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#para que beses mis manos y mi frente
sissy-frydda · 6 months
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El me esperaba en la puerta, de bata. Hacía ya algún tiempo que teníamos chats calientes y coincidíamos en fantasías, a el le encantaba recibir sexo oral y sodomizar chicos, a mi la idea de ser la pasiva sumisa de alguien me quemaba la cabeza. Sentí que debía dar el paso y me puse bella, depilada suave y perfumada y eche mano a la lenceria negra que se que se me ve rico. Un vestido ajustado con mangas y un abrigo ligero, mi peluca castaña y mis sandalias de tacones, tome mi bolsa con las cosillas necesarias de una chique, vibra, lubricante, viagra y una bombachita extra. Un ligero maquillaje y para su depto. 22 pm domingo, debo subir hasta un tercer piso y algunas vecinas siguen atentas al chisme. Se que se nota que no soy una chica y el maldito me hace esperar segundos eternos hasta que me abre la puerta. Me toma de las caderas, recorre el relieve de la braga por mi cola con sus manos calientes mientras me besa el cuello y me dice al oído que me va a llenar la cola de leche. Nunca como hombre pensé que una situación así fuera tan erotizante, mi ano comenzó a contraerse y relajarse y mi bombachita se humedeció. Se sentó en el borde de la cama, se abrió la bata y se recostó, "ponlo duro con la boca nena" y ni siquiera lo dude un instante, tome su pene con mi mano y engulli su glande, era algo discreto pero suficiente. Yo de rodillas frente a el, me sentía la esposa que libera la tensión del marido. Sin embargo, su pene empezó a ponerse rígido mientras lamia sus bolas y cuando quise acordar era una hermosa pija curva hacía arriba y con un duro glande en cono. Entonces la necesidad de sentir aquello dentro mío fue superior, corrí mi bombachita de lado, me alce la falda y me coloque a lo vaquerita sobre el. Su verga golpeaba contra mis nalgas, nos lubrique y con mi mano lo fui llevando al lugar, su glande en punta hizo todo más gentil y agradable, le pedí que no fuera brusco y no lo fue, lo comenzó a mover suavemente y con cadencia y sintió delicioso bien pronto. Me pide que lo bese y cuando lo hago, el me da una profunda estocada anal qué se sintió tan genial que se me escapó el sonido más gay de mi vida. Mi pene y bolitas eran un delicado bulto en la bragas ardiendo de exitacion, mis tetitas estaba rígidas en el corpiño, y mi cola subía y bajaba aquella estaca de carne caliente, sus manos tomaban mis muslos. "Cojete" me dijo, y lo hize, tan rico que supe que me iba a venir sin manos. Entonces el me tomo las caderas y empezó a controlar la velocidad y la profundidad de su pija, aumento el ritmo y la fuerza y lo único que atiné fue a correr mi tanga para liberar a mi pene qué desde el interior de lo más profundo de mi ser, fue sorprendido por un hermoso orgasmo en el vientre de ese macho maldito. Siento entonces como empuja y empuja su verga en mi explotando en un poderoso y viril orgasmo. Su pija late en mi cada vez que eyacula, yo acompaño cada latido con un genuino gemido de placer empalandome de verga lechera y caliente.
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Día del cambio - Primo
El día del cambio es un evento que sucede una vez a la semana, las personas tienen la oportunidad de intercambiar de cuerpo. Existen dos condiciones para hacerlo, la primera dicta que dos personas deben estar cerca, y la segunda que ambas deben estar excitadas. Esa última es la más extraña, no logro comprender porque es relevante estar “caliente”. De cualquier forma no es ningún inconveniente para mi plan.
Pueden que me llamen enfermo por esto, pero no me importa, llevo mucho tiempo pensando en como tomar el cuerpo de mi primo, no será para siempre solo quiero saber que se siente ser él hasta el próximo día del cambio. He tenido esa fantasía desde que era un puberto.
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Lo invite a comer a un lugar en donde sabía que encontraría meseras lindas, lo conozco bien, y sé que siempre ha tenido una debilidad por las chicas de servicio. Se acercaba la hora del cambio, mi primo ya estaba más que provocado, solo faltaba yo. No fue difícil excitarme, con solo ver la cara y sobretodo el bulto en sus pantalones fue más que suficiente.
De un movimiento imprevisto él se levanto para dirigirse al baño. Me puse nervioso el cambio no sucedería si no estábamos cerca. Esperé a que entrara para seguirlo a escondidas. El baño estaba solo a excepción de nosotros dos, mi primo estaba frente a un mingitorio, pero se veía extraño, puedo jurar que no estaba orinando.
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Me quede perplejo, no podía pensar en otra cosa que no fuera su pene. Rápidamente el mío respondió a eso provocándome una erección. Miraba atentamente cada movimiento suyo, su cara se puso roja y esos pequeños gemidos confirmaron mis sospechas.
Una alarma de mi reloj sonó, provocando un eco en todo el lugar. Mi primo me miro bruscamente, mientras apagaba la alarma, la hora del cambio había llegado. Mi vista se oscureció y perdí sensibilidad en todo mi cuerpo. Mi espíritu fue violentamente expulsado de mi cuerpo para terminar estrellándose contra mi primo.
Poco a poco mi vista regreso, mis manos estaban situadas en mi entrepierna tocando con delicadeza mi pene. Inmediatamente supe que no era el mío, levanté un poco mi camisa roja, un vientre plano me sorprendió. Repentinamente sentí una mano en mi hombro provocando que sobresaltara. Mi propio cuerpo me miraba de pies a cabeza deteniéndose en mi pene.
─¿Quieres tocarlo? Es tuyo y esta duro.
No pude ocultar mi sonrisa. Mi primo, ahora en mi cuerpo, puso una mano en su rostro para aliviar la frustración.
─Oculta eso ─me dijo mientras lo guardaba en mi ropa interior.
El nunca sospecho que todo fue planeado, piensa que fue un accidente y se culpa por no controlar su calentura. Mientras tanto, tomaré su vida rato, quiero usar toda su ropa para sentirme más como él. Esto será emocionante.
Antes de irnos, pude ver como mi primo no aprendió nada ya que siguió viendo a las meseras. Ya en el auto miro su nuevo cuerpo más corpulento que el anterior.
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─¿Crees que a las chicas les gusten los osos?
Le regrese una mirada fría junto con un suspiro. Para su sorpresa lo tome de la mandíbula y lo bese durando varios segundos, él me alejo inmediatamente maldiciendo. No paraba de decirme que entre primos eso estaba mal.
─No sé si atraerás chicas con ese cuerpo, pero te aseguro que los hombres se pelearan por ti ─respondo a su pregunta con asertividad. 
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persepolisph · 7 months
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ULTIMA CARTA DE PIZARNIK A SILVINA OCAMPO.
Tristísimo día en que te telefoneé para no escuchar sino voces espúreas, indignas, originarias de criaturas que los hacedores de golems hacían frente a los espejos.
Pero vos, mi amor, no me desmemories. Vos sabés cuánto y sobre todo sufro. Acaso las dos sepamos que te estoy buscando. Sea como fuere, aquí hay un bosque musical para dos niñas fieles: S. y A.
Escribime, la muy querida. Necesito de la bella certidumbre de tu estar aquí, aquí abajo; sin embargo, yo traduzco sin ganas, mi asma es impresionante (para festejarme descubrí que a Martha le molesta el ruido de mi respiración de enferma). ¿Por qué, Silvina adorada, cualquier mierda respira bien y yo me quedo encerrada y soy Fedra y soy Ana Frank?
El sábado, en Bécquar, corrí en moto y choqué. Me duele todo (no me dolería si me tocaras –y esto no es una frase zalamera). Como no quise alarmar a los de la casa, nada dije. Me eché al sol. Me desmayé pero por suerte nadie lo supo. Me gusta contarte estas gansadas porque sólo vos me las escuchás. ¿Y tu libro? El mío acaba de salir. Formato precioso. Te lo envío a Posadas 1650, quien, por ser amante de Quintana, se lo transmitirá entre escogencia y escogencia.
Les envié así un cuaderniyo venezolano con un no sé qué de degutante [desagradable] (como dicen Ellos). Pero que te editen en 15 días.
Oh Sylvette, si estuvieras. Claro es que te besaría una mano y lloraría, pero sos mi paraíso perdido. Vuelto a encontrar y perdido. Al carajo los greco-romanos. Yo adoro tu cara. Y tus piernas y tus manos que llevan a la casa del recuerdo-sueños, urdida en un más allá del pasado verdadero.
Silvine, mi vida (en el sentido literal) le escribí a Adolfito para que nuestra amistad no se duerma. Me atreví a rogarle que te bese (poco: 5 o 6 veces) de mi parte y creo que se dio cuenta de que te amo sin fondo. A él lo amo pero es distinto, vos sabés, ¿no? Además lo admiro y es tan dulce y aristocrático y simple. Pero no es vos. Te dejo: me muero de fiebre y tengo frío. Quisiera que estuvieras desnuda, a mi lado, leyendo tus poemas en voz viva. Sylvette, pronto te escribiré. Sylv, yo sé lo que es esta carta. Pero te tengo confianza mística. Además la muerte tan cercana a mí, tan lozana, me oprime. Sylvette, no es una calentura, es un re-conocimiento infinito de que sos maravillosa, genial y adorable. Haceme un lugarcito en vos, no te molestaré. Pero te quiero, oh no imaginás cómo me estremezco al recordar tus manos que jamás volveré a tocar si no te complace puesto que ya lo ves lo sexual es un “tercero” por añadidura. En fin, no sigo. Les mando los 2 librejos de poemas póstumos –cosa seria—. Te beso como yo sé, a la rusa (con variantes francesas y de Córcega). O no te beso sino que te saludo, según tus gustos, como quieras.
