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yinnydegoxs · 3 days
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¿Amor o amistad? Parte 42
Despertó de un momento a otro, desorientado y adolorido, cuando abrió sus ojos se encendieron para ver de nuevo, todo se veía negro, podía suponer que estaba con las cuencas cubiertas, al mismo tiempo podía notar una mordaza en su boca cuando se orientó lo suficiente y unos fuertes amarres que sujetaban sus muñecas, rodillas y tobillos, al punto de ser más que incomodo, quizá esa sensación dolorosa fue la que poco a poco lo fue despertando, intento invocar sus manos, pero al tener las reales completamente restringidas las réplicas no parecían coordinar para poder moverse, sin mencionar que el calor que sentía interfería con sus señales mágicas.  
Intento forcejear las ataduras, si aún fuera un esqueleto, deshacer los nudos sería pan comido incluso estando en celo, pero esa opción ya no era viable; recordando aquello, su alerta volvió a saltar, ¿cuánto tiempo estuvo inconsciente? ¿Habían pasado horas, días? Aún sentía el horrible calor en su vientre, así que no podía haber pasado mucho tiempo, sin embargo, que sintiera aquello con mucha más fuerza indicaba que aún estaba en esos días probablemente en los que empezaba a ser mucho más insostenible.  
—Oh, tanto movimiento, ¿se ha despertado doctor?  
Se quedo quieto en el lugar, alzando la cabeza levemente hacia donde había oído a quien lo había atado, aún si quisiera, pelear no era una opción, escucho los pasos de quien venía, con un leve chapoteo, lo que le hacía entender que posiblemente su andar fuera imperceptible si no ponías atención. De un momento a otro la venda de sus ojos fue retirada de sus cuencas, las entrecerró un poco, sin poder ver mucho al inicio por el cambio de luz, pero una vez enfoco la vista, pudo ver esa figura harapienta, desalineada y desagradable de su captor.  
—Ha pasado tiempo doctor~ un placer volver a vernos cara a cara~ —sonrió de lado, tomándolo bruscamente del mentón —Debo suponer que el espléndido y prestigioso doctor Gaster aún me recuerda.  
Apretó sus dedos, clavando las garras por el cuello logrando que el otro se quejara levemente.  
— . . . —frunció el ceño molesto, volviendo a forcejear.  
—Oh, seguramente me recuerda, aunque ha pasado tanto… de verdad extrañaba verlo… tan cerca… —rio relamiéndose.  
Gaster intento retroceder la cara al momento que el maldito gato pasaba la áspera lengua por una de sus mejillas, apenas lo consiguió uso el peso de su cuerpo para darle un cabezazo al hocico, haciendo que casi cayera hacía atrás por el golpe. El captor solo se llevó la mano a la nariz, gruñendo por lo bajo antes de recomponerse.  
—Realmente quería ser amable doctor… pero parece que aún no entiende su posición.  
Dicho aquello, sin ningún tipo de miramiento volvió a sujetarlo del mentón y uso la mano libre para pegar con el puño cerrado contra su vientre con bastante fuerza, como reflejo el científico tosió aún con la mordaza puesta, apenas tomó algo de aire miró con furia al otro. Esto solo hizo crecer la sonrisa siniestra que con poco esfuerzo había ocultado, araño su mentón con clara intención de hacer daño y luego saco de uno de sus bolsillos la pequeña pero perjudicial picana eléctrica lo que hizo al contrario tensarse al momento.  
—Me alegra taaaanto haberlo estado vigilando en las sombras, uno aprende a ser… invisible con mayor facilidad cuando está en la lista negra de nuevo, ¡y esta preciosura que encontró hace un tiempo es muy útil! ¡Tomar una caja cuando se fue! No sabe lo fácil que es robar comida y lo que sea desde que la tengo y sabe, —la apoya contra uno de los hombros —no solo es que de un shock que inmoviliza, puede hacer mucho, pero muuuucho daño~  
—¡. . .! —se retorció, intentando alejarse de aquello.  
Gaster solo apretó con fuerza los dientes contra la mordaza, ahogando un gemido de dolor cuando aquello volvió a darle una descarga, pero esta vez no dejo que lo noqueara, no, eso sería demasiado fácil; Jack solo rio y cambio de lugar el aparato para dar otra descarga aleatoria, cuando veía que estaba llegando al límite simplemente lo alejaba. Cuando aquellas descargas comenzaban a ser un peligro real, cuando bajaban un pequeño porcentaje de vida, era cuando debía parar, al menos para no terminar por desmayarlo de nuevo.  
Jugó durante unos minutos más hasta que se acabó la batería, Gaster jadeo fuertemente contra la mordaza, el gato solo arrancó el trozo de tela enrollada, mirándolo unos momentos mientras recobraba un poco de aliento.  
—¿Duele doctor? Es un monstruo jefe después de todo, ¡esto no es nada! ¿verdad? —le levanto la cabeza —¿Sabe que si duele doctor? ¿Sabe lo que he tenido que pasar? Me he convertido en una basura para todos los monstruos, ¡ir por segunda vez a la lista negra! Todo porque no me acepto, ¿por qué no hacerlo? ¡Dejó que me acercara tanto…!  
—Tks —le escupió en la cara —ya eras… una… maldita basura… desde el inicio, Jack.  
—¿Sigue sin comprender en que posición esta? —se relamió donde había manchado —bueno, esa terquedad suya es lo que siempre lo hizo malditamente atractivo, —volteo y se acercó a una mesilla destartalada —no sé qué hizo en este tiempo, pero debo decir que actualmente tiene un cuerpazo, mucho más sólido… y sensual.  
Gaster se sobresaltó al ver unas tijeras en sus manos, Jack se acercó de nuevo a donde estaba, agarrando la tela de la camisa y pasando sin el menor cuidado las hojas oxidadas, destrozando la ropa superior para dejar su pecho al descubierto, se tensó completamente cuando puso una mano por uno de los costados de su pecho y dio un arañazo sorpresivo, yendo de un lado a otro.  
A pesar de que podía sacar una mueca de dolor, él resistió a no soltar ningún sonido.  
—El rey va a asesinarte por esto.  
—Oh, es cierto, cierto —golpeo delicadamente la tijera contra su cara —pero a estas alturas ¡qué importa! —tiró la tijera a un mueble al azar del lugar —lo tengo solo para mí, el resto de las cosas se pueden ir al diablo.  
Dicho aquello agarró por el pecho a su presa, apretando en distintos lados, rompiendo de un par de arañazos las tiras que cubrían sus pezones y claro que fue directo a ellos; Gaster maldijo por lo bajo, aquella sensación de tener a otro tocándolo lo repugnaba, además de sentir como pequeñas pero dolorosas puntadas le daban por el cuello cada que tocaba sus áreas sensibles, un monstruo con marca solo puede sentir placer con su pareja, así que cualquier otro que le pusiera las manos encima, hacía que aquello fuera un sufrimiento.  
No es como si eso le fuera a importar a ese gato obsesionado con su persona.  
—Deja de tocarme… —apretó los dientes cuando sintió una mordida en su pecho.  
—Quizá debí dejarlo con la boca tapada si de todos modos no va a gemir para mí.  
—Una basura como tú… —Afiló la mirada.  
—Parece que tendré que adiestrarlo, es decir, es un orgulloso monstruo jefe después de todo… pero parece tener periodos débiles, ¡lo he visto por años! ¡Como viene a New Home y se queda aquí en ciertas fechas! Y sé de sobra que ahora es una de esas fechas.  
—Eres un maldito enfermo, ¡¿me has estado vigilando como un puto acosador?!  
—Que palabras tan crueles, solo soy un pobre monstruo enamorado… y no aceptare que otro lo haya marcado, haré lo que sea necesario para borrar esa marca~  
Dicho aquello lo levanto de la silla donde lo tenía atado, solo para tirarlo a una cama de acero que arriba parecía tener como colchón un montón de pasto marchito rejuntado y una sábana sucia encima, sin perder mucho tiempo, tomo un par de sogas hechas de telas rotas para atarlo a su gusto en la parte inferior y una cuerda por el cuello para mantener la cabeza en el sitio, al momento que intento resistirte, tomo con fuerza la soga y apretó alrededor de cuello. Para el científico era una experiencia nueva todavía la de necesitar aire y era mucho peor la sensación de la asfixia, sintió que por un momento su visión se ponía borrosa y el ahogo casi lo hace perder la consciencia, más consiguió una bocanada de aire cuando lo soltó de golpe, tosiendo un poco por el lado.  
—¿Apesta tener que respirar no doctor?  
—Eres un… jodido… desquiciado… —jadeo recuperándose un poco.  
—Oh sí, tal vez —agarro con su larga cola otro objeto al azar —pero bueno, si coopera conmigo estoy seguro de que… la experiencia no será tan dolorosa.  
Luego de ello, simplemente trajo un viejo cuchillo con el mango atado en varios lugares por telas, pero con un filo demasiado bien conservado, lo deslizo por el pecho hasta el vientre del otro, haciendo una fina línea de corte con apenas apoyarlo contra su piel, para luego pasarlo y cortar las ropas aún intactas, luego subió el filo por todo el largo hasta el cuello, cortando parte de las vendas que cubrían la marca.  
Claro que Gaster sabía a donde iba con todo eso, no era solo palabrería.  
—Cooperar… ni lo sueñes…  
—Es tan terco, pero adoro eso de usted querido doctor~  
Hizo un corte más profundo por la altura del vientre, lo suficiente como para hacer que tuviera un ligero sangrado, aquello fascinaba al desequilibrado monstruo, por supuesto que lo había visto antes, uno de los pocos de su especie que podían tener algo parecido a la sangre en lugar de solo polvo o con un descuento en su barra de vida, relamió los restos que quedaron en el cuchillo para limpiarlo y volver a pasarlo esta vez por sus muslos, llevándose la poca tela que aún le cubría, Gaster no tenía intenciones de quedarse quieto por demasiado tiempo, pero cada que se inquietaba demasiado, el gato procedía a apretar la venda de su cuello hasta dejarlo semi consciente.  
—Debe disculparme doctor, estoy realmente emocionado y no puedo controlar mi pulso~  
—Vete al diablo…  
El monstruo rio jocoso y tiro de las cuerdas que ataban desde las rodillas al científico haciendo que no pudiera mantenerlas juntas, aquello lo alerto demasiado, más solo consiguió hacerse daño intentando alejar al otro de él; Jack solo sonrió con cierta malicia, pero sobre todo con superioridad mientras presionaba con sus dedos alrededor de su entrada, clavando con cierta impaciencia sus garras y abriéndolo para notar el calor y el olor dulce que desprendía de por sí, hacerlo con más fuerza desde ese punto.  
—Parece que está impaciente doctor, no pensé que fuera de esos que les gusta el dolor~  
—Por supuesto que no me gusta, lunático.  
—Si, pero esta más que listo, como aquella vez en el laboratorio, si ese maldito rey no hubiese intervenido habríamos tenido una noche esplendida~  
—¡No hables así del rey! —gruñó molesto, apretando fuerte las manos.  
—¿O qué? ¿Me acusara de nuevo? Ya estoy en el fondo, no me importa lo que suceda, aún con marca o no, seguro que si yo también lo “marco” de otra forma, lo recordara.  
Dio una fuerte mordida a una de sus piernas, pasando la lengua por arriba de la marca que soltaba pequeñas gotas de su sangre, tal como dijo, ya estaba en el fondo así que solo se deshizo de la parte de debajo de la ropa, él de verdad estaba emocionado con la idea, con lo suyo completamente listo, el científico miró aquello con horror, más no iba a pedir o rogar que no lo hiciera, de nada serviría, solo volteó la cara y cerró fuerte los ojos al notarlo con la punta frotarse por la zona.  
Aquel gato solo sonrío de nuevo y sin nada de preparación, lo metió hasta el fondo.  
Gaster solo tuvo medio segundo para asimilarlo, justo antes de una oleada mágica de puro dolor recorriendo toda su columna, como si muchos pinchos se hubiesen clavado hasta el fondo del interior de su vientre, apretó los dientes con fuerza, no iba a darle el gusto de escucharlo, al menos, eso era lo único que podía hacer en ese momento; pudo notar con los ojos entrecerrados como el otro parecía fascinado, en otro mundo si se podía decir, con esa sonrisa de absoluto éxtasis.  
El dolor lo hizo volver a no fijarse en los detalles cuando comenzó a moverse como una bestia salvaje, clavando fuerte las garras en su cadera, a pesar de que estaba lubricado debido a los fluidos del celo, su interior estaba completamente tenso, como si aquello pudiera hacer que retrocediera, pero eso fue tomado como un reto para el otro, golpeando contra su cadera y tomando el bailarín cuchillo enrollado en su cola para clavarlo a un lado de la cara del científico, más cerca de su cuello que otra cosa, cortando sin cuidado las vendas restantes para descubrir la marca.  
Gaster solo apretó con fuerza las manos, intentando desviar la señal de dolor a otra ubicación más tolerable, más era completamente inútil, sentía como si su interior estuviese siendo arañado y pinchando, además de la frustrante sensación de desgarre de aquello que punzaba su interior, el gato llevo el puño cerrado arriba y golpeó el vientre con bastante fuerza, apenas arrancando una queja suprimida, mantuvo presionando con el puño contra él. Al golpear sus puntos sensibles internos, el dolor no hizo más que aumentar.  
Aun así, estaba determinado a no darle el gusto de oírlo.  
—Ah, a pesar de estar marcado sigue siendo alguien muy estrecho doctor —lamió un lado de su cara.  
—Nh…—volteo la cara, asqueado.  
—Realmente está probando mi paciencia, me asegurare de “marcarlo” bien, creo que sabe a lo que me refiero.  
— ¡. . .! —se retorció al entender esas intenciones.  
No, ni siquiera Asgore había hecho eso, él no podía ir más lejos.  
Jack aumento la intensidad, arañando el vientre con rudeza clavando los dedos para hacer que apretara más mientras empujaba lo más profundo que podía, Gaster intento con las pocas fuerzas que tenía romper las ataduras de sus manos, antes de sentir una de las zarpas del otro, tirando de golpe la soga que lo ahorcaba, haciendo que su cuello se cerrara casi por completo, inevitablemente comenzó a jadear en busca de oxígeno pasado cerca de un minuto sin poder respirar, el otro solo se deleitaba con el hecho de que se pusiera muy apretado así que ahogo más a su presa antes de terminar con ganas hasta lo más profundo.  
Cuando sintió que había soltado hasta la última gota, lo saco.  
—Oh sí~ que bien se siente soltarlo todo, ¡venía guardando magia por semanas! —soltó la cuerda para dejarlo respirar de nuevo.  
—¡Agh! Ughhh…  
No pudo contener los quejidos por la nueva y horrible sensación, su interior ardía, pero de una manera muy diferente, incluso peor que cuando había tomado toda esa determinación concentrada, su cuerpo rechazaba por completo la magia que intentaba inseminarlo a la fuerza, su vientre parecía agonizar con la sensación de quemadura interna y como si no bastara con que su mente se rehusaba a aceptarlo, su cuerpo instintivamente intentaba expulsarlo todo. Claro que eso no le gusto demasiado al otro monstruo que con el cuchillo hizo una línea gruesa en el muslo.  
—Parece que me tomara un par de intentos que me acepte doctor, pero tiene suerte, necesito recargar fuerzas, —tomo la mordaza y después de algo de forcejeo, logro ponerla —así que le dejare pensar si realmente no quiere cooperar.  
Tomó el cuchillo en sus manos y lo clavó con fuerza en un mueble astillado que estaba a poco más de un metro de la cama, a pesar de todo, el gato realmente estaba en las nubes, ahora solo tenía que enseñarle a su exjefe quien tenía el mando. Con una risa mal contenida, desapareció en las sombras con la segunda picana cargada.  
