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#muralla de escritos
lyubimaboginya · 10 months
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|| Don't you worry child ||
Observó la estación del tren.
Después de muchos años al fin había regresado a esa isla que tantos recuerdos le traía.
°•○●○•°
One shot inspirado en la canción 'Don't you worry child'
Este escrito esta narrado por Leo, contiene Fooligetta implícito, pero no se centra en la pareja.
Hubo un tiempo, hace algunos años, en el que Leonardo era feliz.
Solía tenerlo todo, tenía muchos hermanos con los que vivir aventuras, tenía tíos que lo cuidaban como si fuera su hijo, tenía un lugar al que llamar hogar y, sobre todo, tenía una familia que lo amaba.
Tenía a su papa Vegetta, un hombre con la fuerza de 100 guerreros, las habilidades de un elfo (ventajas de ser parte hibrido) y que además era el hombre más inteligente de toda la isla y sus alrededores.
También tenía a su dada Foolish, un híbrido de tiburón que fue bendecido, con una esperanza de vida mayor a la promedio, por los dioses gracias a su devoción a ellos a traves de sus construcciones.
Si, definitivamente Leonardo lo tenía todo; incluso sus hermanos solían bromear diciendo que él era una especie de rey y que había nacido en un trono de oro.
Pero esos días en los que lo tenia todo se habían ido hace mucho tiempo.
Llegó al primer lugar que iba a visitar ese día, su cuarto en la torre de su papa.
Observó la estructura desde afuera. El pasto había crecido bastante, el ascensor de afuera ya no funcionaba (posiblemente porque el del balcón se encontraba destruido), a la derecha pudo observar un hueco en la muralla del zoo, lo más seguro todos los animales se fueron hace tiempo, de su casa del árbol solo quedaba una parte del tronco.
Contuvo las lágrimas y entró a la torre. Subió directo al último piso, no quería imaginar lo que había pasado con los pobres aldeanos.
Al llegar al que por mucho tiempo llamó su hogar lo atacó la nostalgia. En cada rincón de esa habitación podía ver los recuerdos de lo que fue su familia.
La chimenea frente a la que jugaba al pilla pilla con sus papás, la esquina donde ponia la cama de su gato Chipotl, los espacios vacíos donde antes estaban los cuadros de su familia y, en la parte de arriba, su cuarto. Si cerraba los ojos y se concentraba aún podía escuchar a su dada contándole una de sus peculiares historias.
Una lágrima cayó por su mejilla al pensar en que todos esos recuerdos ahora solo existían en su mente.
Todavía recordaba comó todo cambió.
La Federación del QSMP había citado a todos los habitantes junto con sus hijos en el centro de la isla para darles un anuncio.
No recuerda muy bien lo que pasó cuando estuvieron ahí, era demasiado pequeña.
Recuerda su emoción al enterarse de que iba a poder pasar tiempo jugando con sus hermanos. Recuerda haber visto a sus padres un poco preocupados, pidiéndole que se pusiera su armadura y no se la quitara en ni un momento. Recuerda haberse aburrido de esperar a que llegaran todos.
Incluso recuerda tomar una foto en la que se veía de fondo la torre en la montaña de su papa y el dragón en el mar de su dada, foto que aún tenía en su álbum junto con las pocas que había logrado salvar.
Después de eso todo es borroso. Tiene algunos flashes de lo acontecido. Pequeños fragmentos del evento, pero nunca la historia completa.
'La dragona ha vuelto y...' '...deberán entregar a...' 'Me niego a dejar que mi hij...' 'Si no lo hacen ellos suf...'
Pero si hay algo que nunca podrá olvidar es la sensación de su corazón rompiéndose al escuchar las palabras de su papa cuando todo empezó a ir mal.
—Don't you worry my daughter —vio a su dada arrodillarse para estar a su altura mientras su papa apoyaba una mano en su hombro y con la otra sostenía una de las manos de su dada.
—Leo, mi niña —podia ver la tristeza en los ojos de su papa, tenia la misma mirada de cuando tuvo el accidente con una ballena, esa misma mirada que prometió no permitir de nuevo. — Quieren que vayas con tu mamá dragona.
Abrazó con fuerza a sus padres, se negaba a ir con ella, no le importaba si era su madre, ella los había abandonado a su suerte y prefería quedarse con sus padres.
—Don't you worry my daughter —la voz de su dada, usualmente juguetona y despreocupada, sonó más seria que nunca.— We won't let her take you.
De fondo escuchó un fuerte rugido y pronto los gritos comenzaron.
Observó la mesa junto a su cama encontrando la pulsera que solía usar todos los días para que sus padres supieran sus pronombres sin tener que preguntárselos.
Había dejado de usarla desde ese día.
Hubo un tiempo en el que solía identificarse seguido como Leonarda, se sentía cómoda siendo una niña y nadie en la isla había tenido problemas cuando un día sus padres les dijeron que ahora ese era su nombre.
Ahora llevaba unos años siendo solo Leonardo pues cada vez que pensaba en ese nombre lo asaltaban los recuerdos de su infancia y todo lo que había perdido en unos pocos minutos.
A veces creía que nunca se sentiría completamente feliz volviendo a ser Leonarda.
Guardó la pulsera en su mochila y continuó su viaje a su segundo destino, el dragón de su dada.
Llegó a donde solía estar la gran estatua de un imponente dragón, encontrando ahora solo un fozo de obsidiana donde antes había un hermoso mar.
Contuvo un sollozo al ver el trabajo de meses de su dada arruinado por el capricho de una dragona que no tenía el derecho de que la llamaran madre.
Con el pecho doliendo apartó la vista del lugar y empezó a caminar a su último destino pues no quedaba nada que ver del antiguo hogar de su dada.
Le tomó un tiempo subir la montaña; sabía que podía usar sus alas para llegar más rápido y sabía que su papa la regañaria si supiera que no estaba usando todas las habilidades que tenia para ser más eficiente, pero no se sentía correcto usarlas en ese momento.
Al llegar a la cima vio la figura de las 2 personas que lo estaban esperando en su último destino.
—Ey Leo, ¿estas listo? —asintió sin poder formular palabras pues sentía que si lo hacía empezaría a llorar.
Tomó a ambos de la mano y juntos entraron los 3 al pequeño monumento que había creado la Federación poco después de ese día.
Al llegar al centro dio una mirada a cada uno y se separaron para acercarse a diferentes estantes. De su inventario sacó un ramo de claveles blancos y tulipanes morados y naranjas que colocó con cuidado en dos floreros junto a una foto.
De fondo pudo escuchar a Dapper susurrando algunas palabras con la voz entrecorta y también pudo escuchar a Bobby sollozando, pero no prestó atención ni volteó; a pesar de haber ido los 3 juntos llegaron al acuerdo de que dejarían que cada quien se desahogara sin interrumpirse.
Observó de nuevo la foto y, por primera vez en el día, se permitió llorar.
—Dada, papa... don't you worry about me. You taught me to be strong and I will stay strong —cerró los ojos y susurró. — I love you —levantó la mirada leyendo el grabado abajo de la foto.
'En conmemoración a Vegetta y Foolish. Dos grandes guerreros que dieron su vida defendiendo a la isla.'
