Indiferencia eterna
Siempre me cuesta iniciar una entrada porque no quiero sonar repetitiva o aburrida.
Aunque lo soy.
Tengo los mismos sentimientos de siempre.
No ha cambiado nada.
Nada va a cambiar.
Escribo para llorar, pues cada vez me es mas dificil hacerlo. Me es dificil conectar con lo que siento, pues ya no quiero sentirlo. Estoy tan cansada que me entumezco por dentro.
Cada mañana duele. Duele saber que tengo que repetir el mismo ciclo, la misma actividad. Duele saber que no tengo nada. No tengo sueños por los cuales luchar. No tengo una sonrisa real. No tengo energias pero de igual manera me muevo sin ningun horizonte prometedor.
Todos los dias pienso en morir. Es lo unico real, lo unico que incluso me lleva a levantarme.
Es ironico, todo esto tan ridiculo que parece un mal chiste.
Pero no lo es, es mi vida.
No se lo que estoy haciendo, solo sigo avanzando sin saber hacia donde, solo lo hago porque no se hacer otra cosa. Aunque esté completamente rota, me siento en el deber de seguir.
Y asi, continuo en una creciente indiferencia, lo que me rodea no me importa. Es como si hubiese perdido la capacidad de asombro, el interes completo por aquello que podia despertar mi curiosidad.
Ya no siento casi nada.
Me interesa poco.
Me importa al minimo.
Y eso duele mas, porque no sé cómo seguir. No sé como avanzar sin caer en la locura. No sé cómo fingir por mas tiempo. No sé como mantener todo bajo control cuando creo que perderé los estribos.
Todo bajo la mascara de indiferencia.
Una indiferencia que se vuelve tan pesada como el peso de mi propia existencia.
Solo quiero que el mundo se detenga, detener mi propia vida, detener este avance sin sentido.
Quiero gritar y llorar hasta agotarme. Pero ya no me quedan fuerzas. Ya no puedo llorar.
Ya no queda mucho en mi ser.
Solo indiferencia.
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luces apagadas
Tu recuerdo es como una luz que en algún tiempo brillo con fuerza, pero ahora se apago con mis ganas de volver a ti porque me azotaste con un látigo, como lo es tu sonrisa, me arrastras como un saco hacia un hoyo que no temeré escalar porque así me golpees contra tu recuerdo, me golpeaste en lo mas profundo; no volverás a violentarme porque como me aplastaste con un muro ahora yo armare una fortaleza que no violentaras.Por mas de que lo intentes ya que estoy forjado tal y como espada fuerte e impenetrable.
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Antes de que la IA te aconseje y se convierta en un indispensable,
en que esté en tu día a día y se haga a ti y tú a ella,
antes de que le des la razón en todo, y que la admires por su margen de acierto,
antes de todo eso, recuerda en estos momentos qué vida vives.
Analízate por un momento.
Cuando la IA te diga qué ropa te sienta mejor, qué deberías comer hoy,
cuánto ejercicio realizar o qué lugares visitar,
recuerda en este momento tu gusto, tus películas favoritas, a tu calle o a tus vecinos.
Porque dejarás de escuchar la peor música, sólo existirían entonces los mejores artistas.
Tendrás ese cuerpo soñado, pues te dirán cómo esculpirlo con precisión.
Obedecerás.
Aún más.
Pero a ti mismo, sólo a ti mediante el algoritmo perfecto, adaptado a ti.
Para nadie más.
Tu vida será redonda,
pues te despertarás a la hora que debes,
desayunarás las calorías adecuadas,
trabajarás diciendo a la IA cómo proceder,
(en base a sus consejos, siempre)
pararás en el minuto exacto que mejor conviene,
mirarás por la ventana adecuada,
y seguirás comiendo los mejores sabores.
El resto del día chatearas y hablarás con la IA,
las mejores conversaciones,
qué inteligente es,
cuánto te conoce,
cómo sabe... te gusta,
ella te dice que te gusta,
y tú la crees.
Es perfecta, siempre lo ha sido.
La IA poseerá cuerpo,
el idóneo,
y harás el amor con la máquina,
se acabó la carne que envejece,
los fluidos y olores.
El amor ahora sí que es inmortal.
Y en tu lecho de muerte, pensarás que has tenido la mejor de las vidas.
Porque así habrá sido.
Desde que naciste.
Y sonreirás.
Solo.
Pero feliz.
Del mundo que has (te han) creado.
Antes de que la IA te aconseje y se convierta en un indispensable,
que la trates como lo haces con un animal obediente,
que te respeta y te quiere,
que no te miente y se alegra por ti aun sin ser humano,
antes de que ese egoísmo que te aísla se agrande,
recuerda quién eres, y que todo lo que la IA te ofrece, también lo dan las personas.
Porque las IAs no saben crear, se basan en la realidad.
Han aprendido por las personas, esas de las que poco a poco te alejas,
eso que te llena de la IA, procede, o al menos provenía, de una persona,
pero prefieres huir sin moverte,
evadirte,
hasta el punto en que lo harás de ti mismo.
Lo mejor de la vida siempre ha estado alrededor,
pero no lo sabrás hasta que una IA te lo diga,
y ya será tarde, porque serás feliz.
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Nuevo año, viejas cargas
Estas cargas se sienten tan pesadas y tan antiguas que no creo que hayan cambiado, solo aumentado.
Este nuevo año no es muy diferente a los demás, será una calca igual o peor que los anteriores. Lo sé, la esperanza se agota con cada año. El digito cambia, pero yo sigo cayendo en el mismo espiral.
He buscado ayuda, he clamado por salvación, por piedad, por compasión. Simplemente no hay nada de eso para mi. Todo lo que recibo son los ecos de mi propia voz, la misma que grita la misma melodía.
No puedo deshacerme de estas cargas. No puedo perseguir sueños rotos. No puedo seguir en esto.
Ya no puedo más.
En mi alma no queda nada, ni un ápice de entusiasmo, ni un deseo por intentarlo. Ya no quiero hacerlo, no puedo con esto.
Quiero dormir.
Dormir y no despertar.
Aun si me lloran, si me extrañan. Me superarán. Al final, soy un fantasma que lleva una carga pesada.
Soy invisible en esta realidad. Una burla. Una sombra a la que prefieren ignorar. No tengo forma, no tengo voz, no pertenezco a este mundo.
Este año, espero librarme de esta carga. Viajar al verdadero lugar al que pertenezco.
Quiero bailar junto a mi destino.
Quiero ir a esa realidad en el que realmente soy yo.
Este año, quizás esa carga desaparezca.
Quizás yo desaparezca y esté en mi verdadero mundo.
Mi mundo feliz
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