Tumgik
#capítulo
conexionesismaelpardo · 3 months
Text
Capítulo 02: Encuentros
Tumblr media
Hace ya bastante que digo una frase para resumir la vida, y si bien ha cambiado algo en su estructura, podría decir que es una suma de encuentros, desencuentros y reencuentros
Todavía no me había encontrado con Mario, mi primer novio, cuando se me ocurrió. Siempre me ha gustado escribir, aunque jamás pensé que me ganaría la vida así. ¡Y qué alegría me dieron cuando recibí la propuesta de publicar mi manuscrito!
Pero todavía no hemos llegado. Tenemos que volver diez años atrás en el tiempo, justo cuando iba a empezar segundo de Periodismo y mi coche, un Citroën Saxo del 97, decidió dejarme tirado a 1 km de la universidad. Iba a hacer una recuperación de una asignatura que se me había atragantado en el primer cuatrimestre, pero es que había prestado muy poca atención al profesor y demasiada a explorar la vida universitaria: un poco de alcohol, sexo de vez en cuando y nada de rock and roll, que lo que se pinchaba en los bares era reggaetón.
La cosa era que no me podía permitir quedarme tirado, con la noche de mierda que me había pegado repasando los apuntes mal escritos durante los meses de invierno, no sé si por lo poco que me interesaba o por el frío que hacía en las clases, y decidí caminar hacia la facultad. Allí, como muchos otros, me presenté al examen más ridículo de toda la carrera: el profesor nos dijo que, solo por haber ido, ya estábamos aprobados, que confiaba mucho en que no queríamos hacerle perder el tiempo y que seguro que habíamos estudiado durante todo el verano.
—Pero quien quiera sacar más de un 5, que venga conmigo a mi despacho —dijo en voz alta—.
Solamente quedamos Sara, una de mis mejores amigas, y yo, simplemente por el hecho de que queríamos pedir becas y no sabíamos a ciencia cierta si la nota servía para algo o no. Y también porque el efecto de las bebidas energéticas me hizo sentirme más valiente de lo que soy normalmente con todo lo que tiene que ver con la educación. Sara entró primero, ya que era la primera de la lista.
—Alcácer, pase —dijo el profesor—.
Sara entró y, para mi sorpresa, no duró ni un minuto dentro. Salió con una sonrisa de oreja a oreja, pero no me confesó el motivo de su alegría. Se despidió con un beso y me dijo que se volvía a estudiar. Si yo había pasado el año con gracia y había esquivado los suspensos, mi amiga decidió tirarse a la piscina con las faltas de asistencia, las reuniones en la cafetería y los jueves en el centro, así que no me sorprendía para nada que tuviera que seguir estudiando, a pesar de que casi empezaba ya el primer cuatrimestre de nuestro segundo año.
—Beltrán, adelante —me llamó el profesor desde dentro—.
Justo cuando mencionó mi apellido, el efecto de los RedBull que me había tomado durante la noche estaba en su auge máximo. Me sentía capaz de todo y quería demostrarle al profesor que no solo tenía muchas ganas de aprobar, sino que también quería sacar buena nota en su asignatura.
—Haga el favor de sentarse —me indicó la silla que tenía justo delante de su mesa—. ¿Cómo ha pasado el verano?
—Pues bien, la verdad.
La verdad es que no había pasado un mal verano. Había disfrutado con mis amigos antes de que cada uno se fuera a sus respectivas ciudades o disfrutaran de las vacaciones con sus familias, pero también había hecho lo propio por mi cuenta. Había estado conociendo a un par de chicos, y, si bien me lo había pasando bien con ellos, no había trascendido a nada más que lo puramente carnal.
Volviendo al examen, que era de Derecho de la Información y de la Comunicación, el profesor me formuló una sola pregunta:
—¿Cuántas unidades te has estudiado, Martín?
—Si le digo la verdad... —comencé, con un tono casi de disculpa— Solo me sé dos. Las otras tres se me están olvidando.
—Pues tiene usted un 7. Ya puede irse usted a la cafetería o donde considere.