Gaster respiró hondo, intentando no perder la calma, la sensación de ardor del celo estaba completamente opacada por la repugnante magia de su captor, ahora que se había ido tenía que centrarse en lo importante, se podía permitir mirar alrededor, examinando alguna posible salida o al menos una forma de cortar sus ataduras, el lugar parecía un sector oculto de las cañerías bajo tierra de New Home, no había otro lugar con alcantarillas, era el único que necesitaba redirigir las aguas al núcleo.  
Agitó la cabeza, su mente estaba intentando divagar para no pensar en el dolor y no podía concentrarse, cerró los ojos y volvió a respirar, recuperando del todo el aliento, ahora, no podía dejar que lo quebrara, en el momento que pasara, se había acabado el juego. Tenía que resistir todo lo posible hasta que su celo desapareciera, que era algo que solo podía cortar con Asgore y lo acababa de comprobar de la peor manera imaginable; de todos modos, si lograba soportar su celo entero con ese desquiciado y volver a tener control total en su magia, lo haría pagar con su vida.  
Lo que no sabía era que estaría con esa clase de “tortura” por los siguientes días iban de mal en peor, escalando en daño y agregando nuevas cicatrices a la par de pérdida de puntos en su barra de vida; por alguna razón, no quería dañar su rostro, no demasiado, quizá por el hecho que era lo único que prácticamente no había cambiado o porque en su retorcida cabeza, era su parte favorita y no quería arruinarla. Aunque eso no le impidió obligarlo a tomar su miembro con la boca, a cambio de dejarle unas horas de descanso si lo dejaba satisfecho, la única razón por la que no se lo arranco al momento de aceptar ese trato era por el hecho de que mantenía peligrosamente cerca el cuchillo en su miembro, a cualquier amago y los dos saldrían perdiendo.  
Los choques de magia que mandaba la marca de su nuca al resto su cuerpo cuando realizaba algún acto sexual o jugueteo le impedían sentir cualquier tipo de placer, lo cual irónicamente agradecía, jamás se perdonaría a si mismo de sentir placer con otro monstruo que no fuera el rey.  
—No suele hacerlo muy seguido, ¿uh? Bien, le enseñare como.  
Lo cazo por la cabeza y lo metió entero hasta golpear su garganta, notando su lengua tener ligeros rasguños cuando comenzó a embestir su cara, no tardando demasiado en conseguir que el otro terminara en su boca a propósito para que saboreara aquello, lo sacó antes de que quisiera morderlo de todos modos y le tapó la boca hasta que finalmente tragara.  
—¡Cof! —tosió ahogado, al final lo hizo solo para poder respirar.  
—No sabe tan mal, ¿verdad? Tomándolo directamente no lo escupes.  
—Tks… —lo miró furioso, sus ojos brillaban en rosa casi rojo.  
—Sigue haciendo la ley del hielo, ¿sigue molesto porque sigo rellenando su vientre?  
—. . .  —solo lo fulmino con la mirada.  
—Su alma es tan terca como usted mismo, pero mi magia tarde o temprano la alcanzara doctor… aunque empieza a ser molesto… si pudiera encargarme de quien hizo la marca…  
Gaster lo miró un poco alarmado un momento, pero luego de unos segundos, no pudo hacer otra cosa que reírse a carcajadas en su cara, después de días de solo chasqueadas de lengua y gruñidos.  
—¿En serio has estado vigilándome bien? ¿realmente eres estúpido no es verdad?  
—No me ha hablado en días ¿y eso es lo primero que se le ocurre decir?  
—Debo decir que, como acosador obsesivo, dejas mucho que desear, ¿de verdad no sabes a estas alturas? —lo miró como basura.  
—¡Nadie del maldito subsuelo lo sabe!  
—Oh, claro que algunos lo saben ¿quieres que te facilite el trabajo? Esta marca, quien me la hizo…  
El gato empezó a molestarse al notar que no había podido quebrarlo ni un poco.  
—¡¿Quién es?!  
—Es el mismísimo rey… —sonrió de lado —Asgore me marco.  
—¿Qué…? —lo miró estupefacto unos segundos, procesando aquello —Je… Ja…—comenzó a reír nervioso —¿Cree que soy idiota? El rey esta locamente enamorado de la reina, usted podrá ser realmente un monstruo muy atractivo, pero… ja, por favor doctor, ¿es por qué le gusta el rey cierto? Ese hombre no tiene ojos para otro.  
Aquello se sintió como un viejo puñal, pero mantuvo una sonrisa de lado mientras lo veía.  
—Puedes pensar lo que quieras, si el rey aún piensa en la reina, probablemente puedes verme como un simple juguete de la realeza entonces.  
—Tiene que ser una jodida broma, no es cierto.  
—Es muuuuy cierto, nunca me ha interesado tener pareja, sin embargo, haría lo que sea por Asgore, así sea ser solo un aliviador de estrés para toda mi vida.  
—No… no… —se llevó las manos a la cabeza.  
—¿Qué pasa? ¿Te comiste la lengua?  
Jack perdió completamente los estribos y llevó sus manos al cuello del científico, apretando más fuerte que otras ocasiones, clavando las garras con rudeza contra la piel, solo había un maldito monstruo del que no podía encargarse en todo el subsuelo y ese era el rey; mientras más lo aprisionaba, los puntos de vida empezaron a bajar, haciendo que rápidamente la barra comenzara a verse negra.  
—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué el rey?! ¡Podría haber sido yo! ¡YO habría dado todo! ¡¿Es por su estúpida lealtad?! ¡¿Ser el juguete del rey es a todo a lo que aspira?! ¡Yo lo amaría más de lo que el rey nunca lo hará!  
—Ack… en… tus… su… sueños…  
Apretó los dientes con fuerza, furioso de esa soberbia que tenía al mirarlo en esos momentos, sabiendo que nunca tuvo oportunidad en primer lugar, aquello le hizo gritar con frustración y tomar el cuchillo con tal fuerza que rompió el mango, pero no le importaba. Gaster pudo notar a duras penas con los ojos apenas abiertos, de forma muy borrosa la forma del arma y sabía que había jugado demasiado con fuego, más no se arrepentía de nada de lo que había dicho.  
Terminó por cerrar fuerte los ojos cuando el filo atravesó su hombro hasta traspasar de un lado a otro, perdiendo mucha vida de golpe, ni siquiera tenía el aire suficiente para quejarse del dolor, sentía los gritos, ahora indescifrables para su nivel de consciencia.  
—¡Hey!  
Parte 41
Parte 43
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neoisdrinking · 8 days
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¿...Hija? (DnD Highschool AU) + ART
—Un pajarito me dijo que Providencia tiene una hija...
Todos se congelaron cuando escucharon a Asher. ¿Providencia? Implicaría que es un padre adolescente, y por lo poco que saben no vive con sus progenitores tampoco.
El grupo de amigos giraron sus cabezas como el exorcista, casi tirándosele para sacarle más información. Igna se quedó perplejo, esperando que todo fuera una broma de muy, muy mal gusto; volteó a ver Helen y se encontró con la misma mirada. Hubo una pequeña tregua tácita entre ambos, tenían que llegar al fondo de esto.
Cuando el aludido llegó al salón, la habitación se quedó en silencio. Se sentó tranquilamente en su asiento, saludó q Hijoshiki y prosiguió con su día como de costumbre. Sentía los ojos de los demás en su nuca pero decidió no darle importancia para no avivar cualquiera sea el chisme de ese día.
En el recreo, al Providencia escaparse para comer solo, aprovecharon para debatir.
—¡¿Padre?! —exclamó Catriel, persignándose por la Santa Cruz. —¿Acaso una mujer mayor lo obligó a tener una hija, o realmente no conocemos nada de él?
—No puede ser, dust es posiblemente la persona más fría y aburrida que jamás conocí. —suspiró Asher. —Tampoco lo creí cuando me lo dijeron, ¿será que congenia mejor con las mujeres?
—No saltemos a conclusiones precipitadas... —sonrió nervioso Hijoshiki. —¿Por qué no vamos a preguntarle?
—Já, como si nos lo fuera a decir si así fuera.
Phoenix vio a Igna extrañamente callade, le tocó el hombro para sacarle de sus pensamientos.
—¿Qué pensás?
—¿...Provi es heterosexual?
—Nah, no puede ser. —desestimó Catriel. —Aunque es verdad que nunca entendió ni respondió a los avances de Igna ni Helen.... Y, parece hasta irritado cuando los ve acercarse. N-No solo ustedes, todos los hombres cerca suyo.
Hubo un momento de reflexión colectivo. La idea de Providencia con una chica era más aterradora de lo que habían imaginado.
Bah, nunca creyeron que deberían siquiera imaginar eso en primer lugar.
—Tenemos que seguirle después de clases. —propuso Helen con preocupación.
Todos asintieron.
— ◇ —
Providencia juntó sus cosas con tranquilidad, atento a su celular mientras iba a la salida. Los demás iban despacio atrás de él, disimulando hablar de otras cosas entre elles. Le vieron pasar de largo por la escuela primaria al lado de su secundaria, fue unas cuantas cuadras más adelante y se paró en la entrada de otra.
Una nena de pelo negro alborotado que asemejaba a plumas con algunos reflejos blancos corrió hacia el rubio a toda velocidad y lo abrazó.
—¡Pá!
El corazón de todos se detuvo, tanto por la ternura como por el terror que les provocaba que era real.
Caminaron juntos de la mano hasta su casa, sonriendo y cantando. Algo se rompió adentro de (Lotso) Igna, ¿cómo podía ser que había ocultado algo tan clave de su vida privada con él?, ¡charlaron siete veces! Dos conversaciones más y ya tenían que planear la boda.
Asher sacaba fotos como paparazzi cada vez que podía; Catriel rezaba por el futuro de esa chiquilla; Phoenix no entendía que pasaba porque estaba escuchando Tame Impala al taco; Hijoshiki pensaba preocupado en todas las implicaciones legales de seguir a dos personas sin su consentimiento a su hogar y Helen solo estaba perdido en sus pensamientos.
Una vez llegaron, esperaron menos de cinco minutos para tocar el timbre y casi tirar la puerta de una patada.
Providencia abrió confundido al principio, ahora con un sentimiento intenso de querer hacer correr sangre cuando vio a todo su "grupo" en su casa cuando bien sabía que no le había dado su dirección ni a un alma.
—Tienen treinta segundos para explicar qué hacen acá.
Igna habló primero.
—¡Hija! —sollozó. —¡Lo vimos, no mientas!
—Es verdad, te seguimos hasta su-
Hijoshiki tosió, cortando la oración de Asher.
—S-Sin querer, te vimos ir hasta... Un establecimiento y no te alcanzamos antes de que llegaras a tu casa... —he said, you know, like a liar.
Providencia abrió la boca para replicar la sarta de estupideces pero la niña se asomó por la puerta, pasando al lado del rubio.
—¿Son amigos de papá?
–¡Sí! —respondió Catriel antes que pudiera hacerlo dust. —¿Dónde está tu mamá?, ¿vive con vos?, ¿te pasa la manutención?, ¿pasás hambre?
Providencia iba a estamparles la cara contra la puerta pero la pelinegra respondió.
—No tengo mamá, solo pá.
Por más imprecisa que haya sido la respuesta, revivió por un momento a ciertos elfos.
—Váyans-
—¡Hora del té! —sonrió, agarrando a Helen que estaba más cerca de la mano, entrandolo a la casa. —¡Merienda con amigos de papá!
Providencia cerró la boca, en un abrir y cerrar de ojos estaban todos adentro con sus tazas, medialunas, servilletas...
Para todos era demasiado irreal lo que estaba pasando.
—Entonces... —siguió Catriel, rompiendo el silencio incómodo que sentían los mayores, aún con sed de intriga. —... ¿Tu papá tiene novia?
—¿Novia? —inclinó la cabeza un poquito para el costado.
—Suficientes preguntas, van a dejarme hablar a mí ahora.
Todos dieron un pequeño salto menos la chica. El rubio le hizo una seña y ella asintió, tapándose los oídos.
—Ella es adoptada, podría decirse. No es mía, no tengo novia y no embaracé a nadie. —dijo firmemente. —La encontré hace un año sola en una calle, estaba a punto de morir. La traje conmigo temporalmente pero no tenía a dónde ir. Así que la dejé vivir conmigo, quise decirle que me llamara "hermano" y fue inútil, soy su padre ahora.
Catriel levantó la mano para hablar.
—Y sí tengo los medios para cuidarla hasta que sea mayor, me sobran.
Bajó la mano.
—Entonces... —empezó Igna. —¿No sos heterosexual?
—¿...Qué?
Igna y Helen suspiraron al mismo tiempo, la contracción de estrés en sus caras esfumándose en un santiamén. El de pelo marrón se dispuso a tomar su té, ya muchísimo más tranquilo.
—¡Nunca más me asustes así! —chilló el de pelo negro. —¡¿Cómo se te ocurre ocultarme tal cosa?!
Providencia se negó a responder, haciendo otra seña para que la niña se sacara las manos de las orejas.
Se pusieron a hablar con ella casi al instante, cambiando las vibras de la habitación en una muy comfortante y divertida. Todo con regulación del rubio que estaba atento a que no se pasaran.
—Hey, ¿por qué tan tranquilo, te asustaste?
Helen casi pega un salto al escuchar tan cerca suyo la voz de Asher.
—¿E-Eh? —se sonrojó levemente, mirando para otro lado.—No entiendo a qué te referís.
El peliblanco se rió, pegandole un codazo amistoso a su amigo, no percatándose de la mirada de Providencia sobre ellos.
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+ EXTRA
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kingblueyellowbird · 8 months
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Get Thee Behind Me, Assbutts (Traducción)
Capítulo 1: Maze/Maize
Historia de @ladyknightskye
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Si alguien le dijera a Sam Winchester que regresaría al laberinto de maíz para encontrar a su hermano mayor pasando voluntariamente el rato con dos ángeles rebeldes, y lo que sea que técnicamente era Gabriel, habría asumido que ese alguien estaba completamente borracho.
Sin embargo, de hecho, estaba mirando directamente a Sam, y le sonreía a Cas, mientras Lucifer y Gabriel -joder, joder, joder- estaban ocupados demoliendo un plato de donas de sidra de manzana. Abrió y cerró la boca varias veces antes de que los dos Arcángeles lo notaran con sonrisas terriblemente idénticas. ¿Cómo diablos se las arreglaron para parecer que estaban emparentados mientras estaban en dos recipientes muy diferentes? 
—¿Joder? —Finalmente salió.
Los cuatro hombres -un hombre, tres ángeles, qué carajo- se giraron hacia él. 
—Hola, Sammy —dijo Dean con un tono jovial.
—¡Sambo! —Gabriel chilló—. Deany Baby dijo que aparecerías.
Dean arqueó una ceja con escepticismo ante el apodo, pero no dijo nada, para sorpresa de Sam.
—Hola Sam —dijo por fin Cas—, ¿Descubriste algo en el ayuntamiento?
—Sí —dijo Sam, sin apartar los ojos de los dos arcángeles que actualmente se parecían a las ardillas listadas—, no es nuestro tipo de- ¿por qué están aquí?
Dean estaba ocupado masticando, pero Cas respondió después de darle un delicado mordisco a su dona solitaria. 
—Gabriel escuchó a Dean. Se puso en contacto con Lucifer.
—Esta bieeeeeeen —dijo Sam. ¿Como si algo de eso explicara algo?
—Lucifer decidió dejar de ser un imbécil —dijo Dean alrededor de otro bocado de pastel—. Ahora tenemos que descubrir cómo quitarnos a Michael de encima.
Sam parpadeó. Y parpadeó de nuevo. Continuó parpadeando. Si uno pudiera imaginarse la mente de Winchester en este momento, estaría mejor representada por el torbellino amortiguador de la perdición.