Me someto. Siempre dije no para un día decir mejor sí.
Sylvette, sos la única. Pero es necesario decirlo: nunca encontrarás a nadie como yo. Y eso lo sabés (todo). Y ahora estoy llorando. Sylvette, curame, ayudame, no es posible ser tamaña supliciada, Sylvette, curame, no hagas que tenga que morir, ya…
Tuya:
Alejandra.
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CONVERSACIÓN
No quisiera ponerte nerviosa.
Es la primera vez que algo
nos va a separar,
porque es la primera vez
que te produciré auténtico
miedo.
Así que empiezo otra vez:
quiero ponerte nerviosa,
quiero que tiembles
y quiero que aprendas
a hacerme temblar.
Amo a la gente neurótica,
los cuchillos y las guitarras eléctricas.
Soy un hombrecito insano,
el más perfecto de los traidores
porque no tengo causa.
Desconfía de mí,
que se trabe tu lengua
al darme la espalda.
Ese es el primer paso.
Toma conciencia de que mis manos
no sólo sirven para acariciar
y hay muchas palabras
que contigo nunca he usado.
Fíjate en que esto ya no es un poema,
que yo no soy el mismo para ti
desde que empezó este diálogo.
Imagínate sufriendo
toda la eternidad
el aullido del parto.
Suéñate en un coito largo como la vida,
conocer de memoria las lentas variaciones
del rostro durante el orgasmo.
Vivir el placer de los fantasmas,
el placer de las camas que soportan cuerpos y cuerpos
sin diferenciar si eres un vivo o un cadáver.
¿Ya tiemblas?
Quisiera ordenar con lógica
mi discurso,
pero no puedo.
Sólo deseo que te hundas
en mi carne cenagosa,
gritarte desde el infierno:
¡Ayúdame, ayúdame
con tu viejo pelo negro
y tu boca redonda!
¿Me comprendes?
Huelo tu miedo pequeño y frágil
que invade tu conciencia virgen
y los correosos deseos rojizos
que arden en ti y no reconoces.
Mujer desnuda en una doble página
de un libro de arte,
tomada salvajemente por un jíbaro loco,
por un niño dado a luz en un pesebre,
barrida por el aliento sucio
de maridos que emigran en tren de medianoche,
con voz de odio haciendo el amor, de
chorlito dorado americano y de
gato chino del desierto.
Porque el Amor es una enorme trampa
para cazar hormigas y elefantes,
pero la palabra Amor
es como la palabra Dios,
siempre con mayúsculas
para que no se esfume el encanto.
¿He logrado confundirte,
o sólo he conseguido que me beses la frente
y murmures con ternura que estoy enfermo?
Lo cierto es que ya nunca me verás igual,
siempre imaginarás secretos
oscuros encerrados en mí,
¡pero eso es lo que quiero!
Le daré otro giro:
ese amor de llorar en una despedida,
de presentir los próximos gestos
educados y gentilmente eróticos
a que te has habituado,
de gozar con las palabras de agua,
olas mansas que no producen el menor daño,
te aplacan la sed
e impiden que te tortures
más de lo establecido.
Pero yo te susurro
venenoso
que existen
los trenes secretos del corazón
las huellas en los pasillos de madrugada,
las jeringas jadeando
en encerradas habitaciones,
los pechos azotados por látigos de semen
y los sueños sangrientos...
Porque la Represión es
la más peligrosa caja de Pandora,
porque el dolor oculto
es el arma mejor montada,
porque ser consciente
es vivir siempre junto a la muerte,
delante,
atrás
o en medio como nosotros,
la raza de los agonizantes.
Estoy seguro de que me vas comprendiendo:
hay un millón de sensaciones
que te entran por un ojo
no más levantar el párpado,
el otro espera cerrado
su oportunidad.
Este es mi último intento:
quiero verte alcohólica
para que me escupas en la boca,
quiero que te sientas
camello, león y niño,
quiero verte en forma de hombre,
quiero que veas en mí
un espejo interminable
y que te arrojes a él
con todas tus fuerzas,
hacia el fondo,
lo hondo
del
fondo...
[...]
(20-4-1975)
Félix Francisco Casanova
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domagust · 1 year
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Hace unos meses una madre soltera sin valor que no pudo retener a su esposo, nada especial pero muy puta, solo una buena boca y un par de pechos decentes, me la cogí por desahogo de mis huevos, pero resultó ser un juguete caliente, un mingitorio util, así que la empecé a usar regularmente y a corromper su ya quebrado cerebro, y vaya que valió la pena no tardó en ofrecerme a su hija, o mejor dicho yo la guíe a ese deseo la muy pendeja pensó que era su idea pero yo la hice así, incestuosa y cerda, una vez que lo insinuó, empecé a usarla en su casa para que su hija oyera lo puta que era y lo delicioso que gemia su madre, incluso empezaba el juego frente de ella, su madre me recibía semidesnuda y me atendía en todo, como una buena hembra, un par de veces se arrodilló frente a mi besando mis pies.
Finalmente la putita de la hija cayó, la vi masturbándose mientras su madre en cuatro gemía como una perra, saqué la verga de su madre y le ordené que viniera se pusiera en cuatro, se quedó petrificada así que fui por ella y le puse su mano en mi verga, la bese y finalmente me devolvió el beso, no sabe lamer bien una verga pero ya aprenderá, ahora poseo las llaves de ese departamento y los culos de ambas hembras, la madre es basura útil, una criada, y fuente de dinero, si se comporta puede que beba mi orina o use su cuerpo sexualmente, pero la hija es mi depósito de semen, y una vez que esté bien entrenada, será una buena mujer.
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utopicos · 1 year
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Al abrir la puerta de mi cuarto, me di cuenta de que no era el único individuo que se había hecho dueño de mi habitación en mi ausencia.
Un bulto enredado en las sabanas de mi cama se movió y ronroneo. Fue un ronroneo que me provocó una fuerte sacudida en el estómago, como si acabaran de pegarme un puñetazo. Mi estómago se sacudía violentamente con cada paso que daba hacia delante, pero por extraños motivos desconocidos, no tuve lo que siempre había presumido tener para dar marcha atrás y salir por la puerta.
Me acuclille frente a la cama. No lo entendía. Me temblaban las manos, empapadas en sudor. Alcé un brazo, guiandolo torpemente hacia el bulto sospechoso envuelto en sábanas y cuando lo toque, un chispazo me hizo apartar la mano de inmediato, no por la sorpresa o el dolor, si no por el miedo. El miedo a ese calambrazo, esa toma de contacto entre ese cuerpo y el mío, ese intercambio de energía que había sentido solo una vez.
Tire de la sabana y el bulto quedó al descubierto, vulnerable frente a mi.
Su cuerpo, tan frágil, tan blanquito, tan delgado y perfecto, se encogió sobre la cama. La escasa ropa que ocultaba su cuerpo de miradas ajenas ascendió hasta su cadera por el brusco movimiento, dejando al aire libre todo lo demás. Mis pies no aguantaron la presión y caí al suelo, de rodillas frente a esa divinidad. Ella encogió los brazos sobre su pecho, buscando el calor humano. Se oculto tras sus largas piernas, haciendo ruiditos molestos con la boca. Veía su rostro, sus ojos cerrados sin rastros de maquillaje, puros como siempre se mostraban ante cualquier circunstancia. Los labios brillantes y húmedos, de un color poco mas oscuros que la piel. Parecían estar suaves y ser dulces al contacto de otros. Mi mente, tambaleándose peligrosamente no hizo nada para impedir que mi mano temblorosa se permitiera el lujo de rozar con las yemas de los dedos esos labios... preciosos... Los acaricie y la perfecta portadora de esa deliciosa boca arrugó la nariz que tan atractiva me parecía, quejándose en sueños. Varios mechones de pelo descendieron hasta su rostro. No pude evitar llevarme el dedo que acababa de disfrutar del tacto de sus labios a mi boca. Lo bese y lo lamí como un desesperado, intentando saborear parte de su dulzura. Queria mas...
¿Cómo es posible que cada detalle tuyo me deje sin aliento?
Algo en la lejanía de mi mente se escucho. Apenas lo oí, pero mi hermosa durmiente si que era consciente de aquel sonido. La observe embobado cerrar los ojos con fuerza, arrugar los párpados... y abrirlos con lentitud, desesperado de su letargo, por fin.
El resplandor de sus ojos me atravesó con saña el pecho, dejándome momentáneamente sin respiración. Me observó durante segundos eternos en los que mi mente se ahuecó, dando paso a la blancura de la nada, y ella alzó la cabeza por encima de la mía, sin dejar de observarme fijamente, como si fuera lo único capaz de ver. Su pelo largo se escurrió por la piel de su cuello. Ondulado y negro como el ala de un cuervo, despeinada, adorable.
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estrellasindestino · 1 year
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Y se acercan fechas que se reviven muchas cosas, la primera de ellas fue  cuando tu cuerpo y el mío se demostraron amor de una forma pura y diferente, conectando tu alma y tu energía en mi, y desde ese momento supe que no quería otra piel, otros besos y otras caricias que no fueran tuyas, así te demostré el amor que sentía por ti y tu por mi aun que no era necesario sabíamos que el amor que nos teníamos siempre iba a estar ahí, esa fecha fue la mas bonita y mas real de toda mi vida, por que desde ahí comenzó nuestra historia de amor con bajas y altas, pero siempre hubo amor risas, lagrimas pero sobre todo muchas risas, mucha adrenalina y aventuras que tal vez algún día pueda contar pero prefiero guardarlas y ir por la calle recordando y solo reírme como loca.....