No me lo podía creer. Me quedé con las ganas de decirle lo que sabía. Es verdad que solo eran un par de temas los que conocía, pero imaginaba que me daría a elegir. Me levanté, solté un «muchas gracias» y me fui. La verdad es que me dieron ganas de llorar, pero también me sentí muy afortunado. No sabía si el modo automático de las bebidas energéticas me había ayudado o no.
Sea como fuere, me subí al autobús y me acerqué a donde había dejado el coche. Con la tranquilidad de haber hecho el examen, ya pude llamar al seguro y a la grúa. Llevaron el coche (y a mí, claro) a un taller que estaba cerca de mi casa. Me dijeron que hasta el lunes de la siguiente semana no lo tendría disponible, así que, una vez solucionado ese tema, llegué a mi casa.
Pasado el efecto de la tensión del examen y del coche estropeado, me vine abajo. Me metí en la cama con la sensación de atropello de haber pasado casi 24 horas despierto. Evidentemente, dormí todo el día. Por suerte, mis padres estaban de vacaciones y mi hermana estaba de viaje con sus amigas, así que tenía la casa para mí solo.
Después de comer algo, decidí que era hora de ponerme al día con mi vida social. Como todos mis amigos estaban o fuera de mi ciudad o estudiando para los exámenes que les faltaban, decidí hacer algo que me pareció una tontería incluso cuando se me pasó por la cabeza: probar suerte en una red de contactos.
Visité cientos de perfiles y ninguno me parecía interesante. La verdad es que, a pesar del desvelo obvio de haber dormido todo el día, me aburrí bastante: perfiles vacíos, conversaciones muy triviales y objetivos sin definir. Estuve a punto de desconectarme cuando ocurrió algo inesperado: hice match con Mario.
Todo me llamó la atención de él. Tenía 25 años, trabajaba como informático, pero tocaba la guitarra en El Bucle, uno de los bares donde solía ir con mis amigos, y por las fotos y mensajes que nos intercambiamos parecía una persona auténtica y agradable. Nos quedamos hasta por la mañana compartiendo mensajes, hablando de nuestras películas favoritas, de qué nos gustaba hacer y, evidentemente, de cómo nos había ido en el amor.
Lo mío era lo más sencillo: nunca había tenido nada serio, siempre me había sentido rechazado, aunque hubiera tenido algún que otro escarceo insignificante. Él, por otra parte, salía de una relación bastante tormentosa. «Quiero tomármelo con calma», decía, pero sentía, como según la noche iba pasando, que esa calma se convertía en algo que a mí me llamaba mucho: las ganas.
—Oye, Martín...
—Dime.
—Toco el viernes en El Bucle y termino prontito. ¿Qué te parece que nos tomemos algo, y así nos conocemos?
La conversación solo daba para una respuesta posible: «por supuesto que sí». Pero también para otra, que nada tenía que ver con nuestra cita: «debería irme a la cama». Nos habíamos tirado toda la noche hablando, tecleando, esperando una respuesta y disfrutando de cada pregunta. Al final, ni nos habíamos dado cuenta de que los primeros rayos de luz entraban por la ventana.
Nos despedimos y quedamos para el viernes, sin dejar la comunicación durante esos días. Nos dimos los teléfonos y me sentí adolescente de nuevo, con mariposillas en el estómago y con ganas de que me hablara. Fueron cuatro días de charlas por el teléfono hasta las tantas de la noche... hasta que llegó el viernes.
Entré en El Bucle con muchísimos nervios. Al fin y al cabo, habíamos quedado justo después del concierto, por lo que no esperaba comunicación alguna antes de nuestra cita. Pero me llegó un mensaje: «Qué guapo estás, me vas a poner muy nervioso».
Miré alrededor. Vi unos ojos a través de la oscuridad del local, justo cerca del escenario, que me regalaron un guiño: allí estaba Mario. Si él estaba nervioso simplemente por verme, yo me derretí con aquel guiño.
