Tumgik
#intentaré responder cosas pequeñas
kaiustuff · 10 months
Note
Bueno,toca interrogarte sobre el Lore de tu oc,van a ser varias preguntas y no hace falta aque respondas o que des respuestas largas
1 cómo fue la infancia de Diana? Tiene algún hermano o hermana?
2 con quien la emparejas(si es con nadie ta chévere,pero me parece muy cuca su interacción con Hans)
3 Nació en un lugar frío? Me da vibras de juego de tronos y eso que no via serie
4 Cómo serie su relación con el cast de la peli?
Intentaré responder sin que suene muy loco su lore
1 Diana no tiene ningún hermano/a, no tiene ningún familiar ya que ella proviene de una comunidad aislada que no cree en los lazos familiares ni fraternales (es un culto en varias cosas) su comunidad es su familia y al ella estar en el círculo de los cazadores (son los vigilantes de su aldea) considera a sus compañeros lo más cercano a sus hermanos, en cuanto a su infancia parece por su rostro inexpresivo qué pasó una vida dura pero todo lo contrario, ella estuvo muy feliz con su estilo de vida cuando era pequeña, puesto que era todo lo que conocía, jamás sintió que no encajara o la llegaron a maltratar, fue consentida por su pueblo al verla como la cazadora perfecta por su físico y su inteligencia
2 La verdad es que la historia de mi oc tomo un rumbo inesperado, yo creé a Diana con una conocida de Instagram que también creó su propio oc, y las creamos con la idea que fueran pareja pero actualmente no estoy en comunicación con esa persona así que por ahora Diana estará soltera, a mi me gusta creer que la interacción que tiene con Hans es tierna y que ella lo ve como un niño al cual proteger ^^
3 Si! Ella es de una parte de la isla con temperaturas bajas, pero lo puede resistir porque es descendiente de vikingos que llegaron a la isla mucho tiempo atrás
4 Pues su relación con el cast es variado, Hans y ella se llevan bien aunque Diana no hable demasiado o lo demuestre (le encanta sus postres) con los trillizos está fascinada por las cosas que inventan y cada que los ve les pregunta cosas o si inventan los observa con curiosidad, Merlin le da desconfianza por la magia que posee y por un tiempo le tuvo miedo pero después aprende sobre la magia y considera a Merlin como su mentor, con Jack no tiene una relación estrecha, ella solo lo tolera porque no le gusta que sea tan materialista, pero Jack está encantado con su estilo y su forma de vida, Snow quiere mucho a Diana por su forma de ser y quiere enseñarle el mundo de afuera, mientras que Diana tiene sentimientos encontrados porque por un lado respeta a Snow como líder y monarca pero siente que es su enemiga por conflictos qué hay entre su gente y el reino blanco, a pesar de esa desconfianza Diana no es hostil con ella y con el tiempo le agarra cariño. Y Arthur es un caso muy aparte porque Diana lo detesta a morir por todo, su personalidad, su forma de hablar y que sea crea tan fuerte, y el también se siente así, todo lo que es Diana es despreciado por Arthur, cada que pueden se agarran con la chancla y se dan sus buenos golpes, pero siempre llega alguien para separarlos y que no se maten xd
Las explicaciones son muy largas lo sé y me disculpo ((*^*))
9 notes · View notes
fueradecampo · 8 months
Photo
Tumblr media
Vagando por Belgrado me crucé con una pequeña galería de arte que me llamó la atención. Estaba fuera de contexto, en un barrio obrero alejado del centro de la ciudad y a unas cuadras de un mercado de pulgas donde tenía ganas de comprar algo inútil. Entré y una chica me recibió sorprendida. Parecía que nadie estuviese destinado a entrar a esa hora o ese día. Me preguntó cómo la había encontrado. La galería. Lo dijo en un inglés suave. No supe qué responder y desapareció detrás de una puerta. Solo y rodeado de imágenes de una infancia aparentemente difícil, me detuve un rato a pensar en las marcas del tiempo. Algunas ineludibles, como la ruleta de las cunas. Otras elegidas. Timonazos que te llevan a puertos desconocidos y soleados iluminándote con cocos que caen de palmeras. No me entretuve mucho y seguí camino. Tampoco tenía mucho que hacer. Belgrado ya me había regalado sus marcas, aunque aún no lo sabía, y la errancia es un estado que me seduce. La cabeza se va inundando de ideas que se arrastran perezosas y dóciles mientras los pies te extravían por las calles de una ciudad desconocida. Quizás me atraiga porque es una sensación que se acerca bastante a la solitud. Como la de los veranos adolescentes abrasadores donde te pasás las horas con una sopa en la cabeza cociéndose y los pensamientos resbalan imposibles de atrapar. Y en ese limbo se forjan cosas sorprendentes. A fuego lento, con el temple de casi todo lo que perdura. Es ahí donde la noción de tiempo se rompe y se torna personal. Un tiempo a donde siempre se puede volver como refugio de montaña. Ahora no tengo idea de dónde estoy. Las calles se enredan y las esquinas se llenan de suspenso. El rumbo está guiado por detalles-carnada. Un árbol con hojas guirnalda que se inclina con sorna sobre una ventana cegándola. Dos perros callejeros que giran con frenesí oliéndose el culo. Una chica alta camina demasiado rápido para el ritmo del paisaje con un tigre tatuado en la espalda. Zanahorias en palos que evitan que me detenga. En algún momento me cansaré e intentaré regresar, pero mientras tanto repaso algunas imágenes de esos días. Instantes que parecen no tener mucho significado pero que me empeño en reproducir como jugadas importantes de un partido de fútbol. Pequeños movimientos en el espacio. Un brillo. La cadencia de un gesto. Silencios. Un impulso fuera de lo común. Fragmentos que repito con delicadeza hipnotizado por el placer del descubrimiento. Cada tanto agrego algo nuevo jugando con las posibilidades latentes que no prosperaron. Nada demasiado importante, tan solo variaciones que me entretienen y se funden en el camino con edificios brutalistas, ventanas que destellan y rastros de una ciudad que supo estar en llamas. Continué así sin mirar el reloj hasta que, justo antes que encendieran las luces de la calle, me choqué con el mercado de pulgas. No encontré nada inútil pero compré un manojo de paprika.
0 notes
mahxshxjo · 9 months
Text
Tumblr media
🌙┊ 。.゚✧* — ♡ #HOMEVOYAGE01 날 밀어 넣어 준비가 안된 무대로 몰아 넣어수치를 느끼게 WELCOME TO BON VOYAGE 멘탈 을 싸늘한 흔들 어놔 관중 무너져 더는 널 못 참아 두고 #MOON_JELLY 。.゚✧*
El viaje hasta la Isla Jeju, donde el lujoso complejo donde se llevaría a cabo la grabación del programa, no había sido nada agotador, aún así, Aeri aprovechó de dormir un poco durante el recorrido mientras escuchaba sus canciones preferidas para mantener ese buen ánimo que normalmente la caracterizaba.
Una vez arribó a las afueras de la mansión, bajó su pequeña maleta para así ingresar al lugar. En realidad el lugar tendría todo tipo de conjuntos de ropa así que no debía preocuparse por llevar demasiado mas que lo esencial.
Su primera parada era esa habitación rosa que serviría para confesar cosas o de alguna manera, hablar con los televidentes a través de las grabaciones. Ella creía que era una excelente oportunidad para darse a conocer frente al público en general, además de conectarse aún más con sus fanáticos y personas que no lo fuesen. Era una increíble oportunidad para ella, debido a los diversos problemas que había tenido en el pasado. Quizá mostrarle a todo el mundo que en realidad era una genuina persona le ayudaría a que todos pudiesen olvidar sus constantes tropiezos.
—¿Está bien mi maquillaje? —preguntó nerviosa a las cámaras como si hubiese alguien frente a ella, cubriendo enseguida sus labios al minimizar una sutil carcajada. Todas las cámaras apuntaban a ella y aunque al ser Idol estaba acostumbrada, ello se sentía mucho más íntimo, más personal. Como una especie de tic cuando estaba ansiosa o nerviosa, acomodó sus cabellos de diversas maneras, siempre luciendo diferente hasta que se quedó tranquila con un look que le hizo sentir confianza.
Mientras tanto, sus brillantes iris inspeccionaban la preciosa decoración del Pink Room con temática de playa, era mágica.
Suspiró sutilmente, aguardando que le avisaran que estaba lista para comenzar a hablar. Fijó su vista en la pantalla de las instrucciones, deseando que pronto diera inicio esa pequeña entrevista que le permitiría presentarse a sí misma.
—Hello, guys. This is Giselle from aespa. I'm so glad to be here, to be part of this incredible show. Tengo veintidós años de edad y mi mbti es ISTJ, así que como verán, soy una chica introvertida que tiene mucho para juzgar.
Añadió aquello último en un tono lleno de diversión así como de broma al tiempo que removía los lentes de su rostro, hasta que finalmente movió su cabeza a modo de negación y reía preguntando si debía grabar otra vez.
El inglés era una de sus habilidades como artista, así que comenzar a hablar un poco en aquel idioma era algo que le ayudó a tener confianza en sí misma. Era difícil estar de forma individual sin ninguna de las chicas, aunque pertenecer a un grupo de cuatro personas era lo más cercano que tenía en ese momento.
—Espero que puedan conocerme mejor durante este corto tiempo, avanzar junto con mis compañeros de equipo y que todos nos divirtamos mucho, so... yeah, let's have some fun together!
La serie de preguntas avanzó a una moderada velocidad, permitiendo que Aeri pudiese responder de la mejor manera posible. Conforme las preguntabas se leían en la pantalla, se sentía menos y menos nerviosa, mucho más animada por vivir esa experiencia.
—Me encontré con mis compañeros, debo decirles que me sentí bastante intimidada. Todos ellos son mis senior así que, intentaré no ser demasiado fangirl. —llevó sus manos para decirlo, como si quisiera guardar el secreto con los televidentes. —Mis expectativas de este show... quién sabe, divertirme mucho ¿Vivir la vida loca en la playa en una mansión llena de gente relevante? Descansar unos días también suena bien.
Mencionó contenta, divertida, llena de esa honestidad propia.
Detrás de cada una de sus orejas situó sus mechones de cabello, evitando que estos le incomodaran o cubrieran su rostro conforme interactuaba y se movía sobre el asiento en el que se encontraba sentada. —Con respecto a actividades, ¿no sería genial hacer como una competencia en la playa o algún juego que nos permita convivir con todos como equipo? Soy una chica introvertida, pero no me cierro a conocer nuevas personas, me encanta hacerlo. Diré que deseo conocer a todos los famosos que se encuentran en este reality, todos se ven demasiado interesantes.
La entrevista no era estaba siendo demasiado larga, aunque parecía estarse llevando lo mejor de su momento de extroversión. Aún cuando se encontraba completamente sola, era como si estuviese hablando enfrente de millones de personas, de una forma más vulnerable.
—Mis habilidades dentro de aespa son el rap, también algo de canto y un poco de baile. Estoy segura de que todos aquí son increíbles en estas áreas, por mi parte, me encantaría aprender de todos a mejorar mi baile. Es algo con lo que tengo un poco de problema siempre.
Unos minutos más esperó a que la pantalla le indicara que era el final de su entrevista. Estaba segura de que editarían todo de forma profesional para que esos silencios incómodos no se mostraran tal cual.
—That's it, guys. Esta fue Giselle o Aeri, que es mi nombre completo. Tengamos unas increíbles vacaciones juntos. See you soon!
Agitó sus manos para despedirse de todos, creando un corazón con las mismas al pegar sus manos a sus mejillas junto a una sonrisa sutil.
Emocionada por haber terminado, abandonó el salón rosa para ir en dirección de su habitación. Estaba lista para cualquiera de las misiones que tuviera que llevar a cabo junto con su equipo, a quienes ya quería conocer.
0 notes
notabigdeal-fanfic · 3 years
Text
capítulo 17 - UN PASO
Tumblr media
Después de la bochornosa primera noche que había pasado el rubio, la mañana había sido bastante tranquila, habían paseado por la zona, visitando lugares de interés que habían marcado, Chan iba con una sonrisa grabando con su teléfono a los siete chicos desde atrás.
Los chicos disfrutaban de los rayos del sol en la playa, jugando al uno entre algunas risas y otras maldiciones por tener que coger 12 cartas.
—¡Chicos! — Chan llamó a la distancia, bolsas de supermercado llenas en sus manos. — Tenemos una barbacoa esperándonos.
—Oh dios, ¡gracias! — Jeongin fue el primero en levantarse y salir corriendo, dejando su toalla todavía tirada en la arena.
—Jeongin, ¡la toalla! — llamó Hyunjin, pero el más pequeño seguía corriendo. Con un suspiro el chico recogió las cosas junto los demás que apuraban para llegar junto Chan e irse a comer.
Jisung estaba controlando las brasas mientras los dem��s preparaban otras comidas. De pronto, vio que un trozo de leña era añadido al fuego.
—Nonono. — cogió el trozo de leña antes de que estropeasen las brasas que estaban hechas. — ¿Que haces? — se giró, encontrándose con Minho.
Genial.
—Si las dejas así se van a apagar. — informa el pelinaranja.
—No hace falta tanto fuego, con las brasas se hacen bien.
—Si lo haces con las brasas solo conseguirás que la carne se haga por fuera y quede crudo por dentro.
—No es verdad.
—Claro que si.
—Siempre he hecho la carne así y queda bien, vete. — Jisung da por finalizada la discusión, girándose de nuevo hacia las brasas y removiéndolas un poco. Sabía que el chico todavía seguía ahí, lo notaba, por lo que no se sorprendió en volver a ver el trozo de leña siendo añadido de nuevo. — Te estoy avisando, Lee Minho, deja de hacer el imbécil. —amenazó sacando de nuevo el trozo de madera.
Notó al chico más cerca, se giró, el pelinaranja estaba al lado suya, mirándole con sus ojos amenazantes. — Oblígame. — dijo mientras ponía más leña en sus brasas.
Jisung notaba su cuerpo caliente.
No era por las brasas, tampoco por la cercanía de ese idiota.
Era por la rabia y ese sentimiento tan inquietante que sentía por todo el cuerpo.
Impotencia.
Tiró sin cuidado ninguno las pinzas que tenía en su mano en la mesa de piedra. — Eres irritante. — dijo mientras se iba.
Jisung salió de la casa, ignorando las voces de sus amigos llamándole durante todo el recorrido, su pecho empezando a doler, su ansiedad atacando.
Lo odiaba, odiaba todo. La ansiedad, Minho, esa impotencia... No podía más.
Caminó por un pequeño bosque que estaba cerca de la playa, llegando a un pequeño precipicio que daba al mar. No era muy alto. Jisung recordaba ver un grupo de adolescentes saltando desde esta altura.
Se sentó en el borde, mirando hacia abajo. Estaba libre de piedras, y la marea chocaba contra la pared haciendo que la espuma del mar salpicara a su alrededor.
Jisung cerró los ojos, dejando que su cara se bañase en los rayos de sol, tirando su cabeza hacia atrás y respirando profundamente en el acto. Deja salir una bocanada de aire que tenía retenido en sus pulmones, sintiéndose más relajado.
Deja que su mente se despeje, dejando caer su espalda en el suelo, escuchando la brisa y las olas romperse.
Hacía tiempo que no se sentía con tanta tranquilidad, tanta paz. Siempre rodeado de ruido, abrumeración de gente... Se sentía bien.
—Aquí estás. — escucha una voz, frunciendo el ceño abre sus ojos, pero se ve obligado a cerrarlos de nuevo por los rayos de sol. Pone su mano delante, volviendo a intentar el proceso y dejando que sus ojos se acostumbren poco a poco a la luminosidad. Mira hacia arriba, viendo la cara volteada de Minho desde la posición en la que estaba, quien le miraba con los brazos cruzados.
Jisung bufa, cerrando sus ojos y dejando su mano caer en su cara. — Que cojones haces aquí.
—Porque cojones te fuiste tú corriendo.
—No me toques las pelotas, ya me has jodido bastante, ¿que más quieres?
—Que vuelvas, Chan está como loco y parece que Felix va a llamar a la policía en cualquier momento.
Jisung dejó escapar una pequeña risa por las reacciones de sus amigos, antes de que un sentimiento de culpa inundara su cuerpo. Se levanta lentamente y mira al chico en frente suya, quien sigue mirándolo con rabia y sus brazos cruzados.
—Esto no habría pasado si no fueras un capullo. — escupe Jisung.
Minho rueda los ojos. — O igual es que eres demasiado sensible para todo.
—Sinceramente, me agotas.
—No es como si tú me dieras energías. — responde el pelinaranja. — Por tu culpa nos tuvimos que dividir para buscar a la princesa que se escapó.
—No hacía falta que vinieras a mi rescate, me se cuidar solo.
—No es como si quisiera, y viendo como haces la barbacoa estoy seguro de que no puedes cuidarte solo.
Jisung rueda los ojos. — Madre mía... No te aguanto. — dijo mientras se volvía, mirando de nuevo el amplio mar en frente suya.
—Te mueres por mí. — le dice el pelinaranja, Jisung aguanta la risa.
—Eso es lo que tú te piensas. — bufa Jisung con una sonrisa en la cara.
—No lo parecía cuando me besabas. — le recuerda Minho.
El rubio hace una mueca con asco. — Prefiero tirarme desde aquí antes de volver a besarte.
—Hazlo.
Jisung se gira para mirarle. Minho estaba parado a unos metros suya, con una sonrisa burlona en la cara, como si supiera que el rubio no sería capaz de lanzarse.
Pero estaba muy equivocado.
Jisung le sonríe con malicia, notando como la sonrisa del pelinaranja se descomponía poco a poco. El rubio mira hacia abajo por encima de su hombro estando en el borde, no era una gran altura, sin duda había saltado desde lugares más altos.
—Oh no, no lo hagas. — dice Minho.
Jisung levanta sus cejas, mientras salta, empujando su cuerpo hacia atrás. Sintiendo su cuerpo volar por unos segundos y mirando el mar cada vez más cerca suya.
Minho miró el cuerpo de Jisung caer al agua. — La madre que te parió. — dijo mientras se sacaba su chaqueta y la tiraba al suelo. — No me creo que esté haciendo esto, Han Jisung. — dice antes de tirarse detrás del rubio.
Tumblr media
.
.
.
Vuelve después de mil años con una pobre actualización :))))
Y no voy a mentir, he estado mucho tiempo dándole vueltas a la historia, todavía nada contenta con mi forma de escribir, ni incluso el rumbo que está tomando, pensando en como puedo hacer para mejorarla sin dar muchas vueltas hasta pensar en simplemente dejar la historia, pero ver los comentarios y votos que me dejabais en cada capítulo, me rompía el corazón
A si que voy a intentar seguir sacando la historia adelante.
No es la primera vez que empezaba una historia con ilusión y al poco no sabía como seguir la trama para seguir manteniéndola interesante (releyendo la historia solo podía pensar en como me disgustaba). Mi idea era hacer la historia, terminarla por completo para estar satisfecha y poder cambiar cosas si lo necesitase y luego ir publicándolo, pero soy un culo inquieto
Intentaré hacer eso en el futuro, tener la historia completa o al menos al 90% para poder publicarla más a gusto ♥ mientras tanto, espero no decepcionar con el avance de la historia
muchísimas gracias de nuevo por todo vuestro apoyo ♥
3 notes · View notes
Note
Algun consejo para las personas que no pueden confiar en su mente o en si mismo,eso que TODO tenemos que ponerlo en tela de juicio, porque no sabemos si es lo correcto o estamos locos, esos que no podemos darno el lujo de confiar en nuestro instinto, debido a que todo esta tan envenenado que no sabemo si lo que creemos o queremos es real o es ficticio. Seria de gran ayuda, ya no me atrevo a soñar o ahnelar algo porque no se si es real lo que quiero o es mi mente haciendome creer algo, no me atrevo a luchar por algo o alguien porque no se si es correcto o simplemente estoy obsesionada, me da miedo el amor, me da miedo mi mente, se lo que hace conmigo y con muchos mas, es un lugar aterrador, muchos dicen no confies en tu corazón, confia en tu mente, pero mi mente me dice que me mate, que no valgo. Algun consejo o aliento para lo que sentimos que somos casos perdido.
¿Estás desempleado? ¿Tienes problemas personales? ¿Estás enfermo? ¿Tienes deudas? ¿Te divorciaste? ¿Perdiste a algún ser querido? ¿Te castigaron en el trabajo? 
 Todos tenemos algún tipo de dificultad, inconveniente, contrariedad, complicación o molestia, algo que no nos permite sentirnos plenos y tranquilos, y que nos hace pensar que no servimos, que la fatalidad no nos deja, que no nos quieren los demás, o que no somos capaces de tener una vida exitosa. Sentimos que el mundo se nos ha venido encima y que somos un caso perdido.
No, no somos un caso perdido, porque todos tenemos la manera de salir adelante, independientemente del problema que tengamos. Por lo tanto, quien piense que es un caso perdido debe darse ánimo para iniciar lo que es la segunda mejor parte de su vida. Dejar de pensar en los imposibles y ocuparse en todas las cosas posibles que lo sacarán adelante, sin dudar. 
 Aun la persona diagnosticada con una enfermedad muy difícil puede hacer algo que lo haga sentirse útil, amado y bendecido, porque el ser humano está hecho para trascender, y para hacer cosas maravillosas por más pequeñas que sean o insignificantes que parezcan. 
 Si los problemas son económicos bastará con empezar un negocio propio, así sea desde la sala de la casa, lo importante es la actitud positiva con la que se emprenda y la seguridad que lo que hacemos nos gusta y sabemos hacerlo bien. No importa si es vender dulces, o postres, siempre habrá una manera de comercializarlos y tener un ingreso que nos motive a seguir adelante. 
 Si es el trabajo el que se ha perdido, entonces se deberá responder a todas las ofertas de empleo. Seleccionar aquellas que más nos gusten y seamos capaces de dar buenos resultados. No contratarse sólo por la urgencia de tener un sueldo y prestaciones, porque por lo regular no nos sentiremos a gusto y tendremos problemas, sobre todo de rendimiento, haciéndonos caer en el círculo vicioso de ser un caso perdido en caso de que nos despidan por incompetentes, nuevamente. 
 Algo elemental es aprender de los errores, para no volver a cometerlos. Para dejar de ser un caso perdido es muy importante, reconocer en qué nos hemos equivocado, y creer que se puede tener éxito. 
 Es vital creer que no somos un caso perdido, para poder salir adelante. Debemos parar de pensar en todo lo negativo que no nos ha dejado tener éxito situando en nuestra mente sólo cosas buenas, y ponernos a trabajar de inmediato, porque el mantenerse activos y productivos permite alimentar nuestra autoestima y seguridad en sí mismo tan necesarios para fortalecer la voluntad, y sobre todo las emociones, las cuales deben estar siempre en el plano del positivismo y el entusiasmo.
Nadie es 100% seguro. Todos tenemos pequeñas vulnerabilidades. Lo importante es comprenderse a uno mismo para poder superar las incertidumbres.
No existen las personas completamente seguras, aunque hay quien pueda aparentar lo contrario. Todos conocemos la incertidumbre, ya sea porque nos gustaría controlar el futuro o porque no nos valoramos suficientemente.
Pero si aprendemos a convivir con nuestras propias dudas y limitaciones, y somos conscientes de que en la vida hay cosas que se escapan de nuestro control, ganaremos seguridad porque sabremos lidiar con nuestros temores.
"Solo lo haré cuando me sienta seguro de mí mismo”, decimos muchas veces ante un gran desafío de tipo laboral, afectivo, social, familiar o económico. Si nos preguntaran cuándo estaremos seguros, con frecuencia responderíamos “No lo sé”. Es decir, tampoco estamos seguros de la respuesta.
¿Qué es estar seguro de uno mismo? Si hacemos la pregunta a una amplia variedad de personas, nos encontraremos con tal cantidad de respuestas distintas que acaso nos asombre.
Hay quienes dirán que estar seguro es no tener dudas respecto de qué se debe hacer y de cómo hacerlo.
Otros afirmarán que estar seguro consiste en actuar a pesar de las dudas y confiar en los resultados de la acción.
Para algunos, se trata de ser inmune a las críticas.
Para otros, consiste en saber escuchar esas mismas críticas sin caer por ello en la autodesvalorización.
Quizá esta última opción nos permita entender mejor la dinámica de la inseguridad, de tal modo que podamos superarla.
Hay una relación directa entre valoración e inseguridad y se inicia en nuestra temprana historia individual
Si se nos valora por lo que somos, es decir, porque estamos aquí, por el simple y maravilloso hecho de existir, si se nos transmite esa apreciación a través de gestos, actitudes y palabras, si se nos reconocen nuestros logros y se recurre a nuestras aptitudes, comprenderemos pronto que somos importantes para otros.
Desde nuestras experiencias tempranas sentiremos que no se nos exige la justificación de nuestra existencia, que no se nos ama a cambio de lo que hacemos o dejamos de hacer, sino porque se nos considera dignos de amor, así, sin contraprestaciones.
El amor y la valoración incondicionales, que se nos dan porque existimos, son pilares básicos en la construcción de la seguridad.
Cuando no hemos aprendido a sentirnos valiosos por nosotros mismos, es probable que salgamos a la búsqueda de modelos. Una voz interna nos dice: “Así como soy no valgo demasiado, mis recursos son escasos o débiles; siendo como soy, nada lograré, de modo que debo ser como Fulano o como Mengano, ellos sí se sienten seguros de sí mismos”.
Adjudicamos a esos modelos todas las condiciones que, según imaginamos, conforman la seguridad de una persona. Es decir, ponemos en ellos todo lo que no reconocemos en nosotros.
Así, los veremos como seres que no dudan, que se sienten fuertes, que no admiten reparos, que van por las autopistas de la vida como enormes y poderosos camiones ante los cuales todos los demás vehículos se apartan.
Creamos un ideal de la seguridad que, como todos los ideales del yo forjados a partir de carencias, se convierte en una meta inalcanzable y, por su sola presencia, dolorosa.
Vale decir que para compensar nuestra sensación de inseguridad, nos proponemos un modelo de seguridad tan alejado de las verdaderas construcciones emocionales humanas que termina por ser imposible y, al final, nos crea aún más inseguridad.
Hay que decirlo pronto: no existen las personas que no dudan, que no temen, que desconocen la incertidumbre. Quienes afirman estar al margen de esas experiencias humanas esconden, en verdad, una gran inseguridad.
Cuando no se admite la posibilidad de la derrota, de la equivocación, de la duda, de no tener control sobre algo o alguien, cuando se teme a la crítica, cuando se vive bajo la agobiante presión de la exigencia, se apela a menudo a mecanismos de compensación creados para ocultar todo aquello.
Así, a mayor duda, intentaré demostrar mayor convicción; a mayor miedo, procuraré oponerle mayor temeridad; a mayor vacilación, más impulso.
Puedo convencer a otros de que soy una persona segura, pero nunca me convenceré a mí mismo, viviré todos mis actos con una gran carga de tensión interior, pendiente de que no se me vea dudoso, incierto, temeroso. Y eso tendrá enormes costos emocionales presentes y futuros.
Para sostener aquella imagen deberé cerrar toda puerta que conduzca al interior de mí mismo, deberé censurar toda pregunta acerca de mí, de mis sentimientos, de mis búsquedas y necesidades.
Negar la inseguridad no nos hace seguros. Nos convierte en seres que bloquean áreas de su mundo psíquico y emocional y, por lo tanto, quedan en una situación de mayor vulnerabilidad. Por el contrario, aceptar dudas, temores e incertidumbres nos permite preguntarnos qué necesitamos para afrontar cada situación de nuestra vida.
Y nos conduce a explorar qué recursos de los que necesitamos están en nosotros y en qué estado de desarrollo. Qué necesitamos para fortalecerlos. Y, también, qué ayuda deberemos pedir y a quién, cómo hacer para lograrla de una manera ecuánime y funcional. Es decir, nos ayuda a transformarnos y a crecer.
Quienes construyen una imagen de seguridad inconmovible y se presentan en el mundo aferrados a ella son prisioneros de esa fachada.
Quienes admiten sus carencias, su imperfección, están más enteros y más libres
Cuando una persona descubre y acepta sus valores y aptitudes, deja de configurarse persiguiendo modelos externos, tantas veces ilusorios y falsos, y gana la libertad para ser a su propio modo.
