solvitur ambulando (reprise)
tengo una fe desmedida en los paseos
mis pies se mueven solos, yo los sigo, y juntos acabamos en el mismo lugar en el que empezamos [ pero con unos ojos empapados de colores, tinta de impresora rebosante, luces de neón y sonidos de casino y esperanza exprimida para dejar gota a gota el trazo de una silueta — la cara de algún desconocido, de todos los desconocidos, del desconocido que me devuelve la mirada en el último paso de cebra antes de llegar a casa ]
porque eso es lo que convierte a un paseo en un paseo: la ausencia absoluta de un motivo por el que pasear. un paseo es un círculo. un paseo acaba y empieza en el mismo sitio. un paseo no te lleva a ningún lugar — porque entonces estarías caminando para llegar a un sitio en concreto, y entonces el viaje sería una consecuencia molesta y olvidable, y entonces se puede ir en coche para ahorrar tiempo
a mí me gusta pasear porque no soy versada en ningún otro idioma que me permita hablar conmigo misma con tanta soltura. de verdad. es como si me viera desde fuera. es como si no fuera yo y como si todo lo fuera; es como si, en mitad del paseo, me volviera la carretera y sintiera cada taconeo y puntada y tropiezo de la marabunta de humanos sin nombre que aguijonean el suelo al salir de trabajar
(antes de que el frío condenara a seúl a pasar cuatro meses en un sueño ligero, mis paseos consistían en remar a contracorriente entre los cientos y miles y máses de personas que los rascacielos de este barrio vomitan cada atardecer)
todo está callado cuando paseo. todo está tranquilo. yo no. a veces sí, pero no me silencia el andar. no me serena el caminar. le quita el ruido al mundo. y eso me vale. eso me hace falta. ya basta de poesía: es que soy como un perro chico y si no se me saca de casa por lo menos una vez al día no soy capaz de dormir. se me come la cabeza, las piernas empiezan a gritarme, la casa se me cae encima
esto es verdad y también es mentira
yo, la amiga que se hace 29.465 pasos en una tarde tonta de otoño, vengo aquí a decir algo que quema más en la piel que el jabón del club de la lucha
[ayer vi el club de la lucha]
[nunca había visto el club de la lucha]
[soy graduada en comunicación audiovisual, soy guionista y nunca había visto el club de la lucha]
y es que a lo mejor no hace falta pasear todos los días
escucha
lo digo en serio
quiero decir justo lo que he escrito
no es una indirecta, no es una frase que sugiere una voluntad disfrazada de otra ni una manera discreta de expresar realidades que hacen tartamudear a la lengua: de verdad que a lo mejor (solo a lo mejor) no hace falta (no es una obligación) pasear todos los días (algunos sí, otros no, habrá que escucharse, no somos npcs, me cago en la hostia)
solvitur ambulando
es una frase en latín que le gustaba mucho a mi amigo julius
[podéis conocer a mi amigo julius aquí]
significa «se soluciona caminando»
si he tardado más de siete párrafos en empezar a hablar de lo que de verdad había venido aquí a hablar es justo porque creo de todo corazón que ese es el superpoder de los paseos
literal y metafóricamente, todo se soluciona caminando
pero, ¿qué pasa cuando no hay nada que solucionar?
¿por qué seguimos caminando?
una respuesta fácil, una que trepa por la garganta y se disfraza de miel en los labios, es esa que se codea con la perseverancia y el no darse jamás por vencido y el mirar siempre hacia adelante y el hacer frente a las adversidades con todas nuestras fuerzas
eso es verdad y también es mentira
hay algo bonito en seguir caminando a pesar del cansancio
pero también hay algo estúpido
no son excluyentes
ningún algobonito pesa más que el otro
dependiendo del día, uno tendrá razón
y el otro también la tendrá, pero sonará menos convincente
y así siempre
(porque no somos npcs
somos personas
con necesidades que cambian
las plantas no se riegan siempre con la misma agua
las plantas están mustias
o bailan con el sol
o se ahogan en su maceta
cada día es distinto
no hay nada estable aquí abajo
no hay nada estable
si no aprendemos a escuchar)
hoy he bajado del autobús dos paradas antes de llegar a mi casa
a tres grados bajo cero
porque no podía respirar y se soluciona caminando
porque hay días en los que el aire frío y los coches al pasar y el olor a comida callejera y las mismas fachadas de siempre y las fachadas que nunca antes viste a pesar de haber pasado por delante cientos de veces solucionan
pero hay días en los que no hay nada que solucionar
lo voy a volver a escribir
y voy a añadir: aunque no puedo respirar
hay días
en los que no hay nada que solucionar
pero hacer las paces con la incertidumbre es mucho más difícil que salir a dar un paseo
así que huyo
salgo a encontrarme
(eso es lo que digo)
y hay días en los que es verdad
pero hay días en los que es mentira
(eso es a lo que me refiero cuando digo
que algo es verdad y también es mentira
me refiero a que
las verdades
y las mentiras
tampoco son npcs)
hay días en los que ya me tengo
lo que no tengo es paciencia
la garganta se me cierra cuando tengo que enfrentarme a la espera. a la idea de que hay un paso siguiente a tomar, pero tomarlo no está en mi mano. a que tengo que sentarme y no hacer nada, porque no depende de mí
no sé quedarme quieta
caminar es darle largas a la culpa
dejarla en casa y bajar al bar
volver apestando a cerveza y a cigarros y decirle que ya hablaréis mañana
creo que a veces seguimos caminando porque así parece que estamos haciendo algo. que seguimos «luchando». que vamos hacia delante, que no nos hemos rendido, que estamos trabajando duro
a veces eres tonta perdida y dar más pasos te cansa y ya
y ya
el invierno es largo
hay que guardar energías
no es siquiera que pasear no vaya a solucionar cualquier ausencia de problema que deriva de que para conseguir ciertas cosas tiene que pasar el tiempo [ y el tiempo pasa igual esté quieta o me mueva — el tiempo es inevitable — el tiempo es quien asfalta las autopistas ] — es que pasear va a quedarse con un trozo de fuerzas que a lo mejor hace falta para otra cosa
es que no eres más lista ni más fuerte ni tienes más posibilidades de triunfar por esforzarte más que nadie, mi amor
si el esfuerzo es en vano
si el esfuerzo pierde de vista su objetivo
si te esfuerzas porque esforzarse funciona como estrategia de autovalidación
en lugar de porque el esfuerzo sea necesario para conseguir algo que de veras requiere que hagas algún sacrificio
entonces qué estás haciendo
por qué caminas
por qué sigues caminando
por qué sigues caminando hoy, si no hay nada que solucionar
si tan solo
tienes que aprender
a esperar
(a mirar el techo. así lo llama mi madre. mamá,
)
tú crees que mañana seré capaz de no salir de casa?
tengo una fe desmedida en los paseos. y por eso quiero promover su uso responsable
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