El concierto fue genial. Su grupo, Nuts, tocaba versiones pop-rock de grupos españoles e internacionales, pero también tocaron algunas canciones propias que querían incluir en su álbum debut. «Eso si hay algún sordo en las discográficas», bromeaba Mario, como puntilla al comentario de Pablo, el cantante principal. Todos nos reímos.
Cuando terminó el concierto, El Bucle se vació. Los camareros me pidieron que me quedara fuera esperando, pero Mario los escuchó: «Viene conmigo». Me quedé un rato más en la barra, esperando a que terminara de recoger.
Mario se acercó a mí de forma tímida, casi como lo que éramos: dos completos desconocidos. Me dio un beso en la mejilla, que le correspondí, y un abrazo:
—Estaba deseando conocerte.
—Y yo a ti.
No pude evitar sonreír. Me dijo que le esperara un poco más, que estaba a punto de terminar, y que había preparado una cita muy chula para que la disfrutáramos los dos. Me quedé un buen rato esperando en la pista de El Bucle, ahora vacía, para darme cuenta de lo grande que era el local y lo lleno que estaba. Era curioso cómo jamás me había encontrado con un grupo que llenaba de forma habitual el local que frecuentaba... Las cosas de la vida, supongo.
Mario me llevó a una hamburguesería cerca del local, y decidimos comer algo rápido para poder ir a tomarnos una cerveza a un bar que estaba al final de la calle. Para ser viernes, la calle estaba bastante vacía, pero suponía que era porque había algún tipo de evento universitario del que no me había enterado, pero fue perfecto: aproveché cada momento para conocer más a Mario, ver que encajábamos en muchísimas cosas de la vida, y también para ver que las mariposillas que habían estado durante los días anteriores no se me pasaban.
—¿Y eres más de playa o de montaña?
—Si te digo la verdad, de ninguna de las dos —dije, aguantando un poco una carcajada—. Odio la playa, porque me quemo, pero la montaña no es que me haga especial ilusión.
—Entonces me parece que no te gustará el final de nuestra cita...
—¿Y eso?
—Había planeado ir a una playa, que nos queda cerca, y ver las estrellas desde allí —me explicó, de forma tímida—. Creía que sería bonito, la verdad.
No pude evitarlo: me lancé a darle un beso. La verdad es que no sabía cómo iba a recibirlo Mario, pero por su sonrisa justo después de haberlo hecho me dijo que sí que le había gustado. «Que sepas que te has adelantado», me dijo.
Cogimos nuestras cosas y nos montamos en su coche. Nos acercamos a la playa a la que se refería, que estaba a unos 15 minutos del centro, y es verdad que hacía una noche increíble. Había traído una toalla gigantesca, y una manta para poder taparnos.
Huelga decir que ver las estrellas, aunque fue precioso, no fue la principal actividad que hicimos: no paramos de besarnos, de abrazarnos, de tocarnos, de sentirnos. Al final, como en nuestras charlas a través del ordenador, y luego del teléfono, se nos hizo de día.
Aún no lo sabía, pero me había encontrado una de las historias más intensas que viviría durante mi vida, en la que hubo alma, corazón y también mucho dolor... pero no adelantemos acontecimientos.
3 notes · View notes
arte-misis · 1 year
Text
Mais um capítulo de uma história que eu estou escrevendo que já não cabe no enredo que eu planejei. Está incompleto, mas eu gostei de como ficou, por isso resolvi postar!
Boa leitura!
Capítulo 1 – Último aviso
O corredor que percorria era longo, com portas azuis em ambos os lados, e parecia mais comprido do que ela se lembrava. O caminho terminava em uma porta marrom um pouco maior que as demais, com aparência antiga; não antiga como a de um aposento num majestoso casarão, mas antiga como se tirada de um velho galpão empoeirado e amontado com outras velharias. Tinha o batente gasto e as dobradiças emitiam um rangido ardido quando a porta se abria; a maçaneta, outrora prateada, tinha uma aparência fosca e esverdeada, mostrando que não via um bom polimento há anos.