Cuanto más nos conocemos en nuestras posibilidades y en nuestras limitaciones, cuanto más nos valoramos con lo que tenemos y con lo que no, estamos en mejores condiciones de asumir nuestra existencia en el aquí y ahora.
Es justamente en el aquí y ahora en donde transcurre de veras nuestra vida.
La inseguridad, como el miedo o la ansiedad, se relaciona con lo que aún no ocurrió y no sabemos si ocurrirá. No está en lo que ocurre en este instante sino en lo que vendrá.
¿Qué pasará si me equivoco? ¿Cómo reaccionarán si no lo consigo? ¿Qué será de mí si no lo hago? Repasa los principales verbos de estas oraciones y verás que están formulados en tiempo futuro. Agrega otras frases, tomadas de tu propia cosecha y referidas a la inseguridad, y verás que ocurre lo mismo. La inseguridad nos desplaza del presente, nos quita nuestro eje de vida.
Analicemos esta paradoja. Cuando sé que no todo depende de mí, cuando reconozco que hay factores que escapan a mi decisión, a mi voluntad y a mi control, cuando verifico que mis posibilidades tienen límites, crecen mi libertad y mi capacidad de elección.
Al aceptar todo aquello que no depende de mí y sobre lo cual nada puedo asegurar, puedo concentrarme en lo que sí me atañe, en mis recursos y posibilidades.
Cuando sé que no puedo con todo, haré mejor lo que puedo
La persona más segura no es la que sabe y puede todo sino la que sabe qué cosas ignora y se aplica en lo que conoce. Así, pues, podemos enumerar los pilares sobre los cuales se construye la seguridad:
Explorar sinceramente el mundo interior para conocer los propios recursos y aceptar las propias limitaciones.
Aceptar quiénes somos y valorar ese qué somos, antes que aspirar a ser otro, a ser un ideal de la ilusión.
Asumir que, en la vida, muchos acontecimientos están fuera de nuestro control. Ni podemos dar seguridades sobre ellos ni podemos pedirlas.
Concentrarse en aquellos pasos que dependen de nosotros y aplicar a ellos nuestros recursos disponibles.
Incluir la duda, la incertidumbre, la perplejidad, como compañeras posibles de nuestras acciones y decisiones, sabiendo que son parte de las emociones y sensaciones humanas, y sin pelear con ellas.
No es la ausencia de dudas, de temores y de interrogantes lo que te hará una persona segura de ti misma, sino tu capacidad de actuar con ellos, tu satisfacción con los procesos antes que con los resultados. Lo que nos da seguridad es haber sido fieles a nuestros pensamientos y sentimientos, y honestos en el uso de nuestros recursos.
Haz lo tuyo con el corazón y desapégate de los resultados, sería la consigna que conduce a la seguridad. Cuando te apegas al resultado, y a cómo lo valorarán los otros, incubas el germen de la inseguridad.
Siento la parrafada, me he extendido claramente, pero hace poco me llamaron para dar una charla a alumnos de Bachiller sobre la Inseguridad y las posibles dificultades ante la vida y aún tenía el discurso “fresco” en mi mente.
Te deseo suerte y mucho ánimo, todo tiene una solución ,solo hay que cerrar los ojos, concentrarse y ¿por que no? dejarse llevar por los pálpitos del corazón 😁
32 notes · View notes
andy-tsukinami · 4 years
Text
Diabolik Lovers More Blood Limited Edition Tokuten Drama CD: "Viaje escolar de los vampiros ~ Princess Land sube en llamas ~"
Tumblr media
nadie:
Absolutamente nadie:
neta nadie: 
Andy: Voy a publicarlo a esta hora de la mañana :D (sorry)
Agradezco a @dialovers-translations por permitirme traducir este CD al español (Thanks Sweetheart
(Llevo mucho tiempo esperando leer este CD y valió la pena la espera ^^ así que disfrútenlo y disculpen los posibles errores)
Ayato: Ah-ah ー Estoy cansado. ¿Qué pasa con esta “excursión”? *Bosteza* Que dolor.
*Yui le dice que solo lo disfrute*
Ayato: ¿Haah? ¿En qué mundo disfrutaría un vampiro yendo de excursión a la escuela? Usa ese cerebro tuyo un poco. Esto es exactamente por qué eres un Chichinashi.
*Yui inclina la cabeza hacia un lado*
Ayato: Haah … Si fueras un poco más un “Chichiari”, podría disfrutar al menos un poco de este viaje escolar.
(según las notas de dialovers quiere decir que si yui tuviera un poco más de pecho disfrutaría el viaje pinchi ayato superficial xD o eso es lo que entendí)
 Laito: Nfu ~ Estás en lo correcto, Ayato-kun ~ Después de todo, cuando dices “viaje escolar”, una emocionante estancia de una noche en las aguas termales es un elemento básico, ¿Verdad? En tal escenario … ¡El hecho de que solo haya baños mixtos sería el giro especial! Cuando solo puedes mirar, el chichiari es definitivamente más divertido que el chichinashi.
Ayato: Exactamente.
Laito: Nfufufu ¿~Cieeerto~?
Shuu: Desafortunadamente para ustedes dos, a pesar de que se llama una excursión, es un viaje de un día. La ubicación tampoco es una fuente termal, pero este lugar llamado “Princess Land”, escuché. Kanato: ¿Princess Land? Esa es la “Tierra de los sueños” junto al mar, ¿Verdad? ¿Los estudiantes de secundaria realmente se dirigen a un lugar tan infantil? Reiji: Haah … Estamos hablando mucho de ti, así que supongo que ninguno de ustedes escuchó ninguna de las sesiones informativas anteriores. La maestra se tomó más de una hora para explicar todo, ¿Ves? Reservaron Princess Land por la noche y principalmente se nos permitirá deambular por nuestra cuenta. Subaru: … Que pena. Esta “excursión” no es más que jugar “ronda”, ¿No? ¿Qué es esta estúpida cosa de “Princess” de todos modos? Shuu: No me importa que sea solo eso. Es mucho mejor que tener que imponernos una charla de mierda, ¿Verdad? Si podemos deambular libremente, también me dormiré. Laito: Hmm ~ Es una lástima que no nos quedemos a pasar la noche, pero si vamos a jugar, puedo vivir con eso. Ayato: Sin embargo, no estoy lidiando con ninguna mierda. Por cierto, Chichinashi, ¿Venden takoyaki en Princess Land?
*Yui se encoges de hombros* Ayato: Che … ¿No lo sabes? Eres inútil. … Maldición, si supiera que hay takoyaki, definitivamente ayudaría a motivarme a ir. *Los Mukami se acercan* Kou: Heyaaa ~ M-neko-chan y los chicos Sakamaki ~! Subaru: ¿Eh? ¿Qué? Kou y … Los otros Mukami. Kou: ¡Hey hey! ¿De qué estás hablando? ¿Tus planes para el viaje escolar? Reiji: No en particular. ¿Necesitas algo? Kou: No estoy seguro si lo llamarías así pero … Dime, M-neko-chan ~ ¿Ya tienes planes? Si aún no lo haces, ¡te enseñaré muchas cosas! ¡Después de todo, resulta que estoy bastante bien informado sobre Princess Land! Ruki: Parece que Kou ha estado mostrando su rostro en Princess Land de vez en cuando como parte de su trabajo. Kou: Exactamente! De hecho, ¡incluso tengo una suscripción anual! Subaru: … Heh, “Que suerte”. Los Idols realmente pueden llamar a cualquier cosa su trabajo, ¿Eh? Kou: Heh, heh, heh ~ ¿No es agradable? ¿Debería presentarte a mi agencia también? Tú … en realidad podrías lograrlo, ¿Sabes? Aunque no tan buena como yo ~ (Modo diva: on xD)
Más importante aún, M-neko-chan ー ¡Hey! ¡Disfrutemos este viaje juntos! Yuma: ¿No crees que podrás divertirte mucho más pasando el rato con nosotros en comparación con esos vampiros sombríos de allí? Azusa: Oye … Eva … Hagámoslo. Quieres pasar un rato con nosotros … ¿No? ¿Cierto? Ayato: Oi, ¡espera! ¡interrumpe eso! ¿Cuánto tiempo pasará antes de que comprendan que esta mujer es mía? Necesitas mi permiso antes de hacer algo como esto. Ruki: Ganado, Ayato está haciendo una afirmación audaz, pero ¿Es realmente así?
*Yui duda* Ayato: Oi, ¡Chichinashi. ¡Esta es la parte en la que responde con “exactamente” inmediatamente! Laito: Nfu ~ Desafortunadamente, parece que el sentimiento no es correspondido, Ayato-kun. Ayato: ¡Laito! Bastardo, ¿De qué lado estás? Laito: No estoy del lado de nadie. Después de todo, Bitch-chan quiere jugar conmigo en Princess Land. ¿Derecho? Kanato: Parece que también estabas imaginando cosas. Aunque eso era de esperarse. Debería querer salir conmigo y Teddy después de todo. ¿Estoy en lo cierto? Ruki: Caramba… ¿Un conflicto interno? Como siempre. Reiji: …! Todos, estamos frente a estas personas en este momento, así que evitemos disputas innecesarias. Es vergonzoso ¡También tú por allá! tú también tienes la culpa de no decidirte de inmediato.
*Yui sugiere que todos salgan juntos*
Shuu: … ¿Haah? ¿Todos juntos? Con estos chicos? Entiendo que no quieres causar un alboroto, pero estás pidiendo demasiado.
*Yui insiste*
Subaru: ¿Ja? Si está bien así? ¡No me preguntes! Yo … en realidad prefiero que sea … solo dos. Yuma: ¡Ok! Kou! ¿Qué estamos haciendo ahora? Kou: Hm … Si quieres explorar Princess Land con tiempo limitado, debes hacerlo de manera eficiente … Oh, bueno, si eso es lo que quiere M-neko-chan, no se puede evitar, ¿Verdad? Ayato: En resumen, ¿Caminaremos juntos con esos muchachos de los Mukami? ¡No bromees! Ruki: Nos gustaría rechazar eso también. Ya estamos hartos de verlos a todos pelear por cada pequeña cosa. Preferimos no quedar atrapados en eso tampoco. Reiji: Me lo imagino. ¿Qué harás? Parece que será difícil para todos nosotros ir juntos.
*Yui frunce el ceño*
Shuu: No creo que tengas otra opción más que dividir tu tiempo y pasar el rato con cada uno de nosotros, respectivamente. Haah … Que dolor.
Ayato: ¿Qué es eso? ¿Chichinashi va a algún lado con estos tipos? ¡A la mierda eso! ¡No dejaré pasar eso!
Reiji: ¡Oye ahí! ¡Ayato! Si sigues quejándote solo, ¡te dejaremos atrás! ¿Estás de acuerdo con perder la oportunidad de salir con ella?
Ayato: … ¡Geh!
Reiji: Primero que nada, esto lo resuelve. No más peleas, ¿De acuerdo?
Laito: ¿Eeeeh? ¡No poder estar cerca de Bitch-chan todo el tiempo es aburrido! Todo esto se ha vuelto mucho más molesto. Tal vez simplemente me salte.
Reiji: Aah, supongo que no estabas escuchando esa parte, así que te lo diré, pero la abstención está prohibida sin una razón especial y automáticamente te llevará a tener que repetir tu año, por lo que te recomiendo encarecidamente que no lo hagas.
Kanato: … ¿Haah? ¿Que es eso? Un castigo tan duro para una estúpida fiesta escolar … ¡No puedo aceptar esto! ¿¡Por qué!?
Reiji: Por favor no me molestes. La escuela, más específicamente, los maestros, son los que tomaron esa decisión después de todo. Si no estas satisfecho, se mi invitado y reclama a los maestros.
Ayato: Ah-ah ー Qué carga. No puedo seguir el ritmo de esto.
Shuu: Oh, bueno, todo lo que necesito hacer es participar, ¿Verdad? Solo puedo dormir una vez que lleguemos allí.
Laito: Bueno, preferiría no tener que repetir mi año como Shuu, así que intentaré al menos disfrutar mi tiempo con Bitch-chan.
*Yui intenta motivarlos*
Ayato: … Che. ¿Qué quiere decir “oportunidad rara”? Seguro que lo tienes fácil. Si tan solo hubiera algo para disfrutar …
Kanato: ¿Eh? ¿Hay palomitas de maíz? ¿Sabor a caramelo de chocolate? ¡Quiero comer eso! Tanto Teddy como yo estamos repentinamente hambrientos, así que ¡apúrate y vámonos! Ayato: ¿A quién le importan las palomitas de maíz, la verdadera pregunta es si tienen o no takoyaki? …¿Qué? Sabor Takoyaki? ¿Tienen algo tan increíble? ¡Vamos, Chichinashi, nos vamos! *Ayato se escapa con Yui* Shuu: Seguro que están animados … Subaru: Haah … Ni siquiera estamos allí todavía y ya tengo un mal presentimiento sobre esto. Laito: Yo también … Cuando veo a Ayato tan animado, no puedo evitar sentirme un poco ansioso … Hoy los Mukami también están con nosotros. Shuu: Haah … Esto realmente es un dolor. *Pasa el tiempo*
*El grupo llega al parque de atracciones* Kanato: Heeh … ¿Entonces esto es “Princess Land”? Se ve bastante divertido. Oye, mira hacia allá. Puedes ver un edificio como un castillo en la distancia. Laito: Hm … Podre disfrutar más de lo que esperaba. Me imaginé que sería un grupo de niños corriendo … Aunque puedo encontrar diversión en cualquier cosa ~ ¿Cierto, Bitch-chan? Nfufu. Subaru: Oi, ustedes dos. ¡No te aferres a ella así …!
*Subaru jala a Yui para su lado*
Laito: ¿Eeeh ~? ¿No estás haciendo lo mismo? Kanato: Exactamente. ¡No tiene sentido que se te permita mientras no podamos!
Subaru: … Y-yo … Esto es … ¡No la estoy abrazando! Uhm … *Ruido de silbato* Laito: … ¿Qué fue ese silbato justo ahora? Reiji: ¡Todos! ¡Por aqui por favor! Vamos, ponte en fila. Ayato: ¿Aaah? ¿Reiji? ¿Qué estás haciendo? Reiji: ¿Qué quieres decir? Obviamente estoy dirigiendo. ¡Dense prisa! *Ruido de silbato* Shuu: … Ruidoso. Esa es una llaga absoluta. Reiji: Si no hago esto, todos no escucharán. Ayato: No necesitamos cuatro ojos guiándonos, podemos manejarnos nosotros mismos. Oi, Chichinashi. *Ayato agarra de la mano a Yui* ¡Vamos a deshacernos de estos tipos y ponernos en marcha! *Él huye arrastrándola* Kanato: A-Ayato …! ¡Espera! *Kanato corre tras ellos* Reiji: ¿Qué …? ¡D-detente ahí mismo! ¡No te vayas solo! Ayato: ¡Cállate! ¡No vine aquí para que me enseñen! Laito: ¡Bitch-chan! ¡Ayato-kun y Kanato-kun! ¡¡Yo tambien voy!! *Laito los sigue también* Ayato: Oi, Chichinashi, ¿Qué es esa elegante estatua de allí? El príncipe de este país? Che … ¿Entonces él tiene tal cosa? Debe estar lleno de sí mismo. ¡Lo destrozaré! Kanato: ¡Espera! En primer lugar, vamos a comprar algunos bocadillos de ese puesto de palomitas de maíz de allí. Laito: ¿Eeeh ~? Antes de eso, ¿Por qué no abordamos la montaña rusa con la cascada y nos mojamos … ¿Eh? No estoy pensando en cómo tu ropa se volvería transparente ni nada. Nfu ~ Reiji: ¡Oigan, ustedes tres por allá! ¡Tenemos un horario fijo! ¡Regresaremos a la escuela en otras dos horas después de todo! Shuu: Haah … Dormiré hasta que sea mi turno. *Bosteza* Subaru: Buena idea. Me dirijo hacia el castillo, ¡así que no me sigas! Shuu: … ¿Quién iría allí? Nn … Zzz … Reiji: Dios mío … no puedo lidiar con la falta de motivación de ustedes dos. Aunque es demasiado tarde para quejarse de eso en este momento. Sin embargo, ¿Está realmente bien dejarla con esos trillizos? Estoy algo ansioso … *Pasa el tiempo* Laito: *Comiendo* Las palomitas de maíz dulces son … *Comiendo* sorprendentemente bueno. Creo que entiendo por qué querías comer esto, Kanato-kun. Aquí, Bitch-chan. Di “ahn” ~ Nfufu ~ Está bien, ¿no? *Yui come algunas palomitas de maíz* Kanato: *Comiendo* Por eso te lo dije. *Comiendo* Que definitivamente deberíamos comprar algunos. Ya sabía que sería delicioso. Terminaste perdiendo el tiempo porque no escuchaste mis palabras. El agradable olor también llenaba el aire … Oye, tú. Abre tu boca una vez más. Aaaahn. *Kanato también le da palomitas de maíz a Yui* Ayato: *Comiendo* Creo que se están equivocando al no vender el sabor de takoyaki *Comiendo* pero tampoco es tan malo. El equilibrio justo entre dulce y salado. Oi, Chichinashi. Abre tu boca una vez más. Aaahn Laito: ¿Hmm ~? Nfufufu. Mírate con tantas palomitas en la boca. No eres una ardilla, ¿Verdad? Tan linda ~ Muah ~ *Besa la mejilla de Yui* Kanato: Ah … También hay algo de polvo de palomitas de maíz en esta mejilla. Mira. Nn …
*Kanato lame la otra mejilla de Yui* Ayato: …! ¡Oye, ustedes dos! Chichinashi es mío, ¿Sabes? ¡No solo la beses o lamas! Laito: ¿Vamos a divertirnos un poco al menos? Unos besos no duelen, ¿verdad? Además, estoy seguro de que en el fondo de su corazón, Bitch-chan quiere que la besen y laman por todos lados. Kanato: Sin embargo, ella está diciendo lo contrario. Laito: Nfufu ~ Ustedes no entienden nada sobre la verdadera naturaleza de las chicas como Bitch-chan ~ Su “no no!” Significa “¡por favor!”, ¿Sabes ~? Ayato: Ugh … ¿Haah? Oi, Chichinashi. Hay un gran castillo por allí. Aah … ¿Podría pertenecer a ese imbécil de la estatura de antes?
*Yui asiente*
Ayato: Ya veo … ¡Entonces vamos a tomarlo!
*Yui parece preocupada*
Ayato: ¿Haah? ¿Qué voy a hacer? Obviamente voy a golpear a ese príncipe. Ya sea Princess Land o lo que sea, no importa dónde estemos, no puedo permitir que alguien se pare por encima de mí. *Ayato escapa* Laito: Ah-aaah ~ Ahí va. Ayato-kun realmente es tan infantil en las formas más extrañas. *Sonido de algo rompiendose¿?* … ¿¡Woah !? Kanato: … !! … Ese fue un ruido increíblemente fuerte en este momento, ¿verdad, Teddy? Laito: Me pregunto que paso … Sin embargo, vino de la dirección en que Ayato-kun salió corriendo … *Los tres lo siguen* Ayato: Ow ow ow … ¡No me preguntes que pasó! ¡De repente había esta estúpida estatua en mi camino! Laito: ¡Wah! ¿Golpeaste esto? Está totalmente destrozado … Kanato: ¿Oh? Tiene un tablón de anuncios. Veamos … Una estatua del príncipe hecha de cristal real. Su valor no tiene precio ー Dice. Ayato: ¿Haah? ¿Qué significa eso? Laito: Nfu ~ ¿Supongo que no puedes traducir su valor en dinero? Ayato: Ya veo. En resumen, ¿Es bastante irrelevante? Más importante … ¡Todavía duele! Ow ow ow … Laito: ¿Pero qué vamos a hacer al respecto? Está en ruinas. … Oye, Kanato-kun. Kanato: ¿Qué es eso? Laito: Esto es algo que Ayato-kun hizo solo, ¿Verdad? Kanato: Exactamente. No nos concierne. Laito: Nfu ~ Si nos quedamos aquí, podríamos involucrarnos en algún negocio entrometido. Nos dirigiremos a un lugar diferente pronto. Con ese… *Alguien de repente agarra el brazo de Laito* Subaru: Manténlo ahí. Laito: ¿S-subaru-kun? ¿Por qué estás aquí? Subaru: Estaba durmiendo la siesta en el castillo cuando de repente escuché un ruido fuerte. Me despertó eso. Por cierto, estos fragmentos de vidrio están haciendo ustedes, ¿Verdad? Kanato: Incluso si ese fuera el caso, ¿Qué vas a hacer al respecto? Además, no nos agrupes, por favor. No tiene nada que ver conmigo. Ayato lo hizo solo. Ayato: ¡De todos modos, Subaru! ¡No te enojes por tal cosa! ¡Tienes la culpa de dormir aquí! Además, esto no tiene precio, ¿Verdad? Lo que básicamente significa que no vale nada. *Reiji se acerca en la escena*
Reiji: ¡Tú idiota! ¿¡Qué has hecho!? Laito: ¡Ah! ¡Reiji, tu también! ¿Qué pasa? Reiji: Tenía un mal presentimiento así que los seguí chicos … ¡Ayato! “No tiene precio” no significa “gratis”. ¡Es exactamente lo contrario! Ayato: ¿Haah? Reiji: Significa que es tan costoso que no puedes ponerle un precio. Subaru: ¿Qué? Laito: Ah …! Kanato: !! Ayato: ¿En serio? Reiji: Espera … no pensé que ustedes cuatro no entendieron el significado … Subaru: ¡No es asunto mío! … Oi, vienes conmigo. Si te quedas aquí, solo te involucrarás. Ayato: Ah … ¡Oi! Chichinashi! Subaru! Reiji: Ya hice planes con Subaru para pasar tiempo con ella también, así que me iré ahora. Laito: E-entonces … yo también … Kanato: Teddy, vámonos también.
*Ayato los agarra*
Ayato: ¡Esperen, chicos! ¡Estamos en esto juntos!  Laito: ¿Qué …? ¡Ayato-kun! ¡No digas algo tan irracional! Kanato: ¡Exactamente! ¡Ni siquiera toqué esa estatua! *Yui va alejándose con Subaru* Subaru: … Maldición. Esto es exactamente como Ruki predijo. Que definitivamente causarían algunos problemas. Él dijo eso, ¿No? Por cierto … Tú … No estás herida, ¿Verdad? *Yui sacude la cabeza* Subaru: ¿Estás bien? No solo estás actuando/haciéndote fuerte de nuevo, ¿Verdad? Decidiré si estás bien o no después de echar un vistazo. Muéstrame, rápido. … ¿Hm? Raspaste tu piel por aquí. ¿Entonces estabas mintiendo después de todo? Ven aquí, te lameré. *Subaru comienza a lamer la herida* Subaru: Nn … No tengo quejas. Si se infectara y tu sangre empeorara, también sería una molestia para mí. Reiji: ¡¡Aaaa para!! ¡Detente justo ahí! *Reiji los separa* Subaru: … ¿Qué? ¿C-cuál es tu problema? Reiji: Me gustaría que te abstengas de hacer algo obsceno frente a una multitud tan grande. Eso va para ti también. Mírate … Tus mejillas están sonrojadas. Jaja. Que adorable. ¿Estabas avergonzada? Puedo imaginar. Pensar que te habrían lamido la mano … *Yui se avergüenza más* Reiji: Mira, ahora que estoy aquí, ya no tienes que preocuparte.
*Se acerca*
Reiji: Bueno, entonces … Solo apóyate en mi contra y déjanos continuar. Todavía no has tenido la oportunidad de disfrutar del parque, ¿Verdad? En ese caso, ¿Qué tal esa atracción de allí …? Empiezas a caminar. Subaru: … ¡Oi! ¡Espérame! …¡Mierda! Ustedes cuatro ojos !! ¡Ella me pertenece! *Subaru los persigue*
*Pasa el tiempo*
Subaru: … Che. ¿Por qué tenemos que esperar para montar esta estúpida cosa? Ugh … !! *Ruido fuerte* Reiji: Subaru … !! ¡Por favor, no hagas basura!  ¿Qué pasa si algo se destruye de nuevo? Prefiero no tener que asumir la responsabilidad compartida. Subaru: ..E-eso es cierto pero … Reiji: Hay personas haciendo cola aquí, en resumen, significa que esta atracción es divertida. Ten un poco de paciencia. Subaru: Haah … Esto realmente es un dolor de trasero. ¿Hm …? *La puerta se abre* Subaru: Parece que finalmente podemos abordar. Por cierto, ¿qué es tan divertido? Tiene la forma de una taza de café. *Yui le explica* Reiji: Haah … Entendí tu explicación, pero ¿Cuál es la diversión de hacer girar esta taza y marearse? No entiendo las formas en que los humanos encuentran diversión. Bueno, al igual que con las montañas rusas, supongo que quieren experimentar esa emoción. Subaru: … ¿Hah? *Yui inclina la cabeza* Subaru: No … Reiji … Acabas de decir “montaña rusa”, ¿Verdad? Reiji: lo hice. Más importante aún, las personas detrás de nosotros se están impacientando, así que abordemos rápidamente la atracción. Subaru: Oh … C-cierto.
*Los tres entran a la atracción* Subaru: … ¿¡Woah…!? Reiji: ¿Qué pasa? Pareces terriblemente ansioso … Ah ー ¿Podría ser, estás …? Shuu: … ¿Asustado? Subaru: ¿¡Haah !? ¡Por supuesto no! Por cierto, Shuu, ¿Por qué estás aquí? Shuu: No hay razón en particular. Estaba buscando un lugar para tomar una siesta y este lugar parecía ideal. Reiji: No es de extrañar … Me di cuenta de que nadie más parecía abordar esta copa en particular. Debido a que estabas acaparando todo para ti, no pudieron. Shuu: Aah … Por cierto, Subaru, tienes miedo de las atracciones de montaña rusa, ¿Verdad? En ese caso, será mejor que bajes mientras puedas. Subaru: ¡Tonterías! Yo … yo soy … ¡Un vampiro, sabes! Shuu: … Sin embargo, tu voz tiembla como loco.
*Sonido del juego*
Subaru: … !!! Shuu: Ah ー Comenzó. Ahora ya no puedes retroceder. ¿Por qué no te preparas y tratas de disfrutarlo? Subaru: ¿¡Woah !…? Reiji: ¡Oooh …! Esto es… Subaru: ¿W-Wah …? Reiji: No … Por alguna razón … ¡Esto es muy divertido! Shuu: Si usa la rueda en el centro, girará aún más. Reiji: Ya veo … ¡Entonces lo intentaré de inmediato! Subaru: … ¡Waaah! *Yui intenta calmar a Subaru* Subaru: ¡N-no me jodas! ¿¡Calmarse!? ¿Cómo puedo … permanecer cal … W-Woah? Reiji: Fufufu … ¡Jajajaja! ¡¡Jajaja!! ¡¡Esto es tan divertido!! Shuu: Parece que se está divirtiendo mucho.
Subaru: S-soló … ¿Qué demonios es tan divertido? ¡¿Qué pasa con esta mierda ?! Reiji: ¡Jajajajaja! … ¿Ah? Oh cielos, nos estamos desacelerando. Que pena, ¿Ya se acabó? Subaru: ¡He tenido más que suficiente …! *Golpe* Reiji: ¡Espera, Subaru! Subaru: Ah … J-justo ahora solo … golpeé ligeramente con mi pie … Reiji: ¡No se destrozaría totalmente de esta manera con solo tocarlo “ligeramente”! *La gente comienza a reunirse para ver el daño* Subaru: … Esto es malo. Estoy siguiendo los pasos de Ayato. Reiji: …! No sé nada. *Reiji intenta levantarse y alejarse, pero está demasiado mareado* (XD) Reiji: … Woah …? Wah? Ah! *Se cae* Shuu: Que pena … Que te dejes llevar girándolo antes y te marees, no eres muy inteligente, ¿Eh? … Oi, tú. Nos vamos de aquí. Dejemos esto a esos dos. Reiji: No … ¡Espera! ¡Detente justo ahí! Subaru: ¡Reiji! ¡No te dejaré escapar! ¡Tú eres la razón por la cual las cosas resultaron así en primer lugar! ¡Tendré que tomar parte de la culpa también! Reiji: ¿P-por qué es mi culpa? Tú fuiste quien la pateó y la destruyó, ¿No es así? ¡No quiero escuchar tus excusas! *Pasa el tiempo* *Yui esta caminando con Shuu* Shuu: … ¿Hm? ¿De qué estás hablando? Aah … Ellos … Probablemente no tengan suerte. Dudo que puedan recuperar esa atracción hoy. *Yui parece preocupada* Shuu: En el peor de los casos, se verán obligados a pagar una suma considerable de compensación. Oh bueno, no nos concierne. No te preocupes por eso. Más importante aún, ¿Qué quieres hacer a continuación? … ¿Tienes que irte pronto? Ah ー Se supone que te encontrarás con los chicos de Mukami, ¿Verdad? Me importa un bledo eso. *Shuu de repente la agarra* Shuu: Tengo sed por caminar. Déjame chuparte. *Yui protesta* Shuu: … Entonces, ¿Preferirías romper tu promesa o molestarme? Obviamente elegirás el primero, ¿Verdad? No hay forma de que te niegues cuando te digo que te haré sentir bien. Eres ese tipo de mujer, ¿No? *Yui sacude la cabeza*
Shuu: Ven aquí. Te llevaré al cielo. Puedes divertirte mucho más … y sentirte mucho mejor que montar esas estúpidas atracciones. ¿No es esto lo mejor que podrías pedir? *Yui se pone nerviosa*
Shuu: Vamos … Kou: Heeeeeeeey !!!! Yuma: Oii !!! ¡Estás jodidamente NEET! ¿Qué le estás haciendo a la cerda?
