Tumgik
#El Ángel de Luz
eduardoskipper · 2 years
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pondysselth · 2 months
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Así de caluroso || Enzo Vogrincic
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El sol del mediodía caía a plomo sobre las calles de Montevideo, convirtiendo el asfalto en un espejismo humeante. El miércoles transcurría como cualquier otro día de verano, sofocante e implacable. A pesar del calor agobiante, una chica caminaba con paso ligero por 18 de Julio, alejándose de la facultad. El pelo se le pegaba a la frente, sudaba a chorros y el agua de su botella se había convertido en un caldo tibio. La libertad después de un largo examen era la recompensa que la impulsaba.
Cada paso era una lucha contra el calor. La chica apresuraba el ritmo buscando la sombra esquiva, deseando escapar de las fauces de la ciudad que tanto amaba.
De pronto, un leve malestar se apoderó de ella. El sudor se intensificó, la respiración se volvió dificultosa y un mareo familiar la amenazó. Se detuvo, tambaleándose, con la vista nublada y puntos negros danzando en su campo visual. Ignorando las señales de alarma, bebió un trago de la repugnante agua tibia y reanudó la marcha. Su única meta: salir de 18 de Julio. A duras penas, avanzó unas cuadras más, luchando contra un nuevo malestar que se instalaba en su cuerpo.
Allí mostrándose casi burlona detrás de esa inmensa puerta de concreto que se alzaba sobre la calle Juncal se encontraba uno de sus deleites visuales favoritos, Sarandí. Ella no sabía por qué, pero esa calle siempre la llamaba a explorarla. Aunque ya la había recorrido tantas veces, siempre encontraba algún tesoro nuevo. Se debatió si debía pasar por lo que ya era el desolado calderón a fuego ardiente de la Plaza Independencia para llegar a ese oasis visual que le abría paso a Ciudad Vieja o simplemente ignorarlo e irse a casa.
La exuberante calidez de la tarde le gritaba a la chica que debía ignorar el llamado a la exploración. Sin embargo, una fuerza interior, una mezcla de aventura y algo más que no podía nombrar, la incitaba a seguir adelante. Como diablillos en el infernal ambiente, sus deseos la empujaban por ese camino que solo le estaba trayendo malestares. Ignorando las señales de su cuerpo, que no estaba preparado para resistir más tiempo en esas condiciones, se decantó por seguir la incitación diabólica y entrar en el paraíso que era la calle Sarandí.
Arrastrando los pies como si una cadena de acero los uniera al suelo, se adentró en ese rincón de alegría que tanto la llamaba. Caminó unas pocas cuadras, disfrutando del pequeño oasis que se abría paso en el desierto de calor que se había apoderado de Montevideo. De repente, un golpe seco: su corazón aceleró a un ritmo desbocado, su respiración se volvió jadeante, su visión se nubló y su cabeza comenzó a dar vueltas. La conciencia se le escapaba de entre los dedos. Así se sentía: una bajada de presión producto de su insensato deseo de continuar un camino que no debería haber tomado, en un día en el que el mismísimo señor de los infiernos parecía haberse apoderado de las calles de la ciudad. Su destino: caer desmayada por su imprudencia.
—Tranquila, que te tengo.
Esa voz no era producto de su imaginación. Los brazos que la rodeaban eran demasiado cálidos y sudorosos, evidenciando que el desconocido también sufría las consecuencias del avasallante calor que emitía el asfalto. A pesar de que la conciencia se le escapaba, de que sus ojos se cerraban y dejaban de transmitir luz, la sensación de estar en los brazos de un extraño la obligaba a volver a la realidad, alerta ante un posible infortunio. Cuando el instinto de supervivencia se apoderó de su cuerpo y abrió los ojos con miedo, se topó con un ángel. El calor se disipó de su cuerpo al contemplar sus ojos color avellana, la sensación de sudor se olvidó con solo una mirada a sus labios, el mareo se ignoró por completo al observar su rostro como un todo. Enzo Vogrincic, en todo su angelical ser, la sostenía para evitar que cayera en la fogosa calle Sarandí.
—No te preocupes que te ayudo a sentarte.
Su voz me sacó de mis pensamientos, esta vez infinitamente menos agónicos. Me tomó con delicadeza y me llevó unos metros hacia atrás, hacia unas sillas de plástico rojas, no muy cómodas, con el logotipo de una conocida marca de bebidas. Estaban fuera de un local llamado Zabala. Solo allí me di cuenta de la distancia que mis pies, que ya se podían haber fundido con el asfalto, me habían llevado. Estábamos cerca del Registro Civil y a unos pocos metros del Implosivo Artes Escénicas, la escuela de actuación. He ahí esclarecida la aparición de mi inesperado ángel salvador. Con mi mente retornando de su estado de inactividad coherente lo primero que atiné a decirle a mi salvador fue.
—Perdón.
Una simple palabra, tan tonta que parecía fuera de lugar. Sin embargo, así me sentía: avergonzada de haberlo desviado de su camino. Posiblemente le molestaba ayudar a una desconocida que caminaba imprudentemente bajo el sol abrasador, con la única compañía de una cartera que contenía sus documentos para el examen, una tarjeta de transporte y su fiel botella de agua, que ahora parecía más una sopa por lo caliente que estaba.
La risa de mi nuevo acompañante me confirmó lo tonta que había sido mi respuesta. Doblemente avergonzada, lo miré a los ojos. Solo vi diversión por mis palabras y preocupación por mi extrema palidez y mi inminente desmayo.
—¿Cómo me vas a pedir perdón? ¿Te sentís mejor ahora sentada? Te voy a comprar un refresco y un agua fría, porque estoy seguro que te bajó la presión.
