Puedo ser tuya de espaldas
de esa forma desenfrenada
como a ti te gusta,
que observes las curvas
que te llevan a la cumbre,
invitarte a tomar mi cabello con fuerza
mientras mi boca demanda entre gemidos tu sabor,
deseo sentir cómo tu cuerpo
se desemboca sobre mi piel
cada vez que nos sumergimos en placer.
Nuestros labios, como el café sin probar, se quedan pendientes, a la espera de un encuentro. Tu boca y mis labios, unidos en un beso ,aromático y dulce, como esa bebida intensa.
Vivo por que me gusta, por que me place, por que le encuentro sabor a la vida y a todo aquello que me rodea.
Disfruto cada minuto que se me obsequia y amo con la misma intensidad con la que me aman y se entregan.
Sonrió de la misma forma en que me regalen sonrisas y río mucho, muchísimo, hasta que el estómago me duela y siento que ya no puedo más.
Salto, canto, bailo, hago el amor y lo deseo para todos de igual manera... Dejo que el viento me despeine y también hago que la mente vuele e imaginé, sueñe y fantasee...
Vivo, por que no hay nada más hermoso en la vida que saborear ese bello privilegio que nos dan.
Subiste la mirada, tus ojos se encontraron con los míos, sonreíste ligeramente mientras recorrias tu cuerpo hacia arriba para unir nuestros labios en un alocado beso sabor a cerveza. "Me gusta ver todos tus gestos", dijiste mientras tus dedos seguían tocándome con suavidad. Sentía tantas cosas al mismo tiempo, sonreíste de nuevo y caí en cuenta... me encantaba ser tuya a escondidas.
En el cielo,
en el agua,
en los espejos,
en las camas.
Entre mis bazos.
Entre las nubes, hallo
tus bellos ojos claros,
y cómo cae largo
tu cabello: negro y lacio.
Rezo todos los días
para poder verte,
de entre ciudades distintas,
en medio de la gente.
En el aeropuerto,
abrazarte,
besarte,
sonreírte,
escucharte,
y las palabras
a nuestro encuentro:
«Cuánto lo he anhelado»,
salgan de mis labios
junto a una vibrante emoción.
Porque no me lo podría creer
que, después de tanto tiempo hablando
a través de extensas videollamadas,
por primera vez te veré.
Porque no sabes cuánto sueño contigo.
Te imagino encontrándome
como en las películas de comedia romántica,
y teniendo nuestro final feliz merecido.
"Sentados en un café reconstruían minuciosamente los itinerarios, los bruscos cambios, procurando explicarlos telepáticamente, fracasando siempre, y sin embargo se habían encontrado en pleno laberinto de calles, casi siempre acababan por encontrarse y se reían como locos, seguros de un poder que los enriquecía."
Déjame: escribir poemas sobre tu espalda, ponerle nombre a tus lunares, descansar sobre tu piel, alimentarme de tu aroma, humedecer los labios con los tuyos, ver tus ojos como veo las estrellas, contemplar tu naturaleza sin adornos, sincronizar mi cuerpo con tu vaivén, llegar a lo más alto después de ti y acompañar tu sincera tranquilidad.