(Según las notas de dialovers significa que es una persona que no trabaja, ni estudia y que no recibe información, osea que es un nini :v) Shuu: Esos tipos … ¿De dónde vienen? ¿Un barco? ¿El que atraviesa el lago dentro del parque, supongo? Haah … Que dolor. No pensé que alguien se interpusiera aquí … Oi, tenemos que darnos prisa y co … *Azusa de agarra a Shuu* Shuu: … ¿Cuál es tu problema? Azusa: Te atrapé. No te dejaré escapar, Shuu-san. Shuu: Ah … Tú eres … Azusa, ¿Verdad? ¿Por qué estás aquí? También ese atuendo … ¿No son esas las ropas del equipo de limpieza? Azusa: Te he estado vigilando todo este tiempo. Eva y a todos los demás. (AY cosita Shuu: ¿Haah? Azusa: Es el tan esperado viaje escolar … No poder hacer ningún recuerdo con Eva sería … Muy triste. Para asegurarme de que no acapararías a Eva para ti … Estoy cumpliendo con mi deber de guardia. Por eso … ¿Entiendes? Deja ir a Eva. Shuu: … Azusa: Mira. Ruki y los demás están en camino. *Los otros Mukami también se unen* Kou: Heya, M-neko-chan ~! ¡Eso estuvo cerca! Shuu estaba a punto de chuparte la sangre, ¿No? *Yui señala las orejas de gato en su cabeza* Kou: ¿Ah? ¿Estas orejas? ¿No son lindos? Cuando vengas a Princess Land, ¡Solo tienes que ponerte estos! ¡Aquí, también te daré un par! *Kou le pone un par de orejas de gato falsas a Yui*
Yuma: ¿Hoh? ¿Es esto lo que quieren decir con “plumas finas que hacen pájaros finos”? No, en este caso es “orejas de gato que hacen una cerda fina”, ¿verdad? (Que pedo con eso yuma XD) Ruki: En resumen, ahora eres un ganado adecuado. Shuu: Ja … No puedo reírme de eso. Ruki: El hijo mayor de la familia Sakamaki, no estábamos hablando contigo. Shuu: … Yuma: Oi oi, cálmense los dos. No estropees nuestro tan esperado viaje metiéndote en una pelea. Ruki: Si. No estoy de humor para pelear ahora tampoco. Shuu: Haah … Que dolor. Azusa: ¿Eh? Shuu-san, ¿A dónde vas? Shuu: Estoy cansado, así que voy a tomar una siesta en alguna parte. Mi estado de ánimo se agrió después de verles las caras. *Shuu se aleja* Kou: Hm … Es una oportunidad tan rara que debería haberse unido a nosotros. ¿No crees eso también, M-neko-chan? Ah … Esa expresión … ¿Querías jugar con Shuu-kun, tal vez? *Yui sacude la cabeza* Kou: ¿verdad? Salir con nosotros es mucho más divertido, ¿sabes? Es casi la hora de usar nuestros boletos prioritarios, por lo que debemos dirigirnos hacia la Torre Diabolik. ¡Apresurémonos ~! *Yui se confunde* Kou: Ah, M-neko-chan aún no sabe sobre la Torre Diabolik. Sin embargo, es una atracción bastante popular. Yuma: Según la explicación de Kou, es una atracción tipo torre que es realmente espeluznante. En otras palabras, una casa embrujada. *Yui parece un poco asustada* Ruki: Sí, tiene razón. Es una casa embrujada, pero ¿No estás acostumbrada a enfrentar criaturas mucho más aterradoras que los fantasmas? Azusa: ¿Estás … hablando de nosotros? Ruki: Exactamente. Los vampiros son criaturas que asustan a los demás. Además, puedes verlos, así que ¿no crees que son mucho más atemorizantes que los fantasmas cuya existencia sigue siendo desconocida? Yuma: ¿De verdad lo crees? Bueno, escuché que ese es el caso de Europa y esas regiones al menos allí. Kou: Tiene razón, Ruki-kun. En Japón, los fantasmas invisibles se consideran mucho más aterradores. Di, ¿no crees eso también, M-neko-chan? Ruki: Ya veo. Supongo que también podrías mirarlo de esa manera. En ese caso, Ganado, puedo entender por qué te ves tan asustada. Kou: ¡Jajajaja! ¡Todo irá bien! ¡Me aseguraré de protegerte ~! Así queee … ¡¡Vamos a la Torre Diabolik!! *Kou corre hacia allá* Yuma: Oi, Kou. ¡Vas a tropezar si te apuras! Kou: ¡Esta bieeen! ¡Vamos, M-neko-chan! ¡¡Vamos, vamos!! *Pasa el tiempo* *Los cinco están dentro de la Torre Diabolik* Ruki: Está bastante bien hecho. Yuma: … ¡Eek! ¡R-ruki! ¡No me asustes! Ruki: ¿Eh? … Mala mía. ¿Pero realmente valió la pena una reacción tan extrema? Kou: ¿Huuuh ~? Podría ser … Yuma-kun … ¿Tienes miedo? Yuma: ¿Eh? … ¡P-por supuesto que no! ¡Aquí es sospechosamente silencioso! Azusa: … ¡Boo! Yuma: Wah … !!! Ruki: Dios mío … ¿Tienes miedo de una casa embrujada a pesar de ser un vampiro? Yuma: Ugh … ¡C-cállate! *Sonido de golpe* Kou: Ah! ¿Acabas de golpear esa pared? Yuma: ¿Aah? ¿Hay algo malo en eso? … Wah! ¿¡El terreno!? *Se abre una trampa debajo de Yui y de Yuma* Azusa: ¿Eva? ¿Yuma …? *Golpe* Yuma: Ah …! Ow ow … Ugh … Oi, ¿Estás bien? ¿Yo? Estoy bien. Ese Kou … Si supiera que una trampa se activaría si golpeara la pared, ¡Debería haberme dicho antes! ¡¡Argh!! Kou: ¡M-neko-chan! ¡Yuma-kun! ¿¡Estás bien!? Yuma: ¡Si! ¡Estamos ilesos! ¡Volveremos a ustedes ahora! *Yui pregunta cómo volverán a subir* Yuma: ¿Haah? ¿Cómo debería saberlo? Oh, bueno, si simplemente deambulamos un rato, eventualmente encontraremos nuestra salida. *Se pone de pie* Yuma: Ven aquí, dame tu mano. *Yuma sostiene a Yui* Yuma: Muy bien. Agárrate fuerte, ¿Entendido? Esto te tranquilizará, ¿Verdad? … ¿Huuh? Realmente no … De todos modos, ¡Tú perra! (Literalmente lo dice en la traducción original :v)  ¡No eres más que una cerda, así que no intentes ser descarada conmigo!
¿Estás tratando de molestarme a propósito? ¿Eh? Simplemente estamos completamente solos en este momento, separados de los demás. Vamos, muéstrame tu cuello. Te daré exactamente lo que quieras. Jeje … *Yui Intenta protestar* Yuma: No tiene sentido decir eso ahora. Puede que no sea tan malo que te chupen la sangre mientras estás un poco asustado. Ahora … Quédate callada …  *Splash* Yuma: Eek …! … Oi, ¿Hiciste algo … justo ahora? *Yui sacude la cabeza* Yuma: No … Hay esta … cosa fría y húmeda tocando la parte posterior de mi nuca *Pisadas* Yuma: … ¡Ah! Wah ah ah? ¡¡Waaaaaah!! Azusa: Soy … un … fantasma … (Si da miedo acá :O) Yuma: Waah !! Waaaaaah !!!! *Yuma huye aterrado* Azusa: Yuma … Ahí va … Eva … ¿Estás bien? *Yui le pregunta por que está aquí* Azusa: ¿Yo? Siguiéndolos a los dos … me dejé caer … por el agujero … ¿No te diste cuenta? Yuma parecía … estar tan atrapado en ti … No pudo notar mi presencia, parece …
Usando el kon’yaku que recogí … mientras limpiaba antes … Traté de asustarlo … ¿Fue malo de mi parte?
(Kon’yaku es un tipo de fideo sin calorías que a menudo se usa en la cocina japonesa y tiene una consistencia muy gelatinosa) 
*Yui inclina la cabeza* Azusa: Sí … Kon’yaku. No me preguntes por qué … Lo encontré por ahí … *Azusa agarra la mano de Yui* Azusa: Lo más importante … Eva … Vamos. Sobre Yuma … estoy seguro de que está bien … ¿De acuerdo? ¿No lo crees tú también? *Yui asiente tranquila antes de comenzar a caminar*
Azusa: Parece que podría ser … difícil volver a donde estaban Kou y los demás … Si intentáramos subir de nuevo, así que … Vamos directo y … diríjase hacia la salida … Fufu … Fufufu … lo siento. De repente riendo así … Pero estoy tan feliz. Porque no pensé que podría … pasar tiempo a solas contigo así … ¿Qué hay de tí? ¿Estás feliz…? *Yui asiente* Azusa: Tú también eres feliz … ¿verdad? Por supuesto que lo eres… *Él se acerca* Azusa: Estar con todos … También es divertido, por supuesto … Sin embargo … Poder estar … solo contigo así …
Kou: … A ~ zu ~ sa-kun ~ ¡Dejarnos fuera no es bueno! Azusa: … Kou. Kou: Tuve un mal presentimiento, parece que fui acertado, ¿Eh? Azusa: Eva … apurémonos y huyamos. *Él comienza a correr, arrastrando a Yui* Kou: Je je je ~ ¡Llegaste cien años demasiado temprano para intentar escaparte MI, tu experto local en Princess Land! Si presiono este botón en la pared … *Hace clic* Kou: … ¿Eh? ¿Nada esta pasando? ¿Es este? *Hace clic otra vez* Kou: ¿Huuh? Eso es raro. ¡Un intento más! *Hace clic de nuevo* Azusa: Kou …! Solo ríndete … jaja … ¡Ya! Kou: De ninguna manera! ¡Yo también quiero jugar con M-neko-chan! … Está oscuro, así que no puedo ver muy bien … ¿Éste, tal vez? *Hace clic* Azusa: Haah … El techo está … bajando … Ruki: Oi, ¡Azusa! ¡Sostén el techo! Azusa: ¿Ruki? ¿Dónde hiciste …? Ruki: ¡Ahora no es el momento para charlar ociosamente! ¡A este ritmo, los dos quedarán atrapados entre ellos! Azusa: ¡De... Acuerdo! Uf … *Azusa intenta evitar que el techo se acerque más* Ruki: Bien, así como así. ¡Oye, Ganado, extiende tu mano hacia mí! …¡Te tengo! ¡Vamos, nos vamos! *Yui le agradece* Ruki: No hay necesidad de agradecerme. Más importante aún, ¿estás ilesa? Azusa: Ruki … yo … Ruki: Lo sé. Espera solo un segundo. Iré a Kou y haré que te libere. Azusa: Ugh … O-Ok … Por favor … Date prisa … Ruki: Por aquí. Está oscuro, así que cuida tus pasos. *Comienzan a caminar* Ruki: Dios mío … Kou es un idiota también. Hacer algo tan peligroso solo para poder pasar tiempo contigo. Primero tenía que lidiar con los Sakamaki, y ahora esto … También debe ser difícil. Aunque hemos llegado tan lejos para crear algunos recuerdos divertidos. Oh bueno, no importa. Simplemente puedes crear algunos recuerdos conmigo ahora mismo. ¿Qué pasa? Haciendo una cara tan graciosa. ¿Estás preocupada por Azusa? El estará bien. A pesar de su apariencia, en realidad es el más fuerte entre todos nosotros. Por eso … Por ahora, solo mírame. No hay que preocuparse por nada más.
*De repente detiene sus pasos*
Ruki: ¿Entonces todavía no escucharás mis palabras? El hecho de que te atrevas a criar a otro hombre frente a tu Maestro es una prueba de que no has sido lo suficientemente disciplinada. Muy bien. En ese caso, tendré que domesticarte un poco más estrictamente.
*Pasa el tiempo*
Kou: Haah … Eso es raro … ¿No era este botón? ¿Recibí el pedido mal? Primero azul, luego rojo … y finalmente blanco, ¿o no? Hm … Hay uno escondido aquí, ¿Se suponía que debía empujar este también?
*Hace clic*
Kou: … Aah … Maldición, me he irritado. ¿Por qué tengo que ponerme tan serio sobre una estúpida trampa? ¡Está en mal estado … debería …!
*Clic Clic*
Kou: ¿Huuh? ¿Qué fue ese sonido?
Ruki: … ¿Qué es este ruido? ¿Un estruendo en el suelo?
*Kou viene corriendo hacia ellos*
Kou: ¡Ruki-kuuun! ¡¡M-neko-chaaan !!
Ruki: ¡Kou! ¿Qué pasa? ¡Tienes tanta prisa!
Kou: ¡T-tenemos que darnos prisa y salir de esta torre! ¡Pasaron muchas cosas y accidentalmente activé el mecanismo de autodestrucción!
Ruki: ¿Autodestrucción …?
Kou: Ehehehe ~ ¡Pensé que era solo una leyenda urbana, pero en realidad existe! Si activa un determinado sistema, ¡Esta torre explotará!
Ruki: ¿Q-qué?
Kou: Como dije, tenemos que darnos prisa y salir corriendo.
Ruki: ¡Por el amor de Dios, Kou! Tú…!!
Kou: ¡Este no es el momento para enojarse, Ruki-kun! ¡Si no huimos, M-neko-chan también será arrastrada a esto! ¡Vamos, rápido!
*Kou de repente se aferra a Yui*
Kou: Dime, M-neko-chan, la torre a la que vinimos especialmente será destruida, pero realmente quería hacerte recuerdos en este viaje. De vez en cuando vengo aquí por trabajo, pero me considero afortunado de poder visitarlo contigo … Es por eso que he estado esperando hoy. Sin embargo, seguiste pasando tiempo con todos los demás, ¿ves?
Entonces, una vez que salgamos de aquí, montaremos muchas otras atracciones y harás muchísimos recuerdos conmigo, ¿verdad ~?
Ruki: Kou! ¡Este no es el momento de tener una charla indiferente! realmente…!
*Explosión*
Ruki: ¡Date prisa, Kou!
Kou: Uwah … Esto es muy malo. ¡M-neko-chan, dame tu mano! ¡Estaban corriendo!
*Los tres corren a toda prisa*
*Explosión*
*Pasa el tiempo*
Shuu: Nn … ¿Eso es …?
Reiji: ¡Shuu! ¡Entonces aquí es donde has estado! ¡Porque te escapaste enseguida, estábamos en un mundo de problemas!
*La explosión se escucha desde lejos*
Reiji: ¿Oh? ¿Este sonido…? Parece que esa torre salió con una explosión …
Subaru: Aah … ¿No es eso? A la hora de cierre disparan algunos fuegos artificiales elegantes o ¿algo así …?
Ayato: ¡Ooh! ¿Ustedes también vinieron a ver los fuegos artificiales?
Reiji: ¡Ayato, Kanato y Laito! ¿Ustedes tres también?
Laito: Si. Gracias a Ayato-kun, nos han regañado todo este tiempo hasta ahora. Finalmente nos dejaron ir, así que pensamos que al menos deberíamos disfrutar el final. Haah …
Kanato: ¡NUNCA iré a un parque de diversiones con Ayato otra vez! Me lo prometí a mí mismo.
Ayato: Vamos, no digas eso. ¿Acabamos de encontrarnos con un “pequeño” problema?
Laito: ¿Qué parte de eso fue “pequeño”? Oh, bueno, tenemos que ver el final, y el espectáculo de una torre en llamas es bastante bonito, así que supongo que está bien.
Sin embargo … ¿No escuché nada sobre tal espectáculo?
Kanato: Quería verlo junto con ella …
Reiji: Bueno, si lo pones así, siento lo mismo. Los Mukami se escaparon con la mejor parte esta vez.
Shuu: Oh bien, ¿Por qué no vuelves en otro momento? Podemos visitar aquí en cualquier momento, ¿Verdad?
Laito: Haah … Pero no quiero pasar por todas las cosas con las que tuvimos que lidiar hoy nunca más … ¡La próxima vez, solo vendré con Bitch-chan!
Kanato: Estoy agotado también. La próxima vez, visitaré solo a ella y a Teddy.
Subaru: Ustedes … No lo decidan solos mientras ella no está aquí. ¿No es importante su libre albedrío cuando se trata de este tipo de cosas?
Laito: Mira a Subaru actuando como un buen dos zapatos nuevamente cuando se trata de Bitch-chan. (Que? xD)
Kanato: Su libre albedrío no importa en absoluto. Ella me pertenece después de todo, así que simplemente puedo actuar como me plazca.
Ayato: ¿Haah? ¡Entonces haré lo mismo! ¡El próximo domingo, Chichinashi y yo iremos juntos al parque de diversiones!
Kanato y Laito: Ayato (-kun), ¡¡Cállate!! (Cállate x3 xD)
Reiji: Oh cielos… Temo por lo que nos espera.
Fin
152 notes · View notes
lilietherly · 4 years
Text
[MiniFic! Rickorty]
Lenguaje vulgar.
Incest.
(Solo quiero aclarar un par de cosas; con forme voy escribiendo estas pequeñas historias, las público, así que por eso tienen tantos errores. Dos; esto es lo más largo que he escrito de Rick y Morty 😅, lo peor es que es desde la perspectiva de Rick, así que debes perdonar si no consigo capturar toda la esencia de un personaje tan complejo como él 🙈)
* * *
Rick casi había perdido la cuenta de todas las veces en las que borró memorias enteras de Morty. Estaba empezando a pensar que tal vez era esa la causa de que cierta cosa fuera retenida con cada vez menos efectividad.
No había posibilidad de que fuera su invento quien estuviera fallando. ¡El era infalible! La débil mente del chico simplemente se había hecho mierda... aún si eso contradecía la efectividad de su aparato desmemorizante. Morty era el culpable.
Si tan solo dejara de insistir en... ¿por qué tenía que ser él? Rick no había hecho una sola cosa para incitar, para provocar tan extraños y ridículos sentimientos. Al contrario, insultarlo, hacer su autoestima una basura, rebajarlo a ser menos que un compañero, herirlo, ponerlo a filo de la muerte, aún en condiciones controladas, deberían ser las razones suficientes para que fuera odiado. Despreciado más allá de lo físicamente posible.
En cambio...
Tenía que hacer algo. Rick no lo soportaría una vez más. Cómo el imbécil que era podía sentir la corrupción del anhelo cavando huecos en su piel. Esa pequeña mierda estaba cambiando su ya tomada decisión y no había una maldita forma en que fuera a permitirlo. Tenía que combatir esa linda mirada con las llamas de su infierno. Debía luchar contra esos labios, así tuviera que usar cada insulto que conocía.
Debía encontrar la manera. Un antídoto. La medicina. La flor. La estrella. El veneno. La droga correcta para erradicar la peor de las enfermedades que alguna vez haya atrapado a su nie...
¡Maldita sea!
Ni siquiera podía pensar en la palabra. Borrar sus recuerdos lentamente dejaba de funcionar. Había sido una suerte que no encontrara los tubos blancos escondidos en una de las paredes en donde estaban el resto de memorias borradas. Pero eso de poco servía. El niño continuaba, una vez tras otra y otra, regresando al mismo estúpido punto.
"Te amo Rick".
"Te deseo".
"¡Quiero que me beses!"
Y a él se le acababan las opciones. Cortar, suplantar o eliminar el día entero, era menos eficaz. Cada vez Morty volvía con la misma conclusión, se detenía a su lado, lo miraba con sus grandes ojos de idiota y teniendo la cara enrojecida, le susurraba/gritaba/decía claramente, cada idiotez romántica que se le ocurriera en ese momento.
Rick ya tenía treinta tubos. Habían pasado solo tres meses desde la primera vez. Reparó y rehizo su invento casi en diez ocasiones. Lo peor de todo... en ningún momento, ni por un segundo, se había planteado responder.
Lo que Morty estaba sintiendo no estaba haciendo mella en él, por un hecho aún más irrazonable que toda la situación junta. Rick se negaba a hablar porque ya sabía cuál era su respuesta.
Y liberar a Morty de la cárcel que sería profundizar aun más en lo que ahora apenas se llamaba "relación", era la única prueba que Rick necesitaba para saber cuánto en verdad sentía por Morty. Él todavía tenía oportunidad de salvarse, aún si ahora parecía no ser lo que buscaba. Pero cuando Rick mismo le ayudaba a no verlo, sería estúpido imaginar que él no llegaría una y otra vez a declararse.
Por fácil que sea creer que intentarlo, arruinarlo y luego borrar el recuerdo podría funcionar. Qué tan estúpido tendría que ser para pensar tan solo un segundo en ello como una buena idea.
Cuando no podía borrar el simple deseo porque Morry no lo quiera de esa forma, siendo la suya una mente tan simple, ¿cómo iba a hacerlo consigo mismo luego de que todo se fuera a la mierda?
—¿Ri-Rick? —Ahí estaba de nuevo. Tan solo dos días después de la última vez. No contestó, fingió de nuevo trabajar—. ¿Estás muy ocupado? —De nuevo guardó silencio—¿Podemos hablar?
Rick se giró hacia él, una buena imitación de fastidio en su rostro. La sola visión de aquellos ojos, ese suave cabello, su esbelta figura, su labios... Trajo hasta su mente la pregunta que se había hecho desde hace diez o nueve ocaciónes ¿por qué no?
Morty cerró la puerta a su espalda. Rick se sorprendió ante eso cuando casi siempre mantenía la distancia. Con pasitos tímidos se fue acercando. Sus manos temblaban. Sus labios hinchados, seguro llevaba un buen rato mordiendolos.
—¿Vas a hablar o...?
Morty pasó los brazos alrededor de su cuello. Un abrazo que le quitó el aliento. Podía sentir el pequeño corazón golpeándolo fuertemente.
Esta vez no dijo alguna declaración estúpida. Esta vez no hubo más tartamudeos. Morty le besó sin dudar. Su primer puto beso, estaba seguro. La boca suave y húmeda comenzó a moverse sobre la suya.
Provocandolo. Seduciendolo.
Su nueva iniciativa le golpeó de lleno. Estaba cayendo y ni siquiera le importaba. Se dejó llevar. Lo tomó por las caderas y lo subió a su regazo. ¡Al diablo con todo! Que se joda Morty y su estúpida mente. El chico ya era suyo y por la mierda que lo dejaría ir.
Continuó besándolo. Lamiendo y tomando lo que voluntariamente se le había entregado. Morty gimió y Rick pronto lo devoraría.
(¡Gracias por leer! 😍 Perdón por los errores ortográficos, intentaré arreglarlos a la menor brevedad ❤️✨❤️✨❤️✨❤️)
34 notes · View notes
thedarkestnightrol · 4 years
Photo
Tumblr media
Después de cerciorarse de que estaban todos los asistentes en la sala de reuniones, Piper y Tony entraron bastante más serios de lo común.
— Os he citado en esta reunión de urgencia porque tenemos asuntos muy importantes de los que tratar y que tenéis que ser conscientes todos. — Tony.
Después de hacerle una seña, una réplica exacta de Piper entró en la sala con una pequeña sonrisa en los labios, situándose al lado de ellos.
— Tenemos una visitante de otro multiverso que se va a quedar aquí con nosotros. Como veis, es mi yo de la tierra 212, tierra que ha sido completamente destruida por un arma letal a manos de una persona. Algunos ya le conocéis, pero tenemos con nosotros también a Stephen Strange, el custodio de los multiversos. — Piper le señaló en la reunión. — Si tenéis preguntas muy concretas y que se puedan responder, es vuestro hombre. Pero primero vamos por partes. El arma que ha sido usada allí es muy peligrosa, y probablemente haya una réplica aquí. Que aquí no haya ocurrido aún el apocalipsis nos ayuda a pensar que no ha caído en manos de la persona equivocada, pero aún así tenemos que evitar que lo haga. El sujeto en cuestión se llama Jake Williams. Supuestamente. Trabajó en Industrias Stark hace años y todo lo que tenemos hoy en día son datos de una identidad falsa y archivos borrados. Pero estamos trabajando en ello. Simplemente es una reunión informativa de lo que ha ocurrido y de una posible amenaza. Conforme se vaya ampliando la información, os la haremos llegar. ¿Alguien quiere añadir algo? — Piper.
— Yo. Me alegra saber que estáis todos vivos, queridos. — Audrey.
— Tenemos que estar atentos y coordinados en el caso de que el arma caiga en malas manos. — Tony.
— ¿En resumidas cuentas esto quiere decir que nos podemos ver dentro de un apocalipsis en cualquier momento? ¿Y cómo funciona el multiverso exactamente? ¿Existe un nosotros en cada mundo o es una especie de lotería alternativa? – Clint.
— Es bastante complejo, existe una cantidad infinita de multiversos, es imposible, a día de hoy, registrarlos todos, aparecen y desaparecen a cada segundo que pasa. Respondiendo a tu pregunta, existen versiones de nuestro multiverso. Nosotros pertenecemos a Tierra 616. Hay más versiones de nosotros mismos en cada uno de ellos. Algunos casi idénticos, otros con variaciones significativas. Pero también existen multiversos que no guardan ningún tipo de relación con el nuestro, donde habitan entidades que los seres humanos ni siquiera pueden albergar en su imaginación ahora mismo. — Strange.
— Y en cuanto a lo del Apocalipsis... Yo diría que sí. No sabemos si se cuenta con ese arma o no en esta tierra pero es mejor prevenir y estar preparados. ¿Alguien tiene más preguntas? — Tony.
— ¿Qué arma es? — Thor.
— Se conoce como el corazón del universo. Tiene la capacidad de destruir absolutamente todo a su paso. Y si no os parece suficiente con eso, tiene el añadido de que su efecto es irreversible. Una vez se utiliza, nada puede reparar el daño. — Strange.
— ¿Y que repercusión tendría un 'otro nosotros' en el mismo tiempo? Con ellas, por ejemplo, con Piper y la otra Piper… — Clint.
— Ninguna. Salvo casos excepcionales y muchos más complejos que el de habitar conjuntamente con otra versión de ti mismo. — Strange.
— Vale, yo tengo una pregunta… ¿Se sabe algo de ese tal Jake Williams? Algún indicio de donde pueda estar. — Peter.
— Por ahora nada, Steve y yo hemos estado trabajando estos dias atrás día y noche para intentar recopilar algo de información pero... El tío es bueno. No ha dejado rastro más allá del nombre y estamos intentando averiguar a quién le ha robado la identidad si es que lo ha hecho, bueno, en definitivas cuentas, estamos buscando algo de lo que empezar a tirar para poder encontrarle. Hace años... Bueno, robó información y tuvo acceso durante mucho tiempo a nuestros servidores y documentos almacenados. — Piper.
— Os aseguro que Piper y yo estamos haciendo todo lo posible por crear un patrón que nos lleve hasta él. — Steve.
— ¿Algo que nosotros podemos hacer? — Clint.
— Esperad, esperad, esperad... Si ese arma lo destruye TODO, o sea todo todo todo... ¿Cómo es que Piper...? ¿Te llamas Piper? Bueno... ¿Cómo es que tú estás aquí? Y no te ofendas. O sea, me alegro eh. Me alegro. Me alegro de que estés aquí. Y de que estés viva eh. Me alegro mucho. Y me estoy empezando a repetir, estoy un poco nervioso. Que alguien me de una silla o un vaso de agua. — Scott.
