄. ⠀⠀
𝐶𝑟𝑒𝑑𝑒𝑛𝑐𝑒 𝑤𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑤𝑎𝑦𝑠 𝑡𝘩𝑒 𝑘𝑒𝑦. 
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ Suiza. El frío deslizándose lentamente por sus huesos mientras que el abrigo empezaba a ser algo mil veces más necesario que respirar para poder mantener el propio calor corporal. Había llegado a un pequeño pueblo, en las faldas de los Alpes. Jadeó notando el vaho tornarse blanquecino delante de sus narices, algo que desde pequeña siempre le había hecho mucha gracia, pero que ahora era el indicativo de que las temperaturas solo jugaban en su contra. ㅤ ⠀ Las luces de aquel lugar estaban prácticamente todas apagadas. Solo era capaz de guiarse por algunas a lo lejos, que parecían esconderse entre la nieve que había cubierto aquel lugar. ㅤ ⠀ Sus zapatos la pisaban, virgen y pura, recién caída igual que si hubiese decidido recibirla con una estampa que hubiese resultado mucho más hermosa si el frío no le calase los huesos. ㅤ ⠀ —Lumos —susurró logrando que una pequeña luz escapase de la punta de su varita. Se protegió la mano dentro de la manga mientras mantenía la varita sujeta con los dedos. ㅤ ⠀ Entonces, lo vio, en la lejanía. Distinguió otra luz propia de una varita haciéndole una señal. Le habían informado en el MACUSA que la persona que iba a indicarle qué estaba pasando, estaría esperándola. ㅤ ⠀ Siguió las indicaciones y pronto distinguió que en una de las casas se abría una puerta invitándola a entrar. ㅤ ⠀ El calor del hogar, el fuego que buscaba calentar todo aquello que el frío había helado, golpeó con fuerza su rostro en el momento que entró en esa casa. ㅤ ⠀ —¿Porpentina Goldstein? —preguntó una voz a su espalda y se dio la vuelta aún teniendo la varita entre los dedos. ㅤ ⠀ —Depende de para quién lo pregunte. ㅤ ⠀ El hombre de proporciones hercúleas dejó que una sonrisa se deslizase por sus labios que acababan en una horrible cicatriz en su mejilla derecha. ㅤ ⠀ —¿Siempre preparada? ㅤ ⠀ —Nunca se sabe quién puede venir a molestar. ㅤ ⠀ Satisfecho con la respuesta, le ofreció un asiento, pero Tina no se sentó, prefirió quedarse de pie, con el fuego cerca para terminar de calentarse. ㅤ ⠀ —¿Quiere algo de comer? ㅤ ⠀ —Quiero información, para eso he venido. ㅤ ⠀ Asintió y juntó las puntas de los dedos delante de sus labios. ㅤ ⠀ —Han estado ocurriendo cosas extrañas por la zona. Demasiados magos. No es usual encontrar a tantos por aquí. Pese a nuestras habilidades, los magos prefieren otros lugares alejados del frío invierno de estas montañas. —Alzó la mirada para centrar su atención en Tina ㅤ ⠀ —. Pero ahora, parece que hay una peregrinación. ㅤ ⠀ —Dijo sucesos raros. ¿Algo más que un repentino interés turístico por la zona de los Alpes suizos? ㅤ ⠀ —Déjeme que le muestre algo. ㅤ ⠀ Se levantó y caminó algo renqueante hasta una pared. Señaló el cuadro que colgaba sobre ella. ㅤ ⠀ —Llevo viviendo aquí, treinta años. Durante toda mi vida he contemplado día sí y día también este mismo paisaje. Sin embargo, el paisaje ha cambiado —dijo de pronto antes de quitar las cortinas de la ventana y mostrarle una ladera, la primera que podía distinguirse a simple vista jugando con su forma entre los distintos tonos de negrura que la luz de la luna les permitía entremezclar. ㅤ ⠀ Tina, curiosa, se acercó hacia la misma para contemplar aquel cambio en el paisaje. No era algo que pudiese negarse. Toda una ladera había sido destruida, cambiada su forma por una fuerza que poco tendría que ver con la naturaleza si aquello era una señal de la presencia de Credence. ㅤ ⠀ —¿Cuándo ocurrió? ㅤ ⠀ —Pocos días después de París. ㅤ ⠀ —¿Hay algún otro