Mesmo assim, era uma porta que causava comoção. Ouvia-se aqui e ali que a porta emanava uma energia capaz de sugar a felicidade de quem viesse a se aproximar. Havia aqueles que iam além, e diziam que a madeira encantada com a qual aquela porta fora feita era capaz de sugar a alma dos desavisados que a atravessassem. Katyins, é claro, sabia que essa era apenas uma forma exagerada – e um tanto cruel – de descrever a sala da diretora. Mas que aquele lugar, de todos os outros naquela escola, possuía uma aura assustadora, isso com certeza.
Apesar de familiarizada com o tapete verde musgo e o sofá de couro falso da pequena sala no segundo andar, Katyins não pôde impedir suas entranhas de se revirarem quando passou através da velha porta. Não podia evitar de sentir medo, medo esse que se misturava à ansiedade e ao terrível cheiro de limão e água sanitária que saía do umidificador no canto da sala, fazendo a garota querer pôr para fora tudo o que havia em seu estômago. Ao se aproximar da mesa na parede oposta, um móvel grande demais para uma sala tão pequena, a diretora lhe recebeu com um sorriso, apontando a cadeira a sua frente pra que Katyins se sentasse.
A mulher alta de pele escura e curtos cabelos ondulados, no auge dos seus quarenta anos, era de longe a pessoa mais elegante que Katyins conhecia. Sabia sempre a combinação certa de roupas e acessórios e jamais errava na maquiagem, fosse algo mais sutil ou mais elaborado. Katyins a admirava, mas não apenas pela sua aparência. Beatrice era também muitíssimo competente, a melhor diretora que aquela escola tivera em anos; conseguia dialogar bem e resolver quase qualquer problema que lhe aparecesse. Quase. Katyins era um desses "quases".
— Você chegou um pouco mais cedo, ótimo!
Um sorriso desconcertado se abriu no rosto da garota, e ela se encolheu na cadeira, os cachos castanhos do seu cabelo cobrindo-lhe o rosto.
— Perdoe-me por chamá-la aqui depois do horário, mas eu detesto ter que tirar algum aluno da sala de aula. Seus pais virão hoje?
Katyins negou com a cabeça, sussurrando um quase inaudível "não".
— Ah, é uma pena! Mas eu entendo. E, sendo sincera, até prefiro ter essas conversas diretamente com os alunos. Vocês já são crescidos, sabem das suas responsabilidades, não precisam de pai e mãe segurando vocês pela mão, não concorda?
Outro sorriso desajeitado. Katyins já conhecia bem o repertório de Beatrice. A diretora ganhava a confiança dos alunos dizendo aquilo que todo adolescente gostaria de ouvir. Isso os deixava mais à vontade para falar tudo o que a diretora precisava saber. Quando esse método não funcionava, a mulher partia para o plano B: culpa. A consciência pesada era seu último recurso de interrogatório, por isso ela não hesitava em pressionar os alunos que resistiam até esse estágio. Ambas as abordagens, porém, não eram livres de falhas e, em relação à Katyins, nunca chegaram nem perto de funcionar. Ela sabia que apesar dos elogios, nenhum adulto via uma adolescente como ela como algo além de uma criança crescida e emocionalmente instável. Quanto à culpa, a mente da garota já se encarregava disso sozinha.
— Eu acredito que não precisarei falar de novo tudo o que já lhe falei nas últimas três vezes. — Beatrice apanhou uma caneta e colocou seus óculos de leitura, antes pendurados em seu pescoço por uma correntinha. A mulher puxou uma pasta abarrotada de papéis. Em todos eles, o nome de Katyins se destacava. Ela sabia o que havia escrito em cada um deles, e abaixou a cabeça para evitar o olhar de Beatrice. — Pela sua expressão, parece que eu estava certa.
— Olha, diretora, eu sei que a senhora ‘tava esperando que eu mudasse...
— Sim, era isso que eu esperava, mas aqui estamos! Katyins, você não percebe que tudo o que eu quero é lhe ajudar? — Beatrice se aproximou da garota, tentando olhar no s olhos castanhos que agora encaravam a fiação exposta no teto da diretoria.