Y bueno se acerca una fecha que en verdad sentía que me iba a desmayar, que solo grite, y quería golpear todo, que el aire me faltaba. que mi corazón solo sentía como se rompía y como me quemaba, y tome tu mano y en mi mente dije te amo amor de mi vida y gracias por todo en verdad gracias, carajo Kim como te ame como en verdad te ame, y te bese la frente y te dije que estés descansando en paz y se feliz por favor, pero nunca me olvides estrella mía por que yo nunca lo are, esa fecha yo solo miraba los rostros tristes de todas las personas que en verdad te amaron por que eras demasiado amor y bonito que a todos les duele, yo no sabia que decir y hasta el momento cuando ellos hablan de ti, no se que decir solo escucho y solo siento que mi corazón se quema y se rompe, se que así va hacer pero a veces me gustaría que ellos supieran que a mi me duele que no es que no quiera hablarlo solo quiero que ese sentimiento se quede en mi, por que solo yo se cuanto quema y duele, a veces me gustaría que por un momento volvieras, solo para abrazarte y besarte y poder decirte que te amo como la primera vez que te lo dije y nunca voy a dejar de hacerlo por que mi amor siempre fue muy fuerte y me daba miedo lo fuerte que es, y también quisiera contarte todo el caos de mi vida y decirte que lo estoy intentando pero a quien engaño siempre supiste que soy un caos pero ahora me siento perdida me gustaría que vinieras y contarte como me siento, por que eres la única persona con la que en verdad podía ser yo, solo quiero que vengas y me digas que sabes que voy a poder, aun que sea un rato quisiera verte, pero se que te volverás a ir por que no hay nada que yo pueda hacer para que te quedes aquí
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ocasoinefable · 2 years
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El plumaje del viento
Había nacido, los rayos de la luz regaban mis pestañas, las veía envolver cada parpadeo, sentía el calor de la tierra y sus murmullos trayendo olores. Sujete el viento y bese lentamente al abrir los dedos cada uno de sus espacios. Escuché llegar de lejos mi nombre y ríe ante aquel sonido, eran capas y vestidos tomando a mis labios. Abrí la sonrisa y sin saber... ¿El cómo..? el sol cayó ante los bordes y murió lento junto con la voz... sentí una descarga arañar los años, golpear mi figura, llevarse partes de mi alma sin volver "Tirando del gatillo y quedando entre el repiques de recuerdos" y en media vuelta me marchité; caí al ritmo de la nieve entre las brasas... Entre las fisuras y las sombras Corrí tan lejos hasta hundirme en el remanso de las nubes; gire y grite en sus algodones hasta volver mi piel de hollín y estirar mis días en la lluvia. Estaba tan lejos que solo perciba de las despedidas una vacío cándido... solo veía entre la lejanía la huida de las mañanas. Seguí el sonido que hacía el suelo y el río entre sus manos, le atrapé en trazos y hablé con él de mi tristeza, me acosté en su regazo y le pregunté sin dudas queriendo solo escuchar ¿El porqué de los pedazos y la unión con lo etéreo.. el porqué de mi existencia quebradiza..? Lo repetí en sus lagrimales hasta que me arrullo en sus baile de brisa y me olvido... me acomode entre la humedad confiando en volver de nuevo y abrir las manos sin temor al mar que reventaba al respirar. Entre algunas rocas se aconcharon algunas risas, las cuide entre la distancia y las pinte con sueños mientras se abría el mar tras una ola. Triste sonreí al volver de la huella que retiraba el agua, y traje de los dedos algunos grumos para dejarlos en los cuencos esperando que las colchas anidarán de nuevo. Camine entre las pestañas hasta que por fin puede caminar, tome la tierra y sembré el rojo de mi corazón, nacieron flores y abrieron cantos. Cada noche me junte en el centro de la tierra y regué de letras cada hoja, la dejé enraizar mis latidos, me entregué en sus cuevas y pasos, pasado de un tiempo otras voces llegaron y nombres se volvieron a mi cuerpo, el amor nacía y se extendía como sangre, me daba color y vida; le acaricie con cuidado hasta volverle parte de mis ojos, centro de mi ser, eje de la realidad y motor principal de cada costilla, vi en sus rostro mi vida y ame hasta amar sin dejar este verbo, en cada ser que veía, aun así cada noche entre mi espalda algo se rompía, se cavaba y pedía contra mi piel. Los días pesaban a pesar de mi sonrisa. Los quejidos eran luna y estrellas ahogando la oscuridad, el dolor se repetía y me llevaba lejos, me volvía olvido. Rasgue a escondidas de las flores y la sonrisa la carne, se abría algo en mi espalda. Los huesos se mueven a medida que aumentan los latidos, se afilan y apuntan. Estoy frente a un risco; la brisa choca entre tejidos de carbón, el pasto se mece, el silbido aumenta. Estoy allí sin dar un paso al frente, con la espalda en dos cruzadas por unas alas que aclaman zarpar, que imploran entre sus líneas alzar. Siento la brisa y muevo las puntas, siento en mi pecho un descanso, se adormilan mis pupilas y canto junto con mi alma. Vuelvo hacia las flores y están me lloran, me suplican con el mismo desespero que llevan las alas. Ató un nudo, mientras veo como late mi corazón entre sus ojos y las raíces, pero quiero desplegar las alas están son ahora mi cuerpo, no puedo volver, Aunque mi corazón me llame a su latido, no puedo y abro despacio a medida que desemboca el mar, suelto la tierra y las alas dejan de ser presas y de doler; son libres y yo entre ellas, mientras que doy un paso y a la vez escucho sollozar el rojo junto a las flores, mientras siento como el corazón abraza con ternura la tierra y sigue pidiendo que vuelva. Estoy frente al risco me he devuelto un paso, estoy inmóvil apretando las alas y sosteniendo la voz de mi corazón, estoy temblando mientras miro pasar el tiempo. Pasan los días y sigo allí a veces tocando alguna sonrisa, a veces junto con la lluvia mirando la paz del mar, a veces olvidando y solo sintiendo la pausa en caída. Estoy aquí mirando la ternura de viento, acogiendo el zumbido filoso de mi espalda, recogiendo el silencio de los bosques y las ramas que mecen un ritmo. Estoy amando mientras el tiempo me mata o se duerme en mis manos de cristal y la mirada de algunas letras.
-Ocaso-Inefable
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queridoantigris · 2 years
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Ma très chère,
Tristísimo día en que te telefoneé para no escuchar sino voces espúreas, indignas, originarias de criaturas que los hacedores de golems hacían frente a los espejos (cf. von Arnim).
Pero vos, mi amor, no me desmemories. Vos sabés cuánto y sobre todo sufro. Acaso las dos sepamos que te estoy buscando. Sea como fuere, aquí hay un bosque musical para dos niñas fieles: M. y L.
Escribime, la muy querida. Necesito de la bella certidumbre de tu estar aquí, ici-bas pourtant [aquí abajo, sin embargo]. Yo traduzco sin ganas, mi asma es impresionante (para festejarme descubrí que a Martha le molesta el ruido de mi respiración de enferma.) ¿Por qué, Minerva adorada, cualquier mierda respira bien y yo me quedo encerrada y soy Fedra y soy Ana Frank?
El sábado, en Bécquar, corrí en moto y choqué. Me duele todo (no me dolería si me tocaras –y esto no es una frase zalamera). Como no quise alarmar a los de la casa, nada dije. Me eché al sol. Me desmayé pero por suerte nadie lo supo. Me gusta contarte estas gansadas porque sólo vos me las escuchás. ¿Y tu libro? El mío acaba de salir. Formato precioso. Te lo envío a Posadas 1650, quien, por ser amante de Quintana, se lo transmitirá entre ascogencia y escogencia.
Te (les) envié aussi un cuaderniyo venezol-ano con un no sé qué de degutante (como dicen Ellos). Pero que te editen en 15 días (…) Mais oui, je suis une chienne dans le bois, je suis avide de jouir (mais jusqu’au péril extrême). Oh Mimi, si estuvieras. Claro es que te besaría una mano y lloraría, pero sos mi paraíso perdido. Vuelto a encontrar y perdido. Al carajo los greco-romanos. Yo adoro tu cara. Y tus piernas y, surtout (bis10) tus manos que llevan a la casa del recuerdo-sueños, urdida en un más allá del pasado verdadero.
Minerva, mi vida (en el sentido literal) le escribí a Adolfito para que nuestra amistad no se duerma. Me atreví a rogarle que te bese (poco: 5 o 6 veces) de mi parte y creo que se dio cuenta de que te amo SIN FONDO. A él lo amo pero es distinto, vos sabés ¿no? Además lo admiro y es tan dulce y aristocrático y simple. Pero no es vos, mon cher amour. Te dejo: me muero de fiebre y tengo frío. Quisiera que estuvieras desnuda, a mi lado, leyendo tus poemas en voz viva. Minerva mon amour, pronto te escribiré. Min., yo sé lo que es esta carta. Pero te tengo confianza mística. Además la muerte tan cercana a mí (tan lozana!) me oprime. (…) Minerva, no es una calentura, es un re-conocimiento infinito de que sos maravillosa, genial y adorable. Haceme un lugarcito en vos, no te molestaré. Pero te quiero, oh no imaginás cómo me estremezco al recordar tus manos que jamás volveré a tocar si no te complace puesto que ya lo ves lo sexual es un “tercero” por añadidura. En fin, no sigo. Les mando los 2 librejos de poemúnculos meos –cosa seria. Te beso como yo sé i a la rusa (con variantes francesas y de Córcega).