pueblo o lugar por la zona? ㅤ ⠀ —Un castillo austríaco, al otro lado de la frontera —dijo antes de apretar los labios en una fina línea—. No sé a quién pertenece, pero dudo que lo hayan conseguido de forma honrada. ㅤ ⠀ —¿Hay algo más que pueda decirme? ¿Son ciertos los rumores de personas desmemorizadas? ㅤ ⠀ —Aquí no he visto ninguno. No puedo confirmarlo. Algunos compañeros dicen que bajando tres montañas más allá, apareció uno. Lo único que sabía decir era «por el bien común». ㅤ ⠀ Respiró profundamente y tragó con dificultad antes de separarse de la ventana, pero justo en el instante que iba a hacerlo, un pájaro surcó el firmamento. El fuego de sus alas demostraba su naturaleza. Era un fénix. ㅤ ⠀ —Debo ir al castillo. Tengo que ver si es cierto. No puedo avisar a todo el MACUSA sin una prueba más contundente. ㅤ ⠀ —La línea entre países aquí es muy fina, señorita Goldstein, pero donde un ave puede volar con libertad, también puede hacerlo un mago. ㅤ ⠀ Tina entrecerró sus ojos sorprendida por aquellas extrañas palabras. Se dio media vuelta y justo cuando creía que podía irse de allí, Un instinto le hizo lanzar un hechizo de protección. Se dio media vuelta comprobando que había sido atacada por el mismo hombre que había dicho tales palabras, seguramente, propias de quien había querido que hubiesen escapado de sus labios. ㅤ ⠀ Sus pupilas poco a poco fueron mostrando sus ojos de un tono azul, demasiado claro, aquel tono propio de quien estaba bajo la maldición imperio. Volvió a ser atacada y un nuevo protego consiguió evitar un mal mayor. ㅤ ⠀ Jadeó y Tina salió corriendo de la casa, sabía que era una misión suicida para perderse entre la negrura de aquella oscuridad provocada por la nieve también lograría que pudiese confundir a su agresor quien deseaba acabar con su vida. ㅤ ⠀ Se cayó, tropezó, justo en el instante que un haz de luz verde surcó el viento sobre su cabeza. Había sido un Avada Kedavra, bien que los conocía. ㅤ ⠀ Se aferró a su varita y buscó aparecerse. Recordó el lugar en el que había podido alcanzar el traslador que la había llevado hasta allí. Sin embargo, algo no había salido bien y su brazo empezó a doler demostrando unas marcas propias de un hechizo mal realizado. ㅤ ⠀ Se concentró en un hechizo sanador, uno que pudiese evitar que el dolor aumentase mientras el vaho parecía querer revelar su posición en kilómetros a la redonda. Gimió por el malestar y se mordió la manga del abrigo agradeciendo y odiando a partes iguales el roce de la nieve en sus heridas. Buscó a tientas el traslador, sabía que no se quedaban mucho tiempo después de haber llevado a alguien, pero no había pasado tanto como para haberlo perdido. ㅤ ⠀ Su agresor jadeaba demostrando el considerable esfuerzo que le suponía tener que perseguirla en mitad de una noche oscura con la dificultad de la nieve. ㅤ ⠀ —Lumos máxima —dijo aquel hombre logrando que un inmenso haz de luz le indicase la posición de la auror—. Ahí estás... ㅤ ⠀ —¡Expelliarmus! —gritó con una mano temblorosa buscando ganar tiempo porque no se podía enfrentar con el brazo sin terminar de sanar a una batalla por su vida. ㅤ ⠀ Pensó en Newt, en Queenie, en todos los que quería y volvió a buscar aquel dichoso traslador con las manos ahora en una oscuridad más grande tras aquel rafagazo cegador. Había sido una trampa, pero algo había sacado en claro. Un fénix, ese pájaro que no era tan habitual como muchos se pensaban. ㅤ ⠀ —A-Accio traslador... ㅤ ⠀ —Avada... ㅤ ⠀ Sin embargo, el objeto acabó en sus manos y la maldición se perdió en mitad de la noche mientras que Tina regresaba al interior de una casa franca del MACUSA.