— Scott, respira. — Clint.
— Por ahora esperar a ver si con los medios que tenemos encontramos el arma o al hombre en cuestión. Os iremos informando si podéis ir haciendo algo, pero por ahora mismo no. — Tony.
Me llamo Piper, pero tendré que cambiarme el nombre porque la otra Piper no me deja quedármelo. Y estoy aquí porque conseguí construir un portal por el que llegué a este mundo. Era la última superviviente allí, además de Jake. — Audrey.
— Scott, respira o el vaso de agua te caerá por la cabeza. — Thor.
— He estado investigando estos días, los hechiceros contamos con cierta información. Me consta que existen varios multiversos extintos. No puedo decir con certeza que haya sido a través del arma que hemos mencionado, pero en los Sanctums hemos llegado a la conclusión de que merece la pena ir hasta ellos e investigar qué ha sucedido. Yo mismo partiré en los próximos días en busca de respuestas. En cuanto vuelva os informaré de la situación, quizás entre todos podamos crear un patrón de rastreo. Mientras tanto, he dado la orden en los Santuarios de que se transcriban a nuestro idioma los textos sobre el corazón del universo para que tengáis acceso a ellos. — Strange.
— Voy a hacer la siguiente pregunta con cierta certeza de no poder ser respondida como quiero, ¿Cuántas posibilidades hay de salir bien parados de esto? — Clint.
— VAMOS A MORIR TODOS. — Scott.
— Me esperaba esa respuesta pero igual ligeramente adornada. — Clint.
— Eso no va a suceder. Somos el mejor equipo de La Tierra, Tony nos unió para este tipo de casos extremos. Estamos preparados para afrontar la amenaza, solo nos va a llevar más tiempo y dedicación que de costumbre. Y, por supuesto, estar más unidos que nunca. Esta no es la primera adversidad a la que nos enfrentamos, tampoco será la última. Ya hemos pensado antes que no habría un mañana, y aquí seguimos viviendo uno nuevo cada día. No será el final. La gente de este multiverso cuenta con nosotros, no dejaremos que nadie nos arrebate esa confianza que con tanto esfuerzo nos hemos ganado desde que esta familia se unió. — Steve.
— Espero que no haya una Melianne 2.0 porque sería vuestro final. Aunque yo la mataría por copiarme. Mientras se transcriben los textos y le seguís la pista voy a intentar encontrar información sobre ese arma. Puede que su efecto sea irreversible pero puede ser frenable.— Melianne.
— Vamos a tranquilizarnos todos un poquito, por favor. Nos vamos informando de las cosas que vayamos recopilando y poniendo en común. No va a morir nadie. Steve tiene razón y la gente confía en nosotros para que evitemos que la vida aquí pueda llegar a su fin. — Tony.
— Gracias, Lia. Es exactamente como me siento. — Piper.
— Yo voy a preguntar por Asgard y otros mundos si alguien tiene información sobre ella y os comentaré. — Thor.
— Yo estoy con la chica todopoderosa, se puede frenar. Al menos intentarlo. Yo estoy tomando muchas notas por si sirve de algo. — Peter.
— Scott a ti te dejamos la parte de tomarte una tila. Es broma.No, no lo es. — Melianne.
— Primero tila y después tela. — Thor.
— Yo cuando me dejen de temblar las piernas intentaré hablar con Hank Pym. El mundo cuántico sirve de conector con otros multiversos, quizás descubramos algo… — Scott.
— ¿Sabemos algo más sobre el arma? — Melianne.
— Por ahora eso es todo lo que tenemos. — Piper.
— Como alguien mate o toque a Scott está muerto pero de otra forma. — Audrey.
— Fotocopia de Piper, acabas de llegar. No des órdenes que tengo la trituradora oxidada. — Melianne.
— Mira bonita, en mi multiverso tú eras la primera que moría. Así que menos hablar. — Audrey.
— Ya está bien. Nada de discusiones. Estamos en situación de emergencia. — Strange.
— ¿Hemos acabado? Estaré pendiente de cualquier cosa que pueda ser de ayuda. — Clint.
— Sí, a no ser que alguien tenga más preguntas... Eso es todo. Por favor, quien vaya descubriendo algo sobre el arma, el hombre o cualquier cosa relevante, que la haga saber a los demás. — Tony.
— Gracias por venir. — Piper.
| @brookskala @eternalcaptain @lavroftheory @benjenodinson  @spideype |
13 notes · View notes
Text
Reimen.
Hola Nelson, soy Reimen, redactando la que probablemente sea la última y más larga carta de este hermoso diario, muy loco, de hecho, pero hermoso. La verdad no acostumbro a hacer este tipo de cosas, aunque sé lo duradera que pueden llegar a ser y lo mucho que pueden significar para alguien (la verdad no me cabe duda al respecto), así que pensé “¿Por qué no hacerlo?”, y me decidí.
He aquí el desenlace, algo que note, ya que encontré repetidas veces ese algo, fue una pregunta, una pregunta que deberá ser fácil responder “¿Qué significado tiene la vida?”, quizás no sea la persona más apropiada para responder a ésta pregunta, ya que en primer lugar estoy muy fachado y tengo sueño (son las 1:04 AM), y en segundo lugar jamás he visto que usted me haga mucho caso, pero aún así lo intentaré… Para mí la vida no significa nada y yo sé que es igual para el resto de las personas sobre el planeta, pero la diferencia y el error que encuentro en cada persona que conozco es enredarse con ello, lo que realmente quiero decir es ¿Por qué la vida tiene que significar algo?, somos humanos e intentamos buscarle sentido a cada cosa que hallamos y gracias a ello estamos parados aquí, pero resulta imposible y desalentador intentar escudriñar ante algo más grande e indiscutiblemente infinito que nosotros mismos, así que por qué desperdiciar la vida intentando encontrarle sentido (suena irónico ¿no?), quizás no sea tan complicado encontrarle sentido, quizás y sólo quizá los miles de años de la civilización humana intentando encontrar la respuesta a esa pregunta puedan ser llevados por el soplo de una palabra: “Felicidad”, hay entramos en otro dilema, el dilema de hallar la felicidad perpetua, sí, esa que hace que nos sintamos completos con nosotros mismos, únicos, infinitos y amados, sentirnos parte de algo, llegar a un éxtasis eterno que no nos deje distinguir la vida de la muerte.
Felicidad, felicidad, felicidad, aquel deseo aparentemente inalcanzable, ese por el que fumamos hierba, bebemos alcohol y tratamos de hablar entre nosotros lo más que podamos cada vez que nos vemos, aquel deseo por el que disfrutamos de las pequeñas cosas y las volvemos algo memorable, para que perdure la felicidad.
“La ignorancia hace la felicidad” dijo un sabio una vez y según ésta frase nacimos del lado equivocado, marginado y condenado a la eterna infelicidad, condenados a hundirnos a nosotros mismos en un profundo y oscuro vacío del que jamás podremos salir, probablemente sea cierto, probablemente no, todo es cuestión de perspectiva, lo cual sugiere que mirando el caso desde otra perspectiva, hemos sido sacados de un pozo de almas vacías y llenados con las infinitas probabilidades de hallarle un sentido a nuestra vida y luego puestos en este pequeño rinconcito en el que estamos y nos quedamos juntos ahora.
Ok, ya dicho ésto intentemos sacar conjeturas respecto a qué es lo que hace felices a las personas que se quedaron atrás en ese rebosante pozo de almas vacías.
1-Dinero.
2-Dinero.
3-Dinero.
¿Y para qué sirve el dinero?, para muchas cosas desde luego, desde mantenerlo a uno con vida, hasta regalarlo a un indigente, comprar sexo, fumarse toda la hierba del mundo o viajar a cualquier lugar sobre la tierra y conocer a cualquier persona presente en ella y muchas cosas limitadas a este planeta y a esta realidad. Pero ¿Qué se lleva uno de todo ello? “Una idea”, ir a un país y regresarse “Una idea”, conocer a alguien “Una idea”, todo lo que nos queda de todo lo que hemos vivido hasta ahora es sólo “Una idea”, una idea que queda plasmada en nuestro cerebro por el resto de nuestras vidas. Una idea que nunca dejará de ser.
Y ahora no espero haberlo aburrido con mi tratado de filosofía porque voy a seguir con más… Nahh ¡Es broma!
¡RIASE!
Ya pasando a otro tema quisiera hablar sobre nosotros (Osea, no nosotros exactamente usted y yo), pero si sobre nosotros, porque esta fecha a la que estoy escribiendo esta carta se cumplen dos años de conocerlos a todos ustedes, las personas con las que encontré mi lugar en este mundo, con las que realmente aclaré ese pensamiento que siempre tuve de si pertenecía a la clase de personas simples, inútilmente felices, a nosotros, los complejos tercamente inconformes, y SÍ, podemos ser los más raros, tímidos, quizá a veces pensativos, apasionados, locos, inteligentes (Y discúlpeme por no poder evitar decirlo), marihuaneros y fumadores, gays algunos, lesbianas otras, algunos pocos que quedamos hetero, pero al final todo es lo mismo y “lo que importa realmente” por ahora es fumar, beber y rumbear como  nunca se ha hecho. Me encanta andar con ustedes por un sentimiento que una frase que usted tiene en el diaro lo expresa perfectamente “Lo bueno de no crear barreras es que se disfruta de cosas distintas” y desde que por mi mente pasó ese sentimiento o pensamiento o como se llame fue algo fugaz que levantó todas “mis barreras” las barreras que antaño no había tenido el valor de levantar (Sin visaje) y se siente bien tener cada probabilidad a cada paso, cada palabra, cada pestañeo y cada movimiento que realice mi cuerpo y luego cuando los encuentro a ustedes ese seguridad tan inhumana de mi mismo desaparece, gracias.
PD2: Son las 4:33 AM, espero haya disfrutado esta carta ya que me costó todo el sueño de una noche.
2 notes · View notes
wampoxiz · 5 years
Text
Cumpleaños (2)
00:08 Oficialmente es el día. Me levanto de la cama de mi mamá y me voy a la mía, hemos pasado la noche mirando videos como solíamos hacerlo hace unos años. Reactivo mi conexión a internet, la tengo apagada porque no me interesa hablar con los demás, me consume batería y sé que la necesitaré para arrullarme con más videos. Tengo una leve esperanza de que se haya quedado despierto a esperar el día para decirme algo, aunque sea estúpido pensarlo siquiera. Tengo un mensaje, la pantalla está apagada así que no es de él. Es Iván, "la vida tiene preparadas cosas hermosas y exitosas para ti"… sonrío, me levanta un poco el ánimo porque él confía en mi fortaleza. Él no sabe que ya no estamos juntos.
00:30 No puedo dormir. "Mujercita…" aquel sobrenombre que reemplazaba un "mi amor" no volverá. El video que se reproduce es de una pareja, sonríen al verse, recuerdo su risa cuando decía cosas divertidas, me duele el pecho, derramo unas lágrimas, las limpio y sigo mirando.
01:53 No puedo creer que no he dormido aún. Extraño soñar, estaba tan acostumbrada a escapar de la realidad con ello y ni siquiera puedo cerrar los ojos sin mirarlo. Miraré otra temática de videos
04:12 He conseguido dormitar lo suficiente para no estar cansada en la mañana. Me ha despertado principalmente las ganas de ir al baño. He relacionado mi ansiedad y depresión con ese dolor en el pecho, resulta que sí tiene que ver, bombeo más rápido y más pronto quiero orinar. Regreso a la cama e intento dormir sin las voces en la pantalla.
07:03 Me siento cansada. Dormitar no es lo mío.
08:47 Su abdomen, su forma de mirarme en la intimidad. Mis ojos se vuelven a humedecer. Lo extraño demasiado. Vuelvo a activar mi conexión. Un mensaje. Es de Betty "espero este año marque la diferencia con tus experiencias", ambas ignoramos que así será, totalmente distinto a otros años. Me levanto para ir al gimnasio.
09:30 Somos las únicas ahí, ni el instructor ha ido. Me concentro en los números, tengo que contar. "8… su olor…9…sé que estaremos juntos de nuevo, sólo tenemos que sanar…10… ¿qué irá a decirme en su mensaje?…"
11:59 Es entretenido ayudar a hacer los postres. Tengo un dolor en el pecho, y un nudo en la garganta. Necesito llorar y no puedo hacerlo aquí.
12:12 Reviso mis mensajes de nuevo… son muchos. Por favor, no me busquen. Sólo me interesa una persona. "Feliz día" "Dios te guarda cosas lindas" "Eres la mejor"… ninguno de él. ¿Será que lo olvidó? ¿Piensa dejarlo para la noche? Por favor, por favor, no me busquen, no quiero responder.
12:27 Por fin a solas. "Es todo lo que puedo hacer por nosotros", ¿por qué no pude compartirle mi fuerza? ¿por qué sigo pensando en él? Lloro. Lloro mucho y no paro de recordar las veces que se ofreció llevarme a casa. Me levanto para tomar una ducha. Lloro. Vuelvo a recostarme y me duermo 20 minutos
15:30 Tengo que arreglarme, hacer algo con mis ojos y no dejar ver mi tristeza. Usa maquillaje. Te ves linda. Ojalá él pudiera verme para que se vuelva a ilusionar con una mirada bonita. Mis ojos se humedecen, tengo que controlarlo.
16:46 Llego a casa de mi tía. No quiero abrazos, por favor. No quiero felicitaciones. No quiero que me vean. "Sigue cumpliendo muchos más", ni siquiera quiero un día más. Necesito mi cama, cada vez me siento peor. Intentaré olvidarme de todo y pasarla bien.
17:04 Ni siquiera tengo hambre. La pizza de la mañana me llenó. Es antojo y no puedo dejar que me vean mal.
18:32 Mi prima dice que siguió mi ejemplo y conoció un profesor, yo le digo que no lo haga, es el peor error que cometerá. Me piden que me calme. No me di cuenta que lo dije gritando varias veces. Me avergüenzo.
18:57 ¿Que si estoy saliendo con un profesor? No quiero contar algo. No quiero recordar. Doy algunas palabras, "pasamos por muchas cosas, estamos bien". ¿Que cuantos años tiene? ¿Que si es casado? "Sólo hay una razón para estar soltero a esa edad. Es muy inmaduro", me duelen las palabras pero mi prima tiene razón.
19:17 Mi miro los ojos en el baño. Están húmedos y rojos. Pensé que se notaba menos. Me sonrío, "eres preciosa, tú puedes, por hoy".
21:28 Reviso mis mensajes. Por favor, no quiero que me busquen. "Feliz cumpleaños" "No creas que lo olvidé". No es él. No puedo creer que lo olvidó. Menos puedo creer que lo hace a propósito, ¿tan poco me quiso para no decirme algo? A mi hermana aquel hombre la buscó, es la excusa perfecta para buscar a alguien. Quiero irme a casa. Quiero llorar.
23:23 Estoy en mi cama. Lloro demasiado, berreo. Siento desesperación llenar mi cuerpo. Me siento vacía. Estoy molesta, ¿cómo pude creer que le importaba? ¿por qué debo querer a quien no me quiere? Comienzo a escribir sobre mis sentimientos. Lo publico.
00:04 Oficialmente el día terminó y no me buscó. Le mando un mensaje, quiero saber porqué. Voy a cepillarme. Vomito, llega sin avisar y no puedo parar de vomitar. Nunca había tenido una crisis emocional-destructiva. La pierna me arde. Sé que no debo hacerlo, pero ya no puedo más, no puedo sacar mi frustración. Al menos sé que aquello no es tan grave y que no dejará cicatriz, mis uñas son pequeñas y no me lastiman. Pienso que mi pregunta fue estúpida e innecesaria, ya no importa.
00:38 "Te prometo que vas a estar bien. Él volverá, te hará sentir querida y valiosa, y tú lo vas a rechazar porque no puedes perdonar esto tan fácil. Te juro que volverán a estar juntos. Confía en mí, perdónate y muy pronto las cosas estarán en su lugar". Aquella voz de nuevo. Me siento mejor, me quedo medio dormida.
07:37 No dormí, de nuevo. Tengo los ojos hinchados. Activo mi conexión. Nada. La dejo activa para actualizar.
08:09 Un mensaje. Es él. Es tarde, el daño estuvo hecho y ni siquiera se enteró. Él puede dormir cada noche. Envidio todo su ser. Él tiene quien lo ame con todo. Lo perdono y estoy lista para contestar pero mi orgullo no me permite. Me lastimó demasiado. Me bastaría con otro mensaje para volver a iniciar y poder responder pero sé que no llegará… y cuando lo haga, de nuevo será tarde
4 notes · View notes
sonlosnomeolvides · 5 years
Text
Corazón verde, muros de piedra [7/?] (Argenmex, AU)
Título: Corazón verde, muros de piedra Pareja: Argenmex
Argenteus y Tlayolotl deciden realizar una alianza política por matrimonio. Itzel es la reina en Tlayolotl y sus leyes le prohíben casarse con alguien que no sea de su reino y no puede (ni quiere) ceder su poder político. Martín es rey de Argenteus y en su reino no importa si se casa con alguien del mismo sexo. Así es como Pedro termina en Argenteus como el consorte de Martín.
ÍNDICE DE CAPÍTULOS
PRIMER CAPÍTULO
Nota: Esta actualización viene meses después del último capítulo y cuando el pánico por la posible desaparición de tumblr y el fandom en esta plataforma está a todo lo que da... en fin, espero que lo disfruten.
VII
Pedro escucha los pasos ligeros de Efraín cuando se acerca a él. Los reconoce por los años que han convivido juntos y porque su rivalidad con él lo llevó a conocerlo mejor que a otro guerrero de Tlayolotl. Se mantiene estoico incluso cuando Efraín toma asiento a su lado al pie del árbol central del jardín. Por un rato ninguno de los dos dice nada y se mantienen en un silencio apacible apenas roto por los sonidos de las aves en el jardín.
—¿Qué opinas sobre el rey? —pregunta Efraín.
Pedro no voltea a verlo, pero cruza los brazos y frunce ligeramente el entrecejo. Su mirada se fija en las flores que están a unos metros y Efraín aguarda en silencio, acostumbrado a permanecer callado.
—¿Qué opinas tú sobre él? —pregunta Pedro al fin. Efraín lo mira entonces y Pedro, después de unos segundos, le responde el gesto—. ¿Qué opinión tienes sobre mi esposo?
—¿Puedo decir lo que pienso realmente?
Pedro levanta una ceja, intrigado.
—Puedes. No te habría preguntado si no.
Efraín asiente y se humedece los labios con la lengua antes de adoptar esa postura de sabelotodo que Pedro solía odiar al estar en Tlayolotl, pero que ahora incluso extraña. En Argenteus no hay nadie que rete su autoridad de la misma manera como lo hace Efraín: con la confianza de quien ha crecido a tu lado y a quien consideras un aliado honorable y un enemigo digno al mismo tiempo. Efraín ha sido eso para él, después de todo, el eterno enemigo porque ¿qué clase de hermano no considera a su futuro cuñado como tal, aunque sea sólo como un juego? Su relación nunca ha sido la mejor y aunque en Tlayolotl todos conocen de las eternas riñas (la mayoría de ellas iniciadas por Pedro), eso no significa que no sepan también de su respeto y admiración mutua.
En Argenteus, piensa Pedro, ni siquiera se acercan a él, y ni hablar de desafiarlo. Aunque no es algo que se diga abiertamente, Pedro sabe que al ser rey consorte no tiene ninguna autoridad. Es prácticamente parte de la decoración. Así que la gente del palacio trata con él sólo cuando es estrictamente necesario. Sus sirvientes de Tlayolotl se acercan a él, claro, pero lo tratan con la reverencia que siempre han hecho ante la Pequeña Serpiente, siempre con esa barrera llena de ceremonia que los separa. En realidad, piensa con amargura, el único que se dirige a él con relativa normalidad es Martín. O, al menos, eso era lo que pensaba.
—¿Pedro?
Pedro da un respingo y mira a Efraín.
—¿Qué ocurre?
—Nada. Sólo quería saber si seguías aquí conmigo o si habías decidido dar un paseo al otro plano.
Por toda respuesta, Pedro entorna la mirada. Efraín sonríe un poco.
—Creo que esta situación de la alianza matrimonial fue una decisión apresurada —dice al fin, recuperando la seriedad que exige esa conversación—, pero sé que tú y mi Citlalli tuvieron sus razones y no pretendo cuestionarlas.
—No me has dicho qué piensas sobre él.
—Creo que es un buen hombre —dice—. Puedo ver que su gente lo ama y lo respeta, y que su autoridad sobre sus súbditos no viene del miedo, sino de la admiración genuina. Creo que es admirable lo decidido que está a hacer todo por su pueblo, aunque eso implique unir su vida a un completo extraño. En eso puedo respetarlo, porque es como tú.
—¿Y qué más?
—Veo que es joven, pero astuto, y supongo que es un rey justo, a juzgar por la paz política dentro del reino.
—Suena demasiado bien como para que no tenga defectos a tu parecer. Efraín vuelve a sonreír.
—Los tiene, no creo que no los tenga. He notado que no confía del todo en Citlalli Itzel.
—Mi hermana no le ha dado razones para confiar en ella —replica Pedro, porque incluso él sabe que su hermana ha omitido, deliberadamente, cierta información respecto a lo que ocurre en Tlayolotl, sobre la gente que vive ahí… sobre él.
—Pedro, tu hermana le ha entregado una razón muy buena para confiar en ella. Le ha dado lo que más quiere en este mundo, y si esto no es confiarle todo a Argenteus y a su rey, entonces no sé lo que es.
Pedro guarda silencio después de ese comentario y permanece pensativo. Efraín siempre ha sido bueno para juzgar a los demás y, en poco tiempo, ha sido capaz de ver lo mismo que Pedro ha observado en Martín. Saber que alguien como Efraín tiene una perspectiva similar a la suya respecto a su esposo es tranquilizador.
—Te dice Pequeña Serpiente.
Pedro bufa, molesto. Por un momento había olvidado la razón por la que se encuentra en el jardín en primer lugar: para no ver la cara de su esposo.
—No sabe lo que dice.
—Me doy cuenta de ello. ¿Por qué no le dijiste lo que significa?
—Porque estar casado con él, no significa que tengo que hablarle de todo lo que es importante para mí.
—Qué extraño —murmura Efraín, irónico—, pensé que eso era parte de un matrimonio.
Y es justamente por comentarios así, que Pedro no soporta tanto a Efraín: porque éste último tiene un don especial para hacerle sentir como el más estúpido del mundo. Quizá si Pedro no estuviera tan cansado de la soledad en Argenteus, reaccionaría como cuando estaba en casa. Quizá, si Efraín no fuera lo único que en ese momento lo une a su antigua vida, a como era todo antes de casarse, le habría reclamado su insolencia y todo habría terminado en uno de sus muchos duelos. Pero las cosas no son como antes y Pedro prefiere no discutir. Está demasiado cansado, incluso para eso.
—No todos los matrimonios políticos tienen que tener un verdadero romance como el tuyo con mi hermana—. Efraín se sonroja, pero no dice nada—. Y no, nunca le dije por qué me llaman así, pero le pedí que no lo hiciera. Y lo hizo de todas maneras. No le pedí nada complicado, sólo respetar esa parte de mí que aún no quería compartir con él, porque es muy personal y no quiero compartirla con alguien que sólo me habla en los pasillos y en la mesa, pero para quien no existo el resto del tiempo. Somos alma y corazón, lo dije pensando en nuestros dioses y estoy dispuesto a honrar ese juramento, pero quiero hacerlo a mi tiempo... quiero hacerlo a mi modo.
—¿Entonces tampoco sabe de…?
—No —le corta Pedro. Efraín aprieta los labios en una fina línea y asiente.
—Entiendo. ¿Se lo dirás?
—Cuando sea necesario.
Efraín suelta un suspiro que seguramente significa su desaprobación ante la actitud de Pedro, pero si tiene comentarios al respecto, prefiere callarlos. Él siempre es así de prudente.
—Está bien —murmura—. Si te hace sentir mejor —agrega tras unos segundos de consideración—, lucía algo avergonzado cuando le expliqué que tu nombre es sagrado y que no debe usarse por cualquiera. Supongo que te ofrecerá una disculpa.
—Es un rey, ¿por qué habría de hacerlo?
—Porque incluso los reyes se equivocan y algunos son lo suficientemente humildes como para reconocerlo. Sólo habrá que esperar a ver qué tipo de rey es el tuyo.
Pedro se muerde la lengua para no decir que Martín no es su rey. Pero sí lo es, desde el momento en el que dijo los votos a la usanza de Argenteus, Martín es su rey. 
No dicen más. Ambos permanecen sentados uno junto al otro durante un largo rato, hasta que el sol comienza a meterse en el horizonte y se vuelve necesario abandonar el jardín. Dentro del palacio, Pedro acompaña a Efraín una parte del camino, pero justo antes de llegar al comedor, se detiene. Efraín lo mira con curiosidad.
—No tengo hambre —explica Pedro—, pero puedes acompañar a mi rey si es que así lo deseas.
—Como tú digas. ¿Debería excusarte?
—No. Si te pregunta, sólo dile que no quiero verlo ahora.
Efraín sonríe un poco.
—No sé si esté en mi lugar hablarle así al rey de una nación ajena, pero intentaré no provocar una ruptura del tratado. Ha costado mucho trabajo llegar hasta aquí como para arruinarlo sólo porque, en realidad, te molesta que tu esposo no pase las noches contigo. No es el único problema que tienen, pero creo que mucho se solucionaría si hicieran algo al respecto.
Pedro lo mira con ojos como platos mientras los colores suben a sus mejillas. Efraín suelta una carcajada antes de hacer una reverencia y continuar con su camino hacia el comedor. Y Pedro podría castigarlo por su insolencia (debería, incluso), aun cuando estén en un reino que no sea Tlayolotl, pero sabe que es inútil. Había olvidado lo observador que es Efraín.
CAPÍTULO ANTERIOR || INICIO || SIGUIENTE CAPÍTULO
Sí. Pedro le trae ganas a Martín, pero no lo quiere admitir. Martín le trae ganas a Pedro, pero no se ha dado cuenta todavía. Son unos babosos.
So. Con todo lo que está pasando en tumblr se ha contagiado el pánico y muchas personas no saben qué onda con el fandom de LH. Aunque el contenido escrito no corre peligro, al menos por ahora, creo que en mi caso esperaré a ver qué pasa después del 17 de este mes. Habían marcado como "no apropiado" mi post del argenmex instagram aesthetics y, aunque ya regresó a la normalidad, sigo notando comportamientos medio raros en mi blog.
De forma personal seguiré usando tumblr y mi material continuará publicándose también aquí, pero ante cualquier cambio en las políticas del sitio, pueden estar en contacto conmigo por twitter, y saber si me mudo de plataforma o no. Sigo en la disyuntiva de si publicar todo lo de LH en AO3, como lo hice en algún momento, o en Wattpad, que no me convence.
17 notes · View notes
blueskiescloud · 5 years
Text
Hoy Me Rindo Contigo.
Sí, como lo leíste, hoy me rindo, ya no intentaré que te fijes en mí, por más que me duela, desde hoy empezaré a matar poco a poco el amor que siento por ti, ya no me ilusionaré con cada cosa que digas o hagas, hoy te dejo ir, sé que nunca sentiste lo mismo que yo y sería injusto (para mi) mantener vivo este sentimiento que no me deja continuar y ser feliz.
Que difícil es sentir cosas por alguien, que no siente nada por ti.
Hoy te digo adiós, pero no, no es literal, tranquilo, no me alejaré de ti, no te dejaré sólo, porque sé que te quiero, y me gusta ayudarte, siento que...Sabes ya ni si quiera se lo que siento, o tal vez si, pero no creó que sea lo correcto seguir con esos sentimientos hacia ti.
Te digo adiós pero de mi corazón, ya no dejaré que sigas ocupando ese lugar que tantos anhelan pero tú menosprecias.
Algún día se irá esta tristeza que me provoca extrañarte, o al menos eso espero.
Te Quiero!!!
Me confunde tanto tu forma de ser conmigo. Me hablas, me ignoras, me dices algo con cariño y enseguida me hablas como si no nos conociéramos. Quizá te desespero, dejamos de hablar por días, luego que te dan ganas me hablas como si nada. Al final no sé quién está más confundido si tú o yo.
