❤️Fanfic de Vergil x madre de Nero. 💙
Holaa!! 😈
Como les comenté empecé a escribir un fanfic sobre Devil May Cry, especialmente sobre Vergil y la madre de Nero que, en mi caso la bauticé como “Aurelia��� porque… bueno, me pareció un nombre bonito.
En el fanfic, voy a narrar sucesos que transcurre antes DMC 3, y obviamente se situará en la Isla Fortuna. También, he introducido la mayoría de los elementos, lugares y personajes de la cuarta entrega, sólo que modifique para favorecer a la historia con agregación de personajes propios y hablar sobre un tema que, en la saga no la trató tanto, la magia y los ángeles (aún lo estoy pensando ☝️🤓, ¿qué dicen ustedes?)
Cabe destacar que, si encuentran errores de ortografía, gramática o en narración, etc. Me disculpo, es la primera vez que escribo un fanfic.
😓
Ahora sí, espero que ustedes lo disfruten✨️, se entretengan y bueno, espero que no se aburran.
⚠️Importante⚠️: todos los derechos de la franquicia de Devil May Cry, le pertenecen a CAPCOM.
💖Agradecimientos💖.
@KalinaAnn por hacer videítos de Devil May Cry. Consumí una banda de videos y me sirvieron una bocha para escribir este fanfic. Espero que un día lo leas.
‼️Sinopsis.‼️
En Ciudad Fortuna llegan nuevos residentes, la familia Everhart. El padre, un empresario y miembro de Orden de Sparda. Una organización religiosa, devota a la figura mítica de Sparda, y dedicada a proteger la ciudad de los demonios manteniendo la paz...
Aurelia, hija mayor, es una joven y con grandes expectativas de su nuevo hogar, pero es desilusionada tras conocer el plan de su padre, quien la comprometió en un matrimonio sin su consentimiento. Al sentirse utilizada y busca consuelo en soledad, desgraciadamente, se ve envuelta en un encuentro de demonios. Y para su sorpresa, es recatada por un ser misterioso cuyas intensiones y origen son un enigma.
¿Qué deparara en el futuro de Aurelia? ¿Quién es este enigmático? ¿Qué oculta la Orden junto con su padre?
Capitulo 1 ⤵️
Capítulo 1: La Ciudad de Fortuna
En una isla aislada llamada La Ciudad de Fortuna, los contrastes eran evidentes. Era una ciudad próspera y vibrante, con una rica historia y cultura, pero también un lugar peligroso donde los demonios y el mal acechaban constantemente.
En este entorno, la familia Everhart se instalaba en su nueva casa. Albert, el padre, era un invitado importante de la Orden de Sparda. Esta orden religiosa estaba dedicada a proteger la ciudad de los demonios y rendía culto a Sparda, un antiguo emperador demonio que una vez gobernó esas tierras con mano de hierro.
Los caballeros de la Orden de Sparda eran fieles seguidores de esta figura legendaria, comprometidos a mantener la paz y la seguridad en la ciudad, enfrentándose valientemente a las fuerzas del mal que amenazaban su hogar.
Aurelia Everhart, en plena juventud a sus dieciocho años, se sentía emocionada y nerviosa por comenzar su nueva vida en la Ciudad de Fortuna. A diferencia de su hermana menor, Alice, quien mostraba una actitud más tranquila y despreocupada.
Desde que dejaron atrás su hogar en el otro lado de la isla, Aurelia había sentido la presión de cumplir con las expectativas de su familia. A pesar de su juventud, ya estaba preparada para enfrentar nuevas experiencias y desafíos, aunque a veces se sentía abrumada por la responsabilidad que pesaba sobre sus hombros.
Mientras se encontraban en la sala de estar de su nueva casa, Aurelia estaba absorta en la lectura de un libro, sumergida en sus pensamientos sobre el futuro que le aguardaba en esta nueva ciudad. Mientras tanto, Alice permanecía sentada junto a la ventana, observando perdidamente su nuevo jardín.
“¿Qué te sucede, Alice?” preguntó Aurelia, rompiendo el silencio que envolvía la sala. Sin embargo, la menor no respondió de inmediato, simplemente permaneció en silencio.