El hombre se irguió, enderezando su espalda, y se dirigió al restaurante con paso firme. Su objetivo era claro: conseguir las bebidas que me ayudarían a reponerme. Al cabo de unos minutos, regresó con un refresco y un agua fría. Se agachó de nuevo junto a mí, ofreciéndome el elixir que mi cuerpo, agradecido, absorbió con avidez.
—Muchísimas gracias, y te pido perdón por las molestias. Seguro tenías otras cosas que hacer más que asistir a una pelotuda que se desmayó.
Dije con pena, mirándolo a sus ojos marrones. Sentía cómo me ardían las mejillas. Solo entonces, al contemplar mi alrededor, me percaté de la bicicleta olvidada en el piso. Probablemente se había bajado de ella al verme en mi estado.
—No me agradezcas, solo hice algo que cualquiera haría.
Expresó mientras se giraba para buscar la bicicleta. Al levantarla, se regresó hacia mí y me dijo:
—Me llamo Enzo. ¿Y vos?
Le dije mi nombre con más confianza al ver que no parecía molesto ni apurado por irse. Le señalé el refresco, aún sin abrir, ofreciéndoselo.
—Eso es tuyo, no me lo tenés que devolver. Si yo fuera vos, también tomaría de ese. El azúcar te va a ayudar a recuperarte, todavía estás muy pálida. Si me permitís.
Con esa simple petición de consentimiento, acercó su mano a mi rostro apartando algunos cabellos que se me habían pegado por el sudor, aquellos que mi peinado no había podido contener y ahora se posaban rebeldes por donde ellos deseaban. Luego de poner mis cabellos en orden, su mano se quedó allí, posada en mi cuello. La sensación de tener aquel pesado miembro cerca de donde se medía mi pulso me inquietaba. ¿Y si podía sentir el acelerado ritmo al que iba mi corazón? Su rostro tan perfecto no era lo único que me embobaba; su amabilidad y sencillez con la que estaba allí delante de mí me estaba dejando el cerebro aún más atrofiado que cualquier síntoma debido al infernal clima.
Tomando otro largo trago de agua para disipar los efectos que él estaba teniendo en mí, tomé valor, lo miré a los ojos y le dije:
—Muchísimas gracias otra vez. Siento que te lo estoy diciendo ya muchas veces, pero de verdad estoy agradecida con tu gesto. Pudiste haberme ignorado y dejarme tirada en la calle, y no lo hiciste.
—No tenés nada que agradecerme. Decime, ¿vivís por acá? Así te acompaño y me quedo tranquilo de que llegaste bien.
Me respondió aún con su mano posada delicadamente sobre mi cuello, dejándole leves caricias y sus ojos mirándome fijamente, entre preocupados y con algo parecido a ternura.
—No vivo por acá, ni cerca. Solo vine porque acabo de dar un examen y quería recorrer. Iba super bien hasta hace unos momentos.
Ya dejando un poco de lado la vergüenza, le respondí un poco más animada y sin tanta timidez. Tanta, ya que tener a alguien tan bonito enfrente de ella solo hacia que se pusiera nerviosa.
—Ok, sin ser muy invasivo, ¿dónde vivís? Tal vez te puedo llevar o algo. Me preocupa que te vayas sola después de que casi te desmayas. Si querés, llamamos a alguna amiga o alguien que te venga a buscar.
—Vivo en Manga, así que un poco lejos de acá. Y mis amigas en estos momentos...
Dije entre risas, diciendo donde vivía y luego chequeando la hora: 16:04. Para saber dónde podrían estar alguna de mis amigas para contestarle.
—Mis amigas están todas trabajando, así que no queda de otra que irme sola. Quedate tranquilo que no me va a pasar nada.
Le contesté intentando calmarlo y asegurarle de que todo estaría bien y no me volvería a pasar nada.
—Te invitaría a mi casa, pero siento que para un primer encuentro es mucho. Me conformo por ahora acompañándote a tomar el bondi.
Volviendo por la calle Sarandí, por la tan calurosa Ciudad Vieja. Ese tipo de calor que hacía que el asfalto derritiera el calzado y definitivamente el tipo de calor que hace que se te baje la presión y encuentres a Enzo, quien ahora te tiene montada en su bicicleta mientras ambos ríen y disfrutan el pequeño aire que les llega por la velocidad con la que conduce el antes mencionado. Ese era el tipo de día caluroso que hacía aquel día en Montevideo.
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jaquemuses · 2 months
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lindaa podes hacer uno de esteban kuku smut, me dio tierno, corte primera vez o algo asi, si no haces de él no pasa nada, yo entiendo
hola reina!! OBVIO que escribo para kuku, estaba esperando que alguien pida aaa te adoro !! hice esto recien, super rapidito, espero que te guste ♡
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𝜗𝜚⊹ ‧₊˚ petit-déjeuner
pairing: bf!esteban x gf!r
sinopsis: Esteban acaba de volver de su viaje a Venecia y estas dispuesta a recuperar todo el tiempo perdido.
content: age gap sin desarrollar (ambos +18), stablished relationship, smut sin plot (jiji), fingering, p en v, mentions of breeding, fluff, no se que más.
word count: 1.7k cortito y conciso.
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Hacía ya un día que Esteban había vuelto de su viaje a Venecia, donde asistió al prestigioso festival de cine. Lo habías extrañado, aunque te costara admitirlo incluso solo para vos misma. Tu cuerpo lo ansiaba.
Por eso, cuando escuchaste el familiar sonido del motor del auto apagándose en el garage, prácticamente corriste a lanzarte encima de él en cuanto entró por la puerta. Hizo a un lado su bolso para sostener tu cuerpo entre sus brazos mientras le llenabas de besos la cara.
Pasaron la noche entre copas de vino y pasta, compartiendo experiencias de Venecia, la gente que conoció, el éxito de la película y la felicidad de estar de vuelta en su queridisima Buenos Aires junto a vos. Esteban y vos llevaban once meses juntos, aunque los últimos meses habían sido caóticos debido a los rodajes, viajes y todo el trabajo de producción, dejando la vida sexual en segundo plano, sin embargo ambos tenían necesidades y estabas dispuesta a saciarlas.