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americxnauror · 2 years
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𝐖𝐄 𝐇𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐎 𝐒𝐀𝐘 𝐆𝐎𝐎𝐃𝐁𝐘𝐄. ⠀⠀⠀⠀   
𝐼 𝑚𝑢𝑠𝑡 𝑠𝑎𝑦: 𝑃𝑙𝑒𝑎𝑠𝑒, 𝑠𝑡𝑎𝑦.
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ El sonido de fondo no era nada más que las pisadas de un montón de personas que se acercaban al gran barco. El trasatlántico gobernaba el puerto con la fuerza de un dios o un titán mientras observaba al resto de los mortales, seres que solo habíamos podido contemplarle a la altura de hormigas en comparación, como si nuestras vidas fuesen insignificantes aunque él tuviese que cuidar de todas ellas en el instante que optase por armarse de velocidad a fuerza de carbón. ㅤ ⠀ La suave brisa que solo llegaba a dar una sutil caricia, del mismo modo que lo haría una madre solícita para recordar que estaba allí, atraía el frescor del mar, su humedad y lo salado que permanecía el ambiente sin llegar a ser pesado o agobiante. Al contrario, era una sensación agradable y agradecía que no se le rizase el pelo ante la humedad como a alguna compañera del trabajo. ㅤ ⠀ Caminaba junto a Scamander, aquel que había logrado abrirle los ojos, quitarle la venda de lo que había creído siempre como verdad, como belleza, como reglas. Las había roto todas, había descubierto mundos increíbles y ahora, pese a destruir las columnas de su mundo, Newt se marchaba para regresar a Inglaterra dejándola en cierto sentido, abatida. ¿Qué suponía que debía decir? ㅤ ⠀ Miró de reojo su cabello y después, vio cómo se giraba, permitiéndole una despedida ajena a esas huidizas primeras conversaciones donde casi ni la miraba a los ojos. El sonido de la gente hacía complicado escucharse bien del todo por lo que había que hablar algo más alto de lo normal, pero ¿cómo negarse a escuchar su voz rasgada, la forma en que sabía pronunciar las palabras despertando algo en Tina que no llegaba a comprender del todo? ㅤ ⠀ Suspiró, observándole, viendo su sonrisa, esa sonrisa sincera, con luz propia, una sonrisa que pese a querer ser imitada sería igual que la de La Gioconda, imposible de hacer comparar. ㅤ ⠀ —Bueno, ha sido... —comenzó y el entusiasmo de Tina regresó, un entusiasmo que le hacía parecer una adolescente que se mordía el labio ante los imprevistos, ante hablar con él, ante mirarle de nuevo. ㅤ ⠀ —¿A que sí? —preguntó como si él hubiese terminado la frase, como si ambos supiesen qué era lo que iba a decir o, al menos, con el deseo de que dijese que había sido extraordinario, casi tanto como lo había sido para ella. ㅤ ⠀ Se quedó callado, de esa forma en la que siempre creía que sabía qué era lo que estaba pasando por su cabeza, que podía leer sus pensamientos con la misma facilidad que su hermana y dejarla desnuda de una forma aún más íntima que solo arrancándole la ropa. Era como si le viese el alma y nadase dentro, permitiéndoselo porque no podía negarle algo así por mucho que lo intentase. ㅤ ⠀ —Escucha, Newt, querría darte las gracias —comenzó recordando las palabras que tanto había ensayado. ㅤ ⠀ —Bueno, no veo porqué... yo... ㅤ ⠀ Allí estaba, su nerviosismo, la mirada alejada de los ojos contrarios y su corazón latiendo al ritmo de sus palabras. ㅤ ⠀ —Bueno, si no le hubieses hablado tan bien de mí a la señora Picquery, no me habrían aceptado de nuevo en el equipo de investigación —explicó con una pequeña sonrisa en los labios. ㅤ ⠀ —No podría pensar en nadie mejor para que me investigara. —Esa sonrisa, ese amago de risa, ese halago pronunciado. ¿Cómo era posible no sentir que era el ser más dulce del planeta? ㅤ ⠀ —Intenta que no haya que investigarte durante un tiempo —observó buscando que no se notase hasta qué punto se había sentido alguien importante solo por sus palabras. ㅤ ⠀ —Lo intentaré —dijo convencido—. Una