—¿De nuevo?
—He decidido no destruir el mundo —dijo Lucifer después de terminar de masticar—. Los humanos siguen siendo gusanos, pero me agradas bastante. Y Dean es entretenido. 
—Esto es- estás jugando conmigo, ¿verdad? —preguntó Sam.
Lucifer parecía ofendido. 
—Te lo dije, no te mentiré.
Sam se volvió hacia Gabriel. 
—Este eres tú, ¿no es así?
—Bueno sí. —Gabriel agarró otra dona—. Quiero decir, fui a buscarlo. Y hable con él. Vamos a buscar a papá. Vinimos a ver a Cas.
—No te daré el amuleto —murmuró Cas.
—Entonces, supongo que estás atrapado con nosotros —Lucifer sonrió, lo cual fue un poco aterrador.
Cas suspiró con todo su ser. 
—Gabriel. Por favor. Si encuentro a Padre, serás el primero en saberlo.
—¿Y qué tipo de hermanos mayores seríamos si no estuviéramos atentos a ti? Quiero decir, tú también estás huyendo del cielo —dijo Gabriel con un guiño astuto.
Dean tosió una carcajada detrás de su mano ante la mirada en el rostro de Castiel. 
—Solías arrojarme a los cuásares mientras Balthazar y Kokobiel se reían.
—Solo porque nunca aprendiste a no confiar en mí cuando te pregunté si querías ver un truco de magia —comenzó Gabriel indignado.
—Sam, siéntate —dijo Lucifer, deslizándose hacia abajo para que Sam tuviera un lugar en la mesa de pícnic. Gabriel gruñó, pero permitió que su hermano mayor lo deslizara por la madera—, Dean, ve y tráenos más donas.
Dean se levantó para hacer lo que dijo el Diablo. 
—En realidad, iré contigo—dijo Sam con fuerza.
Una vez estuvieron más o menos fuera del alcance del oído de los -santo maldito infierno- tres ángeles, Sam se volvió hacia Dean. 
—¿Qué demonios? —preguntó en un grito casi estrangulado.
—¡Lo sé! —Dean gritó, mostrando que gran parte de su indiferencia aparentemente era una fachada— ¡Quiero decir, santo infierno!
—Dean, ¿qué pasó mientras yo no estaba? —espetó Sam.
—Está bien, entonces convencí a Cas para que entrara al laberinto de maíz conmigo…
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Dean sonrió cuando él y Cas pasaron junto a otra familia que disfrutaba del laberinto. Realmente nunca había estado en uno, y bueno, tenía una oportunidad antes de que el mundo terminara, así que iba a aprovecharla. Resolver el laberinto en sí mismo no fue particularmente entretenido, pero ver a Castiel evaluar cada giro con una mirada entrecerrada sí lo fue. Estaban en el centro del laberinto cuando una voz desconocida habló.
—Castiel, ¿verdad?
Se giraron, Castiel palideció -y vaya, ya estaba lo suficientemente pálido, así que era una hazaña en sí misma- y Dean controló el impulso de sacar un arma. Allí había otra familia, una mamá y un papá y dos niños pequeños riéndose y tomándose una foto. Detrás de ellos estaba un chico rubio de la misma altura que Dean con las manos en los bolsillos y una pequeña sonrisa en su rostro. 
—¿Quién eres? 
—Relájate, Dean-o —dijo una voz que era más familiar. Desafortunadamente.
Dean gimió. 
—¿Qué deseas?
Gabriel se quitó la ventosa de la boca con un sonoro golpe cuando rodeó al otro hombre. 
—Lucy y yo queríamos ver a Cas. No estamos aquí para pelear.
Castiel los miraba con desconfianza, pero Dean también podía ver el leve miedo en sus ojos. 
—¿Qué necesitas?
—Estás buscando a nuestro Padre, ¿no es así? 
El otro ángel- ¿Lucy? Espera-
—¡¿Lucifer?! —preguntó Dean con incredulidad.
El Arcángel asintió. 
—¿Sí? —Su voz seguía siendo muy suave y agradable.
Dean abrió la boca. Él esperaba a alguien… Más. No este tipo, él sonaba como un maestro de jardín de infantes con buenos modales que vestía como Dean.
—Dean —siseó Castiel nerviosamente.
—Lo siento, yo, eh- —Dean negó con la cabeza, y luego sintió crecer la ira. ¡Era el maldito diablo!— Acércate a Sammy y yo...
—No tengo intención de hacerle nada a Sam —respondió Lucifer de manera uniforme—, a menos que él me lo pida.
Antes de que Dean pudiera dar un paso agresivo hacia adelante, el brazo de Cas salió disparado. 
—No.
Gabriel había visto todo esto con una expresión aburrida. 
—Mira, Dean, no estamos aquí por el Apocalipsis. Ya no. Lucy y yo hemos tenido una larga y agradable conversación. Queremos encontrar a nuestro Padre.
—Pensé que creías que la tarea era imposible —gruñó Castiel. Entonces, Dean tuvo la sensación de que Gabriel era un juego justo, mientras que Lucifer era de temer.
—Lo hice, pero tienes una baratija para ayudarte, ¿no? —preguntó Gabriel, señalando el pecho de la gabardina.
—No puedes tenerlo —respondió Cas con severidad.
Gabriel puso los ojos en blanco. 
—Lo recuperarás para dárselo a tu novio, no te preocupes.
Dean frunció el ceño, pero no se perdió el pequeño rubor en las mejillas de Cas. Lucifer ladeó la cabeza. 
—Espera, ¿Castiel?
El ángel se congeló. 
—Castiel… El Castiel de Gabriel. —El rostro de Lucifer se transformó en una sonrisa casi salvaje.
—Solo hay un Castiel —dijo Gabriel con una sonrisa.
—¿Cas? —susurró Dean.
Castiel parecía perseguido. En realidad, se estaba encogiendo un poco. Si no estuvieran enfrentando una amenaza existencial y a un imbécil, Dean probablemente se estaría riendo en este momento.
—¿El Castiel que disparó un cometa en el culo de Raphael, Castiel? —Lucifer dijo con una risa que comenzaba a brotar debajo de las palabras.
Dean miró a Cas con asombro. 
—No es de extrañar que Raphael te odie. 
—Fue un accidente —murmuró Castiel.
En este punto, Lucifer estaba aullando de risa. 
—¡Raphael se quejó de eso con Michael durante años! —Él cantó.
—¡Fue un accidente! —Castiel dijo aún más fuerte, sus ojos se agrandaron con la misma mirada que había usado hace semanas en un burdel en Maine— ¡No fue mi intención! ¡Tú me pusiste a hacerlo, Gabriel!
Dean realmente no tenía la intención de hacerlo, pero se encontró apoyándose en Lucifer, riendo a carcajadas ante la mirada en el rostro de Cas.
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Sam parpadeó a su hermano. 
—Te uniste a Satanás por ser hermanos mayores molestos.
Dean abrió la boca para discutir, pero luego se encogió de hombros. 
—Sí. Supongo.
Sam puso su cabeza entre sus manos.
—Eh, ¿señores?
Se dieron la vuelta y Dean pidió rápidamente otras tres docenas de donuts. Sam seguía tratando de asimilar la idea de que “Lucifer estaba aplazando el Apocalipsis” -no iba a tocar el evidente coqueteo de Lucifer ni con un palo de tres metros-, pero cuando volvieron a la sala de estar, la visión que los recibió lo dejó estupefacto.
Lucifer y Gabriel le estaban dando a Castiel un abrazo combinado de cuerpo completo. Lucifer incluso tenía la cara enterrada en el cuello de Cas, y la de Gabriel estaba debajo de su mandíbula del otro lado, con una cara cómicamente dichosa. Castiel se veía como si fuera un gato que sufría mucho siendo maltratado por niños pequeños. 
—Ayúdame —ordenó.
Dean le dedicó una sonrisa pícara con la lengua fuera.
—Sam, sujeta las donas.
Sam no podía hacer nada más que tomar la comida y ver a Dean sacar una foto de todo con su teléfono.
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Esta es una traducción autorizada. Recuerden apoyar la historia original.
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pxper · 3 months
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La Ambición de la miseria.
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¡Advertencia! COTENIDO EXPLICITO.
No apto para menores de 18 años ni publico sensible, recuerde que es escritura creativa con fines de entretenimiento y fomentación de las artes literarias.
El presente cuento posee lenguaje violento, con temas sensibles de impacto social, sea discreto al avanzar bajo su propia responsabilidad.
Epicortas
Hoy
"La ambición de la miseria."
- Escuche Madre superiora, por favor tome este bebe en su cuidado y escuche mi historia...
Dijo mientras sin previa aprobación entró cruzando las gigantescas puertas, entonces la monja tomó el bebe en las manos cuando este entró abruptamente estirando sus brazos, inspecciono al bebe mientras seguía viendo con asco al harapiento hombre de muy mal olor, ordenando a otra monja llamar a emergencias.
...fue un buen día, desperté y lo primero que hice fue tomar un baño en el río, sin jabón, como siempre no tenia, era momento de encontrar qué comer y el dueño del desayunadero estaba de buen humor, me trato como jamás me había tratado, con respeto y de forma gentil, como un ser humano, entonces bote su basura, separe y recogí el reciclaje como lo hacía a diario, me pago, usualmente el pago era una arepa y café, pero hoy me pago con dinero y además, no lo va a creer, hoy me invitó un desayuno completo, ¿Puede creerlo? Un desayuno como esos que comen la gente que va a la oficina, estaba muy rico, tenía años sin tomar chocolate caliente, el chocolate en taza simplemente tiene un sabor a hogar...
El hombre hablaba con la lengua enredada en voz baja mientras caminaba tambaleándose de lado a lado, la monja le dio el bebé a otra monja y le ordenó darle atención, limpiarlo, alimentarlo y llevarlo a dormir mientras ella seguía escuchando la historia del vagabundo quien empezaba a llorar mientras caminaba, generando un interés genuino en ella quien empezó a seguirlo.
...cuando estaba limpiando la plaza, vera, yo limpio la plaza y el jefe de la estación de policía me paga alguito por eso, ah...
...el trabajo de la plaza y Fay, bueno…
Dijo mientras paraba al lado de una estatua de Jesucristo, un hombre barbado con halo triangular coronándolo y una paloma con una ramita en el pico entre ambos individuos, las figuras estaban elevadas en un altar, entonces la quedo viendo, detallando y volteo a ver a la monja mientras se dejaba caer lentamente recostándose de la pared, al pie del altar.
…estaba limpiando y un misterioso hombre se acercó, me preguntó cómo estaba mi fe y mi familia, lo cual me hizo sentir en la mierda, sin embargo sonreí y respondí algo de forma vaga, ya ni lo recuerdo, digno de un vago ¿No?...
Con mucho esfuerzo seguía hablando y trato de limpiar su frente, se restregó la mano, mezclando el sudor con algo de sangre, haciendo que la monja se alarmara y abriera grande sus ojos, empezó agitar sus manos a las monjas, extendiendo su meñique y pulgar, contrayendo el resto de dedos, colocándolo en su oreja para después tocar su con una mano su otra muñeca frenéticamente y finalizar chasqueando los dedos tres veces, volteando a ver al ver al hombre.
…pero el muy generoso caballero me animó diciendo que todos somos familia y me invitó un almuerzo de lujo, empezamos comiendo pan, el hombre me pidió que dejáramos un poco para el final, entonces llego el plato principal, una delicia comimos…
…comimos, ¿Cómo es que se llamaba? ¡Aja! Comimos filet mignon, ni sabía lo que era eso, tampoco sé lo que significa, pobre diablo…
…cerramos la cena con vino y el pedazo de pan que habíamos guardado del principio...
El hombre tosió escupiendo sangre, que cayó en la cara de la madre superiora, quien simplemente se limpio con la parte blanca de su túnica y limpio la frente del hombre para tomar su mano y empezar a orar.
...al terminar de comer el hombre me abrazó dándome un beso en la frente, recordándome que todos somos hermanos y la familia siempre pelea, que les tenga mas paciencia de los que ellos a mi, ah…
…lo de siempre para el miserable, ser paciente, perooooo, acompañó sus palabras de un canje para una cena ya paga diciéndome "Nos vemos esta noche en mi casa" dándome el papel y yéndose sin decir mas nada, cuál era su hogar, donde era su casa, dirección, su nombre ni quien era, nada, haha, yo estaba feliz por la comida...
La monja levantó su ceja en señal de impresión y sorpresa, mientras entrecerró los ojos viendo al hombre, ordeno a las monjas con furor para que le trajeran una grabadora, papel, lápiz y otra monta de testigo.
...o bueno haha, si me lo dijo a su manera haha, bueno, el hombre se fue y ni siquiera note a donde…
…regrese a terminar de limpiar la plaza, el poli me pago, si bien no había reunido mucho dinero ya que con la charla y las comidas, que me llevaron más tiempo en comerlas de lo usual, tenía mucho sin comer tanto, bueno ¿Asi comen normalmente verdad? Me llevó un poco más de tiempo comer por que era mas comida de la que acostumbro a comer, así que no había podido mendigar dinero, pero no importaba realmente había comido como un rey, ya va, un momento…
Respiro profundamente emitiendo un sonido sibilante mostrándose claramente asfixiado mientras la monja lo empujaba suavemente hacia la pared para sentarlo de forma que su espalda quedará derecha y el inclinado hacia un lado.
…listo, como te decía, el dinero no era un problema, además aún tenía una cena pendiente que bien administrada podía ser desayuno también, estaba feliz y agradecido, demasiado...
...me sentía como en navidad, por un momento olvide que vivía bajo un puente y al llegar por la cena, el servidor del restaurante no me dejó comer ahí, así que me la dieron para llevar, quien me la dio, fue el chico de los carros, ya sabe, a esos que estacionan el carro y les dan buenas propinas, me puso un cigarrillo y una colilla de porro en la bolsa, Dios lo bendiga, yo no lo vi cuando lo hizo, pero me guiño el ojo y miró la bolsa...
Su mano con mucho esfuerzo subía lentamente por su pierna, llegando a los bolsillos bajos de su chaqueta y palpó suavemente.
...me fui caminando mientras revisaba la bolsa, la verdad me dio como mal rollo y pensé que me habían arruinado la comida o algo así, pero encontré su regalo, entonces encendí el cigarro con uno de tres últimos fósforos que tenía, guardando alguno para prender el porro haha...
Se rio levemente con una picardía y satisfacción genuina mientras empezaba a recostar la cabeza hacia atrás viendo hacia arriba con la mirada fija en un solo punto, tosió sangre, haciendo que moviera bruscamente el cuello, mientras muchas monjas llegaban a atenderlo dando lo mejor de ellas, avisando que emergencia había sido notificado y entregando la grabadora junto con todo lo que había pedido la madre superiora.
...llegando al puente donde vivo, vi a una pareja con bebé en brazos, me disponía a bajar de la acera para quedar bajo del puente, tiré mi bolsa de cacharros y reciclaje del día para bajar, entonces escuche un motor mientras unas luces entrantes me encandilaron, escuche un grito femenino, voces masculinas insultándose y discutiendo...
El hombre empezaba a hablar más bajo, haciendo que la madre superiora acercara su oído y la grabadora a la boca de él, un sonido sibilante y de asfixia dificultaba entenderlo al hablar
...cuando me asome, dos hombres blancos, altos, fuertes y con muy buena presentación estaban frente al padre del bebé, que estaba tirado en el suelo, herido y magullado, inmediatamente supe que estaba pasando, estaban secuestrando al bebé, quise huir y esconderme, entonces salte del andén abajo del puente, pero inmediatamente la culpa me azotó y una voluntad ajena a mi, me invadió, se me vino a la mente toda la deliciosa comida qué tuve hoy y lo entendi madre....