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moltrvs · 2 years
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        『𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐈𝐍𝐅𝐎𝐑𝐌𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 𝐃𝐄𝐒𝐁𝐋𝐎𝐐𝐔𝐄𝐀𝐃𝐀: 𝐃𝐎𝐋𝐋 𝐇𝐎𝐔𝐒𝐄』
                                  𝐔𝐒𝐄𝐑: 𝐌𝐎𝐋𝐓𝐑𝐕𝐒
                                              𝐂𝐀𝐑𝐆𝐀𝐍𝐃𝐎…
𝟬𝟬𝟭. no logró reconocer, en un principio, habitación en dónde se encontraba al momento de abrir sus ojos, confusión marcándose en cada milímetro de su rostro hasta que atención fue robada por los objetos que se encontraban encima de un escritorio. ahí todo cobró sentido.
𝟬𝟬𝟮. habitación se presentó frente a él tal como lo recordaba en memorias, desprovista de color alguno, frívola y sin nada que pudiese servir como una distracción, excepto por las pertenencias que se encontraban en exhibición a unos metros de él, siendo así como encontró el primer error: no tendría sus juguetes, tonterías o distracciones a simple vista, estarían escondidos en algún recoveco ( secreto según él ) de su habitación esperando a que no fuesen arrebatados de entre sus dígitos, siendo ese el motivo por el cual se encontraban en un estado tan deplorable. hojas rasgadas, arrugadas e incluso arrancadas en algunos tomos, cartas viviendo una similar situación a estos, aunque el pequeño dispositivo era el que se encontraba un poco peor, pantalla trizada, bordes completamente destruidos como si alguien lo hubiese pisoteado y/o lazando con todas fuerzas en contra de una muralla.
𝟬𝟬𝟯. la primera fotografía, la más grande, es una familiar: su padre, su madrastra y su medio hermano, él no era parte de esos retratos, jamás lo era. es la segunda imagen la que logra sacar una sonrisa de él, reconociendo de inmediato a su madre, un poco más joven, pero prácticamente reciente. la próxima es la que dejó un sabor amargo en su paladar, rostro de su hermano no siendo de suficiente importancia para él como para dedicarle más de unos segundos a aquella fotografía. la última, una mucho más pequeña, le llamó la atención, era una mucho más pequeña que las anteriores, recordando que tan sólo la había visto en casa de su madre, preguntándose si es que era tan sólo una copia de esta o si de verdad le habían arrancado el único recuerdo que tenía de él de esa época.
𝟬𝟬𝟰. por último hay unas carpetas que no reconoce, lo único en su habitación que es completamente foráneo para él; sin embargo se dio cuenta de qué trataban al leer un par de páginas que habían dentro de estas. eran informes, sesiones a las que había asistido a través de los años, no recordaba que fueran tantas, tampoco recordaba las palabras que ahí se plasmaban, una que ( supuestamente ) él había pronunciado alguna vez, por lo que no sabe si es que todo lo escrito ahí se trata de una mentira o si es que su cerebro realmente eliminó un par de memorias por su propio bien.
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ideas-del-corazon · 2 years
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Forje una muralla, pensando que así no pasarías, ni tu, ni tus sentimientos, ni tus formas de conquistar...
Como hierba me enterrabas y me absorbias de a poco a ti, me ibas sumergiendo en tu forma de ser...
En tus ojos marrones, en tus escritos y hasta en tu voz tan diferente...
Quise mostrar mi fortaleza y mi resistencia a ti, mi muralla cayó de a poco y mi voluntad flaqueó ante tus dulces susurros nocturnos. Ante tus sueños e ilusiones ...
Que tonta fui al verme enamorada de tu imagen y no ver más haya, en tu alma, y notar ese oscura ser tan extraño y raro, así de a poco me fumaste y ahora ...
Ahora haz acabado con mi poca ilusión, con mi poca fe ..
Deniipost
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rainbowpinksblog · 1 year
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Esa noche
Siempre me he fallado a mí, siempre y hoy puedo confirmarlo una vez más. Estar ebria hace que me desplome de cargas ante situaciones que deseo manejar perfectamente. Estar ebria hace que sienta lo que debo sentir, sin sentir culpa; sin sentir que pude haberlo hecho mejor. Quizá quisiera estar ebria por la eternidad, pero entonces que sería de mí. Anoche me deje llevar por sentimientos, relaté muchas emociones en una computadora luego de llegar a casa de papá, esos sentimientos se volvieron msj de chat, mensajes para ella, sentimientos para ella. Muchas veces divague y perdí el sentido de lo que escribía, y ni hablar de la ortografía, pero son sentimientos encontrados de entre diferentes situaciones que he podido sobrellevar a lo largo del proceso que inicié, una vez le conocí. Podría llamarlo como un proceso de reconocimiento de emociones que inicié gracias a un amor muy grande. No quiero que hoy esas letras queden sólo en un chat, un chat que posiblemente luego se habrá borrado, quiero compartirlo en este blog, al fin y al cabo los sentimientos son más importantes cuando se están viviendo, y la magia existe con ellos.
La vida se ha encargado de mostrarme quién eres, quien eres en todo sentido, de mostrarme la realidad de la persona que siento querer para mi vida y es demasiado complejo y lo es más, porque jamás había querido entender a alguien, como lo intento contigo, de verdad que intentarlo; ese sentimiento de perseverancia es lo único que me hace pensar que realmente me puede, que es algo que no está bajo mi control, sólo permito que llegue a la intensidad que desee llegar, me permito sentirlo porque hoy ha sido más fuerte que yo. "..." Seguramente muchas de las cosas que estoy diciendo ahora, tienen muy poco sentido y de hecho jamás había sentido la necesidad de escribir estando ebria, lo reconozco, hoy lo estoy, hoy lo estoy, y sin embargo no puedo dejar de pensar en ella, solo una aparece en mi pensamiento sin intentar llamarla, sin siquiera quererlo, estás y es algo que no puedo ocultar. Estoy dejándome llevar, escribiendo mucho y escribiendo mal, y medio rápido porque es en el pc, y poco tiempo me da para pensar lo que escribo solo plasmo el sentimiento que voy atravesando, en fin, no sé cuál es el fin de escribirte todo esto, quizá es que quiero que te des cuenta que no me das igual, pero, es que siento que eso ya lo sabes, entonces al fin del caso siento que no va ser nada lo que logre en ti, escribiendo para ti. Estoy siendo muy incoherente con todo lo que escribo, no quiero ni leer lo que he escrito porque no puedo creer que te esté enviando versos sin releerlos, cuando siento que todo lo que quiero brindarte debe ser perfecto. hoy, me duele, todo lo que con respecto a ti se trata recordé el primer día que nos vimos en el hotel, ahí en tu ciudad sentí que pude trasmitirte todo lo que sentía, todo el amor que me inspirabas, Sentí que pudiste también sentir que todo era real, es real. Tengo mucho miedo Tengo miedo de volver a pasar por todo lo difícil porque todo contigo fue un proceso todo ha sido un proceso uno que ahora quiero manejar de la mejor manera. Te prometo por lo que más quieras en este mundo, por tu mamá, por Mila, por lo que más quieras, que mi amor por ti hoy ha derrumbado murallas y montañas llenas de miedo y dolor. Que eres la persona que quisiera para mis días y mi vida, que quisiera ser el motivo de tu felicidad y de tus mejores momentos. Que me duele enormemente haber sido participe de un dolor que jamás quise provocar, que el dolor se me devolvió multiplicado por mil y supongo que es el karma del que tanto hablan, pero que también creo en los finales felices y en que todos merecemos una segunda oportunidad siempre y cuando realmente deseemos las cosas con todas las ganas y el deseo que esta vida nos pueda permitir. Tú, en mi vida, fuiste, eres y serás la luz que me permitió abrir los ojos ante lo que realmente deseaba, te agradezco muchas cosas, experiencias y vivencias, siempre te voy a llevar en mi pensamiento, si hoy no es de nuestra voluntad, estar juntas, seguramente serás mi primer tema de conversación, este sentimiento va ser quien salga a relucir ante cualquier conversación profunda que llegue a sostener con quien sea que logre sacar un pedacito de mis sentimientos a flote, No quisiera despedirme, Te juro que no quiero, Y no puedo creer que este llorando ahora, espero que no sea producto de lo mucho que he tomado. Estas cosas no acostumbro a hacerlas, lo sabes, de hecho no lo he hecho nunca. Nada de esto lo digo para que te sientas mal o culpable, Solo quisiera sacarlo todo hoy Todo lo que nunca te he dicho o quizá lo que sí, pero no se le presto la atención que requería. yo tengo claro que ahora no es para nada el mejor momento de presionar para una decisión de tu parte, sin embargo es algo que necesito sacar ahora, como poder suprimir un sentir tan grande.