vida tranquila a partir de ahora. ㅤ ⠀ Tina, pese a que hubiese deseado creérselo, sabía que sería imposible. Él era así. Se metía en líos por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado y por buscar que sus criaturas pudiesen estar en un lugar seguro, alejadas de maleantes. ㅤ ⠀ —Volveré al Ministerio —añadió—. Entregaré mi manuscrito. ㅤ ⠀ Ahí no pudo quedarse callada, tenía que intervenir: ㅤ ⠀ —Lo buscaré. —Porque claro que lo haría, se leería cada palabra imaginando que era su voz la que las pronunciaba, que aprendía de todo aquello que sabía que solo él podía enseñarla—. Animales fantásticos y dónde encontrarlos. ㅤ ⠀ Una sonrisa sincera, real, única. Estaba emocionada ante la idea. Sabía que no sería un libro igual a todos los demás, sería tan diferente como diferente era el escritor que lo haría realidad. ㅤ ⠀ Entonces, volvió a mirarla, de ese modo en que hacía que le flaqueasen las rodillas, que el mundo desapareciese a su alrededor, porque solo existían ellos cuando sus ojos se concentraban en ella, solo había esa pequeña parcela donde compartían el mismo aire. Y un pensamiento, doloroso, pasó por su mente no quería aferrarse a la idea de un posible amor cuando otro no había sido olvidado porque el temor de estar enamorándose se hacía más fuerte a cada segundo que pasaba a su lado. ㅤ ⠀ —¿Le gusta leer a Leta Lestrange? —preguntó con un nudo en la garganta, temiendo las palabras que pudiesen ser respondidas. ㅤ ⠀ Su parpadeo confuso logró que su corazón se resquebrajase. ㅤ ⠀ —¿A quién? ㅤ ⠀ El peso de las palabras se fueron clavando poco a poco en su pecho. ㅤ ⠀ —A la chica de la que llevas una foto —continuó. Sería la sorpresa, aquello que no esperaba que ella supiese, pero Queenie hablaba mucho y se había dado cuenta de cosas que ni ella misma. ㅤ ⠀ Cada segundo en silencio era igual que arrancar la piel a tiras y... entonces lo supo, supo que había perdido la batalla contra el amor porque, evidentemente, debía estar enamorada, aferrada a ese deseo de ser vista como sabía que no podía serlo, porque el amor no avisa, solo ocurre, y ella tan solo se había dado cuenta en ese instante. ㅤ ⠀ —No sé lo que le gustará a Leta actuamente —dijo con sinceridad y Tina intentó descubrir qué dolor había escondido en esas palabras. ㅤ ⠀ —Oh. ㅤ ⠀ —La gente cambia —añadió Newt. ㅤ ⠀ —Sí. ㅤ ⠀ —Yo he cambiado... creo... —y la forma en que lo dijo aumentó el latido del corazón de la americana que creía distinguir en aquello otro significado, un significado que pronto terminó por enterrar por lo imposible que pudo resultarle—. Tal vez un poco. ㅤ ⠀ Y de nuevo sus miradas se encontraron mientras en el interior de la mente de la auror suplicaba porque lo hubiese hecho, porque no hubiese seguido aferrado a ese recuerdo del pasado, a esa persona que quizá era casi desconocida si había cambiado tanto. ㅤ ⠀ La bocina del barco indicó la peor de las señales para ella. Se tenían que despedir. Se marchaba, los segundos iban pasando alejándoles sin que aún se hubiesen separado un solo paso y las palabras que hubiese querido decir se agolpaban en su mente y su garganta formando un nudo que casi le causó el llanto porque no se vio capaz de decir ni una sola. ㅤ ⠀ —Te mandaré un ejemplar del libro, sino te importa. ㅤ ⠀ Sonrió, ¿cómo iba a importarla? La idea de no tener que buscarlo como alguien más sino que él se acordase de ella para entregárselo, le hacía sentir de nuevo algo más feliz, una mezcla agridulce empañada con su marcha. ㅤ ⠀ —Me encantaría —musitó con los ojos llenos de lágrimas. ㅤ ⠀ Y entonces, se acercó. Su mano rozó su piel con sutileza mientras que intentaba colocarle un mechón de cabello de forma que pudiese verle todo el rostro. Se quedó sorprendida, callada, su corazón se saltó un latido y quiso moverse, pero si lo hacía, temía destruir el momento. Cuanto