O no te beso sino que te saludo, según tus gustos, como quieras.
Me someto. Siempre dije no para un día decir mejor sí.
Ojo: esta carta tu peut t’en foutre et me répondre à propos des hormigas culonas.
Min, tu es la seule, l’unique. Mais ça il faut le dire: Jamais tu ne rencontreras quelqu’un comme moi –Et tu le sais (tout)
(Et maintenant je pleure. Minerva curame, ayudame, no es posible ser tamaña supliciada -)
Minerva, curame, no hagas que tenga que morir ya.
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entrelineasyversos · 2 years
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No seremos
No serás tú
Con quien peleé por un género de película.
Para terminar llorando por un final triste.
No seré yo
La culpable de que veas películas románticas, sin gracias alguna o de viajes en el tiempo.
No serás tú
Con quien camine a la orilla del mar y veas un atardecer recostado en mi regazo.
No seré yo
La que acaricie suavemente tu cabello y siempre bese tu frente.
No serás tú
Con quien cante música en el auto, te dé mal la dirección y terminemos gritando.
No seré yo
La que te pida la dirección a un desconocido y te acabes riendo porque estamos perdidos.
No serás tú
Con quien conozca pueblito mágicos y camine de la mano.
No seré yo
Quien te tomará las mejores fotos ni se tomará las mejores selfies a tu lado.
No será tú
Quien me vea despertar cada mañana, toda despeinada.
No seré yo
La que te dé un beso de buenos días y te prepare los desayunos cada mañana.
No serás tú
Mi domingo por la noche
No seré yo
Tu lunes por la mañana
No serás tú
Quien me tome de la mano, me mire a los ojos y me diga te amo.
No seré yo
La que te mire, te abrace y te responda con un yo te amo más.
No seremos nosotros
Los que caminen juntos de la mano.
No seremos nosotros
Porque para ser hay que estar y para estar. Y tú y yo, no estamos.
-med
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lileuph-milkybanana · 11 days
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Parte III (Verano)
PARTE III                                                                                                               
Verano
Yoongi se puso de puntillas y estiró su mano lo más alto que pudo pero aún así no fue suficiente para alcanzar las malditas manzanas. Intentó saltar, pero con poco resultado. Solo quería comer una manzana, ¿era mucho pedir?
Sus dedos casi, casi tocaron la fruta cuando los brazos de alguien lo tomaron por la cintura y sus pies se levantaron del suelo. Las manzanas de pronto están frente a sus ojos.
—Qué mierda.
—Solo tómalas— la voz de Jungkook sonaba amortiguada y venía de algún atrás de su espalda— No estoy muy cómodo ahora.
Yoongi hizo lo que le pidió. Jungkook lo dejó en el suelo gentilmente con la mayor sonrisa en su cara.
Yoongi podía decir que Jungkook era muchas cosas, pero predecible no era una de ellas. Iba y venía como le complacía. A veces aparecía dos veces en el día o desaparecía una semana entera. Se iba hasta que Yoongi escuchaba las piedras golpear las paredes de su casa. Se había acostumbrado a escuchar el silbido de Jungkook en vez del timbre.
—¿Qué diablos estás haciendo?
—¿Ayudando a un vecino? ¿Siendo un chico decente? ¿Acabar con mi miseria? Honestamente, era triste de mirar— Jungkook escondió una risa, no con mucho éxito, y Yoongi frunció el ceño — ¿De pronto te olvidaste de todas las cosas mágicas que puedes hacer?
—No lo olvidé—a veces Yoongi extrañaba al Jungkook tímido. El Jungkook tímido no era un malcriado. —Estaba por usarla, en realidad, pero apareciste de la nada.
—Fue divertido el primer minuto.
Yoongi suspiró y aunque no sabía si Jungkook se la merecía, le lanzó una manzana. Jungkook la atrapó sin problemas y la limpió en su camisa. Estaba a punto de morderla cuando titubeó y se detuvo, con los labios presionados en la cáscara roja. Miró a Yoongi y entrecerró los ojos.
—Espera. No me dormiré y seré encontrado por siete enanos, ¿cierto? No quiero esperar a que un tipo en un caballo blanco me bese.
—De verdad te encanta ofenderme con tus referencias, ¿cierto? Además, ella era la persona más linda en el mundo. No te halagues a ti mismo.
Algo en la sonrisa de Jungkook, quizás la confidencia en que mordía su labio inferior antes de sonreír, hizo que su corazón saltara en su pecho. Sin embargo, sabía mejor que eso, así que lo ignoró inmediatamente antes de que pudiera pensar mucho sobre ello.
—Uh huh, sigue pensando así. De todas formas, la próxima vez que necesites ayuda puedes subirte a mis hombros.
Jungkook se alejó y Yoongi escuchó el sonido de la manzana crujiendo bajo sus dientes. Se quedó ahí, confundido y un tanto molesto.
Qué mierda…
***
El humo de su cigarro se fue hacia arriba, y giró perezosamente antes de desaparecer bajo el techo. Yoongi dejó que su cabeza cayera contra las almohadas e inhaló lo suficientemente profundo para sentir el humo llenando sus pulmones.
Estaba demasiado caliente. Su camisa se pegaba de forma incómoda a su piel ardiente. Podía sentir las gotas de sudor recorrer su cuello hasta desaparecer bajo sus clavículas. Pasó su mano por su cabello para sentir que ya estaba húmedo y quitó los mechones de cabello de su frente con un suspiro.
Permitió que sus párpados pesados se cerraron mientras estiraba sus brazos sobre su cabeza y se arqueaba como un gato, un pequeño gemido se escapó de su boca. Sus extremidades se sentían pesadas y sus músculos dolían.
La madera crujió, y Yoongi apenas abrió sus ojos para ver a Jungkook. Estaba de pie en el marco de la puerta, inmóvil, mirando a Yoongi, sin darse cuenta de que Yoongi lo miraba de vuelta.
—Hey.
Jungkook se sorprendió al escuchar la voz de Yoongi. Miró a otro lado rápidamente y tragó saliva —No sabía que fumabas—dijo finalmente, pero su voz sonaba apagada. Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo, esta vez sonando más como él— Eso no es muy bueno para tu salud.
Yoongi se rió silenciosamente. Se sentó y aplastó el cigarro en el cenicero. —Solo lo hago de vez en cuando. Además, no es esa mierda del pueblo. Los hago yo mismo.
Pudo sentir como una manga de su camisa se deslizaba por su hombro mientras se paraba pero estaba demasiado cansado para que le importara —Que bueno que estás aquí. Tengo algo para ti.
Cuando Yoongi volvió, estaba sosteniendo un colgante. Era una pequeña botella hecha de vidrio delgado con una tapa decorada con pequeñas hojas plateadas que colgaban de una cadena. Debido al líquido del interior, podían verse destellos en los rayos del sol poniente que brillaba a través de la ventana.
—Debí dártelo antes. Pero la poción se demora demasiado en prepararse —estiró su mano— toma. Para tus heridas cuando no estoy cerca. No es tan increíble como yo, por supuesto, pero debería bastar para cosas menores.
Jungkook lo tomó de sus manos, sin palabras. Lo miró tanto tiempo que Yoongi sintió su confianza caer con cada segundo que pasaba.
—Se ve pequeño pero la poción no se acabará tan rápido. El vidrio es difícil de romper, también, así que no debes preocuparte por eso.
Jungkook mantuvo su cabeza tan abajo que Yoongi no podía ver su expresión. Sus dedos seguían dando vuelta la botella pero aún no decía nada.
—No tienes que usarla si no quieres. Solo mantenla cerca.
—No— Jungkook respondió tan rápido que tomó a Yoongi desprevenido. Puso el colgante alrededor de su cuello y escondió la botella debajo de su camisa, para que estuviera presionado contra su pecho — Yo, uh…lo usaré.
Tuvo dificultad para mirar los ojos de Yoongi, pero cuando finalmente lo hizo, Yoongi vio todo lo que Jungkook no podía decir reflejados en ellos.
Yoongi tomó la cadena plateada y delgada que estaba alrededor del cuello de Jungkook y la arregló con su dedo, en un lugar donde se enredó.
—Gracias— dice el pequeño asentimiento de la cabeza de Jungkook.
—De nada— responde el roce del dedo de Yoongi contra su cuello.
***
Sus caminatas se estaban volviendo más largas. Habían días, como este, en donde aún estaban en el bosque después de que el sol se ponía, y la luz cálida y dorada daba paso a la oscuridad. Yoongi no sabía exactamente como treinta minutos se convirtieron en tres horas. A veces ni siquiera notaba lo tarde que era, hasta que veía las primeras estrellas brillar en el cielo.
Jungkook caminaba a su lado, lo suficientemente cerca para que su brazo rozara el de Yoongi de vez en cuando. Yoongi notó que se volvía más atento con cada minuto que los acercaba más a la oscuridad. No estaba tenso aún, pero era como si la noche lo obligaba a enfocarse más en lo que estaba a su alrededor.
El sonido de sus pasos se vio ahogado por las hojas y el sonido rítmico de las grillos. Entonces, entre el zumbido del viento, Yoongi escuchó un aullido. Era largo, y se escuchaba casi solitario antes de que rápidamente se le uniera otro.
—¿Alguien te llama?
—Seokjin y Tae. Se sienten solos fácilmente —dijo Jungkook con un suspiro.