Quisiera ser contigo y para ti, mucho más de lo que hoy soy y puedo ofrecerte. Discúlpame por no ser lo que te mereces. Discúlpame por no ser lo que quieres.
Eres la mujer que habita en mis pensamientos y no tienes rival que pueda con ello ahora, no existe nadie en quien piense cuando pienso en mi futuro, que no seas tu. Quisiera poder ser más para ti ahora. creí que podía ser más para la persona que adoro. lo siento por no ser suficiente. Lo siento más por no ser, hoy, el motivo de tus sonrisas. lo siento por no ser ella. y creo que por hoy no puedo decir más sólo lo siento. -PC
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universe-ofletters · 2 years
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Forje una muralla, pensando que así no pasarías, ni tu, ni tus sentimientos, ni tus formas de conquistar...
Como hierba me enterrabas y me absorbias de a poco a ti, me ibas sumergiendo en tu forma de ser...
En tus ojos marrones, en tus escritos y hasta en tu voz tan diferente...
Quise mostrar mi fortaleza y mi resistencia a ti, mi muralla cayó de a poco y mi voluntad flaqueó ante tus dulces susurros nocturnos. Ante tus sueños e ilusiones ...
Que tonta fui al verme enamorada de tu imagen y no ver más haya, en tu alma, y notar ese oscuro ser tan extraño y raro, así de a poco me fumaste y ahora ...
Ahora haz acabado con mi poca ilusión, con mi poca fe...
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lecturasdiarias · 4 days
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Lecturas del Martes de la 3ª semana de Pascua
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Lecturas del día 16 de Abril de 2024
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 7,51–8,1a
En aquellos días, habló Esteban ante el sanedrín, diciendo: “Hombres de cabeza dura, cerrados de corazón y de oídos. Ustedes resisten siempre al Espíritu Santo; ustedes son iguales a sus padres. ¿A qué profeta no persiguieron sus padres? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, al que ahora ustedes han traicionado y dado muerte. Recibieron la ley por medio de los ángeles y no la han observado”.
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Diciendo esto, se durmió en el Señor. Y Saulo estuvo de acuerdo en que mataran a Esteban.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal 31 (30), 3cd-4.6ab.7b.8a.17.21ab
R./ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme y guíame. R./ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. En ti, Señor, deposito mi confianza y tu misericordia llenará de alegría. R./ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia; cuídame, Señor, y escóndeme junto a ti, lejos de las intrigas de los hombres. R./ En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Juan 6,30-35
En aquel tiempo, la gente le preguntó a Jesús: “¿Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo”.
Jesús les respondió: “Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo”.
Entonces le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”. Jesús les contestó: “Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed”.
Palabra del Señor
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timriva-blog · 2 months
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Citas y comentario de «As lojas de canela», de Bruno Schulz
Escrito por Jesús J. Prensa Una amiga me trajo desde Lisboa este libro: lo he leído en portugués con asombro, es breve y es inmenso, un mundo. Anoto aquí varios fragmentos fascinantes: 1 – Esta aventura de mi padre con los pájaros fue la última y brillante contraofensiva que el incorregible improvisador, el estratega de la imaginación, lanzó contra las murallas de un invierno estéril y vacío. 2 –…
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adrianeleuteri · 2 months
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FUGACIDAD
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Primero, antes del sueño, la muy serena oscuridad, y tarde ya nos dimos cuenta de nuestra grata compañía. Grata por un tiempo, alegre en el conocimiento ciego de nuestro roce ligerísimo de cuerpos. Y pervivíamos en el espacio indefinible, como pervive, sutil y cauto, lo innombrable. Luego la rajadura, el gran tajo del haz, horror de nuestras emociones. Ahí el fin del extravío de la ausencia; delante de nosotros, a partir de entonces y de vez en vez, la ceguera de la suma cabal de los colores. Poco a poco desaparecimos, uno a uno, sin darnos cuenta. Pero la resta fue dramática y procuramos el diálogo en la danza y en la danza la expresión genuina de los terrores soterrados. Abierto el ventanal: el hurto, la feroz luminiscencia. Después los rubios rastros de hambre, un apetito acumulado que, indolente e ineludible, volvería por más. Nos escondimos, nos cobijamos con nosotros mismos, vestidos sólo con nuestra cobardía. Cuando fui salvo al fondo aval del aposento y protegido por temblantes somas, quise entregarme al estrépito del desenlace en el descubrimiento de lo inefable, al frente. Al ser el espécimen epidérmico de nuestra horda, deseé el refugio camuflado de murallas similares y multiplicadas. Hablose mucho de la suerte y nuestra suerte, echada de antemano en el compacto cuarto, dictaba eternamente amputaciones déspotas. Así se dio la fuga de la cual seguro estuve nunca, pues a menudo cavilaba sobre la sombra al interior del esplendor y en su ocasión para venir a devorarnos. Me supe el último, y mi particular materia derivó en parálisis. Descubierto el cajón, mártir la consciencia por el florete de la luz, una tenaza blanda me fulminó la mente al estallar mi cráneo contra la áspera vicisitud de un firmamento bruto. Tuve un momento milagroso de claridad y conocí el motivo de mi existencia. La fiebre fabulosa de mi testa asfixió el aire y, desprovistos de vacilo y suavidad, sus albores vastos y voraces pervirtieron lo velado. Pronto tenté el flujo de un poder supremo; lo vislumbré: sin mí no sería nada. Falto de noción, caí al vacío despojado de mi esencia. Me uní a los otros paladines lacerados por el éxtasis, muertos o agonizantes, y, sin embargo, adictos a la evocación de su abrasiva historia. ¡Oh, cruel y refulgente quemadura, ¿qué somos los cerillos cuando nos apagamos?! Si tan solo pudiéramos unirnos a la llama universal... Escrito en 2017, publicado originalmente en el número fundacional de la Revista Perpetuum en enero de 2023.