“Bueno… yo estoy un poco ansiosa. No sabemos qué planes tiene papá para nosotras”, continuó Aurelia, dejando a un lado su libro y dirigiendo su mirada hacia su hermana menor, quien se levantó con la ayuda de un bastón.
“Deja de preocuparte. Quién sabe lo que papá hace”, respondió Alice antes de salir de la sala.
Aurelia observó a su hermana alejarse, notando cómo se había vuelto más distante desde que enfermó. No sabía exactamente qué le sucedía a Alice, pero podía sentir su sufrimiento. Aunque intentaba mantener la calma, seguía sintiendo una leve intranquilidad debido al misterio que rodeaba a su padre. No siempre estaba segura de cuáles eran sus motivaciones.
En ese momento, el fiel sirviente de la familia, Gavin, llamó la atención de la joven.
"Buenos días, señorita Aurelia", saludó Gavin con respeto. "Debo informarle que el señor Everhart ha ordenado que se reúnan para asistir a una misa en la catedral." El hombre levantó un paquete rojo con un listón dorado.
"Bien. ¿Y esto es...?" preguntó Aurelia mientras tomaba el paquete y lo abría. Para su sorpresa, encontró un vestido rojo con una capucha blanca y el emblema de la Orden de Sparda.
"El señor Everhart dijo que deben vestirse de manera apropiada para la misa de hoy. El chofer vendrá en una hora", explicó Gavin antes de inclinarse y retirarse.
Aurelia observó el vestido con asombro. Era hermoso, pero también un poco intimidante. No estaba acostumbrada a ese tipo de ropa.
La joven se puso el vestido en su habitación; era un poco ajustado, pero le quedaba bien. También arregló su cabello oscuro en un rodete adornado con trenzas que rodeaban su cabeza como una vincha. Al mirarse en el espejo, sonrió satisfecha. Luego salió en busca de su hermana en su habitación.
"¿Qué haces con eso?" preguntó Alice.
"¿Qué haces tú tirada en la cama? ¿Acaso no escuchaste a papá?" respondió sorprendida la hermana mayor.
"Ah, en realidad no quiero ir", dijo Alice volviendo a fijar su mirada en el techo. "Y también me duele todo el cuerpo", agregó, claramente como una excusa.
A lo lejos se escuchó la bocina de un auto, señal de que era hora de partir. Aurelia suspiró profundamente.
“Bien, de todos modos, si te sientes muy mal, llama al doctor”, dijo, resignada. Ya no quería molestarla más. Viendo que Alice no estaba dispuesta a hablar, decidió alejarse por el momento.
Durante el camino, Aurelia observaba a través del cristal del coche los campos repletos de tomates con un rojo intenso. Mientras tanto, su sirviente comenzó a decirle que no debería estar nerviosa, ya que su padre estaría allí para acompañarla.
El sirviente continuó diciendo: “Además, debo recordarte que, dentro de unos días, debes asistir a unas clases para formar parte de la Orden, ya que la abandonaste desde que dejaste esta isla.”
“Parece que papá planea quedarse aquí por más tiempo. ¿Tienes alguna idea, Gavin?” cuestionó la joven.
“Me temo que no, señorita Aurelia,” respondió el sirviente.
Al final del trayecto, llegaron al centro de la Ciudad de Fortuna y luego se dirigieron hacia la catedral.
Allí, vio a su padre rodeado de caballeros de la orden. Antes de reunirse con él, echó un vistazo alrededor. La fachada de la catedral era una impresionante obra de arquitectura renacentista, con ladrillos grandes y oscuros, y picos altos que se alzaban hacia el cielo. Esta vista llenaba a la joven de cierta presión, pero a la vez, despertaba su curiosidad por la misa, aunque no fuera creyente.
Gavin se acercó a su padre para informarle de la llegada de la chica, pero este la miró de reojo, ignorándola por completo, antes de entrar al castillo acompañado de los Caballeros. Aurelia no comprendió esa reacción y se sintió desilusionada.
“Señorita Aurelia, ya puede entrar. La misa está por comenzar”, dijo el sirviente, y la chica asintió con la cabeza y siguió adelante.