Sabías que Esteban estaba cansado por el viaje, así que esperaste hasta la mañana siguiente para deslizarte desnuda en la cama que compartían. La luz matutina resaltaba los marcados rasgos de tu novio, y por un segundo pensaste, "¿Cómo puede tener una cara tan angelada?". Aunque Esteban ya estaba despierto desde que entraste a la habitación, mantuvo los ojos cerrados hasta que te subiste completamente a la cama y encima de él.
"Ah, bueno...", dijo, recorriendo con la mirada tu cuerpo y regalándote una sonrisa ladeada. Te mordiste el labio mientras comenzabas a restregarte contra él. Solo llevaba puestos unos boxers, así que frotaste tu cuerpo contra el suyo, disfrutando del calor de su piel.
"¿Estamos cariñosas hoy?", señaló con un tono burlesco pero dulce. Gemiste suavemente, besando ligeramente su muñeca cuando sentiste sus dedos entrelazándose en tu cabello.
"Estuviste lejos mucho tiempo", dijiste en un suspiro.
"Fue solo un mes, gorda."
"Mucho tiempo".
Esteban soltó una pequeña carcajada mientras te acomodabas sobre él, tus manos reposando en su pecho definido.
"Me debes algo", dijiste finalmente, mirándolo con ojos suplicantes.
Esteban arqueó sus cejas mientras sus manos se paseaban suavemente por tus muslos y costillas, a veces subiendo a tus pechos, acariciándolos con un poco de fuerza y bajando otra vez.
"¿Ah sí? ¿Y cómo puedo saldar la deuda?"
"Vos sabes perfectamente cómo, kuku."
"No, ángel, decime qué querés."
"A vos."
El mayor deslizó su pulgar por tu cadera, acariciándola con una sonrisa en su cara. "¿Sí? Pero si ya estoy acá, a mí ya me tenés hace mucho tiempo", refutó, haciéndose el desentendido.
Tu pecho estaba rojo de la vergüenza, sabías que te iba a hacer decirlo. "Quiero que me cojas", dijiste ahogando un gemido, tus caderas todavía moviéndose encima de su ya erecto bulto generando una fricción extasiante.
Esteban parpadeó ensimismado ante la vista que tenía delante suyo.
"¿Sí?"
"Sí, kuku, porfa", rogaste sobre su regazo.
"¿Cuánto?" volvió a preguntar, sus dedos estimulando tus pezones mientras se incorporaba lentamente. "Dios, te necesito adentro mío, Esteban, te necesito ya", exclamaste desesperada ante tantas preguntas.
El mayor soltó una risa, sus palmas sujetándote suavemente pero con firmeza.
"Está bien, preciosa, pero primero te quiero preparar."
"No, no, no, por favor, no hace falta."
"No es negociable, nena. Si quieres que te coja, primero te vas a tener que correr dos veces con mis dedos. Sino no hay trato", dijo, terminando de incorporarse y volteándote, quedando así en la posición en la que él estaba hace unos segundos atrás, su cuerpo por encima tuyo. Ambos sabían que tenía la fuerza suficiente para manejarte como quisiera.
Mordiste su brazo en respuesta, pero a él pareció no importarle mientras marcaba su camino hacia tus muslos con besos, así que simplemente te dejaste llevar. Después de todo, no te molestaba tener un par de orgasmos adicionales. Esteban siempre había sido hábil con sus manos y boca, pero después de tantos meses sin ningún tipo de contacto, cuando por fin sentiste sus largos dedos acariciando y estirando tus paredes empapadas, mientras su lengua jugaba con tu clítoris, llegaste a los dos orgasmos sin problema después de un par de minutos, casi rozando un tercero antes de gemir y arañarle los bíceps; tus uñas dejando marcas rojas en su piel.
"Ahora sí, tebi", dijiste sin aliento, tus piernas temblando por tus orgasmos recientes. "Por favor, no puedo más."
"Ahi va, bebé, esperaste todos estos meses ¿Qué te va a hacer unos segundos más?", murmuró coqueto, levantándose para que te sujetaras de sus hombros y te acomodaras encima suyo, tus rodillas seguían débiles, por lo que intentaste alinearte y sentarte encima de su polla con rapidez.
Sin embargo, él no te dejó apurarte y te fue ubicando lentamente encima de su duro miembro, entreteniéndote con un beso hambriento, su lengua introduciéndose en tu cavidad bucal mientras dibujaba círculos sobre tu sobreestimulado clítoris. Te estremeciste alrededor de él cuando sentiste cómo su punta se abría paso entre tu apretado interior, tan mojada que goteabas sobre su polla y sus muslos.
Cuando finalmente se hundió por completo, intentaste moverte de inmediato, deseando sentir cómo te destrozaba. Pero nuevamente te retuvo, retorciéndote y gimiendo, apretada contra él.
"Shh, disfruta un poquito", te dijo mientras presionaba besos y mordidas en tu hombro, tus uñas clavadas con fuerza en sus hombros ante la repentina intrusión y anticipación.
Cuando finalmente aflojó su agarre en tus caderas, inclinaste tu peso hacia adelante, apretándolo contra el borde de la cama, y bajaste las manos hacia su ancho pecho. Cambiaste el ángulo de manera que veías estrellas al sentir su polla tan dentro tuyo.
"Dios, kuku", dijiste en un gemido, con la voz temblando un poco mientras tus caderas empezaban a mecerse contra su pelvis. Él gimió, casi como alentándote, viendo cómo la luz del sol se filtraba por la ventana y daba contra tu cuerpo desnudo, sus palmas se encontraban ligeramente presionadas sobre tus muslos mientras su pene bombeaba en tu interior. Todo se sentía increiblemente bien.