—¿No tienes que irte? Quizás es algo importante.
—¿Y dejarte aquí para que te pierdas? —resopló Jungkook— ¿Cómo sobrevivirías con esa vista de mierda que tienes?
—Solo porque carezco de tus poderes de lobo no significa que soy indefenso en la oscuridad.
Yoongi sintió calidez alrededor de su mano y pronto, los dedos de Jungkook se entrelazaron con los suyos.
Las manos de Jungkook, sus brazos, ese lugar entre sus hombros y su cuello, su piel en general. Siempre sentía calidez cuando la tocaba. Casi como si su cuerpo estuviera tres grados más caliente que el resto de la gente.
Por un segundo, Yoongi no supo qué hacer pero no sacó su mano. Finalmente, cerró sus dedos lentamente, dándose cuenta que sus manos encajaban juntas perfectamente.
—Sin embargo, sigo siendo mejor que tú—dijo Jungkook.
No lo miró, pues de pronto estaba muy interesado en las luciérnagas que estaban a su alrededor. Tampoco habló mucho en el camino de vuelta y Yoongi no estaba seguro si debía ser quien rompiera el silencio. Después de un rato, su curiosidad ganó, después de todo.
—Nunca había visto a ninguno de ustedes antes de que aparecieras. Solo escuchado.
—Nos gusta la privacidad—dijo Jungkook, quien por fin levantó su cabeza y sonrió— y no nos gustan los extraños demasiado.
—¿Así que soy una excepción?
—Quizá—Yoongi sintió como el agarre de Jungkook se volvió más apretado— además, dejaste de ser un extraño hace mucho tiempo.
***
Fue solo un corte pequeño y superficial en el brazo de Jungkook, como muchos otros que Yoongi había sanado antes. Aún así, cuando terminó y la piel sanó bajo sus dedos, se sintió débil. Intentó ponerse de pie, pero la habitación giró a su alrededor tan fuerte, que tuvo que sentarse de nuevo. Cerró sus ojos pero no hizo nada para quitarle el mareo.
—¿Estás bien?—preguntó Jungkook, preocupado.
Yoongi intentó tragar, pero de pronto su boca estaba seca. Sus dedos comenzaron a temblar.
—Sí—se apoyó contra el sofá y suspiró fuertemente. Cálmate, maldita sea. —Solo estoy viejo.
—Tienes 28.
—Exacto.
El fuerte sentimiento lo abrumó, desde sus hombros tensos hasta la punta de sus dedos temblorosos. Sus músculos ardían con un cansancio que no tenía derecho a sentir. Demasiado cansado para forzar a sus ojos abrirse, dejó que sus párpados se cerraran mientras se acostaba de espaldas con su cabeza en el regazo de Jungkook.
—Um…—escuchó Yoongi.
Aclaró su garganta, pretendiendo que haría su voz sonaba normal— Es hora de la siesta y desafortunadamente estás en mi camino.
Sintió a Jungkook moverse bajo él, como si estuviera listo para ponerse de pie — Me iré si estás cansado.
—Quédate— había un indicio de necesidad en su voz pero Yoongi culpó a la fatiga. Se aseguró de mantener su voz baja cuando añadió— Eres una buena almohada.
Todo estaba borroso cuando Yoongi se despertó. Le tomó un momento darse cuenta que era debido a que no tenía sus lentes puestos. Le tomó otro momento para entender que Jungkook debió haberlos quitado. La cosa cálida que sentía bajo su clavícula resultó ser la mano de Jungkook, y cuando levantó su cabeza, notó que Jungkook estaba dormido.
Después de un momento de duda, Yoongi cuidadosamente se dio vuelta, así su nariz estaba solo a centímetros del estómago de Jungkook. La mano de Jungkook se deslizó
de Yoongi en el proceso, pero antes de que pudiera cerrar los ojos, la sintió de nuevo, descansando en la parte trasera de su cuerpo. Yoongi no quería revisar si Jungkook había despertado. Quizás aún estaba dormido y ni siquiera sabía que sus dedos seguían jugando con las puntas del cabello de Yoongi.
No le tomó mucho para volver a dormirse, arrullado por el tranquilo respirar de Jungkook.
***
Las primeras conversaciones incómodas habían sido olvidadas hace mucho y el tiempo que pasaban juntos incluía más conversación ahora. Desde los temas más triviales (los clientes de mierda de Jungkook, Yoongi incendiando la cocina por culpa de un hechizo mal hecho, un perro bonito que Jungkook vio en el pueblo) a más serios. Era agradable ver a Jungkook abrirse más. Y era agradable tener a alguien en quién confiar. Jungkook lo hacía más fácil, de alguna manera. No siempre necesitaban llenar el espacio entre ellos con palabras. A veces solo estar en la presencia del otro era suficiente.
Sintió la mano de Jungkook tomando la suya. La miró con curiosidad y Yoongi levantó sus cejas en una pregunta silenciosa.
—No imaginé que las mano de brujo serían como las tuyas.
Yoongi bufó. —¿Qué mierda se supone que significa eso?
—No sé—Jungkook miró todos sus dedos, tocó todos sus tatuajes y giró la mano de Yoongi en la suya—Esperaba algo más arrugado. Y con uñas largas.
—¿Para poder revisar si los niños en mi casa de jengibre están listos para ser comidos?— Yoongi se rió— no tienes remedio.
—No dije eso.
Jungkook no soltó su mano. En vez de eso, junto sus manos para ver cuál era más grande (Yoongi ganó, pero Jungkook no lo mencionó) y luego entrelazó sus dedos y descansó sus manos tomados en su rodilla sin decir nada. No miró a Yoongi, tampoco, eligiendo mirar a la distancia.
Yoongi no lo detuvo, lo que sea que esto fuese. Sintió como si debiera decir algo, preguntar qué es lo que estaba pasando exactamente pero todas las palabras murieron en su garganta.
El pulgar de Jungkook acarició el suyo. Yoongi tomó su mano más fuerte. Decidió que no le importaba no saber por ahora.
Entonces escuchó un gruñido. Sonó fuerte a pesar de lo lejos que estaba el lobo. Se sentó y observó, grande y orgulloso, con su pelaje plateado brillando en los últimos rayos del sol.
—Oh, Tae está aquí—Jungkook apretó la mano de Yoongi una última vez antes de soltarla— Debo irme.
Yoongi miró al lobo y le sonrió educadamente, pero solo hizo que el lobo arrugara su nariz y mostrara sus dientes. Incluso desde el lugar donde estaba podía ver sus colmillos filosos. —¿No se supone que es el amistoso?
—Lo es—Jungkook sonrió— Pero no dije que era fácil ganarse su confianza, ¿cierto?
Cuando Jungkook estuvo al lado de Taehyung, acarició su cabeza hasta que su expresión se volvió más relajada. Desde lejos pudo escuchar su voz.
—Está bien. Sabes que Yoongi es un amigo.
Yoongi miró su mano. Se sentía fría ahora, vacía y de alguna forma no como se supone debería sentirse.
Un amigo. La voz de Jungkook retumbó en su cabeza. El amigo Yoongi.
***
La brisa suave revolvió el cabello de Yoongi mientras balanceaba perezosamente sus pies dentro del agua fría del arroyo.
—Vi a tu novio lobo ayer.
Los ojos de Jimin brillaban casi tanto como el agua que relucía a su alrededor. Estaba enfocado en la mariposa que decidió descansar en su dedo pero aún había una sonrisa en su cara que Yoongi conocía muy bien. Y nunca significaba nada bueno.
—Su nombre es Jungkook—dijo Yoongi, mirando las piedras coloridas que estaban en el arroyo— Y no es mi novio.
—Vino a tomar un baño—Jimin, aparentemente no satisfecho con la reacción de su noticia, movió sus cejas y añadió— Desnudo.
—Creo que así es como la gente usualmente se baña. Sin su ropa.
Jimin continuó, ignorando completamente el sarcasmo en la voz de Yoongi— trajo a un amigo, también.
—¿El que te gusta?
Si Jimin pudiera sonrojarse, sus mejillas estarían teñidas con un lindo rosado. Pero ya que no podía, solo hizo un sonido ofendido y se sumergió más en el agua.
—Solo creo que es lindo. Eso es todo.
—Así que…¿te gusta? —molestó Yoongi— Hablale. Jungkook dice que es amigable.
Jimin se sumergió lo suficiente para que el agua cubriera su boca, y murmuró a través de las burbujas —pero soy tímido.
—Estoy seguro que le gustarias.
Jimin se rió dulcemente, empujando la rodilla de Yoongi. —No sabía que de pronto eras un experto.
Después de un momento, se calló. Su expresión se oscureció y sus ojos se volvieron más serios, perdiendo el brillo juguetón. Mordió sus labios, dudoso, antes de decidir hablar.
—Tiene muchas cicatrices— Yoongi asintió— ¿lo curas a menudo?
—De vez en cuando.
—Yoongi— odiaba la mezcla de preocupación y regaño en la voz de Jimin. Lo que odiaba aún más fue que funcionó y logró hacerle sentir que hizo algo mal— Espero que sepas lo que haces.
Yoongi recordó la calidez de la mano de Jungkook sosteniendo la suya y el sentimiento que tenía cuando los dedos de Jungkook jugaban con su pelo antes de dormirse.
—Claro que lo sé.
***
Jungkook caminaba un poco más adelante que él, sus manos se balanceaban al lado de su cuerpo y su cabeza miraba hacia arriba, observando las pequeñas partes de cielo que se dejaban ver entre las ramas de los árboles. Su piel ya se estaba bronceando más por las horas que pasaba afuera, siempre yendo a algún lugar, siempre corriendo. La gentil línea de su espalda se movía con cada movimiento de sus brazos. Cada vez que caminaba bajo un rayo de luz solar, su cabello negro y corto brillaba. Yoongi se preguntó cómo se sentiría pasar su mano a través de él.
Jungkook se dio vuelta y sus ojos se encontraron por un segundo antes de que Yoongi mirara a otro lado.
—¿Estás pensando en algo? —preguntó Jungkook. Caminaba de espaldas ahora, sus manos estaban escondidas en los bolsillos de sus pantalones, y daba pasos ligeros y saltones en el camino estrecho.
—¿Por qué preguntas?
—No sé—Jungkook se encogió de hombros y la curva de sus labios se elevaron en una sonrisa gentil—estás callado hoy.