...lo entendí, el destino me alimentó y me dio fuerzas por que yo era la última esperanza de ese bebé...
La monja le pidió que se calmara mientras lo ayudaba a recostarse ligeramente, diciéndole qué guardará silencio y reposara para recuperar fuerzas.
...¿Saben cuantos años llevo en la calle? Siendo un inútil, un inservible, sin ningún logro ni mérito, sin amor ni nadie que me recuerde...
El moribundo hombre lloraba recobrando las fuerzas, apretando muy fuerte la mano de la monja viéndola fijamente a los ojos y subiendo el tono de voz, todas las velas se apagaron, toda la iluminación titilo y un pequeño halo titilante apareció sobre el hombre.
...al fin madre, ¡Al fin! Era la oportunidad de ser un héroe, el héroe que yo nunca tuve, nadie me salvó, ¡Nadie! Fui el vagabundo mal oliente que nadie quería, que ya no tenía vida, solo era un desecho más, pero…
…pero yo, yoooo, yo lo salvé, yo salvé a ese bebé, yo no tenía vida, pero eso no quitaba que yo pudiera preservar la vida de otros y darle esa oportunidad de vivir que a mi nadie me dio…
Rápidamente perdía las fuerzas que había recobrado y el halo cada vez se distinguía menos, la iluminación lentamente volvía mientras las velas se prendían lentamente una a una.
…espero que por lo menos ese bebe quiera mi recuerdo, espero ser amado en muerte, para que por lo menos mi alma no se pierda en el olvido...
El hombre se volteo viendo el suelo haciendo sonidos sacando flema y mocos de forma forzada, entonces escupió mucha sangre con coágulos y bilis, sintiendo algo de alivio y pudiendo tomar aliento profundamente.
...esa voluntad que me invadió vino acompañada de una fuerza y agilidad sobrehumana, de un salto subí de abajo del puente a la acera para empezar a correr con todas mis fuerzas hacia el conflicto, uno de los secuestradores le quitó el bebé a la madre y el otro la ejecutó de un disparo, sentí miedo y un dolor profundo, malditos hijos de perra, a pesar del miedo y el impacto que desgarraba mi alma no me detuve, esta vez no me detuve, esta vez....
Se quedo en silencio durante un segundo mientras veía la nada frunciendo el seño y llorando.
...esta vez no hui, cómo hui de la vida, esta vez, aunque sentí miedo, seguí adelante, como los hombres valiosos y verdaderos ¿Soy un hombre Valioso Madre?...
La monja asintió con los ojos aguados y tristes viéndolo a los ojos, trato de vocalizar y decir algo, pero el nudo en la garganta y el desgarre que arrastraban las lágrimas le impidió hablar, entonces le beso la frente afirmando constantemente con su cabeza.
...el padre del bebe, pobre hombre protestó gritando, llorando y tratando de levantarse, pero después de recibir una patada en el pecho, cayó en el suelo recibiendo un disparo en la cabeza, en ese momento notaron mi presencia y que yo corría hacia ellos, me apuntaron y cuando estuvo apunto de disparar de alguna manera, las luces se apagaron, la iluminación se extinguió y un halo apareció sobre el cuerpo del padre muerto haciendo que se moviera, tomando al hombre de la pistola por el tobillo con mucha fuerza, tumbándolo y desviando el disparo a otra parte, haciendo que soltara la pistola, rápidamente el otro hombre dejó al bebe en el vehículo donde llegaron y busco un arma en su cadera, entonces de un salto con una fuerza que no me conocía recorrí como cincuenta metros y golpee al hombre noqueándolo, lo aparte a un lado, dejándolo caer en la carretera mientras tomaba al bebé, cuando intente salir corriendo, el hombre en el suelo agarró su arma y me disparo con el bebé en brazos, maldito perro, no le importo el bebé...
El hombre subió la voz, alterándose haciendo que saliera sangre al hablar haciendo que se intensificara un poco el halo mientras fuertes corrientes de aire venían de todas partes.
...me iba a seguir disparando, lo vi en sus ojos, pero el cadáver del padre aun luchaba tratando de contenerlo se movió bruscamente derramando el contenido de su cráneo sobre la cara de mi atacante para morderlo en el cuello arrancándole el tajo, dejándolo inmóvil, gritando y desangrándose, un hombre de verdad no descansa ni en la muerte...
El hombre lloraba desconsoladamente, su tristeza era profunda, la historia dejaba sin palabras a la monja, a quien lentamente se le iban haciendo goteras en sus ojos.
...aun asustado salí corriendo con el bebé en brazos, dispuesto a llegar a la plaza donde estaba la estación de policía...
En ese momento el hombre apartaba su chaqueta mostrando el lado derecho de su pecho.
...yo, no había notado que recibí el disparo, pero en dado momento me sentí muy sudado y mareado, entonces noté que tenía un disparo en el pecho, no era sudor, era sangre, después de ver tanta de mi propia sangre supe, que el hombre que me invitó a almorzar fue el mismísimo Dios, Cristo y el espíritu santo, fue la santísima trinidad la que me invitó a comer y en cuanto me dijo que me esperaba en su casa, se refería aquí, vi la silueta del convento iluminada por la luz de la luna después de darme cuenta de la herida, me esperaba en su casa, haha, ay dios...
Dijo para si mismo mientras sus ojeras crecían con el pasar de los segundos, perdía color, poniéndose pálido y cada vez hacia más pausas para hablar
...el disparo lo recibí en la parte derecha, me empecé a sentir cansado y sin aire, creo que me perforó un pulmón y de milagro no perforó la cabeza del bebé, que reposaba en el mismo lugar donde recibí el disparo, lo que detuvo la bala de atravesar mi chaqueta y acabar con la vida del bebé fue una pequeña biblia de la que arrancaba hojas para armar porros y que guardaba en el bolsillo del pecho derecho en la chaqueta, justo donde estaba la cabeza del bebé...
Explicó mientras una pequeña biblia salió flotando del bolsillo de su rota chaqueta, la biblia tenía un pequeño hueco qué no la atravesaba, con todo el borde quemado rodeado de una gigantesca mancha de sangre, entonces la madre superiora extendió sus manos, donde la biblia cayó.
...entonces decidí venir hasta acá, tampoco hubiera aguantado hasta la estación de policía y si hubiera aguantado, no hubiera podido contar mi historia antes de morir, haha…
Su voz empezaba a fallar, a este punto la monja empezaba a concluir y deducir partes de la historia según las pocas palabras que escuchaba, las sirenas de la policía y los médicos se escuchaban al fondo mientras sus luces se empezaban a ver por las ventanas y las rejillas.
…madre, por favor, que sepan, que yo, el vagabundo, el bueno para nada, logré hacer algo antes de morir y espero le cuenten la historia a la niña, yo, solo quiero ser un héroe, no quiero que me recuerden como un humano con mal olor, permítame ser recordado como un héroe por esa niña...
Sus ojos se empezaban a quedar estáticos y con un color celeste niebla, su temperatura empezó a bajar en picada, la monja empezó a persignarlo, echarle agua bendita y rezar, entonces le contó que el bebé no era niño, mientras los cuerpos de emergencia entraban.
“Salvaste una niña, que lleva una manilla con su nombre, la pequeña Milagros y te recordara como lo que eres, un héroe, un hombre valioso, un humano respetable y si a mi me preguntaran, un santo”
...madre superiora, los santos no pecan…
…perdóneme por fumar porros en hoja de biblia, perdóneme por maldecir en su presencia y decir groserías, dígale a dios que lo siento, dígale al jefecito de la policía que lamento no poder seguir cumpliendo nuestro trato de limpiar la plaza, explíquele que no es por flojera o ser un bueno para nada...
...pídale de mi parte, que cuide a la palomita que no puede volar, tiene el nido en la pajarera ahí en la plaza, se llama Fay, dígale al chico de los carros que gracias por el porro, cierto ahg...
...no logre comerme la cena, vaya el puente La Manzana, abajo, al lado de la bolsa de cacharros, ahí está la bolsa cerrada con la cena, dásela a alguien que la necesite y por favor, recicle lo que está en esa bolsa, no deje desordenada mi casa por favor, ese era mi hogar, dormí durante años ahí, hoy parece que no, haha…
Tembloroso con su último aliento, metió sus dedos sucios en el bolsillo bajo de su chaqueta, el que había palpado, saco la colilla del porro mientras un policía llegaba a hablar con la madre superiora quien estiro la mano extendiendo su palma en señal de pausa y con un movimiento de cabeza viendo a otra monja, quien detuvo al policía empezando a contar lo sucedido hasta el momento.
…y con toda vergüenza madre, présteme una vela prendida y cuide mucho a Milagros…
…dígale que no la conocí, pero que la amo, que le agradezco la oportunidad que me dio de hacer algo con mi vida. -
Entonces la monja algo confundida le dio la vela, que el hombre usó para prender el porro, un paramédico le gritó intentando detenerlo, pero este le sonrió, dándole una calada, sacando humo por el agujero en su pecho y por su nariz, todas las luces y velas se apagaron una vez más, la luz en forma de halo sobre la cabeza del hombre moribundo se desvanecía lentamente mientras la madre superiora lo llamaba sin recibir respuesta, el halo desapareció y reapareció sobre la madre superiora, para después desvanecerse como una onda expansiva que arrastro una ráfaga de viento que prendió todas las velas recuperando la iluminación mientras el policía aterrado y confundido le pedía a la madre superiora que lo acompañara para tomarle declaración.
Epicortas; La ambición de la miseria. Por: Pxper - El vago de papel (Santiago Andrés Aguilar Méndez 15/07/1999 Bucaramanga, Colombia)
Agradecimientos del autor: Agradezco a todos aquellos que leen esta obra, el simplemente hecho de leerla es muchísimo para mí y lo agradezco profundamente, si quieres apoyarme como creador de contenido, como escritor, puedes ayudar a mejorar mi trabajo, su calidad y el tiempo en el que se desarrolla así como acelerar el proceso de publicación de esta y nuevas obras en todos los formatos y canales, para ayudarme solo tienes que seguirme en las redes, estoy en Facebook, Instagram, Twitter, Wattpad, Tumblr, Tik Tok, Patreon y mas, por favor regálame una crítica de la obra en redes, invita a tus amigos a seguirme en redes, comparte mis obras con tu círculo social, recomienda o crítica la obra entre tus amigos, si quieres llevar tu apoyo más allá y hacerme una donación puedes hacerlo a través de mi Patreon, Payoneer u otros canales que encontrarás en mis redes sociales.
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ares-49789 · 7 months
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Cap 12
7:50, 12/3/2018, Lunes
-¿Sabes ya los resultados?- preguntó la chica, para seguir con su rutina habían llegado ambos antes a clase, la pareja ahora se encontraba sentada en el banco junto a la entrada del instituto donde siempre acababan por las mañanas, Tobías sostenía su libreta cerrada en su mano izquierda mientras guardaba su lápiz y bolígrafo en el estuche que había sacado de su mochila
-Hice los exámenes ayer, no los tengo - contestó el chico, Helena se levantó y comenzó a dar vueltas lentamente al arbol que había delante del banco, dejando su cuerpo caer hacia el lado, solo se mantenía en pie gracias a su mano derecha agarrando el tronco
-¿Estás preparado?- preguntó la chica, el ambiente de inmediato cambió, ya no era tan relajado como antes, la temperatura no había cambiado para nada, ni siquiera la ligera brisa que corría por el jardín del instituto se había detenido, no, solo la sonrisa de Tobías había sido sustituida por una mirada más seria, no quería pensar en eso, pero sabía que era inevitable... Era el cuarto día, eso significaba una cosa
-Nunca podré estar preparado para eso- dijo el chico recordando su situación cercana a la muerte, sabía que se decía a sí mismo que podía superarlo, pero algo por dentro le decía que la próxima vez sería la última... Debía entrenar todo lo posible para que no le pasara- Pero sí - dijo Tobías - Creo que podré hacerlo- Helena se sentó al lado de su amigo donde antes había estado sentada, puso su brazo sobre los hombros de este y lo obligó a depositar su cabeza sobre sus hombros
-No pasa nada - dijo la chica, Tobías podía escuchar las respiraciones de Helena gracias a su oreja pegada al hombro de la chica - Esta vez yo te ayudaré - Helena comenzó a acariciar la cabeza de Tobías gentilmente en un movimiento circular repetitivo, el chico podía sentir los dedos de la chica entre su pelo negro, calmando un poco el peso que había cargado en su pecho desde el jueves anterior, pero a la vez...
-Pero te pondrás en peligro - Dijo el chico, quiso levantar su cabeza para quejarse, pero la mano de Helena acariciando el lateral de su cabeza evitó que lo intentara siquiera, puso su mano sobre la de la chica -Solo quiero que estés a salvo - admitió Tobías, haciendo que el corazón de Helena se acelerara momentáneamente y que su rostro se enrojeciera, dando gracias a que él no la pudiera mirar a la cara desde su posición, ella tosió un par de veces para recomponerse e hinchó su pecho, aunque no separó su mano de la cabeza de Tobías
-Soy una portadora- dijo la chica - gracias a tí, por cierto - Helena bromeó, siempre lo hacía, la verdad es que había pensado mucho tiempo en eso, con toda la preparación que había llevado a cabo no pensaba dejarse amedrentar por una pequeña posibilidad de acabar herida- Pero claro, eso viene con riesgos que estoy dispuesta a tomar -Helena seguía acariciando la cabeza de su amigo, enterrando sus manos en el pelo negro de este
-lo siento - dijo el chico, mirando al frente, a los árboles y arbustos que pagaban el jardín con su color verde a mitad de marzo, la chica suspiró
-no lo menciones, me gusta- dijo la chica, agarrando un mechón del pelo negro del chico para darle vueltas -¿Cuanto llevas sin cortarte el pelo?- preguntó la chica
-unos meses -contestó él, su madre quería obligarlo a cortarlo pero nunca acabó por hacerle y la verdad es que después de todo, su apariencia era secundaria si pensaba que tenía que aprender cómo funcionaban los siete prodigios y cómo derrotar a cetrera... Buff, tantos problemas con los que lidiar, le gustaba no estar solo, tener un hombro en el que apoyarse, sonaba hasta irónico cuando tenía su cabeza apoyada al hombro de Helena
-Buenos días pareja- La voz que apareció detrás de ellos fue reconocida en segundos por los dos, tanto así que Tobías como activado por un resorte se levantó, haciéndose un poco de daño cuando una de las uñas de Helena lo arañó un poco, detrás de él ahí estaba, pelo castaño y corto pero muy despeinando y una forma poco saludable de pera, a pesar de ello una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos que eran capaces de encontrar algo de lo que reírse en segundos
-N... No somos una pareja - Tobías intentó excusarse, haciendo que una parte de Helena sintiera el dolor, pero claro, eso Tobías no lo podía saber, las palabras del chico no hicieron que la sonrisa de Diego se fuera, de hecho se agrandó al ver la reacción de su amigo y sobretodo su cara enrojecida, él no lo podía ver porque Helena estaba evitando mirar en su dirección para que no viera que ella también estaba tan roja como un tomate
-Bueno, digamos que te creo- dijo no muy convencido de sus propias palabras - ¿Entramos a clase? - propuso, era raro que él llegara antes de que el timbre sonará, de hecho la tardanza era su norma, Tobías asintió y se giró hacia ella para coger su mochila
-Te veo luego - dijo el chico a Helena antes de echar a andar seguido de Diego, no tomó mucho tiempo hasta que desaparecieron dentro del instituto, dejando sola a Helena
-Idiota...- murmuró la chica antes de suspirar y tumbarse en el banco, no sabía si se lo decía a sí misma o a Tobías por ser tan... Idiota si, se lo decía a él
-Una lástima, iba tan bien- dijo Clara, sentándose en el banco pero dejando que su prima estuviera aún tumbada en él, la verdad es que había estado viendo desde el principio de la conversación, no había escuchado nada, porque había estado demasiado lejos, pero claro, había sido su padre el que había traído al par de primas al instituto así que no había perdido visual de los dos
-Lo sé - suspiró Helena mirando la rama del árbol que cubría al banco de los pocos rayos de sol que llegaban al lugar en Marzo -Quizás debería ser más directa - dijo la chica
-No creo- dijo Clara, asegurándose de que todo en su mochila estaba ahí, quedaba poco para que las clases empezaran y lo último que quería era echar algo en falta- Ir de cara no siempre es bueno, ¿Y si dice que no?- la pregunta inquietó a Helena, ¿no era posible verdad? Tobías no le diría que no si se lo dijera directamente, además, no era que le quisiera pedir salir, ¿No? Solo quería comunicarle sus sentimientos, decirle que se sentía atraída por él, no necesitaba ser su novia, así estaba bien, ¿No?