"Dios amor, es como si hubieras sido creada solo para mí", balbuceó envuelto en el delirio del momento, y por un momento pensaste que sí;
estabas hecha solo para él.
El mayor guió tus caderas hasta encontrar un ritmo adecuado que te hacía rozar tu clítoris contra el suave vello rubio sobre su pelvis. Toda esta situación era mucho para vos, realmente mucho después de haber alcanzado el clímax dos veces, pero no paraste incluso cuando algunas lágrimas comenzaron a salir de tus ojos, escurriéndose por tus mejillas, siendo resaltadas por la suave luz del sol golpeando tu cara.
Su polla se sentía tan bien dentro tuyo, te llenaba de una manera exquisita. La punta de su miembro se curvaba contra tus paredes y rozaba perfectamente ese punto dentro tuyo. Gemiste y jadeaste ante tal estímulo mientras mordisqueabas distraídamente su cuello y clavículas y gemías su nombre en su oído.
Una de sus manos subió hasta uno de tus pechos, tomándolo en su boca, chupándolo y besándolo vorazmente mientras que la otra estimulaba tu clítoris con velocidad.
Lo montaste vigorosamente mientras sentías cómo tu tercer orgasmo amenazaba cada vez más con llegar. Tus caderas comenzaron a moverse de forma desincronizada cuando un gemido agudo se escapó de tus labios. Esteban entendió la situación al instante, por lo que tomando tus caderas, salió de tu interior y te volteó nuevamente, un quejido abandonó tus labios ante la falta de estímulo. Sin embargo, Esteban volvió a adentrarse en tu coño apenas terminaste de acomodarte en cuatro, con tus antebrazos apoyados sobre la cama y el culo alto en el aire, dándole una vista asombrosa a su parecer, lo cual lo incentivó a mover sus caderas de una forma lenta y seductora, sin embargo golpeando justo el punto adecuado.
"Amor! Por dios!", gritaste contra la almohada, saliva escapándose de tu boca hacia la sábana, tu clímax cada vez más cerca, "Por favor, que rico, seguí, seguí, justo ahí." lloriqueaste de placer, tu respiración agitada "M-mas fue-fuerte." dijiste fuera de si.
Te desmoronaste debajo suyo apenas treinta segundos después, temblando, colapsando sobre el colchón y apretando las sábanas en tus puños como buscando que eso te salve de la sensación tan abrumadoramente satisfactoria, tu espalda todavía arqueada para mantenerlo adentro tuyo. Él acarició tu espalda, suavizando sus estocadas mientras sentía cómo lo apretabas tan, tan fuerte.
"Amor", murmuraste después de un minuto, incorporándote un poco, luciendo completamente agotada.
"¿Listo?" preguntó, sacando su miembro de adentro tuyo a punto de ayudarte a levantar.
Negaste, girando tu cuerpo, quedando ahora boca arriba y volviste a abrir tus piernas, sabías que todavía faltaba él.
"Acabá", le dijiste mientras guiabas su polla hacia tu entrada una vez más, apretándote alrededor suyo y sonriendo maliciosamente cuando sus ojos se cerraron con fuerza ante la sensación. "Porfi, quiero que acabes antes de que vayamos a desayunar."
Él no esperó ni una palabra más y te sacudió fácilmente de arriba hacia abajo, penetrándote con intensidad, buscando su propia liberación y vos seguiste el ritmo felizmente, apretando tus paredes cada vez que se empujaba dentro tuyo, exprimiéndolo. Miraste ensimismada sus músculos tensándose y emitiste pequeños sonidos ante la sobreestimulación, llorando de placer y aferrándote a sus brazos, rasguñando los mismos.
Cuando él llegó al clímax, gemiste como si hubieras acabado de nuevo, inclinando la cabeza hacia atrás mientras sentías su cuerpo desplomarse encima del tuyo durante unos segundos.
"¿Eso era lo que querías?" preguntó con su respiración agitada, tus dedos acariciando sus claros cabellos mientras él presionaba suaves besos en tu mejilla.
"Mhmm."
"Dios, te extrañé tanto, preciosa", dijo incorporándose, saliendo de tu interior con delicadeza y presionando un beso en tus labios.
"Mhmm", repetiste, tus ojos estaban cerrados y tenías una sonrisa pintada en la cara. Esteban se rió por lo bajo, acomodando los cabellos que estaban en tu rostro detrás de tu oreja.
"¿Quieres ir a bañarte mientras hago el desayuno?" dijo acariciando tu mejilla con tanto amor que pensaste que podías derretirte ahí mismo. Consideraste la oferta, pero terminaste negando con la cabeza. "Bañemonos y después hacemos juntos el desayuno", dijiste mirándolo a los ojos. Esteban entendió enseguida a lo que te referías y depositó un beso en tu nariz.
"Bueno, vamos a bañarnos, el desayuno puede esperar."
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lili-thu · 4 months
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Ella es así, parecida a la luna. Pálida, distante y misteriosa, de pensamientos difusos; se siente cómoda en el silencio y en su soledad. Por alguna razón, no le aburre lo que al común de la gente. Habita las noches tranquilas y lluviosas, en el aroma que desprende la tierra húmeda y los cielos nublados; sus tristes ojos cafés son el reflejo de la profundidad del mar, de una vida cargada de batallas. Prefiere pasar desapercibida y encuentra paz, y belleza en la simpleza de lo que la rodea, y como buena observadora, tiende a analizarlo todo, dándose cuenta de lo que otros quizás no y casi nunca se equivoca, al final termina teniendo la razón.