ansiaba besarle en ese instante, cuanto hubiese dado por encontrar el valor y decirle algo más, algo que fuese una promesa real, algo que pudiese hacer que se quedase en su vida para siempre. Sin embargo, ese gesto tan íntimo, tan bobo para otros, era casi perfecto pues su corazón latiendo a toda prisa para recuperar los latidos perdidos le demostró que no estaba equivocada, estaba enamorada de él. ㅤ ⠀ Contuvo la respiración y dejó escapar el aire cuando su mano se apartó. ㅤ ⠀ Se dio media vuelta y se marchó, dejándola allí sola, pensando en ese mísero gesto que le había abierto un mundo nuevo y que había hecho que creyese tantas cosas en un solo instante. Quizá.. Pero ahora, la amarga verdad era otra. Se marchaba y se quedaba solo con esa mirada que tenía fija en su mente, dispuesta a perseguirla en sueños y destruir toda paz cayendo presa de sus redes. ㅤ ⠀ —Perdona —dijo de pronto regresándola a la realidad, había dado media vuelta sobre sus pasos y reavivó ligeramente sus esperanzas por un minuto—, ¿qué te parecería que te diera un ejemplar en persona? ㅤ ⠀ Sonrió, porque eso era lo que había necesitado, la promesa de algo más, la promesa de que no se iba a ir de su vida, de que volvería a verle. ㅤ ⠀ Suspiró inclinando la cabeza y dejó que una lágrima se derramase. ㅤ ⠀ —Me encantaría —admitió antes de dejar escapar una carcajada—. No sabes cuánto. ㅤ ⠀ Y en esas palabras había mucho más escondido. ㅤ ⠀ Su amago de sonrisa satisfizo su corazón anhelante de respuestas. ㅤ ⠀ Volvió a marcharse, subió la pasarela y se quedó a mitad de la misma como si pensase si bajar, como si creyese si esa era la decisión que tenía que tomar o no. Y Tina esperó cada segundo, cada instante, pero solo la duda fue un tierno abrazo y aunque se perdió dentro del barco sin haberse despedido de otro modo, atesoró la promesa. Volvería a verle y le daría su ejemplar en persona. Quizá entonces... quizá entonces la historia podría continuar.
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americxnauror · 2 years
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𝐋𝐎𝐒𝐓 𝐈𝐒 𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐁𝐄𝐆𝐈𝐍𝐍𝐈𝐍𝐆. ⠀⠀⠀⠀  
𝑃𝑙𝑒𝑎𝑠𝑒, 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑒𝑎𝑣𝑒 𝑚𝑒. ⠀⠀⠀
ㅤㅤㅤㅤ ㅤ ⠀ 𝐋a infancia. Ese momento de la vida que se presupone que ha de ser feliz. Tantas y tantas veces escuchadas frases como: esa belleza de la risa de un niño o el deseo de verles jugar mientras que el mundo se derrumba en mil pedazos. Esa misma infancia, terminó demasiado pronto para Tina. ㅤ ⠀ Pisó aquella casa de nuevo. Ambas la habían dejado en estado de abandono y el miedo a que aún quedasen restos allí de la viruela de dragón, había hecho que ninguna otra persona tuviese el valor de tomar aquella morada como suya. ㅤ ⠀ Ambas hubiesen deseado algo diferente, pero sin nadie que se hiciese cargo del pago de las tasas y siendo ellas menores de edad, todo había terminado en las manos de los bancos. ㅤ ⠀ Solo con poner un pie, contempló el deterioro del hogar, pero nítidas le fueron llegando las primeras imágenes. Recuerdos. Esos brillantes recuerdos que se hacían más fuertes conforme más tiempo pasaba. ㅤ ⠀ —¡No corras tanto, Teenie! —gritaba una pequeña Queenie que con sus piernecitas pequeñas no era capaz de parar a su hermana mayor. ㅤ ⠀ —¡Vamos, Queenie! ¡Sé que puedes pillarme! ㅤ ⠀ Las pequeñas figuras se extinguieron tan pronto como si de humo se tratasen. Había podido ver sus rostros como si estuviesen allí mismo, pero solo era el poder de la mente. Nos hacía creer lo que deseábamos, ver lo que nos gustaría. Eso era todo. ㅤ ⠀ Dio otro paso más. Entró en el salón que antaño le había parecido demasiado grande, igual que un estadio. Pero con la perspectiva de la edad, había menguado a sus verdaderas dimensiones. Tres sillas de pie era lo único que quedaba