—Solo tengo sueño.
Jungkook se rió y todo pareció ser más dulce que antes, de alguna manera. Sus pequeñas arrugas en sus ojos, sus mejillas con ese hoyuelo que solo aparecía cuando sonreía lo suficientemente amplio, e incluso su nariz quemada por el sol arrugandose —siempre tienes sueño.
Yoongi metió sus manos más profundo dentro de sus bolsillos y las apretó. Apartó su mirada de la cara de Jungkook, esperando que ese sentimiento de necesidad desapareciera antes de que se asentara en su corazón— Es cierto.
—¿Estás seguro de que estás bien? —preguntó Jungkook.
Yoongi deseó poder dejar de escuchar el indicio de preocupación en la voz de Jungkook. Hacer algo para que no sonara tan cálido en sus oídos. Miró las cejas fruncidas con preocupación y los ojos interrogantes. Miró el labio inferior que Yoongi quería sentir contra los suyos.
—Estoy seguro.
***
La mano de Jungkook siguió el largo de su espina mientras Yoongi presionaba besos en la garganta de Jungkook, desde sus clavículas hasta la línea de su mandíbula. Jungkook tembló bajo él, se retorció cuando Yoongi cerró sus dientes alrededor de su lóbulo. Sus manos se posaron en el cabello de Yoongi y se cerraron ahí, su aliento caliente contra el costado de la cara de Yoongi y entonces, Yoongi despertó.
Miró el techo, sintiendo cómo la calidez del cuerpo de Jungkook, la piel suave bajo los dedos de Yoongi y la presión suave de sus labios en la sien de Yoongi se disolvian uno a uno, dejándolo solo y vacío.
Presionó su cara contra la almohada tan fuerte que era difícil respirar.
Mierda.
***
En algún punto, Jungkook hizo una promesa silenciosa, un poco innecesaria, pero dulce, de encaminar a Yoongi a su casa cada vez que tenía la oportunidad.
Yoongi se paró frente a su puerta y su mano estaba por tomar la perilla de la puerta cuando vaciló. Sabe bien qué debería hacer. Debería tomar los últimos pasos, entrar a su casa y cerrar la puerta. No pararse frente a la entrada, pensando en las cosas que quiere hacer.
Tuvo la leve sensación de que Jungkook estaba mirándolo antes de darse vuelta. “¿Quieres entrar?” sintió las palabras en la punta de su lengua. Pero antes de que puedan encontrar la forma de salir de su boca las detuvo, demasiado temeroso con el significado que las palabras pudieran llevar.
—Es tarde, Jungkook. Ve a casa—dijo en su lugar.
Jungkook subió un escalón de las escaleras de la entrada. Era raro para Yoongi tener que mirarlo hacia abajo en vez de arriba.
—No me digas que te preocupas por mí— dijo, con una sonrisa presumida. Subió otro escalón y su altura era la misma ahora, sus ojos estaban frente a los de Yoongi, sus labios frente a los labios de Yoongi.
—¿Juzgando por todas las veces que tuve que salvar tu trasero? Sí, un poco.
Todo lo que Yoongi tendría que hacer era inclinarse. Cerrar aquella pequeña distancia entre ellos para sentir los labios de Jungkook contra los suyos y finalmente satisfacer ese deseo que lo estaba consumiendo hace meses. Moverse hacia adelante. Eso sería todo.
Pero no lo hizo. Se quedó donde estaba, mirando la cara de Jungkook, buscando por algo, cualquier cosa, que le diera la certeza de lo que estaba buscando.
Duró solo unos segundos, pero de todas maneras notó los ojos de Jungkook bajando a la boca de Yoongi. Yoongi mordió su labio entonces, sin darse cuenta por completo lo que estaba haciendo. Sin aceptar esa chispa de esperanza que brilló en algún lugar dentro de él.
Jungkook tomó aire y Yoongi esperó, pero ninguna palabra salió de su boca. En vez de eso, miró hacia abajo y sacudió su cabeza ligeramente, como si se hubiera dado cuenta de fuese lo que fuese a decir, podía esperar. O quizás no era tan importante en primer lugar.
—Buenas noches—dijo finalmente Jungkook, mientras comenzaba a caminar lejos.
—Buenas—respondió Yoongi, sintiendo como su esperanza se iba, hasta que no quedó nada más.
***
Después de aquella tarde, Jungkook desapareció. No apareció al frente de la casa de Yoongi, no entró justo cuando Yoongi estaba a mitad de un hechizo muy importante que no podía arruinar, y ni siquiera se paseó cerca de su casa. Yoongi se decía a sí mismo que no lo extrañaba todos los días y a veces incluso se lo creía. Hasta que un día, después de dos semanas de silencio, escuchó un golpe en su puerta que hizo que todo su cuerpo se estremecería con la emoción que no podía contener.
Cuando Yoongi abrió la puerta, encontró a Jungkook parado frente a él, pero había algo raro en Jungkook. Mordía su labio, un hábito que Yoongi sabía que significaba nerviosismo, una acción que no hacía a menudo. Y estaba sosteniendo algo. Un pequeño ramo hecho de flores silvestres que crecían en el campo no muy lejos de la casa de Yoongi. Entrecerró sus ojos.
Raro.
—Golpeaste la puerta. Eso es nuevo— dijo. Retrocedió para que Jungkook pudiera entrar pero no parecía querer moverse. En vez de eso, estiró su brazo y sostuvo las flores a unos centímetros de Yoongi.
—Toma.
—Uh…¿gracias?— tomó las flores y a pesar de que habían cinco tipos de flores distintas se veían muy bien juntas—¿para qué es esto?
—Solo estaba pasando por aquí y pensé que quizás las necesitas? Quiero decir, para una poción o algo? O, bueno, quizás puedes hacer algo con ellas, como secarlas o quemarlas y-
Yoongi mordió su labio para esconder su risa. En serio, justo cuando pensó que Jungkook no podía ser más adorable—¿qué tal si las pongo en un florero?
—O puedes hacer eso, también. Sí.
Se quedaron de pie ahí, más bien incómodos, hasta que Jungkook carraspeó y dijo,
—Alguien me dijo que hoy es noche de estrellas fugaces.
—¿Fue ese alguien Namjoon?
Jungkook se rió pero de una forma tan nerviosa que Yoongi se preocupó un poco. ¿Por qué estaba tan raro de pronto?
—Sí. Sabe de cosas como estas. —hizo un movimiento con su pie como si estuviera golpeando una piedra que ni siquiera estaba ahí y continuó— ¿Quieres ir y ver conmigo?
Ahora que Yoongi pensaba sobre ello, el cabello de Jungkook se veía demasiado arreglado. Como si lo hubiera peinado en vez de dejar que el viento se encargara. Incluso estaba usando pantalones que no tenían hoyos. A Yoongi realmente no le importaban los que tenían hoyos. La realización lentamente golpeó a Yoongi y su corazón saltó tan rápido que lo sintió en su garganta.
Oh.
—¿Estás invitandome a una cita?
Las mejillas de Jungkook se sonrojaron aún más, como si la palabra “cita” dicha en voz alta le hubiera hecho darse cuenta de lo que estaba haciendo. Sin embargo, hizo lo mejor que pudo para mantener su voz confiada.
—¿Sería un problema si lo estuviera haciendo?
—Depende—todo dentro de Yoongi seguía revoloteando pero no se permitió mostrarlo. Se apoyó contra el marco de la puerta y jugó con el pétalo de una amapola con una sonrisa astuta—¿Tengo que vestirme bien?
Las esquinas de los labios de Jungkook se contrajeron en una sonrisa pero luchó por no mostrarla— ¿Considerando que estaremos en el medio del bosque en la noche? Creo que un conjunto casual será más que suficiente.
—Entonces no tengo problema.
Parecía que un peso había desaparecido de los hombros de Jungkook y toda su cara se iluminó con una sonrisa —Estaré aquí después de la puesta de sol, entonces.
Yoongi cerró la puerta y se paró en la entrada por unos cinco minutos. Seguía mirando las flores y solo cuando sus mejillas comenzaron a doler se dio cuenta de que había estado sonriendo todo ese rato.
—¿Ves algo?
Jungkook estaba a su lado en el césped, lo suficientemente cerca para sentir su calor. Sus ojos estaban enfocados en el cielo con estrellas brillantes esparcidas por todos lados. Esperando.
—No.
Jungkook se quejó, impaciente. —¿Tanto se demora normalmente?
—¿Qué, es tu primera vez mirando las estrellas? —se rió Yoongi.
—Sí—Yoongi sintió a Jungkook encogerse de hombros— quiero decir…veo las estrellas, obviamente. Pero nunca me concentré tanto tiempo en ellas.
—Bueno, toma su tiempo.
Yoongi sabía que la mano de Jungkook estaba solo a centímetros de la suya pero se contuvo. Al menos por ahora. Se quedaron en silencio y era un tipo de silencio agradable. Pero en un lugar bajo de él Yoongi sentía que ambos estaban esperando algo más que estrellas fugaces. Incluso si ninguno de los dos lo admitía.
—Aterrador, ¿cierto? —dijo Jungkook después de un rato.
—¿Qué?
—Solo…lo grande que es todo. Y lo pequeño que te hace sentir.
—Siempre pensé que era reconfortante. Muy aterrador, sí. Pero reconfortante.
Jungkook giró su cabeza y Yoongi sintió sus ojos sobre los de él, como si estuviera esperando por una explicación mejor. Yoongi no estaba seguro de poder darle una, pero lo intentó de todas maneras.
—Es algo como…si todo allá fuera es tan grande y nosotros somos pequeño polvo flotando alrededor entonces las cosas de las que te preocupas tanto no valen realmente la pena—Yoongi escuchó la pequeña risa de Jungkook y sintió como sus mejillas se calentaban. Hizo un puchero— Estoy intentando ser profundo y tu te ríes de mí.
Jungkook logró parar pero aún así seguía sonriendo y su voz lo delataba— Acabas de sonar como Namjoon por un segundo. Se pone muy filosófico a veces. —sus ojos se enfocaron en las estrellas nuevamente y después de un momento, añadió— Me gustaría que los conocieras algún día. Les agradarás. Probablemente ya lo hagas, ya que hablo tanto sobre ti.
—¿Hablas sobre mí?