Ostenta rostros disímiles entre si y cambia con frecuencia porque tiene la habilidad de ser lo que su frío y ardiente corazón decida. Algunos la suelen confundir con un ángel, otros con un demonio, pero solo es una humana que posee luz y oscuridad, y ambos se vierten en su mente complicada. Peca de ser caprichosa, egoísta, odiar a los humanos, pretender por momentos acaparar el centro de atención y dejarse llevar por aquellos sentimientos de superioridad, pero al mismo tiempo es altruista, sensible y anhela salvar al mundo. Esa contrariedad, rozando la incoherencia, la hace sentir inadecuada e indecisa, fuera de lugar. Difícil de entender, a ella también le cuesta comprenderse.
Es rebelde, efímera e impredecible, sus murallas son difíciles de atravesar y como requiere de más, se marcha persiguiendo lo trascendente, con la intención de ser ella misma con todas sus versiones y tonalidades.
Puedes quitarle todo, menos su esencia, su tranquilidad y libertad, de lo contrario preferiría la muerte o destruir al que se las robó, sin importar lo que piensen o cuánto daño haga, le es imposible medir su accionar. Ella es un ser vengativo, violento y destructivo, pero también es pacífica, llena de amor, esperanzas, y ganas de justicia.
Desconfiada, por mucho tiempo ha estado en guardia, a la espera de si alguien viniera a lastimarla. Las personas mal intencionadas, las circunstancias desfavorables y los problemas rara vez perturban la tranquilidad que la habita. La indiferencia, el desprecio, los retos, desafíos y los problemas son la gasolina que la impulsan, y sabe esperar, no se desespera. Resurge de las cenizas, resiliente es y resiste a las tormentas. Jamás la verás rendirse y es que ante tus ojos se posa como un ser hermoso, y delicado, pero dentro de si resuena la fuerza de un tigre blanco rebosante de vida.
Como la luna que aprecia su soledad y su independencia, se encuentra lejana e inalcanzable, rodeada por un aura mística, oscura, llena de tristeza y melancolía. Ya no le importa ser amada pues con tantos golpes tampoco supo aprender a amar. Su locura y extrañeza no son para nadie. En ella confía y nunca necesitó de otros para amarse, defenderse y creer en ella misma.
A pesar de que se ha resignado a que no existe espacio alguno en el cual asentarse y pertenecer, caminar sola le dio la posibilidad de encontrarse y darse cuenta de que en el interior de su cuerpo llevaba incrustada una perla valiosa e imperfecta.  
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mondosalamone · 8 months
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Es invierno en Azul, pero el sol brilla y los arquitectos, los fans y los aficionados de Francisco Salamone andan correteando entre el Teatro Español, el hotel y los bares. Son las primeras Jornadas Salamone y, claro, se hacen en esta ciudad, donde el arquitecto dejó la más desmesurada de sus obras: una portada de 22 metros de altura para el cementerio. El cuerpo central tiene las letras RIP en gigantes placas de mármol negro y, delante, el brutal ángel de hormigón, su escultura más famosa, obra maestra del art déco y presencia maldita. En Azul la llaman «El Ángel Exterminador» o «El Ángel Vengador». Dicen que, cuando Salamone se la presentó al intendente, en los años treinta, el pobre funcionario murmuró que parecía algo maligno, una obra del Demonio. Eso parece. En cualquier caso, el Ángel no da ninguna idea tranquilizadora sobre la muerte, no es una imagen de alivio ni de pasaje, sino un juez severo, como una deidad egipcia dispuesta a arrancar y pesar un corazón. La escultura es enorme y cambia según la luz el sol: sus alas facetadas, sus ángulos, producen sombras que dan una ilusión de metamorfosis. Aparece tan de repente, además, al doblar la esquina en esta ciudad de casas bajas, muchas lujosas, en plena rica pampa húmeda. Es una aparición inesperada que no tiene nada que ver con el barrio, que no se anuncia, que parece depositada ahí, abandonada, como un artefacto de otro mundo.
📖Alguien camina sobre tu tumba · Mariana Enríquez 📷 2021
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huellas-poeticas · 2 months
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Me basta así
Si yo fuera Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando  -luego-  callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.
Angel Gonzalez
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black-beauty-poetry · 3 months
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No te vayas.
Temo que por ser fuerte dejes de amarme.
Me dejé llevar por mi infierno sólo porque me dio la valentía de pelear contra mis demonios.
No puedo ser feliz todavía, sigo rodeado de bolas demoledoras que no se cansan de derribar mis edificios.
No puedo brillar en la luz teniendo una oscuridad pisándome los talones.
Así que si te lastimé con mis palabras, con mis acciones, con la fortaleza que encontré en la impasibilidad, lo lamento de todo corazón.
A mí también me duele.
Y se me hace un nudo en la garganta al pensar que podrías alejarte de mí porque usé mi peor versión para ganar esta guerra.
Lo tengo claro, amor: Los inocentes nunca ganan; una vez aprietan el gatillo se convierten en los villanos que ansiaban derrotar.
Ahora, me pregunto si me ves como un monstruo o como un ángel de alas rotas que sólo quiso escapar del infierno.
Y si gano las contiendas y no te quedas a mi lado, ¿a qué costo habré peleado?
¿Esa es la victoria que me mereceré?
Por favor, no te vayas...
Estoy tratando de abrirme para que me ames por quien soy, y te aseguro que este caos no me representa.
Espérame, te prometo que mi corazón arderá y espantará las sombras que me asedian.
-Dark prince
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senig-fandom · 1 month
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El demonio y el Ángel caído.
Inspirado por @naomychan por su publicación sobre este mismo tema VwV
El demonio y el Ángel caído.
Este relato lo hice como puro entretenimiento, si no tiene sentido, es porque no le dedique algo tan complejo y solo lo hago por inspiración, así que espero y les guste esta sinopsis XD
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-Daniel, te declaramos culpable, por matar a Dios.
Mi mente estaba aturdida, no entendía lo que pasaba a mí alrededor, solo veía el suelo donde pisaba, viendo las cadenas blancas que sostenían mis manos y en mis manos, sangre, sangre roja cubría mis manos.