— E-eu sei disso — balbuciou Katyins, ainda sem conseguir encarar a mulher à sua frente.
— Tenho minhas dúvidas. Sabe por quê? — A diretora empurrou a pasta cheia de papéis para a garota. Foi a primeira vez desde que entrara naquela sala que seus olhos encararam o rosto decepcionado de Beatrice — Metade desses papéis são só desse mês. Todos são anotações dos professores sobre seu comportamento em sala de aula. Deixando de entregar atividades, dormindo durante a aula. Você deixou de fazer quatro provas nesse trimestre! Sem falar da maneira como tem tratado seus colegas. Não fosse pela interferência de um dos monitores, você e Catarina teriam saído no soco.
— Foi ela quem começou a briga — rebateu Katyins.
— Não interessa! Ambas estavam erradas, mas não é esse o ponto em que quero chegar. Você costuma ser uma das nossas melhores alunas. Aquelas medalhas de primeiro lugar que penduramos na secretaria tem seu nome escrito nelas.
Ah sim, as medalhas. Os prêmios. Os quadros com fotos que faziam questão de lembrar à garota o quanto havia retrocedido. Riam dela constantemente e escandalizavam o fato de que havia se tornado um estorvo.
4 notes · View notes
annalegend · 2 years
Text
Tumblr media
2 notes · View notes
contosane · 13 days
Text
Tumblr media
❤️🧡Capítulo 3 de Destinos Florescentes finalmente no ar!💜💖
Disponível para leitura em
Contos Anê Blog: https://contosane-blog.blogspot.com/p/destinos-florescentes.html
Wattpad: https://www.wattpad.com/story/339739693-destinos-florescentes
Nyah: https://fanfiction.com.br/historia/810340/Destinos_Florescentes/
0 notes
brazilnovelas · 16 days
Video
youtube
MINHA FORTUNA É TE AMAR; 04 de abril . HOJE 04/4 de abril (03/04) Capítu...
0 notes
laiceldifusiones · 2 months
Link
Este es un mensaje de la serie "Transformación Divina". Te invitamos a escuchar y compartir. Síguenos en nuestras redes de La ICEL Instagram: https://instagram.com/⁠⁠⁠iespacios_libres⁠⁠⁠ Threads.net: https://www.threads.net/@iespacios_libres Twitter: https://twitter.com/IglesiaLibres Facebook: https://www.facebook.com/iglesiaespacioslibres/ Mail: [email protected] WhatsApp: +54 9 2615 45-6640 _______________________ Iglesia Cristiana Espacios Libres (ICEL): Ubicada en Ayacucho 631, capital de Mendoza, Argentina. Iglesia Cristiana Espacios Libres (ICEL) es una iglesia donde la Palabra de Dios resuena clara y profunda. Esta comunidad de creyentes se dedica apasionadamente a la enseñanza expositiva de las Escrituras, creyendo que en ella se encuentra el conocimiento pleno de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Los sermones expositivos que son la piedra angular de la ICEL tratan de aclarar el significado y la aplicación práctica de las Escrituras, permitiendo a los miembros profundizar en su comprensión de Dios y su relación con Él. Cada mensaje es una invitación a explorar las verdades bíblicas de manera reflexiva y personal. La ICEL no es sólo un lugar de adoración, sino también un faro de luz en la comunidad. Los miembros se reúnen en busca de una comprensión más profunda de la fe y tratan de vivir los principios bíblicos en su vida cotidiana. Se prohíbe la reproducción total o parcial de este mensaje y se recuerda la importancia de preservar la integridad de la enseñanza bíblica transmitida en la ICEL. Cada palabra pronunciada desde este púlpito es un llamado a la reflexión y a la acción de acuerdo con las Escrituras.
0 notes
Text
0 notes
otakutink · 10 months
Text
Siéntete libre de decirle a todos que soy el monstruo de tu historia.
Pero por favor no olvides mencionar en que capitulo me creaste.
1 note · View note
series-turcas · 10 months
Link
0 notes
alejaborrerogifs · 1 year
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Adriana y Francisco | Capítulo 06
1 note · View note
chronosd · 1 year
Text
Capítulo VI?