Sabes ... quiero escribirte, quiero volver a leer tus mensajes y sentirme emocionada al recibirlos. Quiero hacerlo ¡encerio!
Cuando por fin encuentro el valor de hacerlo miro el ultimo mensaje, ese el que Hasta ahora no respondes... Es ahí cuando me vuelvo a rendir y pensar ¿si era verdad que me querías?
Contigo aprendí a no esperar tanto de las personas!. ¿Por que me importa tanto importarte?
No te imaginas lo mucho que te voy a hechar de menos. Y lo difícil que sera alejarme de una persona con la cual creí que estaría mucho mas tiempo, irme del único lugar en donde realmente quería estar, pero no me dejaste, y no, yo no me fui, tu me dejaste ir.
Quizá por compromiso, por que sabes que debes decir un "Te echare de menos" pero no lo sentirás, al menos no ahora, por que me tuviste a tu lado y no supiste valorarlo (que estupidez, yo y estas frases ), no supiste que estaba para quererte, no supiste que estaba dispuesta ha hacer lo que fuera por ti.
Y lo peor de todo es que te sigo queriendo, y eso no esta mal o si?, por que lo seguiré haciendo, solo que ahora ya no te amo.
Después te arrepentirás (y te lo digo con seguridad, por que me ha pasado) pero ya no valdrá ese arrepentimiento después.
Un día no muy lejano me extrañaras, echarás de menos a esa persona que siempre estuvo ahí para ti, esa persona que cuando estabas solo no te abandono y que a pesar de que le rompieras el corazón todavía te ayudo, y ese día te darás cuenta de que perdiste a una de las mejores cosas que paso por tu vida, alguien que te quiso (un te quiere) con todo su ser: Yo.
Una vez me dijiste que no me querías perder, eso fue una mentira, por que si quieres algo, luchas por ello.
Recuerdas todas las veces que me dijiste que cambiarías, que cambiaríamos, que seria diferente, que arreglaríamos algunas cosas, y lo prometiste, yo confíe en ti, y no hay nada que duela mas que confiar en alguien que quieres y te decepcioné.
Sabes, a veces esperamos demasiado de otras personas, solo por qué nosotros estaríamos dispuestos a hacer mucho más por ellas.
Y es que perdiste a alguien haría todo por ti. Perdiste a quién te quería sin límite alguno, que te quería de una forma inmensa y real, sin ni un "pero" entre medio. A alguien que podía ayudarte siempre que necesitarás. A alguien que realmente le importabas. A alguien que estaba profundamente enamorada de ti, me perdiste...
No te perdí. Tu aquí fuiste el unico que salió perdiendo porque yo era lo mejor para ti (aunque suene arrogante), te quería mas de lo que te podrías imaginar y estaba dispuesta a luchar por nosotros sin importar las cirscuntancias. Yo te aceptaba como eras y amaba tus defectos. Yo estaba para ti siempre y no sabes el valor que tenía aquello. No te perdí. Tu me perdiste porque así lo decidiste.
Pero no sólo dependía de mí saber cómo estás o qué haces, también pudiste a ver sido tú quien por un momento lo haga. No cuesta, sólo no te existio ninguna importancia por saberlo.
En ocasiones lo considero enfermo, y en otras más me entiendo a mí misma, acepto que te amé más de lo que debía, quizá un poco más de lo que merecías. Pero, bueno, no puedo culparme por cosas que escapaban de mis manos.
Pudo ser el hecho de enamorarme del momento, o que parecía que por primera vez en mi vida alguien estaba genuinamente interesado en mí, sentía que te preocupabas por lo que me pasara. Eras ese tipo de chico por quien habría apostado todo lo que tenía, porque sé que cuando te conocí valías mucho más que la pena.
He llorado, sí, un millón de veces por todos los recuerdos, y por eso que no ocurrió también. Constantemente me hago la misma pregunta en la cabeza: ¿Qué pasó? Cariño, no encuentro respuesta. Y sea lo que sea, me duele haber sido tan estúpida como para no darme cuenta. Lo lamento tanto, de verdad.
Nosotros debimos permanecer juntos. Yo debí buscarte menos, provocarte más. Debí no amarte tanto, no hacerte sentir necesaria, así tal vez te hubieras quedado. Debí conocerte más antes de enamorarme, debí enamorarte más antes de quererte tanto. Debí y debiste, debimos tanto.
Yo quería estar contigo, pero tu no me dejaste.
Te extraño hoy y siempre... (2:58 a.m.)
AHORA UNA PEQUEÑA HISTORIA:
Hace como una semana, exactamente el 1ro de Diciembre, mi papá me había preguntado sobre nosotros, solo fue una pregunta curiosa que el tenia. Le conté un poco lo que estaba pasando, o mas bien, lo que no pasaba, por que de verdad le quería contar a alguien y mi papá es muy bueno escuchando y dando sus mini consejos sabios :'3.
Entonces el me dijo eso:
«No le ruegues, no le insistas no lo busques, si no demuestra interés es porque no le importas lo suficiente. Cuando el corazón ama de verdad, desahoga lo que siente hasta por los poros. Si no lo hace, es porque no le nace, no lo vive, no lo siente, simplemente no te quiere lo suficiente, pero no te desgastes por un chico que no te valora lo suficiente, ya vendrán mejores amores, el quizá no fue lo que esperabas pero trataste de que funcionara, si el no puso su granito de arena para que se equilibrara su relación, entonces no valía la pena, no valen la pena las lágrimas que ahora estas derramando por el. Por que en una relación se debe hacer el 100 para que todo este bien, que ambos pongan el 50/50 y no solamente tu poner ese "100".»
Y ahí fue donde entendí todo, nunca imagine que mi papá me terminaría viendo llorar por un chico, y mira, eso fue lo que paso.
2 notes · View notes
Text
Tumblr media
. JESÚS DE NAZARET (3)
Luego hubo otra visita: una mujer alta y hermosa, acompañada por un niño apenas mayor que Jesús. Una inmensa alegría invade el corazón de este último cuando lo ve. ¿Qué fue lo que le atrajo tan fuertemente al pequeño Juan?
Sin hacer una sola pregunta, corrió hacia él y lo abrazó en sus brazos. Sintió que la misma ardiente alegría estaba despertando en Juan. Fueron al jardín, lejos de los adultos. Eran autosuficientes. Lo que vivió en el alma de uno también llenó el del otro. ¡Estas fueron horas benditas!
Elizabeth se despidió demasiado pronto y se llevó a Juan con ella, aunque a los dos niños les hubiera gustado estar juntos.
Durante días, Jesús habló de nada más que de Juan. Le rogó a su madre que regresara pronto y se la llevara. Ella le prometió. Ella también había notado que Jesús, quien nunca reclamó un compañero de juegos, había encontrado allí un hijo de la misma naturaleza que el suyo.
Mientras Santiago aún era muy joven, Jesús se sintió feliz de tener a su hermano solo para él. Pero cuanto más pequeño crecía el niño, más se hacía obvio que él no era diferente de otros niños. Él estaba buscando la compañía local de niños mientras estaba aburrido con Jesús.
Afortunadamente, muchos hermanos y hermanas llegaron, por lo que siempre había algo para admirar, mimar y amar. Pero tan pronto como los pequeños empezaron a independizarse, se alejaron de Jesús y se acercaron a Santiago, en donde reconocieron a un hermano con el que estaban en afinidad. Jesús se había acostumbrado a eso y no sentía pena por ello.
Pero por el momento, Jesús y Santiago todavía estaban solos. Le trajo a su hermano pequeño todo lo que pensó que podía complacerlo. Sin embargo, algo para comer encantó a la pequeña más que una hermosa flor con un delicado perfume.
José había confiado el burro a su hijo mayor, como le había gustado nombrar a Jesús desde el nacimiento de Santiago. Sabía que le estaba dando una gran alegría a ella, porque Jesús todavía estaba unido al "egipcio", y el pequeño burro le devolvió la espalda. Si hubiera una comisión en el vecindario, Jesús podría montar en el egipcio. Estos fueron días particularmente felices, que el burro parecía disfrutar también.
Tan pronto como Santiago comenzó a caminar asombrosamente sobre sus robustas patitas, Jesús quiso ponerlo en el burro. Pero Santiago estaba asustado, y aún más tarde no podía ser persuadido para que montara en el egipcio, que seguía siendo la propiedad indiscutible del mayor.
El rabino Mehu vino de vez en cuando para recibir noticias del niño. Cada vez, la orgullosa madre no dejó de traer a Santiago, y luego también a la pequeña Miriam, no entendió que el sabio rabino no sentía la misma alegría con estos hermosos hijos que con Jesús. Cuando el niño tenía cinco años, Mehu tuvo una entrevista seria con José.
"Maestro, ¿cuáles son sus intenciones para este niño?", Preguntó el sacerdote.
"Creo que él será un carpintero y que tomará el estudio detrás de mí". Soy viejo y no podré mantenerme por mucho tiempo. Dependerá de Jesús cuidarlo y él lo hará voluntariamente ", agregó. Mehu frunció el ceño.
"Carpintero! Un niño con regalos similares! José, no hablas en serio! ¿No ves que Jesús es totalmente diferente de todos los niños de su edad? "
" Y según tú, Rabí, ¿qué debe hacer? ", Replicó José.
"Debería estudiar para convertirse en sacerdote del Altísimo. ¡José, piensa lo que significa ser un sacerdote de Dios! "
" Es precisamente porque a menudo he pensado que me gustaría dar mi consentimiento. Jesús tiene sus propias ideas acerca de Dios, lo que podría ponerlo en desacuerdo con lo que se enseña en el templo. Quiero evitar eso. Por otro lado, tampoco me gustaría quitarle sus ideas, porque son grandes ".
"Pero José, cuando se le dé la oportunidad de aprender lo que se enseña en el templo, tal vez abandone esas ideas que les parecen tan altas. Todavía es demasiado joven para que podamos decidir si realmente queremos que sea un sacerdote de Dios. Solo deseo que me permitas darle instrucciones; si luego se convierte en carpintero, el conocimiento que ha adquirido no podrá hacerle daño, y si decide convertirse en un erudito, es bueno que comencemos temprano ".
Mehu había hablado cálidamente. El hijo del carpintero estaba particularmente cerca de su corazón. Continuó: "José, ¿puedes contarme alguna de las grandes ideas que surgen en la cabecita de tu hijo?"
A pesar del tono irónico de estas palabras, José sintió el gran interés del rabino; Por eso accedió a contestar. Nunca había tenido la palabra fácil, pero ahora le resultaba doblemente difícil hablar. Él comenzó vacilante: "Recientemente dijimos que somos hijos de Dios, entonces Jesús dijo:
" Padre, ¿realmente crees que somos hijos de Dios? ¡Somos sus criaturas! Él nos creó. Recientemente, tuviste una estatua de madera hecha en el estudio. ¿Se ha convertido ella en tu hijo de todos modos? "
" ¿Cómo puede este niño tener tales pensamientos? ", Preguntó Mehu casi impetuosamente. "¿Quién lo influye?"
"Nadie, rabino. Está tan retirado que no habla de estas cosas, excepto conmigo. Estoy encantado de que lo haga, porque me obliga a reflexionar largamente sobre el profundo significado de sus palabras sinceras. "
Rabí Mehu replicó pensativamente. Obviamente, José tenía razón al decir que el espíritu de este niño no encajaba bien con la enseñanza en el templo, pero precisamente por eso no quería renunciar a la enseñanza.
Así, a la edad de cinco años, Jesús entró en la escuela del rabino, que pronto se dio cuenta de que tenía que instruirlo por separado. El niño entendió con una velocidad asombrosa siempre que Mehu hablara muy simplemente acerca de Dios y lo divino. Pero tan pronto como agregó interpretaciones a los hechos o historias, algo en Jesús se opuso a él. Su rostro luego perdió su expresión radiante para volverse pensativo y, a menudo, doloroso.
Mehu se dio cuenta de esto muy rápidamente, y cada vez que el resplandor que tanto amaba desaparecía, se preguntaba: "¿Qué más dije?" Descubrió que seguían siendo las interpretaciones de los médicos de la ley. ¿Quiénes fueron la causa de este cambio en el niño? ¿Eran demasiado altos para su espíritu juvenil? Este podría haber sido el caso de cualquier otro niño, pero tan pronto como fue el conocimiento de Dios, Jesús comprendió sin ninguna dificultad lo que era más difícil. Así que debe haber habido otra razón. Mehu, que estaba envejeciendo, pensó y pensó, sin encontrar una solución satisfactoria. Un día, cuando el niño estaba sentado frente a él, su rostro profundamente marcado por el dolor, le preguntó: "Dime, Jesús, ¿qué digo que te duele?"
Jesús lo miró y le contestó francamente: "No todo, rabino. Dice muchas cosas hermosas y verdaderas, pero lo que acaba de decir no es exacto. "
El rabino no habría aceptado tal acusación de nadie, pero la boca infantil había pronunciado estas palabras tan naturalmente que Quería tener un corazón claro.
"Hijo mio, dime qué te parece mal". "
Dijiste que Dios todavía se revela a los doctores de la ley hoy, porque solo ellos pueden entenderlo. ¡Serían favorecidos entre todos los humanos! Rabino, ¿realmente crees que Dios hace tales diferencias? ¿No es él justicia?
"¿Qué tiene esto que ver con la justicia?", Preguntó el rabino en plena sorpresa. Los maestros de la ley, que dedican toda su vida a la lectura de las Sagradas Escrituras, deben ser favorecidos como compensación. "
" Y los que actúan a lo largo de sus vidas de acuerdo con los Mandamientos de Dios, como mi padre José, ¿no es así? ¿No es mejor que lo aprendido? "
" No entiendes estas cosas, hijo mio. Todavía eres demasiado joven ".
Por lo tanto, el rabino interrumpió cualquier discusión, pero estas palabras permanecieron vivas en su alma.
Jesús guardó silencio y volvió a sus difíciles ejercicios de escritura.
En otra ocasión, Mehu habló del esperado Mesías.
"Vendrá en todo el esplendor y en todo el esplendor del cielo. Los ángeles y los hombres le servirán. ¡La alegría y el júbilo estarán en la Tierra, porque Él aflojará todos los lazos, hará que todos los seres humanos sean libres y felices! "
Méhu habló con gran emoción porque era uno de los Judios por quienes Él vendría era el único apoyo y la única esperanza. El niño escuchó atentamente, con las manos juntas.
"¿Todos, rabino?", Preguntó pensativo. "¿Los pecadores también?"
"No habrá más pecadores en este momento. Todos ellos serán convertidos al Señor. Pero los gentiles de otros pueblos que no creen en Dios serán condenados por la eternidad. ¡Se quemarán en el fuego porque no reconocieron a Dios!
La voz tranquila del niño se escuchó de nuevo: "¿Pero si nadie les ha hablado de Dios?"
El rabino nunca había sido interrogado de esta manera. ¿Qué debe responder? ¿Hubo personas que nunca antes habían oído hablar de Dios? ¡Por supuesto que había! "
" Mi hijo, me estás haciendo preguntas que no puedo responder. El Mesías decidirá. "
" Yo también lo creo ", dijo Jesús satisfecho.
La instrucción de Jesús, que duró una hora o dos, comenzó en la mañana tan pronto como el rabino terminó su servicio en el templo; después de lo cual, el niño corrió a la casa donde le aguardaban todo tipo de tareas. Muy temprano, él ya había tratado con el egipcio; Él nunca lo olvidó. Además, no había necesidad de recordarle de qué había sido acusado, y si hacía un trabajo de mala gana, no se notaba. Parecía feliz en su pequeño negocio, acurrucaba a sus hermanos y hermanas, y siempre encontraba tiempo para deslizarse en el estudio para ver a su padre.
"¿Cuándo tendré la edad suficiente para trabajar con usted como compañero, padre?", Preguntó un día con especial insistencia.
José reflexionó con la ponderación que le correspondía. No quería prometer nada que no pudiera cumplir después.
"Creo que llegará el momento en que tengas doce años", prometió.
Jesús miró sus dedos. Doce! ¡Eran imposible de encontrar! "¡Que sean a los diez, padre!", Le suplicó. José sonrió
"Digamos, si a los diez todavía quieres tanto como hoy, lo intentaré, Jesús".
Todos felices, el niño le dio las gracias. Lo que más le gustaba era estar con el padre. Sin embargo, también le dio a su madre todo tipo de pequeños servicios en el hogar y en el jardín. Era incansable, especialmente para cuidar las flores y cosechar los frutos. También estaba muy feliz de ir al establo donde tenía que cuidar a muchos animales. Pero a su madre no le gustaba que ayudara a los criados. ¿No era el hijo del maestro?
¿O tal vez todavía pensó en su padre, tan noble y tan caballeroso? Físicamente, Jesús se parecía cada vez más a él. Su mantenimiento fue indiscutiblemente el de un romano del linaje más noble. A diferencia de los niños judíos, llevaba la cabeza en alto y saludaba más con palabras que exagerando su cuerpo, que tenía que aprender a hacer como ellos.
Los años que siguieron fueron tranquilos. Mehu estaba sufriendo y muchas veces tuvo que suspender su enseñanza. En esas semanas, Jesús, que ahora podía leer con fluidez, estaba aprendiendo pasajes enteros de los profetas o salmos. Le complació más que escuchar a Mehu tratar de explicarle las objeciones de los doctores de la ley.
Había pasado mucho tiempo desde que el rabino podía hacerse cargo del servicio del templo. Un abogado, joven y muy inteligente, había venido de Jerusalén para reemplazarlo. Naturalmente, también se encargó de instruir a los pocos niños que asistían a la escuela del templo. Era inevitable, por lo tanto, que preguntara por qué uno de ellos recibió una instrucción particular.
"Encuentro placer en ello", dijo Mehu evasivamente. "Este chico es más joven que los demás y su naturaleza es muy diferente a la de ellos. Incluso ahora, me gustaría retenerlo y reanudar su entrenamiento tan pronto como sea posible. "
" Esto va contra las reglas, Mehu, lo sabes ", espetó el joven zelista. "Me veré a mí mismo con este joven Jesús que cree que es mejor que sus compañeros".
A Jesús se le ordenó venir a la escuela al día siguiente con los otros niños. No se preguntó ni por un momento si debía obedecer esta orden o no.
¡Pero qué raqueta reinaba en la habitación pequeña, estrecha y maloliente! Fue recibido con exclamaciones. "¡Mira, aquí está el soñador! Lloró cuando entró.
Rabí Jehú se aprovechó de esta investigación para preguntar quién había sido llamado antes. Los chicos sonrieron estúpidamente, nadie lo sabía. Pero Jesús dio una respuesta clara y segura y habló de José y sus hermanos de manera tan cautivadora que Jehú pronto se dio cuenta de que estaba tratando con una mente excepcional.
Después de la lección, mantuvo al niño para que continuara interrogándolo, y el resultado fue que también instruyó a Jesús aparte. Esperaba muchas de estas horas.
Jesús había sido aplicado con Mehu, aunque había visitado su casa sin experimentar ningún gozo en particular, pero las horas que pasó con Jehu se convirtieron en una tarea para él. Tuvo cuidado de no cuestionar al maestro sobre lo que no entendía, porque sus respuestas eran aún más incomprensibles; además, se lo dieron en un tono tan severo que el niño se calló.
El maestro no se dio cuenta de que la cara de su alumno cambió su expresión. Estaba absorto en toda la sabiduría de los doctores de la ley y se esforzaba por darle al niño una impresión duradera de su sagacidad.
Un día, Jesús volvió a casa de la escuela y dijo: "Padre, ¿debo seguir asistiendo a las clases? Puedo leer, escribir y contar, y los otros niños no aprenden más ".
" Pero deben aprender más que ellos, mi Jesús ", dijo José amablemente. "El rabino Mehu quiere convertirte en un doctor de la ley. ¡Piensa un poco, nuestro pequeño Jesús se convertirá en un doctor de la ley! "Pero la alegría que esperaba leer en el rostro del niño de siete años no se mostró. Jesús miró a su padre con miedo.
"¡Yo, un doctor de la ley! Un hipócrita! Un mentiroso ! ¡Padre, no puedes exigirme eso de mí! "La ansiedad vibraba en la voz del niño, y José se sintió conmovido hasta el fondo de su corazón.
"No, hijo mío, si te asusta, no serás un doctor de la ley. Estaba lejos de pensar que tenías una opinión tan mala de los que se inmiscuyen en nosotros ".
Jesús no respondió. Con la cabeza agachada, estaba allí delante de su padre, que nunca lo había visto así antes, y quien, para alentarlo, le preguntó:
"Dime, Jesús, ¿qué te gustaría ser?" casi inconscientemente, el niño respondió: "Alguien que ayuda".
"¿Qué quiere decir con" alguien que ayuda? " Explícame eso más claramente ".
"Me gustaría ayudar a todos los seres humanos, a todos aquellos que cometen pecados y no lo saben, a todos los que nunca han oído hablar de Dios. Oh! el rabino dice que debido a esto, tendrán que arder en fuego eterno. ¡No es su culpa, sin embargo, si nadie les ha dicho acerca de Dios! "
Por lo general, tan alegre y ecuánime, el niño se había puesto en marcha estas palabras casi con pasión. ¡Cómo debe haber penetrado profundamente la angustia en su alma! José se reprochó a sí mismo por no haber hablado con él antes de estas preguntas.
"Ven, Jesús, vamos a caminar. En el camino, podremos hablar sobre todo lo que nos afecta, a usted y a mí ", dice simplemente.
El niño suspiró aliviado. Ahora todo iba a funcionar. Cuando el padre supo que la sabiduría de los doctores de la ley a menudo era falsa, él abandonaría todos sus proyectos por sí mismo.
Caminaron juntos a través de los campos y, como resultado de la decisión que tomaron, Jesús conoció a su primer enemigo feroz.
Hacia la tarde, José fue a Jehú. "Rabí, tengo que hablar con usted".
Con palabras sencillas, José explicó que, gracias a la bondad de los sacerdotes, Jesús había aprendido todo lo que un niño de su edad podía entender. Aprender más sería demasiado por el momento y sobrecargaría su espíritu joven.
Seguirá…..
http://andrio.pagesperso-orange.fr
       "La  traducción del idioma francés al español puede restar fuerza y luz
        a las palabras en idioma alemán original ...pido disculpas por ello"
https://mensaje-del-grial.org
1 note · View note
wingzemonx · 3 years
Text
Resplandor entre Tinieblas - Capítulo 94. Rosemary Reilly
Tumblr media
Resplandor entre Tinieblas
Por WingzemonX
Capítulo 94. Rosemary Reilly
Era temprano en la mañana cuando los ojos de Ann Thorn se abrieron al fin, y se encontraron casi de frente con la poca luz que entraba por la ventana de la elegante y amplia suite. En un inicio, la vista matutina de la ciudad le resultó ajena, y su mente aún adormilada divagó entre los diferentes escenarios en los que había estado en tan sólo unos cuantos días de diferencia: Chicago, Los Ángeles, Washington, Zúrich, Londres, y por último…
«Atenas, por supuesto» se dijo a sí misma con una sutil sonrisa adornando su rostro. Estiró entonces su cuerpo por debajo de las suaves sábanas de la cama, obteniendo bastante deleite del delicado roce de éstas contra su cuerpo desnudo.
—Buenos días —escuchó pronunciar con suavidad a sus espaldas, y un instante después le siguió un repentino beso en su mejilla, y otro más en su cuello. Más que la sensación de los labios contra su piel, lo que hizo que la sonrisa de Ann se ensanchara más fueron las cosquillas que aquella barba anaranjada le provocó—. Parece que alguien descansó bien.
—Mejor que en mucho tiempo —respondió la mujer con bastante seguridad. Se viró entonces para recostarse sobre su espalda y poder apreciar de frente al hermoso hombre de barba y cabello largo que estaba a su lado, y que él pudiera verla a ella con esos hermosos ojos avellana—. ¿Llevas mucho rato despierto?
—Un rato —respondió Andrew (Adrián) Woodhouse, mientras la admiraba fijamente, y se atrevía además a recorrer delicadamente su cuello, hombros y torso con el dedo anular de su mano izquierda; ese delicado roce le provocó más agradables cosquillas a su acompañante. Él también estaba desnudo, por supuesto, apenas cubriéndose de la cintura a las rodillas con la misma sábana que ella.
—¿Qué hora es? —Preguntó Ann de pronto, extendiendo su mano hacia el buró a su lado para alcanzar su teléfono. Sus dedos apenas y rozaron la orilla del aparato, cuando Adrián la tomó repentinamente en sus brazos, se pegó a ella por completo por detrás, y comenzó sin remordimiento alguno a recorrer sus labios por su oído, nunca y hombros.
—Casi hora de volver al mundo real —murmuró el músico entre beso y beso—, así que hay que aprovechar lo que nos queda de estas pequeñas vacaciones.
Adrián se permitió entonces comenzar a recorrer sus manos ansiosas debajo de las sábanas por el cuerpo de Ann. Ella se rió por esos repentinos contactos, pero no pudo evitar igualmente suspirar complacida; él siempre había sabido exactamente como tocarla.
—¿Podríamos al menos primero pedir el desayuno? —Propuso Ann, apenas logrando ser oída, pero de todas formas Adrián no parecía muy interesado en dicha sugerencia.
—Yo ya estoy en eso —indicó con cierta malicia, haciendo que ella se recostara boca arriba, para que así él se colocara encima. Dirigió de inmediato su boca a la suya, besándola no con gentileza, sino con bastante voracidad y apetito.
Anna lo recibió por completo, rodeando su cuello con sus brazos y acercándolo. Él recostó casi por completo su cálido cuerpo contra ella, y Ann logró percibir la ansiedad que lo envolvía en esos momentos, rozando su muslo.
—Espera un segundo —musitó la Thorn, apartando su rostro para que dejara de besarla, y volvió entonces a extender su mano al buró.
—¿Enserio? —Masculló Adrián casi dolido, mientras recorría sus labios su oreja y cuello—. El mundo no se acabará si no ves tu teléfono por un rato más.
—Sólo será un segundo —respondió Ann entre risillas debido a las cosquillas que sus besos le provocaban. Sus dedos entonces alcanzaron su teléfono, y lo colocó de tal forma que pudiera ver la pantalla desde su inconveniente posición—. Sólo quiero verificar que...
Su explicación fue silenciada al ver que tenía una notificación de cuatro mensajes nuevos, y al revisar el destinatario los cuatro eran de una misma persona: Verónica Selvaggio.
Sin ser demasiado brusca, Ann apartó un poco a Adrián de ella y se inclinó a un costado de la cama para poder ver más de cerca su teléfono. Abrió la conversación con su hija, y los cuatro mensajes que le había enviado, hace ya algunas horas posiblemente cuanto todavía dormían, le terminó por quitar el entusiasmo que aún pudiera quedarle con respecto a lo que estaban haciendo sólo un segundo atrás.
Los mensajes decían:
Damien dice que quiere salir a una fiesta con las tres niñas.
No puedo detenerlo.
¿Qué debo hacer? Si alguien lo ve con ellas y las reconocen, sería terrible.
Háblame en cuanto puedas, por favor.
Una parte de Ann esperaría sentirse preocupada, o incluso molesta, por ese pedazo de información que le acababan de compartir. Pero en su lugar, aquello le resultaba más que nada… interesante.
«¿Las llevaste a una fiesta, Damien?, ¿enserio?» pensó mientras leía por segunda vez los cuatro mensajes. Aquello casi rozaba en una rabieta para querer llamar la atención.
—¿Qué ocurre? —Escuchó que Adrián pronunciaba justo a un costado de su cabeza, asomándose sutilmente sobre su hombro. Por mero reflejo Ann apagó la pantalla para que no viera directamente los mensajes.
—Nada que no me esperara, desgraciadamente —murmuró con pesadez, y entonces se retiró por completo la sabana de encima y se paró de la cama—. Parece que tenías razón con respecto a tener que volver al mundo real.
Caminó unos pasos hacia un costado de la habitación, recogiendo en el trayecto del suelo una bata de baño color lila que usó para cubrirse lo más posible su cuerpo, y luego se alejó más hasta pararse frente a la ventana. Adrián sólo la observó en silencio desde la cama. No era que no quisiera que él se enterara de lo sucedido, sino que ella quería saber primero un poco más; especialmente porque los mensajes habían sido de hace horas y no había habido una actualización desde entonces.
Marcó sin espera al número de Verónica. En Los Ángeles debía ser quizás media noche, así que era probable que aún la encontrara despierta. Tardó un poco en responder, pero al final escuchó claramente su voz pronunciar al otro lado de la línea:
—¿Hola?