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77jose-ricardo77 · 3 months
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SANTO TOMÁS DE AQUINO, SACERDOTE DOMINICO, DOCTOR DE LA IGLESIA, PATRÓN DE LAS ESCUELAS CATÓLICAS
Fraile dominico y gran teólogo conocido como el Doctor Angélico, Tomás de Aquino vivió entre 1225 y 1274. Sintetizó la filosofía aristotélica y la patrística con la confianza en que la razón puede armonizarse con la fe cristiana. Es el protector de las escuelas católicas, teólogos y libreros.
S. TOMÁS DE AQUINO, SACERDOTE DOMINICO, DOCTOR DE LA IGLESIA, PATRÓN DE LAS ESCUELAS CATÓLICAS
28 enero
"¡Ustedes lo llaman el buey mudo! Yo les digo que este buey mugirá tan fuerte que su mugido resonará en todo el mundo". San Alberto Magno, su maestro, no se equivocó. Con estas palabras, lo defendió de sus compañeros de estudios, quienes le habían dado ese apodo por su carácter taciturno y aparentemente poco brillante.
Encarcelado por su familia por haberse hecho un religioso predicador
Tomás nació en el castillo de Roccasecca, en el Bajo Lazio, de los Condes de Aquino, emparentados con el Emperador Federico II. Su padre Landolfo esperaba que fuera abad del Monasterio de Montecassino, pensando que de ese modo se habría conjuntado el carácter tímido y amable de su hijo con sus ambiciosos planes políticos. El punto era que Tomás, rechazando cualquier ambición, ya había elegido una Orden mendicante para convertirse en un fraile dominico en Nápoles. Una elección muy frustrante para su ambiciosa familia. Sintiendo traicionadas las expectativas familiares, su madre y dos de sus hermanos lo secuestraron y lo mantuvieron prisionero en su castillo por un año. Su humor, poco sociable pero a la vez muy pacífico, se alteró solo cuando le hicieron entrar a una prostituta en su recámara para hacerlo desistir de su vocación. A ese punto, Tomás reaccionó aferrando con fuerza un leño ardiente y la hizo escapar. Con la ayuda de sus hermanas, se cuenta que luego Tomás logró escapar haciéndose bajar de las murallas del castillo de Roccasecca en una grande cesta.
Un intelectual enamorado de Dios
Finalmente libre del acoso familiar, fue enviado a Colonia y allí, con San Alberto Magno como su maestro, profundizó el aristotelismo. Se trasladó luego a París donde, no sin dificultades con el clero secular, enseñó en la Universidad. De regreso a Italia intensificó el estudio de Aristóteles gracias a las traducciones de un cofrade, y compuso el conocido himno vinculado a la fiesta del Corpus Christi, el "Pange lingua". Comenzó a escribir su "obra maestra", la Summa Theologiae. De este genial compendio teológico son particularmente conocidas las Cinco vías para probar racionalmente la existencia de Dios. (cf. ST. I Pars, q. II). El centro de su trabajo fue la confianza en la razón y los sentidos: la filosofía es un válido auxilio de la teología pero la fe no anula la razón. (cf Rm 1,19). Amaba el estudio y no es difícil imaginar por qué su inmensa producción filosófico-teológica haya causado un gran impacto entre los teólogos contemporáneos. Un día, el 6 de diciembre de 1273, Tomás le dijo a su cofrade Reginaldo que ya no escribiría más: "No puedo, porque todo lo que he escrito es como paja para mí en comparación con lo que se me ha revelado". Según algunos biógrafos, una experiencia mística con Jesús precedió a esta decisión. Parece ser que cayó enfermo en 1274, en el viaje a Lyon, donde el Papa Gregorio X lo había convocado para el Concilio, y murió en la abadía de Fossanova. Tenía sólo 49 años.
Santo Tomás leído por Chesterton: la reconciliación fe-razón
El famoso escritor inglés G. K. Chesterton, con su fina agudeza, en 1933 le dedicó un conocido ensayo titulado "Santo Tomás de Aquino". En tal texto Chesterton escribió: "Tomás fue un gran hombre que concilió la religión con la razón, que la expandió hacia la ciencia experimental, que insistió en que los sentidos son las ventanas del alma y en que la razón posee un derecho divino a alimentarse de hechos, y que es competencia de la fe digerir". Para Chesterton, tanto Santo Tomás como San Francisco fueron los iniciadores de una gran renovación del cristianismo desde dentro y cuyo centro fue la Encarnación: "... estos hombres se hacían más ortodoxos al hacerse más racionales y naturales: sólo siendo así de ortodoxos pudieron ser así de racionales y naturales. En otras palabras, lo que realmente se puede llamar teología liberal se desplegó desde dentro, desde los misterios originales del catolicismo".
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lamataronnnn · 3 months
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𑁍̤                                  𝐖𝐫𝐢𝐭𝐢𝐧𝐠  ———╮                        ⊱ 𝐌𝐈𝐄𝐃𝐎
    Allí se encontraba con la vista perdida en el océano, imaginando los miles escenarios qué con facilidad se pasaban por su mente ante la situación que tenía en frente. Pasó por muchos años luchando por no añadir un ser humano más a quién querer. Y aunque había luchado con todas sus fuerzas, el corazón se manejaba por una línea diferente y se encontraba en ese típica disyuntiva que te hace pensar en qué debes confiar.
    ¿Hay algo más intenso que temer a la vida misma?
    No sólo amar… a vivir, entregar todo lo que tienes con todas tus fuerzas. Siempre ha sido difícil dejar sus murallas abajo porque todo lo que recuerda es que la gente se va, te decepciona o muere; dejándote atrás, con una herida abierta. Sólo ves espacios de tiempo y no experiencias que no esta dispuesta a llevar consigo.
    ¿Pero a qué costo? ¿Dejando que su vida no esté lleno de colores y llenarlo de oscuridad por todos lados?
    La dulce agonía que limita sus alas.
Le gustaría sentir la libertad con que aquellas personas se arriesgan una y mil veces con la gente a su alrededor, desearía que no le importara cuando tomaran caminos diferentes y sobre todo, saber dejar ir con la misma facilidad que lo hace el resto.
    ¿Cómo superamos el 𝙢𝙞𝙚𝙙𝙤?
    La vida está hecha para tropezarse, pero lo más importante es saber cómo levantarse. Nadie está libre de dolor y aunque cada persona lo viva de forma diferente, no hay excepciones. Nada es tan simple, nadie lo tiene todo. El pack perfecto nunca ha existido.
    Y ahí estaba, sentada mirando el horizonte con su respuesta tan clara como el agua del mar. 
⠀⠀⠀ ⠀𝐚𝐛𝐨𝐮𝐭 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐬𝐭… ꧔ 𝐝𝐚𝐭𝐞: 05 de Enero, 2022. ꧔𝐰𝐨𝐫𝐝 𝐜𝐨𝐮𝐧𝐭𝐞𝐫: 282. ꧔ 𝐜𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐬: latibule.psd [Se reserva el derecho de propiedad de los escritos]
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el-mar-de-la-grieta · 5 months
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Ezoitz
(...continúa)
No ha pasado aún la quinta guardia y hace un frío insoportable. Todo el mundo habla del frío invierno en las montañas, pero allí arriba saben dónde construir los pueblos, donde guarecerse de los vientos, dónde aprovechar las corrientes naturales. Asima se alza entorno a los restos de una primitiva fortaleza, el enclave fue elegido por su valor estratégico, no por su comodidad. Desde el mismo momento en que anocheció la humedad del río comenzó a invadir el barrio. Si la ciudad entera sufre el frío del invierno en sus casas de piedra y madera encalada con humeantes chimeneas, en El Nido el mismo invierno se sienta a la mesa; eso en las casas que tengan mesa.