-El no diría que no- dijo la chica tapando sus ojos con su brazo izquierdo antes de soltar un suspiro, su prima solo se levantó del banco y cerró la cremallera de su mochila
-Levántate- dijo Clara golpeando ligeramente a su prima con su rodilla en el codo para que esta espabilara -Vamos a llegar tarde - dijo antes de colgar su mochila de su espalda, Helena volvió a suspirar antes de levantarse del banco para seguir a su prima dentro del instituto
.............................................................................................................
-oye, ¿dónde están los gemelos?- preguntó Diego, había llegado el recreo y Tobías y él estaban sentados en la escalera que solían frecuentar, a lo lejos ya se veía a Clara, Diana y Helena girar la esquina del edificio para cruzar el gran patio, Tobías apoyó su espalda en la puerta de hierro y cristal a la que llevaba la escalera y envolvió lo que quedaba de su bocadillo en papel de aluminio antes de dejarlo en el suelo
-El viernes denunciaron a su padre por malos tratos - dijo el chico antes de dirigir su mirada hacia Diego que parecía más bien aliviado
-Ya era hora - admitió Diego antes de dar un mordisco a su propio bocadillo, llevaba años conociendo a Lukas y José, tenía una idea aproximada de como era su padre y sobretodo, de lo asustados que estaban por dentro los dos hermanos, no se lo habían dicho directamente, pero más de un vez había notado como cambiaban sus posturas cuando se comentaba a su padre, los dos solían tensar sus espaldas a la vez como si de un mecanismo se tratase, la verdad es que él mismo había pensado en denunciarlo, pero claro, no tenía pruebas y sus amigos no iban a dárselas- Entonces están en el centro de protección de menores
-Sí, entraron el viernes- dijo Tobías, desenvolviendo su bocadillo de nuevo-¿Cómo lo sabes?- preguntó
-Me informé, tengo una amiga que también está ahí - dijo Diego
-¿Cuál es el tema de hoy?- Diana, Helena y Clara por fin habían cruzado el patio del instituto y llegado a las escaleras que Diego y Tobías ocupaban
-Hablamos de los gemelos- Contestó Diego, arrugando en una pelota el papel de aluminio que había envuelto el bocadillo que acababa de terminar- se han ido al centro de protección de menores por fin- explicó, Diana asintió con los brazos cerrados, movimiento que hizo a Tobías sentirse mal amigo
-¿Es que era el único que no tenía ni idea de lo que les estaba pasando?- preguntó, lanzando una mirada de auxilio a Helena, la chica corrió a su rescate
-Bueno, yo solo me enteré cuando me lo contaron ellos el Viernes- Dijo Helena
-A mí me lo contó Helena el Domingo- Añadió Clara, alejándose de Diana y su prima para sentarse con la espalda apoyada en la pared
-Bueno- dijo Tobías sonriendo - parece que no era el único que no se había dado cuenta entonces, pero Diana, ¿Cómo lo sabías?- preguntó el chico
-Yo...- Diana miró a Diego por un segundo antes de volver a Tobías- Me dí cuenta hace tiempo por como reaccionaban al hablar de su familia, sabía que había gato encerrado ahí- Helena se sentó junto a su prima mientras Diana hablaba, estaba sacando una manzana y un cuchillo de su mochila
-Helena, ¿No te dijo Félix hace nada que no te trajeras un cuchillo a clase?- preguntó Clara, Helena solo contestó encogiéndose de hombros
-Déjala, perro viejo no aprende nuevos trucos- la defendió Diana sentándose junto a Diego en las escaleras, haciendo que este se moviera un poco a la derecha haciendo que Tobías casi fuera expulsado del escalón, efectivamente obligándolo a tomar asiento en un escalón más alto. El chico se echó atrás y apoyó su espalda en la puerta metálica cerrada a la que subía la escalera
-¿Creéis que se encuentran bien?- preguntó, mirando a las moreras que había al otro lado del patio
El viento soplaba entre las ramas que empezaban a crecer las verdes hojas, seguía haciendo frío, pero con la llegada de Marzo se podía oler ya la cercanía a la primavera
-Allá no se está tan mal, además, seguro que todo se arreglará en seguida y volverán a hacer el tonto aquí cuando menos te lo esperes- aseguró Diego
-Si, seguro que solo están gritándose el uno al otro por un postre que José no quiere compartir o algo parecido- Dijo Helena, haciendo que todos sonrieran
-Son las 11 y diez, ¿Qué postre hay a esta hora?- dijo Clara
-Una de esas gelatinas que José se traía de vez en cuando el año pasado- Respondió Helena
-Si, con la cuchara esa de plástico naranja que tanto le gustaba- añadió Diego
-"No es una cuchara de bebés"- Dijo Tobías, imitando el tono de voz de un enfadado José haciendo que en el grupo todos soltaran una carcajada
.............................................................................................................
-Eso es rápido- Un hombre mayor miraba una pantalla, en esta una grabación estaba moviéndose, era de una prueba de velocidad, en la pantalla se podía ver a Tobías, vestido de Falcon Frame haciendo las pruebas de la OH. El hombre tomó un sorbo de la taza de bebida caliente que descansaba sobre su mesa, La luz tenue que salía de la lámpara en la esquina de la habitación golpeaba el lateral de su cara creando sombras en la otra mitad, en cierto punto de la grabación el hombre paró el vídeo y dejó el brebaje en la mesa de vuelta
usando el ratón del ordenador hizo zoom en la muñeca derecha del chico, sus ojos se abrieron por unos segundo en una expresión de sorpresa y confusión a la vez, el hombre se alisó el bigote gris que adornaba su labio superior y sonrió antes de pulsar el botón de un interfono que estaba en su mesa
-Por favor, ¿Puedes decirle a la examinadora de este Falcon Frame que venga?-pidió el hombre
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geralddurden · 1 year
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23 de enero de 1991
Un dedo señaló la puerta principal de una maqueta.
—La puerta principal se situaría a las afueras de la ciudad, en las inmediaciones de la fábrica abandonada. Alternativamente, habría otra entrada a través de las alcantarillas. —El dedo apuntó hacia un laberinto de corredores que desembocaba en una estructura de cinco plantas. —He tenido en cuenta todas sus peticiones, especialmente aquellas referidas a la seguridad de la instalación. —La propietaria de la mano tosió. —Tengo fe en que no se volverá a repetir lo ocurrido en la base antártica.
—La fe es un asunto divino; nosotros demandamos hechos.
La puntualización de Spencer sobresaltó a la arquitecta. La arquitecta echó una ojeada a su compañero, otro arquitecto. Este segundo devolvió la mirada y se irguió para reforzar las palabras de su compañera.
—Somos conscientes, señor Spencer. Por eso, la semana que viene les mostraremos el conjunto de sistemas de seguridad y mecanismos secretos que hemos ideado para evitar otro incidente.
Spencer asintió débilmente complacido.
—¿Usted que opina, Ashford? —preguntó.
Alexander revisó de nuevo el edificio. Alexia, situada a su derecha, permanecía en silencio. Se tomó unos segundos para observar de nuevo las dos únicas entradas.
—Opino lo mismo que Spencer. Necesitaría una demostración de los sistemas de seguridad para fundamentar mi aprobación. —Alexander se ladeó hacia la derecha. —Alexia, ¿qué te parece?
Alexia, cruzada de brazos, no apartó la mirada del edifico.
—Estoy de acuerdo —añadió sin mayor pretensión.
—La semana que viene les haremos una demostración y, si les parece correcto, a finales de este mes comenzaremos las obras.
Fuera de la habitación donde se habían reunido, Alexander y Spencer comenzaron a debatir sobre la financiación de las instalaciones. Alexia se dirigió a una de las ventanas para contemplar el exterior. Las voces de ambos se solaparon hasta que Alexander finalizó su participación en la conversación y Spencer asumió el liderazgo.
—Alexia, hemos pensado sobre la posibilidad de que fueras la directora del nuevo laboratorio en Raccoon City.
Alexia continuó de espaldas a su padre y Spencer.
—Agradezco la proposición —se dio la vuelta, fijando sus ojos en el anciano amigo de su difunto abuelo—, pero mantengo mi pretensión de ser jefa de investigaciones.
Spencer sonrió, contrastando con la seria expresión de Alexander.
—Así sea —terció.
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supernovarol · 1 year
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«We lay my love and I beneath the weeping willow But now alone I lie and weep beside the tree»
Todo era escuchado a través del agua. Un bombeo contra sus oídos, sobre el eco de su propio nombre cantado desde la profundidad de la penumbra. Sentía que se iba y regresaba, que los sonidos se elevaban a punto de cobrar sentido, hasta el segundo antes de ser arrastrada de nuevo a la nada, desorientada entre brazos invisibles que la rodeaban. Y apretaban. Y seguían apretando. Mientras seguían susurrando su nombre en su oído. Luego en otro. Se turnaban a cada lado, llamándola de susurros a gritos desde la distancia, confundiéndola por lo rápido que hablaban y lo mucho que de repente...
La asfixiaba. La presión de la asfixia apareció tan de repente que se volvió lo único abarcando su consciencia. Apretando, y apretando, y apretando. Más. Más. Estalló en luz, entre olas, bajo su nombre. Levantó apenas la cabeza para vomitar el agua, con la visión borrosa incapaz de enfocar la silueta sobre ella. Sólo siguió expulsando el agua hasta empezar a toser. Tosió hasta que lo único que salía era su saliva. Sus manos subieron veloces a agarrarse de quien la había llamado, clavándose en sus brazos en busca de apoyo.
Al terminar de parpadear, sus ojos cobraron un amarillo inquietante sobre matices negros, y cuando finalmente aclaró su vista, las pupilas se estiraron hasta enfocarse, confundidas al tratar de entender el rostro que tenía enfrente. Boqueó, tratando de hablar, pero sólo pudo sentir su garganta quejándose por las heridas que todavía no cerraban.
«Singing O Willow Waly by the tree that weeps with me»
Aterrada, siguió estirando la boca, rogando por recuperar el sonido de su voz, tan sólo consiguiendo quejidos débiles mientras comenzaba a apretar los brazos ajenos, sacudiéndolo en desesperación por hacerse entender. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no hablaba? Sin ser consciente de ello, los moretones recorriendo su cuerpo comenzaron a difuminarse hasta desvanecerse poco a poco, y al momento en que Edelweiss bajó la mirada a su cuerpo todavía hundido en el agua, trató de reconocer el lugar en que se encontraba sin éxito alguno. O por qué estaba ahí. O por qué la voz del desconocido atravesó la nada hasta jalarla de vuelta. No sabía quién era. No sabía dónde estaba. Pero necesitaba su ayuda.
—Mi casa—alcanzó a decir por fin, volviendo a mirar hacia el hombre del que se aferraba—¿Dónde...?—se le fue el aliento. Podía ser el pánico. Podía ser que su garganta seguía recuperándose. Podían ser mil y un cosas, pero Edelweiss insistió—¿Dónde? ¿Qué? ¡Mi casa!—chilló, y conforme más regresaba la energía a ella, disipando la neblina de confusión que la estaba conteniendo, pudo comenzar a recorrer más su derredor con la mirada, reconociendo la playa, pero no la razón por la que estaba ahí—¿Por qué...?
Hasta que llegó el clic. En un milisegundo cayó con todo su peso. Las escenas se arremolinaron sobre ella, y con la misma velocidad las emociones y sensaciones de cada una, aplastándola sin piedad hasta congelarla con la mirada perdida en la nada frente a sí. Su mano subió lentamente a acariciar su cuello, sintiendo el fantasma de las que habían... Habían...
«Singing O Willow Waly till my lover returns to me»
—¡NOOO!—fue el primer alarido, horrorizado, ante el primer pensamiento que la golpeó con la realidad de lo que había pasado. Cerró los ojos, en negación, empezando a sacudir la cabeza en un intento de alejar la verdad—¡No, él no! ¡Él no!—chilló, abriendo la boca en un lamento que la estiró conforme sentía atragantarse con el dolor empezando a atravesarla.
Abrió los ojos incrédulos, de los cuales rodaban las lágrimas a borbotones mientras seguían las ondulaciones del aullido que siguió, y después le siguió otro que raspó más su garganta en berridos más desesperados, y sus manos subieron a cubrir su rostro y comenzar a arañarlo, encogiendo las piernas y estirándolas en pataleos impotentes. No estaba pasando. No era real. Nada tan horrible podía ser real.
Cogió aire, gritando un siguiente "¡No!" tan violento, desde tan directo de donde solía descansar su alma, que su garganta ardió y sus mandíbulas se trabaron. Incluso cuando se le acabó el aire para seguir gritando, al recuperarlo siguió el lamento, y de ellos continuaron los chillidos que escondió entre sus rodillas.
—Mi amor no, mi amor no—negó, acunándose a sí misma en un ovillo mientras jalaba de su cabello con los puños sobre su cráneo—Azriel no. Mi Azriel no...
«We lay my love and I beneath the weeping willow»
Se mecía sobre su lugar, rechazando los brazos que intentaban contenerla sin éxito alguno. En un punto fue arrastrada fuera del agua, hacia la arena, hasta que un grito desesperado se hizo escuchar por encima de los propios.
—¡Señora! ¡Está sangrando!—la sacudió lo suficiente para hacer que se soltara la cabeza y abriera los ojos. Miró hacia el hombre que, tembloroso, señaló con la mirada hacia su regazo, misma que siguió Edelweiss para entender lo que intentaba advertir.
Un vívido escarlata nacía de su vestido en medio de sus piernas, extendiéndose rápidamente hasta que pequeños ríos de sangre corrieron por debajo. Su estómago recibió una punzada tan aguda entonces, que Edelweiss se inclinó hacia adelante por la fuerza del dolor. Se quejó, sintió la mano del hombre en su espalda baja como un intento de consolarla, pero la sintió arder mientras trataba de apartarse. Dobló las rodillas en un intento de acuclillarse, pero las piernas le fallaron y acabó apoyada en el pescador mientras el dolor continuaba.
Horrorizada, vio un coágulo diminuto salir de repente. En ese momento las olas, la respiración del hombre, el viento, todo sonido en el mundo se desvaneció. Siguió el camino del coágulo arrastrado por sangre y agua hacia el charco en el que había despertado, entre las rocas, desde el mar, y lo vio navegar hasta que la voz regresó a su garganta, galopando violentamente en un grito tan agudo y agonizante que reventó los tímpanos del hombre sosteniendo sus hombros.
«A broken heart have I. Oh willow I die, oh willow I die»
Volvió a gritar. Un bebé. Habría tenido un bebé. Murió y con ella murió el bebé. Edelweiss gritó por sus vidas perdidas, de rodillas sobre la arena hasta acostarse sobre las mismas, clavando las uñas en su pecho mientras rasguñaba desesperada. Una mano se acercó hacia ella. La sirena se dio la vuelta y le chilló en la cara. Sus ojos se encendían en un amarillo monstruoso, un zarpazo de sus uñas cruzó su rostro, antes de abalanzarse contra él y hundirlo en el agua junto a ellos.
