Elegiste ser amable, en un mundo que no lo era, sanaste tus heridas en lugar de esparcir tu dolor, preferiste la luz ante la oscuridad, te alejaste del drama con gracia en lugar de arrastrarte por el, te negaste a ser prisionera del pasado, y elegiste la felicidad sobre la historia, creiste en ti misma cuando nadie más lo hizo, recuerda todo eso, la próxima vez, que empieces a dudar de tí...
Está bien irse de vez en cuando. No tiene nada de malo irse cuando uno siente que no está avanzando. Está bien irse por un rato. Emanciparse de la rutina y contemplarse a sí mismo en otro café, otro clima, otras páginas no escritas. Perderse en otra ciudad probando nuevas cervezas. Si uno aprende a ver que las casualidades son lo menos casual que nos ocurre no dudaría de las señales. La soledad también es una agradable compañera que nos enseña la mejor canción que habita en nuestros suspiros. Está bien irse de vez en cuando y respirar el aire de otros parques, deambular entre bazares de libros, escuchar las historias de los que viven de sus recuerdos y escribir lo que se sueña para ver si la valentía seduce a la suerte. Está bien irse por un rato para tener una visión distinta desde otra ventana de las mismas estrellas.
Yo aún, no aprendo a quedarme donde mismo, por eso me digo que, está bien irse por un rato.
De tu mano, iría hasta el borde de los confines más lejanos del mundo, siempre y cuando ella sujete la mía con fuerza. No importa la distancia ni los obstáculos que se interpongan en nuestro camino, porque con su mano cálida y firme entrelazada con la mía, todo se vuelve posible, lo imposible se vuelve alcanzable.En cada paso que damos juntos, siento una conexión profunda, una conexión que trasciende el tiempo y el espacio. Sus ojos brillantes reflejan un universo entero, donde puedo perderme y encontrar un hogar. Sus dedos, delicados y fuertes a la vez, se entrelazan con los míos y crean una danza de emociones, una danza que solo nosotros dos podemos entender. Atravesaríamos océanos sin importar la furia de las olas, desafiaríamos montañas imponentes sin temer al vértigo, cruzaríamos desiertos infinitos sin rendirnos ante la sed. El mundo está lleno de maravillas y secretos por descubrir, y sería un privilegio explorarlos juntos, sabiendo que su mano siempre está ahí para sostenerme. No importa cuán lejos lleguemos, siempre hay algo mágico en la simple acción de caminar de su lado