—Duh.
Yoongi hizo un sonido ofendido pero solo hizo reír a Jungkook. Tomó un respiro profundo y lo dejó salir lentamente, sintiendo como su cuerpo se llenaba de paz— Me gustaría eso, también. Algún día.
Su mano se acercó más, tan cerca que su meñique ya tocaba la mano de Jungkook, pero en ese momento Jungkook se sentó rápidamente. Jadeó y apuntó con su dedo al lugar donde una línea brillante alumbró el cielo oscuro y luego desapareció.
—¡Mira! —sus ojos se abrieron con asombro— ¡Pide un deseo!
Yoongi se sentó lentamente cuando otra estrella cayó a través del cielo, acompañada con un sonido alegre de Jungkook.
—Sé algunas cosas sobre magia y estoy seguro de que no funciona de es-
Jungkook lo besó y por un segundo todo el mundo se detuvo. El bosque, todos sus sonidos, el cielo arriba de sus cabezas y el césped bajo las palmas de Jungkook. Todo se redujo al sentimiento de calidez y suavidad presionado en los labios de Yoongi. Ni siquiera tuvo tiempo de cerrar sus ojos antes de que Jungkook retrocediera. Se miraron uno al otro por un momento, sin palabras. Yoongi pestañeó unas cuantas veces como si de alguna manera pudiera hacer que el tiempo siguiera. Vio la duda en los ojos de Jungkook y como su pecho se movía con respiraciones rápidas.
—¿Deseaste besarme? —Yoongi lamió sus labios como si aún pudiera saborear a Jungkook pero en realidad, no sabía a nada— No necesitas un deseo mágico para eso, ¿sabías?
Jungkook se inclinó de nuevo, esta vez besándolo con más confianza. Yoongi cerró sus ojos, estiró su mano para tocar la mejilla de Jungkook y luego su cuello mientras lo besaba de vuelta, sintiendo los labios de Jungkook moverse mientras sonreía.
—No—dijo Jungkook después de separarse. No había duda en sus ojos, no como antes. En vez de eso, brillaban tanto que Yoongi olvidó las estrellas a su alrededor.
—Deseé que te callaras por un segundo.
El corazón de Yoongi se aceleró en su pecho, tan rápido que casi era difícil respirar. Sentía demasiado, todo a la vez, y su cuerpo ya no era suficiente para aguantarlo. Se rió, una vez, luego dos, hasta que todos sus sentimientos encontraron la manera de salir en su risa. Así que se rió, hasta que aparecieron lágrimas en sus ojos. Y cuando terminó, por fin se sintió en calma, a pesar del constante revoloteo que sentía en su estómago.
Besó a Jungkook otra vez porque ahora, que ya sabía sobre sus sentimientos, era mucho más difícil contenerse. Sintió la mano de Jungkook sostener su mejilla y era demasiado gentil, demasiado indeciso, como si aún no supiera que podía hacerlo. Yoongi quería hacerle saber que estaba bien. Que quería mucho más que eso. Atrajo a Jungkook más cerca de él hasta que lo sintió relajarse bajo el toque de Yoongi.
Yoongi retrocedió, reclutante y tomó la mano de Jungkook y entrelazó sus dedos.
—Sabes que son meteoritos, ¿cierto?
***
—¡Voy a matarte! —Yoongi gritó a través del fuerte sonido del aguacero. Ya podía sentir la distancia que habían corrido, sus músculos ardían y su pecho se sentía pesado con las respiraciones rápidas.
—¡Menos charla! —gritó Jungkook de vuelta, tirando más fuerte la mano de Yoongi e instando para que corriera más fuerte— ¡corre más!
Yoongi debió saber que terminaría así. Durante todo el día, desde temprano en la mañana, el aire había estado pesado con la amenaza de una tormenta cerca. Parecía que todo en el bosque; animales, árboles, incluso el viento, se quedaron quietos y callados, anticipando lo que estaba por llegar.
Las gotas de lluvia se volvían más y más grandes, al punto en que dolían cuando golpeaban la piel de Yoongi. En el aire chispeante ni siquiera sentía el frió en su ropa empapada, solo la incómoda adherencia de ella. En algún lugar, escuchó el rugido de un trueno, como si hubiera estado siguiendolos. Pozas enormes inundaban el camino y salpicaba bajo sus pies cuando finalmente llegaron a la entrada de la casa de Yoongi.
Dentro, Yoongi descansó su espalda contra la puerta cerrada. Dejó su cabeza caer hacia atrás mientras luchaba por recuperar el aliento. Intentó calmarse, pero sus pulmones no hacían caso, obligándolo a tomar otro respiro débil. Cerró sus ojos y sintió la sangre corriendo a través de sus venas a su corazón tan acelerado que podía escucharlo en sus oídos. Su pelo mojado se pegó a su frente y pequeñas gotas caían a su mejilla y cuello, frías y cosquilleante.
A través del ruidoso sonido de las gotas contra la ventana, escuchó la respiración de Jungkook, casi tan pesada como la suya. Sintió como se acercaba más, hasta que solo habían centímetros separándolos. Entonces, Yoongi abrió sus ojos y observó las mejillas sonrojadas de Jungkook, su cabello peinado hacia atrás y el contorno de su cuerpo bajo la camisa mojada. Jungkook quitó los mechones de cabello mojado de sus ojos, y movió su mano para dejarla en su cuello. Todo el cuerpo de Yoongi se llenó de anticipación.
Jungkook lo miró por unos segundos antes de inclinarse y besar la mejilla de Yoongi, y luego el contorno de su boca. Pero justo cuando los labios de Jungkook finalmente tocaron los suyos y su lengua se abrió paso por la boca abierta de Yoongi, la realización de lo mucho que deseaba a Jungkook lo golpeó de pronto.
Así que cuando Jungkook retrocedió, Yoongi tomó su cabello y lo acercó para volver a besarlo y no se detuvo hasta que ambos se quedaron sin aire. Tiró de la camisa de Jungkook para traerlo más cerca y tembló cuando Jungkook lo sostuvo más fuerte contra la puerta.
Las manos de Jungkook aún temblaban contra la piel de Yoongi pero con cada beso depositado en el cuello de Yoongi, su confianza crecía. Tomó el cuello de su camisa, y movió la tela para poder besar más abajo, hasta llegar a los tatuajes que estaban bajo las clavículas de Yoongi. Sus dientes rozaron la piel ahí e incluso si fue de forma gentil, se quedó sin aliento.
—Espera—se las arregló para decir Yoongi— No muerdes, ¿cierto?
Los labios de Jungkook formaron una sonrisa contra el cuello de Yoongi.
—Solo si me lo pides amablemente.
Que estúpido.
Tiró de la camisa, levantandola un poco. —Probablemente deberías sacarla. No quiero que te enfermes de nuevo.
Estúpido. Estúpido. Estúpido.
Era estúpido que Yoongi no pudiera parar de sonreír incluso cuando Jungkook intentó besarlo. Era estúpido como sus dientes chocaron con los del otro y era estúpido que cuando Jungkook riera, Yoongi sintiera como si su corazón fue a estallar.
Era estúpido lo completamente enamorado que estaba Yoongi.
***
Los dedos de Jungkook trazaron las líneas de su tatuaje, siguiendo lentamente cada parte de la tinta en la piel de Yoongi. Dibujó suavemente ondas en su omóplato, bajando justo al lado de la columna de Yoongi.
—Pensé que ya los habías mirado lo suficiente—murmuró Yoongi.
La mano de Jungkook subió, subió, subió hasta rozar el cabello de su nuca, provocando escalofríos a Yoongi. Su toque se volvió más suave cuando rozó una marca que su boca había dejado en el hombro de Yoongi.
—¿Toda la gente que sanas se siente de esta manera?— finalmente preguntó Jungkook en un susurro.
—¿Qué?
El toque de Jungkook se mantuvo igual, dibujando en la piel de Yoongi con su dedo. Suave y sin cambiar. —¿Tu magia acerca a la gente hacia ti?
Decepción se sitúo en el corazón de Yoongi, pero se forzó a no mostrarlo en su voz, manteniéndola casi desinteresada mientras hablaba —La magia no te fuerza a quedarte conmigo, si eso es lo que temes.
—Hmm—murmuró Jungkook mientras sus dedos presionaban cada costilla de Yoongi, contandolas, hasta que su mano se movió a su cintura y se quedó ahí, cálida y tranquilizante. —Entonces es porque me gustas demasiado.
Las sábanas se movieron cuando Jungkook se movió y el aliento cálido de Jungkook rozó la parte trasera del cuello de Yoongi antes de que sintiera la presión de unos labios suaves. Yoongi no pudo evitar sonreír cuando sintió una ola de alivio. —Bien. Porque me gustas mucho también.
Yoongi escuchó la respiración de Jungkook, ese ritmo constante y calmado al que ya se había acostumbrado.
—Es que- —Jungkook comenzó a decir después de un rato— incluso antes de que comenzaras a gustarme había algo que me empujaba hacia a ti. Podía correr por horas pero al final siempre terminaba en tu casa.
Otra pausa. Un poco más larga esta vez.
—¿Te sentías así también?
—No—respondió Yoongi y sintió como Jungkook dejó de respirar detrás de él—No exactamente.
Se giró para ver que Jungkook lo miraba de vuelta. Estiró su mano para acariciar su cara, desde la pequeña cicatriz que estaba en sus cejas, sus ojos confusos, hasta sus mejillas sonrojadas, sus labios fruncidos con preocupación, y la sangre que pasaba en su cuello. Se preguntó a sí mismo, y buscó las palabras para describir ese anhelo que sintió aquella noche que lo conoció.
—Era más como que sabía que aparecerias de nuevo después de esa noche.
Se acercó más y enterró su cara en el cuello de Jungkook, respiró la esencia de su piel después de un día soleado; pinos verdes y Jungkook. Simplemente Jungkook.
—Y a veces no podía esperar hasta que finalmente lo hiciste.
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infowarsrzk0 · 27 days
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molotovmx
@molotovmx
@XochitlGalvez
te habla Carlos Pascual: Querida Xóchitl, tengo algo que confesarte: 
 