Empujó tan fuerte que su cráneo se escuchó partir sobre la roca debajo. Los brazos que habían intentado alejarla cayeron inertes. Aun así, Edelweiss mantuvo sus manos cerradas en el cuello del pescador, gritando al rostro de Azriel grabado en su memoria, mirándola en el reflejo del agua que cubría al muerto. Lo sacudió, lo volvió a empujar y la sangre bañó el charco de un oscuro escarlata que pintó sus brazos hasta los codos. Edelweiss miró hacia el cielo, hacia Lúnnera, y juró un odio eterno hacia la Diosa vengativa. Las lágrimas corrían calientes por su rostro mientras soltaba finalmente a su víctima, y de rodillas continuó llorando, con guantes carmesí para estar a juego con el carmesí entre sus piernas.
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mouxesaint · 2 years
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Mi preciosa bruja
Nozel suspiro cuando abrió la ventana del balcón de su habitación, estos cortos minutos entre que ella llegara y él le permitiera la entrada solían llenarlo de ansiedad, no quería que nadie descubriera que estaba dejando a una mujer colarse en el medio de la noche.
- El viaje ha sido tan largo esta vez. – Bostezo permitiendo que Nozel le quitara la capa de invisibilidad que usaba al entrar en el Reino Noble – Como traía esto tuve que venir más lento que de costumbre – Levanto una cesta con orgullo, Nozel pensó que parecía un gato travieso.
- ¿Qué es eso?
- Droga para ti, cariño. Noelle parece un gato cuando lo come. – Contó con una gran sonrisa.
- ¿Debo preocuparme? – Dijo con desconfianza.
- No, solo es pastel de manzanas del reino Corazón, Charmy no ha parado de preparar postres durante estos días, Noelle ha devorado cantidades preocupantes y eso me hizo pensar en ti. – Vanessa sonrió con felicidad al verlo curiosear la cesta, los lindos Silvas adictos al azúcar, se preguntaba a veces si los cuatro hermanos tenían la misma debilidad.
- ¿Cómo estuvo tu día?
- Bien, tuve una misión que terminé rápidamente, luego regresé a la base a realizar mi informe y poder salir de compras con Noelle, queríamos conseguir unos vestidos nuevos para…. – Se distrajo al ver como su normalmente muy educado y estricto novio comía directamente del pastel, no un trozo, no de un plato sino del postre completo.
- ¿Para? – Él se giro ante su silencio solo para ruborizarse intensamente por la mirada divertida y descarada que le dedicaba la mujer, tosió incomodo.
- Lamento no haber podido robar el de frambuesas.  – Se carcajeo acortando la distancia rápidamente para rodearlo con los brazos – Podrías morir de felicidad, ahora tengo envidia.
- ¿De un pastel? – Arqueó una ceja ladeando el rostro mientras apoyaba las manos en su cintura.
- De como te lo comes con tanto gusto. – Ronroneo seductoramente levantando la mirada para dedicarle una mirada deslumbrante, batiendo las cejas con una sonrisa que casi lo cegó, el rubor se acentuó profundamente mientras su corazón latía como loco en su pecho – Respira, Nozel.
- No puedes decir cosas así de la nada. – Murmuro embelesado.
- ¿Prefieres que te lo demuestre? – Paso sus manos detrás de su cuello para atraerlo a un beso apasionado.
- Lo prefiero. – Admitió acunando su rostro para repartir besos de mariposa – Siempre robas el aliento que nace en mi alma, con besos embrujados que llegan tan profundo, dejando una marca que me hace tan tuyo, perdido en tus gemas y suplicando por tu afecto.
Se sonrieron mutuamente estrechando el abrazo, en momentos así Nozel podía olvidar por completo todas sus preocupaciones, solo concentrándose en ella, en la hermosa y bellísima persona que le regalaba momentos de dicha, escondió su rostro en su cuello haciéndole cosquillas.
- ¿Fue un buen regalo?
- Lo es, sobre todo por que viene de ti. – Se separaron unos centímetros – Fui desconsiderado por comerlo solo.
- No te preocupes por eso, no tengo esa adicción tan fuerte como ustedes a los dulces. – Lo empujo para que se sentara en la cama mientras servía una porción del pastel en un plato individual – ¿Has descansado bien hoy?
- No demasiado.
- ¿Ocurrió algo malo? – Pregunto con preocupación mientras tomaba una cuchara para alimentarlo, estas acciones de su parte solían desconcertarlo, a pesar de eso termino por acostumbrarse así que abrió la boca obedientemente.
- Solid y un chico mas joven del escuadrón se enfrascaron en una pelea, los tuvieron que separar y Lady Andrómeda presencio todo, ella pertenece a la Casa Kira, es mayor y cumple funciones administrativas, he intentado jubilarla varias veces, pero se niega rotundamente.
- ¿Por qué tu hermano se golpeó con alguien?
- El otro chico dijo que Solid insulto a una de las novatas, que es una baronesa y cuando le exigió que se disculpara no lo hizo. Nebra ha estado involucrada en la política últimamente, así que pasa menos tiempo con él, he intentado integrarlo con los demás, pero ha sido imposible. – Suspiro pesadamente, restregando sus ojos con sus manos en un gesto agotado.
- Debe haber una manera ¿le has preguntado por que se comporta así?
- Solid no habla conmigo. Lady Andrómeda esta molesta por todo el alboroto, tiene razones para hacerlo, el problema es que como pertenece a otra Casa, Solid solo se ha puesto a discutir con ella. Nebra no esta y no se como manejarlo.
- Parecen un matrimonio, como mamá no está, papá no sabe que hacer con su hijo maleducado. – Vanessa rio ligeramente, tomo una servilleta para limpiar su mejilla manchada por el relleno.
- Soy el jefe de casa, debería responderme cuando lo cuestiono sobre todo ante una falta como la que cometió. – Refunfuño mirando con extrañeza a Vanessa que pasaba un dedo entre sus cejas.
- Te saldrán arrugas antes de tiempo. – Dijo en un tono burlón – Creo que deberías tratar de hablar con Solid como su hermano, no como su jefe de casa ni su capitán. Dices que tus hermanos no se sienten cómodos contigo, la causa puede ser que seas tan severo con ellos.
- No lo hacen, no como tú.
- Bueno, sería raro que tuvieran la misma confianza que te tengo, inapropiado probablemente.
- Lo digo en serio, eres la única persona que me trata como si fuera algo precioso.
- Lo eres, cariño. – Se acurruco en la mano que acunaba su mejilla – Y tus hermanos te deben amar a su propio modo, simplemente ninguno de ustedes sabe expresarlo correctamente. Ahora puedes seguir pensando en como hablar con Solid luego, ahora mismo, tu y yo podemos hacer cosas más entretenidas, por ejemplo, ver quien gana en una guerra de cosquillas.
Nozel no entendió a que se refería hasta que lo tiro sobre su espalda y comenzó tocar su cuerpo obligándolo a reír contra su voluntad, trato de detenerla, pero ella era ágil como un ratón, moviéndose rápidamente evadiendo y al mismo tiempo atacando, tuvo que poner más esfuerzo del esperado para contenerla, sujetando sus muñecas junto a su cabeza, respirando agitadamente para recuperar el aire hasta que la miro, carcajeándose alegremente con los ojos cerrados, su cabello desplegado sobre la sabana, iluminando todo a su alrededor.
Su risa cálida llenando sus oídos, su sonrisa resplandeciente, la mirada llena de afecto sincero, ella trajo luz a un mundo que no sabia estaba oscuro, fue un impulso que nació directamente de su corazón y subió hasta sus labios.
- Te amo. – Susurró con un tono cautivador, congelándose unos segundos después, no había podido exteriorizar en palabras sus sentimientos por lo que siempre trataba de demostrarlo con sus acciones.
- Te amo, Nozel. – Respondió con felicidad en su voz, de una forma tan intima que no pudo resistirse, se inclino para compartir un beso ardiente mientras se derretía en sus brazos – Mi preciosa águila.
La amaba.
Ahora solo tenía que luchar por ella.
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lotuschest · 1 year
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“You’re alright!” ( Para Garlan uwu! )
Tosió un poco, y trató de levantarse, pero sus piernas no le respondieron y volvió a caer de lleno al suelo. El impacto había sido tan fuerte, pero menos terrible de lo que esperaba, o tal vez... Había sido sólo una prueba. La expresión 'que me caiga un rayo' ya dejaba de ser un chiste, al menos para los dos.
Aturdido pudo escuchar y notar que los magos se retiraban mientras murmuraban algo entre ellos. Tal vez sólo habia fracasado, después de todo sabian que no iba a ser algo sencillo.
De pronto, sólo queria estar allí, tumbado, contempkando que todos sus esfuerzos lo habían llevado a ese punto. Seguramente Ivan y su hermano dirían algo como 'No es sencillo para nadie, no está mal', pero él no era simplemente un 'nadie', ¡Tenia que lograrlo, maldita sea!, Si no ¿Qué sentido tendria todo?...
--Tch... Diles... Que regresen, yo.. aun puedo.. nuevamente...--Su voz era ronca, y casi no podía ver bien. Sentía su cuerpo dormido, pesado, y al mismo tiempo no sentía nada de dolor.
@porzellanknochen
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yinnydegoxs · 1 year
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¿Amor o amistad? 16
El científico bajo la mirada a la taza, con los dedos inquietos, después de estar un tiempo separados, más que nada por su culpa, el pequeño festejo de su esqueleto menor y la creación de las posibles nuevas armas había olvidado por completo aquello, incluso podría afirmar que olvido por completo ese percance a pesar de haberlo mencionado en la conversación; alzó la vista después de aproximadamente un minuto, viendo que el rey parecía paciente, esperando su respuesta.
—Yo... debo decir que deje ese tema de lado de momento.
—Dejaste tus investigaciones sobre ello.
—Aunque me gustaría decir que no, de hecho, es una realidad, quizá hasta podría decir que me he resignado un poco con eso.
—¿Dándote por vencido tan fácil? ¿Tú?
—No es que me rindiera, solo que con lo que tengo actualmente a mano me es imposible lograr algo más factible para controlarlo, si bien he descubierto como controlar el olor ambos comprobamos que las feromonas siguen en el aire —tomó un trago de té —necesitaría nuevos químicos o al menos plantas de donde sacarlas y estamos escasos de ello ahora.
—Supongo que es difícil pelear contra la escasez de recursos —suspira un poco preocupado —irás a encerrarte de nuevo en el laboratorio ¿verdad?
—¿Qué otra opción tengo? Simplemente haré que corra mejor la ventilación.
—Tú y yo sabemos que solo eso no es suficiente.
Gaster miró a otro lado un momento, incluso sin prácticamente estímulos externos, se le hizo realmente complicado mantenerse lúcido en demasiadas oportunidades, si bien Alphys era una aliada en esto, él no iba a aguantar en la siguiente vez; no sin recurrir a autolesionarse y estaba muy seguro de que le enojaría de verdad si lo hacía a posta.
Y de verdad que lo menos que quería era hacerlo enojar.
—¿Tiene... alguna sugerencia?
—Bueno, la idea de que tengas un compañero para ello es algo que podrías plantearte.
—No tengo interés en ese camino, si he estado con alguien es solo porque era usted su majestad, ningún monstruo me interesa y no tengo confianza en que los otros sean tan..."cuidadosos".
—¿Crees que alguno pueda lastimarte?
—Mi preocupación no va por ese lado majestad, sabe que los monstruos son propensos a buscar descendencia, en lo cual me incluyo, aunque no fuera con el método tradicional. —Hizo una pequeña pausa acercando la taza —preferiría no perder mi inmortalidad por un desliz de alguien que posiblemente no pueda controlar, dudo poder detener el acto una vez empiece.
—Bueno, pensando de ese modo, tienes un punto —se froto la barba con una de sus manos —entonces, ¿prefieres que yo me encargue?
Tosió un momento el té que estaba tomando, retomando el color rojo en la cara. No es que no quisiera, pero realmente el sexo no era más que algo sin importancia, no significaba nada para nadie en el subsuelo. Quizá pasó demasiado tiempo con los humanos antes de la guerra para ver aquello tan natural como algo más especial de lo que realmente era.
Igual, Asgore no tenía que saber eso.
—Yo... —carraspeo un poco su voz —no quisiera causarle más molestias su majestad.
—Oh realmente no es una molestia, se puede decir que es un poco liberador.
—¿Liberador? —lo miró ahora con cierta curiosidad.
—Bueno, muchos monstruos lo hacen para liberar estrés, además buscar la compañía de otro no es algo raro con nosotros.
—Entonces, es... ¿algún tipo de...? —intento buscar las palabras, pero no sabía cómo decirlo.
—Oh, suele ser lo bastante bueno para relajarse, para un momento placentero o para tener un poco de diversión si se cuidan apropiadamente, no tiene que ser por reproducción si no se quiere.
—Supongo que es una manera de verlo...
—Bueno, es tu decisión, yo no tengo ningún problema en ayudarte con tu celo.
Los ojos de Gaster brillaron apenas en rosa unos pocos segundos, ¿estaba bien aceptar la oferta? No es como si estuviera obligando a su rey a cuidar de él, pero sentía que sería más difícil ocultar sus sentimientos si se aferraba a la idea de estar cerca en esos momentos en los que era vulnerable. Aun así, la tentación parecía poder más que su razonamiento.
—¿E-Está... seguro de ello?
—¿Oh? —lo mira curioso —no voy a forzarte a ello, solo quiero que estés tranquilo con este tema.
El esqueleto movió nervioso sus dedos por la taza, mientras encontraba algo de valentía.
—"E-Estaré a su cuidado." —finalmente optó por usar sus manos mágicas ya que no podía controlar su boca adecuadamente para hablar.
—Ah bien, cuando el momento llegue puedes venir a casa, creo que sería peligroso repetir lo de la anterior vez en el laboratorio.
—"Por favor no me lo recuerde." —se llevó una mano a la cara, estando lúcido moría de pena al recordarlo.
Asgore solo rio por lo bajo, algunos monstruos no tenían tanta discreción, pero ya imaginaba que su científico si la tenía, pensando un poco en estos tres celos pasados una pequeña idea vino a su mente, pero deshecho cualquier pensamiento sobre ello, después de todo él estaba bajo sus instintos y no estaba pensando racionalmente. Aun así, quería ver la reacción del esqueleto.
—Me pregunto si recuerdas luego del celo lo que sucede.
—"Me temo que lo recuerdo con mucha claridad."
—Oh, ¿entonces recuerdas que pediste repetir los besos la primera vez?
La cabeza de Gaster paso a estar completamente roja.
—"¡L-Le dije que olvidara eso!"
—Oh, pero yo recuerdo haberte dicho que no lo haría, y luego en el segundo creo recordabas eso.
—"N-No recuerdo eso."
—¿No acabas de decir que recuerdas con mucha claridad?
—"Yo... yo..." —sus manos titilan mientras se pone más nervioso.
—Oh tranquilo, sé que no estabas en tus sentidos, el celo puede hacerte hacer cosas que lúcido jamás harías, conozco eso bastante.
Gaster sintió un nudo a la altura del cuello ahogando un poco más su voz si eso era posible; bueno, tenía sentido eso, estaba lúcido en el último y no se atrevió a ir por Asgore como anteriores veces.
—"S-Siento eso su majestad."
—Está bien, además yo empecé con ello, —lo miro tranquilo —y bueno, sé que son importantes, pero supongo que ya lo habrás hecho en el pasado, así fuera por curiosidad.
— . . . —miró a otro lado en silencio.
—Oh, espera... ¿de verdad tú nunca...?