-Por favor, esto no tiene sentido, Daniel nunca haría algo así, es el ángel más leal que existe.-la voz femenina resuenan en mis tímpanos, alzo la cabeza para ver a mi hermana, quien lagrimea por mí.
Los susurros de los demás seres impregnan entre ecos del enorme edificio blanco del tribunal, y los jueces, hacen llamado al silencio.
-María, acaso quieres acompañar a tu hermano a su eterno castigo.-¿¿Acompañarme?? Es que acaso, no hay otra salida.
-Bueno yo…
-No…-Es lo mejor, si mi mente está rota, no puedo dejar que ella caiga conmigo, todos menos ella,- Lo acepto, Yo mate a Dios.
El mundo alzo sus voces ante mi declaración, mientras veía la tristeza en los ojos de mi querida hermana…Lo siento María, te quiero demasiado como para hacerte sufrirá ti también, aunque mi mente este perdida ahora, no quiero llevarte conmigo.
-Pues lo ha aceptado, y por tus acciones tu castigo será: vivir en el mundo humano, como otro humano más, pero sin poder pecar, cuando pecas, el dolor que sufrirás no tendrá medida, sentirás el cuerpo arder como las llamas del infierno, tu cabeza dolerá como mil picaduras, tú mismo te desgarraras la piel, y no tendrás cura a este dolor, por tu traición. Además, te quitaremos tus recuerdos del cielo, para que sufras este castigo como es debido.
Y fue así, como el bastón del ángel Miguel, dio por finalizada mi condena eterna, solo podía ver a mi hermana arrodillándose en lágrimas, en cuanto a mí, mis cadenas se volvieron pesadas, arrastrándome hacia el suelo, haciéndome caer, dejando de ver la luz del cielo, para envolverme en oscuridad, yo, estaba cayendo…cayendo del cielo.
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La noticia de que Dios había muerto, llego a todo el infierno, los demonios hablaban entre sí, preguntándose quien fue, quien era el asesino, como lo logro. Entre ellos había uno en particular que veía toda la notica a la distancia.
-No puedo creerlo…no puedo creer que sea él, el que lo haya hecho, es imposible…-mirando pergaminos con el contenido de la noticia, El cielo hizo su llamado al infierno para dar la trágica noticia, mostrando por fin al Ángel que traiciono ambos mundos.
Con ira el demonio envuelve y aplasta el pergamino, para arrojarlo al fuego azul que tenía a su alrededor.
-Él no puede haberlo hecho, esto es una tontería, necesito encontrarlo, todo esto ha sido a traición, pero no, el no….
El demonio veía a los otros abajo, que parecían maldecir el nombre de ese ángel, haciendo que el de un chirrido entre dientes y se aleje del lugar.
-Frederick, ¿a dónde vas?- aparecía una demonio de cabellos negros quien lo buscaba antes y ahora solo lo veía marcharse de nuevo.
-Voy al mundo humano…
-¿Por qué? Que tienes que hacer allí ahora, no vez el caos que está siendo en este momento, el cielo busca mantener la paz ahora que dios se ha ido, Lucifer quiere tomar el trono. Tenemos que prepararnos.
-Yo no voy a participar, yo tengo que encontrar a ese ángel.
-¿El Ángel?, Frederick es imposible, ese ángel ahora puede estar en cualquier lugar.
-Pues aunque me tome la eternidad, lo encontrare, no lo pienso abandonar.
Aunque tomaría 5 años encontrar al ángel, que tanto ama.
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En el basta ciudad de Clarel, hay un chico joven que no muestra muchos sentimientos, sus ojos vacíos y sin brillo muestran una humanidad apagada, las ojeras de sus ojos lo más probable es que no descansa bien, es delgado y débil, es como si Dios lo hubiera castigado. Pero no parece ser tan malo como su imagen melancólica, el joven ayuda a un bibliotecario, parece conocer bien cada libro de ese lugar, y su jefe lo alaba con buenas palabras sobre su persona.
Pero aun así, hubo momentos de verdadera tención, algunos pueblerinos, hablan de que el chico al principio no era así, pues atacaba, golpeaba y amendretraba a otras personas, lo más probable es que era un delincuente y solo el Bibliotecario le dio la oportunidad de cambiar.
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Este es la historia de Daniel, el ángel que mato a Dios, o por lo menos es lo que él cree, entre sus sueños intenta descifrar los fragmentos rotos de su memoria, pero cada vez que lo intenta siempre despierta y un dolores punzantes lastiman su cabeza, él está maldito por su castigo divino, donde no puede demostrar ninguna de los 7 pecados capitales, cuando lo hace, un dolor intenso como el fuego domina su cuerpo. Ahora debe vivir con esta maldición mientras vive como un humano normal.
No es hasta conocer a un conde que estudia la medicina de la mente, queriendo ayudarlo a él a descifrar lo que lo mantiene en un sufrimiento eterno.
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(jajaja Japón escribiendo historias y utilizándolos como imagen de la historia)
( También sin contar que le deben maquillar el cuerpo a Sur para ocultar el desmadre de cicatrices que tiene XD)
youtube
También en mi dedicación por dibujarlos únicamente, en una lista aleatoria que deje que sonara mientras dibujaba esto, apareció esta canción, que al chile, me mato y le dio mucho sentido como es y será la historia.
Que mi interpretación al final Daniel quiere acabar con el Cielo, pero al mismo tiempo se va enamorando y sintiendo acorralado por ese amor por Frederick.
Por lo de que ya no hay salvación, refiriéndose de que Daniel no dejara nadie vivo en el cielo y al mismo tiempo a la sensación de el amor que llevan los dos hasta el final, pues Frederick esta feliz de ayudarlo con su venganza. Aun que Daniel aun no se de cuenta de que es un amor genuino.