—Acabo de ver tus mensajes —le comentó sin espera—. ¿Qué pasó?
Escuchó como su hija soltaba un pesado suspiro, antes de responderle con la franqueza necesaria.
—Dentro de lo que cabe, nada tan grave. Hubo un incidente entre Damien y un chico, pero no pasó a mayores.
—¿Qué tipo de incidente?
—Él… —Verónica vaciló unos momentos, y Ann percibió algo de incomodidad en sus escuetos balbuceos. Fuera lo que fuera que le había causado tal reacción, la joven al parecer decidió proseguir por otro camino—. Damien casi lo lanza por la terraza, enfrente de todos los presentes. Pero al final no lo hizo.
Quizás esperaba que esa última aclaración hiciera todo más digerible. Y en parte lo hacía, pero no demasiado.
—¿Alguien lo grabó? —Musitó Ann con la mayor calma que le fue posible.
—No lo sé. Pero era una fiesta llena de chicos bastante ebrios, así que es muy probable.
—¿Y las niñas? ¿Hicieron alguna otra cosa de la que debamos ocuparnos?
—No, en realidad las tres se comportaron; hasta donde les era posible, supongo. Lily puso incómodos a algunos chicos, y Esther estuvo bebiendo y fumando por toda la casa.
—¿Y la otra?
Verónica guardó silencio unos instantes; un silencio que inquietó un poco a Ann.
—Samara… creo que ella usó sus poderes para detener a Damien de arrojar al otro chico —explicó con voz baja, como si temiera ser escuchado por algún oído curioso—. Pero no creo que alguien más se haya dado cuenta. No creo tampoco que alguien las haya reconocido, pero el rumor de que Damien estuvo en esa fiesta con tres niñas no tardará mucho en esparcirse.
Por supuesto que no, y menos en esa época y lo rápido que se daban las noticias por las dichosas redes sociales.
Con respecto al incidente con ese otro chico, tendrían que ver la forma de mitigarlo todo, y hacerlo ver como una simple noche de jóvenes que se salió un poco de control. No podrían evitar que la reputación hasta ese momento intachable de Damien se viera afectada, pero no era nada que no pudieran manejar si se lo proponían. Si habían logrado sortear el incidente de Richard y Museo Thorn de forma efectiva, una pequeña discusión de jóvenes no sería la gran cosa.
Por otro lado, el asunto de las tres niñas llamaría demasiado más la atención, y haría que se hicieran más preguntas de lo que cualquiera querría. Eso habría que resolverlo de otra forma, pero no podrían hacerlo mientras se siguiera paseando por Los Ángeles sin rumbo, haciendo más cosas como esa. Era urgente que todo volviera a la normalidad…
—Tienen que volver a Chicago lo antes posible, con todo y esas niñas si no hay de otra —indicó Ann como absoluta resolución. Y Verónica, por supuesto, estaba de acuerdo.
—He intentado convencerlo de eso desde que llegué aquí, pero Damien no escucha razones.
—Me escuchará, quiera o no. Yo ya voy de regreso; estaré allá en unas horas. Mantenme informada y cuida que nada se salga de control hasta que vuelva, ¿quieres?
—Lo intentaré… —murmuró Verónica con bastante pesar. Al parecer se disponía a colgar justo después, pero rápidamente se acordó de una última cosa que deseaba comentarle primero—: Dijo algo de que mañana vendrían dos personas a verlo, pero que no eran de la Hermandad. ¿Sabes de quién habla?
¿Dos personas? Aparte de esas tres niñas, sólo se le venían a la mente ese hombre y esa mujer que tenía trabajando con él; bajo amenaza, según tenía entendido. Que los hiciera llamar justo en ese momento no era tampoco buena señal.
—Me doy una idea —respondió Ann sin intención de dar más detalles—. Te aviso en cuanto aterrice allá.
Ambas colgaron un instante después. Ann se tomó sólo un par de segundos para acomodar sus pensamientos, respirar hondo, y entonces se viró lentamente hacia la cama. Adrián la observaba atento desde ésta, con la sábana blanca apenas cubriéndole lo necesario.
—Damien sigue causando problemas, ¿eh? —Comentó el Apóstol de la Bestia con humor. Ann no estaba segura de qué tanto había podido concluir en base a lo poco que escuchó, pero supuso que al menos se daba una idea.
—Por decirlo menos —respondió ella, intentando parecer calmada—. Debo volver e intentar convencerlo de regresar a Chicago, antes de que arruine lo poco de reputación que le quede.
—Yo te acompaño —indicó Adrián abruptamente, tomándola por sorpresa—. John me puso al tanto de lo que Damien ha estado haciendo, y sobre estas tres niñas. Iré contigo a hablar con él.
—Eso es muy noble de tu parte. Pero, si te soy sincera, no creo que te haga más caso a ti que a mí o a Lyons.
Adrián sonrió con pícara, extendiendo su mano hacia ella, invitándole a acercarse. Ann aceptó tal ofrecimiento sin mucha vacilación, recorriendo sus pies desnudos por la suave alfombra del cuarto, hasta estar lo suficientemente cerca como para colocar su mano sobre la suya. Adrián la jaló delicadamente hacia él, y ella sin necesidad de mayor indicación subió sus piernas a la cama, sentándose sobre él. Su delgada bata terminó inevitablemente abriéndose un poco por la posición.
—Puedo ser bastante persuasivo cuando quiero, ¿sabes? —Susurró Adrián con complicidad en su voz, teniendo ambos sus rostros frente a frente—. Incluso con el Anticristo.
—Puedo imaginarme eso —contestó Ann de la misma forma, al tiempo que rodeaba su cuello con sus brazos y se pegaba aún más a su torso desnudo—. ¿Qué pasará ahora?
—Volveremos a casa a encargarnos de este embrollo, obviamente.
—Me refiero a ti y a mí…
Adrián la miró en silencio unos momentos, sin borrar esa galante sonrisa de sus labios.
—Sabes muy bien cuál es nuestra situación —musitó despacio. Sus manos comenzaron a recorrer su espalda por encima de la tela de la bata—. No somos la clase de pareja que puede andar por la calle tomados de la mano, adoptar un cachorrito, y elegir qué pastel queremos para la boda. Nuestro compromiso es con una causa mucho más grande que esa.
—Estoy consciente de ello —respondió Ann rápidamente sin titubear—, y no te pediría algo que no me puedas dar; nunca lo he hecho. Pero espero que a partir de ahora me tengas siempre en cuenta, y me veas como lo que soy: tu más leal sierva, mi señor.
—¿Tú eres mi más leal sierva? —Repitió Adrián, notándose una marcada ironía en su tono.
—¿Tienes a alguien más que daría absolutamente todo su ser por ti?
—No —contestó el Apóstol con sobriedad, y luego añadió mirándola fijamente a los ojos—: Pero contéstame algo. Si esta situación evolucionara a que tuvieras que decidir entre mi bando y el de Damien… ¿Qué elegirías?
La inquietud se volvió notable en el rostro de Ann, tanto así que su casi inmutable sonrisa se desdibujó ligeramente. Fue obvio para Adrián que no esperaba que le hicieran tal cuestionamiento: tener que elegir entre sus dos más grandes amores. Aquello, sin embargo, sólo duró lo que suele durar un pensamiento fugaz y poco importante. Justo después, su sonrisa volvió, la seguridad que se reflejaba en sus ojos también, y entonces se inclinó hacia el frente, atrayéndolo hacia ella con sus brazos para besarlo directo en sus labios. No lo hacía principalmente con pasión y deseo como había sido anoche, sino con una suavidad y ternura casi impropia de ella, pero que de cierta forma cautivó a su receptor.
—Yo siempre he estado en tu bando, Adrián —respondió Ann despacio tras aquel beso—; y siempre lo estaré… a pesar de todo. Pero confío en que arreglarás este asunto para que no lleguemos a eso.
—Por supuesto —respondió el hombre de barba con una sonrisa confiada—. Yo siempre lo soluciono todo, ¿lo sabes…?
* * * *
Una tarde de primavera, más de cuarenta años antes de aquel momento en esa habitación de hotel en Atenas, el joven Andrew Woodhouse de diez años paseaba por su cuenta por el amplio departamento que compartía con su madre, en el histórico edificio Bramford en Manhattan. Era el lugar justo en el que había nacido y vivido durante esa primera década, y que era de cierta forma como su pequeño reino personal en el que podía ir y venir a su antojo. Sin embargo, de las rejas de la entrada principal en adelante, las cosas eran un tanto distintas.
El niño delgado de cabellos anaranjados cortos y piel sonrosada, avanzaba tranquilo por las diferentes habitaciones del lugar, mientras con su mano derecha hacía bajar el brillante yoyo rojo por su cuerda, sólo para hacerlo subir de regreso a su mano con el movimiento adecuado de su muñeca. Llevaba apenas un par de semanas con él y aún no era capaz de hacer mucho más que eso. Le había pedido a su madre cada día que le comprara un libro de trucos, pero hasta el momento no le había sido posible darse el tiempo de pasar a la librería luego de su trabajo; o al menos eso decía ella, pero no tenía motivo para suponer que no le dijera la verdad.
El departamento se sentía inusualmente vacío y silencioso, salvo por sus pisadas contra el entablado del piso. Normalmente siempre había alguien ahí con él mientras su madre trabajaba, o en su defecto él se encontraría en el departamento de alguno de sus varios cuidadores; especialmente en el de a lado, habitado por los Castevet, sus padrinos y maestros. Pero ese día todos parecían estar bastante ocupados con otra cosa; incluso la mujer que lo había estado cuidando durante la mañana, se había tenido que ir hace cerca de una hora sin dar mayor explicación más allá de: «Tengo algo muy importante que hacer con Minnie y Roman. Pórtate bien Adrián, ¿sí? No le abras la puerta a nadie». El niño sólo se limitó a asentir como respuesta.
“Adrián” era como los Castevet y todos los demás en el edificio lo llamaban, a pesar de que su madre insistía en que su nombre era Adrew. No le agradaba, o más bien no entendía el porqué de esa paridad. Prefería en todo caso que todos le llamaran Andy; parecía funcionarle bien a todos hacerlo de esa forma, y nadie se molestaba.
Su recorrido con yoyo en mano lo llevó a la sala, y a una de las grandes ventanas verticales de la fachada del edificio. Andy solía pasar delante de ellas seguido, pero casi nunca se asomaba por ellas, principalmente porque no lo tenía permitido. Pero en aquel momento algo jaló su mirada hacia esa dirección, casi como si una mano lo hubiera tomado del mentón y lo hubiera hecho girar el rostro hacia ahí en contra de su voluntad. Fue una sensación extraña, aunque por algún motivo no del todo desconocida.
Andy enrolló su yoyo, lo dejó sobre la mesita de centro de la sala, y se aproximó cauteloso a la ventana. Éstas se abrían hacia adentro como dos pequeñas puertecitas, con un pasador de seguridad que hacía ya tiempo que había logrado alcanzar, pero su madre y el resto parecían no haberse percatado de ello. Al abrirlas, una fría brisa acarició su rostro, y un fresco aroma a hierba húmeda le entró por la nariz. Sacó su cabeza por la ventana, algo que se suponía no debía hacer, y volteó a ver hacia abajo, a la acera delante del Bramford. Un auto brillante y alargado de color negro estaba estacionado justo ahí, y el nuevo portero (un hombre alto y con algunas canas llamado Charlie) estaba abriendo la puerta trasera para que sus pasajeros bajaran, mientras otro hombre de boina y traje negro (¿el conductor?) abría la cajuela para bajar el equipaje.
Aún a pesar de la altura, los privilegiados ojos de Andy le permitieron ver a las dos personas que bajaron. La primera fue una mujer de piel oscura, rostro redondo y cabello negro muy corto y algo rizado, vestida con un traje verde de falda entubada y tacones altos que pisaban firmemente el concreto debajo de ellos. Cargaba en su costado un maletín de piel café, y caminó hacia la entrada del edificio sin voltear a ver siquiera a Charlie, ni darle las gracias por su cortesía.
La segunda era también una mujer, pero era muy diferente a la primera. Al inicio Andy no la vio bien, pues usaba un amplio sombrero blanco, quizás uno de los sombreros más grandes que Andy había visto, con plumas lilas y que la cubría casi por completo desde el ángulo en que la miraba. Le pareció casi increíble que hubiera podido salir del vehículo tan fácilmente, sin que el sombrero le estorbara o se le cayera. Ella sí reparó en Charlie, e incluso le extendió la mano, cubierta con un guante largo lila como las plumas de su sombrero. El portero la tomó con gentileza, pero no la estrechó como Andy esperaba sino que inclinó su cabeza hacia la mano y la beso; aquello a Andy le pareció curioso.
La mujer también usaba tacones altos, y no tardó mucho en caminar hacia la entrada detrás de la primera. Sin embargo, a media acera se detuvo, se quedó quieta en ese punto por varios segundos, y entonces lentamente alzó su mirada hacia arriba, y el sombrero no la siguió escondiendo más. Su rostro, afilado y pálido, con rizos cayendo sobre él, quedó a la vista del joven Andy. Y sus ojos, de un azul claro, lo miraron a él, algo que se suponía debía intentar evitar lo más posible. Pero aun siendo consciente de eso, no fue capaz de apartar su mirada, o retroceder para ocultarse. En su lugar permaneció ahí de pie, observando a aquella mujer con una fascinación que le resultaba un tanto ajena.
Y entonces pudo ver como ella le sonreía, ampliamente y con emoción… Y aquello inquietó al muchacho, pero al mismo tiempo le reveló bastante más de lo que hubiera esperado.
El sonido de la puerta del departamento abriéndose fue lo único que logró hacer que Andy reaccionara, y apartara la concentración de la mujer, más no su mirada.
—Andy —escuchó la voz de su madre pronunciar desde el pequeño vestíbulo—. ¿Dónde estás, cariño?
—En la sala —respondió sólo con el volumen adecuado para ser oído, pero no más. Permaneció de pie frente a la ventana, sólo para ver cómo la mujer del sombrero blanco siguió caminando como antes, hasta que perderse de su vista en el interior del edificio.
La presencia de su madre a sus espaldas se volvió palpable, y lo hizo virar al interior del departamento. Su madre, la hermosa y única Rosemary, se encontraba de pie en el arco de la sala, aún con su abrigo olivo puesto, y su bolso colgando de su hombro. Parecía un poco alarmada por verlo ahí de pie frente a la ventana, y más por qué ésta estuviera abierta.
Andy tendría muy grabada en su mente la apariencia de su madre en esos tiempos, y sería siempre la que lo acompañaría en los años por venir, incluso más que la de la mujer cuarenta años mayor, postrada en una cama médica sin poder abrir sus ojos siquiera. En aquellos momentos, para Andy su madre era la mujer más hermosa que había conocido nunca, con su cabello rubio corto cayendo sobre sus hombros, sus ojos grandes y azules y su rostro de facciones delicadas y casi inocentes, a pesar de ya haber cumplido los treinta y cuatro.
—¿Cómo te fue? —Preguntó el niño con absoluta tranquilidad.
—Tan bien como podría —respondió Rosemary despacio, intentando sonar calmada.
Luego de divorciarse, poco después del nacimiento de Andy, Rosemary tuvo que ingeniárselas para conseguir un trabajo que fuera lo suficiente para mantenerlos a su hijo y a ella, dejando el poco dinero que su exmarido les daba, así como los “desinteresados” regalos del resto de los vecinos, sólo para cuando fuera inevitablemente necesario (que lamentablemente era bastante seguido). Al inicio había saltado de trabajo en trabajo haciendo prácticamente lo que fuera, hasta que consiguió una oportunidad en un nuevo canal de televisión gracias a su experiencia pasada como secretaria y asistente de producción antes de casarse. Llevaba tres años ahí, y de momento las cosas parecían estar bien, pero rara vez le era posible llegar tan temprano a casa como ese día.
Rosemary entró en la sala y caminó hacia el pequeño. En el camino dejó su bolso sobre uno de los sillones.
—¿Qué haces en la ventana? —Le preguntó con tono neutral, parándose a su lado, y atrayéndolo hacia ella con una mano. Miró entonces en dirección a las dos salidas de la sala, o más bien escuchó para percatarse de la presencia o ausencia de alguna tercera persona—. ¿Estás solo?
—Laura-Louise estuvo toda la mañana —respondió Andy—, pero Minnie la mandó a llamar hace una hora. Creo que les acaba de llegar una visita.
—¿Una visita? —Musitó Rosemary, un tanto perpleja, y se aproximó entonces a la ventana, asomándose hacia afuera. El vehículo negro seguía ahí estacionado, pero ya no había rastro de las dos mujeres que Andy había visto bajándose de él, ni tampoco del conductor o de Charlie.
Rosemary cerró de nuevo las dos puertecitas de la ventana, y les colocó el seguro. Luego se viró hacia su hijo, se inclinó hacia él apoyándose en sus rodillas, y le murmuró despacio procurando no sonar demasiado alarmada:
—¿Alguien te vio?
—No —mintió Andy con deliberación, pues él sabía muy bien que la mujer del sombrero lo había visto, pero presentía que aquello no sería en realidad un gran problema.
Todos ahí lo protegían mucho al momento de tener contacto con las personas fuera del Bramford. No cualquiera debía de verlo, o en específico sus ojos…
En ese rostro infantil, serio la mayor parte del tiempo pero no carente de esa inocencia propia de un niño que aún desconoce del todo la maldad verdadera, aquellos ojos grandes y dorados con pupilas alargadas, resaltaban enormemente. No eran los ojos de un niño, ni siquiera los de un ser humano, sino más propios de un animal, un felino… o una Bestia. Había forma de ocultarlos, y siempre que era inevitable el tener que sacarlo a la calle Roman se encargaba de ello. Y aunque en un inicio Rosemary se había sentido espantada por dichos ojos, no tardó mucho en, no sólo acostumbrarse a ellos, sino incluso a amar esos “hermosos ojos de tigre” como solía llamarlos. Eran los ojos de su hijo, y eso era lo único que le importaba.
Rosemary sonrió ante la respuesta del pequeño, aunque no estuviera del todo convencida de que le dijera la verdad. Colocó una mano en su cabeza y se inclinó hacia él, dándole un pequeño beso en su frente. Luego se puso de pie y caminó de regreso hacia el sillón dónde había dejado su bolso.
—Te tengo una sorpresa —le advirtió Rosemary con voz juguetona, y Andy la siguió curioso con la mida. Rosemary abrió su bolso, y sacó algo de su interior—. ¡Ta-dá! —Pronunció con júbilo al girarse hacia su hijo, extendiendo en sus manos el pequeño libro de color alegres, con un dibujo de dos niños jugando con yoyos en su portada—. ¿Era lo que querías?
Los ojos dorados de Andy se iluminaron al verlo, y rápidamente se le aproximó, tomando delicadamente el libro entre sus manitas. En letras grandes y rojas se leía: “101 Trucos para tu Yoyo.” Aquel número terminó por impactar aún más a la joven mente del pequeño; no creyó que existieran tantos.
—¡Sí! —Pronunció Andrew con entusiasmo, y sin vacilación se lanzó hacia su madre, rodeándola fuertemente con sus brazos—. Gracias, mamá.
—De nada, mi pequeño —pronunció la mujer con alegría, abrazando también su cuerpecito—. Sólo procura no romper nada cuando intentes esos trucos, ¿sí?
—Sí, lo prometo.
Rosemary sonrió satisfecha.
—¿Qué te parece si te preparo un espagueti para que comamos juntos? ¿Te gustaría?
—No tengo hambre, pero sí me gustaría.
—¿Quieres ayudarme? —Le preguntó Rosemary, apartándose un poco para poder verle el rostro. Andy asintió rápidamente—. Siempre tan atento, mi pequeño caballero —añadió la mujer, dándole un beso más en su frente, y otro más en su cabecita.
Luego de dejar su bolso y abrigo en el closet de la entrada, ambos se dirigieron lado a lado a la cocina. Rosemary sentó al pequeño sobre la encimera, y comenzó entonces a prepararlo todo. Llenó una olla con agua y le prendió fuego para que el agua hirviera. Puso a calentar también el aceite en un sartén, y sacó la carne molida del refrigerador para guisarla. Adicionalmente sacó todos los ingredientes para preparar la receta de salsa para espagueti casera que una de sus compañeras del trabajo le había pasado, y que tanto le había gustado a Andy la última vez.
Mientras ella iba de un lado a otro con todo aquello, le contaba a Andy todo lo que había hecho desde que cruzó la puerta esa mañana, su trayecto por el metro (a Andy le encantaba subirse al metro), todo lo que había hecho en el trabajo haciéndolo sonar más increíble e interesante de lo que realmente era, y claro su desviación a la librería para conseguirle su nuevo libro. El chico simplemente la miraba, sonreía y asentía. Quizás no comprendía todo lo que le decía, pero le gustaba que le contara todas sus cosas; le era más interesante oírlo de ella que de la televisión o la radio.
Para Rosemary, esos pequeños momentos de júbilo más “normal” la hacían sentir que por un instante podían ser una familia convencional. Que sólo eran ellos dos contra el mundo, sin importar lo que hubiera más allá de esas ventanas o de esa puerta. Que era sólo una madre divorciada más, de esas que se estaban haciendo poco a poco más comunes en esa época, que hacía todo lo posible por sacar adelante a su hijo. Que era una buena madre, criando a un estupendo niño que algún día sería un hombre ejemplar, al que ella vería con orgullo y admiración…
Al menos así se sentía, hasta que la realidad llamaba a la puerta, justo como lo hizo en ese momento.
El timbre de la puerta fue como el sonido del despertador, haciendo que Rosemary se estremeciera en su sitio. Su mirada se desvió lentamente en dirección a la puerta, pese a que había al menos dos muros entre dicho punto y ella. Andy también miraba en la misma dirección, con esa estoicidad tan habitual en él que no hizo más que aumentar la sensación de malestar que Rosemary ya presentía. Nunca era bueno cuando alguien tocaba a la puerta inesperadamente.
Rosemary apagó rápidamente las hornillas de la estufa, y se retiró apresurada el mandil color rosado atado a su cintura.
—Quédate aquí —le indicó a Andy, que le asintió aún desde la encimera de la cocina.
Salió entonces con paso firme y decidido, y se dirigió directo a la puerta. Sus puños se apretaban igual que sus dientes. Dudó un momento antes de asomarse por la mirilla de la puerta, pero al final lo hizo. El rostro alargado, arrugado y exageradamente maquillado de Minnie Castevet se hizo presente del otro lado, mirando a la puerta como alguna grotesca aparición recién levantada de la tumba.
Rosemary soltó un quejido de desagrado, y consideró seriamente la idea de alejarse de la puerta y fingir que no había oído nada. Pero casi al instante el timbre volvió a sonar una segunda vez, obligándola a reaccionar.
Retiró entonces los tres seguros de la puerta, y la abrió rápidamente, encarando de malagana a la mujer del otro lado. Ésta la miró desde abajo con sus ojos entrecerrados y su mueca torcida, al parecer algo asombrada de que hubiera sido justamente ella quien le abrió.
—Ah, hola Rosemary —saludó Minnie Castevet, apartando su mirada hacia un lado con cierta indiferencia—. No sabía que ya habías vuelto.
—¿Qué quieres, Minnie? —Le cuestionó Rosemary sin rodeos, y sin la menor cortesía.
—No es contigo, querida. Vengo por Adrián.
—Andrewestá ocupado —pronunció Rosemary con severidad, haciendo principal énfasis en el nombre que ella había elegido para su hijo y que ellos insistían en ignorar—. Estamos preparando la cena y comeremos juntos. Y no hay suficiente para más personas, así que lo siento…
Se dispuso entonces sin la menor espera, y en especial sin la menor culpa, a cerrarle la puerta en la cara a su agradable vecina. Sin embargo, ésta alzó rápidamente su mano y, a pesar de sus años, tuvo la fuerza suficiente para detenerla de hacerlo.
—No es momento para tus tonterías, Rosemary —musitó Minnie con voz rasposa y gutural, como salida de algún animal rastrero que intentara imitar de alguna forma una voz humana. Al parecer intentó calmarse justo después, recuperando su compostura y su tono solamente con lo mínimo requerido de cortesía—. Alguien importante acaba de llegar, y vino de muy lejos justo y únicamente para conocer al muchacho. ¿Tengo que recordarte, otra vez, cómo funciona este acuerdo entre nosotros, jovencita?
Rosemary respiró profundamente por su nariz, conteniendo sus ganas de empujar la puerta con más fuerza, aunque le rompiera su frágil brazo de anciana en el proceso. Le resultaba principalmente molesto como sacaba a relucir ese supuesto “trato”, al que la palabra “extorción” le quedaba mejor. Básicamente ellos se creían en el derecho de darle permiso o no de ver a su propio hijo, de decir cómo criarlo y cómo no, y de disponer de él en el momento y lugar que les viniera en gana. Rosemary los odiaba enormemente, y con el pasar de los años ese sentimiento sólo había ido en aumento.
Y, aun así, ahí seguía, en ese mismo departamento, aguantando todo eso por ya casi diez años. Y, ¿por qué? Porque al final de cuentas ella los necesitaba. Andy no era un chico normal, y no sólo por sus ojos. Para bien o para mal, la única forma en que su muchacho podría tener una vida medianamente normal, era si ellos lo ayudaban a hacerlo. Y debido a eso, Rosemary tenía a veces que tragarse su coraje y su odio por estas personas, y sólo hacer lo que pedían sin chistar. Y eso ellos lo sabían muy bien…
—Arréglalo lo más presentable que puedas y traelo lo antes posible —le indicó Minnie, que tomó el silencio de Rosemary como suficiente respuesta—. Pueden seguir con su cena después de eso.
—¿Cuándo piensas morirte, maldita bruja? —Soltó Rosemary, siendo el único escape de rabia que se podía permitir de momento. Minnie, más que molestarse, sólo rio divertida por ello.
—Todavía no, querida. Todavía no…
Cuando Minnie se alejó por el pasillo, Rosemary cerró la puerta con fuerza, imaginándose por un momento que la golpeaba en su gran nariz con ella, y quizás incluso se la rompía en el proceso. Se quedó de pie frente a la entrada, sujetándose su frente con una mano y cerrando los ojos, dando la impresión de que le estaba dando una migraña, pero siendo de hecho algo más complejo que eso; para una migraña podría al menos tomar una pastilla.
Recordó entonces lo que Andy había comentado más temprano, sobre que les había llegado una visita, y que parecía concordar con lo que Minnie acababa de decir. No era inusual que vinieran personas de lejos a verlos, en especial a Andy. Pero como todo lo que involucraba a esa maldita Aquelarre y su hijo, a Rosemary no le gustaban esas visitas, pero era de esas cosas que no se podía saltar.
Al girarse por el pasillo, se encontró con Andy de pie más adelante, contemplándola en silencio.
«¿En qué momento te volviste tan grande como para bajarte tú solo de la encimera?» se cuestionó Rosemary a sí misma. Se olvidaba a veces de que su hijo tenía ya diez años; no era ni de cerca un niño pequeño, sino todo lo contrario. Muy pronto sería incluso más alto que ella.
—Vamos a cambiarte, Andy —le indicó al pequeño, extendiendo su mano hacia él.
—Mamá —pronunció el niño con seriedad—. No estés molesta. Está bien, enserio. A mí no me molesta ver a estas personas.
—Yo sé —pronunció Rosemary por mero requisito, pues en realidad el hecho de que no le molestara le resultaba incluso más preocupante—. Vamos.
— — — —
Rosemary hizo que Andy se pusiera uno de los trajes que Roman le había regalado hace tiempo, de un color azul oscuro, además de una camisa blanca y una corbata negra a la que ella le hizo el nudo, explicándole como otras veces cada paso que debía realizar para él mismo hacerlo. El niño siempre parecía entenderlo, pero quizás era mucho esperar que se lo memorizara en esos momentos.
Luego de vestirlo y peinarlo, ambos salieron del departamento tomados de la mano, y se dirigieron a la puerta de a lado, hacia el infame departamento 7-A de los Castevet, alias el corazón negro entorno al cuál giraba toda la oscuridad y maldad del Bramford, en opinión de Rosemary.
Cuando la puerta se abrió, fueron recibidos del otro lado por la jovial sonrisa John Lyons, el apuesto nieto de veinte años del Dr. Shand, otra de las viejas escorias del Aquelarre de Marcato. John acababa hace relativamente poco de mudarse a New York, y desde entonces se había vuelto el ayudante no oficial de los Castevet para apoyarlos en lo que ocuparan; después de todo «ambos ya son demasiado mayores para vivir completamente solos», había alegado Stanley Shand, quizás sin ser muy consciente de que él estaba a unos cuantos años de distancia de su misma situación.