—"N-No, q-quiero decir, si h-he tenido los besos familiares, algunos de antiguos compañeros y oh b-bueno, alguno que otro s-solo rozando... pero los de pareja nunca... antes."
—Oh dios, ¿por qué no me dijiste eso?
—"No hubiese cambiado nada ya que lo hizo para sobresaltarme, ¿recuerda?"
—Cielos, siempre pensé que ya... es decir, estoy consciente de que eres un monstruo bastante reservado, pero siempre has sido curioso de todo.
—"Me temo que el tema nunca salió en ningún momento para que yo sintiera curiosidad, no la suficiente, es decir, los roces son un abismo de diferencia a los de una pareja... como decirlo... más.... ¿profundos?"
—Ah... ahora me siento terrible de haberlo hecho, hice mal en suponer cosas, sobre todo conociendo como eres.
El esqueleto bajó la vista y se quedó inmóvil unos segundos, no podía decirle a su majestad que estaba feliz porque él fuera quien tomara sus primeras veces, dejaría peligrosamente expuestos sus sentimientos y no quería que las cosas no solo fueran incomodas si no que, si lo rechazaba, que era la opción obvia, si no que no iba a saber cómo mirarlo más adelante.
De solo pensar en ello lo hizo sentir una opresión fuerte en su pecho y una sensación de vacío aplastarle lentamente, tomó una bocanada de aire para intentar aliviarse, pero no surtía efecto, lo último que quería era que Asgore se sintiera mal en su presencia, ya fue horrible no verlo más de un mes, ¿cómo haría si ya no pudiera volver a verlo de forma permanente?
Aún con esa posibilidad, muy dentro de él, se aferraba a esos sentimientos.
—"Será mejor que me vaya majestad" —apretó un poco los dientes, de nuevo sin poder decirlo directamente —"iré a descansar como pidió."
—¿Eh? ¡Ah! Si, es cierto, lo dije —titubeo un momento, sabiendo que no quería seguir el tema —por favor ve a dormir un poco, al menos para que las ojeras sean disimuladas.
—"Esta bien."
Dejó la taza en la pequeña mesa para luego levantarse y hacer una suave reverencia de despedida antes de ir a la puerta, apenas cruzó el umbral tomo un atajo, pero estando cansado no llego demasiado lejos, a unos pasos del laboratorio, irónico.
Respiró hondamente, intentando que esas sensaciones que tenía por pensar demasiado desaparecieran, pero seguía sin tener éxito, ni siquiera parecían disminuir, si no aumentar con el paso de los segundos, apretó los dientes y entró al laboratorio para poder irse, aunque si tenía que ser sincero, irse por el río hoy no le parecía la mejor opción, no quería regresar tan pronto a casa, necesitaba despejarse e incluso se arrepentía de haber usado un atajo, pero no quería un segundo posible encuentro con cierto monstruo.
Caminó entre la gente del laboratorio, sin hacer contacto visual con nadie, sentía que algo en él se rompería si lo hacía ahora; tan rápido como entro, salió por el frente, yendo por el camino para dirigirse a Waterfall, el falso cielo estrellado quizá podría darle algo en que distraerse, más no duro mucho, ya que conocía cada una de las "constelaciones" que imitaban las piedras brillantes.
Intento que su mente se mantuviera ocupada en detalles pequeños, pero esta se resistía a ello.
Antes de poder darse cuenta de donde pisaba, termino casi de cabeza en el agua, revisando donde había pisado se dio cuenta que el rompecabezas estaba incompleto, incluso un juego de niños es difícil de resolver si no lo miras. Maldijo por lo bajo antes de apoyarse en la orilla para salir, si bien las aguas eran cristalinas, no es como si pudiera contar este chapuzón como un baño.
Se sacudió un poco, suspirando molesto por el percance, al menos podía alegrarse de que nadie lo viera.
—¡Hey doc!
Quizá hablo demasiado rápido.
—"Undyne, parece que me encuentro contigo demasiadas veces."
—Bueno, está bien que para variar no tenga que medio rostizarme en Hotland para verlo.
—"Bueno, a Waterfall solo vengo a veces, cuando quiero recolectar algo de la basura nueva que cae."
—Si, lo he visto algunas veces con Alphys recogiendo cosas, pero no creo que ese salto al agua haya sido para recolectar algo aquí.
—"Solo estaba distraído, he hecho este puzle tantas veces que no controle si estaba hecho."
—Ya... —lo mira un rato —¿por qué está hablando con las manos?
—"No tiene nada de raro, antes lo hacía todo el tiempo."
—Si, recuerdo que Asgore me enseño las señas, pero ahora puede hablar, ¿para que las necesita?
Gaster sintió un ligero dolor en el pecho al oír su nombre.
—"Quizá no estoy de humor para hablar." —desvía la mirada.
—¿Necesita ayuda?
—"No." —Respondió al instante, de forma cortante.
—¿Seguro? Hay muchos más puzles adelante, puedo hacerlos para que pase.
El esqueleto solo suspiró derrotado, no estaba de humor para hablar, mucho menos para discutir y menos sabiendo que no iba a ganar en insistencia o en todo caso la chica lo seguiría de todos modos de forma sigilosa, o no, hasta que volviera a casa.
—"Esta bien, si eso te entretiene."
—¡Hey! Solo trato de ayudar, está demasiado distraído y falta que caiga en alguna trampa o algo.
—"Bien, bien, ya entendí..."
Volvió a apretar los dientes un momento, la angustiosa sensación de vacío lentamente estaba consumiendo su mente, pero intento mantenerse bajo control, se cruzó de brazos y clavó los dedos en sus huesos aún por arriba de la tela; luego de uno o dos minutos decidió que era mejor seguir avanzando, Undyne lo observó de vez en cuando, como tratando de que la mirara, pero no quería hacerlo, no quería que sus ojos se cruzaran con los de nadie.
Fue una caminata incómoda y molesta, no por su acompañante, si no por su propia mente que parecía divertirse con el sufrimiento de una forma retorcida, solo quería dejar de pensar. Levantó apenas la vista a su hogar, con las luces apagadas, lo que decía que, o bien ya estaban durmiendo, o no habían llegado a casa. Miró de reojo a la chica temblar levemente, bueno, no todos podían aguantar los climas extremos de frío o de calor.
—"Vamos al bar a comer... además entraras en calor."
—La idea me suena de puta madre.
—"Lenguaje Undyne."
—Ups.
Sin más que decir, pasaron de largo la casa para ir directo al bar, posiblemente a esa hora podría no haber nadie, si tenían algo de suerte; Undyne no tardó nada en entrar al local y estirar los brazos hacía el calor del lugar, un poco aliviada de salir del frío punzante.
Gaster solo intento mirar a cualquier sitio para enfocar su mente en lo que fuera, pero realmente no podía pensar en otra cosa que sus propios sentimientos, él ya tenía una respuesta sin necesidad de hablarlo con su majestad, la cual no le gustaba, pero era realista, cada que eso venía a su cabeza tenía pesadillas de ello y durante muchos días.
—Curioso, no has venido a la hora de cierre.
—"Su majestad me pidió que viniera a descansar."
—Bueno, te ves terrible, así que no me sorprende.
—"Me lo dijo, de otra forma, en fin ¿puedes darme lo que sea?"
—Bien, ¿con ron como siempre?
—"Si no lo adulteras de nuevo para castigarme."
—No prometo nada.
El esqueleto solo suspiró y se sentó en uno de los taburetes pegados a la barra, no quería llegar a casa y estar solo con sus pensamientos, pero tarde o temprano tendría que ir. Miró de reojo a Undyne que parecía mirar con brillo en su ojo el cómo se movía Grillby para preparar la comida, pensando un poco, probablemente ella tenía que conseguir su propia comida cuando no estaba con el rey, ¿o quizá solo se conformaba con lo que Asgore le hacía? Si bien le dijo de entrar a comer, no pensó en ningún momento si la chica traía oro con ella. Apareció una mano delante de la cara de su elemental amigo sin que su pequeña acompañante lo notara para hacer algunas señas específicas, la llama volteó un momento y asintió despacio antes de seguir con su trabajo.
A los pocos minutos, dos platos de hamburguesa y papas fritas conjuntas.
—"Ponlo en mi cuenta."
—Wah~ ¿los esqueletos comen tanto?
—"No realmente, uno de los platos es para ti."
—¡¿Eh?! —se señala a ella misma.
—"Tómalo como un agradecimiento por acompañarme... y un pago para que no le cuentes a su majestad de mi percance en Waterfall" —miró a otro lado, prefería que los accidentes en general no fueran descubiertos.
—Oh, yo creo que encontraría eso divertido.
—"Prefiero no arriesgarme a un regaño."
—Aw, está bien doc.
Suspiró por lo bajo mientras tomaba su hamburguesa, con el paso del tiempo parecía que Undyne guardaba más y más secretos, desde muy importantes hasta tonterías como la última, la idea de que una niña supiera cada vez más de él lo ponía un poco inquieto, al menos parecía mantener su palabra, pero ¿por cuánto tiempo? Sinceramente no quería cuestionarla, solo esperaba que no terminara sabiendo cosas más personales, ¿aunque eso no sería liberador? Solía contarle antiguamente a Grillby las cosas, ya que es un monstruo muy reservado, pero tenía el detalle de ser amigos de hace tanto tiempo que a veces lo picaba con ello para fastidiarlo.
Aun pagando ese precio, estaba bien sentir menos presión en su pecho.
Termino comiendo despacio, no era que tuviera demasiada hambre en específico, solo se resistía a quedarse solo con sus pensamientos; cuando quiso darse cuenta, ambos monstruos parecían mirarlo detenidamente, como si leyeran su mente y no les gustara lo que estaban viendo.
—Paso algo con Asgore —ni siquiera fue una pregunta, fue una afirmación de los dos.
¿Cuándo se había hecho tan fácil de leer?
—"Ustedes dan miedo, ¿sabían?"
—No es difícil saber que algo va mal con Asgore, parece ser lo que más le afecta doc.
—Por lo general el trabajo cuando no sale como esperas te suele irritar, no deprimir.
—"Sans te ha contado ¿verdad?"
—Los dos están intentando armas nuevas, si, lo dijo, nunca le dijiste que era confidencial.
—"Bueno, se iba a saber con el tiempo."
—¡Hey! No desvíe el tema doc, ¿paso algo demasiado malo con Asgore?
—"No, solo hablamos un poco, me regaño entre otras cosas..."
—No te mataría decirnos esas "otras cosas" de las que hablaron.
—"Son temas que... son más privados, además de que son cosas que ocurren solo a monstruos jefe, así que no se si lo entiendan..."
—¿Tiene algo que ver con sexo?
Ambos monstruos mayores miraron con cara de póker a la menor, que había soltado aquello de la nada, pero vaya que había dado en el clavo ya que Gaster no pudo ocultar el rojo de su magia en el rostro unos segundos después luego de reaccionar.
—"¡Aún eres una niña! ¡Aún no deberías saber de esas cosas!"
—¡Qué no soy una niña! Además, Alphys no es la persona más cuidadosa del mundo y me ha mandado algún que otro cuento con cosas muy... ¿gráficas? Aunque siempre es por accidente, suele venir corriendo a Waterfall para arrancarme el celular de las manos.
—"Juro por dios que la voy a matar." —Se llevo una mano a la cara.
—Pero ¡eh! He dado en el blanco ¿no?
Gaster quiso intentar poner una negativa a ello, pero su comportamiento exaltado y exageradamente nervioso lo delataba a leguas, simplemente se cubrió la cara con ambas manos, en señal de derrota; Grillby le sirvió un vaso de ron con algo de hielo, a veces el alcohol podía hacer que algunos hablaran de más, o por lo menos les daba un respiro en una situación incómoda. En este caso podrían ser las dos dependiendo cuanta cantidad estaba dispuesto a sacrificar.
El esqueleto lejos de protestar tomó el vaso entero de un trago.
—He de decir, que no esperaba que pudieras poner tus manos en el rey, y peor que eso, que no me dijeras nada de ello.
—"¡Yo no lo hice!"
—¿Oh? ¿El rey hizo un movimiento así? —Sirvió de la botella hasta rellenar.
—"¡No! Quiero decir, no como tal... f-fue más como un... instinto..." —Miró el vaso, tentado a volver a tomarlo de un solo movimiento, pero se resistió.
—¿Instinto? —Lo miró unos momentos Undyne.
—Bueno, los monstruos, llegados a ciertas edades, se vuelve común eso, pero viendo como es el rey, realmente no esperarías que volviera a hacerlo con nadie.
—"Eso es porque... es... época de celo."
—¿Época? —Repitieron los dos monstruos.
—"Su majestad me lo explicó en su momento, los monstruos jefes tienen periodos o épocas de celo..." —al final decidió tomar la bebida de una sentada una segunda vez —"en mi caso, libero feromonas mágicas que son como... estimulantes o peor, además que mi magia deja de funcionar, pierdo la poca fuerza física que tengo y no puedo defenderme si al..."
Miró a otro lado, sin querer mencionar lo último.
De un momento a otro logra notar una luz fuerte del otro lado de la barra, levantó la vista del recipiente para dirigirla al brillo y chocar con la mirada molesta de Grillby, por instinto también decidió mirar a Undyne que había apretado los puños contra la mesa, no necesitaba decirlo en palabras para que ellos entendieran que podía pasar, si no que suponían, tal vez mal, lo que le pasaría.
Antes de hablar, el elemental de fuego calmó sus llamas, pensando con claridad a los pocos segundos.
—No creería que el rey te forzara, incluso imaginarlo me ha hecho sentir mal —suspiró mientras volvía a servir otro trago.
—Si, Asgore moriría de culpa por algo así —Undyne miró un poco a Gaster —pero otros monstruos no.
Gaster tensó los hombros, bebiendo nerviosamente y, de nuevo, los dos monstruos lucieron su enojo en sus ojos.
—Solo es por curiosidad, pero ¿el monstruo en la lista negra tuvo algo que ver?
—"¿Que tiene que ver eso?" —no se atrevió a mirarlo directamente y decidió volver a tomar, esta vez con calma, para al menos quitarse el sabor desagradable de recordar a Jack.
—Vino a pedir trabajo aquí hace no mucho tiempo y podría adivinar que Asgore no lo puso en la lista negra por alguna tontería menor, recordando que el último en la lista fue hace treinta años.
—Ah... —suspiró por lo bajo, terminando el trago, un poco más suelto, pero no lo suficiente.
—¿El mendigo intentó ponerle las manos encima?
—"No... no diría que lo intento, sino que lo hizo..." —desvió la mirada, avergonzado de sí mismo.
Grillby solo volvió a servirle, casi de forma automática; si quería que soltara toda la historia, quizá tendría que perder una botella de ron, la resistencia al alcohol del esqueleto no era tan grande para aguantar más de una.
—Voy a convertirlo en un alfiletero —gruñó Undyne.
—"No, no quiero que se arme un escándalo y creo que un año viviendo en la miseria es un castigo lo suficientemente bueno como para que no quiera volver a acercarse a mí."
—Su majestad es demasiado amable como para matar a un monstruo.
—"Debo agradecer que decidiera venir al laboratorio... no sé qué habría pasado si..." —esta vez llevó la copa a su boca y bebió lento, notando su propia mano temblar —"si su majestad no llegaba yo..."
—Hey, con calma G, —Grillby le puso las manos en los hombros —solo importa que no paso a mayores, ¿no? Está bien.
—"Lo siento..." —respiró hondo, alejando el vaso de su boca —"pero, fue humillante ¿saben? soy un monstruo jefe, tendría que poder con cosas así..."
—Puede que sea cierto, pero no es como si pudieras detenerlo ¿no? Sin magia ni fuerza y dudo que escuchara en lo más mínimo o algo —la chica lo mira un momento —¿No le dijiste nada a Asgore de que estabas en celo?