Así que, allí lo demás se les dejo como un AU mas para dibujar.
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Espero y les guste ❤️💛🖤
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ocasoinefable · 5 months
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(Me encanta hacerte reír) tu risa es el besito de un poema, la caricia de un ángel, el suspiro de una flor.. es magia, es luz ..
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las-microfisuras · 3 months
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Dos o tres experiencias de vacío
I   sabemos    (creemos saber) que
    hay            un tablero
                    piezas
                    casillas claras y oscuras
    sabemos (entrevemos) que
    otros
    juegan con nosotros
    pero
    qué pieza se ha movido
    quién la ha movido
    cómo se ha movido
    y a fin de cuentas
    qué sabemos
    de las
    reglas del juego
    dentro de este cuarto
    donde
    el día es una
    mecha humeante
.
2 me das (te doy) la mano
    toda la mano
    sólo
    la mano
.
3  todo el sedoso aire
    removido
    por el relampagueante
    colibrí
    cornucopia vaciándose
    sobre la cálida
    huerta del aire
    uvas tiernamente oscuras
    violetas oprimidas
    en la secreta
    mano
    del verano
    y la distraída mariposa
    y la rosa en alto
    y yo solo    y tú sola
       y yo solo    y tú sola
          y yo solo    y tú sola
    en este
    transparente
    recodo del día
    y
    la certeza
    de haber escrito en el agua
.
4  las blancas paredes    de la casa
    los blancos huesos     bajo tierra
    la blanca                 soledad
    del mar                           del cielo
    la blanca mariposa
                                           del sueño
    sumidas
    en el trazo
                                           negro de la tinta
    extendidas
    hasta alcanzar su negra orilla
.
5  la tarde pestañea
    blandamente
    en las persianas
             vaga su luz
                su vaho tibio
    por entre las cosas
                sumarias y
                bien puestas
    da vueltas
                en torno
    al sagitario
                vaso de retamas
    que en cierto modo
                concluye
    el latido natural
    de la pieza
                donde escribo
    una resaca silenciosa
                se va
                         arrastrando mis palabras
    y sé
    que es noche
_ Javier Sologuren, incluido en Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) . Galaxia Gutenberg Círculo de lectores, 2002, selecc. de Eduardo Milán, Andrés Sánchez Robayna, Blanca Varela y José Ángel Valente.
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sariathefairyy · 2 months
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¿Y donde está el amor?
Brillante es la luz del amor que perfora el pecho del poeta pero a mi apenas me roza. Es imposible lograr que mis dedos escriban al respecto en medio de un mundo ardiendo en llamas. Su dulce néctar a mi lengua amarga no diluye. Cuando en medio de la guerra me piden que sueñe, el sueño no puede ser solo para algunos. Cuando en medio de la pobreza me piden que persevere, no hay futuro que valga la pena alcanzar. Pero el amor, que dicen todo lo ve y todo lo escucha, se abre paso entre los escombros de los edificios que antaño albergaron familias y la vida, escurridiza, corre en forma de pequeñas sombras entre las grietas y recovecos para esconderse de la blanca huesuda que acecha. El agua es escasa para el mendigo pero ilimitada para los monstruos corporativos. Tanto que sus familias santas presumen sin decoro las exóticas mascotas esclavizadas en el patio trasero. Seguro que jamás han deseado algo. Seguro que jamás se han preguntado como saldrán a flote en fin de mes. Como en el sur, donde aún con dos sueldos mínimos es sumamente díficil sobrevivir. ¿Y donde está el amor? No en el corazón del hombre que se atrevió a mancillar la infacia sagrada de su ángel. No está presente cuando la violencia lo engulle todo y solo deja el tufo de su putrefacto aliento. Les reitero que poco esperen que yo escriba sobre amor cuando hace mucho tiempo no lo veo.
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angiequiroz · 11 months
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Cada que pienso en ti se que eres un ser que ni yo ni el mundo merecemos, eres la persona que mas me hace feliz en la vida y con la que estoy más agradecida, vivo mi vida arrepintiéndome por lo que no puedo darte pero sé que algún día te voy a hacer la mujer más feliz de este mundo dándote todo lo que te mereces y llenando tu vida de lujos y no solamente materiales, tú eres mi inspiración para todo lo que hago por que en ti fue en quien encontré mi musa 😂 haces parte de la mayoría de mis recuerdos felices, esas cositas que cuando las pienso miro al cielo por que se que tú bajaste de ahí, eres un ángel, mi ángel! 🤍
Como siempre te lo dije, cada palabra que te vaya a decir de aquí a los largo de tus días van a quedar cortas para todo el amor que te tengo, te doy gracias por nunca rendirte conmigo, por siempre estar ahí aún que obviamente no lo merezco, por ser la mamá perfecta y sin ningún tipo de errores, por ser esa persona por la que cada día abro los ojos y siento la necesidad de pensar en cómo hacerla feliz.
Gracias infinitas por ser mi mamá y no solamente eso, también mi amiga y la persona que nunca me juzga aun que este haciendo algo totalmente incorrecto, gracias por cada una de tus palabras y consejos, por escucharme tantas estupideces y bobadas que salen de mi boca 🤦🏻‍♀️ y por hacer tantos sacrificios por mi, prometo tratar de ser mejor hija para ti, te amo con cada centímetro de mi alma, con cada latir de mi corazón, te amo mas que a mi misma 🤍 tu eres una luz en mi camino, gracias por tus oraciones hacia mi, se que con ellas me haz salvado la vida unas cuantas veces 🤍 eres mi vida entera mami, espero que hoy sea un bonito día para ti y que Dios te bendiga con muchos años más de vida 🥹
Feliz cumpleaños 🤍
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lili-thu · 21 days
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Blanco y Negro
No soy blanco, no soy negro,
pero a la vez soy ambos. 