Una vez dentro, la chica notó en el centro la enorme estatua esculpida en mármol que, al parecer, representaba al salvador, Sparda, dejando en claro que siempre sería una figura de admiración. No lograba verlo del todo debido a que aún estaba en proceso de construcción, cubierto con telas y maderas.
Ella tomó asiento en la parte trasera y observó a su padre sentado al frente junto con otros sacerdotes de túnicas blancas que estaban cuestionados por espadachines de uniformes claros. Minutos después, comenzó la misa.
Primero, una joven de la orden, vestida de blanco, se acercó al escenario y comenzó a cantar de manera hermosa. Luego, apareció el Vicario, el líder de la orden, quien pronunció palabras de bienvenida y agradecimiento. Vestía con la típica alba blanca y larga de un sacerdote, pero sobre ella llevaba una casulla roja con bordes dorados, así como una estola del mismo diseño, marcándolo como una figura de superioridad.
"Hace 2000 años, el caballero oscuro Sparda tomó la decisión de enfrentarse a sus hermanos demonios y blandir su espada en favor de la humanidad. "A pesar del coraje que demostró en nuestro nombre, temo que muchos olvidaran ese sacrificio", narró el Vicario. Continuó la misa relatando la grandiosa historia de su deidad, lo cual conmovía e inspiraba a muchas personas del pueblo, quienes rezaban con fervor.
Aurelia se fijó en las personas que vestían túnicas blancas cortas y capuchas adornadas con el mismo emblema.
Para concluir la misa, el líder inició un recitado que parecía un canto.
"Nuestro enemigo caerá," comenzó él.
"A medida que nosotros," continuó, y la gente siguió: "Tomamos conciencia."
"Para reclamar nuestro destino, ahora y siempre," las personas repetían en unísono. "Ahora y siempre, permaneceremos unidos. En amor y en odio," resonaban todas las voces en eco por toda la sala, hasta que un silencio final abrazó el último rezo.
Al concluir la ceremonia, Aurelia no perdió tiempo y se dirigió hacia donde estaba su padre, quien en ese momento recibía cordiales saludos de un hombre de avanzada edad ataviado con un uniforme blanco.
“Es un placer conocerlo, señor Everhart. Mi nombre es Sanctus, el General Supremo de los Caballeros. Nos honra enormemente recibirlo en nuestro catedral,” dijo, extendiendo su mano en señal de cortesía.
El padre de Aurelia, un hombre de mediana edad con cabello y vestimenta oscura correspondió el gesto con un firme apretón de manos.
"Gracias, General Sanctus, el honor es mío", respondió él con cortesía.
"Estoy al tanto de sus logros profesionales, y me han impresionado profundamente. Confío en que la colaboración entre nosotros será fructífera," añadió Sanctus, su tono adquiriendo un matiz ligeramente más intimidante. "Créame, encontraré la manera de serle de gran utilidad." Una sonrisa astuta se esbozó en sus labios.
"Será, sin duda, un placer trabajar juntos," concordó el padre de Aurelia, sellando así el inicio de una alianza que prometía ser tanto intrigante como potencialmente transformadora.
Albert Everhart, un hombre de negocios astuto y determinado heredó la empresa de explotación mineral "Everhart Industries" de su familia. Con una visión audaz y una determinación inflexible, Albert llevó la empresa a nuevas alturas, salvándola de una crisis que amenazaba con extinguirla por completo. Su enfoque frío y calculador le permitió tomar decisiones difíciles y estratégicas, ganándose así el respeto y la admiración de sus colegas y competidores por igual. Bajo su liderazgo, "Everhart Industries" se transformó en una de las compañías más potenciales en las afueras de las fronteras.
La estrecha relación de Albert con la Orden de Sparda no es solo una cuestión de negocios, sino también de creencias personales. Como miembro devoto del culto, Albert está profundamente comprometido con la misión y los objetivos de la Orden. La conexión personal fortalece los lazos entre la empresa y la Orden, proporcionando una base sólida para colaborar mutuamente beneficiosa.
El General Sanctus notó la presencia de la joven, Aurelia, y se dirigió a ella con cortesía.