—"De hecho no, no tuve que... bueno... el rey..." —jugo un momento con sus dedos por el borde del vaso —"él... bueno... se encargó de mí."
Tanto la flama como la chica se quedaron recalculando, como intentando procesar lo que acababan de escuchar antes de sobresaltarse por ello. Si el celo de monstruos jefe era más similar al de un animal, entonces ambos podían hacerse a la idea de que había pasado.
—¿Así que estuviste con el rey por tu celo? —Lo miró Grillby.
—"Sí, fue egoísta de mi parte el meterlo en ello... pero ni siquiera pensaba adecuadamente en ese momento, aunque suene a excusa."
—Bueno, si el celo se maneja más parecido a los animales, ¿no es sexo para tener bebés? —lo miró Undyne un poco curiosa.
—"Su majestad no haría algo tan abrupto como eso, está consciente que no deseo perder mi inmortalidad y menos aún quitársela a él."
—El rey debe tener un buen autocontrol.
—"Mejor de lo que yo puedo manejar."
—Bueno, ¿entonces tienen sexo como amigos?
—"No realmente, es solo que las relaciones acortan el tiempo de celo, podría decir que lo corta abruptamente" —medito un momento —"bueno, al menos por lo que he notado eso pasa conmigo o quizá yo lo llevo al límite de aguante."
—Dime que no probabas tus propios límites en nombre de la ciencia o por simple curiosidad por favor, —Grillby lo miró con reproche.
—"Simplemente no quería molestar a su majestad con ello, pero siempre termina involucrado hasta ahora."
—Supongo que Asgore calculaba el tiempo o algo así.
—Hablando de eso, Asgore es un monstruo jefe, ¿no debería tener un celo también?
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Parte 15
Parte 17
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caeless · 1 year
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#     nuevo escenario de cansancio desbloqueado     *     con: kaizen.
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con el crujir de sus pulmones fue que se obligó a detenerse en un punto cualquiera, ambas palmas colocándose contra sus rodillas al boquear por una respiración que se sintió arenosa. tosió, olvidándose por un instante del pútrido aroma a su alrededor, volviendo la mirada a inesperada compañía: ‘  no tengo idea de cuánto tiempo más pueda andar.  ’ confesó, sincera, irguiendo la espalda. ‘  se siente como si hubiese caminado por una semana entera.  ’
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naghinews · 2 years
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Título: Buenas noches, Usopp
Autor: Naghi_tan
Clasificación: PG-13
Personajes/Parejas: Usopp
Fandom: One Piece
Advertencias: Después del Time Skipe
Disclaimer: Los personajes de One Piece no me pertenecen, todo es de Eiichiro Oda, yo solo los tomo prestados por un ratito, prometo devolverlos.
Resumen: Pronto, se hallaban esperando con ansiedad las noches, porque el tirador diario —cuando no le tocaba guardia— le contaba esos cuentos a Chopper, esos que a ellos tanto les gustaba.
Número de palabras: 1196
Tabla: Helados No. Y Nombre: 026. Salsa de Frambuesa
Grupo: Fandom_Insano
Notas: Tiene dos años que lo publiqué... nakamaship, eso si.
Capitulo Único
"Cuando un niño debe de preocuparse por algo más que jugar, deja de ser un niño"
Chopper estaba acostado en la hamaca de Usopp, había tomado la costumbre de hacerlo, no por miedo —él no era miedoso—, sino porque disfrutaba el escuchar los cuentos que el tirador le narraba antes de ir a dormir, Luffy y él eran los que cada noche le rogaban porque les contase una de sus fantásticas historias.
El ego del tirador se inflaba demasiado, tanto que el pecho lo sacaba cual gladiador ante los leones, pero las historias se les iban acabando y sus jóvenes nakama querían escuchar más y más.
Pronto, se halló contándoles cuentos que su madre antes de morir le relataba, solo que él le ponía emoción al narrarlos.
Lo que no sabía era que sus nakama mayores, esos que se la vivían enfrascados en peleas y trabajos varios, también le escuchaban a hurtadillas, esperando con ansiedad el próximo cuento que Usopp narraría.
Esa noche, a Usopp se le ocurrió improvisar, narraría un cuento de un oso, sí, de un oso…
—¿Qué cuento nos vas a contar hoy, Usopp?—le preguntó el renito, mientras ayudaban en la cocina a recoger los trastos de la cena.
—Uno muy especial—sonrió, atrayendo la atención de sus nakama varones, las chicas ya se habían ido a acostar por que el cocinero no concebía que sus bellas damas se desvelasen ayudándolo.
—¿¡Cómo se llama!?—preguntó eufórico Luffy, porque algo que más amaba, no mucho más que la carne, era la emoción de un cuento y más si era del tirador.
—A un no le pongo nombre—admitió el tirador—, pero les va a gustar.
Esa noche le tocaba vigía a Brook, quien se lamentó en silencio el no poder escuchar esa narración, pero tenía la esperanza que Franky o Sanji se lo contaran al día siguiente, si, ellos tenían buena memoria y sabía que podía contar con ese par, con Zoro no tanto, él se hacía el que no escuchaba como los demás, pero era bien sabido que no dormía hasta que Usopp terminase, la ausencia de ronquidos lo delataba.
Ya terminados sus deberes y acomodándose en sus hamacas, los mayores se dieron cuenta que estaban esperando con ansiedad, porque Usopp se las daba de muy interesante y hasta que él decía que narraría, lo hacía.
—¡Ya, Usopp!—le apuró Luffy, quien se hallaba acomodado en una de las literas de abajo, el tirador dormía arriba con el renito, y eso hacía que tuviese que hablar alto, con temor a que Zoro o Sanji le dieran tunda, cosa extraña era que ni uno de los dos —hasta la fecha— lo hiciera.
—Bien—tosió el narigón, sintiendo de paso como Chopper se acurrucaba—, esta es la historia de un oso carpintero.
—¿Un oso carpintero?—Chopper preguntó con entusiasmo.
—Sí, de un oso carpintero—asintió el moreno quien inició de este modo su cuento:
"Este era un oso carpintero quien vivía muy pobre, lloraba porque sus ositos le chillaban de hambre…"
Y con eso se ganó la atención de Sanji, porque algo que le podía entrar hasta el corazón era el ver a alguien sufrir de hambre, y que esos ositos chillasen de hambre le ponía sentimental, que ganas tenía de entrar a ese cuento y darles de comer, maldito oso, en vez de buscar trabajo o comida, lloraba y con eso no se podía dar de comer a nadie.
"La urraca le robo el martillo, clavos y serrote…"
¡Oh, no! ¡Eso sí que no!, se dijo Franky al escuchar esa parte, maldita urraca, si una le llegase a robar siquiera un tornillo, se las vería con él, ¿qué se creía esa ave? Casi bufaba de la molestia, pero si lo hacía, los menores le descubrirían, maldijo a la urraca y a los descendientes de esta, ¡para un carpintero el martillo era esencial!
"Un lindo y rico venado…"
Ahí Zoro pensó que sería ideal que el oso lo matara y lo cocinara para sus hijos, y después clamar venganza contra esa estúpida urraca.
"Que oyó del oso la pena, le dio cuarenta monedas, pa´ herramienta y material"
¡Que venado tan amable! Franky no pudo contener las lágrimas, ese era todo un hombre —aunque fuese un animal—.
Zoro seguía pensando que debía comerse al venado y quedarse con las monedas, así sus hijos no pasaban hambre y el oso podría comprar unas katanas, aunque pensándolo mejor, estaba bien que no lo matasen, les había salvado de morir y por su experiencia la gratitud era lo primero.
"Y el oso con sus seis ositos…"
Sanji abrió grande los ojos, no pues sí se estaban muriendo de hambre, que familia tan numerosa era la que tenía, y la madre quizás había muerto, negó con la cabeza, en esos tiempos ser madre era igual a morir poco tiempo después… quisiera saber quién era el ser que dejaba que hermosas criaturas murieran, ¡le daría una buena patada!*
Y Usopp siguió contando, sin enterarse siquiera que todos le escuchaban.
Esas noches a sus nakama le gustaban, eran como la paz después de un día duro, para Franky era como un relajante refresco de cola, para Sanji era un bálsamo para su mente, ya que diario se la vivía regañando a Luffy para que no se comiera las provisiones y para Zoro… para Zoro era como recuperar aunque fuese un poco la infancia que nunca tuvo al entrenar desde pequeño.
Si Usopp supiera que ellos le escuchaban, se esmeraría más, porque el que unos hombres como ellos le escuchasen, significaba que aún tenían a su niño interior.
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Brook escuchó el cuento, Zoro era el que se lo estaba narrando, a su punto de vista claro, diciéndole lo que debió haber hecho ese oso desde el principio. El mayor solo se reía, le alegraba que un muchacho como ese, se fuese desenvolviendo poco a poco.
Esa noche le tocaba a Roronoa hacer la guardia, y muy a su pesar le pidió al cocinero el favor de que le contase al día siguiente el cuento de ese día.
—Le daré las buenas noches a Usopp de tu parte—le sonrió.
Zoro no se molestó, sabía que si le decía algo al tirador, este se delataría.
Y pronto, con una ansiedad desgarradora, cada uno de ellos rezaba que al día siguiente no les tocase guardia.
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Notas Naghi-tan: Los pedazos de la historia que narra Usopp son de la canción "El oso carpintero" de Cri Cri, es linda la canción, búsquenla si gustan.
*Lo que dice Sanji acerca de que en esos tiempos las madres morían muy a menudo, hace referencia a que en el mundo de One Piece todas las madres mueren trágicamente (Scarlet, Bellamere , Nico Olivia y Rougue son unos ejemplos), el que quisiese patear al causante de aquello es también un juego mío, dando a entender que golpearía a Oda por hacer aquello.
¿Dónde está la Salsa de Frambuesa? Está en ese cosquilleo que se siente en las mejillas al comérselo, es el mismo que uno siente al escuchar algo que en verdad emociona.
Muchas gracias por leer.
Tchao!
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bookishnerdlove · 26 days
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CPQNPD 27
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"¿De qué tienes que preocuparte mientras estoy cerca?" "Señora, ¿qué está buscando?" Volví mi atención al punto de Irene. Vi una tienda que se parecía exactamente a la descrita en el libro. ¡Eureka! Tienes buena vista. Las mejillas de Irene se sonrojaron cuando la felicité. Toqué a Irene en el hombro una vez más y entré en la tienda. Este restaurante cutre sirve y vende monstruos. No puedo creer que cocinen monstruos. Era una idea horrible, pero no para mercenarios. Porque cuando iban de caza, solían comer carne de monstruo. Es una tienda visitada por gente que no ha olvidado el sabor del pasado. Callian solía comer carne de monstruo cuando era un mercenario errante. Sí, usó una línea de una novela romántica. Arrastré a una Irene vacilante a la tienda. La tienda estaba tan desgastada que parecía que pertenecía al exterior. ¡Y el inconfundible olor a rareza e incomodidad! Usé un pañuelo para taparme la boca y fruncí suavemente el ceño. No había nadie en la tienda cuando miré alrededor, así que llamé al timbre de la mesa. Un hombre de mediana edad con una mala impresión pronto salió de la cocina. “No me importa si la señora es princesa o duquesa. Esta no es una tienda donde puedes comprar cosas. Entonces ve." El hombre le estrechó la mano y frunció el ceño. No pensé que saldría bien. Me acerqué a él. "Cocinar y vender la carne del monstruo". “…..” El hombre levantó la barbilla mientras cruzaba los brazos. “Haz lo que quieras. Pero, señora, no puedo garantizar su seguridad. Dijo el hombre con los ojos deslumbrantes. Bueno. No es como si solo hubiera visto a alguien como yo una o dos veces en su vida. El hombre tenía que haberse alejado de la red de cocina cada vez. Así que mis amenazas no tendrán mucho impacto. "¿Amenazante? No digas cosas tan aterradoras. Así que sonreí en silencio y me acerqué a él. “Simplemente estoy aquí para conseguir algo de carne”. Gracias, coloqué un paquete de monedas de oro frente a él. Callian dijo esto en la novela original después de descubrir el lugar donde Fleur compraba carne. Me gustaría oír la información que circula entre los mercenarios. Copié la línea exactamente como estaba. "Me gustaría escuchar la información que se transmite entre los mercenarios". Así. Abrí el paquete y mostré las monedas de oro que había dentro. Los ojos del hombre se agrandaron. Era una cantidad considerable de oro. ¡Tos! El hombre tosió muchas veces antes de acercarse a mí. "Llámame José". Ligeramente estreché su mano. Asentí con la cabeza. “Yujin. Lo tengo. Entonces, ¿cuándo vas a comenzar la solicitud? “Ella es una niña en la que puedes confiar. Así que espero que la trates de la misma manera que yo”. Irene me lloró cuando Joseph entró en la cocina. “¡Lo siento, no puedo, señora! ¡Tengo miedo de ir a lugares como este!” Irene tiene miedo y dice todo lo que se le ocurre. Así que me volví curioso. Era bueno no morir. Read the full article
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liephillipss · 2 months
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Estaba desesperado; tenía que mantener con vida a Annabeth. Pensé en todas las burbujas del mar, siempre agitándose y ascendiendo; me las imaginé unidas, viniendo hacia mí.
El mar obedeció. Noté una avalancha blanca, una sensación de cosquilleo por todo el cuerpo y, cuando la visión se me aclaró, vi que estábamos rodeados por una enorme burbuja. Sólo teníamos las piernas sumergidas en el agua.
Ella jadeó y tosió. Sentía escalofríos en todo el cuerpo.
Pero en cuanto me miró supe que el hechizo se había roto.
Prorrumpió en unos sollozos terribles, que te partían el corazón. Apoyó la cabeza en mi hombro y la abracé.
Los peces se agolpaban alrededor para mirarnos, un banco de barracudas, algunos peces aguja.
«¡Largo de aquí!», les dije.
Se alejaron a regañadientes. Habría jurado que conocía sus intenciones: se disponían a hacer correr por los mares el rumor de que el hijo de Poseidón y cierta chica habían sido vistos en el fondo de la bahía de las sirenas....
—Percy Jackson el mar de los monstruos pág 181
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angiesimsss · 3 months
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29 de mayo de 1896
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En la calma de ese día tranquilo y algo caluroso, los niños cumplían con sus labores después de haber terminado sus deberes. Sin embargo, en el interior de la casa, algo estaba ocurriendo, y los niños no tenían la más mínima idea de lo que se estaba gestando.
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La tranquilidad de ese día se vio abruptamente interrumpida cuando Evangeline despertó con un horrible dolor en el vientre. La realidad golpeó con fuerza: el bebé estaba a punto de llegar, y no había tiempo para llamar al médico. El proceso de parto había comenzado sin previo aviso.
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A pesar de su nerviosismo, Charles se esforzaba por mantener la calma, consciente de que era necesario por el bien de la señora Leighton. "Charles... cariño... llévate a los niños..." tosió Evangeline.
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"No quiero que estén en casa si algo me sucede... por favor," expresó Evangeline con preocupación en su voz. "Nada va a sucederte, Evangeline. Charles, por favor, ve con ellos" Matheo le echó una última mirada al joven antes de que este saliera de la habitación.
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"Por supuesto, señor Leighton. Todo va a salir bien..."
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nuberso · 3 months
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—¿Qué es? —preguntó en un tono más ansioso del que esperaba. Tosió—. Es decir, no necesito nada de ti.
Arthur arqueó una ceja.
—No se trata de necesidad, Linus. La gracia de los regalos no es esa, sino la alegría de saber que alguien piensa en ti.
Linus notó una sensación cálida en la piel.
—¿Piensas... en mí?
—A todas horas.
-TJ Klune. La casa en el mar más azul.
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