tienes razón, yo también tengo miedo. Mucho miedo. 
 
El enfoque que tus publicistas le han dado a tu campaña: "Tengan miedo", es certero. Lo lograron. 
 
Tengo mucho miedo de que, en tu primer día como gobernante, pegues un chicle masticado en la silla presidencial. 
 
Tengo miedo de que, cuando te coloquen la banda tricolor, te pongas a bailar como oso con pandero. 
 
Tengo miedo de que mi presidenta le bese la mano a la marquesa Cayetana y le bese los pies a cualquier monarca europeo que venga a nuestra república. 
 
Me da miedo que, en tu investidura, estén ahí sentados, en primera fila, Aznar, Fox, Calderón, Milei. 
 
Me da miedo que salga de prisión tu hermana la secuestradora, más empoderada que nunca. 
 
Me da miedo que se te vaya el telepromter y ya no sepas si estás en el Congreso o en la Feria del Mole. 
 
Me da miedo que no puedas hilar dos frases de manera coherente y que, si lo logras, sea con puro "cabrona, chingona, pendejié, huevones". (En tu nuevo spot utilizas ¡¡30!! veces la palabra chingón, ya sea como adjetivo o verbo. ¡Qué buena propuesta de gobierno! ¡) 
 
Tengo miedo de que nombres a Alito secretario de Gobernación o a Lily Téllez secretaria de Hacienda. 
 
 Me da miedo que, en tu primera reunión de gabinete, propongas desmantelar Pemex, regresarle Iberdrola a los españoles, cerrar refinerías que no existen o que ordenes la construcción de una "mega cárcel", tipo Bukele, en la que querrás encerrar a puros prietos, nacos y jodidos. Como lo hace Bukele. 
 
Me da miedo que la gente que te maneja utilice su dinero y su poder para descarrilar el proceso de las elecciones. 
 
 Tengo miedo de que, si pierdes, -porque las encuestas te separan hasta en 30 puntos de Claudia- no aceptes el resultado y de nuevo, los que te manejan a ti y al dinero, quieran quemar todo para gobernar desde las cenizas. Y por último, me da miedo que no aceptes lo que eres. 
Me explico. 
Decían que Barack Obama era un "coco": negro por fuera, pero blanco por dentro. Y sí, resultó ser más blanco que los más radicales. Así tú. Dices que eres indígena, pero tu espíritu, tu cerebro y tu cartera están al servicio de aquellos blancos clasistas y racistas que han devorado a México. 
 
Esos sí que dan miedo porque están enfermos de odio. Enajenados. Sí, Xóchitl, tengo miedo. 
 
Tengo miedo porque eres un cascarón vacío y no tienes más que aire y gracejadas idiotas en la cabeza. Y te crees muy chingona. 
 
                         Carlos Pascual. 
 Translated from Spanish by
@XochitlGalvez Carlos Pascual speaks to you: Dear Xóchitl, I have something to confess to you: you are right, I am afraid too. Very afraid. The approach your publicists have given to your campaign: "Be afraid," is accurate. They did it. I am very afraid that, on your first day as president, you will stick a piece of chewed gum on the presidential chair. I'm afraid that when they put the tricolor sash on you, you'll start dancing like a bear with a tambourine. I am afraid that my president will kiss the hand of the Marchioness Cayetana and kiss the feet of any European monarch who comes to our republic. I'm afraid that, at your inauguration, Aznar, Fox, Calderón, Milei are sitting there in the front row. I'm afraid that your sister, the kidnapper, will come out of prison, more empowered than ever. I'm afraid that your telepromter will go out and you will no longer know if you are in Congress or at the Mole Fair. I'm afraid that you can't string together two sentences coherently and that, if you do manage to do so, it will be with pure "carrona, chingona, asshole, idiots." (In your new spot you use the word chingón 30!! times, either as an adjective or verb. What a good government proposal!) I'm afraid that you will appoint Alito as Secretary of the Interior or Lily Téllez as Secretary of the Treasury. I'm afraid that, in your first cabinet meeting, you will propose to dismantle Pemex, return Iberdrola to the Spanish, close refineries that do not exist or that you will order the construction of a "mega prison", Bukele type, in which you will want to lock up pure black people. , nacos and fucked. As Bukele does. I'm afraid that the people who manage you will use their money and power to derail the election process. I am afraid that, if you lose, -because the polls separate you by up to 30 points from Claudia- you will not accept the result and again, those who manage you and the money, will want to burn everything to govern from the ashes. And lastly, I'm afraid that you don't accept what you are. I explain. They said that Barack Obama was a "bogeyman": black on the outside, but white on the inside. And yes, he turned out to be whiter than the most radical ones. So you. You say you are indigenous, but your spirit, your brain and your wallet are at the service of those classist and racist whites who have devoured Mexico. Those are scary because they are sick with hate. Alienated. Yes, Xóchitl, I am afraid. I'm afraid because you are an empty shell and you have nothing but air and idiotic jokes in your head. And you think you're very cool. Carlos Pascual.Was this translation accurate? Give us feedback so we can improve:
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yeahfuegofatuo · 2 months
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Kevin.
Anoche soñé contigo, soñé que volvíamos a estar juntos, a ser felices como antes, que de una vez por todas maduraste y me dabas lo que te pedí tantas veces.
Por un momento en mi sueño me sentí completa y sin miedo, me senti Agusto y cómoda... cómo si no hubieran pasado los meses.
Hicimos el amor en mi sueño, te sentí tan real, tan mío, tan caliente y tan vívido. Pero cuando desperté no estabas en la cama, la incertidumbre de estar sola me invadió.
Tengo unas inmensas ganas de llamarte y contarte las cosas buenas que he logrado , pero te vas a enojar porque lo logré sin ti, quiero llamarte otra vez para decirte que te amo pero de una manera en que cada día que pasa es menos, quizás un -1% pero quiero dejar de hacerlo...
y pienso en lo que fuimos al principio de nuestra relación, y se que si volvemos no será así... dijiste que ya no me amas y no me extrañas y tuve que aceptarlo, tuve que hablarle a tus papás y a nuestros amigos de nuestro fin, y me dijeron que te alejaste... que huiste... quisiera que así fuera conmigo.
Te amo y te extraño pero no quiero que vuelvas, ni que me toques, ni me abraces, ni me beses, no quiero que un día se te ocurra o te acuerdes que me amas y me extrañas de la nada y yo con mi corazón hecho pedacitos entre lágrimas decida abrazarte y meterte en mi pecho y sanarte...
Pero, quién me sana a mi, Kevin? hoy en día mi dolor es mío, el duelo de la relación es mío, porque supiste meterte en un hueco acolchonado donde estás cómodo apartado de la sociedad y la gente que alguna vez se preocupó por ti. Nadie va a venir con una varita mágica o con un beso en la frente a hacer que me olvidé de ti, de tus besos, tus abrazos, tu olor que tengo impregnado en la nariz, o tus manos rasposas acariciando mi cara, nadie puede hacer nada por mi...
Quizás un día me reconfortaria ya haberte olvidado, y que me dijeras "Gracias por tanto", mi corazón dejaría de arder, o dejarías de aparecer en mis sueños.
En verdad espero que estés bien como aparentas mi flaco, espero que tú abuela sea la única persona que pueda reconfortarte, y que cuando en la noche si es que extrañas que meta mi mano abajo de tu playera de la pijama, busques una almohada que calme ese deseo, que el dinero que te sobre te llene por lo menos el estómago con otra cosa que no sea Maruchan, y que la espalda ya no te duela tanto por falta de mis masajes espontáneos.
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escribiendoenchiquito · 2 months
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Se estaciono frente al restaurante.
-Muchas gracias por todo, me la pasé muy bien- dije mientras recogía mi bolsa frente a mi.
- Gracias a ti.
Me gire hacia el asiento del conductor para despedirme decidida a besarlo en la mejilla, pero se giró justo a tiempo para encontrar mis labios en el camino y yo me alegre internamente de que lo hiciera. Fue un roce suave, como un susurro delicado pidiendo permiso, mis labios se entreabieron un poco en un respuesta silenciosa y entonces profundizó el beso, ahora más que un roce, una caricia y pude sentir el sabor de sus labios en mi boca, no había prisa, así que nuestros labios se movieron lento, un intento de alargar el momento tal vez, era un beso decidido que sabía a invitación, era pregunta y respuesta. Su mano derecha sostuvo mi rostro desde el cuello y yo no pude evitar el sonido de aprobación que salió de mi garganta, se separó un poco y luego me beso una vez mas... Para después decir sobre mis labios:
-¿Sabes algo? Me gusta dejar con ganas de más...
-Ah sí?- Sonreí mientras pensaba con seguridad que no seria la unica que querría más... Lo bese un poco más intensamente y me tomé un momento para sentir su respiración en mis labios... Presioné mi labios una vez más y otra. Suspire y me aleje con esa sonrisa en mis labios todavía. Me gire y abrí la puerta del coche.
-Me..- una risa leve interrumpio su frase- Iba a decirte que me avisarás cuando llegaras, de que en dos minutos que cruces la puerta.
Sonreí.
Gracias- respondí.- Prometo avisar. Cerré la puerta del coche y me aleje aún con el calor de sus labios en los míos, con una sonrisa que me acunaba el corazón. No me di la vuelta porque temi que no podría resistir la urgencia de volver por otro de esos besos.
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johancm-21 · 4 months
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VERANO
El verano es cálido y frescoEl mundo sabe complacerLa gente sigue su camino mientras tú y yo bailamos…Mientras el gobierno nos roba‘Aún así todo lo que quiero ahora es que me beses fuertemente’.Mi niña viajera…¡Ven a mí!La noche no es mala conmigoSólo te diré…Mis manos no tienen control con alguien tan especial como tú frente a mí.No digas nada salvo el guión que escribes para mí…Es tan ardiente…
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ladylancing · 5 months
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No, gracias. No confío en que lamas mis heridas
si sospecho que no lo haces para sanarme
sino para regodearte en el sabor de la sangre.
No, dejalo así.
No me dejes desarmarme en tu abrazo.
Perdí las instrucciones con las maneras de volver a armarme sola.
No me beses la frente
si estas midiendo dónde asestar el golpe.
Por favor, no te acerques.
No te duermas en mi cama
no sostengas mi mano
no intentes quererme.
Porque lo haces solo para dejar tu perfume
y liberarme en los acantilados.
Porque olvidaste cómo hacerlo bien.
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