No se si llegarás, no espero que llegues aún, no se ni quien eres ni donde nos encontraremos, por lo mientras esté capítulo no es una persona son varias, amigos que hice durante estos últimos 4-5 meses Fer, Kamila, Donaji, Fran, Erick, Marisol, Roberto les quiero amistades que no remplazaría llenaron de nuevos recuerdos lugares que aún me dolían, no olvidare la tarde caminando por el corredor turístico mientras platicábamos de cosas banales, las escapadas a las plazas, salir a comer hicieron y hacen mejor mis días y mi vida en este punto no se a donde dirigir mi vida pero ustedes alegraron mucho esta misma.
Les quiero desde el fondo de mi corazón 🫶🏼
0 notes
editora1999 · 1 year
Text
- Entretanto, ainda que eu a tenha acalmado – a estranha ignorou a pergunta de Valíra – o preço de uma traição ainda irá ecoar. Encontrará eles depois que a noite atingir o ápice da escuridão, no vale da silhueta.... mais um coisa – então a mulher respirou profundamente com o rosto encostado na bochecha da égua – quando voltar pra casa, e acontecer de você se lembrar que estive aqui – então a mulher misteriosa levantou a lamparina para iluminar o próprio rosto, e finalmente se virou para a outra – chame por mim. Possui a lealdade de uma égua, e isso já é motivo o suficiente para ter meu apreço.
Valíra
Tumblr media
Estranha
Tumblr media
1 note · View note
marmoapril · 2 years
Text
lo que quiero que recuerdes
PRÓLOGO
okay, la semana pasada olvidé compartirlo, pero aquí va el prólogo:
espero les guste:)
0 notes
miriamgreenwood · 2 years
Text
Cap 6:
Tumblr media
-Parece mentira que ya tan solo queden dos días... -dijo Nora.
-Lo que parece mentira es que no haya llegado a semifinales por un estúpido peón. -recalcó Aitor pasándose las manos por la cara, estaba sentado en la cama de su habitación con el traje gris todavía puesto. Nora estaba sirviéndose una copa de vino, era de noche y habían pedido la cena al servicio de habitaciones despues de relajarse en el spa, despues se fueron a dar una vuelta en coche vestidos de gala. ¿Por que? Porque si llegaban tarde siempre podían quedarse a cenar en el comedor... pero llegaron demasiado tarde.
Aitor había perdido y por un error de pequeña importancia. Nora había decido pasar la tarde con él y cenar, Ben le dijo que sería una buena idea mientras fuera a la semifinal. Así él tambien podría descansar y preparar sus mejores jugadas. Aunque no le hacía falta revisar demasiado.
-Almenos te puedes quedar para cubrir la notícia de la final. -le recordó Nora sentándose a su lado, bebió de su copa y se dejó caer en la cama de espaldas.
Entonces Aitor recordó algo muy importante, algo que Nora desearía que no fuera real. Aitor había acompañado durante meses a Nora, en sus presentaciones en galerías, en sus estudios universitarios, hasta que por culpa de Jim tuvieron que separarse. Más bien, fue prevención. ¿Que quien era Jim? Jim era quien se encargó de convertir a Nora en Nora, quien destruyó a su antigua versión.
Y Jim era periodista tambien, y un jugador de ajedrez. Alguien que hubiera sido el amor de la vida de Nora de no ser porque no la quería.
-Ya... respecto a las notícias. -empezó a descordinar el tren de Aitor, cuanto antes se lo confesara mejor sería.
-¿Qué? No te dejan quedarte... pensaba que nos separaríamos en el aeropuerto, aunque todavía no sé a donde voy a ir... -narró Nora ya cansada del día. Llevaba semanas trabajando muy duro, con dos días de más o menos calma, ya valía lo que le pagaban, aunque no necesitaba el dinero en realidad.