"Oh, veo que es su hija. Encantado de conocerte, señorita Everhart."
"Igualmente, señor Sanctus", respondió Aurelia con respeto.
El General continuó, haciendo referencia a un regalo que Aurelia había recibido. "Veo que recibió su regalo de compromiso. Felicidades."
Aurelia se sorprendió ante el comentario. ¿Qué regalo de compromiso estaba mencionando el General? ¿Acaso se refería al vestido que había recibido? La joven se quedó pensativa mientras el General continuaba hablando.
"Es una gran oportunidad para que su hija se convierta en miembro de la Orden", añadió el General Sanctus, revelando una posibilidad que Aurelia no había considerado hasta ese momento.
"¿Novia?" volvió a mirar a su padre, y la mirada que recibió fue suficiente para que Aurelia contuviera sus preguntas.
"Exactamente", respondió Sanctus "La Orden necesita mujeres fuertes y capaces para servir a nuestro señor Sparda. Señorita Everhart, usted es joven y tiene el potencial de convertirse en una gran mujer para un caballero de la Orden."
Aurelia se sintió confundida ante la propuesta. "Yo... No sé qué decir", murmuró, mostrando una sonrisa incierta.
"No se avergüence, debería estar muy orgullosa", dijo el General Sanctus, volviendo su atención hacia el padre de Aurelia. "Si me disculpan, debo retirarme por ahora. Señor Everhart, realmente estoy interesado en su trabajo. Espero con ansias trabajar con usted."
"Por supuesto, podemos continuar con nuestro acuerdo más tarde", respondió el padre de Aurelia.
Con la partida del General Sanctus, padre e hija quedaron a solas. Aurelia sintió la necesidad de hablar, pero su padre se dirigió hacia la salida sin darle la oportunidad. La situación la preocupaba profundamente; le aterraba la idea de casarse, o incluso de ser utilizada para los asuntos de su padre con ese tal Sanctus, quien le generaba cierta desconfianza.
Aurelia lo siguió afuera, hasta los jardines que rodeaban la entrada de la catedral, donde una hermosa fuente de agua añadía serenidad al ambiente.
"Padre, tenemos que hablar", insistió ella.
"Ahora no, debo reunirme con el Vicario", respondió él mientras avanzaba a paso rápido.
"No, escúchame", insistió Aurelia, tratando de detenerlo. "¿Cómo es que todos lo sabían y yo no?"
Albert tomó aire y suspiró. "Tarde o temprano, esto pasaría. Pronto lo entenderás, Aurelia."
"¿Qué quieres decir? ¿Me utilizaste para tus amiguitos de la Orden?" Aurelia enfrentó a su padre con determinación. "¿Ni siquiera me diste la oportunidad de decidir mi propio futuro?"
El hombre la miró directamente, con una expresión seria en su rostro.
"Tuviste mucho tiempo para pensarlo", respondió en tono firme, antes de llamar al sirviente.
Aurelia, desorientada por las palabras de su padre, lo observó subirse a un automóvil después de su breve conversación con el sirviente. Sin prestarle más atención, se sintió molesta y en silencio se escabulló entre los pasillos de Ciudad Fortuna, sin ser notada por los demás.
Después de un tiempo, perdió de vista a su padre y al sirviente tras pasar al otro lado. Ahora sola, comenzó a recorrer el lugar apartado de la catedral y del centro. En sus pensamientos, añoraba los recuerdos que había compartido con su madre cuando era pequeña; paseos, comidas y charlas en esos mismos caminos durante días de ferias. A medida que pasaban los años, esos recuerdos parecían desvanecerse lentamente, como si se desvanecieran con el tiempo, lo que entristeció aún más a la joven. Paró en seco, luchando por contener sus lágrimas, y se dijo a sí misma: "No, debo encontrar una manera de convencer a papá".
En ese instante, escuchó un ruido extraño que la sacó de sus pensamientos. Se dio cuenta de que estaba totalmente sola y alejada. La joven se sintió perdida por completo e intentó encontrar a alguien, pero no había nadie a la vista.