El Nido. Oficialmente Barrio de San Iramel, por la parroquia homónima de la Iglesia de los Santos. Todo el mundo se refiere a ello como un nido de pulgas, un nido de ratas, un nido de palomas; al final el apelativo venció al nombre y para todos es el Nido. El barrio más pobre de Asima, al sur del río de la Miel, al oeste del Carna, más allá del Muelle de San Iramel que ya es, con diferencia, la parte más pobre del puerto fluvial, donde los carboneros descargan y los pescaderos venden restos de tres días atrás. La parroquia se alza con su entrada florida y su camposanto separando el barrio del Muelle del Nido en sí.
Más allá de la parroquia y hasta alcanzar el muro, las casas en las que la piedra forma parte de la construcción pueden contarse con los dedos de las manos, y sobrarían dedos para contar todas las que tienen tejados de pizarra. Aquí la madera y el adobe presiden las calles y los suelos de tierra prensada los interiores. Poca gente tiene con qué calentar la casa y no es raro que los pocos que lo tienen acaben quemando el techo. La mayoría comen en puestos callejeros, braseros de hierro con un toldo de tela en el que se hacen guisos de carne. Una forma elegante de no explicar qué animal ha entrado en la olla pero que a nadie engaña. Los más afortunados comen en las sucias tascas de cerca de la muralla, donde al menos la carne es de paloma.
Ezoitz se asoma desde el tejado. Al otro lado de la calle hay una de esas tascas. Una calabaza toscamente tallada en madera y pintada de rojo cuelga sobre la puerta. No hay ningún letrero escrito, ¿para qué?. “Probablemente nadie que sepa leer va a venir a este lugar” -piensa mientras se envuelve en la larga capa que le ha prestado León. No tarda en comprobar que se equivoca. No es demasiado listo, pero leer sí sabe. Jeffrey Shelby camina al frente de la comitiva, tras él y llevando los caballos por el ramal caminan Kara, Zahir y Kaishun. Ezoitz siente un escalofrío y se envuelve aún más en la manta a pesar de saber que no es por el frío.
La mujer dijo que sería en la sexta guardia. Aún falta, pero no puede ser casualidad que sus compañeros aparezcan. “¿Y si lo es?” -piensa de repente, preocupada- “¿Y si es casualidad que estén aquí y dan al traste con todo?” Valora sus opciones mientras ve como Zahir se queda custodiando los caballos en la desvencijada caballeriza junto a la taberna. El djebel mira hacia ella. Mientras se deja caer tras el borde del tejado para ocultarse descarta la opción de bajar a avisarles. De todos modos lo más probable es que Chielde se vaya a reunir con ellos. La mujer dijo que se reuniría a la sexta guardia.
La mujer, el contacto de Isto, Ezoitz rememora. “Estoy aquí por la fortuna” había dicho Isto en la forja de Fuegoscuro; en ese instante todo había cambiado. La receptiva turnalduna había notado un enfriamiento en el ambiente, el maestro herrero había llevado la mano hacia el martillo, presto a abrirles el cráneo a los dos si era necesario. Y podría haberlo sido de no haber dado la contraseña correcta a su seña. Nunca ha dudado de Isto pero en ese momento sintió miedo. Luego subieron al piso superior y allí estaba ella. Mordisqueando un racimo de uvas y tomando vino blanco de Benamita. Tenía el pelo oscuro y corto, dejando al descubierto una cara bella y tranquila. Ezoitz no hubiese sabido decir qué edad tenía. Era una de esas caras lisas y suaves propias de una doncella, con una expresión serena que sólo se ve en la gente de más edad y unos ojos que aparentaban haber viso más de cincuenta inviernos.
La fortuna debía ser ella, o quizá era parte de la clave para que les dejasen subir a verla. Se había presentado como Dorota, con un marcado acento anbarano que había perdido poco después para hablar un perfecto imperial sin acento. Todo en ella parecía grácil y hermoso, también falso. El nombre seguramente era tan falso como todo lo demás. Claro que Isto y ella se habían presentado como Toman y Mila.
Isto y la mujer habían hablado largo y tendido sobre un tal Chielde, al parecer el sedente que había desaparecido de Alcoba del Monje. Pero nada de lo que decían encajaba. El tal Derri Chielde había destripado a una muchacha pasaní después de que todo su grupo de salteadores de caminos la violase tras asesinar a sus padres y arrasar con todo lo que había en su granja. Había empleado su propia sangre para ungirla y perdonarla para, según palabras textuales de Isto “librarla de la carga de un bastardo”. Al parecer ese mismo cabrón se hacía pasar ahora por un sedente de la Unción y el Trono y ni siquiera se había tomado la molestia de cambiar de nombre.
Otro escalofrío devuelve a Ezoitz a la realidad. El amargo sabor de la conversación con Dorota no desaparece como no desapareció con el vino. Un tipo gordísimo y con pinta estar a punto de perder el hígado encabeza una segunda comitiva. También llegan pronto. Tras él un hombre achaparrado, no mucho más alto que un enano y con un torso propio de tal raza, no trata de ocultar el hacha que porta. “Está a más de dos horas del montón de leña más cercano” -piensa- “ese hacha es sólo un arma. Un arma y una declaración de intenciones”. Tras él un hombre alto, de unos cuarenta años, con el pelo rubio pajizo y fino en el que aún se ve la marca de la tonsura propia de los sedentes. Debe ser él.
Nada más entrar en la tasca, una pequeña multitud sale de ella. Parece que conocen al sedente o a alguno de sus acompañantes y prefieren dejar intimidad para su reunión. La mente de Ezoitz vuelve sobre Kaishun. “Me pregunto si ese bastardo también tendrá el favor de los dioses, como el nauta” -piensa con un nuevo escalofrío. Los caminos de los dioses -del único dios según León- son inescrutables y hasta donde Ezoitz conoce, los dioses tienen muy poco interés en los asuntos morales. ¿Cómo si no un dios permitiría que bestias disfrazadas de humanos violasen a una muchacha que no había visto las quince primaveras?
La reunión termina pronto. Chielde y sus hombres salen de la taberna y se dirigen hacia el este. Poco después Kaishun, Kara y Jeff se reúnen con Zahir y cabalgan de nuevo hacia la Plaza de la Miel. Ezoitz abre su capa y la echa sobre el hombro para liberar su piernas y tener más movilidad y se descuelga con cuidado por el borde del tejado.
“¿En qué momento decidí vigilar desde un tejado? Yo no soy Ben” -sonríe al pensar en el muchacho. El chico parece trepar por paredes y árboles con mayor facilidad de con la que mucha gente camina. Pero ella no. Si va a empezar a trabajar con Harmat como el hamassi parece pretender, debería aprender a trepar tan bien como Ben.
Cuando alcanza el suelo echa a caminar hacia el puerto. La capa oscura no tiene ornamentos, puede pasar desapercibida en el Nido y, recogiéndola sobre un hombro y dejando a la vista sus ropas puede parecer que nunca ha estado allí. Ve a Chielde y a sus hombres poco después. Caminan como si la calle fuese suya y de tanto en tanto algún mendigo les pide comida o dinero, alguna madre acerca a su bebé para que sea ungido o algún enfermo implora una oración por su salud. El sedente dona, bendice y ora en todas las ocasiones, dejando tras de sí gente contenta y almas sanadas. “¿No estarán equivocándose de hombre?”