-No es eso... -la chica preguntó qué sucedía entonces levantándose de golpe por la voz de preocupación que iba rizando la piel de la habitación. -¿Tu recuerdas que durante estos días los periodistas han estado preguntando mucho sobre tu y Ben? -la chica afirmó con la cabeza mientras repetía una y otra vez, "no por favor" en su cabeza.
La chica empezó a temblar teniendo memorias de todas las cicatrices que Jim le había causado, no se atrevía a pronunciar su nombre. Él era la causa de que no tuviera un hogar. La encontraba siempre, era el problema de ser famosa, ni cambiado de nombre o de tinte le había sido invisible.
Nora algun dia sería feliz con alguien pero hasta entonces no dormía, no era mentira, desde que sucedió lo que sucedió, necesitaba pastillas para descansar, y con ellas exagerando conciliava tres hores de sueño. Quizás por eso tenía tanto tiempo para pintar...
-Pues, hay algunas publicaciones de rumores en los periódicos nacionales y no he podido evitarlo. No lo sabía, lo he leído esta mañana. Lo siento mucho.
La chica no reaccionó con verbos, se levantó con el vestido de satén dorado como recién planchado, atado al cuello y con su coleta todavía bien peinada. Se fue descalza.
-Ahora vuelvo. -fue lo último que pronunció.
Cerró de un portazo y se marchó por los pasillos de alfombras de decoraciones rojas y doradas con borlas blancas. Caminó por las escaleras pasando por delante de la habitación de quien sería amenazado por su pasado. Estaba más claro qeu nunca que debía marcharse a un lugar recóndito y que lo de ir a las cenas de la semifinal y la final serían metas imposibles.
Llegó al jardín y a la piscina, todavía se veía la luz de una celebración en el comedor principal. Aquel que sus puertas daban a la terraza y sus ventanas explotaban en luces brillantes, jolgorio y alegría.
Allí, sin saber que desde una habitación la observaron, se quitó el vestido en la oscuridad. Nadie diferenciaría sus curvas. Y se lanzó a la piscina. Nadie le diría nada, como mucho la tacharían de bohemia. Nadó en el agua, se hundió hasta el fondo y allí gritó, despues salió a la superfície y continuó en el agua purificadora nadando, remojándose. El vestido dorado lo dejó en el borde de la piscina como el éxit que de nadie le servía. Entre el alcohol y la pena estaba en un punto intermedio entre la euforia de nadar desnuda y la pena de estar a punto de revolver los fantasmas.
Entonces recordó a Jim, recordó todas las veces que había tenido que lavar su propia sangre y haber maquillado sus heridas. Recordó el dolor de su sorpresa de los dieciocho. Recordó como le destrozó la vida. Recordó como echaba de menos a su madre, a su hermano. Como algun día volvería a ver a su padre pero que hasta entonces, no había llegado el momento.
-Vaya, vaya... Mira lo que ha traído la tormenta. -dijo una voz en la oscuridad, Nora no había oído los pasos al pasar más tiempo debajo del agua causando movimiento en ella. -¿Qué haces aquí? -el chico se fijo en la tela que había tocado con el pie antes de acercarse a la orilla de la piscina. -Y desnuda... -remarcó.
Nora nadó hasta él. Incluso en la oscuridad podía reconocer su rostro. Quería aprovechar el tiempo ahora que sabía que no estarían juntos demasiado tiempo. En otro momento, Nora le habría dicho cosas preciosas, en otro momento él la hubiera besado. Pero no era el momento, ni el lugar. Él tenía una reputación, ella una vida cruel. No eran compatibles pero tenían algo.
Dean continuaba quieriendo esa partida, más que nunca, en esas semanas había conseguido dejar a un lado todos sus amoríos y festejos. Los periodistas ya no le seguían, tan solo querían averiguar si eran amantes o pareja, pero en realidad eran algo mucho mas profundo que eso. Aunque fuera momentáneo e inefable.
-Refrescarme... -respondió. -¿Y tu? ¿Miras la piscina a ver si te apuntas a una fiesta? ¿O ya te aburrías de estar sin mi?
Los chicos rieron, él le apartó el pelo del lado, ella le cogió la mano sin saber del todo lo que causaba ese afecto. Prefería no preguntárselo.