El ruido era como el de una vibración molesta, parecía el zumbido de insectos. Aurelia se detuvo, con el corazón latiendo a toda velocidad, y su piel se volvió aun más pálida. Miró a su alrededor, pero no vio nada. El sonido volvió a sonar, esta vez más cerca. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
De repente, se dio la vuelta y vio a los espantapájaros. Eran grotescos, con sacos llenos de escarabajos y sus extremidades equipadas con guadañas. La joven gritó y comenzó a correr.
Los espantapájaros la perseguían. Siguió corriendo tan rápido como pudo, pero parecía imposible escapar, lo que la hizo sentir cada vez más aterrorizada.
Entonces, de repente, vio una figura vestida con un manto oscuro parada en el camino. Aurelia se detuvo, sin saber qué hacer, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho.
Aurelia, desesperada, se acercó al hombre y tomó su brazo. Aunque su rostro estaba oculto por una capucha, sus ojos claros resaltaban en la penumbra, fijos en ella, en los iris púrpura que reflejan el miedo.
La joven, en un grito de súplica, le pidió ayuda al hombre, pero este permaneció inexpresivo, sin emitir palabra alguna. En ese momento, uno de los demonios saltó sobre ellos, y Aurelia, temiendo lo peor, cerró los ojos. Sin embargo, en lugar del ataque, escuchó un sonido metálico y, al abrir los ojos, vio al hombre desenvainando su katana con destreza. La espada era hermosa, con un mango blanco decorado con rombos oscuros y adornos dorados, y una hoja de acero pulido capaz de cortar cualquier cosa.
El extraño manejó la katana con delicadeza, pero con una velocidad increíble. En un movimiento fluido, tomó a Aurelia por la cintura y la apartó de su camino, al parecer, protegiéndola del ataque del demonio.
"Están perdiendo mi tiempo", dijo el hombre con un tono sereno y sofisticado.
Lanzó varios cortes en el aire dejando un rastro de luz, luego se sintió una brisa viento que venía de esa fuerza descomunal. Todos los espantapájaros cayeron como moscas para luego esfumarse como polvos.
El hombre guardó su espalda y se volvió para irse. Sin mirar atrás e ignorándola completamente.
Desconcertada y con el corazón aun latiendo con fuerza, Aurelia observó cómo el hombre desaparecía en la distancia sin siquiera mirar atrás. Se quedó allí, temblando, tratando de asimilar lo que acababa de presenciar. Antes de procesar completamente la situación, sintió un dolor en la cabeza que la hizo tambalearse y caer al suelo.
Fin de capitulo 1
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Blog - Iglesia Arca de Salvación
EL RETORNO DE KATHRYN KUHLMAN
LA “REFORMA APOSTOLICA Y LA NECROMANCIA” ( LA INVOCACION ESPIRITISTA DE CONSULTAR E INVOCAR A LOS MUERTOS)
Celin Castillo Rosales
“Lea detenidamente y examine el contenido espiritista y ocultista de Benny Hinn, mentor de Guillermo Maldonado y de la supuesta Reforma Apostólica”
Hinn reconoce desde hace mucho la influencia que ha ejercido en él la sanadora de fe Kathryn Kuhlman. Sus libros y sermones están llenos de manifestaciones hablando del impacto que ella supuestamente ejerció sobre su vida y ministerio. Ahora Hinn la considera como su guía espiritual femenina. Y con esta reclamación, él está inyectando un virus mortal espiritista a sus seguidores.