Mis alas grises duelen como mi pecho 
donde palpita mi corazón sensible y rendido;
quien te haya dicho que se encuentra paz en la contradicción es un mentiroso
y solo quisiera correr a tu encuentro, 
a tus brazos llenos de amor puro y sincero,
llenarme de tus plumas cálidas de cariños y besos.  
He estado entre medio de la luz y oscuridad por mucho tiempo,
agotada de esta carga, 
batallando una guerra sin final, guerra injusta.
Advirtiendo mi desvanecer de tanto luchar, solo tú me puedes tranquilizar.
Escudriño mi fragilidad en el espejo, 
la agonía se hace palpable en el reflejo, 
las lágrimas recorren mi rostro ojeroso 
y en mi mente solo hay secuencias de escenas sangrientas
producto de pensamientos vengativos, rencorosos. 
Quisiera matarlos, 
introducir mis manos de uñas afiladas en sus cuerpos, 
arrancarles las entrañas azabaches que emanan un fétido olor a pernicioso. 
No sé por qué estoy en esta guerra, no comprendo el motivo.
¿Es porque hay algo valioso en mí que me han sumergido en este conflicto sin sentido? 
Querido ángel de la guarda, 
no te dejes engañar por mi aspecto cansado y delicado,
te prometo que voy a resistir, 
que no me dejaré destruir. 
No dejaré que roben mi voz, mi esencia y mi auténtico sentir. 
Burlaré a Leviatán, a su legión de demonios y seré yo la última en reír.
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mondosalamone · 1 month
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Es invierno en Azul, pero el sol brilla y los arquitectos, los fans y los aficionados de Francisco Salamone andan correteando entre el Teatro Español, el hotel y los bares. Son las primeras Jornadas Salamone y, claro, se hacen en esta ciudad, donde el arquitecto dejó la más desmesurada de sus obras: una portada de 22 metros de altura para el cementerio. El cuerpo central tiene las letras RIP en gigantes placas de mármol negro y, delante, el brutal ángel de hormigón, su escultura más famosa, obra maestra del art déco y presencia maldita. En Azul la llaman «El Ángel Exterminador» o «El Ángel Vengador». Dicen que, cuando Salamone se la presentó al intendente, en los años treinta, el pobre funcionario murmuró que parecía algo maligno, una obra del Demonio. Eso parece. En cualquier caso, el Ángel no da ninguna idea tranquilizadora sobre la muerte, no es una imagen de alivio ni de pasaje, sino un juez severo, como una deidad egipcia dispuesta a arrancar y pesar un corazón. La escultura es enorme y cambia según la luz el sol: sus alas facetadas, sus ángulos, producen sombras que dan una ilusión de metamorfosis. Aparece tan de repente, además, al doblar la esquina en esta ciudad de casas bajas, muchas lujosas, en plena rica pampa húmeda. Es una aparición inesperada que no tiene nada que ver con el barrio, que no se anuncia, que parece depositada ahí, abandonada, como un artefacto de otro mundo.
📖Alguien camina sobre tu tumba · Mariana Enríquez 📷 2021
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mar-liam · 4 months
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†𝔾𝕠𝕠𝕕 𝕆𝕞𝕖𝕟𝕤 𖤐
Me encanto mucho la serie pero aún sueño en que haya otra temporada porque el final de la segunda ... Me dejó triste qwq merecían algo más bonito, como en el caso de Belcebu con Gabriel. Pero bueno me dio de imaginarme como serían estar ellos dos juntos, es decir el Ángel Aziraphale y el demonio Crowley.
Si debería de recomendarlo pues si ya que es muy graciosa en algunas cosas y asta te engancha si es que te gusta mucho relacionado con los seres de luz y oscuridad. Bueno me retiro y espero les guste ^^.
PT: aguante Aziraphale x Crowley y Gabriel x Belcebu ♡.
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esuemmanuel · 4 months
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El hombre de la soledad.
Soledad, niña de tantas voces, mujer de tantos colores… Musa Ninfa Ángel Ondina Diosa del amor
Si cierro los ojos puedo verte. Si abro las manos puedo sentirte. Si me rodeo en un abrazo puedo aspirarte. Gardenia Luz Rosa de Amor Inocencia proveedora de compasión, Soledad Mi Soledad… e inspiración.
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Estás en Mí, niña de mi alma. Estás en mis manos, en mi pecho, en mi cama. Estás en mi cielo, en mi noche, en mi casa. Eres el hogar de mis sueños y, de mis labios, la plegaria. Transitas por mi sangre y, en mis células, descansas. Eres, mi amor… Eres la luz de todas mis mañanas.
Te rezo como el creyente le reza a su Dios. Pido por tus bendiciones, tus besos y tu amor.
Doncella de mi alma, dulce lucero de mi corazón… Cuida de este siervo que se ha entregado a tus plantas sin ninguna objeción.
Ayúdame a creer en Mí una vez más. Ayúdame a profesar tu religión, mi hermosa Soledad.
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The man of solitude.
Solitude, child of so many voices, woman of so many colors… Muse Nymph Angel Ondina Goddess of love
If I close my eyes I can see you. If I open my hands I can feel you. If I surround myself in an embrace I can breathe you in. Gardenia Light Rose of Love Innocence providing compassion, Solitude My Solitude… and inspiration.
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You are in Me, child of my soul. You are in my hands, in my bosom, in my bed. You are in my sky, in my night, in my home. You are the home of my dreams and, from my lips, the prayer. You pass through my blood and, in my cells, you rest. You are my love… You are the light of all my mornings.
I pray to you as a believer prays to his God. I ask for your blessings, your kisses and your love.
Maiden of my soul, sweet star of my heart… Take care of this servant who has surrendered himself to your plants without any objection.
Help me to believe in Me once more. Help me to profess your religion, my beautiful Solitude.
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