-Más o menos... Los chicos son aburridos de ganar.
-Qué humilde... -le recalcó ella con una sonrisa.
Él separo la mano de la cabeza de la chica con una carícia, parecía poder leer la tristeza en esa oscuridad. La chica que no llegaba a tocar el fondo de la piscina hizo caer un anillo que el chico llevaba en la mano sin intención alguna. El chico miró rápidamente hacia abajo
-Perdona. -antes de que pudiera reaccionar, la chica se hundió hasta recuperar la joya y se la devolvió al hombre.
El agua en esa zona le llegaba hasta el cuello. No se averiguaba su silueta, a él no le importaba, lo prefería así. En esas conversaciones que habían llenado miles de horas había mucho más erotismo del que había sentido acostándose con las mujeres más bellas.
-Gracias. -le dijo él. -No crees que deberías salir, te vas a helar.
-Me gusta el frío.
-Lo que vas a sentir es el fuego de una buena fiebre.
El chico la convenció para salir con la idea de ir a tomar algo y hablar un rato, ella le propuso ir a su habitación, no hacía falta más información para curiosos. Rieron en recordarlas informaciones que daban las revistas del corazón.
La chica nadó hasta las escaleras y el chico la esperó allí quitándose la americana y recogiendo el vestido.
-¿Ben?
-¿Sí?
-Date la vuelta.
-Es verdad, perdona.
El chico lo hizó entregándole el vestido estirando el brazo a un lado con los ojos cerrados y de espaldas. La chica se lo puso rápidamente y le hizo saber que ya estaba lista. Él se giró y la vistió con su americana, le quedaba bastante grande. Ella se recogió su largo y mojado pelo con un moño y una goma que llevaba en la muñeca. Caminaron por el vestíbulo evitando la fiesta del comedor y a los trabajadores más propensos a dar exclusivas por cuatro perras.
Desaparecieron como la espuma del mar: misteriosamente y seductoramente. Llegaron a la habitación de ella. La amfitriona le ofreció un cigarro, él lo rechazó. Ella se tumbó en la cama, vestida y sin deshacerla. Él se iba a sentar en el sofá pero ella le pidió que no sé alejara tanto.
-¿Por que estás triste?
-Porque el pasado me persigue.
-A mi tambien... -el chico no mentía, ya se habían ocupado Bertha y sus amigas de que alguna noticia falsa entrara en los números de revistas de programas para gente aburrida. Siempre todo el mundo le recordaría como un mujeriego, un fiestero y un bebedor, aunque no fuera real. La única vez que había salido dos días seguidos con chicas distintas fue un fin de año en Paris.
-Estoy muy orgullosa de ti. -salió disparado de la boca de Nora antes de quedarse dormida.
El rostro del hombre se ruborizó por primera vez y simplemente no supo que hacer excepto taparla con la manta y dormir en la cómoda.
0 notes
dbtvweb · 2 years
Text
Pantanal: Resumo do próximo capítulo, sexta-feira, 10 de junho - Juma e Levi tentam matar um ao outro e o pior acontece
Pantanal: Resumo do próximo capítulo, sexta-feira, 10 de junho – Juma e Levi tentam matar um ao outro e o pior acontece
A atual novela das 21 horas da Rede Globo está quebrando recordes de audiência em todo o Brasil. Muitas reviravoltas, cenas emocionantes ainda devem acontecer durante a trama que conquistou milhões de telespectadores. Nas próximas semanas, muitas coisas devem acontecer e vai mudar bastante o rumo da trama e de alguns personagens e o público tem vibrado muito. Resumo do próximo capítulo,…
Tumblr media
View On WordPress
1 note · View note
Text
Sé que lo nuestro terminó, pero aún así necesito que tengamos esa conversación para responder esas miles de dudas que quedaron en el aire, y para hablar desde el corazón con el fin de sanar heridas. Así que por favor, no des más vueltas y hablemos de una vez por todas. Permíteme cerrar de manera correcta este capítulo de mi vida.
Euphoria.
602 notes · View notes