Hinn recientemente declaró que Kuhlman (ya muerta) y Jesús le mostraron el futuro de su ministerio en lo que él describió como “una visión de la noche”. Esta revelación indudablemente será creída por la mayor parte de sus seguidores y les volverá a sacar chispas de la comezón de sus oídos. Pero quizás permita, solo para algunos, que puedan ver ahora a Hinn como alguien que ha cruzado la frontera de un territorio oscuro y peligroso. Esto puede ser lo que haga sonar la alarma y los despierte para discernir la enseñanza herética y falsa de Hinn. Su descripción de esta presunta visión fue dada a los que asistieron a una reciente “Conferencia de Compañerismo” en Atlanta y a los que vieron, el 11 de junio de 1997, su programa diario en TV “This is your day”. En directo, delante de las cámaras, él declaró (traducción literal de sus palabras): “Damas y caballeros, voy a decirles algo ahora mismo. El Señor me mostró una visión -hace un año ya casi de esto-. Y yo… yo… yo… puedo decirles que siento ahora que el tiempo ha llegado cuando esta visión va a ser cumplida. Yo tuve una visión en la noche. Me vi a mi mismo andando en una habitación. He compartido esto antes pero por si acaso Ud. no lo ha oído quiero que Ud. lo oiga. Me vi paseando en una habitación interior y allí estaba en pie Kathryn Kuhlman. Y no he visto a Kathryn en un sueño o una visión en años. ¡Uh!, cuando ella murió, el día que ella murió, la mañana en la que ella murió, yo tuve un sueño en la que yo la vi en un… en un… en un ataúd con un vestido blanco. Y cuando me desperté por la mañana yo sabía que ella había muerto… y esa noticia estaba en las noticias la misma mañana. Y esto fue hace muchos años. Y allí ella estaba de pie en esta habitación y ella me dijo… -por supuesto que esto era un sueño, pero realmente más que una visión: muchos sueños a veces son realmente visiones de la noche, y la Biblia las llama así. Cuando Dios lo da en la manera en que esto realmente vino a mí. Cuando yo era un niño, vi al Señor en este tipo de sueño. Esto era tan real, esto era realmente una visión porque cuando… cuando él se me apareció mi cuerpo se hizo eléctrico, como la electricidad. Cuando me encontraron y cuando me di cuenta, aquella electricidad estaba todavía sobre mi cuerpo” (1)
HINN CONTINÚA A RELATANDO SU “VISIÓN”:“…Bien, de todos modos, en esta visión que vi – a la señorita Kuhlman, ella dijo, “Sígueme” Esto es todo que ella dijo. Y la seguí a una segunda habitación. En aquel segundo cuarto estaba de pie el Señor. Cuando el Señor, ¡Uh!… cuando… cuando vi al Señor, Kathryn desapareció. Ella simplemente desapareció [Hinn chasquea los dedos]. Y entonces el Señor me miró y me dijo, “Sígueme” y lo seguí a una tercera habitación. En el tercer cuarto se sentaron un caballero -todavía recuerdo su cara… puedo decirles: todavía recuerdo la cara del hombre. Y el hombre se sentó en una silla de ruedas en aquel tercer cuarto. Había un agujero grande en su cuello. Un tubo bajo su garganta. Él estaba mutilado en aquella silla de ruedas. Y tenía tubos bajo su cuerpo. Totalmente tullido, totalmente para… totalmente, desde luego, paralizado. El Señor puso sus manos sobre este hombre y de esta manera los tubos desaparecieron, el agujero se cerró, él fue curado completamente y levantado de la silla de ruedas. Esto era un milagro creativo. Ahora estoy de pie mirando al Señor en esta visión curando a este hombre. Y ahora el hombre ha sido curado. El Señor me miró con ojos penetrantes- no olviden lo que les digo: ¡Me miró a mí con ojos penetrantes y dijo: “Hazlo” y [Hinn chasquea los dedos] y el sueño y la visión vinieron a su final” .Hinn después interpreta “la visión” para sus fieles:
“…cuando desperté, cuando me levanté, cuando salí de la visión, yo temblaba y transpiraba de la cabeza a los pies. Sé exactamente lo que aquella visión quiere decir. Era Kathryn Kuhlman quien me tomó, quien me presentó al Espíritu Santo. Esto es el significado de aquella primera habitación cuando ella dijo, “Sígueme” Pero cuando Kathryn se fue, Jesús estaba allí. Kathryn hizo su trabajo y se marchó, y el Señor dijo, “Sígueme” a una tercera habitación. Y estaba este hombre. Creo que estoy dispuesto a entrar en aquella tercera habitación. [Aplausos de audiencia] les digo que lo siento. Lo siento. Creo que aquel cuarto habla de una dimensión, una dimensión nueva en el Espíritu. Creo que he estado en aquella segunda habitación durante los siete pasados años. Es asombroso para mí, es asombroso para mí que Dios ha trabajado en mi vida en ciclos de siete años. Estoy ahora en el séptimo, comenzando año el octavo del ministerio de estas cruzadas. En 1990 nosotros comenzamos en marzo. Ahora estamos en el 97. Y en este momento siento otro nivel, otra dimensión, otro nivel realmente viene. Bien, santos, Uds van a ser una parte de ello. Dios… Dios les ha enviado como compañeros para ser una parte de ello. Así que, ¿Hasta qué punto están listos para ver cosas mayores para la gloria de Dios?” (3)
La descripción de Hinn es algo confusa: Primero, en un punto, él dice que la aparición “era un sueño” Y, como si lo dejase en eso dejaría de tener interés, más tarde él recalifica la naturaleza “del sueño” reclamando que era “realmente más que una visión”. De hecho él usa la palabra “visión” diez veces para describir la experiencia. Además, él usa este acontecimiento como una “receta mística” del “otro lado”. Esta aparición, Hinn dice, declara y describe que debe convertirse en el nuevo producto de su ministerio. Esto lo mueve a hacer un oráculo de parte de Jesús de nuevos “milagros creativos” al más alto nivel de señales y prodigios. Él lo usa para solicitar el apoyo de sus seguidores. Y como tal, debe ser considerado y examinado en una manera seria y bíblica.
Desde el inicio mismo de su ministerio, Hinn ha tenido una inclinación y una obsesión con la evangelista Kuhlman de los últimos tiempos del ministerio. Hinn públicamente ha declarado que la tumba de Kuhlman tiene una sobrenatural “unción”. Él alega el mismo efecto en el cuerpo y la tumba de Aimee Semple McPherson. La histriónica McPherson: dos veces divorciada, quien probablemente murió por suicidio, es un pobre modelo de “cristianismo ungido”. Durante un sermón en el Espíritu Santo, Hinn ofreció el siguiente misterioso testimonio: “Una de las experiencias más extrañas que he tenido es cuando hace unos años visité la tumba de Aimee en California. Ese jueves salía en un programa de la TBN. El viernes fui a visitar la tumba de Kathryn Kuhlman. Está cerca de Aimee en el Cementerio de Forest Lawn. He estado otras veces allí, para presentar mis respetos a esa dama (Nota del traductor: ¿Culto Romanista a los muertos?), ya que a causa de esta gran mujer, Dios ha tocado mi vida. Y en aquella tumba, ¡uh!, donde ella está enterrada, está cerrada, construyeron paredes alrededor del sepulcro. Ud. no puede entrar sin una llave y soy una de las pocas personas que pueden entrar. Pero nunca olvidaré cuando vi la tumba de Aimee. Esto es increíblemente dramático. Ella era una señora tan importante, que su tumba tiene unas estatuas de ángeles de dos metros que se inclinan a cada lado de su tumba con cadenas de oro alrededor (Nota del traductor: ¿Ángeles honrando o inclinándose ante un hombre o una mujer?) A pesar de ser tan increíble que alguien muera y tenga ángeles con cadenas de oro alrededor de su tumba haciendo reverencia, sentí una terrible unción cuando yo estaba allí. En realidad, yo… yo, oiga esto, temblé cuando visité la tumba de Aimee. Yo temblaba por todas partes. El poder de Dios vino por todas partes a mí…. Creo que la unción permanece sobre el cuerpo de Aimee. Sé que esto puede ser espantoso a Ud… Y voy a coger a David [Palmquist] y a Kent [Mattox] y a Sheryl [Palmquist] esta semana. Ellos van a venir conmigo. Usted… usted… ustedes… van a sentir la unción en la tumba de Aimee. Esto… es increíble. Y con Kathryn Kuhlman… Esto es… asombroso. Me he enterado de gente curada cuando visitaron aquella tumba. Ellos han sido totalmente curados por el poder de Dios. Ud piensa: “Qué locura” Hermano, son cosas las que nunca entenderemos. ¿Me oyen todos Uds?” .
La Biblia dice; “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1). Levitico 19:31 “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios“. “Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no guardó, y porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y traspasó el reino a David hijo de Isaí” (1ª Crónicas 10:13-14)
Fuentes: Unidos Contra La Apostasía
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