Ezoitz pasa a su lado, lo escucha, camina junto a un grupo que le sigue. No se ha fijado en ella. Los hombres y mujeres que la rodean son los olvidados de la ciudad, pobres entre los pobres, los que mendigan en el Nido. Entre ellos el sedente Chielde es un salvador, es el guía espiritual de los que no tienen nada. Consigue comida para los hambrientos y, según dicen ha llegado a emplear el poder de dios para curar a un ciego. Ezoitz duda mucho que cuente con ese don, pero ¿qué más da si la gente lo cree?
Su labor es observar, aprender y volver para informar. Lo que observa es que el sedente tiene poder, quizá no el tipo de poder que uno esperaría de un hombre de fe pero tiene poder. Cuando llegan a la parroquia de San Iramel, más de sesenta personas siguen a Derri Chielde. Entre la masa está el que parece un enano. Visto más de cerca lo parece aún más, con una poblada barba entrecana y unas cejas hirsutas. También hay una mujer, de piel negra y con una marca de fuego en la mejilla derecha, probablemente una liberta, que forma parte de su círculo más cercano. Porta una lanza larga con punta de acero y controla a la multitud junto con el que parece un enano y un muchacho no mucho mayor que Ezoitz con mirada felina bajo su ancha capucha y ropajes oscuros.
En el patio florido de la parroquia Chielde se sube al borde de la fuente y pide silencio. Sus tres ayudantes trazan un pequeño perímetro ante él. Los desposeídos comienzan a arrodillarse o sentarse en el suelo mientras el sedente ora por todos ellos. Cuando se hace el silencio, comienza a predicar. No es un sermón de la Unción y el Trono, Ezoitz los conoce, ni parece tampoco ser de la Iglesia de los Santos, con perpetuas referencias a las vidas de los elegidos. Chielde escoge con cuidado sus palabras para llegar a su audiencia.
Arrodillada entre ellos escucha con atención. El sermón versa sobre el desigual reparto de la riqueza, sobre la ostentación de los nobles que vienen para el Torneo de la Reina, sobre el frío en las casas del Nido. Pero en sus palabras subyace algo más. Lo entiende cuando ruega por la donación para los que menos tienen. Los mismos desheredados que lo acompañan se levantan para donar. Ezoitz afila su vista y trata de fijarse. Los menos donan monedas, es mucho más habitual ver joyas, broches para capas con incrustaciones, algunos ropajes de buena factura… uno de ellos tiene manchas de sangre.
Trata de no parecer asustada cuando la liberta se planta ante ella con un cesto. Aparta la cara, sin mirarla a los ojos. No tiene nada que pueda donar. La recia mujer le coge la mandíbula con la mano y la obliga a mirarla a los ojos. El frío recorre la espalda de Ezoitz. Sostiene su mirada mientras trata de parecer tranquila. Consigue controlarse y finalmente libera su cara con una expresión más de tristeza que de miedo, incluso una lágrima corre por su mejilla. La mujer negra relaja su expresión y, tras soltarle la mandíbula, le entrega una moneda de plata y continúa recorriendo las filas de fieles.
Ezoitz juguetea con la moneda bajo los pliegues de la capa mientras camina junto al río. Las plechas ajardinadas están amarradas por toda la margen oriental durante la noche. No frena ante las insinuaciones de muchos de los marineros. Guarda la moneda tras su cinturón y desliza la mano hasta la empuñadura del puñal. Harmat se lo entregó para que pudiera defenderse. No es una guerrera, nunca lo ha sido, pero el puñal parece tan afilado como para poder atravesar un torso humano sin apenas hacer fuerza.
Acompañada por el frío y el miedo, Ezoitz alcanza el portalón con la estatua del herrero. Un farol de aceite luce sobre la puerta cerrada. Un relámpago interior la impulsa contra la pared, amparada por las sombras de la estatua. Ve pasar a una pareja de guardias sin siquiera entender por qué se ha escondido. El Barrio del Acero es rico y la ciudad está abarrotada de pillos que esperan sacar su tajada del torneo, es de esperar que los capas amarillas patrullen por ahí. Ella no tiene nada que esconder, aún así es difícil librarse de los comportamientos aprendidos. Permanece en la sombra hasta que los soldados se alejan y llama a la puerta.
Un muchacho de no más de trece o catorce años, vestido con un camisón demasiado largo para su altura y un peto de cuero le franquea el paso. Huele a hierro y está salpicado de manchas de agua y aceite del temple. La forja no para durante la noche, el torneo es lucrativo para todos. El muchacho no habla así que ella tampoco, sube las escaleras sin que nadie la detenga para ir a la habitación donde se había despedido de Isto y Dorota. El contable dormita recostado en una silla cerca de la chimenea encendida. El resto de la habitación está en penumbra; su anfitriona está sentada a la mesa ante los restos de una cena lujosa, apurando una copa de vino de cristal tan trasparente como el agua de un arroyo.
-¿Viste a nuestro viejo amigo? -pregunta en voz baja, respetando el sueño de Isto.
Ezoitz asiente con la cabeza manteniendo su cara totalmente inexpresiva. La amiga de Isto parece notar algo aún así. Sonríe levemente con un solo lado de la boca en una mueca que lejos de retorcer su rostro parece acrecentar su serena belleza. Una mueca ensayadísima, a ojos de Ezoitz.
-¿El curioso grupo con el que se reunió eran tus compañeros?
-Tengo la sensación de que ya lo sabes -responde la turnalduna algo modesta-. ¿Para qué me mandasteis a espiar?
-No ibas a espiar. Necesitabas verlo, entender el poder que tiene aquí -aclara suavizando su expresión hasta convertirla en una cara afable. Hace un gesto con la cabeza hacia Isto-. Él debe ser frío, no puede dejar que las emociones le dominen.
-¿Qué es lo que pretendéis? -pregunta finalmente Ezoitz, cansada.
-El viejo Isto merece una venganza. Y ese cerdo de Derri Chielde -hace una leve pausa- merece morir.
-Harmat…
-No -corta su interlocutora antes de que pueda continuar-. Harmat Ruharamashuf lo haría morir sin ruido, sin escapatoria.
-Tiene que ser público -la voz de Isto es pastosa, como si se acabase de despertar. Ezoitz no sabe cuánto ha escuchado-. Debe confesar, que la gente lo vea como el monstruo que es. Si apareciese muerto sin más no traería más que problemas. ¿No has aprendido nada?
Ezoitz agacha la cabeza, no está acostumbrada a que el viejo contable sea tan brusco, no con ella. Dorota se levanta y rodea la mesa, sentándose junto a ella y ofreciéndole una silla. Apoya una mano grácil y de largos dedos sobre su muslo y se inclina algo hacia ella.
-Piensa, has visto a Chielde, has visto a sus fieles. El Nido entero arderá si muere. Los capas amarillas responderán con todo el celo que requiere mantener limpio el Torneo de la Reina.
-Derri Chielde está buscado en Wend y en Pfain, o debería estarlo -interviene Isto, su voz se ha relajado.