—Buenas tardes, pasen —les saludó John con gentileza, haciéndose a un lado para dejarles el camino libre.
—Hola, Johnny —pronunció Andy con moderada alegría mientras pasaba al departamento junto con su madre.
—Mi señor Adrián, qué placer verlo —profirió John con un tono juguetón, haciendo además una exagerada reverencia cuando pasaron a su lado. Andy soltó una risa distraída.
Después de Andy, John era el más joven de los que vivían en el Bramford, a pesar de que se llevaban diez años de diferencia. Aun así, el niño se había vuelto muy apegado a él, de vez en cuando refiriéndosele como su único amigo. Aquella relación tenía a Rosemary en conflicto, pues indudablemente John era otro más de los adoradores del Diablo bajo la tutela de Roman, convirtiéndose ya en esos momentos prácticamente en su hombre de confianza, que eso por sí mismo ya lo haría no sólo merecedor de su desconfianza, sino también de su desagrado.
Por otro lado, era quizás el único en ese sitio, aparte de ella, que de vez en cuando solía interactuar con su hijo de una forma más normal, jugando juegos de mesa, viendo televisión con él, o acompañándolo al parque. De todos sus cuidadores en ese sitio, John era con el que más tranquila se sentía… pero eso no era decir demasiado.
John cerró la puerta del 7-A una vez que ambos entraron, y los guió hacia un par de sillas ubicadas más adelante ahí mismo en el recibidor.
—Aguarden aquí, avisaré que ya llegaron —les indicó John, y Andy se apresuró a acatar la instrucción de inmediato. Rosemary permaneció de pie un poco más. Notó que las puertas corredizas del salón principal estaban cerradas, por lo que intuyó que ahí debían de estar Roman, Minnie y quizás todos sus demás “amigos”reunidos con la importante persona que había ido a visitarlos. Dicha sospecha se confirmó cuando John se dirigió precisamente a dichas puertas, y entró por ellas sólo abriéndolas lo necesario, como si temiera que alguno de los dos pudiera ver para adentro.
«Dios, que no tengan algún cordero degollado o algo así ahí adentro, por favor» pensó Rosemary, sujetándose su frente con una mano, y se sentó al fin en la silla a lado de su hijo. Al mirar a éste, notó que él miraba fijamente hacia un lado, al perchero de la esquina a un lado de la puerta. O, más específico, al ancho sombrero blanco con plumas lila que colgaba de uno de sus brazos.
—¿Estás bien, cariño? —le preguntó con delicadeza, tomando una de sus manos entre sus dedos. Andy siguió mirando el sombrero un rato más, y luego pronunció en voz baja:
—No lo sé... Hay algo diferente.
—¿Diferente cómo?
Andy se viró en dirección a las puertas cerradas del salón, y añadió:
—No sé cómo describirlo.
Rosemary no supo cómo interpretar aquello, pero era la primera vez que lo veía así de inquieto. Ella misma miró aquel curioso sombrero, y no pudo evitar preguntarse qué clase de persona usaría algo tan exagerado y de mal gusto como eso.
Las puertas del salón se abrieron en ese momento de par en par.
—Pasen, por favor —pronunció el elocuente John, y añadió justo después para quedar claro—: Ambos.
Rosemary se sorprendió un poco al oírlo. Normalmente no la dejaban entrar a esas reuniones, y le pedían que se quedara ahí afuera, si es que en su defecto no la dejaban enteramente afuera del departamento. Pero no iba a discutirlo, en especial porque sintió que Andy apretaba más su mano entre sus dedos, convenciéndola aún más de que fuera lo que fuera que ocurría ahí adentro, lo tenía inquieto. Así que sin más, ambos se pararon y avanzaron al salón.
Para sorpresa y alivio de Rosemary, no había ningún animal degollado, ni velas encendidas, ni pentagramas o sangre en las paredes. Ni siquiera estaban ahí Laura-Louise, el Dr. Shand y el resto de los lamebotas de Roman. En su lugar, al entrar Rosemary sólo reparó en la presencia de cuatro personas, incluidas Roman y Minnie, ambos sentados en el sillón largo al fondo del salón. Una mujer de piel oscura y de traje verde que ella no conocía estaba de pie a lado de la silla individual. Y justo en esa silla, por encima del alto respaldo, sobresalía la corona de la cabeza de la cuarta persona, decorada con unos rizos color castaño claro.
—Oh, Adrián —le saludó Roman desde su asiento, sin hacer de momento el intento de pararse. Sólo alzó su mano, haciendo el ademán para que se acercara más—. Pasa muchacho, por favor. Hay alguien que tienes que conocer…
Andy obedeció, soltando lentamente la mano de su madre y avanzando hacia ellos. Rosemary permaneció de pie frente a las puertas, de nuevo cerradas por John, observando todo en silencio.
—Tío Roman, tía Minnie —saludó Andy agachando la cabeza con respeto. Se quedó entonces de pie en el centro del salón mirando hacia Minnie y Roman, y dándoles deliberadamente la espalda a las otras dos personas, en especial a la que estaba sentada.
—Vaya, vaya, vaya —pronunció una voz melodiosa y juguetona que resonó en el salón con un extraño eco que al menos Rosemary no recordaba que esa habitación tuviera—. Qué caballero tan apuesto tenemos aquí…
Andy se giró irremediablemente hacia ese sillón que intentaba evitar. No le sorprendió ver ahí sentada a la misma mujer que había visto anteriormente frente al edificio. Aunque ahora sin su sombrero, y teniéndola más cerca, pudo percatarse más de su apariencia. Era una mujer mayor, aunque no tanto como Roman, Minnie u otros más de sus cuidadores en el Bramford. Usaba un vestido entallado color blanco, y unos guantes lila que se llegaban hasta por debajo de los codos. Su cabello era muy rizado, castaño claro, y caía frente a sus hombros. Su piel era muy blanca, quizás por maquillaje, y sus labios tenían un rojo intenso y se curvaban en una amplia sonrisa despreocupada. Sus ojos además eran de un azul tan claro que casi parecían ser blancos, y tenían una mirada intensa que Andy no pudo evitar sentirse un poco incómodo al sentirla.
—Ravi de vous rencontrer, jeune maître Adrian —pronunció aquella extraña, en un francés bastante fluido, y extendió entonces su mano derecha hacia el chico—. Me llamo Margaux, y soy… una vieja amiga de la familia.
Rosemary percibió el marcado acento francés que se escuchaba en cada una de sus palabras. En efecto, venía de un lugar lejano como Minnie había dicho, pero no lo más lejano que alguno de sus visitantes había venido.
—Acércate, no estés nervioso —le indicó la mujer presentada como Margaux a Andy, pues éste se había quedado totalmente quieto a pesar de que ella había extendido la mano.
Andy se aproximó cauteloso, y su primer reflejo fue extender su mano para tomar la de la mujer, pero no fue capaz de hacerlo. En su lugar, ella alargó el brazo hasta colocar su mano sobre el rostro del niño. Rosemary se alarmó un poco por esto, y pareció tener por un momento la iniciativa de aproximarse, pero John la detuvo tomándola gentilmente de su brazo. Su preocupación igual no fue necesaria, pues la mujer simplemente pasó su mano enguantada por el rostro del pequeño, haciendo que lo girara un poco hacia los lados para poder apreciarlo mejor.
—Eres tan hermoso y perfecto cómo Argyron me había contado —indicó la mujer de blanco con ferviente emoción—. Especialmente esos ojos —añadió mientras observaba maravillada los penetrantes ojos dorados del niño.
«¿Argyron?, ¿el griego?» pensó Rosemary al escuchar ese nombre. Si era quien pensaba, era uno de los visitantes habituales de los Castevet, estando incluso presente en la celebración del nacimiento de Andy (en donde ella misma no fue invitada pero se metió aún así). Era bastante agradable, a pesar de que seguro era un maldito bastardo como todos los demás. ¿Qué relación tenía esa mujer con él?
—Normalmente usamos un conjuro para ocultarlos cuando sale a la calle —indicó Minnie, refiriéndose a los ojos del niño—. Pero aquí adentro es un lugar seguro. Ya no hay ningún inquilino o trabajador en este edificio que no esté con nosotros; nos aseguramos de eso hace tiempo.
—Bien entendu —pronunció Margaux asintiendo, y retiró al fin la mano del rostro del muchacho—. Deberás disculparme que haya tardado tanto en venir a conocerte. Han sido tiempos complicados, pero al fin estoy aquí. Así que dime, Adrián, ¿estos viejos te han estado enseñando un poco de su magia?
—Algo —respondió Andy con seriedad—. Pero aún no logro hacer mucho.
—Claro que no, porque lo que ellos pueden enseñarte son apenas un poco más que trucos de carnaval. —Rosemary notó que tanto Roman como Minnie no parecieron muy contentos por ese comentario, y eso de cierta forma le produjo satisfacción—. Pero tú estás muy por encima de eso, mon chéri —añadió Margaux, inclinándose hacia el niño para verlo más de cerca con sus intensos ojos claros—. ¿Te gustaría conocer el alcance real de lo que eres capaz? ¿Conocer el mundo? ¿Vencer a la muerte? ¿Vivir… deliciosamente?
Hubo algo en la forma en que esa mujer pronunció aquello que incomodó notoriamente a Rosemary. Pero lo que más la desconcertó fue que Andy, tras unos segundos de meditación, respondió con un frío y escueto:
—Sí…
Los labios rojos de Margaux se ensancharon en una amplia sonrisa al oír su respuesta.
—Entonces tú y yo seremos muy buenos amigos de aquí en adelante, Adrián.
La mujer francesa se paró entonces de su asiento, y se giró sobre sus pies en dirección a la puerta, posando de inmediato sus ojos en Rosemary. Ésta se estremeció un poco al sentirse observada, y más al notar que aquella mujer era bastante más alta que ella, sacándole al menos una cabeza y media.
—Y tú debes ser Rosemary —pronunció Margaux jubilosa, aproximándosele. Rosemary se quedó quieta en su posición. Por algún motivo la imponente presencia de aquella mujer la había dejado petrificada—. He oído mucho de ti…
La mujer la tomó abruptamente de los hombros, aunque no con demasiada fuerza. Y justo después se inclinó hacia ella, dándole dos besos rápidos, uno en cada una de sus mejillas, antes de que Rosemary pudiera siquiera reaccionar. Luego se paró de nuevo firme delante de ella, la miró atentamente a los ojos, y le sonrió ampliamente de una forma que quizás intentaba ser amistosa, sin lograrlo del todo…
—No sabes la envidia que te tengo, chéri… —pronunció Margaux despacio, como un susurro secreto sólo para ellas dos. Rosemary permaneció callada.
La mujer retiró entonces sus manos de sus hombros y le sacó la vuelta, avanzando hacia las puertas que John se encargó rápidamente de abrir.
—Roman, descansaré un rato si no les molesta —indicó elocuente mientras salía—. Ingrid se encargará del resto.
—¿El resto de qué? —Pronunció Rosemary al fin, pero cuando fue capaz de girarse a ver a la extraña, ella ya se había perdido dando la vuelta por el pasillo y desapareciendo de la vista de todos.
Rosemary se giró hacia Roman y Minnie, en busca de alguna explicación más clara sobre de qué se trataba todo ese asunto.
—John —pronunció Roman, apuntando en su cabeza a Andy. El veinteañero pareció comprender sin problema.
—Ven, Adrián —pronunció John, extendiéndole su mano al muchacho—. ¿Quieres que vayamos a jugar abajo?
El chico arrugó un poco su entrecejo, y se viró sobre su hombro hacia los dos dueños del departamento.
—Ve Adrián —le indicó Minnie con una sonrisa despreocupada—. Hay asuntos de adultos que discutir.
Andy miró entonces a su madre en busca de otra confirmación. Ella vaciló, pero al final simplemente asintió para indicarle que podía ir. Si lo que ese par de brujos querían decir era algo tan serio que ni siquiera querían que Andy lo oyera, definitivamente ella tampoco lo quería ahí.
Siguiendo entonces la instrucción que le habían dado, Andy se aproximó hacia las puertas aún abiertas. John colocó una mano en su espalda para guiarlo, pero antes de irse cerró las puertas detrás de ellos. Rosemary se preocupó un poco al darse cuenta que se había ido sin que Roman le pusiera el dichoso conjuro o lo que fuera en sus ojos, pero si sólo iban al jardín central de la planta baja no debería haber problema.
Una vez que los dos más jóvenes del lugar salieron del departamento, las cosas comenzaron a moverse.
—Señora Woodhouse, un placer —pronunció la mujer de vestido verde, la otra extraña de esa reunión, aproximándose con su mano extendida hacia ella—. Soy Ingrid Archer, la asistente y abogada de la Sra. Margaux Blanchard.
—Yo ya no soy la Señora Woodhouse —le respondió Rosemary secamente—. Mi apellido de soltera es Reilly.
Adicional a esa corrección, se volvió evidente que no tenía intención alguna de estrechar la mano que aquella mujer le extendía, lo que obligó a que Ingrid Archer tuviera que bajarla con cierta derrota.
—Me disculpo —pronunció Ingrid despacio, intentando no sonar irritada. Se aproximó entonces a la mesa de centro de la sala, colocando sobre ésta su maletín y comenzó a revisar su interior hasta sacar una gruesa carpeta azul—. No le quitaré mucho tiempo, sólo tengo unos papeles que necesitan su firma.
—¿Papeles? —Pronunció Rosemary confundida.
—Si gusta tomar asiento —le indicó la mujer de verde, extendiendo su mano hacia el mismo sillón que hasta hace poco estaba ocupado con Margaux.
Vacilante, Rosemary tomó asiento como le habían indicado. Ingrid le extendió en ese momento la carpeta para que la tomara.
—¿Qué es esto? —Cuestionó Rosemary defensiva, tomando aquel legajo entre sus manos. Ingrid no tardó en comenzar su explicación.
—Es la inscripción del joven Adrián al Colegio Lafayette, el trámite de su visa, los permisos pertinentes para su viaje y residencia, así como los documentos necesarios para que la Sra. Blanchard ejerza como su tutora legal para cualquier asunto referente al niño durante su estancia en París.
—¿París? —Pronunció Rosemary con fuerza, casi con espanto—. ¿De qué demonios está hablando esta mujer, Roman?
Rosemary se viró en dirección al viejo satanista sentado en el otro sillón. Éste, para sorpresa de la mujer, agachó su mirada, casi avergonzado. Aquello era inusual en él, pues siempre había parecido tan seguro de sí mismo desde que lo conoció. Roman se puso entonces de pie, caminó hacia la chimenea del salón, apoyándose en la repisa de ésta mientras le daba la espalda a su invitada forzada.
—Margaux ha venido a llevarse a Adrián a Europa durante una temporada —indicó el descendiente de Marcato—. Ahí podrán enseñarle y adiestrarlo de una forma más… apropiada a lo que podríamos hacer aquí.
Aquello fue tan repentino e inexplicable para Rosemary, casi como si le acabaran de dar un puñetazo en la cara.
—¡¿Estás bromeando?! —Espetó la madre con ímpetu, parándose rápidamente de su asiento—. Ustedes y yo teníamos un trato, ¿y ahora están hablando de la nada de mandar a mi hijo a París lejos de mí?
—Todo tiene que ser un melodrama contigo, ¿cierto? —Masculló Minnie con fastidio desde el sillón—. Ya tuviste diez años en los que se te dio permiso de hacer lo que te viniera en gana con él; es hora de que te vuelvas un poco más cooperativa, ¿no te parece?
Rosemary se viró a verla con el coraje desbordándose en sus ojos, casi como si fueran lágrimas. Aun así, Minnie no pareció intimidarse ni un poco por ello.
—Míralo como un simple programa de intercambio —balbuceó la anciana, agitando de forma despreocupada una mano en el aire—, para que el chico amplíe sus horizontes y conozca más del mundo fuera de estas oscuras paredes. Es una escuela estupenda, y París es una ciudad hermosísima. Aprenderá mucho más allá de lo que podría hacerlo aquí contigo.
—Sólo tiene diez años —señaló Rosemary con firmeza—. Aún necesita a su mamá.
Minnie bufó irónica ante tal argumento, estando muy cerca de soltar una risa burlona.
—Eso es debatible…
—Escucha, Rosemary —pronunció Roman abruptamente, girándose de nuevo hacia la mujer más joven. Su semblante era seguro y firme, pero no tanto como Rosemary estaba acostumbrada a verlo—. Esto no me agrada mucho más que a ti. Yo más que nadie deseaba que Adrián se quedara aquí con nosotros, para moldearlo y enseñarle a nuestra forma. Pero ésta no es más nuestra decisión.
—¿Y por qué no? ¿Que no eres tú el líder de todos estos… locos?
Roman calló unos momentos. Miró a Minnie, que sólo se volteó a otro lado como si quisiera ignorarlo, y luego respondió con voz apagada:
—Yo ya no puedo encargarme más de Adrián. Estoy… muriendo, Rosemary…
—No me digas —exclamó la rubia con sarcasmo, cruzándose de brazos—. Es la tercera vez que te oigo decir eso.
—Esta vez es enserio —señaló Roman con melancolía en su voz—. Me quedan un par de meses, máximo…
Rosemary lo observó en silencio, un poco desconcertada por verlo con esa actitud tan apagada e impropia de él. ¿Estaba hablando enserio? Ya la había engañado antes con trucos parecidos, pero esa ocasión se sentía un poco diferente. Podía verlo en su mirada, en su rostro avejentado, en su cabello enteramente blanco que ya en esos momentos era más escaso, y en su complexión algo más delgada y menos gruesa y firme que de costumbre. Quizás deliberadamente había decidido ignorarlo, pero ahora que lo veía no podía negar que en efecto algo era muy distinto en él…
Roman Castevet, que siempre parecía tan fuerte, tan impecable, tan eterno… ¿en verdad moriría al fin?
Rosemary se sorprendió un poco al darse cuenta que, de hecho, esa revelación sí la afectaba un poco más de lo que esperaba. De alguna forma enferma y casi humillante, había llegado a depender de él en esos diez años para que la cuidara y procurara. Pero dicho sentimiento era opacado casi por completo por el intenso resentimiento que le tenía por todo el daño que le había hecho; a ella y a su hijo. Así que de su parte, no le sería posible exteriorizar ni un poco de simpatía por él.
—Tanta adoración por el Diablo, y al final te dejará morir como a un perro igual que a cualquier otro de nosotros —señaló Rosemary, sonando deliberadamente hiriente—. Te hace preguntarte qué fue lo que realmente obtuviste al final de todo esto, ¿eh?
Roman no respondió nada a tal comentario; ni siquiera fue capaz de alzar la mirada, y Rosemary concluyó que él mismo debió de haberse hecho el mismo cuestionamiento en alguna ocasión. En silencio, el viejo inquilino del 7-A volvió al sillón, sentándose al lado de Minnie.
—Margaux es la cabeza del Aquelarre más grande de Europa —le informó Roman con claridad, como si aquello significara algo para ella—. Es muy poderosa y tiene grandes influencias y prestigio. Cuidará muy bien de Adrián y le dará todo lo que necesita.
—Todo lo que necesita está aquí, a lado de su madre —señaló Rosemary tajantemente—. No se irá con una completa extraña al otro lado del mundo. Yo no lo permitiré.
—No seas impertinente —soltó Minnie con irritación—. Esto se hará con o sin tu consentimiento. Así que si quieres aún seguir siendo parte de su vida, cuando sea conveniente, te sugiero dejes las niñeras.
—No me amenaces, Minnie —le devolvió Rosemary—. Si no ocuparan mi consentimiento, no estarían aquí pidiendo mi firma en estos papeles, ¿o me equivoco?
Al pronunciar lo último, arrojó con molestia la carpeta azul hacia la mesa de centro, haciendo que algunos de los adornos sobre ésta se agitaran, e incluso uno estuviera a punto de caer.
—Sra. Wood… —pronunció Ingrid de pronto intentando intervenir, pero deteniéndose un poco para corregirse a sí misma el uso del apellido incorrecto—. Sra. Reilly. Su cooperación haría todo mucho más sencillo, sí. Pero si no contamos con ella, hay otros métodos que podríamos considerar. Cómo consultar el asunto con el padre del niño, por ejemplo. El padre legal, quiero decir, no el... —Guardó silencio y se aclaró su garganta, evitando hablar de más, y luego prosiguió como si nada hubiera pasado—. Entiendo que el Señor Woodhouse es de mente mucho más… abierta
—¿Guy? —Rio Rosemary, genuinamente divertida por la idea—. No te servirá de nada ir con ese bastardo, ¿me oíste? Además de que aquí todos sabemos muy bien que es su padre sólo en papel, yo tengo la custodia completa y todo el control legal de lo que se refiere a Andrew. Él no tiene ningún derecho.
La mirada de Ingrid se endureció, dejando ver que sus respuestas y actitud retadora no le eran para nada agradables; incluso menos que a sus actuales anfitriones.
—Sortear ese tipo de asuntos es lo que mejor hacemos, señora Reilly —musitó despacio con voz mordaz—. Así que no nos ponga a prueba…
Y claro, esa más que obvia amenaza tampoco agradó en lo más mínimo a Rosemary. Y entre mujeres que no se andaban con tonterías, una madre siempre tendría más determinación. Pero en lugar de directamente darle una bofetada por su atrevimiento, que ganas no le faltaron, Rosemary sólo se retiró de ahí, abriendo las puertas corredizas hasta azotarlas, y haciendo posteriormente lo mismo con la puerta principal, pues los tres oyeron el fuerte estruendo que casi agitó todo el departamento.
Luego de eso, todo fue silencio.
—¿Enserio? —Musitó Roman, mirando de reojo a la mujer de verde—. Veo que no te enseñan mucha negociación en Cambridge, ¿eh?
Ingrid guardó silencio, manteniéndose serena y con su semblante inmutable, pero en el fondo ciertamente apenada por el resultado de esa conversación. Sin embargo, no estaba del todo preocupada, pues dicha conclusión fue una de las posibilidades que su jefa le había compartido con anterioridad. Lo que Ingrid desconocía, sin embargo, era qué se suponía debían de hacer si en efecto las cosas terminaban así. Y, quizás, había tenido algo de miedo de preguntarlo directamente en aquel momento.
FIN DEL CAPÍTULO 95
Notas del Autor:
¡Flashbacks! Apuesto a que los extrañaban… ¿No?, bueno no se preocupen, éste no será tan largo, en el siguiente capítulo se termina, y es justo el momento correcto para contar este pedacito de historia. Este capítulo cómo pudieron ver está en su mayoría enfocado en los personajes y lugares del libro y película de Rosemary's Baby. Así que como siempre, les dejo aquí las notas de los personajes para no perdernos:
—Rosemary Reilly, Roman y Minnie Castevet, así como otros personajes mencionados en este capítulo como Guy Woodhouse, son personajes pertenecientes a la novela de Rosemary's Baby de Ira Levin, así como su adaptación a película de 1968. John Lyons como ya se dijo antes pertenece a la serie de Damien del 2016, aquí sólo me estoy tomando libertades para especificarle un pasado y un papel como en pasados capítulos.
—Los acontecimientos de este Flashback ocurren en la primavera de 1976, aproximadamente 10 años después del nacimiento de Adrián en la novela y película original, y poco más de 41 añosantes de los acontecimientos actuales de la historia.
—Margaux Blanchard e Ingrid Archer son personajes originales de mi creación que no se encuentran basados directamente en algún personaje ya existente en alguna de las obras involucradas. Sin embargo, si alguno tiene buena memoria, es probable que el nombre de esta última le suene familiar de algunos capítulos atrás…
Cada vez estamos más cerca del Capítulo 100, y a modo personal me emociona mucho. Aunque claro, pueden ya intuir que ese capítulo no será el último. Pero aun así, pueden ver que nos estamos acercando a un momento clave que será el punto de inflexión de lo que vendrá después. Pero ya no diré nada, mejor léanlo ustedes mismos…
0 notes
cachitosdeestrella · 3 years
Conversation
Christmas Gift
KyuHyun: ㅤTodo empezó el día de la cena de despedida del año, si antes tenía una sensación extraña cuando veía al chico que asumía era porque le resultaba agradable y podría ser su primer amigo, después del tiempo compartido y del baile estaba seguro que había algo más, algo por lo que se le calentaban las orejas cuando estaba cerca, algo que respondiera a la calma que le daba el verle dormir y a la sonrisa que se le formaba sin querer cuando, en sueños, el otro brillaba un poco, incluso ese sueño que había tenido y lo había despertado en un estado de agitación y vergüenza que lo había hecho esconderse debajo de las mantas.
Esa misma noche, la del baile, medio borracho, había hecho un pequeño boceto rápido del robot que quería darle al otro chico como regalo de Navidad, luego había estado pensando en como hacerlo cómodo, que no pesara mucho, que sirviera para que se pudieran mandar mensajes, había jugado con varios diseños e ideas, incluso había compuesto el mismo las músicas de ánimo que irían junto a pequeños emoticonos que podría mostrar levitando en la escafandra de astronauta que le había puesto sobre la que levitaban de forma magnética un par de pequeñas lunas de plata que servían también como receptores para los mensajes.
Pule un poco el diseño del pingüino astronauta y se pasa un buen rato la última noche pintándolo para que se vea más o menos mono, antes de pedirle que se meta en la caja de cartón con un lazo rojo.
El problema es que, ahora que lo tiene todo y que solo le faltaría entregarlo, la vergüenza le está invadiendo de un modo que no sabe como hacerlo, si dejarlo debajo de su almohada y que esté ahí cuando despierte, si hacer un pequeño arbolito de metal para dejarlo debajo también, si preguntarle y pedirle permiso para entregarle algo por navidad, era posible que el otro no lo celebrase o le fuera incómodo, pero la verdad es que una vez que lo ha hecho el robot está con muchas ganas de irse con su nuevo dueño como para dejarlo encerrado en la cajita mucho más tiempo.
Se mordisquea un poco el labio antes de acercarse a su compañero con la cajita y carraspear un poco para llamar su atención.
—Max... ¿Tienes un momento? Me gustaría darte un... ¿Santa te dejó un regalo? ¿Puedo... Te incomodaría un regalo de Navidad? Es pqeueñito y quiere verte ya.
ChangMin: Le sorprende muchísimo, cuando está en su habitación a punto de acostarse en la cama para leer, escuchar al chico que no puede sacar de su mente decirle acerca de un regalo.
Es una suerte que el tono de su piel no dejate el color carmesí que siente en sus mejillas, pero omite casi por automático que su energía lunar no es ajena a sus sentimientos. En realidad no se ha detenido a pensar su sentir ante el chico tecnopata, sólo sabe que necesita volver pronto a la habitación que comparten sólo para pasar horas admirando las creaciones y la pasión con la que se mueve el chico.
Asiente con torpeza mientras sus manos toman la cajita y justo al hacerlo su mano alcanza a rozar la ajena; el contacto no dura más que un par de segundos, pero es lo suficiente para que las partículas lunares se arremodilen por todo el cuarto y comenzarán a destellar con fuerza. —Esto... Gracias, no debiste de molestarte.— Susurra con emoción contenida que en cambio es fácilmente visible a través de los brillos, haciéndole rogar que el chico (mucho más inteligente que cualquier ser) asocie las luces con sus reales emociones.
Pone entonces la cajita en la cama y con toda delicadeza retira el listón y después la tapa, soltando un pequeño sonido de sorpresa al encontrar al pequeño pingüino. Tiene que mirarlo con atención, porque podría jurar que es un pequeño peluche, pero algo le dice que seguramente es una de las hermosas creaciones de Gyuhyun, confirmándolo cuando este se mueve estirando sus alitas.
Él enseguida carga al pequeño robot, abrazándolo tal y como su el polvo lunar lo hace y mira al chico. —Es hermoso... Me apena mucho porque no te tengo un presente pero... Oh, cielos, lo apreciaré toda mi vida.— Responde sincero, por mucho aquel era el mejor regalo que había recibido en su vida y provenía del chico más encantador para él.
KyuHyun: Se distrae en como se mueven las partículas, tanto que casi cree que el pequeño hormigueo que le ha recorrido es por la belleza de eso y no por el roce, al menos, tiene esa forma de justificar que no sea lo que va a tratar de ignorar el mayor tiempo posible.