en la mesa que había servido de comer y el polvo junto a algunos bichos, se acumulaba a placer sin que nada, salvo el paso del tiempo, les impidiese hacerlo. Era su territorio. Aquel lugar era solo suyo. ㅤ ⠀ Giró la cabeza, dispuesta a regresar a la escalera que le llevaría al piso de arriba. Sin embargo, lo vio. Aquella mancha que su madre no había podido quitar frotando como una no-maj y había dejado que siguiese en la pared como una pequeña condecoración. La recordaba, había sido ella quien había lanzado los espaguetis con tomate en un acto de rebeldía cuando algo no había salido bien. Un pequeño recuerdo que se había grabado para siempre con la textura y el color inconfundible del tomate frito. ㅤ ⠀ Desde que había cumplido la mayoría de edad, con Queenie a su cuidado de forma legal aunque fuese durante poco tiempo, Tina había ido ese hogar algunas veces, las suficientes como para intentar que los rostros de sus padres no se desvaneciesen de su memoria, que sus  recuerdos no se marchitasen. Porque poco importaba lo que la magia podía hacer, ella no quería olvidar por sí misma. De poco le servirían los pensamientos escondidos en alguna clase de pensadero, ella ansiaba que su memoria no la fallase nunca. Al menos, en lo que a sus padres respectaba. Les había buscado, había suplicado varias veces que le diesen fuerza para poder hacer lo que correspondía, para darle a su hermana lo que nunca había podido tener ella: seguridad. ㅤ ⠀ En el piso de arriba, tras ascender la escalera, abrió la puerta de la habitación de sus padres. Y se dibujó la escena tan nítida como la vivió. ㅤ ⠀ Tumbados en la cama, cada uno de ellos con ese color verde y llenos de ronchas, miraron a su hija, a través de aquel escudo protector que habían podido mantener durante unos minutos. Ambos sabían que era su final, que jamás verían a sus hijas crecer, pero la pequeña Tina solo podía ver a sus padres, a aquellos que tantas veces habían estado con ellas, ahora, sin moverse, contemplándola con ojos cansados. ㅤ ⠀ No podía entender a lo que se estaba enfrentando. Quería abrazarles y suplicarles que se pusiesen buenos como tantas veces había hecho su madre cuando ella había ardido en fiebre. ¿Por qué si lo decía ella no valía y si lo decía su mamá sí? ㅤ ⠀ —Mi preciosa Tina —susurró su madre y a ella se le llenaron los ojos de lágrimas. Había algo en el tono de voz con el que se lo había dicho, que lograba hacerle presagiar lo peor. ㅤ ⠀ —¿Qué ocurre, mamá? —preguntó apretando los labios acto seguido y curvando las comisuras hacia abajo escondiendo un puchero. ㅤ ⠀ —Tienes que ser fuerte, mi niña... ㅤ ⠀ —¡No! No quiero ser fuerte —dijo de pronto abrazándose a esa infancia que se le estaba escapando de las manos ante sí. ㅤ ⠀ —Sabes que si mamá se pudiese quedar, se quedaría... ㅤ ⠀ —No... no te vayas. No te vayas, no tienes que irte. ¡No quiero que te vayas! ㅤ ⠀ Ambas se miraron durante unos segundos y necesitaron ese abrazo que no podían darse. Lloraron en silencio, mirándose mutuamente. Tina solo quería que su madre se quedase con ella porque sabía lo que le tocaría hacer después y el miedo la destrozaba del mismo modo que el dolor por su pérdida. ㅤ ⠀ Suspiró dejando que su cuerpo se apoyase en el marco de la puerta. Sus manos temblaban y sus ojos estaban llenos de lágrimas como aquella niña que aún vivía en su interior, frágil y con la herida de esa separación aún abierta. ㅤ ⠀ —Solo quería que no os fueseis —susurró para sí antes de secarse las lágrimas—. Porque yo también necesitaba a mis padres. ㅤ ⠀ Se quedó allí. Mirando aquella cama que ya no tenía sus cuerpos, buscando algún atisbo que le recordase su presencia. Pero solo había polvo sucumbiendo al poder del tiempo y en ese polvo sabía que se transformarían sus propios recuerdos.
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