Ezoitz sonríe, algo ha hecho conexión en su cabeza. Se siente algo estúpida por no haberlo sabido ver antes. Ella, la lista, la que entiende las intenciones de las personas, la que ha hecho de los secretos, la manipulación y el control emocional su forma de vida. Ella ha pasado por alto las intenciones de Isto y Dorota.
“El viejo Isto merece una venganza”. No el viejo Toman. Sabe quién es, conoce a Harmat, sabe quién soy yo. No es un contacto desconocido, Isto ha trabajado con ella en el pasado. Quizá mucho más. “¿Quién diablos era esa Floria Nemescu?”. Es lo único que le falta por entender. Algo debió activarse en el cerebro del viejo cuando oyó hablar de la Brawentcompine en el pueblo. “Está buscado en Wend”. No es casualidad que Dorota o como sea que se llame en realidad estuviese aquí, Isto no ha enviado ningún mensaje antes de ir a la ciudad, sabía dónde encontrarla. Tenían algo planeado desde hace tiempo y la Compañía Valiente ha sido un impedimento, de ahí las prisas.
El sol se filtra entre las gruesas cortinas de fieltro cuando Ezoitz despierta a la mañana siguiente. Isto está desayunando. Siempre duerme poco. No hay nadie más en la habitación. Se levanta y se estira, aún lleva al ropa de la noche anterior y la capa de León. La espalda le cruje como peaje por haber dormido en un sillón ante la lumbre. Aún le invade la placentera sensación de la victoria intelectual. Anoche había conseguido demostrar ante Isto y su anfitriona que había conseguido entender sus planes. No es tan osada como para suponer que lo comprende por completo, pero la paternal sonrisa con la que Isto le ofrece desayunar refuerza su bienestar.
-Debes volver al campamento. León ya está allí según creo. Pasó a despedirse antes de que llegases anoche pero no tuve ocasión de decírtelo -sirve una cerveza espesa y aromática en el vaso de Ezoitz-. Además necesitamos saber qué hablaron con el sedente nuestros amigos.
-¿No vuelves tú?
-No, yo tengo aún asuntos que tratar con la fortuna y unos amigos suyos.
La conversación banal que acompaña las truchas asadas y los panes dulces con mantequilla del desayuno se corta bruscamente cuando Isto se levanta y se despide. Parece tener prisa por salir de allí. Ezoitz se va poco después, nadie la interrumpe en su bajada por las escaleras, nadie la detiene al salir. La calle está cuajada de gente. Muchachas y muchachos de la edad de Ben recorren los adoquines empujando y tirando de carros cargados con pasteles, mejillones, almejas, encurtidos y quesos mientras pregonan sus mercancías. Ezoitz saca de su cinturón la moneda de plata que le había dado la fibrosa liberta que acompañaba a Chielde. Es un centavo del imperio desgastado por el tiempo y las manos. Se lo lanza a un muchacho que empuja un carro lleno de marisco hervido en cucuruchos de algas de río.
Es hora de volver hacia el campamento. Seguramente se estarán preguntando dónde han pasado la noche Isto y ella. Poco después de salir de la ciudad por la puerta de las campanas consigue que le cedan un sitio en la parte trasera de un carro que lleva pescado hacia Alcoba del Monje. El olor es fuerte pero es mejor que caminar.
“Qué es eso” -algo se dispara en la parte más primaria de su cerebro, un miedo
-Hay algo ahí -dice con su sonora voz y su pobre pronunciación el carretero.
Ezoitz se apoya en un barril de bacalao en salazón y mira por encima del pescante del carro. Una multitud se agolpa ante la taberna que da nombre a Alcoba del Monje. Gritan y alzan palos y herramientas, pero no consigue entender las palabras. El carretero parece preocupado, la taberna era probablemente el destino de su mercancía.
(continúa...)
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armatofu · 6 months
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Moisés
(Unknown - Unknown)
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Profeta Hebreo
Uno de los mayores profetas del Antiguo Testamento.
Festividad: 4 de septiembre (rito romano)
Padres: Amram y Jocabed (biológicos), Henutmire (madre adoptiva)
Cónyuge: Séfora
Hijos: Gersón, Eliezer
Nombre:
Resumen
Figura importante para el cristianismo, el judaísmo, el islam y otras religiones, donde se le venera como legislador, profeta y líder espiritual. Liberador del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto. Recibió los Diez Mandamientos de Dios en el Monte Sinaí. Se le atribuye la autoría de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, denominados en su conjunto Pentateuco.
Éxodo 7:16
La historia de su vida se relata sobre todo en los libros Éxodo y Deuteronomio del Antiguo Testamento.
Se cree que Moisés nació en Siglo XIV a. C. en Gosén, región del antiguo Egipto.
Familia
Según el Libro de Éxodo fue hijo de Amram y de su esposa Jocabed, hebreos esclavizados por los egipcios. Hermano de Miriam y Aarón.
Poco antes de su nacimiento, ante el aumento de la población hebrea, el faraón ordenó dar muerte a todos los varones israelitas temiendo que pudieran aliarse con los enemigos de Egipto. Para salvarle, su madre lo colocó en una cesta que lanzó al Nilo, siendo rescatado por Henutmire, hija del faraón, que le llamó Moisés (salvado de las aguas) y lo crio como si fuera suyo.
Huida
Cuando era joven, mató a un egipcio que maltrataba a un esclavo hebreo y tuvo que huir de Egipto.
Matrimonio e hijos
En la tierra de Madián, se detuvo en un paraje con un pozo, donde protegió a siete pastoras de otros pastores malintencionados. Jetró, el padre de las pastoras, adoptó a Moisés y tiempo después le permitió casarse con su hija Séfora, con la que tuvo dos hijos Gersón y Eliezer.
Revelación
Trabajando como pastor vivió en Madián durante cuarenta años. Un día llevó a su rebaño al monte Horeb, donde vio una zarza que ardía sin consumirse, al aproximarse a ella, Yahvéh, el dios de los hebreos, le ordenó volver a Egipto para salvar a su pueblo de la esclavitud. Una vez allí, debía guiarlos hacia la tierra de Canaán (después Palestina), donde se instalarían de forma permanente. Para ayudarle en tal proyecto, Dios le otorgó el poder de realizar milagros.
Las diez plagas de Egipto
Moisés y su hermano Aarón regresaron a Egipto y demandaron al faraón la libertad de los hebreos, ante la negativa del soberano invocaron sobre los egipcios las diez plagas bíblicas. Finalmente, este aceptó y permitió la partida del pueblo semita.
Éxodo
Al aproximarse al mar Rojo, un ejército enviado por el faraón se les aproximó con la intención de recuperar a los esclavos. Moisés extendió el brazo y dividió el mar formando murallas de agua a derecha e izquierda. Los hebreos cruzaron el tramo, pero cuando los egipcios intentaron seguirles, las murallas de agua se cerraron ahogando a los perseguidores.
Tres meses después, al llegar al pie del monte Sinaí, Moisés subió a la cima para hablar con Dios y tras permanecer allí durante cuarenta días y cuarenta noches, recibió dos tablas de piedra, las Tablas de la Ley, en las que estaban escritos los Diez Mandamientos, que a partir de entonces constituyeron las leyes fundamentales de los judios.
