Que frustrante es tener que ir detrás de ti, rogar por atención y ver lo poco que te importa. Cuando el show termine, no preguntes por qué las luces se apagaron.
Fue como salir de la caverna del mito de Platón y sentir el calor del sol por primera vez en la piel. Fue como despertar de un profundo sueño y dejar atrás las sombras ilusorias de un mundo que en realidad nunca existió.