—Uno de mis pingüinos ya te estaba persiguiendo todo el rato, así que pensé que hacer uno que fuera para ti era adecuado. — le dice frotándose la nariz con dos dedos, sonriendo muy amplio al notar que al chico sí le había gustado el regalo, sonríe porque el mismo pingüino está contento y la música de alegría suena unos segundos junto a un emoticono con una sonrisa en el espacio de los mensajes. — Oh mira... ahí entre las lunas, podré mandarte mensajes desde mi robot~ —comenta muy animado. — Tú no puedes hacer lo mismo exactamente, pero yo estoy conectado a todo lo que creo y demás pero... le he activado un comando de voz que active mi conexión con él o la desactiva... Por eso de que... bueno no creo que te guste que cada vez que me cruce con él aprenda lo que has hecho en todo el día... Así que no te preocupes que lo he mantenido de ese modo, pero si tú dices mi nombre directamente mientras lo tocas, él entra en un protocolo donde puedo ver lo que él ve... Cuando nos crucemos de nuevo... Y así si me quieres mostrar algo o lo que sea, puedes~
ChangMin: A decir verdad es un alivio el que el pingüino no registre sus movimientos, y en sí, que sea un modo de contactar a Kyuhyun le parece algo fascinante.
Entonces debe morderse los labios un par de veces porque está a punto de preguntarle a su compañero si el presente es porque desea que todo el tiempo estén comunicados... Juntos; es algo que por el momento decide ni tocar y en lugar de eso deja el presente en la comodidad de sus almohadas y se acerca al otro para abrazarlo. Lo hace cuidadoso y totalmente al pendiente de ni causarle alguna incomodidad y tras apretarlo suavecito en sus brazos susurra un "felices fiestas".
De hecho podría quedarse así todo el día, abrazado del otro, pero una idea cruza por su mente y se separa para rebuscar en su cajón una botellita de colonia que está ya vacía.
—Me gustaría corresponder con esto... He notado que a veces la oscuridad no te agrada, por lo que puedes usar esto.— Dice mientras abre la botellita y convoca al brilloso polvo lunar dentro; puede recuperar gran parde de él y cuando nota que brilla lo suficiente tapa el contenedor para dejarlo en las manos del otro. —Puedes usarlo siempre como tu luz personal~.—
KyuHyun: El abrazo le toma por sorpresa, no tanto como para no corresponder al momento pero lo suficiente para no saber controlar el calor que se le acumula en las mejillas y las orejas, y que le hace rascarse muy despacio la zona de detrás de una de ellas cuando el otro le suelta, también le felicita las fiestas y se queda mordiéndose el labio inferior mientras ve al otro convocar la luz dentro de la botellita, es como ver magia en primera fila.
Le recuerda, de un modo muy abstracto y bobo, a los fuegos artificiales que decoran el cielo cada año nuevo, a como se ilumina la oscuridad, más por la sensación de emoción que tenía de niño al verlos, y que ahora comparte, que por la luz en sí misma. Ni siquiera se plantea o siente mal o avergonzado porque el otro hubiera notado su miedo a la oscuridad cosa que seguro que con cualquier otra persona le habría hecho sentir vulnerable en un mal aspecto de la definición, acaba acariciando la botella cuando el otro se la da y tarda en encontrar palabras para agradecerlo que tengan algo de sentido, porque la idea de tener algo del otro como "su luz personal" le parece una definición perfecta para lo que había encontrado en quien era su compañero de cuarto y, a la vez, está seguro de que no es eso lo que debe decir en voz alta si quiere parecer normal o no incomodar al otro.
—Gracias, es perfecto. — responde apretando la botella entre los dedos por aguantar las ganas de abrazarlo de nuevo aunque si le deja algo parecido a un apretónbarracaricia en el hombro mientras sonríe.
Estaba también, el hecho de que era su perfume y, por lo tanto, se llevaba también el recuerdo del olor del otro, haciendo que se mordiese los labios de nuevo de modo totalmente inconsciente.
—¿Te molestaría si tallo la botellita en la forma de una lunita pequeña? — pregunta con la mirada perdida en el brillo de las partículas que están allí atrapadas.
ChangMin: Las acciones del chico siempre le tienen al tanto; de lo que llevan conviviendo ha observado que el chico es reservado en sus movimientos, como quien tiene la madurez para sólo moverse cuando lo amerita, y contrariamente, a veces Gyuhyun lo sorprende con ademanes, expresiones y movimientos que lo dejan en un segundo de expectación, justo como ahora en el que ni siquiera sabe definir cuál de todas sus acciones le han removido de manera más positiva en su interior.
Asume que es el gusto de que el otro haya gustado de su improvisado y pequeño aspecto, por lo que él solo niega quitándole importancia mientras se va a sentar en el colchón para volver a tomar a su pingui-comunicador nuevamente en el regazo. —Para nada molestia, sería genial ver algo así, solo no te desvele haciéndolo, deja descansar esa cabecita de genio que tienes, Gyuhyun.— Reponde con una pequeña risa y en total intención de bromear con el chico, tomándose la libertad de hacerlo sin formalismos que se tendrían dos desconocidos.
En cambio siente que es cómodo jugar y bromear con el otro y está a punto de hacer un comentario al respecto cuando nota que su robot a respondido a la verbalizacion del nombre del otro.
KyuHyun: —Intentaré hacerlo durante el día aunque siendo la luna parece que pide ser un trabajo nocturno... — responde con una sonrisa de esas amplias que conseguían marcar más sus pómulos durante una pareja de segundos.
Pero su atención se va también a como el robot responde a su nombre, achicando un poco los ojos porque al detectar que están juntos no debería activarse, se mueve para tomarlo con cuidado de la almohada y decir un "pero si estoy aquí" a lo que el robot responde mostrando un emoticono con corazones entre las dos lunas que levitan sobre su cabeza, consiguiendo una risa pequeña.
—Creo que quiere que entiendes que si hablas de mi va a activarse... Pero no te preocupes solo si le das literalmente permiso mandará el mensaje, a no ser que note que tus condiciones vitales están muy extrañas... Por si es que te está pasando algo malo que me avisará de todos modos para que pueda ir a ayudar...
Se calla, por supuesto, el protocolo que tiene de explotar contra lo que identifique como un gran peligro si eso llega a pasar, quizá no era buena idea decirle al chico que le había regalado un dispositivo explosivo de defensa.
0 notes
penny-reader · 3 years
Text
Capítulo 3: El Inmortal Chatarra; Tercera Vez Ingresando a la Capital Celestial 2
Heaven Official’s Blessing
Capítulo Anterior | Índice | Siguiente Capítulo
LIBRO 1: LLUVIA CARMESÍ QUE BUSCA UNA FLOR
CAPÍTULO 2: EL INMORTAL CHATARRA; TERCERA VEZ INGRESANDO A LA CAPITAL CELESTIAL 2
El maestro de los días olvidados, quien cayó tan bajo como para ser el hazmerreír de los tres reinos sin ofrendas, templos ni devotos, mientras que los dos sirvientes a su cuidado ambos habían pasado sus calamidades celestiales y se volvieron grandes dioses marciales por sí mismos, los cuales gobernaban sus propias regiones.
Con tal situación, era imposible que nadie pensara en ello. Si Xie Lian tuviera que elegir quién le hacía sentir más incómodo entre Feng Xin y Mu Qing, él respondería "¡estoy bien con ambos!". Pero si los espectadores tuvieran que decidir con quién querían más que se peleara Xie Lian entre Feng Xin y Mu Qing, entonces eso dependería en el gusto del individuo. Después de todo, los tres tenían suficientes razones para darse palizas entre sí, así que era una elección difícil.
Es por eso que todos se quedaron extremadamente decepcionados cuando Feng Xin no había respondido por un largo tiempo, sin replicar una sola palabra, para luego directamente volverse invisible.
Y de este modo, Xie Lian concluyó la escena por sí mismo. Dijo:
—No pretendía que las cosas se salieran de las manos así. No fue intencional, me disculpo con todos a los que les causé problemas.
Mu Qing respondió sarcásticamente:
—Oh, pues qué coincidencia.
Coincidencia. Xie Lian también pensaba que era una gran coincidencia. ¿Cómo es que tan casualmente había golpeado a Mu Qing y destruido el palacio de Feng Xin? Desde la perspectiva de los espectadores, esta era prácticamente una venganza intencional. Pero la verdad era esta: él era el tipo que podía elegir la copa envenenada entre mil copas de vino.
Pero, no era como si uno pudiera hacer nada sobre lo que los otros pensaban. Entonces, Xie Lian solo pudo contestar:
—Daré mi mejor esfuerzo para compensar los palacios dorados de todos y los otros daños, y les suplico que me den un poco de tiempo.
Incluso pensando con la cola de un batidor, era obvio que Mu Qing debió haber querido seguir haciendo comentarios sarcásticos. Pero su palacio dorado no había sufrido ningún daño después de todo, y la campana que cayó sobre él igual había sido partida en dos; el seguir actuando tan altivo sería impropio para alguien de su estatus, entonces, del mismo modo, se cayó y se volvió invisible. Cuando Xie Lian vio que los horribles desastres ya se habían ido por sí mismos, se escapó rápidamente también.
Todavía estaba considerando intensa y seriamente a dónde podría ir para conseguir esos ocho millones ochocientos ochenta mil méritos. Entonces, al día siguiente, Ling Wen solicitó su presencia en el Palacio de Ling Wen.
Ling Wen era una oficial celestial que manejaba los asuntos del personal celestial, y controlaba que el ascenso de los humanos fuera viento en popa y rápido. El palacio entero estaba lleno de documentos oficiales amontonados desde el suelo hasta el techo; una visión bastante impactante, podía hacer que te temblaran las piernas. En el camino, todos los oficiales celestiales que salían del Palacio de Ling Wen estaban transportando pilas de documentos más altas que la persona normal, sus pieles espantosamente pálidas, luciendo o como si estuvieran a punto de tener un colapso nervioso o tiesos.
Una vez Xie Lian entró al gran hall, Ling Wen se volvió y fue directo al grano.
—Su Alteza, el emperador tiene un asunto que solicitarle, ¿le dará una mano en ayuda?
Había muchos "Zhenjuns" y "Yuanjuns"[1] en el reino celestial, pero solo había uno al que se podían dirigir como el emperador. Si este lord quería hacer algo, no habría necesitado pedírselo a nadie.
Por ello, Xie Lian se sorprendió antes de responder:
—¿Qué cosa?
Ling Wen le alcanzó un rollo de papel.
—Recientemente, ha habido un gran número de distinguidos devotos del norte orando frecuentemente, así que las cosas no deben ser pacíficas por allí.
"Devotos distinguidos" se referían usualmente a tres tipos de personas: el primer tipo era el rico, aquellos que pagaban por inciensos y servicios religiosos; el segundo tipo eran los misioneros, quienes promovían la religión y daban sermones; el tercer tipo eran los devotos que poseían fe absoluta en ambos cuerpo y corazón.
Entre los tres, el primer tipo predominaba; mientras más rico era uno, más temía y respetaba a los dioses y fantasmas, y había tantas personas ricas como peces en el mar. El tercer tipo era el menos común, porque si alguien genuinamente pudiera alcanzar ese nivel, entonces su estado espiritual debía ser extremadamente alto, y no estarían tan lejos de la ascensión ellos mismos.
El tipo del que se hablaba aquí era, obviamente, el primero.
—El emperador no puede asistir al norte ahora mismo —explicó Ling Wen—. Si está dispuesto a hacer un viaje allí en su favor, entonces en el futuro, sin importar la cantidad de ofrendas que estos devotos distinguidos den para redimir su promesa, todo será contado para su altar. ¿Qué piensa?
Xie Lian recibió el rollo con ambas manos y dijo:
—Gracias.
¿Cómo podría Xie Lian no darse cuenta de que esto era claramente Jun Wu ayudándolo? Es solo que lo había hecho sonar como si preguntara si Xie Lian querría ayudarlo. En el momento, no pudo encontrar ninguna frase para expresar cómo se sentía, a excepción de esas dos palabras.
Ling Wen replicó:
—Yo solo soy responsable de hacer las cosas. Si quiere decir gracias, entonces espere a que el emperador regrese y vaya a agradecerle directamente por sí mismo. Por cierto, ¿necesita que le preste algún dispositivo espiritual?
—No —dijo Xie Lian—. Incluso si me diera un dispositivo espiritual, no tendré nada de poder espiritual una vez baje, así que no podría usarlo de todos modos.
Habiendo sido desterrado dos veces, Xie Lian había perdido todos sus poderes espirituales. Estaba bien en el reino celestial; el reino celestial era donde estaban todos los palacios divinos, y el qi espiritual era abundante, infinito, al alcance de la mano para que lo usara. Sin embargo, una vez de vuelta en el reino mortal, se atrofiaba. Si quería tener una pelea espiritual con alguien, tendría que tomar prestado dicho poder de otra persona para arreglárselas; muy inconveniente.
Ling Wen sopesó por un momento.
—Entonces es mejor si llamamos a unos pocos oficiales marciales para que le den una mano.
Los dioses marciales que estaban en oficio actualmente o no lo conocían, o lo odiaban. Xie Lian sabía eso, al menos.
—Olvide eso también. Nadie vendrá.
Ling Wen tenía sus propias consideraciones, sin embargo, y dijo:
—Lo intentaré.
No importaba si lo intentaba o no, pero Xie Lian ni aceptó ni protestó y dejó que lo intentara por su cuenta. Por ello, Ling Wen entró a la matriz de comunicación y preguntó alta y claramente:
—Todos, el emperador tiene un asunto urgente en el norte y necesita manos capaces desesperadamente. ¿Hay alguna alteza marcial que pueda asignar dos oficiales marciales de sus palacios?
Apenas fueron dichas las palabras, la voz de Mu Qing saltó ligeramente:
—Escuché que el emperador no está en el norte en este momento, así que esta probablemente sea una llamada para asistir a Su Alteza el Príncipe Heredero, ¿estoy en lo correcto?
Xie Lian pensó para sí mismo: "¿Estás vigilando la matriz de comunicación todos los días...?"
Ling Wen pensó exactamente lo mismo, y quería echar a Mu Qing de una pequeña bofetada de la matriz por obstruir su trabajo, pero siguió sonriendo por fuera.
—Xuan Zhen, ¿cómo es que le sigo viendo dentro de la matriz estos días? ¿Parece que tiene tiempo libre en sus manos últimamente? Felicidades.
Mu Qing replicó fríamente:
—Mi mano está lastimada, actualmente estoy atendiendo la herida.
Todos los oficiales celestiales pensaron para sí mismos: "Esa mano tuya puede partir montañas y mares sin siquiera sudar, ¿qué te puede hacer el cortar una campana?"
Al principio, Ling Wen había querido esperar hasta engañar a dos personas para que se ofrecieran antes de decir nada. Mas no solo Mu Qing la descubrió tan fácilmente, sino que lo había dicho en voz alta también. Ahora seguro que no habría nadie disponible. Como era de esperar, ni un alma respondió, pero Xie Lian no le tomó importancia.
Afirmó:
—Le dije que nadie vendría.
—Si Xuan Zhen no hubiera dicho nada, lo habría logrado —dijo Ling Wen.
Xie Lian rio por lo bajo.
—Se expresó como un tocador de pipa con la mitad de su cara cubierta, y entre la niebla la flor luce tres veces más hermosa. Las otras personas pensarían que era para hacer un trabajo para el Emperador, así que por supuesto que vendrían. Pero si venían y descubrían que estarían trabajando conmigo, probablemente habría un alboroto, ¿y cómo podríamos cooperar bajo esas condiciones? De cualquier modo, estoy acostumbrado a estar solo; no es como si hubiera perdido ningún miembro durante estos últimos años, así que dejémoslo como esta. Gracias por las molestias, ahora me voy.
Ling Wen también se había quedado sin ideas, así que juntó sus manos en saludo.[2]
—Muy bien. Deseo que todo le vaya bien a Su Alteza allí abajo, que todos los oficiales celestiales le den su bendición.
—¡Ningún camino está sellado! —respondió Xie Lian, sacudió su mano y se fue de manera rápida.
Tres días después, el reino mortal, en el norte.
Había una tienda de té al costado de la calle principal. El escaparate no era grande y los tenderos eran simples, pero lo que era bueno de esta era el paisaje. Había montañas y agua, personas y la ciudad. Lo tenía todo, pero no mucho; no mucho, mas lo suficiente. Si uno tenía la oportunidad de encontrarse en este paisaje, definitivamente se volvería un hermoso recuerdo.
El Maestro del Té de la tienda era extremadamente ocioso y, cuando no había clientes, llevaría un taburete fuera para sentarse en la entrada a mirar las montañas y las aguas, la gente y la ciudad, bastante alegre al mirar. Hoy, vio un cultivador vestido de blanco que había venido del camino a la distancia; cansado del viaje, como si hubiera caminando por un largo tiempo.
Cuando el hombre se acercó, en primer lugar, se pasó de la pequeña tienda, pero, de repente, se detuvo. Entonces, muy lentamente, retrocedió. Levantando la punta de su sombrero de bambú, miró hacia arriba, dándole un vistazo al letrero de la tienda, y sonrió.
—"Pequeña Tienda de Encuentro Casual", qué nombre tan interesante.
Aunque este hombre parecía algo cansado, se veía animado, tanto que quien lo miraba no pudo evitar levantar las esquinas de sus labios también.
Entonces el hombre preguntó:
—Disculpe, ¿el Monte Yujun está cerca de aquí?
El Maestro del Té apuntó en una dirección para él.
—Está alrededor de aquí.
Ese hombre soltó un suspiro, y se las arregló para no dejar salir su alma completa en ello. Pensó para sí mismo: "Finalmente lo logré".
Este era, por supuesto, Xie Lian.
Cuando dejó la Capital Celestial ese día, originalmente había fijado la localización de aterrizaje preferida en reino mortal, y era algún lugar cercano al Monte Yujun. Mas quién habría dicho que cuando se fue de manera rápida, y saltó rápidamente, su manga se quedaría atrapada en una rápida nube. Sí, se quedó atrapada por una nube. No supo cómo su manga se quedó atrapada, pero de todos modos cayó a través del cielo de un millón de millas de altura y, para el momento en que se desplomó, ya no sabía dónde estaba. Después de viajar a pie por tres días, finalmente logró llegar al punto en que pretendía aterrizar originalmente.
Xie Lian entró a la tienda y tomó una mesa junto a la ventana, ordenando té y aperitivos. Después de que finalmente se hubiera acomodado, de repente, fuera, hubo un ruido de gongs siendo tocados, y el sonido de llantos.
Miró hacia la calle y vio un grupo de hombres y mujeres, ambos jóvenes y viejos, escoltando un sedán de matrimonio rojo brillante mientras pasaban.
El aire que rodeaba esta procesión era completamente extraño. A primera vista, parecía una procesión matrimonial, pero dándole un mejor vistazo, las expresiones en la cara de estas personas era solemne, llena de aflicción, furia y terror. No parecía que estuvieran festejando para nada, más aún vestían de rojo con flores y hacían un espectáculo ostentoso. Tal escena realmente era extremadamente peculiar. El Maestro del Té elevó alto la tetera de cobre en su mano y la inclinó para verter el té. Él también vio cómo se desarrollaba la escena, pero solamente sacudió su cabeza antes de continuar.
Xie Lian observó cómo esa bizarra procesión desaparecía en la distancia y se quedó pensativo por un momento. Justo cuando estaba por sacar el pergamino que Ling Wen le dio para leerlo una vez más, de repente percibió algo deslumbrante revoloteando por allí.
Cuando alzó la vista, una mariposa plateada pasó volando frente a sus ojos.
Esa mariposa plateada era resplandeciente y traslúcida, y mientras revoloteaba por el aire dejaba detrás de sí un brillante sendero centellante a su paso. Xie Lian la alcanzó sin poder evitarlo. Esta mariposa plateada era increíblemente inteligente, no solo no se asustó, sino que incluso se detuvo en la punta de su dedo. Sus alas brillaban ligeramente, hermosa y serena, y bajo la luz del sol, se sentía como una ilusión de un sueño que se haría añicos con solo el toque de un dedo. Un momento después, se fue.
Xie Lian le despidió con la mano y, cuando volvió la cabeza, había dos personas más sentadas en su mesa.
La mesa tenía cuatro lados; estos dos tomaron cada uno un lado, uno a la izquierda, uno a la derecha. Eran dos hombres jóvenes de dieciocho o diecinueve años. El de la izquierda era más alto, de cejas profundas y apuesto, y sus ojos mostraban un tipo de ferocidad desenfrenada. El de la derecha era extremadamente bello, elegante y sereno; lo único es que su expresión era un poco muy distante y fría, haciéndole lucir como si estuviera extremadamente disgustado. En realidad, ninguno de los dos se veía alegre.
Xie Lian parpadeó.
—¿Ustedes dos son?
El de la izquierda respondió:
—Nan Feng.
El de la derecha dijo:
—Fu Yao.
"No les estaba preguntando sus nombres..." pensó Xie Lian.
Justo entonces, Ling Wen de repente le transmitió un mensaje de voz: "Su Alteza, hay dos oficiales marciales junior de la Corte Media que se han ofrecido voluntarios para asistirte. Ya han descendido a buscarte y deberían estar allí para ahora."
Esta Corte Media era, naturalmente, lo opuesto a la Corte Superior. Los oficiales celestiales del reino celestial podían ser divididos groseramente en dos grupos: aquellos que ascendieron, y aquellos que no. La Corte Superior consistía en los oficiales celestiales que ascendieron con sus propias habilidades, y solo había alrededor de cien de ellos en todo el reino celestial, extremadamente eminentes. Respecto a los de la Corte Media, ellos eran traídos como "generales adjuntos". Hablando estrictamente, deberían ser llamados "Igual que los Oficiales Celestiales" pero, cuando todos se dirigían uno al otro, a menudo quitarían el "igual que" del nombre.
Entonces, ¿si había una Corte Superior y una Corte Media, había una Corte Inferior?
No.
En realidad, solo había una cuando Xie Lian ascendió por primera vez. En el momento, la división todavía se llamaba "Corte Superior" y "Corte Inferior". Como sea, más tarde todos notaron un problema: cuando uno se estaba presentando a sí mismo, sonaba realmente mal decir "Soy xxx, de la Corte Inferior". Usar la palabra "inferior", hacía sentir que uno era menos comparado con los demás. Deben saber que definitivamente había genios y figuras sobresalientes con poderes espirituales impresionantes entre ellos; lo que les faltaba solo era esa única calamidad celestial antes de que pudieran convertirse en oficiales celestiales reales. ¿Quién sabía cuándo llegaría ese día? Por eso, se propuso que se cambiara una palabra, y sonaba mucho mejor decir "Soy xxxx, de la Corte Media"... incluso aunque ambos significaban lo mismo. En cualquier caso, después de que se cambiara, Xie Lian no pudo acostumbrarse por un largo tiempo.
Xie Lian observó a esos dos oficiales marciales junior, cada uno con una expresión más infeliz que el anterior, luciendo completamente lo contrario a venir "voluntariamente".
No pudo evitar preguntar: "Ling Wen, no parece que estén aquí para ayudarme a trabajar, sino más como que están aquí por mi inútil cabeza."
Desafortunadamente, lo que dijo no pudo ser transmitido, y ya tampoco podía oír la voz de Ling Wen en sus oídos. Supuso que había estado demasiado lejos de la Capital Celestial por mucho tiempo, y sus poderes celestiales se habían agotado.
Sin otra opción, Xie Lian primero les mostró una sonrisa a esos oficiales marciales junior, y luego dijo:
—Nan Feng y Fu Yao, ¿verdad? Déjenme agradecerles a ambos en primer lugar por ofrecerse a venir a ayudar.
Los dos simplemente asintieron, mostrando cierta actitud; entonces parecía que ambos venían del cuidado de dioses marciales distinguidos. Xie Lian le pidió al maestro del té que trajera dos tazas más, luego alzó su propia taza, y apartó las hojas de té a un lado.
Preguntó casualmente:
—¿De qué Altezas vienen, chicos?
—El Palacio de Nan Yang —respondió Nan Feng.
—El Palacio de Xuan Zhen —contestó Fu Yao.
—...
Bueno, esto ciertamente era horroroso.
Xie Lian tragó su té y replicó:
—¿Sus generales sabían que vendrían, chicos?
Los dos respondieron al unísono:
—Mi general no sabía que vendría.
Xie Lian reflexionó por un momento, y preguntó nuevamente:
—Entonces, ¿ustedes saben quién soy yo?
Si estos dos oficiales marciales junior hubieran venido después de ser engañados por Ling Wen y lo ayudaran, entonces cuando volvieran serían regañados por sus propios generales. No valdría la pena.
—Es su Alteza Real, el Príncipe Heredero —dijo Nan Feng.
—Es la justicia del reino mortal, el centro del mudo —dijo Fu Yao.
Xie Lian se ahogó por un momento, y entonces interrogó a Nan Feng, inseguro:
—¿Acaba de rodar los ojos?
—Sí —contestó Nan Feng—. Haga que se largue.
No era ningún secreto que Nan Yang y Xuan Zhen no se llevaban bien. Cuando Xie Lian escuchó de esto por primera vez, no estaba ni un poco sorprendido, porque Feng Xin y Mu Qing no compartían una gran amistad en el pasado. Lo único es que, por entonces, eran sus subordinados; así que cuando el príncipe heredero les decía "no pelen, tienen que ser buenos amigos", se contenían y no se volvían locos. Cuando estaban realmente molestos, se apuñalarían uno al otro con palabras como máximo, pero, con cómo estaban ahora, ya no había ninguna necesidad de ser falsos.
Incluso los devotos normales de los dos oficiales celestiales en el sureste y suroeste se miraban unos a otros con desprecio; a través de los años, el Palacio de Nan Yang y el Palacio de Xuan Zhen siempre se habían visto uno al otro como enemigos. Los dos frente a él ahora eran ejemplos clásicos.
Fu Yao se burló:
—Ling Wen Zhenjun dijo que todos los voluntarios dispuestos eran bienvenidos, ¿así que con qué fundamento me estás diciendo que me largue?
La palabra "dispuesto", dicha usando esa expresión suya, realmente no era convincente. Xie Lian dijo:
—Solo déjenme confirmar. ¿Ustedes dos realmente vinieron como voluntarios por su propia voluntad? Si no, entonces, por favor, no se fuercen a sí mismos.
Los dos contestaron al unísono:
—Vine por mi propia voluntad.
Mirando esos dos rostros severos y desalentados, Xie Lian pensó para sí mismo: "Lo que quieren decir en realidad es "Quiero matarme", ¿verdad?"
—Bueno, en cualquier caso —continuó Xie Lian—. Primero hablemos de los negocios. Estoy seguro de que ambos saben qué estamos haciendo en el norte, ¿cierto? Así que no voy ir de arriba...
—Nop —dijeron los dos al unísono.
—... —Sin otra opción, Xie Lian solamente pudo sacar el pergamino—. Entonces supongo que empezaré desde el principio para ustedes.
Se dice que, hace muchos años, había una pareja a los pies del Monte Yujun.
Esta pareja estaba muy enamorada. El novio esperaba que la procesión matrimonial llegara, pero esperó por mucho tiempo y todavía no había señales de la novia. Ansioso, el novio fue a la casa de la novia, pero su suegro y suegra le dijeron que la novia se había puesto en camino hacía tiempo. Ambas familias lo reportaron a las autoridades, y buscaron por todos lados sin resultados. Si hubiera sido devorada por bestias de la montaña, entonces por lo menos habría restos de un brazo o pierna; ¿cómo es que se había desvanecido en el aire? Por eso, no se pudo evitar que hubiera aquellos que sospecharan que la novia no quería casarse, por lo que confabuló con la procesión matrimonial y escapó. Aunque, quién diría que muchos años después, cuando otra pareja estaba por casarse, se repitió la misma pesadilla.
Una vez más, la novia desapareció. Sin embargo, esta vez quedó algo atrás. En un pequeño camino, el equipo de salvamento encontró un pie que aún no había sido devorado del todo.
———————————————————————————
Notas:
[1] El carácter chino yuán [元] representa el comienzo o el origen, y la calidad de ser original, primero, principal, el mayor o el líder. "-Jun" es un sufijo honorífico para señor/monarca.
[2] Saludo para las artes marciales donde la mano derecha forma un puño y la mano izquierda se coloca abierta sobre los dedos del puño. 
Capítulo Anterior | Índice | Siguiente Capítulo
1 note · View note