Condujo a su pueblo durante cuarenta años por el desierto, periodo en el sufrieron terremotos, plagas, incendios, sequías y guerras. Para alimentarlos, Dios hizo llover maná del cielo y para que bebieran, les dio múltiples fuentes de agua. Ordenó a Moisés dar agua al pueblo hablándole a una roca, sin embargo, él la golpeó dos veces, hecho fue visto por Dios como una desobediencia, prohibiendo su ingreso a la Tierra Prometida.
Muerte
Cuando llegaron a Canaán Dios le permitió divisar la Tierra Prometida desde la cima del monte Nebo (en la actual Jordania), tras esta visión Moisés falleció.
Enlaces de interés:
*buscabiografias.com Artículo: Biografía de Moisés Autor: Víctor Moreno, María E. Ramírez, Cristian de la Oliva, Estrella Moreno y otros Website: Buscabiografias.com URL: https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/11919/Moises Publicación: 2022/08/05 Última actualización: 2023/07/19
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unamamacansada · 7 months
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La mamá de la mamá, algo que me hubiera gustado tener
Quiero aclarar algo. Daría la vida por mi mamá y si algún día me muero y tuviera que cruzar el Aqueronte para regresar y ayudarla, lo haría. Así de intenso es el amor que siento por ella.
Otra cosa es que no tengo ningún trauma ni he sido una niña maltratada por mi mamá. Jamás me ha pegado, ni siquiera de juego. Ella tenía un carácter de mierda, sí. Pero más allá de una ocasional gritada y una buena puteada, ya de adolescente, jamás pasó nada.
Sin embargo, varias cosas ocurrieron entre mi adolescencia y mi ahora adultez y maternidad que hicieron que mi mamá deje de ser mamá como tal y pase a ser más mi hija o mi protegida. Al menos, así lo siento. Uno de esos sucesos fue la muerte de mi papá. Luego de eso, RECIÉN me di cuenta del estado emocional y mental de mi madre. No lo había visto antes, porque mi papá entraba como muralla o como escudo protector, no permitiéndome ver el panorama completo. Por poner un ejemplo, ella ha llegado a desearme la muerte, a amenazarme con ella morir para ver si recién ahí la valoraba, entre otras cosas. No le guardo rencor por ello, entiendo que fue en un momento de loca depresión y la gente en estos estados dice idioteces como esa.
Entonces, ahora que hay un poco de contexto, sí me hubiera gustado contar con mi madre como la mamá de la mamá, esa que (cuenta la leyenda) está ahí al lado de la hija cuando recién se convierte en madre, que agarra su mano para apoyarla y consolarla en su agobio, que la ayuda a mantener la casa limpia porque la reciente operación de cesárea no la deja moverse por el dolor, que la ayuda a cuidar al nuevo bebé, permitiéndole a la nueva mamá dormir y descansar un poco, de ponerse hojas de col en las tetas adoloridas y de meterse al baño una hora a tratar de liberar el estreñimiento. Yo no tuve ni tengo eso. Con esto, no culpo a mi mamá de ser mala, pero sí la culpo de no poner de su parte. De rendirse a la primera, de huir cuando la situación genera tensión o algo de esfuerzo. La culpo de no actuar como mi mamá y de creer tanto en la búsqueda de la felicidad propia que a veces se olvida que esa búsqueda hace infelices a otros. La culpo de haberse preocupado más por cuántos días más iba a tener que cuidar a mi perrita antes de pensar en lo asustada que yo estuve esos días internada en la clínica a punto de perder a mi hij@ por amenaza de aborto. "Qué prioridades y egoísmo de mierda", recuerdo que pensaba. La culpo por apoyar sólo cuando a ella le conviene o le resulta fácil hacerlo, cuando este apoyo calza en su agenda. En fin.
A veces veo imágenes, leo textos o escucho historias de amigas cercanas que hablan acerca de cómo su madre estuvo ahí de manera incondicional, sin poner peros ni trabas y sólo me queda pensar "qué bien por ellas, qué lindo sería". No me siento identificada jamás con estos escritos.
Mi mamá, mi inestable mamá. La amo tanto, pero a veces es tan difícil hacerlo. Intento comprenderla, intento entenderla, intento aceptarla. Pero es difícil.
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silvestreycoqueta · 7 months
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Ver para creer: una invitación a la experiencia
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Qué duda cabe. Cada vez tenemos menos experiencia. Y eso influye en lo que tantos expertos hablan sobre la inmadurez e intolerancia de nuestros tiempos. Podemos pasarnos el día sin ver a nadie a la cara: comprando por aplicaciones y conociendo gente por chat. Conformándonos con ver fotos o videos de lo que deseamos. Y punto.
Pero sucede que la única solución a la intolerancia, a la inmadurez, es vivir. ¡Qué simple suena! A través de las redes sociales, de los medios de comunicación absorbemos ideas de lo terrible que es el mundo, de lo mala que es la gente. Y atrincherándonos lo tomamos por verdad. Aunque por experiencia propia, no lo hayamos vivido.
Y ya que estamos, se me viene un recuerdo muy interesante. Recién terminada la pandemia, y bajo el bombardeo de información afirmando que el país era un hervidero de delincuentes, mis familiares y amigos me pidieron que pensara bien si realmente salir de mochileo ese verano. “¡Te puede pasar algo! Chile ya no es el mismo que hace tres años”, me advertían. Pero yo estaba loco por visitar las catedrales de mármol.
Ciertamente durante el viaje todo fue cariño y fraternidad. La calidez humana del sur me limpió los ojos y me hizo percatarme que los medios nos inventan una burbuja de dramas que sí existen, pero en porciones muy pequeñas del territorio.
Lo más hermoso fue que en el camping, en Puerto Río Tranquilo, todo ignorante de lo que los demás temían y miraban con distancia, me pasé la noche compartiendo con una familia gitana. Encantadores, maravillosos. Aprendiendo una visión del mundo distinta. Dándome cuenta que el miedo es la gran muralla que debemos saltar. Al otro lado nos espera el gozo, el asombro, la vida eterna.
Escrito por: Fernando Osorio redactor de Silvestre & Coqueta.
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diego--simon · 7 months
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El silencio melancólico, puede apagar la pasión de gritar la denuncia, de vociferar la crítica, y agitar la incomodidad desheterosexualizante. También habitar el silencio es un refugio desabrigado, una sombra desvanecida por la lóbrega muralla del desanimo.
Sin embargo, a pesar de todo y, no obstante. Mientras exista la generosa, erótica y furiosa conspiración trava cola camiona, con el afán morboso por destruir la norma, reconstruir las rondas, y escarbar la memoria.
Me anudaran con tejidos indómitos, con el ancestral brío de resistencia anticolonial.
Tragaré mi garganta, sostendré mi desaliento
Y en esa, en esta indomable rebeldía disidente sexual
En la obstinada e inquieta construcción de la revolución social feminista y descolonial
Podré alegar y expulsar mi alarido de rabia, resentimiento y rencor
Por la ingobernable proyección del amor.
(Poema escrito durante la revuelta de octubre de 2019 en valparaíso)
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mfbv · 7 months
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Sin embargo, Jerusalén dice: «El Señor me ha abandonado; el Señor me ha olvidado. ¡Jamás! ¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho? ¿Puede no sentir amor por el niño al que dio a luz? Pero aun si eso fuera posible, yo no los olvidaría a ustedes. Mira, he escrito tu nombre en las palmas de mis manos. En mi mente siempre está la imagen de las murallas de Jerusalén convertidas en ruinas. 
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