1556- Los hombres no saben tratar a las mujeres. Son egoístas; cuando saben que son amados, nos olvidan; no se dan cuenta de que la mujer necesita más caricias del alma que del cuerpo.
No puedes irte, regresar y esperar encontrar a la misma persona que dejaste en ese momento. Los seres humanos no podemos permanecer estáticos, esa no es la naturaleza de la mente, la mente es un océano en constante movimiento, en tenaz guerra y paz, en llanto que de pronto sobreviene y se detiene al toparse con la esperanza de la que también está hecha. No puede permanecer la mirada en tu espalda, en esa que diste al momento de marcharte, no eres tú un universo alrededor del cual se deba de girar. La vida sigue, la vida avanza, la vida obliga a andar y quien no anda se pierde, se olvida de sí mismo, y no se ha de ser tan egoísta con el sí mismo como para perderse por alguien más ni por mucho amor que se le tenga —mucho menos por una vaga idea del amor. Si te marchas ten la certeza de que ese vergel de emociones entrará automáticamente a ese túnel oscuro para trabajar y afrontar tu pérdida, y aceptar que hay cosas, hay personas, hay asuntos, hay sueños que es necesario dejar ir.
1502- MUJER: No te permitas lastimarte con pensamientos erróneos. Ni tampoco dejes que los demás determinen quién eres. Porque sin importar tu forma, imperfecciones, tus vivencias o las heridas que han marcado tu vida… Eres demasiado bella, eres muy importante.